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Clases medias crecen por inversiones

Clases medias crecen por inversiones

En el siguiente artículo del Financial Times se analiza el desarrollo y evolución de la nueva clase media peruana. Se establece un vínculo virtuoso entre crecimiento, reducción de la pobreza y expansión de las nuevas clases medias. Se precisa algo que nos parece fundamental: que las nuevas clases medias emergen, principalmente, por el crecimiento de las inversiones y no por el consumo.

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Capacidades productivas y Agenda Pendiente lo evitará

Capacidades productivas y Agenda Pendiente lo evitará

El crecimiento económico del Perú de los últimos años es encomiable. En la última década (2003 – 2012) la tasa de crecimiento promedio estuvo por encima de 7%, por encima del promedio de mercados emergentes y entre los dosmejores de América Latina, junto con Panamá. El buen manejo económico, a su vez, nos permitió afrontar la crisis financiera del 2008-2009 con éxito y superar las amenazas que afectaron a Europa y Estados Unidos.  No en vano El banco global HSBC en su publicación “The World in 2050(“El mundo en el 2050”) indica que el Perú puede ser uno de los países que más crezca durante los próximos cuarenta años, alcanzando el lugar 26 entre las economías más grandes del mundo.

Esta bonanza macroeconómica se ha traducido también en bienestar microeconómico. La pobreza ha disminuido de 58.7% en el 2004a 27.8% en el 2011 (ver el informe titulado  de la CEPAL titulado “Panorama social de AméricaLatina 2012”) y según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) el crecimiento de la clase media ha sido de 67% entre el 2004 y el 2011, una clase media que nos permite avizorar estabilidad para la democracia y sostenibilidad para el crecimiento.

Por lo tanto, es necesario que el crecimiento económico se mantenga y evitemos caer en lo que se conoce como “la trampa delos ingresos medios”. Este fenómeno ocurre cuando economías en desarrollo, que vienen teniendo un buen desempeño dejan de crecer a tasas altas por varios años. En otras palabras, se pensaba que “pronto” se alcanzarían los umbrales de las economías desarrolladas, pero ello no se llega a concretar. Utilizando datos del Banco Mundial, The Economist señala que entre 1960 y 2008 solo 13 países han podido pasar de ser una economía de ingresos medios a una de ingresos altos.

Las explicaciones de este fenómeno son de varios tipos. Algunos países experimentan un periodo de rápido crecimiento basado en la exportación de manufacturas con mano de obra barata, y cuando suben los salarios, pierden competitividad. The Economist señala que algunas economías asiáticas que han venido creciendo aceleradamente sufren de este problema y manifiesta preocupación por China (Middle-incomeclaptrap).

Otros países pueden caer en esta trampa si solo basan su desarrollo en la explotación de industrias extractivas, sin alentar la diversificación de sus economías. Un tercer riesgo es la ausencia de una clase dirigente que sepa explicar a los ciudadanos los cambios y potencialidades delcrecimiento de sus economías, permitiendo el desarrollo de discursos populistas de corto plazo que promuevan la reversión de las reformas de mercado.

El Perú está en el camino correcto. Nuestro crecimiento es producto de haber permitido el regreso de la inversión privada al campo, a la minería, pesca, y turismo; así como al desarrollo de nuestro nuevo sector industrial, encadenado a los sectores primarios y a un diversificado sector de servicios. Esto ha sido potenciado por el ciclo favorable de precios internacionales y el acceso a flujos de inversión globales. Pero, sobre todo, vale enfatizar el aumento de la productividad total de factores que, durante la última década, ha crecido a niveles de record internacional (Ver gráfico).

¿Qué hacer para mantener nuestro ritmo de crecimiento y no caer en esta trampa? Tal cómo hemos sostenido en Lampadia, en el Perú existe una Agenda Pendiente en cuatro temas fundamentales: la mejora de la educación, el desarrollo de infraestructuras,el fortalecimiento de nuestras instituciones y la mejora del clima de inversión. Desafortunadamente, estos asuntos parecen ser ignorados por el gobierno, cuya indecisión y contradicciones entorpecen las reformas necesarias y generan incertidumbre para la inversión privada.

