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Hablemos de gas seriamente

Hablemos de gas seriamente

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

A partir del descubrimiento del yacimiento de gas de Camisea por parte de Shell en 1984 y algunos esfuerzos infructuosos por definir un proyecto viable hacia 1994, Shell abandonó el Perú y el Estado licitó internacionalmente el desarrollo del proyecto de explotación del campo, transporte y comercialización de gas y líquidos. El ganador de esa licitación fue el Consorcio constituido por Plus Petrol, Hunt Oil, SK y Teck Petrol, quien ofreció pagar una regalía de 38% del valor de venta, recibiendo el derecho de explotación por 40 años. En el tiempo, se sumaron al consorcio, Repsol y Sonatrac.

Este proyecto tuvo tres efectos:

  1. Una inversión del orden de los US$13 mil millones, entre el campo para la explotación, los ductos para el transporte, la planta criogénica de Melchorita, la planta de fraccionamiento de Pisco y las instalaciones portuarias, lo que ciertamente brindó grandes oportunidades de trabajo.
  2. La modificación de nuestra matriz energética (mercado interno) y
  3. la exportación mediante un contrato de 15 años plazo.

Esta gran inversión permitió que, todos los peruanos nos hayamos beneficiado desde el inicio de operaciones hasta la fecha, con un ahorro de más de US$100 mil millones; en nuestros recibos de luz, al reemplazar en la generación eléctrica diésel por gas, por usar GNV en transporte público, ahorros en la industria mediana y comercios, al igual que en la gran industria, al cambiar la fuente de energía por gas natural.

[El gas de Camisea llega a todos los peruanos, pues alimenta el 40% del consumo de electricidad del país]

En términos de recaudación fiscal, producto de la exportación y venta local, durante estos 17 años, Camisea ha pagado US$14,880 millones entre Regalías e Impuesto a la Renta, vale decir, el 65% de la renta generada, llegando directamente al Cusco, más de US$1 millón diario.

Es muy importante que todos sepamos, que su capacidad de producción es de 1,650 MMPCD (1) (millones de pies cúbicos por día), de los cuales, el mercado local consume entre 550 y 600 MMPCD, se exporta entre 550 y 600 MMPCD y se reinyecta al pozo en promedio 400 MMPCD. Esto confirma que contamos con gas natural más que suficiente para toda nuestra población, si consideramos que, a la fecha, Calidda (responsable de la distribución) destina 17 MMPCD para atender a 1.1 millones de hogares (aproximadamente 5 millones de peruanos), por lo que se estima que, reservando 50 MMPCD adicionales, se podría atender al resto de la población del centro y sur del Perú.

Mucho se habla de los precios del contrato de exportación de Camisea, y es importante que sepamos que, independientemente de tener un comprador contractual por 15 años (Shell), no se fija un precio en el contrato, sino que se establece lo que se llama un “Marcador”, que es el precio del mercado al que se destina el producto. Así tenemos:

  • HH (Henry Hub) para el mercado de las américas.
  • JKM para el mercado asiático.
  • NBP principal marcador para Europa.

Igualmente debemos conocer algunos hechos históricos, como que, cuando se inició la exportación con destino a Manzanillo, México, el HH era el marcador con precios más altos en el mundo, puesto que para ese entonces no existía el shale oil, ni el shale gas (petróleo y gas de esquisto o de fracking), que se desarrolló al sur de USA, pero que se convirtió en una amenaza al mercado a mediados de la década pasada. Por su lado, un terremoto y tsunami en 2011, afectaron gravemente la central nuclear de Fukushima y todo el sistema energético japonés, por lo que tuvieron que construir de emergencia centrales termoeléctricas a gas, y al aumentar dramáticamente la demanda de gas natural, el precio del marcador JKM subió mucho. Finalmente, en Europa, dependiente del gas y del gasoducto ruso, el mercado se vio expuesto a las decisiones políticas rusas, que hicieron subir los precios en el marcador NBP. En resumen, mientras los altos precios del HH cayeron por presencia de shale gas, los mercados asiático y europeo, subieron radicalmente por las razones indicadas. Lo importante aquí, es que durante los últimos 5 años se han despachado 220 barcos y de ellos, sólo 5 han tenido México como destino, pero ninguno durante los últimos 2 años.

En esencia, el problema que debemos resolver en el Perú, es la masificación del gas y ese es un tema que corresponde al Estado peruano resolver, no a ningún contratista.

En el pasado se decidió construir el “Gasoducto del Sur” hoy “SIT”, una obra faraónica, que, siendo un sistema secundario para el transporte de gas, se construía con tuberías de mayor diámetro que el de TGP (TGP 32”, 24” y 18”, mientras el SIT entre 36” y 30”).

Algo que pocos mencionan, es la diferencia entre el GN (gas natural) que nos sobra, y el GLP (gas líquido de petróleo) que se vende en los balones de gas, del que no tenemos suficiente. Este último se obtiene de los líquidos que se extraen de los pozos de gas y que debemos complementar con GLP que importamos. En consecuencia, 75% del GLP proviene de nuestra producción y 25% es importado.

Para resolver nuestra necesidad de masificar el gas, deberíamos hacer cabotaje de gas natural licuefactado en la planta criogénica a muy baja temperatura, en buque tanque hasta Ilo. Pocos saben que el gas licuefactado reduce su volumen en 600 veces, mientras que el gas comprimido para ser transportado en camiones, tal como se transporta hoy, reduce su volumen sólo entre 30 y 60 veces. Debemos pues instalar una planta de regasificación en Ilo, para atender las dos centrales termoeléctricas construidas ya en esa zona y desde Ilo, con tuberías de sólo 8”, distribuir el gas a Arequipa, Tacna, Moquegua, Puno, etc., mientras que el norte del Perú, se debe atender con gas de Talara, disponible desde hace muchos años.

Esta propuesta podría ejecutarse en un año y con costos mucho más razonables que las otras opciones, permitiendo con esto que los peruanos se beneficien de este gas natural que, a pesar de este proceso, su costo es de hasta un tercio del diésel o el GLP.

El gobierno debería estar actuando diligentemente en esta dirección, en lugar de estar dando mensajes inadecuados a la comunidad de inversionistas nacional e internacional.

¡No sigan destruyendo la reputación e imagen del Perú! Lampadia

(1) En campo se obtiene una mezcla de gas y líquidos que le llaman “sopa”. In situ se separan el gas de los líquidos (unos 80 MBBLD), 50% se convierte en GLP, 10% es diésel y 40% es Nafta que se exporta para ser tratado y convertido en gasolina de aviación de alto octanaje.




Gas Natural: ¿Qué se quiere renegociar?

Gas Natural: ¿Qué se quiere renegociar?

Carlos Gonzales Ávila
Director Gerente de ENERCONSULT S.A.
Para Lampadia

Los contratos de hidrocarburos son instrumentos de largo plazo, lo que significa que son susceptibles de ser renegociados frente a cambios en los supuestos y condiciones existentes al momento de suscribirse. No debe extrañar entonces que una de las Partes de un contrato solicite revisar alguna condición del mismo. Eso es natural. Lo que no es natural es que se hable de renegociar contratos sin decir qué es lo que se quiere renegociar, y peor aún, que se inicie una renegociación bajo amenaza.

Para comenzar, los que proponen la renegociación deben decir primero qué contrato quieren renegociar (¿Lote 88, Lote 56 o ambos?) y después precisar qué parte del contrato buscan renegociar. En este punto, cabe algunas reflexiones respecto a los contratos de Camisea.

  • Se habla de recuperar el Gas para todos los peruanos, pero no se dice que el Gas del Lote 88 está reservado para el mercado interno y que es el único contrato en el que se establecen precios máximos en boca de pozo, para generación y para los demás usuarios.
  • Se cuestiona la exportación de gas natural pero no se dice nada sobre el impacto social y económico que tiene dicha exportación no solo en regalías e impuestos, sino también por la mayor producción de GLP nacional, reduciendo nuestra dependencia del GLP importado.
  • Se cuestiona la exportación del gas natural, pero no se aclara que teniendo el Lote 88 gas natural para abastecer el mercado interno por más de 30 años, hubiese sido absurdo buscar inversionistas para otros lotes con la condición de abastecer el mercado interno. Nadie en su sano juicio habría hecho inversiones en sísmica y perforación de pozos para sentarse a esperar 30 años.
  • Se habla de “ampliar reservas” pero no se dice que hay solo dos formas de hacerlo, logrando nuevos descubrimientos con más exploración o reduciendo el costo de producción para convertir en “reservas probadas” lo que ahora solo son “recursos” porque su explotación no es económicamente viable.
  • No se aclara que la masificación del gas natural no depende de los productores de los lotes de Camisea, sino del Estado que debe invertir en infraestructura para ese objetivo. Tanto es así que en Camisea se tiene que reinyectar gas (más de 400 millones de pies cúbicos todos los días) porque no hay quien lo compre.
  • Se escuchan declaraciones sobre una inequitativa distribución de las utilidades de los contratos de Camisea, pero no se aclara que la participación del Estado (Government take) es de 65% y que la utilidad neta del contratista no llega al 35%.
  • En el caso del gas natural, solo califican como reservas probadas los volúmenes susceptibles de ser vendidos, esto significa que si no hay mercado que compre el gas, entonces no hay reservas y solo tendremos recursos cuya explotación no es económicamente viable.
  • Entre tanto, el verdadero drama del Perú es el petróleo. Producimos poco más de 30,000 barriles de crudo por día y consumimos más de 250,000. En lugar de pensar en renegociar los contratos de gas natural, deberíamos pensar en renegociar los contratos en cuyos lotes se produce petróleo, para incrementar reservas y nivel de producción.

La lista de reflexiones en torno a la renegociación de los contratos en general y de los contratos de Camisea en particular es larga y solo hemos hecho un breve recuento de algunas ideas al respecto. Si la decisión del Gobierno es renegociar algún contrato, esperemos que para tal fin, por lo menos conforme un equipo negociador con técnicos de experiencia comprobada en contratación petrolera y desarrollo de proyectos de gas natural. Lampadia




La repotenciación y mejora del modelo

La repotenciación y mejora del modelo

Jaime de Althaus
Para Lampadia

El crecimiento económico que hemos tenido en el Perú en los últimos 30 años logró muchos avances, pero ha encontrado también limitaciones y ha empezado a debilitarse. Por eso, como veremos, el modelo económico debe ser repotenciado y mejorado.  

Luego de la profunda crisis económica en la que nos sumió el estatismo proteccionista de los 70 y 80, la apertura de la economía y la privatización de la mayor parte de las empresas previamente estatizadas a partir de los 90, le permitió al Perú crecer de manera sostenida y a tasas relativamente altas, con estabilidad macroeconómica.

  • Por primera vez en la historia, gracias a los fondos privados de pensiones, el Perú logró acumular un ahorro nacional sustantivo que permitió y permite financiar la inversión pública y privada.
  • Y se avanzó hacia una estructura tributaria progresiva y redistributiva, en la que la participación de los impuestos directos ha sido y es bastante mayor a la que existía en la época del estatismo proteccionista, supuestamente redistributivo.
  • Al mismo tiempo, el modelo regeneró también la estructura productiva reorientándola en cierta medida hacia el interior.
  • Los campesinos recuperaron su mercado interno y apareció una nueva industria mucho más competitiva y exportadora, más articulada a nuestros recursos.
  • Las exportaciones no tradicionales crecieron más en volumen que las tradicionales.

Como consecuencia de estos cambios, la pobreza se redujo extraordinariamente de un 60% a un 20% -aunque haya aumentado el 2020 a un 27% a consecuencia de la pandemia-, el ingreso del interior del país y del sector rural creció proporcionalmente más que el ingreso de Lima y se redujo también la desigualdad social medida por el índice de Gini. Surgió una nueva clase media emergente que debería ser el fundamento de una democracia de ciudadanos plenos. 

Sin embargo, el crecimiento económico que hemos tenido no ha logrado reducir la informalidad de manera apreciable. El empleo adecuado se más que dobló, pero esto no se tradujo en la formalización de esos empleos. La informalidad laboral, que expresa una exclusión de beneficios y palancas para el crecimiento, solo se redujo de un 79% a un 72%.

De otro lado, el propio crecimiento se ha ralentizado en los últimos 8 o 9 años, y se observa que sectores industriales y algunas exportaciones no tradicionales han empezado a perder competitividad y terreno en ese mismo periodo.

Esos dos fenómenos tienen una causa común: el peso regulatorio del Estado. No es la única causa, por supuesto, pero es la más importante. Según el índice de competitividad del Foro Económico Global, el Perú está en el puesto 128 entre 141 países en peso de la regulación gubernamental. Los emprendimientos –sobre todo los pequeños y medianos- no pueden soportar el peso de las excesivas regulaciones, y por eso operan en la informalidad o contratan personal informalmente. Y eso les resta competitividad a sectores sensibles a la competencia externa. Por eso han dejado de crecer.

