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Veamos la evolución de la productividad con cifras

Veamos la evolución de la productividad con cifras

A diferencia de la prédica de los anti sistema, que ya se están pareciendo a los que niegan la teoría de la evolución y el genocidio nazi, durante los últimos años se viene machacando que la productividad nunca creció. Evidentemente, este es el indicador madre, sobre la evolución de una economía y si se puede llegar a convencer a la gente que nunca tuvimos un buen resultado, sería más fácil negar las demás realizaciones de nuestro país, como las que reseñamos en nuestra publicación:  Las Cifras de la Prosperidad.

Esta prédica que cuestiona el crecimiento de nuestra productividad hasta el 2010, incluye lasde Piero Ghezzi y José Gallardo (hoy ministros) en su libro “¿Qué se puede hacer con el Perú?” y más recientemente, la deCarlos Ganosa y Andrea Stiglich en: “El Perú está Calato”. La verdad es que hasta el 2010, el crecimiento de la Productividad Total de Factores (PTF) en el Perú, era de muy buen nivel y sobresaliente en el mundo, como lo hemos mostrado con anterioridad. Ver en Lampadia: Se pretende negar record histórico de productividad – Desinforma que algo queda.

Lamentablemente, como hemos señalado en Lampadia, el 2011 se produjo un punto de inflexión en el crecimiento de la inversión, la anemia infantil y el aumento de la PTF. (Ver: En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo).  

La situación en el Perú viene desmejorando en los últimos años, y ya nos estamos acostumbrado a que los índices muestren un retroceso. Este es el caso también del último índice de The Conference Board, en el que muestra que la Productividad Total de Factores (PTF) habría caído en 4.5% el 2014 y 7.8 % desde el 2011.

Según The Conference Board, la Productividad Total de Factores es el resultado de una combinación de mejoras en la eficiencia (menos insumos para una mayor producción), así como la tecnología y la innovación. Este índice tiene una alta correlación con el PBI ajustado por inflación. El bajo resultado que muestra el cuadro para el 2014, refleja el pobrísimo crecimiento de ese año, de tan solo 2.4%.

El Perú está creciendo menos. Las proyecciones del 2015 siguen bajando, al igual que la inversión pública y privada. Así jamás recuperaremos el desarrollo del que tanto nos enorgullecíamos y con el que ganamos el nombre de “la estrella de Latinoamérica”.

Si bien esta tendencia es un fenómeno que viene afectando a toda la región, la contracción en la economía peruana supera a la del resto de países miembros de la Alianza del Pacífico y es la segunda mayor caída en la región, detrás de Argentina (-10.9 %).

El crecimiento de la productividad en las economías emergentes alcanzó su pico el 2007, y desde entonces cambió la tendencia a la baja junto con el resto del mundo. Las economías emergentes están muy por detrás de países con más altos niveles de productividad y tecnología (la frontera de la productividad) y, por lo tanto, tienen mayores posibilidades de crecer más rápido aplicando nuevas tecnologías (como celulares en África que no necesitan cables y requieren menor inversión), procesos y estrategias ya desarrolladas y utilizadas por los países más avanzados.

La década de 1990 a 2000 fue un período de rápido crecimiento para China e India por una combinación de ‘ponerse al día’ con los países desarrollados y adoptar reformas internas.El aumento de la globalización, como la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio, y la mayor inversión en comunicaciones y tecnología ayudaron muchísimo en este proceso. 

Para que el Perú mejore en su productividad, es necesario que el sector privado alcance una mayor eficiencia e invierta en innovación y tecnología. Para impulsar la producción potencial se requerirán importantes reformas estructurales y así mejorar la productividad, la inversión, el capital humano y el empleo formal. Ver en Lampadia: Destrabemos la construcción de nuestro futuro.

La opción estratégica del Perú debe ser apostar por el crecimiento y la tecnología. Tenemos que asumir el cambio con la mayor ambición posible en cuanto a velocidad y profundidad, sin miedo a enfrentar las limitaciones políticas y sin caer en una falsa dicotomía con la explotación de  recursos naturales, llamados a financiar nuestro ‘salto adelante’ en educación, salud y tecnología. Ver en Lampadia: Revolución Tecnológica en el Perú y El futuro ya llegó y el Perú debe alcanzarlo.