Nuestra visión de desarrollo debe incluir la agenda pendiente indicada y la puesta en valor de nuestros recursos naturales y potencialidades, como se destacan en minería, acuicultura, agricultura, bosques, turismo y energía, más un sector industrial altamente encadenado a los demás.

Después de languidecer en el grupo de los países de ingresos medio-bajos por décadas, debido a un pésimomanejo económico y políticas estatistas, el Perú se ha convertido en un país de ingresos medio-altos y apunta a seguir creciendo. Es ocasión de aprovechar nuestras potencialidades y no dormirnos en nuestros laureles para que, de una vez por todas, alcancemos el desarrollo y bienestar general. No debemos olvidar que todos los países que se empantanaron en una situación de ingresos medios, tarde o temprano, pueden terminar retrocediendo y negando las políticas de mercado que les permitieron cierto avance. No resolver la Agenda Pendiente ni aprovechar nuestras capacidades productivas, puede convertirse en el peor enemigo de un mejor futuro para todos.




“Sería interesante firmar un TLC con Perú”

“Sería interesante firmar un TLC con Perú”

En la siguiente entrevista, Pawan Munjal, uno de los hombres más in?uyentes de la industria asiática, confía en el Perú como un mercado para impulsar su negocio en la región. Desde el 2001, Hero Moto Corp es la mayor fabricante de motocicletas del mundo y se distribuirán en el país a través de Moto Corp, empresa del  grupo EFE. En el primer año se espera vender entre 10 mil y 12 mil unidades. La entrevista fue realizada por Julio Escalante. 

—Hasta hoy su presencia no ha sido masiva en el extranjero. ¿Cuáles son los objetivos que espera alcanzar los próximos años en el mercado internacional?

Por nuestra alianza con Honda nos enfocamos en ser la empresa más grande de motos en la India. Una vez que esa alianza terminó, en el 2011, tomamos la decisión de salir por nuestra cuenta. La meta es vender  solo a los mercados internacionales en los próximos años un millón de unidades. Centroamérica y Sudamérica tienen mercados bastante sólidos como Perú, Chile, Colombia. Estamos sondeando cuáles otros pueden dar una posibilidad y si hay buenos distribuidores.

—Está en sus planes abrir una planta en Colombia. ¿Qué otros países de la región ofrecen las condiciones para tener una planta de ensamblaje?

Una de las condiciones de Colombia es que al menos el 18% de las partes de las motos tiene que ser fabricado localmente. Esa es una razón por la que estamos allí. Esa planta funcionará desde el 2014. Quizá también vayamos a Brasil y Argentina por el tamaño de sus mercados y porque hay políticas para la fabricación local y la distribución. 

— ¿Qué tipo de motos venderán en el Perú? ¿Apuntan a un segmento de menores precios?

Para comenzar están ingresando siete modelos al mercado peruano entre motos y scooters. Están pensados para todos los segmentos sociales y para todo tipo de usos, para movilidad o trabajo. Aunque en este grupo sí hay un modelo que está dirigido a un segmento más alto.

— ¿Cuál es su opinión sobre la posibilidad de un tratado de libre comercio entre el Perú y la India?

No sé cómo van las relaciones entre ambos países, pero de?nitivamente la India ha estado ?rmando a un paso acelerado acuerdos con otros países y sería interesante hacerlo con Perú. Por años, la India ha dependido de su mercado interno y no ha pensado en la exportación. Pero recientemente las empresas están saliendo, el Gobierno está ?rmando acuerdos con otros países y eso marcha bien.

— ¿Cuál es el impacto que tiene el estancamiento de la economía global en el negocio de Hero?

La economía de otros países como China o la Unión Europea no ha afectado a la marca porque no estábamos exportando mucho. Es cierto que la economía se ha puesto más lenta, pero por esa razón tenemos que estar más cautelosos sobre a qué país entramos y en qué momento.

— ¿Cómo funciona la innovación dentro de la empresa?

Yo estoy al frente de la innovación. Mucha de la innovación de los productos Hero dependían de Japón, pero una vez que nos separamos de Honda nos comprometimos a seguir la misma ruta, pero siendo amigables con el medio ambiente. En setiembre abriremos un centro de innovación y tecnología en la ciudad de Jaipur. Funciona con paneles solares, hay ahorro de agua y se cultivan plantas. No es la fábrica común y corriente. El edi?cio principal parece un gran árbol.