La causa última es el Estado patrimonialista, capturado por grupos o gremios que lo usan para poner peajes a la producción y a los servicios y beneficiarse con poder y con pagos necesarios para acelerar los trámites. Y justificado con la ideología de la protección de los trabajadores, que encubre privilegios e impide una gestión basada en el mérito, y que sirve también de justificación a las leyes de corte clientelista que aprueban los políticos en el Congreso.

Esta es también la causa de otra debilidad estructural que nuestro crecimiento no ha logrado resolver: la mala calidad de los servicios públicos. No ha habido un problema de falta de recursos. El presupuesto del sector salud, por ejemplo, se multiplicó por 7 en términos reales –en soles constantes- en los últimos 20 años, pero el servicio mejoró relativamente poco. Con frecuencia los recursos fueron desviados a bolsillos particulares por una gestión patrimonialista organizada en redes de corrupción.

En todo esto, el empresariado no ha jugado tampoco el rol fiscalizador y propositivo que debió jugar. Al fin y al cabo, el sector privado transfiere al Estado todos los años un capital muy grande que es malgastado. Es responsabilidad del sector privado exigir resultados y formular propuestas de reforma a partir de su propia experiencia empresarial.

La conclusión es que el modelo necesita ser repotenciado y mejorado. Para ello se requiere adoptar las siguientes medidas:

  • Podar la maraña normativa mediante un programa intensivo a Análisis de Impacto Regulatorio de las normas existentes y de las que vayan a salir.
  • Digitalización del Estado
  • “Combo formalizador”: reemplazar los regímenes especiales tributarios y laborales por una escala gradual y progresiva en cada caso.
  • Formalización perfeccionada de la propiedad, catastro y reforma del saneamiento legal.
  • Restablecer la indemnización como compensación a la desvinculación laboral.
  • Colaboración público-privada en Mesas Ejecutivas para relanzar sectores estancados y sacar adelante nuevos motores de la economía, y para profundizar un cluster minero-industrial potente.
  • Empoderamiento tecnológico de las mypes y difusión masiva de las tecnologías de Sierra productiva en la economía campesina
  • Implantar la meritocracia en el Estado: servicio civil. Reforma meritocrática y de gestión de rendimiento en Salud y Educación.  APPs en la gestión de servicios públicos.
  • Impulso a la ciencia y tecnología
  • Reforma de la ley de contrataciones y de la gestión en infraestructura
  • Reforma de la descentralización
  • Gobernanza minera

El Plan de Gobierno de Fuerza Popular contiene un diagnóstico que coincide en términos generales con el que hemos formulado en este artículo, y plantea como eje central facilitar la recuperación y formalización de los pequeños simplificando regulaciones, titulando y concentrando la acción de apoyo al desarrollo de las mypes e introduciendo APP en la gestión de algunos servicios públicos. Se plantea una reforma tributaria para formalizar, pero no una reforma laboral.

Si Keiko Fujimori llega a la presidencia, necesitará una coalición parlamentaria que respalde estas y otras medidas, lo que supone convicción y decisión política de las bancadas.

Y para que este camino sea sostenible, se requerirá una reforma política que le de gobernabilidad a la democracia peruana. Y una reforma Judicial y policial que instale el imperio de la ley.

Un eventual gobierno de Castillo, en cambio, iría en muchos casos en el sentido contrario de las medidas enumeradas, agravando los problemas y terminando de destruir la capacidad de crecimiento del país. Lampadia




El Coronavirus llega al Perú… y muta a Vizcarravirus

El Coronavirus llega al Perú… y muta a Vizcarravirus

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 7 de febrero de 2020
Para Lampadia

Fuera de bromas… el Coronavirus está en boca de todos. Los más connotados epidemiólogos del mundo están en la palestra ilustrándonos acerca de su propagación, síntomas, secuelas, tratamiento, precauciones y sanas recomendaciones. Como que lavarse las manos – por ejemplo – resulta una práctica vital. En fin – según los entendidos – estamos ante una epidemia global muy peligrosa.

Efectivamente, la epidemia ha rebasado a la China, y ya está en otros países del mundo. Incluso se dice que podría haber llegado al Perú también.

Pero el peligro no se circunscribe únicamente al ámbito de la salud de las personas. Muchos economistas comentan acerca del tremendo daño a la economía china… y mundial. Mercados bursátiles a la baja. Precios de petróleo y metales, igual. Ventas de automóviles de capa caída. Demanda de acero en declive.

Muchas empresas chinas han instruido a sus trabajadores a quedarse en casa, y no ir a trabajar. Muchos cruceros y vuelos comerciales han suspendido sus servicios hacia – y desde – China. Consecuentemente, el turismo mundial también ha caído.

El Coronavirus está propiciando menos inversiones, menos empleos, menos consumo, menos producción, y menos exportaciones… tanto en China como en otros países del mundo.

Precisamente, al enterarme – por la radio y la televisión – de todos esos impactos económicos me dije a mi mismo: ¿qué parecido es el Presidente Vizcarra al Coronavirus? Me refería – por cierto – a todos los “menos” mencionados en el párrafo anterior: menos inversiones, menos empleos, menos consumo, menos producción, y menos exportaciones. ¿No será que el Coronavirus ha llegado a nuestro país… y ha mutado a Vizcarravirus?

Es que ¿acaso el Presidente Vizcarra – al igual que el Coronavirus – no ha frustrado muchas inversiones locales? … como – por ejemplo – el proyecto minero Tía María. ¿Acaso no ha causado los mismos “menos” que el famoso Coronavirus? ¡Pues sí!

No hay duda – por sus secuelas en el ámbito económico – el Presidente Vizcarra se parece mucho al Coronavirus. De allí la broma del virus mutante.

Ahora sí… en serio ¡qué mal lo que nos está pasando en materia económica! Crecer 2 o 3% al año, no es crecer… es retroceder. Lo hemos dicho en otras oportunidades. Todos los años, 300 mil jóvenes peruanos alcanzan la edad de trabajar. Y si nuestra economía no crece por encima del 5 o 6% anual, esos jóvenes no encontrarán trabajo formal, y la pobreza seguirá tal cual… o peor. Por eso es tan criticable crecer 2 o 3% anual, como ocurrió en el 2019. Y como volverá a ocurrir en el 2020.

Pero ¿cómo crecer al 5% o más… todos los años? Pues con inversiones… sobre todo privadas. Pero no. En vez de promover las inversiones, el Presidente Vizcarra las traba.

Ciertamente, la burocracia inoperante y corrupta es otra traba para las inversiones privadas… e incluso públicas. Pero también es cierto que ante la falta de liderazgo del Presidente Vizcarra, el gallinero burocrático se alborota… y todo se paraliza. El Vizcarravirus está haciendo estragos en nuestra economía.

Reiteración final. Lo del Vizcarravirus es una broma. Sin embargo, lo del Coronavirus sí va en serio. Y lo de la economía, también. Pero entre nos… ¡qué caro nos está costando tener un Vizcarravirus… en vez de un Presidente Vizcarra! Lampadia




Para superar la pobreza

Para superar la pobreza

Estrategia para la creación de empleo y generación de riqueza en el Perú durante los próximos 20 años

El Perú está dejando que grupos ideologizados por el pos-extractivismo, acompañados de unos cuantos exaltados, aprovechen la falta de conocimiento sobre el impacto de la minería y la clamorosa ausencia del Estado como orientador de las políticas públicas.

Estamos rechazando a la minería social y ambientalmente sostenible, y acogiendo la minería ilegal que causa desastres sociales y ambientales.

Estamos tirando por la borda, la palanca de desarrollo de los peruanos, el único sector que puede crear riqueza aceleradamente, sin causar daños que lamentar. Además, debemos tomar conciencia que los aportes de la minería pueden no durar más de 20 años.

El Perú tiene que enfrentar dos grandes retos, superar las brechas sociales y económicas en educación, salud, infraestructuras y tecnología; y nivelarse con los países más ricos para evitar que nuestros pobres queden fuera del mundo moderno, signado por la ‘Cuarta Revolución Industrial’.

Tenemos que poder crear empleos competitivos para ese nuevo mundo. Pero no nos queda mucho tiempo.

  • Por ejemplo, en el futuro, los alimentos que hoy exportamos y traen beneficios a los peruanos, podrán ser producidos en fábricas verticales en las capitales del mundo moderno:

  • Los minerales que producimos podrán ser explotados en los fondos marinos, e inclusive en el espacio externo. Otra amenaza es la sustitución de materiales:

  • Otro cambio que cortará nuestro potencial de crecimiento es que en 20 años ya no tendremos el bono demográfico, pues nuestra población habrá envejecido.

Tenemos que crear riqueza aprovechando lo que tenemos.
¡Que es mucho!

Pero no se puede crear riqueza dentro del Perú, tenemos que traerla del exterior, exportando bienes y servicios, y atrayendo visitantes:

Con agro exportaciones, manufacturas, minerales, pescados, con turismo y gastronomía.

Pero no todo lo que podemos hacer con el exterior nos deja los mismos beneficios:

  • Si exportamos un polo del mejor algodón, una manufactura sofisticada, que en Miami se vende en US$ 80, en el Perú, entre mano de obra, insumos, e impuestos, quedan solo US$ 8, el 10%.
  • Pero si exportamos paltas, que en Londres se venden en dos libras esterlinas, en el Perú queda el 60%.
  • Y si exportamos concentrados de cobre, en el Perú queda un sorprendente 86%.

¿Cómo así la exportación de minerales deja tanto más que la de manufacturas? La razón es que en contra del mito de ‘exportación de piedras’, la minería tiene un altísimo valor agregado. En promedio tiene un valor agregado de 69%.

El valor agregado es la riqueza que resulta de restar al valor del mineral, que bajo tierra vale cero, el costo de su conversión mediante remuneraciones, insumos, servicios e impuestos.

El encadenamiento de la producción minera se multiplica en su impacto en la economía. Veamos las cifras de Cerro Verde del año 2017:

Una exportación de US$ 3,195 millones, generó un impacto en el PBI de US$ 4.921 millones, US$ 1,760 de impacto directo y US$ 3,161 millones de impacto indirecto.

En resumen, el sector minero puede producir un gran impacto económico en el Perú.

Pero, en buena medida, nuestro potencial productivo es prácticamente infinito:

Otro sector que tiene una gran productividad es el de las agro-exportaciones. En 180,000 hectáreas de uvas, paltas, espárragos, arándanos, etc., generamos el mismo valor que otros países en 2’500,000 de hectáreas, con soya, trigo, maíz amarillo duro, azúcar y arroz:

Tenemos la oportunidad de establecer un círculo virtuoso:

Que nos permita enfrentar nuestros grandes retos:

Tenemos que defender el Perú de sus enemigos, aquellos que pretenden dejarnos en la pobreza, aquellos que pretenden parar nuestros sectores productivos y reinar como señores feudales en un mar de miseria.

  • Necesitamos ¡Realismo!
  • Necesitamos ¡Enfoque!
  • Necesitamos ¡Sentido de Urgencia!

Para cerrar las brechas sociales y económicas, para insertarnos en la ‘cuarta revolución industrial’, necesitamos más:

No olvidemos las voces de nuestros sabios:

Presentación de Pablo Bustamante Pardo en Lampadia




Lo que necesitamos es más Minería

Lo que necesitamos es más Minería

El Perú está dejando que grupos ideologizados por el pos-extractivismo, acompañados de unos cuantos exaltados, aprovechen la falta de conocimiento sobre el impacto de la minería y la clamorosa ausencia del Estado como orientador de las políticas públicas.

Estamos rechazando a la minería social y ambientalmente sostenible, y acogiendo la minería ilegal que causa desastres sociales y ambientales.

Estamos tirando por la borda, la palanca de desarrollo de los peruanos, el único sector que puede crear riqueza aceleradamente, sin causar daños que lamentar. Además, debemos tomar conciencia que los aportes de la minería pueden no durar más de 20 años.

El Perú tiene que enfrentar dos grandes retos, superar las brechas sociales y económicas en educación, salud, infraestructuras y tecnología; y nivelarse con los países más ricos para evitar que nuestros pobres queden fuera del mundo moderno, signado por la ‘Cuarta Revolución Industrial’.

Tenemos que poder crear empleos competitivos para ese nuevo mundo. Pero no nos queda mucho tiempo.

  • Por ejemplo, en el futuro, los alimentos que hoy exportamos y traen beneficios a los peruanos, podrán ser producidos en fábricas verticales en las capitales del mundo moderno:

  • Los minerales que producimos podrán ser explotados en los fondos marinos, e inclusive en el espacio externo. Otra amenaza es la sustitución de materiales:

  • Otro cambio que cortará nuestro potencial de crecimiento es que en 20 años ya no tendremos el bono demográfico, pues nuestra población habrá envejecido.