Existen muchas cosas por hacer en la agenda pendiente. Erradicar la pobreza es uno de los impactos más importantes del crecimiento sostenido. Esto no es posible con un déficit de infraestructuras tan grande como el que tenemos (US$ 88,000 millones según AFIN).

Para enfrentar este tremendo reto se tienen que generar recursos financieros suficientes para invertir en infraestructurasy evitar las trabas paralizantes. Esto es clave, ya que no hay desarrollo sin crecimiento económico, y no existe crecimiento, desarrollo y reducción de pobreza sostenidos, con problemas y déficits de infraestructuras como los que tiene el Perú.

Lo mismo reza para educación e instituciones. Por ejemplo, hagamos lo mismo que otros países, y utilicemos estrategias ya desarrolladas y exitosas. Un ejemplo claro es la mejora de lasinstituciones y de la educación en Polonia, debido a la humildad de los polacos en aceptar que no era necesario reinventar la pólvora sino que simplemente tenían que seguir el buen ejemplo de sus vecinos europeos. Ver en Lampadia: Polonia la nueva estrella europea

Este objetivo se logra manteniendo un crecimiento alto y sostenido, para lo que hay que retomar la inversión privada en general y la de minería en particular (el mayor y mejor motor del crecimiento peruano, así algunos pretendan negarlo y apagarlo). También se tiene que trabajar para que el Perú no pierda, o recupere, la confianza de los inversionistas y empresarios extranjeros. 

Tenemos que retomar la confianza de nuestro país, cuidar la democracia y,cuanto antes, trepar las cuestas que tenemos por delante. Lampadia




Visión estratégica de la coyuntura peruana

Visión estratégica de la coyuntura peruana

A pesar de todo lo que hemos vivido en el Perú, la sociedad parece no haber entendido las relaciones causa-efecto de los condicionantes de nuestros últimos 50 años, ni la capacidad para evaluar el espacio-tiempo en que tendremos que desarrollarnos en el futuro.

El siguiente gráfico muestra las fuerzas que debemos hacer interactuar para beneficio de todos los peruanos:

 

 

1. Fuerzas Externas

   a. Mercados Externos

En términos relativos, la economía del Perú es muy pequeña comparada con los mercados con los que comerciamos. Por ejemplo: el crecimiento de 7% de la economía china equivale a dos veces el PBI peruano (US$ 400 mil millones). Nuestras exportaciones agroindustriales vienen creciendo a dos dígitos anuales y este año ya recuperaron un importante crecimiento.

Si produjéramos más minerales o más madera, no tendríamos problema para venderlos en los mercados internacionales.En consecuencia, se puede decir, que la situación restrictiva o de menores precios de la demanda global, no debería afectar nuestra capacidad de seguir exportando y creciendo en nuestra participación del comercio mundial.

b. Revolución Tecnológica

El mundo está entrando en una revolución tecnológica que cambiará sustancialmente nuestra forma de vida y trabajo. Esta revolución se debe al desarrollo de la digitalización, robotización, inteligencia artificial, impresiones 3D, biología sintética y otros desarrollos que amenazan ser sumamente disruptivos con el empleo de las próximas décadas, tanto el de los más capacitados, como el de menos capacitación.Ver en Lampadia:

La tercera revolución industrial trae un nuevo mundo – Apuntes para la creación de empleo al 2034 (I)

La tercera revolución industrial trae un nuevo mundo – Apuntes para la creación de empleo al 2034 (II)

Roubini sobre la tecnología y el empleo del futuro – La Tercera Revolución Industrial

Más sobre la revolución tecnológica que estamos viviendo – Organizaciones Exponenciales (I)

Una expresión de este fenómeno es que la economía global se está desindustrializando y desmaterializando (hoy llevas tu cámara de video, GPS, y linterna en el teléfono). La industria crea cada vez menos empleo y se considera que ya no es el camino al desarrollo de los países más pobres, como lo explica Arvind Subramanian, el principal asesor económico del Primer Ministro de la India, Narendra Modi.