Publicado por El Comercio, 23 de agosto del 2013




Sobre vacas y abigeos

Sobre vacas y abigeos

El desconcierto por el recorte del canon minero ante la reducción de los precios de nuestras exportaciones y el menor crecimiento de la economía por las demoras de los proyectos mineros y las trabas de muchos otros procesos de inversión, llevó al gobierno a hablar de “vacas flacas”. Pero ante la absurda alarma generada, el concepto se corrigió por el “vacas menos gordas” y luego por el de “vacas robustas”. El Presidente Ollanta Humala llegó a decir que “la crisis había llegado al Perú”. Era evidente, pues, la confusión entre menor crecimiento y recesión. La situación fue aprovechada por la izquierda para lanzar una nueva ofensiva ideológica contra el modelo económico y social que ha logrado una reducción la pobreza y la desigualdad sin precedentes en nuestra historia. Se volvió a hablar del modelo primario exportador que se derrumbaría ante la caída de los precios de nuestros minerales, de una supuesta prosperidad falaz y de la “reprimarización de la economía”.

Al respecto, Humberto Campodónico, uno de los principales críticos del modelo, cita a Paul Collier: “la maldición de los recursos naturales está limitada a los países que tienen una débil gobernanza”. Collier tiene razón, cómo lo explicamos en nuestro artículo Recursos Naturales: bendición, no maldición, en el que indicamos que los países que no tienen democracia y mercado, caen en dicha maldición, como en Venezuela, pero ese no es el caso del Perú, cómo desliza Campodónico.

En Noruega, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Chile los recursos naturales han significado su principal fuente de progreso. Sus exportaciones de commodities llegan al 80%. Igualmente, la pobreza alcanza a menos del 10% de la población. Insistimos, las claves del éxito son democracia y mercado. Todas estas sociedades tienen una extraordinaria ubicación en los rankings e índices sobre libertades políticas y económicas elaborados por entidades mundiales independientes. ¿Por qué, entonces, se duda del camino del Perú? Pese a todos nuestros problemas, estamos avanzando hacia el cuarto proceso electoral ininterrumpido y hemos crecido en economía de mercado durante dos décadas.

Muy, por el contrario, en Venezuela, Ecuador, Bolivia y el Congo la explotación de los recursos naturales no se ha traducido en desarrollo. En estos países,  los recursos naturales representan igualmente más del 80% de las exportaciones, pero  la pobreza llega a niveles del 45% de sus poblaciones. Sus recursos naturales sí se han convertido en una maldición y, como se puede comprobar, esta situación convive con lamentables rankings en  libertades políticas y económicas.

¿Cómo se puede hablar de que la economía se ha reprimarizado? ¿A tanto puede llegar el sentido de oportunidad ante la inicial confusión del gobierno entre menor crecimiento y crisis? Si revisamos las cifras del PBI de los últimos 20 años, entre 1993 y el 2012, vemos que la minería tiene una participación sustancialmente menor a la de otros sectores como servicios, manufactura y comercio. En promedio, en las últimas dos décadas, el sector servicios ha participado con el 48.7%, la industria con 15.1% y el comercio con el 14.6%, en tanto que la minería solo lo hizo con el 4.5%, según la matriz de insumo producto del año 94.

El sector manufacturero, el cual muchos creen que es débil, ya ha tenido una verdadera transformación y crecimiento. Si la economía peruana medida en dólares, entre los 1990 y el 2012 se ha multiplicado por 6.9 veces y la manufactura ha mantenido su participación en el PBI, entonces, queda claro que ha surgido una industria no protegida, mucho más grande, diversificada, y competitiva internacionalmente.

Es sintomático, que en plena catarsis sobre las vacas flacas, aparezca una entidad internacional como Standard & Poor’s que nos regrese a pensar que tal vez no debemos caer tan rápido en el pesimismo y nos ayude a combatir a los agoreros del desastre que se aprovechan de las circunstancias políticas para llevar agua a sus molinos. Ver: El último reporte S&P que eleva la calificación crediticia del país. Nadie debería pretender cambiar este modelo que ha reducido la pobreza, nos ha colocado como uno de los países más igualitarios de América Latina y ha expandido una poderosa clase media. Es evidente que si se cambiaría el modelo se robaría el futuro de los peruanos. Utilizando la figura de las vacas tendríamos, entonces, que decir que quienes proponen terminar con la economía de mercado se convertirían en unos abigeos del Perú.