Tenemos que crear riqueza aprovechando lo que tenemos.
¡Que es mucho!

Pero no se puede crear riqueza dentro del Perú, tenemos que traerla del exterior, exportando bienes y servicios, y atrayendo visitantes:

Con agro exportaciones, manufacturas, minerales, pescados, con turismo y gastronomía.

Pero no todo lo que podemos hacer con el exterior nos deja los mismos beneficios:

  • Si exportamos un polo del mejor algodón, una manufactura sofisticada, que en Miami se vende en US$ 80, en el Perú, entre mano de obra, insumos, e impuestos, quedan solo US$ 8, el 10%.
  • Pero si exportamos paltas, que en Londres se venden en dos libras esterlinas, en el Perú queda el 60%.
  • Y si exportamos concentrados de cobre, en el Perú queda un sorprendente 86%.

¿Cómo así la exportación de minerales deja tanto más que la de manufacturas? La razón es que en contra del mito de ‘exportación de piedras’, la minería tiene un altísimo valor agregado. En promedio tiene un valor agregado de 69%.

El valor agregado es la riqueza que resulta de restar al valor del mineral, que bajo tierra vale cero, el costo de su conversión mediante remuneraciones, insumos, servicios e impuestos.

El encadenamiento de la producción minera se multiplica en su impacto en la economía. Veamos las cifras de Cerro Verde del año 2017:

Una exportación de US$ 3,195 millones, generó un impacto en el PBI de US$ 4.921 millones, US$ 1,760 de impacto directo y US$ 3,161 millones de impacto indirecto.

En resumen, el sector minero puede producir un gran impacto económico en el Perú.

Pero, en buena medida, nuestro potencial productivo es prácticamente infinito:

Otro sector que tiene una gran productividad es el de las agro-exportaciones. En 180,000 hectáreas de uvas, paltas, espárragos, arándanos, etc., generamos el mismo valor que otros países en 2’500,000 de hectáreas, con soya, trigo, maíz amarillo duro, azúcar y arroz:

Tenemos la oportunidad de establecer un círculo virtuoso:

Que nos permita enfrentar nuestros grandes retos:

Tenemos que defender el Perú de sus enemigos, aquellos que pretenden dejarnos en la pobreza, aquellos que pretenden parar nuestros sectores productivos y reinar como señores feudales en un mar de miseria.

  • Necesitamos ¡Realismo!
  • Necesitamos ¡Enfoque!
  • Necesitamos ¡Sentido de Urgencia!

Para cerrar las brechas sociales y económicas, para insertarnos en la ‘cuarta revolución industrial’, necesitamos más:

No olvidemos las voces de nuestros sabios:

Presentación de Pablo Bustamante Pardo en Lampadia




Estrategia para la creación de empleo y generación de riqueza en el Perú durante los próximos 20 años

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

El Mundo

Dentro de 20 años, el mundo habrá sufrido una gran transformación de sus procesos productivos, logrado un sustancial aumento de la productividad y mejorado el bienestar general.

La ‘cuarta revolución industrial’ habrá dejado de ser una fuente de especulación sobre sus impactos económicos y sociales. En el mundo, la robótica, la inteligencia artificial y los algoritmos habrán generado una sociedad con relaciones disruptivas entre la creación de riqueza, empleo, tecnología, ingresos y bienestar, tal como las vemos hoy día.

Las sociedades más ricas, aquellas que lideren la gran transformación productiva y marquen el acelerado cambio tecnológico, gozarán de condiciones de vida muy superiores a las de las sociedades que no estén en la frontera de desarrollo y adopción de las nuevas tecnologías.

El Perú

Nosotros estamos tarde como para ser parte de la vanguardia de dicha revolución. No hemos acumulado ni capital humano, ni físico, ni tecnológico; no hemos acumulado suficientes activos como para transformar aceleradamente nuevas formas de creación de riqueza.

Sin embargo, sí tenemos la capacidad de producir y de exportar muchos de los productos y servicios que las viejas y nuevas sociedades afluentes no producen (y que demandarán) para mantener sus altos niveles de bienestar.

El Perú puede producir y exportar las mejores frutas y hortalizas del planeta, magníficos peces y mariscos, buenas variedades de madera, diversidad de minerales y fuentes de energía, así como servicios de turismo y gastronomía.

Si nos dejamos de complejos y superamos los paradigmas que desvían la orientación de nuestras políticas productivas, podremos multiplicar nuestra oferta de dichos productos y servicios y recibir una compensación económica que nos permita:

  • Acumular capital
  • Mejorar nuestras infraestructuras
  • Desarrollar nuestro capital humano
  • Generar empleo en un mundo que sustituye empleo por máquinas
  • Dotar al Estado de los recursos necesarios para la gestión pública

Desde un punto de vista conceptual, la ‘cuarta revolución industrial’ transformará todos los procesos intermedios entre los elementos de la naturaleza y su usufructo por el ser humano. Los sectores de “servicios de alojamiento y alimentación”, manufactura y transporte serán particularmente vulnerables (como explica Martin Wolf del Financial Times).

En otras palabras, uno de los sectores que verá una mayor transformación será el sector industrial, donde los saltos de productividad generados por las nuevas tecnologías harán que sea muy difícil competir, sin su plena adopción.

Pero un buen mango, o una magnífica palta, uva, espárrago, arándano, alcachofa o melón, no serán producidos por máquinas, ni se sustituirá la participación de los seres humanos por las nuevas tecnologías. Como tampoco sucederá con los langostinos, erizos, lenguados o paiches, ni con nuestras variedades de madera y minerales. La sustitución tampoco se dará en los servicios que facilitan una visita a Machu Picchu, Kuelap y el Cañón del Colca, o el disfrute de un buen ceviche, lomo saltado, chupe de camarones o arroz con pato, por lo menos, no en un mediano plazo.

Todos estos productos y servicios son parte de ‘nuestra gran ventana de oportunidad’, un gran stock productivo, que debe ayudarnos a recuperar buena parte de los años perdidos, en los que impedimos la inversión privada (60s, 70s y 80s) y que después volvimos a malograr, multiplicando regulaciones que disuaden la inversión, sembrando una cultura anti-inversión privada en el sector público, permitiendo que pequeños grupos de poder saboteen las inversiones en nombre de sus falsos ídolos ambientales y sociales (paulatinamente desde el 2000 y a todo vapor desde el 2011).

Análisis

El Perú debe apoyarse en nuestra amplia y magnífica dotación de recursos naturales, cada vez más necesarios y valiosos para los países más ricos. Recursos que podemos producir y multiplicar, para traer del exterior (desde las empresas y consumidores más ricos del planeta) los recursos económicos que nos permitan avanzar hacia el pleno empleo y la mejora de capacidades humanas, en un mundo sin empleos.

Si les explicamos a nuestros ciudadanos los beneficios de asumir un desarrollo estratégico, que aproveche nuestro potencial en el nuevo mundo de la robótica y la inteligencia artificial, seguramente tendremos la comprensión y el apoyo para emprender la gesta del desarrollo sin avanzar un paso y retroceder dos, como venimos haciendo hace un buen tiempo.

No debemos dejar que grupos de interés político, ideologizados, sigan envenenando las mentes de nuestros ciudadanos sin contrarrestar sus mentiras y sus mitos. Estos grupos han capturado buena parte de los medios de comunicación, tanto a nivel nacional como en provincias. Además, tal como ha sucedido en otras sociedades, también cuentan con el apoyo de los académicos más activos en política (por ejemplo, los mediáticos profesores de economía de la PUCP), así como con la desidia de los líderes empresariales y sus gremios. 

Algo muy importante a registrar es que no nos queda mucho tiempo, por ello debemos trazar una estrategia de desarrollo que movilice, aceleradamente y consistentemente, nuestras capacidades durante los próximos 20 años.

  • Dentro de las dos siguientes décadas nuestra población seguirá envejeciendo hasta agotar nuestro bono demográfico
  • Las tecnologías seguirán evolucionando, y podrán empezar a aparecer las fábricas verticales de frutas y hortalizas mediante reproducción celular, la explotación masiva de minerales en los fondos marinos y en asteroides, eliminando nuestras actuales oportunidades de generar riqueza
  • Si no emprendemos cuanto antes una verdadera revolución educativa, corremos el riesgo de que las brechas que separen a nuestra población más pobre de los ciudadanos del nuevo mundo de la ‘cuarta revolución industrial, los dejen para siempre en la marginalidad social, como lo afirma el historiador israelita, Yuval Noah Harari.

En los próximos meses podemos movilizar el país hacia el crecimiento integral y sostenido, promoviendo agresivamente la inversión privada para desarrollar nuestros recursos naturales, las infraestructuras y el turismo; además de emprender las reformas políticas e institucionales que nos acerquen a los estados de derecho modernos; desburocratizando y simplificando drásticamente la paralizadora normativa actual y, por supuesto, alentando un salto cuántico en educación y salud.

Objetivo

Nuestra meta debe ser que el PBI crezca un 7% anual.

Un 7% de crecimiento anual da un crecimiento acumulado de 100% cada 10 años. Eso significa que podríamos llevar nuestro actual PBI de aproximadamente US$ 200,000 millones a US$ 800,000 millones en 20 años.

Además, con el mismo ritmo de crecimiento, nuestras exportaciones podrían pasar de los US$ 50,000 millones actuales a US$ 200,000 millones en 20 años. Lo interesante es que, si efectivamente privilegiamos la producción y exportación de frutas y hortalizas, madera y minerales, entre otros, dichas exportaciones dejarían en el Perú un porcentaje muy alto de su valor de venta en el extranjero, a diferencia de las exportaciones de productos manufactureros, que dejan un valor muy reducido en el país. Por ejemplo:

  • La exportación de un polo de buena confección, que se vende en Miami a unos US$ 80, le deja al productor local un 8 a 12% (según Oppenheimer, solo 8%)
  • Las frutas frescas, como la palta Hass, que se puede vender a unos dos euros por unidad en un supermercado inglés, deja en el Perú algo más de un 60% de su precio final.
  • Los concentrados de cobre, la exportación de minerales más básica, deja en el país aproximadamente un 86% de su valor en destino.

Por lo tanto, por donde se mire, tenemos que acumular la mayor riqueza posible en el menor tiempo posible y canalizarla para nivelar a nuestra población, especialmente a los más pobres, con los ciudadanos del mundo de la ‘cuarta revolución industrial’. 

Estrategia

Maximizar la creación de riqueza, volcando al país a poner en valor nuestros recursos naturales y nuestros servicios de turismo y gastronomía:

  1. Multiplicando los flujos económicos desde el exterior, mediante los altos márgenes de nuestras exportaciones, así como inversiones productivas y en infraestructuras.
  2. Incorporar a la sierra alto andina a los brazos de creación de riqueza de la gastronomía y las agro-exportaciones, apoyando el Programa de Sierra Productiva.
  3. Emprender una verdadera revolución educativa, dejando el paradigma de la educación masiva y centrando el aprendizaje en el liderazgo del alumno.
  4. Desburocratizando y simplificando la gestión del Estado.
  5. Imponiendo la meritocracia en todas las funciones del Estado.
  6. Emprendiendo la reforma política, del sistema judicial y de la descentralización.
  7. Imponiendo transparencia absoluta en los procesos de apropiación de recursos en el Estado y adoptando las mejores prácticas internacionales para el control de la corrupción.

“Hay, hermanos, muchísimo que hacer” (César Vallejo)
¡El mejor momento es hoy!

Lampadia




Propuesta para mejorar la producción del Arroz

El Arroz es un producto alimenticio muy importante para los peruanos, y su cultivo se ha asentado en zonas donde no necesariamente se dan las mejores condiciones naturales para su desarrollo, empezando por la demanda de agua del cultivo.

Desde el descalabro agrícola que produjo la reforma agraria del gobierno dictatorial y estatista de Velasco, se multiplicaron los sembríos de Arroz en la costa norte del país, demandando mucha agua y por su uso mediante inundación de los terrenos, saliniza y degrada los suelos. De igual manera, en la costa de Arequipa, en Majes, donde otrora se producían las mejores frutas del Perú, la reforma agraria cambió los sembríos hacia el Arroz y la Alfalfa.

La zona de la selva, que es más propicia para la demanda de agua, no logra tener aún los rendimientos de Arequipa y la costa norte.

Líneas abajo presentamos una propuesta de Alejandro Camino, para la mejora de los sembríos de Arroz, en base a ‘terrazas inundables’, una técnica asiática adecuada a la estructura de propiedad de la tierra agrícola del país, con gran presencia de minifundios.

Para facilitar una mejor compresión de la propuesta, presentamos adicionalmente, algunos cuadros sobre la siembra, producción, rendimientos y consumo  del Arroz en el Perú.