2. Objetivos Internos

      a. Crecimiento Económico

El crecimiento económico es indispensable para la creación de empleo, la reducción de la pobreza y la acción social y de desarrollo del Estado. Evidentemente, este no es el objetivo final del desarrollo, sino el medio para lograrlo. Sin crecimiento no se podría aumentar la inversión en educación, salud, infraestructuras y desarrollo tecnológico.

Según múltiples estudios de especialistas e información del INEI, el crecimiento de los últimos 15 años ha explicado entre el 70 y 80% de la reducción de la pobreza. Ver en Lampadia: Al menos 80% de la reducción de la pobreza es por el crecimiento

b. Generación de Empleo

La PEA del Perú crecerá desde unos 15 a aproximadamente 22 millones de personas el 2050. No solo tenemos que mejorar las condiciones de empleo actuales (con una informalidad laboral de 70%), que carece de los derechos más elementales; tenemos que mejorar las capacidades de nuestros trabajadores mediante intensivos y muy efectivos programas de capacitación; y tenemos que generar nuevos empleos para los jóvenes que se incorporaran al mundo laboral los próximos años (lo deben hacer en mucho mejores condiciones educativas).

            c. Reducción de la Pobreza

La pobreza total en el Perú es aún mayor a 23.5% y, la pobreza extrema de 4.1%. Es cierto que en los últimos quince años la pobreza se redujo desde 57%, pero no nos podemos quedar ahí.

Además, tenemos que reducir los niveles de anemia en niños menores de tres años, que el año pasado (2014) llegaba a 46.8%. Un nivel inaceptable, bajarlo debe  ser una de  las principales metas sociales.

Ver en Lampadia: Solo reconociendo la realidad podremos corregir los errores de la política social y económica – En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo.

3. Agendas Internas

         a. Agenda Política

Tres elementos: lograr una buena Gobernanza; establecer un sistema nacional de partidos políticos que representen efectivamente a la población e; implantar la meritocracia como el único camino para la selección, promoción y remuneración de los funcionarios públicos. Ver en Lampadia: El Mundo carece de una Gobernanza Global para el Siglo XXI e Instalemos un Estado Meritocrático en el Perú.

b. Agenda Social

Este punto abarca una revolución educativa, mejoras en salud, fortalecimiento de nuestras instituciones, el desarrollo de las infraestructuras internas y el avance en investigación y desarrollo, especialmente de carácter tecnológico.

Educación: El diagnóstico es claro y compartido, un atraso sustancial con respecto al resto al mundo de ayer. Si tomamos en cuenta, los desarrollos tecnológicos indicados en el punto 1.b. (revolución tecnológica), la brecha a superar es muchísimo mayor. Una mejora gradual de la calidad de la educación, no nos permitirá incluir a nuestra población como parte del mundo tecnologizado del futuro. Lo que necesitamos es una verdadera revolución, un “Big Bang”, como lo se dijo en el último CADE. Ver en Lampadia: Tenemos que emprender una revolución educativa y  Dignifiquemos el rol de los maestros.

Salud: La salud es una de las áreas en que el cambio tecnológico será más notorio y de mayor impacto en la calidad de vida. Necesitamos que nuestros peruanos más pobres, tengan la capacidad de financiar, o recibir del Estado, el acceso a los mejores instrumentos de prevención y cuidado de la salud que serán de uso común en el resto del mundo.

Instituciones: Una de las agendas más difíciles de superar. Incluye mejora del Sistema Judicial, la Policía, la Seguridad Ciudadana, la derrota final del terrorismo, el control del narcotráfico y la abolición de la corrupción. Ver en Lampadia: Sin instituciones no hay desarrollo.

