Por: Michelle Barclay, Socia del Estudio CMS Grau
El Comercio, 16 de octubre de 2019
Han pasado 15 días desde el ahora histórico 30 de setiembre del 2019. No hay duda que la Constitución se ha puesto de moda y es la protagonista de conversaciones en pasillos, aulas, reuniones de trabajo y eventos familiares. Las opiniones antagónicas son una manifestación de nuestra libertad de expresión. Ese es nuestro derecho. Sin embargo, como ciudadanos tenemos la obligación de entender el valor de nuestra Constitución. Solo de esta manera la respetaremos.
La Constitución Política del Perú es la ley suprema, la ley de leyes y se encuentra por encima de todas las demás normas y regulaciones de nuestro país. La Constitución está en lo más alto de la pirámide normativa, llevando la bandera de la libertad y de la democracia.
Es el instrumento más importante de convivencia de nuestro país. La Constitución contempla los derechos y deberes más importantes de los ciudadanos, la estructura y poderes del Estado, así como la política económica de mercado. Nuestros derechos fundamentales, esos que damos por sentados, están todos allí agrupados y protegidos: el derecho a la vida, a la salud, al trabajo, a la intimidad, a la educación, entre muchos otros.
Para los estudiantes de Derecho, la Constitución es la biblia jurídica y el curso de Derecho Constitucional es la base con la que se inicia la formación en leyes. Hasta el día de hoy, las 15 mejores facultades de Derecho del Perú, dictan este curso en los primeros ciclos de la carrera.
Es por todo eso que los abogados tenemos la responsabilidad de explicar la gran importancia de este instrumento, evitar ligerezas en su interpretación y ser muy conscientes de que la Constitución se creó para permanecer y perdurar.
Como sabemos, nuestra Constitución, que fuera aprobada por referéndum en 1993, lleva únicamente 26 años de vida. Este tiempo es insignificante si lo comparamos con otras Constituciones como la de Estados Unidos que ha permanecido vigente, con algunos cambios, por más de 200 años. Al igual que en nuestro país, la Constitución norteamericana se basa en una separación y balance de los poderes del Estado y contempla los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Edward Kennedy, político norteamericano, demócrata, senador por el estado de Massachusetts durante 47 años y hermano del presidente John F. Kennedy, señaló lo siguiente en 1997: “La Constitución no solo protege a los que comparten nuestras opiniones, sino también a aquellos con cuyas opiniones no estamos de acuerdo”.
Lo señalado por Kennedy se ha vuelto relevante hoy más que nunca. En medio de la crisis que estamos viviendo, estamos más enfocados en imponer nuestras opciones e interpretaciones frente a nuestros “adversarios” que en proteger el orden constitucional y la estabilidad de nuestra nación. Olvidamos que la Constitución peruana es nuestra, de todos y para todos. Protejámosla.