Slim: Perú en la ruta del desarrollo

Slim: Perú en la ruta del desarrollo

El magnate mexicano Carlos Slim, el segundo hombre más rico del mundo, en reciente visita al Perú, señaló que si el Perú sigue creciendo 5% o 6% en los próximos 10 a 15 años se convertirá en un país desarrollado y con una amplia clase media consolidada. Aquí les presentamos sus más importantes declaraciones al respecto.

 

Slim: “Perú ya está en la ruta del desarrollo”

Perú21, 12 de julio del 2013

Si el Perú continúa creciendo a tasas de 5% o 6% en los próximos 10 a 15 años, su PBI per cápita pasará de US$10 mil a US$14 mil, su clase media se habrá consolidado y obtendrá el nivel de país desarrollado de manera irreversible, expresó Carlos Slim, el segundo hombre más rico del mundo.

De visita en Lima, para participar en un foro organizado por la Fundación Círculo de Montevideo –en la que preside el capítulo empresarial–, el magnate aseguró que el Perú ya se incorporó al grupo de países de Latinoamérica que están en vías de desarrollo.

“Su crecimiento sostenido de los 20 últimos años ha sido muy importante, el ingreso per cápita también ha aumentado mucho, esto ha permitido que se formen clases medias, que muchas personas salgan de la marginación”, anotó.

CRISIS ES OPORTUNIDAD

Para Slim, si bien la crisis económica mundial viene afectando a las naciones desarrollados, es una ventaja para las que están en desarrollo, como Perú y México, pues acceden a financiamiento para sus proyectos a tasas de interés bajas.

Tampoco deben preocupar los precios de las materias primas, tanto mineras como agropecuarias, refirió. “Hay que pensar en el mediano y el largo plazo pues regiones como Asia o Latinoamérica, con poblaciones saliendo de la pobreza, empezarán a demandar alimentos y bienes con valor agregado, lo que elevará los precios”, argumentó.

LA EDUCACIÓN ES CLAVE

Los bienes primarios, cuyas cotizaciones cayeron en “la sociedad industrial”, mejorarán en “la sociedad de los servicios y de la tecnología”, donde –manifestó– la educación juega un rol importante.

Slim comentó que los gobiernos no están asimilando los retos tecnológicos y que ello se refleja en el desempleo, por lo que los exhortó a que implementen políticas que no solo eduquen académicamente, sino que también formen para el mercado laboral.

Carlos Slim: La actividad laboral debería extenderse hasta los 75 años

Gestión, 12 de julio de 2013

—El magnate mexicano de las telecomunicaciones afirma que se espera un crecimiento mayor en la banda ancha, que puede llevar a brindar una educación a bajo costo.

Carlos Slim, el segundo empresario más rico del mundo, después de Bill Gates, planteó que la jornada laboral de las personas se prolongue por diez años más, de tal forma que las personas ya no se jubilen a los 65 años, sino a los 75.

“Mientras más edad tiene uno, es cuando mejor estamos”, afirmó Slim, mexicano de 73 años, cuya fortuna ha sido estimada en US$ 69,860 millones, durante su participación ayer en la XIX reunión plenaria de la Fundación Círculo de Montevideo, evento que organizó la USIL, en Lima.

Slim hizo esta propuesta, en vista de que -afirmó- en los últimos cien años la jornada de trabajo se ha ido reduciendo de 78 a 35 horas, además que ahora tenemos más sociedades de servicios, donde las máquinas hacen el trabajo fundamental.

Consideró que enfrentar el problema de la falta de empleo es el reto mayor que tiene esta nueva civilización, y si los países de la región no cambiamos nuestros esquemas laborales, vamos a enfrentar situaciones como las que sufre hoy Europa, con una juventud sin esperanzas, desempleada, y que pese a haberse formado y educado, no encuentra empleo.

Para que no nos suceda eso, planteó hacer muchos cambios. El primero, que las personas no se retiren a los 60 o 65, sino a los 75, y que en lugar de retirarse y no hagan nada, que trabajen menos tiempo, desde 3 días o doce horas, o que tengan, por ejemplo, tres días de trabajo y cuatro días de descanso.