Infraestructuras: La brecha de infraestructuras llega al 50% de nuestro PBI, unos US$ 100 mil millones. Cerrarla tiene un objetivo doble, mejorar nuestra competitividad y democratizar el acceso al mundo moderno. Uno de los mayores limitantes es su financiamiento, que requiere acceso a fondos suficientes y el diseño de una estrategia que permita un proceso efectivo y acelerado. Ver en Lampadia: Sobre cómo financiar e invertir US$ 80,000 millones.

Investigación y Desarrollo: El gobierno ha establecido incentivos fiscales para la inversión en (I+D). Además, debemos reconocer que durante los últimos 15 años ha habido una revolución tecnológica en todos los sectores de la economía. Esta se ha hecho sin registro oficial, muchas veces sin patentes y alejada del mundo académico. Su naturaleza ha sido de innovación productiva. Es necesario promover un mayor acercamiento de los sectores productivos con la academia, privilegiando la transferencia de tecnología y la mejora de los procesos productivos. Ver en Lampadia: Organizaciones Exponenciales (I).

4. Capacidades Internas

El Perú tiene reservas o capacidades productivas no explotadas en múltiples sectores como consecuencia del “apagón productivo y de inversión” de los 60, 70 y 80s, años en que la inversión privada estuvo proscrita.

Tenemos cómo multiplicar nuestra producción en: Minería, sector que solo explora y explota menos del 2% del territorio nacional (las áreas concesionadas se prestan para confusión).Tenemos muchos proyectos en ciernes que podrían multiplicar nuestra producción por tres o cinco veces. Madera, donde solo producimos una ínfima proporción de lo que hace Chile (exporta más de US$ 6 mil millones) y en el que nuestro potencial es de por lo menos cinco veces el chileno. Solo en la sierra tenemos 7 millones de hectáreas para reforestar. Acuicultura, sector que está prácticamente virgen y que podríamos desarrollar en ríos, cochas y mares.

Igualmente, tenemos un gran potencial para incrementar nuestras  Agroexportaciones, el Turismo, Bionegocios, y Manufactura vinculada a nuestros sectores primarios, como lo hemos hecho los últimos años que, ha permitido que hoy tengamos el sector industrial más grande competitivo y exportador de nuestra historia. Ver en Lampadia: La minería: generó un ciclo virtuoso de crecimiento.

En resumen, el Perú, país bendito, tiene como multiplicar su nivel productivo, la creación de empleo y la generación de recursos fiscales, como no la tiene ningún otro país. Este potencial nos permite generar riqueza para cerrar las brechas sociales, ponernos al día en educación, salud e infraestructuras, creando empleo de calidad para afrontar el salto tecnológico que nos permita nivelarnos con los países más desarrollados y poder sumarnos con éxito a la “tercera revolución industrial”.

Hasta antes de la revolución tecnológica podíamos considerar que teníamos unos 20 años para ponernos al día. Ahora el tiempo se ha acortado, probablemente nos quedan solo cinco años para hacer el trabajo de superarnos. Ya no podemos cometer más errores.

Si no empezamos pronto a desarrollar nuestro potencial, quedaremos condenados a una situación social y económica de discapacidades que no tenemos por qué aceptar. Esperamos que este análisis de las fuerzas que condicionarán nuestro futuro, nos sirva para tomar conciencia de la realidad y comprometernos con la acción, superando debates inútiles y las trampas políticas e ideológicas que todavía nos tienen atrapados en la pobreza. Lampadia

 

 

 

 




La visión de Arvind Subramanian

La visión de Arvind Subramanian

Arvind Subramanian, asesor económico principal del gobierno de India y, por lo tanto asesor de una de las naciones más importantes del mundo, tiene una perspectiva visionaria. Anteriormente, en Lampadia ya hemos publicado sus opiniones.

Subramanian afirmó “que los países, a cualquier nivel de ingresos, son hoy menos dependientes de la manufactura, tanto en términos de producción como de empleo. Y que el nivel de ingreso por persona, basado en la manufactura, llega a su pico cada vez a niveles más bajos”. Él llama a esto la “prematura no-industrialización.” Ver en L: Apuntes para la creación de empleo al 2034 (I) y la segunda parte (II).