Fuente de los cuadros: Boletín Informe del Arroz, Ministerio de Agricultura y Riego, mayo 2017.

Terrazas inundables: opción para arroceros de San Martín
Menos Agua, Más Arroz

Alejandro Camino D.C.
Antropólogo. Ex Director Ejecutivo del Foro Mundial de Montañas en Nepal y presidente de la Iniciativa HimalAndes.
Caretas
26 de abril de 2018

Los cultivadores de arroz en el Perú vivieron una crisis por la competencia con el arroz importado a arancel cero, logrando —tras una huelga en diciembre del 2017— que el Estado excluya al arroz del sistema de franja de precios de una tasa arancelaria fija a este producto. Ni a uno ni a otro le vinieron a la mente estrategias alternativas para elevar la productividad peruana en el cultivo de arroz.

Sorprende que la controversia con respecto a la conveniencia de un cultivo altamente demandante de agua como el arroz en nuestra árida costa no haya resurgido con la misma intensidad que la confrontación arancelaria a fines del año pasado. Y la poca atención a la expansión del arroz en los valles de la selva alta en las últimas décadas, arrasando con bosques de incalculable valor forestal y genético, con niveles mediocres de productividad. En contraste, en Tailandia o Vietnam, en donde la producción masiva de arroz está en manos de pequeños agricultores, producen hasta tres campañas anuales y mucho más.

ARROCEROS DEL MAYO

Para aquellos que migraron de la sierra cajamarquina en búsqueda de mejores horizontes, horticultores milenarios de papa, el cultivo del arroz fue un aprendizaje total. Los primeros que llegaron a las mejores tierras del valle del Mayo, departamento de San Martín, hicieron buena plata con extensiones de arroz bajo inundación por encima de las veinte hectáreas. En estas se han logrado niveles de producción más competitivos, a alto costo por el intenso y creciente uso de agroquímicos. Su cultivo ha sido fuente de modestas bonanzas cíclicas y estacionales.

Terraza inundable: fórmula asiática para cultivos de dos o tres hectáreas.

Sin embargo, la mayor parte de estos migrantes cajamarquinos que llegaron tarde, subsisten con escasamente dos o tres hectáreas. Estos últimos nunca viven bonanza alguna, en especial cuando su ínfima producción los pone en condiciones no competitivas y marginales. Para estas familias el arroz es base de la alimentación, la que se complementa con otros carbohidratos: yuca, plátano. Una dieta casi sin proteínas. La proteína, vital a la subsistencia, que los antiguos aguarunas obtenían cazando y recolectando en los bosques hoy desaparecido es casi leyenda.

Por otro lado, el apreciado monocultivo del grano asiático ha incrementado geométricamente las poblaciones de ratas, así como innumerables pestes y plagas, todas intensificadas en el ambiente cálido y húmedo. El uso de agroquímicos crece exponencialmente, sube el costo de producción y va contribuyendo a envenenarnos a todos.

En cambio, en el contexto del trópico húmedo asiático, el arroz viene evolucionando desde hace 5,000 años, sembrado en terrazas inundables cuyos bordes se consolidan cultivando en estos a la soya, cuyas raíces amarran el suelo afianzando a las terrazas y conteniendo la erosión.

POZAS MILAGROSAS

La crianza de peces, camarón o anguila se efectúa simultáneamente en la terraza inundada, así como la crianza de patos con un manejo cuidadoso. Primero pasan los alevinos tras la siembra del arroz. Cuando estos han logrado buen tamaño –antes de la formación de la espiga de arroz– entran los patos. Cuando granea se sacan los patos y se pesca. Antes de la cosecha se regresa al pescado a una zanja adyacente, donde se reproducirán los nuevos alevinos para la siguiente campaña. Tras la cosecha del arroz, el “paddy” o poza arrocera, ya desecada, es festín de cerdos.

En tan sólo dos o tres hectáreas este pequeño agricultor obtiene, además de dos o tres campañas de arroz para el mercado y su consumo, hortalizas, soya (sillao) y proteína animal diversa. Estrategia toda basada en prácticas milenarias de conocimiento popular. Sin ingenieros ni biólogos. 

Hoy en Asia el manejo de estos cultivos asociados a la acuicultura es nuevamente tecnología de punta. La relación simbiótica arroz-pescado incrementa los niveles de producción de arroz hasta en 10%, y una hectárea de terraza arrocera puede producir 400 a 1,300 kilogramos de pescado al año, y de 200 a 450 kilogramos de camarón. Peces y otros consumen a los insectos depredadores del arroz y abonan los suelos. De paso nos libran de los impactos de los peligrosos agroquímicos.

La terraza inundable es pues la cornucopia agrícola asiática. Da carbohidratos (arroz), vitaminas (verduras), y proteína, generando ingresos que hace más competitiva la producción de arroz.

El arroz bajo riego no es parte de la rica tradición agrícola andina, tanto como ocurre con la papa en los Himalayas. El arroz chaufa, nuestro cuasi plato nacional, desconoce el origen popular de este antipasto que se prepara a partir de todo lo que produce la terraza arrocera. La asociación del arroz con otros cultivos y con crianza de peces, anguilas, camarón o crustáceos, es algo que intensifica el uso del suelo, lo que ayudaría a evitar el avance del hambre andino sobre los remanentes de bosques tropicales.

Esta agro-tecnología, como toda obra de arte, requiere de maestros que la practiquen, es decir, una transferencia de agricultor a agricultor, más que de técnico a agricultor.

Peces y arroz

En partes de Nepal y en África se ha introducido esta práctica milenaria del Asia del Este, ajena a la tradición local, y empieza a resolver problemas de deficiencia de proteínas y de generación de ingreso.

En la región de Tarapoto la exitosa crianza del camarón de Malasia en pozas –independientes del arroz-trae ya beneficios a unos pocos, pero se pierde la opción de mejorar el aprovechamiento del suelo. Para gente emprendedora y tesonera, como lo es el agricultor de origen andino cuando enfrenta un desafío, el éxito de esta propuesta estaría más que asegurada. Lampadia

 




Dar el salto a la exportación de papa

Dar el salto a la exportación de papa

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Hace unos días los productores de papa de varias regiones efectuaron un paro de 72 horas debido a que el precio del kilo del tubérculo en chacra había caído a 20 céntimos. Atribuían la caída del precio a la importación de papa, y pedían prohibir tal importación.

La verdad, sin embargo, es que el volumen de importación de papa pre-frita para los fast food es mínimo en comparación al consumo total. La producción nacional alcanza a 4.6 millones de toneladas e importamos sólo 30 mil toneladas, apenas el 0.6%.  

Causas y respuesta del gobierno

Evidentemente, la causa de la caída del precio en chacra fue la sobreoferta. Según informes, se habría juntado la campaña chica de sierra con la campaña de costa. Pero resulta que a los pocos días el problema se resolvió porque precio subió por si solo a unos 50 céntimos el kilo. Así, ningún gobierno regional llegó a comprar el tubérculo, tal como lo había dispuesto el Decreto de Urgencia (DU) N° 001-2018, que autorizó a los gobiernos regionales a adquirir el excedente de papa blanca hasta por un millón y medio de soles “a fin de contribuir en la atención de programas sociales y/o asistenciales, conducidos a través de entidades públicas y/o privadas sin fines de lucro”.

Felizmente no lo hicieron. La medida era absurda. Los gobiernos regionales debían empadronar a los campesinos, pero solo podían comprar por un millón y medio de soles, de modo que la mayor parte se quedaría fuera. ¿A quiénes empadronar y a quiénes no? Luego, de los empadronados, ¿a quiénes comprar y a quiénes no? Si el precio se mantenía bajo, todos hubiesen querido que se les compre. Además, el gobierno regional debía fijar el precio de compra según los costos de producción. ¿Cómo haría ese estudio?

¿Qué hacer?

El problema se resolvió por sí solo –por lo menos hasta ahora, aunque los gremios, jaloneados por un par de dirigentes radicales, habrían roto el diálogo con el ministro-, pero el episodio nos obliga a ir al fondo del asunto para ver qué se puede hacer para prevenir caídas abismales del precio y mejorar las condiciones para los paperos. Y tratar de ver cuál es el estado de desarrollo del mercado papero en el Perú para ver hacia donde puede evolucionar.

Intenciones de siembra      

Miguel Ordinola, experto del Centro de Internacional de la Papa, nos dice que lo primero es que el Ministerio brinde información a los agricultores acerca de intenciones de siembra y cosecha. Lo increíble es que, según un ex funcionario del Ministerio de Agricultura, esto ya se hacía entre los años 1998 y 2005 aproximadamente, y con cierto grado de eficacia. Se publicaba las intenciones de siembra de los principales cultivos. Lo que pasó luego es que la política de divulgar las intenciones de siembra habría perdido fuerza y, de otro lado, los equipos que generaban información en el campo se debilitaron con la descentralización. Por lo tanto, en el ministerio no hay certeza de que información sea correcta y por eso no la difunden.

Ismael Benavides, ex ministro de Agricultura, agrega que también tienen responsabilidad los comerciantes que habilitan y promueven los cultivos sin evaluar las consecuencias, de modo que al final quien paga los platos rotos es el pobre mal informado productor.

Baja productividad, pero subiendo

El problema de fondo del sector papero, sin embargo, es la baja productividad de los cultivos –aunque esta ha venido subiendo- y la ineficiencia del sistema de comercialización. Si los rendimientos fueran mayores los agricultores tendrían más ingresos, aunque habría que desarrollar mercados externos porque la producción crecería. Esta es la etapa que se viene.

En realidad, la productividad ha venido creciendo de manera sostenida. Según nos refiere Ordinola, entre los años 2005 y 2015:

  • El área sembrada creció 23%
  • La producción se incrementó en un 43%
  • Eso significa que el rendimiento creció en 19%
  • Y el consumo per cápita 20% (de 60 a 85 kilos)
  • Los precios reales, por su parte, crecieron un 22%

Es verdad, sin embargo, que esas cifras esconden diferencias importantes. Ismael Benavides apunta que mientras en la costa los agricultores tienen rendimientos de 36 mil kilos por hectárea, en la sierra están alrededor de 6 mil, con mayor dificultad de acceso al mercado y costos más altos. “A 50 centavos kilo el ingreso del agricultor en la costa es 18 mil soles ha., y en la sierra apenas 3 mil”.

Benavides explica que los rendimientos en la sierra son pobrísimos “no solo porque no se ha logrado proteger con tecnología y dar valor a nuestras papas nativas, si no que no se han desarrollado nuevas variedades. Falta investigación. Nuestra papa serrana está llena de virus que la debilita y baja su producción, y el agricultor está sujeto a plagas como la rancha, el gorgojo y las heladas. El INIA saca una variedad a la muerte de un Obispo, cuando hoy la tecnología te permite sacar varias variedades al año. El Centro Internacional de la Papa (con sede en el Perú), ha sacado variedades de papa transgénicas que son resistentes a la rancha, las heladas, etc. Como no se pueden usar en el Perú por la retrógrada y frívola ley que prohíbe transgénicos, esa papa se siembra en África y otros lugares. Justamente la transgénesis y la biotecnología nos ayudarían a preservar nuestras papas nativas de los virus y plagas que la aquejan, lo que redundaría en mayor productividad y mejores ingresos para los paperos que son los más pobres de nuestros agricultores”.

Pese a todo ello, la productividad ha venido aumentando y somos ahora el primer productor de papa de Latinoamérica, superando a Brasil. Mejoras en la producción andina como las que propone Benavides harían aún más necesario abrir un buen canal exportador. Es obvio que, si no exportamos papa, pronto el mercado interno llegará a su límite y los momentos de sobreoferta se repetirán con mayor frecuencia.

Comercialización y mercado internos

Vamos a examinar las razones por las que exportamos muy poco, pero antes señalemos que hay mucho que hacer en la comercialización interna para mejorar los precios al productor. Fernando Cillóniz recuerda que uno de los problemas más serios de la post cosecha son los sacos de 120 kilos en los que se empaca la papa, que no solo rompen las espaldas de los estibadores, sino que ocasionan una merma de alrededor del 30%, lo que reduce también el precio en chacra. Lo increíble es que unos ocho años atrás se dio una ley que establece los sacos de 60 kilos, pero no se cumple. Incluso se dio un reglamento y una norma técnica, pero el ministerio no hace nada para implementar estas normas.

Vale la pena aquí hacer notar el contraste entre la pos cosecha de la agro exportación costera, absolutamente tecnificada y sofisticada, con cadena de frío y empaques diferenciados para cada mercado, y la pos cosecha de la papa. ¿No podría aprender algo la comercialización interna de la externa? Es el dualismo de siempre.