De esa forma, además, anotó, la seguridad social no tendría que pagar, después de la jubilación, por 30 años a personas inactivas, porque estas condiciones -remarcó- son insostenibles.

Además, consideró que el segundo aspecto que los países deben tomar en cuenta para reducir el desempleo, es mejorar la calidad en la educación, pero vinculada esta a la consecución directa de puestos de trabajo, y no tanto centrada en el aspecto netamente académico.

Banda Ancha

En tal sentido, Slim, magnate de las telecomunicaciones (es propietario de Telmex y América Móvil), consideró que una herramienta que puede ayudar a facilitar la educación es el crecimiento de la banda ancha de Internet.

Afirmó que hoy existen más de 7,000 millones de personas que usan el servicio de telefonía móvil, y que lo mismo va a suceder con la banda ancha, señalando que su nivel de penetración, que se estima hoy en 18%, se está acelerando y va a crecer de manera importante.“Hoy la penetración es básicamente a nivel de redes fijas, pero las redes móviles, de cuarta generación, vienen con una gran banda ancha”, anotó, y refirió que con esto la transmisión de aplicaciones educativas puede reducir el costo de la educación.

Crecimiento sostenido de la economía peruana es irreversible, afirma Slim

El Comercio, 12 de julio 2013

El multimillonario mexicano Carlos Slim, propietario del gigante de comunicaciones Telmex –dueña de Claro–, destacó ayer el crecimiento sostenido de la economía peruana y el avance de la clase media en todos los países de América Latina.

Señaló que si se mantienen las mismas políticas de desarrollo económico, el avance será irreversible y en los próximos 10 o 15 años podríamos estar al lado de las grandes economías del mundo.

Para Slim, considerado el segundo hombre más rico del mundo por la revista “Forbes”, los principales retos que enfrentan los gobiernos son facilitar el acceso a una educación de calidad y gratuita, y generar fuentes de empleo.

El magnate mexicano participó ayer en Lima en la inauguración de la XIX Reunión Plenaria de la Fundación Círculo de Montevideo. En el encuentro también participaron el ex presidente del Gobierno Español Felipe González y otros ex presidentes latinoamericanos.

En la cita se resaltaron como retos de la sociedad actual el empleo y la educación.

El reto de la educación Slim manifestó que la tecnología, aunque ha traído ventajas, también genera retos que los gobiernos no están asimilando, lo que se refleja en el desempleo.

“Hay que educar no solo académicamente, sino también para el empleo.

Hay que formar soldadores, [especialistas] en gastronomía, finanzas, hotelería o cualquier otra actividad, así los jóvenes complementarán su formación teórica”, afirmó. La educación debe ser vista como una inversión, no como un gasto, comentó, pues es la única forma de no tener los problemas que hoy atraviesa Europa, donde no solo hay una juventud desempleada sino también sin esperanzas.

Sobre la penetración de la banda ancha y el arribo de la tecnología 4G al Perú, señaló que va a permitir a la población –incluso de zonas alejadas–, acceder a programas educativos gratuitos.

Claro ha precalificado para participar en la buena pro de dos bandas 4G que entregará Pro Inversión el 22 de julio.

“Bastará que se creen aulas virtuales en las escuelas para que las familias, con cuadernos digitales y USB, accedan”, sostuvo Slim.




“La opción preferencial por los pobres es el fundamento de todo lo que hacemos”

“La opción preferencial por los pobres es el fundamento de todo lo que hacemos”

La República, 8 de julio del 2013

Jim Yong Kim, presidente del Grupo Banco Mundial, visitó el Perú esta última semana. A su paso por la Pontificia Universidad Católica del Perú, en donde tuvo un encuentro con alumnos, profesores y autoridades, pudimos conversar. Un hombre nacido en Corea del Sur, criado y educado en las mejores escuelas y universidades de los Estados Unidos, hablaba bien el castellano aunque prefería contestar preguntas en inglés. Médico y antropólogo de profesión, su compromiso en la lucha contra la miseria y la pobreza no es nuevo en su hoja de vida. Conoce bien el Perú, en donde hace 20 años desarrolló un programa contra la TBC. Su cariño y reconocimiento por el padre Gustavo Gutiérrez, quien estuvo presente como un invitado especial durante su presentación, fue una sorpresa para muchos. Un banquero que cree en la opción preferencial por los pobres no se ve todos los días. Aquí la entrevista realizada por la periodista Rosa María Palacios.