Es por esto que creemos en su importante y valiosa visión. Ahora compartimos un artículo suyo publicado en Project Syndicate el pasado 18 de abril de este año, siguiendo su línea de pensamiento sobre el desarrollo y manejo económico de un país.

Arvind Subramanian en una conferencia en China sobre la dominancia asiática y la G20         Fuente: Poptech

 

El problema del estancamiento persistente

Escrito por Arvind Subramanian.

Publicado por Project Syndicate el 18 de abril, 2015.

 

En un intercambio reciente entre el ex Presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos Ben Bernanke y el ex Secretario del Tesoro del mismo país Larry Summers sobre la posibilidad de un estancamiento persistente, un aspecto en el que convenían era el de la necesidad de una perspectiva mundial, pero desde dicha perspectiva la hipótesis de un estancamiento persistente en el período inmediatamente anterior a la crisis financiera mundial no cuadra con un dato fundamental: el crecimiento mundial ascendió, por término medio, a más del cuatro por ciento, la mayor tasa registrada.

El mismo problema rodea la hipótesis de Bernanke de que el crecimiento lento reflejaba una “saturación del ahorro mundial”. Desde una perspectiva keynesiana, un aumento del ahorro no puede explicar el incremento repentino de la actividad que el mundo presenció a comienzos del decenio de 2000.

Parece que los partidarios de la hipótesis del estancamiento persistente no han entendido en qué consiste el problema. Desde una perspectiva de verdad mundial y duradera, la dificultad estriba en explicar el auge anterior a la crisis. Más concretamente, radica en explicar la conjunción de tres importantes acontecimientos mundiales: un aumento repentino del crecimiento (no un estancamiento), un descenso de la inflación y una reducción de los tipos de interés reales (ajustados a la inflación). Cualquier explicación convincente de ellos debe dejar de insistir exclusivamente en un marco de demanda agregada y centrarse en el aumento de los mercados en ascenso, en particular China.

Esencialmente, el mundo presenció una gran sacudida positiva de la productividad procedente de los mercados en ascenso, que aceleró el crecimiento mundial, al tiempo que reforzaba el proceso desinflacionario que ya había puesto en marcha la llamada gran moderación en la inestabilidad del ciclo económico. Ese dato fundamental permite conciliar dos de los tres importantes acontecimientos mundiales: un mayor crecimiento y una inflación menor.

Entonces el problema estriba en cuadrar el aumento de la productividad mundial con la bajada de los tipos de interés reales. Bernanke puso de relieve correctamente que los tipos de interés reales a largo plazo van determinados por el crecimiento real. Así, pues, la sacudida positiva de la productividad debería haber aumentado el rendimiento del capital y, por tanto, el equilibrio real de los tipos de interés. Además, el hecho de que la sacudida de la productividad reflejara una reducción del coeficiente entre el capital y la mano de obra mundiales debida a la integración de los trabajadores chinos e indios en la economía mundial debería haber acentuado esa tendencia, pero no fue así: al contrario, los intereses reales mundiales bajaron. 

Para entender ese misterio resultan fundamentales dos rasgos distintivos de la sacudida de la productividad de los mercados en ascenso: su origen y consecuencias fueron el gran consumo de recursos y su carácter mercantilista. Esos dos rasgos aumentaron el ahorro mundial.

Para empezar, como los motores del crecimiento mundial fueron países relativamente pobres, pero grandes –la India y en particular China–, que estaban ávidos de recursos, los precios mundiales del petróleo se pusieron por las nubes, lo que redistribuyó los ingresos mundiales hacia países con mayor propensión a ahorrar: los exportadores de petróleo.