Algo que podría ayudar, sobre todo en momentos de sobreoferta, son campañas que fomenten el consumo de la papa.  Hubo una experiencia muy exitosa en los años 2007-2008, cuando Benavides era ministro. El lema de la campaña fue “Este pechito come papa”. Benavides recuerda que según José Chlimper, a la sazón director del BCR, hubo un aumento del consumo y de precios a los paperos que significó un traslado de recursos de la ciudad al campo del orden de 300 millones de dólares de esa época, según cálculos del BCR (más que los programas sociales). “La idea de nuestro equipo del MINAGRI en esa época fue promover el consumo de nuestro disminuido tubérculo, así como Alicorp y Molitalia promueven el consumo de fideos y harina. Hicimos una campaña en medios, acompañada con degustaciones, eventos y recetas, y el uso de figuras culinarias como Gastón Acurio. Gastamos 4 millones de soles y fíjate el retorno”, relata Benavides.

La exportación de papa amarilla                  

De todas maneras, el consumo interno, aunque puede subir, tiene un límite. La producción papera peruana, que se viene incrementando, tendrá cada vez más problemas si no exporta de manera consistente.

En la actualidad exportamos, pero muy poco. Miguel Ordinola explica que hay tres segmentos de papa, y en dos de ellos ya se exporta cantidades pequeñas. El primero es la papa amarilla pre-cocida congelada, cuya exportación no llega a 5 millones dólares al año, aunque viene haciéndose de manera regular. Las variedades son la Peruanita de Andahuaylas y la Tumbay de Huánuco. Se vende la libra a $3.20 y se cocina en un horno microondas durante 3 minutos.

Pero la cantidad exportada es relativamente pequeña y no crece porque se dirige sólo a los mercados étnicos (de peruanos y colombianos) en Estados Unidos, Japón y España. Para conquistar los mercados locales de esos países se necesitaría una estrategia de marketing, que tendría que impulsarla el Estado coordinado a los distintos actores, en combinación, por lo demás, con la expansión de la gastronomía peruana. Hay allí una tarea impostergable.

La pregunta es por qué no se puede exportar papa amarilla fresca, y la respuesta es que la FDA lo impide porque el Perú es considerado un país con mosca de la fruta. Este es un tema que debería poder rebatirse porque dicha plaga es costera, no existe en la sierra. Pero eso supone una negociación de gobierno a gobierno que el nuestro ni se ha planteado realizar. Sería una tarea para el Mincetur.

Exportación de Chips de papas nativas de color

Un segundo segmento es el de las papas nativas de color. Con ellas se elaboran chips que se exportan con certificación orgánica y de comercio justo a Bélgica, Alemania, Francia, y van a un mercado gourmet. Pero el esfuerzo es muy pequeño. Sólo lo hace la cooperativa Agropia, en Sapallanga, Huancavelica. Allí tiene su planta desde hace unos 8 años. Son 900 socios, pequeños productores, pero no exportan más de 200 mil dólares al año. Según Ordinola, esta experiencia se podría replicar.

Papa blanca pre-frita y congelada             

El tercer segmento es el de la papa blanca, que podría exportarse cortada y pre-frita. Según Ordinola, aquí el problema es de competitividad. No podríamos competir con las grandes empresas globales que exportan esa papa y que nuestros fast food precisamente importan. La diferencia radica en que mientras nuestros campos producen 15 TM en promedio, aunque haya algunos que llegan hasta 40 TM, en Estados Unidos están en 60 TM por ha. Si subimos a 20 TM por hectárea podríamos exportar quizá a países latinoamericanos, piensa Ordinola.

Para ello podríamos comenzar modernizando el mercado de pollerías, que consume unas 350 mil toneladas al año de papa nacional. La idea, piensa Ordinola, sería tratar de emular calidad de las importadas. En la actualidad pequeños empresarios compran papa en el mercado mayorista, la pelan y la venden a las pollerías. Sería cuestión de que evolucionen hacia la venta a las pollerías de papa pre-frita refrigerada (no congelada), por ejemplo. Es algo que podría promoverse.

¿Exportar al Brasil?                                

Una pregunta que nos hacemos es por qué no podemos aprovechar la Interoceánica para exportar papa a las regiones interiores de Brasil, que importan la papa de lugares muy lejanos. Según Eduardo Ferreyros, ministro de Comercio Exterior, “no hay ninguna restricción de acceso de la papa a Brasil. El asunto es meramente comercial y de preferencias de consumidor. Al consumidor brasilero no le gusta las papas de cáscara gruesa y muchos agujeros. Se ha identificado que la variedad que podría ingresar es la Canchán, pero en Perú no hay proveedores organizados para el comercio internacional. Promperú y OCEX estás conversando con los proveedores a supermercados para incentivar su interés en el mercado internacional”.

Otro problema es el falso flete, es decir, camiones que regresan vacíos. Ferreyros nos informa Mincetur y PROMPERU vienen organizando misiones logísticas para encontrar carga de Brasil (soya, carne, etc.) que vaya al ASIA por puertos peruanos.

Miguel Vega Alvear nos refiere que el Ministro de Agricultura de Brasil estuvo en Lima en noviembre acompañado de 40 empresas compradoras incluyendo las cadenas de Supermercados, pero el Ministro de Agricultura del Perú se excusó de la reunión que Vega Alvear convocó con todos ellos. Increíble.

Y según Miguel Ordinola en el Perú hay variedades blancas sin ojos o con muy pocos ojos que podrían ser exportadas a Brasil. Ellas son la Canchán, Unica y Yungay. “Se puede organizar la oferta. El MINAGRI tiene una línea de acción que promueve la asociatividad y con mercado seguro se puede articular estas acciones”, opina. Estas variedades servirían también para hacer papa cortada pre-frita.

Conclusión

La producción y rendimiento paperos del Perú se vienen incrementando de manera sostenida, de modo que el Perú tiene que dar ya el salto a la exportación si no quiere verse agobiado con sobreproducción y bajos precios cada vez más frecuentemente.

Eso supone una política de Estado, que puede tener varios componentes:

  1. Una campaña de marketing en Estados Unidos, Europa y Japón para ampliar el mercado de la papa amarilla pre-cocida más allá del mercado étnico peruano, para llegar al consumidor local.
  2. Negociar con Estados Unidos permiso para el ingreso de papa amarilla fresca con el argumento de que la mosca de la fruta no existe en la Sierra del Perú
  3. Potenciar la exportación de chips de papa nativa de color
  4. Abrir el mercado brasilero para la papa blanca Canchán y otras organizando la oferta y reduciendo el falso flete.
  5. Modernizar el abastecimiento a las pollerías nacionales evolucionando a la papa cortada pre-frita refrigerada, como un paso hacia la exportación de papa cortada pre-frita congelada a otros países latinoamericanos.
  6. Investigación y acciones para incrementar los rendimientos de la papa en la sierra, introducir nuevas variedades resistentes y modernizar la pos cosecha, a fin de que los productores incrementen sus ganancias.
  7. Implementar un sistema de información de intenciones de siembra y llevar a cabo campañas de consumo de papa

Lampadia




Se viene un nuevo intento de cambiar de metodología

Se viene un nuevo intento de cambiar de metodología

El PBI es la manera más holística de medir el progreso nacional de los países. El crecimiento del PBI es la forma en que decimos si un país está mejorando, y el PBI per cápita se ha convertido en la medida definitiva del éxito de las naciones.

¿Es el PBI es una medida satisfactoria del crecimiento? Si por crecimiento se entiende la expansión de la producción de bienes y servicios, entonces el PBI o preferiblemente el PIB real, que mide el crecimiento sin los efectos de la inflación, es perfectamente satisfactorio. Ha sido construido para este propósito. La letra P significa “Producto”, el resultado de la producción. El Producto Bruto Interno se define como la suma de todos los bienes y servicios producidos en un país a lo largo de un espacio de tiempo. Es una medida integral, que abarca la producción de bienes y servicios de consumo, incluso servicios gubernamentales y bienes de inversión.

En este número único, se hace una idea de si la economía se está expandiendo o contrayendo. Paul Samuelson, premio Nobel y autor de muchas referencias de libros de texto, alguna vez describió el PBI como “verdaderamente uno de los grandes inventos del siglo XX, un faro que ayuda a los legisladores a orientar la economía hacia objetivos económicos clave”.

Sin embargo, durante varias décadas, un número creciente de economistas han comenzado a preguntarse si el PBI es suficiente para medir el éxito nacional. Notablemente, después de la crisis financiera de 2008, algunos economistas argumentaron que el PBI era solo un limitado indicador económico a través del cual evaluar el progreso.

Vale la pena recalcar que en Lampadia consideramos que el crecimiento del PBI es la clave del desarrollo integral (económico y social) de un país. Si la tasa de crecimiento no es óptima, la renta de una nación, es decir su nivel de riqueza, será escaso, su inversión limitada y su capacidad de crear empleo disminuida. Por lo tanto, además, el Estado no tendrá los recursos para atender sus obligaciones. Todo esto redunda directamente en una menor reducción de la pobreza, objetivo número uno de un país emergente como el Perú.

Es obvio que medir algo tan complejo como la riqueza de un país y su capacidad de crear riqueza, es algo muy difícil. Además, para agregar complejidad, es necesario tener elementos de juicio que permitan comparar distintos países, que pueden ser muy diferentes entre sí. Otrosí, las mediciones del nivel de desarrollo comparado, deben otorgar los elementos de juicio que permitan evaluar las relaciones causa-efecto de las políticas públicas que crean riqueza y, de aquellas que destruyen riqueza.

En las últimas décadas, se han creado una serie de metodologías de medición de la riqueza de los países. Por ejemplo, hace algunos años, el PNUD, sacó, con bombos y platillos el IDH (Índice de Desarrollo Humano), y lo presentó como una suerte de alternativa al PBI, y enfatizaron políticas públicas ajenas al crecimiento, sin embargo, el 33% del IDH, era el PBI. Por lo tanto, las políticas públicas no podían alejarse mucho de la búsqueda del crecimiento.

Consideramos que, aunque muchos critican al PBI, como un indicador que solo mide la riqueza/pobreza monetaria, un reciente estudio de la Universidad de Oxford demuestra que los índices que miden “la pobreza multidimensional” y el “Índice de Desarrollo Humano” reflejan lo mismo que consigue el denostado PBI. Los resultados del mencionado informen concluye que “para los hacedores de políticas [autoridades y expertos], la data también sugiere que el aumento de los ingresos se traduce en menores niveles de pobreza multidimensional. El crecimiento económico puede, entonces, no sólo ser la mejor manera de superar la pobreza extrema, sino también de reducir los aspectos no económicos, como las terribles carencias sociales” (Ver en Lampadia: No nos equivoquemos sobre cómo medir la pobreza).

Los países como el Perú, atrapados en su camino al desarrollo, no pueden distraer su atención en políticas públicas que muevan la aguja. O sea, que no disminuyan la pobreza y nivelen el piso de ingresos.

Sin embargo, consideramos importante y justo compartir también notas del Financial Times que intentan ampliar el espectro de cómo medir la riqueza de un país y utilizar métodos alternativos y holísticos para lograrlo. En nuestra opinión, estos índices o metodologías de medición, debieran ser complementarios al del PBI, pero no alterar la dirección principal del quehacer gubernativo. Lampadia

Por qué es hora de cambiar la forma en que medimos la riqueza de las naciones

El PBI es la medida de éxito económico más utilizada, pero ¿es engañosa?

Por David Piling
Financial Times
5 de enero, 2018

Imagine a dos personas: Llamémoslos Bill y Ben. Bill es un banquero de inversiones de rango medio que paga £ 500,000 al año después de impuestos. Ben es un jardinero que se lleva a casa £ 25,000. ¿Quién está mejor?

Si los juzgamos por sus ingresos, entonces Bill es claramente más rico; 20 veces más rico, para ser precisos. ¿Pero quién es más rico? Para eso, vas a tener que saber más acerca de sus existencias de activos y sobre sus circunstancias más ampliamente.

En términos de contabilidad nacional, el salario de £ 500,000 de Bill es el equivalente al producto bruto interno. Es el “flujo” de ingresos obtenidos en un año. Pero, como sabe cualquier prestamista hipotecario, eso no le dice nada sobre su riqueza o su salario del próximo año o del año siguiente.

¿Mencioné que Bill está endeudado después de un divorcio paralizante, o que tiene un hábito caro de cocaína? Ha vendido la mayor parte de sus activos, incluida su Harley-Davidsons vintage. Lo único que le queda es una hipoteca costosa y varios pagos de su (estropeado) Porsche. A los 59 años, ha sido despedido también del trabajo. De hecho, está a punto de ser despedido cuando el banco cambia su equipo de negociación de derivados de Londres a Frankfurt.

Mientras tanto, Ben vive en la finca de £ 100 millones que heredó de su tía abuela. Los fines de semana, se divierte en su propio jardín inspirado en Versalles, pagándose un salario nominal.

