El Instituto Peruano de Economía (IPE) sacó del baúl del olvido de los economistas, la herramienta llamada Tabla de Insumo Producto, y la aplicó con gran efectividad para rebatir la acusación de que, a la larga, la minería hará poco para cambiar el país, más allá de dejar huecos y contaminación.
Consultando esa Tabla, el IPE pudo revelar que la minería no se limita a perforar huecos y mandar minerales y utilidades al extranjero, sino que se ha vuelto además un fuerte estímulo para la industria nacional. Antes del boom de los minerales, la minería tenía poca relación con la industria del país. En el año 1974 apenas dos por ciento de la producción manufacturera se destinaba a las minas. Hoy, esa proporción se ha elevado a catorce por ciento, incluyendo maquinarias armadas por fábricas peruanas de metalmecánica, productos químicos necesarios para las minas, y materiales de construcción. Como ha sucedido con otros países, la exportación de productos agrícolas o mineros fue creando una industria nacional que eventualmente tomó la posta como motor de la economía. Dinamarca, por ejemplo, era un país pobre cuyo recurso principal era la ganadería. Pero la exportación de leche y quesos estimuló una industria de maquinarias para procesar la leche, y hoy su exportación industrial sobrepasa a la agrícola. La Tabla de Insumo Producto ayuda a prever ese camino de desarrollo.
Abrir la Tabla es como levantar el capó de un carro, o inspeccionar una radiografía. Con ella se descubre en detalle lo que está en el interior del aparato productivo, y cómo las distintas piezas se relacionan una con otra. Ese examen es diferente a la preocupación cotidiana sobre la performance de la economía, especialmente la velocidad de crecimiento, y la reducción en la pobreza.
Este es un buen momento para recordar la Tabla de Insumo Producto. La herramienta fue desarrollada en el contexto de un mundo convulsionado por la Segunda Guerra Mundial y cuando la Guerra Fría recién empezaba, contexto que exigía fuertes cambios productivos y comerciales, y que amenazaba con escaseces, cosa que sucedió precisamente con las dos crisis del petróleo de los años setenta. La tabla de insumo producto fue creada por Wassily Leontief, invento que le mereció un Premio Nobel, pero el instrumento cayó en desuso.
Hoy, el mundo ha entrado en una etapa de intensa interrelación, donde se multiplican los engranajes y las conexiones al interior del aparato productivo, y surgen nuevas amenazas de escaseces y cuellos de botella. La palabra “red” está en boca de todos, además de los nombres que definen formas específicas de conexión, como los clusters, los corredores, y los acuerdos comerciales. La economía se vuelve más compleja y es más necesario ahora conocer su anatomía de cerca. Para el Perú, las amenazas incluyen una escasez de energía, de alimentos, y quizás especialmente, de agua, y cualquiera de ellas podría convertirse en un corto circuito para la economía.