Más importantes aún fueron las políticas mercantilistas. China y otros países con mercados en ascenso aplicaron una estrategia económica que desafiaba los postulados habituales de la teoría del crecimiento y del desarrollo. El crecimiento mercantilista se basó –porque en parte así lo requería– en impulsar el capital hacia fuera, en lugar de atraerlo. Al limitar las entradas de capitales extranjeros y mantener bajos los tipos de interés internos, China pudo mantener una divisa relativamente débil, lo que sirvió para sostener el modelo de crecimiento impulsado por la exportación y, a su vez, contribuyó a unos enormes superávits por cuenta corriente (más del diez por ciento del PIB en determinado momento), que enviaron capital flotante al resto del mundo.

El reconocimiento de la importancia de esa estrategia revela una falacia común por la cual se atribuye la saturación del ahorro al deseo de los mercados en ascenso de asegurarse contra la agitación financiera comprando dólares de reserva. Eso puede haber sido cierto inmediatamente después de la crisis financiera asiática de finales del decenio de 1990, pero no tardó en prevalecer el imperativo del crecimiento. Dicho de otro modo, el motivo de la autoseguridad podría explicar el primer billón de dólares de China en títulos de reserva, pero nada tiene que ver con los tres billones posteriores.

El propio crecimiento contribuyó también a la saturación del ahorro. Al aumentar los ingresos, los ya prudentes asiáticos se volvieron aún más prudentes y las empresas rentables resultaron aún más rentables. Esa reacción endógena ante el rápido aumento de la productividad fue un factor decisivo que contribuyó a la saturación del ahorro. Hubo que revisar antiguas verdades sobre el desarrollo, en el sentido de que el ahorro es un motor del crecimiento, porque el crecimiento de los mercados en ascenso fue, hasta cierto punto, el motor del ahorro.

En eso estriba la explicación del problema de los tipos de interés. Al aumentar el ahorro (y, por tanto, la oferta mundial de fondos prestables), los tipos reales experimentaron una presión que los hizo bajar. Los tipos bajos, a su vez, brindaron la lubricación necesaria para financiar la burbuja de los activos en los Estados Unidos y en otros países. Según Summers, la magnitud del ahorro causó una debilitación del crecimiento; según la explicación substitutiva aquí ofrecida, fue primordialmente el crecimiento rápido –y sus rasgos distintivos– el motor de la magnitud del ahorro.

Actualmente, al desacelerarse el crecimiento mundial, una vez más parece posible el estancamiento persistente, pero éste es una dolencia de los países que se encuentran en la frontera económica. Para el resto del mundo en desarrollo, la verdadera preocupación no es una escasez de demanda, sino la necesidad de mantener unos niveles elevados de aumento de la productividad a fin de que puedan alcanzar a las economías avanzadas. Cuando los encargados de la formulación de políticas se reúnan en Washington esta semana para celebrar sus conversaciones rituales, no deberían perder de vista esa distinción fundamental.

 




Por qué Estados Unidos va a perder la guerra de precios del petróleo

Por qué Estados Unidos va a perder la guerra de precios del petróleo

Si los precios siguen bajos, las firmas estadounidenses más apalancadas podrían irse a pique.

Por Leonid Bershidsky

Bloomberg

(El Comercio – Portafolio, 14 de Enero de 2015)

La debacle financiera que sufrió Rusia cuando el precio del Brent cayó 50% en los últimos cuatro meses ha eclipsado la que podría aguardar a la industria estadounidense del esquisto en el 2015. Es hora de prestarle atención porque es improbable que Arabia Saudí y otros grandes productores de petróleo de Oriente Medio cedan y reduzcan la producción, y el precio ahora se está acercando a un nivel en el que la producción estadounidense empezará a reducirse con el cierre de pozos.

Los representantes de los principales miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo dicen desde hace semanas que no producirán menos petróleo por bajo que caigan los precios. El ministro de Petróleo saudí, Ali al-Naimi, ha dicho que ni siquiera un barril a US$20 los hará cambiar de opinión.

Las primeras reacciones en los EE.UU. fueron de confianza: los productores estadounidenses de petróleo son suficientemente resistentes; seguirán produciendo incluso a precios de venta muy bajos porque el costo marginal de extraer de los pozos existentes es aún menor; la OPEP perderá porque las redes de seguridad social de sus miembros dependen del precio del petróleo; y, de todos modos, la OPEP está muerta.