Este año, antes de cumplir 21 años, planea vender la propiedad y mudarse a un piso modesto en Knightsbridge. Va a invertir los 95 millones de libras que le sobran y vivir de los intereses mientras completa sus estudios como abogado de patentes, una profesión que debería hacerle ganarle un poco de dinero en efectivo en los próximos años.

Ahora, ¿quién se ve más rico? ¿Bill el banquero o Ben el jardinero?

Se dice que Michal Kalecki, el economista polaco, describió la economía como “la ciencia de confundir los stocks con los flujos”. Los inversores analizan el balance de una empresa, así como sus ganancias y pérdidas. Sin embargo, cuando se trata de dimensionar una nación, la mayoría nos quedamos estancados con el PBI, que cuenta el valor de los bienes y servicios producidos en un período determinado.

Las cifras del PBI pueden ser engañosas. Eso es especialmente cierto en los países ricos en recursos. El ingreso per cápita de Arabia Saudita de alrededor de $ 20,000 al año depende del precio y del volumen de producción de petróleo, que un día se agotará. En ese punto, a menos que los sauditas encuentren una manera de reemplazar el ingreso perdido, mediante el desarrollo de industrias de alta tecnología atendidas por personas educadas, se convertirá en Bill el banquero de las naciones.

Como dice Paul Collier, profesor de economía y política pública en la Blavatnik School of Government, es una lección difícil de extraer de las estadísticas nacionales de ingresos. Se necesitan actualizaciones periódicas del balance general de un país para “poder alertar” sobre las políticas insostenibles.

Sin embargo, no es algo sin remedio si los líderes son astutos. Gran parte de la urgencia detrás de los esfuerzos de reforma de Mohammed bin Salman, el príncipe heredero de Arabia Saudí, de 32 años, surge de una aparente determinación de diversificar la economía antes de que sea demasiado tarde.

“Las políticas que crean riqueza van más allá del aumento de la producción”, dicen Kirk Hamilton y Cameron Hepburn, en su reciente libro “La riqueza de las naciones: qué es lo que se olvida, porqué importa” (National Wealth: What Is Missing, Why it Matters)”. Implican hacer inversiones hoy para tener resultados en el futuro”.

Durante mucho tiempo tuve algunos recelos sobre el PBI como un barómetro preciso de los niveles de vida y la sostenibilidad de la riqueza. Como joven reportero del FT en América Latina en la década de 1990, aprendí rápidamente a informar minuciosamente sobre los giros trimestrales del PIB y a dar a mis artículos un toque de distinción mediante el despliegue del PBI como denominador común. Los ingresos tributarios o los niveles de deuda o el gasto en educación se expresaban mejor como un porcentaje del PBI para facilitar las comparaciones entre países. Sin embargo, más allá de saber que el PBI era una medida de producción económica, nunca me paré a pensar exactamente cómo se calculaba o qué significaba exactamente.

Más tarde, como corresponsal en Japón, me pregunté por qué la gente parecía tan acomodada cuando el PIB nominal no se había movido durante 20 años. La deflación y el bajo crecimiento de la población fueron parte de la respuesta. Eso significaba que el ingreso real per cápita era más alto que el número nominal sugerido. Pero la calidad de los servicios y la tecnología también marcaban una diferencia en los niveles de vida. Para el PIB, una elegante tienda del departamento de Mitsukoshi era lo mismo que un Walmart, y un tren de cercanías británico apabullado de gente hacía lo mismo que un tren Shinkansen japonés que viajaba a 200 mph y llegaba con una puntualidad medida en fracciones de segundo.

Más tarde aún, en China, me maravillé año tras año de un crecimiento de dos dígitos, pero me preocupaba que nadie tomara en cuenta los costos no tan ocultos del crecimiento en aire envenenado y tierra agotada. Parecía perverso que, si China gastaba dinero limpiando su desorden, eso también contara como crecimiento, al igual que el PBI cuenta el dinero gastado para reparar el daño después de desastres naturales, ataques terroristas o las guerras. Parecía que cualquier actividad, cavar un agujero y llenarla nuevamente, lo haría. En mi trabajo más reciente, como editor de África, descubrí que los datos del PIB, a menudo tratados como sacrosantos, se usaban, por ejemplo, para determinar los niveles apropiados de endeudamiento. – no tenían prácticamente ningún sentido. Los métodos normales para compilar el PBI, que se basan en costosas encuestas de empresas y hogares, a menudo son demasiado caros para que los asuman los gobiernos sin recursos. Además, no informaban adecuadamente sobre la actividad de los sectores informales y de subsistencia masivos. Terry Ryan, presidente de la Oficina Nacional de Estadísticas de Kenia, me decía que, si los datos oficiales indicaban que el 72% de los kenianos vivía con un dólar o dos por día, esto significaría que “el 72% de mi gente estaría muerta”.

En Nigeria, los pequeños cambios en la metodología implementada en 2014 revelaron que la economía era un 89 por ciento más grande de lo que se suponía, burlándose de las estimaciones anteriores. De nuevo en Kenia, un grupo de economistas contaba que podían monitorear la economía con mayor precisión que el PIB usando mediciones tomadas desde el espacio exterior. Las imágenes de satélite de las luces nocturnas mostraban que las estadísticas nacionales de ingresos no tenían en cuenta gran cantidad de actividades fuera de Nairobi, la capital.

Cuando comencé a leer más en el curso de la investigación de un libro, “El Gran engaño” (The Growth Delusion), descubrí que no estaba ni mucho menos solo en mi escepticismo. Había una gran cantidad de literatura académica, una mini industria cada vez más respetable, cuestionando la capacidad del PIB para reflejar nuestras vidas.

Un tren bala Shinkansen en Tokio © AFP

Inventado en la década de 1930 por Simon Kuznets, inicialmente como una forma de calcular los daños causados ​​por la Gran Depresión, el PIB es un niño de la era de las manufacturas. Es bueno para realizar un seguimiento de “cosas que se puede dejar de lado”, se esfuerza por dar sentido a los servicios, desde seguros de vida y jardinería paisajística hasta una comedia en directo, que comprenden alrededor del 80 por ciento de las economías modernas. Internet es aún más desconcertante. En términos del PBI, Wikipedia, que pone la suma del conocimiento humano al alcance de la mano, no vale precisamente nada.

Tampoco tiene mucho que decir el PBI sobre la distribución del ingreso, uno de los temas de nuestra era. Kuznets advirtió con urgencia que su medida nunca debe confundirse con el bienestar. Sin embargo, tratando al PBI como el parangón de los números, hemos ignorado esta advertencia.

Entre las deficiencias del PBI, la distinción entre flujo de ingresos y el stock de riqueza, destacada en la historia de Bill y Ben, es una de las más serias.

Partha Dasgupta, profesor emérito de economía en la Universidad de Cambridge, ha estado tratando de inventar formas de medir la riqueza durante décadas. La “palabra deshonesta” en el producto interno bruto, dice, es “grave”. “Si se drena un humedal para dar paso a un centro comercial, la construcción de este último contribuye al PBI, pero la destrucción del primero no se registra”.

Cuando fui a ver a Dasgupta, ahora de alrededor de setenta años, en sus habitaciones en St John’s College, comenzó con la intrincada interacción entre riqueza e ingresos. Uno podría pensar en términos de planificación de vida, dijo. Una familia puede usar el ingreso para comprar un activo, digamos una casa, o puede intercambiar un activo para pagar una educación, que, a su vez, podría convertirse luego en un ingreso más alto. Con cualquier entidad, una familia, una empresa o una nación, la riqueza es “lo que le permite planificar”, dijo, “convirtiendo una forma de capital en otra”. Con las naciones, algunas formas de capital son más fáciles de contar que otras. El llamado capital manufacturado comprende inversiones en carreteras, puertos y ciudades. Es relativamente fácil de valorar y muchos países mantienen inventarios de stock de capital. El capital humano es el tamaño y la habilidad de una fuerza de trabajo. El capital natural incluye energías no renovables, como el petróleo y el carbón, y las energías renovables, que van desde tierras de cultivo hasta complejos ecosistemas que proporcionan agua, oxígeno y nutrientes.

Puede parecer absurdo intentar valorar algunos de estos activos. En 1997, el economista ambiental Robert Costanza causó revuelo con su estimación de que el capital natural del planeta – “naturaleza” para usted y para mí – valía $ 33 billones. Sus sumas, publicadas en la revista científica Nature, fueron ridiculizadas tanto por economistas convencionales, que pensaban que el ejercicio no era científico, como por ecologistas, que se oponían a la idea de colgar una etiqueta en un océano o una selva. Costanza descubrió, por ejemplo, que los lagos y ríos “valían” $ 1.7bn, mientras que el ciclo de nutrientes, un “servicio ecosistémico”, proporcionaba $ 4.9 billones de beneficios para la humanidad.

Llamar a sus cálculos “la parte de atrás del sobre” sería difamar a los sobres. Sin embargo, cuando se cuestionó su metodología, respondió: “No creemos que exista una forma correcta de valorar los servicios ecosistémicos. Pero hay un camino equivocado, y es no hacer todo esto”.

De izquierda a derecha: Christine Lagarde, el príncipe heredero saudita Mohammed bin Salman y Masayoshi Son. Reuters.

Algunos economistas ven con sospecha cualquier intento de dar cuenta del agotamiento natural. Cuando le pregunté a Lawrence Summers al respecto, él denunció lo que vio como un intento fraudulento de los ambientalistas para limitar el crecimiento. Su principal queja era que los contables de la riqueza se quejaban rápidamente cuando los recursos se habían agotado, pero tardaban en reconocer cuándo se habían aumentado.

Las nuevas tecnologías, como el fracking y la perforación en alta mar, dijo Summers, habían aumentado las reservas explotables de petróleo y gas. La videoconferencia fue un avance que permitió a las personas celebrar más reuniones internacionales y reducir las emisiones relacionadas con los viajes. Pero los contables de la riqueza, dijo, nunca fueron lo suficientemente honestos como para admitir cómo la innovación podría aportar tanto a la riqueza como le habíamos substraído. “Es toda una operación de condenación y pesimismo”, prácticamente gruñó por teléfono. “Están a favor de que todos se queden en casa”. Que todo el mundo se quede en casa y se dedique a tejer.”

Summers tiene razón en que es difícil saber cuánto vale el stock de capital actual, ya que su valor puede cambiar dependiendo de los desarrollos tecnológicos o políticos. El cobalto había sido un subproducto del cobre de interés escaso; ahora es un componente imprescindible de las baterías de automóviles eléctricos. El petróleo ha sido oro líquido y aún puede serlo de nuevo. Pero las regulaciones ambientales más estrictas algún día podrían convertirlo en un activo varado sin valor.

Más filosóficamente, es difícil poner un precio al futuro. Una de las supuestas virtudes de la contabilidad de la riqueza es que es prospectiva. Analiza las existencias actuales de capital que producirán la corriente de ingresos del mañana. El PBI, por otro lado, es retrospectivo. Simplemente calcula la suma total del aumento de la producción durante un período determinado del pasado. Así que, en teoría, la contabilidad de riqueza debería ayudar a una generación a pensar en la siguiente.

Sin embargo, en la práctica, como me dijo mi colega Martin Wolf, existen límites. Podemos amar a nuestros hijos y a sus hijos e incluso a sus hijos por nacer. Pero, ¿qué hay de los niños que van a existir después de ellos y los de después de ellos? “La cuestión de la sostenibilidad en parte significa: ¿a quién le importa el futuro?”, Dijo. A largo plazo, “todos seremos sopa de energía cero”.

Dejando de lado consideraciones prácticas y filosóficas, ahora existe un verdadero impulso detrás de la contabilidad de la riqueza, incluso entre las instituciones más ortodoxas. Este mes, el Banco Mundial dará a conocer el intento más completo hasta la fecha para resolver el problema.

La Cambiante Riqueza de las Naciones 2018 es el fruto de años de trabajo de un equipo dedicado a ello. Se basa en investigaciones publicadas en 2006 y 2011. En su última versión, el banco produce cuentas de riqueza integrales para 141 países entre 1995 y 2014. Para cada país, hay estimaciones del capital “producido”, incluidas las tierras urbanas, la maquinaria y la infraestructura. El capital natural incluye los valores de mercado para los activos del subsuelo, como el petróleo y el cobre, tierras cultivables, bosques y estimaciones de la conservación de áreas protegidas, que están valoradas como lo están las tierras de cultivo.

Por primera vez, el banco hace un intento explícito de medir el capital humano. Utilizando una base de datos de 1,500 encuestas de hogares, estima el valor actual de las ganancias proyectadas de por vida de casi toda la población del planeta. “Estamos mirando el PBI como un rendimiento de la riqueza”, dice Glenn-Marie Lange, co-editor del informe y líder del equipo de contabilidad patrimonial del banco. “Los responsables políticos necesitan esta información para diseñar estrategias que garanticen que su crecimiento del PBI se mantenga largo plazo”.