Ese optimismo recuerda a la reacción displicente de los rusos al comenzar la caída de precios: en octubre el presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo que “ninguno de los actores serios” tenía interés en un precio del petróleo inferior a US$80. Esta complacencia ha llevado a Rusia al borde del precipicio: el viernes, Fitch rebajó su calificación crediticia un escalón por arriba de basura y esta probablemente siga bajando en tanto el rublo continúe devaluándose al ritmo de la caída del petróleo.

Guerra de precios

En general, es una mala idea hacerse el gallito en una guerra de precios. Por definición, todos se van a ver afectados, y cualquier victoria puede ser solo relativa. El ganador es aquel que puede soportar más sufrimiento. Mi apuesta tentativa hasta ahora es a los saudíes y, aunque parezca contrario a la lógica, a los rusos.

Por ahora, la única señal de que la producción estadounidense de petróleo crudo puede reducirse es el menor número de plataformas petroleras en actividad en los EE.UU. La semana pasada bajó a 1.750, 61% menos que la semana anterior y cuatro veces menos que hace un año. Sin embargo, la producción petrolera sigue estando en un nivel récord. En la semana que terminó el 2 de enero, cuando la cantidad de plataformas petroleras también se redujo, llegó a 9,13 millones de barriles diarios, más que nunca en la historia. Las empresas petroleras solo están interrumpiendo la producción en los peores pozos, los que producen pocos barriles por día: a los precios actuales, esos pozos no justifican el costo de alquilar los equipos.

Como nadie reduce la producción, el precio sigue cayendo; ayer el barril de Brent estaba a US$48,27 y las tendencias todavía se orientan hacia abajo.

Todo esto finalmente tendrá su impacto. Según un análisis reciente de Wood Mackenzie, “un precio del barril de Brent de US$40 o menos haría que los productores redujeran la producción a un nivel en el cual habría una contracción significativa de la oferta petrolera mundial. Con un Brent a US$40, 1,5 millones de barriles diarios representan un flujo de caja negativo, en tanto el mayor aporte proviene de varios proyectos de arenas bituminosas de Canadá, seguido por los EE.UU. y luego Colombia”.

Extraer a pérdida

Eso no significa que, una vez que el Brent llegue a US$40 –y ese es el nivel que ahora prevé Goldman luego de renunciar a su pronóstico de que la OPEP cedería–, la producción de esquisto automáticamente se reducirá 1,5 millones de barriles diarios. Muchas empresas estadounidenses de fracking seguirán extrayendo a pérdida porque tienen deudas que pagar: unos US$200.000 millones de deuda total, comparables con las necesidades financieras de las compañías energéticas estatales de Rusia.

El problema de las empresas de fracking de los EE.UU. es que es imposible refinanciar esas deudas si están perdiendo efectivo. En algún momento, si los precios siguen bajos, las compañías más apalancadas se irán a pique y las más exitosas no podrán hacerse cargo de ellas porque no tendrán ni el efectivo ni la confianza de los inversores que las ayudaría a conseguir financiamiento para sus deudas.

Las insolvencias y la falta de expansión finalmente llevarán a recortes de la producción. La Administración de Información de Energía de los EE.UU. aún pronostica que la producción estadounidense de crudo promediará 9,3 millones de barriles diarios, 700.000 barriles diarios más que en el 2014. Pero si el Brent llega a US$40, ese pronóstico vuela por la ventana. Probablemente sea excesivamente optimista ya hoy.

En cuanto a los saudíes y los Emiratos Árabes Unidos, ellos seguirán produciendo. Son países, no empresas, y no pueden simplemente cerrar sus puertas e irse a casa: siguen teniendo presupuestos que financiar y carecen de un reemplazo para el petróleo como fuente de reservas internacionales. Rusia, el tercer productor mundial de petróleo después de Estados Unidos y Arabia Saudí, es mucho menos estable que las monarquías petroleras de Oriente Medio, pero está en la misma situación: el petróleo es su savia.