Entre los hallazgos del informe, cuyos detalles completos están embargados, se encuentra un gran cambio de riqueza en 20 años hacia los países de ingresos medianos, impulsados en gran medida por el ascenso de China y otros países asiáticos. Sin embargo, un tercio de los países de bajos ingresos, especialmente en África, ha sufrido una caída absoluta de la riqueza per cápita durante ese período, en lo que podría ser un presagio peligroso sobre su capacidad de crecimiento futuro. En el mundo en su conjunto, según el informe, el capital humano representa un enorme 65 por ciento de la riqueza total. En 2014, este fue de $ 1,143 billones, o alrededor de 15 veces el PBI de ese año.

El informe es particularmente esclarecedor en trazo del camino hacia el desarrollo, ya que los países, en la forma descrita por Dasgupta, comercian de una forma de capital a otra. En pocas palabras, utilizan los ingresos derivados de los recursos naturales para acumular otras formas de capital, principalmente en infraestructuras, tecnología, salud y educación. Así, mientras el capital natural representa el 47 por ciento de la riqueza de los países con bajos ingresos, representa solo el 3 por ciento de la riqueza de los más avanzados.

La lección, dice Collier de la escuela Blavatnik y autor de “The Bottom Billion”, un libro sobre las economías en quiebra, es que las escaladas del PIB no te dicen nada si no sabes nada sobre la riqueza subyacente. En África, países como Nigeria han convertido los recursos en booms de consumo, pero han fracasado en gran medida en construir las infraestructuras o en invertir en la población saludable y educada que sostendrá el crecimiento futuro.

Gran parte de África, dice Collier, se ha “desenterrado a sí misma y se ha derribado a sí misma, pero no ha construido lo suficiente en su lugar”. No es crecimiento sostenible. Es una ficción de los datos de flujo “. Es una lección que Bill, el banquero endeudado con perspectivas de futuro limitado, habría hecho bien en tomar en serio. Lampadia




La próxima Revolución de la Producción

La próxima Revolución de la Producción

La propagación de las tecnologías digitales está impulsando una nueva revolución de la producción que tendrá implicancias en las políticas económicas y en el empleo. La OCDE ha explorado los efectos de la digitalización de la producción en su Informe “La próxima revolución de la producción – Un reporte para el G20“, el cual explora las tecnologías más importantes que están contribuyendo a la Próxima Revolución de la Producción, y proporciona algunas indicaciones sobre la mejor manera de adaptarse al progreso tecnológico.

En la tabla de contenido del informe se encuentran los siguientes temas:

1. Productividad y las tecnologías de la próxima revolución de producción 
2. Tecnologías digitales y producción futura
3. Bioproducción y biotecnología industrial
4. Nanotecnología: un habilitador para la próxima revolución de la producción 
5. Impresión 3D, producción y el medio ambiente 
6. Nuevos materiales y la próxima revolución de producción
7. La difusión de nuevas tecnologías de producción: ¿qué pueden hacer los gobiernos? 
8. Aceptación pública y nuevas tecnologías: por qué importa esto y qué opciones están abiertas
al gobierno? 
9. Desarrollar la previsión sobre la producción futura: ¿qué deberían hacer los gobiernos? 
10. La próxima revolución de la producción y los países en desarrollo 

De hoy al 2030, la aplicación de innovaciones, desde impresoras 3D hasta robótica, desde nuevos materiales hasta fabricación dirigida, generará profundos cambios en los mercados laborales, así como en el entorno, la distribución del ingreso y la educación.

Según el informe, la producción de bienes y servicios se ha transformado de muchas maneras en los últimos años. En primer lugar, la producción tiene lugar cada vez más a través de las fronteras, en las cadenas de valor mundiales. En segundo lugar, la producción se basa cada vez más en el conocimiento e involucra una combinación de bienes y servicios. En tercer lugar, una parte cada vez mayor de la producción, en particular en el sector de los servicios, se ve afectada por la digitalización. Y finalmente, una nueva ola de cambio tecnológico está alterando fundamentalmente la naturaleza de la producción, anunciando lo que se ha denominado una próxima revolución de producción. Asegurar que estas transformaciones respalden el crecimiento y el bienestar general requiere políticas sólidas en muchas áreas y es un enfoque actual del informe de la OCDE.

Cadenas de valor global

En las últimas décadas, el mundo ha sido testigo de un movimiento creciente de capital, insumos intermedios, bienes finales y personas. El progreso tecnológico y la innovación, especialmente en el transporte y la comunicación, junto con la liberalización del comercio, han llevado a la fragmentación de la producción a través de las fronteras y entre las tareas. Los bienes y servicios, y sus componentes, se producen y montan en diferentes lugares, a menudo agrupados geográficamente a nivel local y regional, antes de llegar a sus mercados objetivos. La OCDE y la OMC señalan la creciente importancia de las cadenas de valor mundiales para el comercio y la producción internacional, y señalan “la heterogeneidad y complejidad de los flujos comerciales en estas cadenas de valor mundiales”. Ya sea para el consumo nacional o internacional, la dependencia cada vez mayor de la producción en insumos intermedios producidos en otros lugares hace hincapié en la necesidad de que los países actúen de forma tal que exploten sus ventajas comparativas y se beneficien plenamente de las cadenas de valor mundiales.

Capital basado en el conocimiento

Al mismo tiempo, la ventaja competitiva sostenida en la producción se basa cada vez más en la innovación, que a su vez está impulsada por inversiones en I + D y diseño, software y datos, así como capital organizacional, habilidades específicas de la empresa, desarrollo de marcas y marketing. La generación de mayor valor agregado depende en gran medida del desarrollo (continuo) de capacidades y recursos superiores y, a menudo, específicos de la empresa. Estos son frecuentemente intangibles, tácitos, no comerciables y difíciles de replicar. 

La inversión en el Capital basado en el conocimiento  se ha convertido en un importante factor de éxito. Los países de la OCDE se especializan cada vez más en el desarrollo de ideas, conceptos y servicios relacionados con la producción de bienes físicos, y menos en la producción de bienes físicos como tales.

La digitalización de la economía y la sociedad

Las innovaciones impulsadas por las tecnologías digitales tienen un gran potencial para impulsar el crecimiento e impulsar las mejoras sociales, incluso en áreas como la administración pública, la salud, la educación y la investigación. Por ejemplo, la creación de grandes volúmenes de datos y la capacidad de extraer conocimiento e información de ellos (“big data”) está iniciando una nueva ola de innovación (basada en datos) y ganancias de productividad. El análisis de estos datos (a menudo en tiempo real), cada vez más desde dispositivos inteligentes integrados en Internet of Things, abre nuevas oportunidades para la creación de valor a través de la optimización de los procesos de producción y la creación de nuevos servicios. Esto es lo que algunos denominan “Internet industrial” como potenciación de máquinas y sistemas autónomos que pueden aprender y tomar decisiones independientemente de la participación humana y generar nuevos productos y mercados.

La próxima revolución de producción

A medida que la economía mundial continúa transformándose, las nuevas tecnologías se mezclan y amplifican las posibilidades de los demás en distintas formas. Muchas tecnologías de producción potencialmente disruptivas ya están empezando a tener un impacto. Por ejemplo:

  • El Big Data permite cada vez más más información sobre cualquier tema.
  • Los robots están listos para ser más inteligentes, autónomos y ágiles.
  • Las impresoras 3D son cada vez más baratas y sofisticadas. Ahora se pueden imprimir objetos (como una batería eléctrica) que incorporan estructuras múltiples hechas de diferentes materiales.
  • La construcción inteligente de abajo hacia arriba y el autoensamblaje de dispositivos podría convertirse en una rutina, transformando la manufactura.
  • La nanotecnología, que utiliza las propiedades de materiales y sistemas por debajo de la escala de 100 nanómetros, podría hacer que los materiales sean más resistentes, más livianos y mejores conductores eléctricamente, entre otras propiedades.
  • La tecnología de la nube permite el rápido crecimiento de los servicios basados ​​en Internet.

Estas nuevas tecnologías de producción podrán impulsar significativamente la productividad, especialmente si se pueden difundir entre empresas menos productivas y respaldar un proceso de crecimiento inclusivo. Las nuevas tecnologías también podrían hacer que la producción sea más segura, ya que los robots reemplazan a los humanos en las tareas de fabricación más peligrosas. Las nuevas tecnologías de producción también mantienen la promesa de una producción más limpia y la creación de una gama de productos que podrían ayudar a enfrentar los desafíos globales. Por ejemplo, las instalaciones que producen productos químicos o plásticos de base biológica podrían ayudar a abordar problemas ambientales y de residuos y generar nuevos empleos.

Desafíos para la política

Al mismo tiempo, varias barreras podrían obstaculizar el impacto potencial de la próxima revolución de la producción en la productividad, el crecimiento, el empleo y el bienestar. Por un lado, todavía hay un bajo nivel de adopción de tecnología digital en la mayoría de las empresas, lo que impide la realización de todo su potencial. Impulsar la próxima revolución productiva no solo se trata de cambios tecnológicos: beneficiarse de las nuevas tecnologías también depende de la capacidad de las empresas, los trabajadores y la sociedad para ajustarse al cambio, y de políticas gubernamentales que aseguren que esta transformación sea incluyente y genere ganancias de amplia base a través de la población. El cambio organizacional, la innovación en el lugar de trabajo, la gestión y las habilidades son algunas de las áreas en las que las empresas necesitarán invertir para respaldar un rápido cambio tecnológico, respaldado por inversiones públicas complementarias en educación, investigación e infraestructuras. También es esencial que los recursos fluyan hacia las empresas más productivas e innovadoras. La confianza también será fundamental para maximizar los beneficios sociales y económicos de la economía digital. Y, a medida que nuestra dependencia de las tecnologías digitales aumenta, también lo hacen nuestras vulnerabilidades, haciendo que la seguridad en línea, la privacidad y la protección del consumidor sean cada vez más esenciales.

Cuantos más gobiernos y empresas entiendan las implicaciones de las nuevas tecnologías para la producción, mejor posicionadas estarán para prepararse para los riesgos, conformar políticas apropiadas y cosechar los beneficios. Lampadia

Además, compartimos líneas abajo una sección del informe que consideramos muy importante y relevante para el Perú y los demás países emergentes:

 

 

 




El poder democratizador y disruptor de la tecnología

El poder democratizador y disruptor de la tecnología

Los vertiginosos avances en la tecnología están cambiando al mundo. Han mejorado la calidad de vida y llevado a las nuevas generaciones a vivir en el mundo más conectado y dinámico que jamás haya existido. Un mundo en el que se vive actualmente la “cuarta revolución industrial” y en el que se vaticinan cambios aún más significativos en los próximos años.

Banning Garrett, un consultor independiente y miembro de la facultad de Singularity University, exploró la relación entre la tecnología y la globalización, afirmando que la tecnología podría ayudar a reducir el impacto en los “perdedores” de la globalización.

Este pensador estratégico y emprendedor, se enfoca en el impacto de las tecnologías exponenciales y su intersección con las tendencias mundiales a largo plazo, la urbanización y la geopolítica.

Garrett plantea la posibilidad de que nos estemos acercando al pico de globalización, entendido como un punto desde el que deje de crecer el movimiento de cosas físicas como combustibles líquidos, carbón, contenedores en barcos, alimentos, materias primas, productos, etc.

“Los factores clave que nos mueven hacia la globalización pico, y la hacen económicamente viable, son las nuevas tecnologías, los negocios innovadores y los modelos comerciales que permiten la ‘producción en el punto de consumo’ de energía, alimentos y productos”.

Para visualizar mejor el tema, muestra la potencia de las impresoras 3D, que eventualmente podrán construir hasta edificaciones. Pero, algo mucho más impactante, especialmente para los peruanos, es el potencial desarrollo de plantas verticales para la producción de alimentos, como frutas y hortalizas, en el punto de consumo.

Hoy día, el Perú es una de las estrellas internacionales de la agro-exportación. Una industria muy sofisticada, de alto desarrollo tecnológico, que lleva los mejores alimentos frescos, desde el Perú, a los lugares más lejanos del planeta, y trae el dinero de los consumidores más ricos del mundo, a los bolsillos de nuestros trabajadores del campo. Como hemos mostrado anteriormente, nuestro potencial para multiplicar lasagro-exportaciones, es inmenso (ver Agroexportación: Una industria de clase mundial y La Nueva Agricultura Peruana), pero según lo postulado por Garrett, es posible que, en un determinado plazo, la tecnología permita que nuestras frutas y hortalizas se produzcan en Londres y Nueva York.

Por eso es que una nación como el Perú, con mucha pobreza por remontar, no puede seguir haciendo remilgos a la explotación de nuestros recursos naturales. Todos ellos, son hoy día, una tremenda fuente de riqueza para todos los peruanos, pero ello no será siempre igual. Lo que hoy dejamos de producir, lo estamos perdiendo para siempreLampadia

La tecnología nos está conduciendo al pico de la globalización

Banning Garrett  
Singularity Hub
22 de octubre de 2017
Traducido y glosado por
Lampadia

En algún momento en el futuro (de alguna manera ya lo estamos viendo), la cantidad de cosas físicas que se mueven alrededor del mundo alcanzarán su punto máximo y comenzarán a disminuir. Por “cosas”, me refiero a combustibles líquidos, carbón, contenedores en barcos, alimentos, materias primas, productos, etc.

Las nuevas tecnologías nos están moviendo hacia la “producción en el punto de consumo” de energía, alimentos y productos con una menor dependencia de una cadena de suministro global.

El intercambio de material físico ha sido fundamental para la globalización tal como lo conocemos. Entonces, este movimiento declinante de cosas [físicas] puede indicar que nos acercamos al ‘pico de la globalización’.

[Mientras tanto], el movimiento de personas, información, datos e ideas en todo el mundo está creciendo exponencialmente y es probable que continúe haciéndolo en el futuro previsible.

El pico de globalización puede proporcionar una vía para preservar lo mejor de la globalización y la interconexión global, mejorar la sostenibilidad económica y ambiental y empoderar a las personas y las comunidades para fortalecer la democracia.

Al mismo tiempo, algunos de los aspectos más problemáticos de la globalización pueden aliviarse, incluidas las transferencias financieras masivas a los productores de energía y la pérdida de puestos de trabajo por plataformas de manufactura como China. Este cambio podría aliviar a los “perdedores” de la globalización y aliviar las presiones populistas y nacionalistas que están sacudiendo a los países desarrollados.

Eso es todo un anuncio, me doy cuenta. Pero déjenme explicar la visión.

Nuevas Tecnologías y Negocios: Digital, Democratizado, Descentralizado

Los factores clave que nos mueven hacia la globalización pico, y la hacen económicamente viable, son las nuevas tecnologías, los negocios innovadores y los modelos comerciales que permiten la “producción en el punto de consumo” de energía, alimentos y productos.

Las tecnologías exponenciales permiten reducir drásticamente el “costo de entrada” para la creación de empresas. La Ley de Moore ha puesto a disposición tecnologías poderosas para casi cualquier persona y en cualquier lugar.

Comenzando con el microchip, que ha tenido una mejora de 100 mil millones de veces en 40 años, 10,000 veces más rápido y 10 millones de veces más barato, el costo marginal de producir casi todo lo que se puede digitalizar ha descendido a cero.

Una copia impresa de un libro, por ejemplo, siempre implicará el costo de materiales, impresión, envío, etc., incluso si el costo marginal disminuye a medida que se producen más copias. Pero el costo marginal de una segunda copia digital, como un libro electrónico, video o canción, es casi cero, ya que es simplemente un archivo digital enviado por Internet, la máquina de copia más grande del mundo.

Un teléfono inteligente proporciona acceso a la inteligencia artificial a la mitad de la población humana -desde SIRI, búsquedas y traducciones hasta computación en la nube- geolocalización, video-llamadas globales gratuitas, fotografía digital y cargas gratuitas a sitios de redes sociales, acceso gratuito al conocimiento global, un millón de aplicaciones para una gran variedad de propósitos, y muchas otras capacidades que no estaban disponibles para la mayoría de las personas hace solo unos años.

Además del gran poder de la desmaterialización y desmonetización para individuos privados, están teniendo un efecto aún más fuerte en las empresas.

“A medida que estas tendencias cobren fuerza en las próximas décadas, se transformarán fundamentalmente en las cadenas de suministro globales”.

Una puesta en marcha de la IA, por ejemplo, no necesita su propio local de servidores para capacitar a su software y proporcionar servicios a los clientes. El equipo puede alquilar ‘potencia de cómputo’ desde Amazon Web Services. Este modelo de plataforma permite a los equipos pequeños hacer grandes cosas a bajo costo. Y no es solo en software. Tendencias similares también están sucediendo en el hardware. Los fabricantes pueden imprimir en 3D o crear prototipos industriales de material físico en un garaje o espacio de fabricación local y enviar o vender diseños a cualquier persona que tenga una computadora portátil y una impresora 3D a través de plataformas en línea.

Estos son ejemplos de tendencias que probablemente ganarán fuerza en las próximas décadas, y cuando lo hagan, transformarán fundamentalmente las cadenas de suministro globales.

El nuevo modelo permite una producción a menor escala, local y descentralizada.

Para ver esto más claramente, echemos un vistazo a las tendencias tecnológicas en el trabajo en los tres mayores contribuyentes al comercio global de productos físicos: productos, energía y alimentos.

Productos

La impresión 3D (fabricación aditiva) permite la fabricación distribuida cerca del punto de consumo, eliminando o reduciendo las cadenas de suministro y las líneas de producción en fábrica.

Esto es posible porque los diseños de productos ya no se manifiestan en piezas de línea de ensamblaje como moldes o herramientas mecánicas especializadas. Por el contrario, los diseños son digitales y se pueden llamar a voluntad para guiar a las impresoras. Cada vez que se imprime una impresora 3D, puede imprimir un artículo diferente, por lo que no es necesario configurar una línea de ensamblaje para cada producto diferente. Las impresoras 3D también pueden imprimir todo un producto terminado en una pieza o reducir el número de piezas de productos más grandes, como motores. Esto disminuye aún más la necesidad de ensamblaje.

Debido a que cada artículo se puede personalizar e imprimir a pedido, no hay un costo beneficio de escalar la producción. Sin inventarios. Sin artículos de envío a través de los océanos. No hay emisiones de carbono que transporten no solo el producto final, sino también todas las partes de ese producto enviadas de los proveedores al fabricante. Además, la impresión 3D crea elementos capa por capa casi sin desperdicio, a diferencia de la “fabricación sustractiva” en la que un artículo está tallado en una pieza de metal, y gran parte o incluso la mayoría del material puede ser un desperdicio.

La impresión 3D será una tecnología de uso general que involucra muchos tipos diferentes de impresoras y materiales, como plásticos, metales e incluso células humanas, para producir una amplia gama de artículos, desde tejidos humanos y órganos potencialmente humanos hasta artículos para el hogar y una gama de artículos industriales para aviones, trenes y automóviles.

Energía

La producción de energía renovable está ubicada en la fuente de consumo o relativamente cerca de ella.

Aunque la electricidad generada por energía solar, eólica, geotérmica y otras fuentes renovables puede, por supuesto, transmitirse a distancias más largas, se genera y se consume a nivel local o regional. No se transporta por todo el mundo en buques cisterna, barcos y oleoductos como petróleo, carbón y gas natural.

Además, el combustible en sí mismo es gratis, para siempre. No hay un precio global en el sol o el viento. Las personas que dependen de la energía solar y eólica no necesitan preocuparse por la volatilidad de los precios y la posible interrupción del suministro de combustible como resultado de causas políticas, de mercado o naturales.

Las energías renovables tienen sus problemas, por supuesto, incluyendo la intermitencia y el almacenamiento, y actualmente funcionan mejor si se complementan con otras fuentes, especialmente centrales de gas natural que, a diferencia de las plantas de carbón, se pueden encender y apagar y modular como una estufa de gas y la mitad de las emisiones de carbono del carbón.

La energía solar puede conectarse con micro redes e incluso permitir la generación autónoma de electricidad en hogares, edificios comerciales y comunidades.

Dadas estas tendencias en costo y eficiencia, las energías renovables deberían volverse obviamente más baratas con el tiempo: si el combustible es gratuito para la energía solar y debe comprarse continuamente para carbón y gas, en algún momento el primero es más barato que el segundo. Las energías renovables ya son más baratas si se incluyen externalidades tales como las emisiones de carbono y la degradación ambiental involucradas en la obtención y el transporte del combustible.

Alimentos

Los alimentos se pueden producir cada vez más cerca del punto de consumo con granjas verticales y, finalmente, con alimentos impresos e incluso carne impresa o cultivada.

Estas fuentes acercan la producción de alimentos al consumidor, por lo que los costos de transporte, que pueden ser una parte importante del costo de los alimentos para los consumidores, se reducen considerablemente. El uso de tierra y agua se reduce en un 95% o más, y el uso de energía se reduce en casi un 50%. Además, no se requieren fertilizantes ni pesticidas, y los cultivos se pueden cultivar los 365 días del año, sea cual sea el clima y en más climas y latitudes que en la actualidad.

Si bien puede no ser práctico cultivar granos, maíz y otros cultivos similares en granjas verticales, muchas verduras y frutas pueden florecer en dichas instalaciones. Además, se está desarrollando carne cultivada o impresa, el gran desafío es aumentar y reducir el costo, que se basa en células de animales reales sin sacrificar a los animales.

Actualmente, se crían alrededor de 70 mil millones de animales para la alimentación en todo el mundo y solo el ganado representa aproximadamente el 15% de las emisiones mundiales. Además, el ganado plantea enormes demandas de tierra, agua y energía. Al igual que las granjas verticales, la carne cultivada o impresa podría producirse sin más uso de la tierra que una fábrica de cerveza y con mucha menos agua y energía.

Una economía más democrática va de abajo hacia arriba

Esta es una introducción muy breve a las tecnologías que pueden llevar la “producción en el punto de consumo” de productos, energía y alimentos a las ciudades y regiones.

¿Cómo se ve este futuro? Aquí hay un ejemplo simplificado.

Imagine una instalación de fabricación universal con cientos de impresoras 3D imprimiendo decenas de miles de productos diferentes bajo demanda para la comunidad local, en lugar de líneas de ensamblaje en China que fabrican decenas de miles del mismo producto que deben enviarse a todo el mundo ya que no hay mercado local que pueda absorber el mismo producto.

Cerca, una granja vertical y una instalación de carne cultivada producen la mayor parte de la cena del día siguiente. Estas instalaciones serían alimentadas por energía eólica y solar local o regional. Dependiendo de la necesidad y la calidad, algunas infraestructuras y maquinaria, como paneles solares e impresoras 3D, vivirían en estas instalaciones y algunas en hogares y negocios.

Las instalaciones podrían ser propiedad de una gran corporación global, pero aun así producir productos localmente, o podrían ser franquiciadas o incluso ser propiedad de la población local y ser operadas de manera independiente. El mantenimiento y la gestión en cada uno de ellos proporcionarían empleos a las comunidades cercanas. Eventualmente, no solo disminuiría el comercio mundial de partes y productos, sino que incluso los suministros requeridos de materias primas y material de alimentación disminuirían ya que habría menos desechos en la producción, y muchos materiales se reciclarían una vez adquiridos.

Este modelo sugiere un cambio hacia una economía de “abajo hacia arriba” que sea más democrática, controlada localmente y que genere más empleos locales.

Las tendencias mundiales en la democratización de la tecnología hacen que esta visión sea viable tecnológicamente. Gran parte de esta tecnología ya existe y está mejorando y escalando a la vez que disminuye exponencialmente el costo para estar disponible para casi cualquier persona y en cualquier lugar.

Esto incluye no solo el acceso a tecnologías clave, sino también a la educación a través de plataformas digitales disponibles en todo el mundo. Los cursos en línea están disponibles de forma gratuita, desde física avanzada, matemáticas e ingeniería hasta capacitación en técnicas de impresión 3D, instalaciones solares y construcción de granjas verticales. Las plataformas de medios sociales pueden permitir la colaboración local y global y el intercambio de conocimiento y mejores prácticas.

Estas nuevas comunidades de productores pueden ser la base de nuevas formas de gobernabilidad democrática, ya que reconocen y “capitalizan” la realidad de que el control de los medios de producción puede traducirse en poder político. Más puestos de trabajo y control local podrían debilitar a las fuerzas políticas populistas y antiglobalización a medida que las personas reconocen que podrían beneficiarse de los aspectos positivos de la globalización y la cooperación internacional y la conectividad a la vez que disminuyen el impacto de las desventajas de la globalización.

Existen poderosos intereses creados que pueden perderse en un cambio estructural tan global. Pero esta visión se basa en tendencias que ya están en marcha y que están ganando impulso. La globalización pico podría ser un camino viable hacia una base económica que ponga a las personas en primer lugar mientras se construye un futuro más sostenible desde el punto de vista económico y ambiental.

Este artículo fue publicado originalmente en Open Democracy (CC BY-NC 4.0). La versión anterior fue editada por el autor por su extensión e incluye adiciones. Lea el artículo original sobre Democracia abierta. Lampadia