 

La estructura del Grupo Banco Mundial, que agrupa a 5 instituciones, ¿ha tenido un propósito de cambio en los últimos años?

Hay un cambio importante. En el pasado veíamos la ayuda para el desarrollo como la existencia de cuánto dinero daban los países ricos a los países pobres. La ayuda al desarrollo, hoy en más de 20,000 millones de dólares, parece mucho dinero, pero si vemos la necesidad en África, solo en infraestructura, ya se está cerca de eso. En la India solamente en los siguientes 7 años la inversión es de un billón de dólares. Entonces, la asistencia no es suficiente y la única manera de salir del subdesarrollo y promover la prosperidad compartida es a través de una alianza entre el sector privado y el sector público para llegar realmente en países que tienen aspiraciones de desarrollo.

Sabemos que hay dicotomías en el mundo, especialmente en América Latina, donde algunos países solamente hablan de aspiraciones sociales y otros solamente del sector privado. Realmente pienso que para que los países puedan ser competitivos con otros países en la región, a futuro, la gente tiene que despertar e invertir, usar el capital, y tener, también, por supuesto educación, salud, seguridad social. El sector privado crea muchos empleos en el mundo. Entonces todo el mundo tiene que encontrar una manera de encontrar el equilibrio, de invertir en las personas, invertir en la educación y al mismo tiempo estar muy concentrados en mejorar las condiciones de tal manera que el sector privado pueda ser exitoso y crear los empleos que la gente necesita.

El Grupo Banco Mundial, a través del BIRF, les presta a países de ingresos bajos y medios como el Perú. AIF presta a países muy pobres, básicamente al África, pero a mejores tasas de interés y con un porcentaje importante de donación. ¿No hay un incentivo perverso para mantener a los países en ingresos más bajos y así obtener mejores condiciones?

Por supuesto que no. El foco principal es ayudar a los países a continuar creciendo y sacarlos de la pobreza. Como usted sabe, pensamos que nuestra ventana de préstamos para los países de bajos ingresos es importante, pero también celebramos cuando los países se gradúan de esos préstamos de costo mucho más bajo en comparación con otros préstamos del banco. Tenemos nuestra misión y nuestra misión es terminar con la pobreza. Si todos los países del mundo llegan al punto de que no necesitan nuestros préstamos, para los más pobres eso va a estar muy bien. Pero nosotros pensamos que van a necesitarlo por mucho más tiempo y además sabemos que en los países más pobres los préstamos que hacemos son cruciales y especialmente cruciales porque los préstamos que hacemos se centran todos en asegurar que no solamente tengan un impacto sino también en que usemos esos préstamos para apalancar fondos de sectores privados y gubernamentales, y esto es una gran ventaja. Damos préstamos a países y nos aseguramos a la vez de que también mejoramos el gasto nacional y del sector privado.

El Grupo Banco Mundial y el Estado Peruano tienen una alianza para los próximos años. ¿Cuáles son las prioridades del banco en el Perú?

He tenido muchas reuniones con líderes aquí y por supuesto con el presidente Humala y la primera dama Nadine Heredia. Hemos hablado mucho de mejorar los programas sociales. El compromiso del gobierno de invertir más en salud, educación y protección civil es muy alentador para nosotros. Estamos tratando de enfatizar entonces que los países en América Latina no deben pensar que el mundo está dividido entre los países que invierten mucho en recursos sociales y aquellos países que se enfocan solo en el sector privado. Yo no puedo enfatizar suficientemente que tenemos que centrarnos en ambos. Además, hay que hacer inversiones en el sector social pero no solo contar los dólares invertidos con cifras como cuántos hospitales  o escuelas se han construido. Lo que estamos tratando de hacer es diferente. Cada dólar extra que se gasta en salud tenemos que asegurar de que se centre en gasto que realmente mejore la salud de la gente. Yo he estado yendo a países en otras partes del mundo y he descubierto que hay una epidemia de construcción de hospitales. “Hospitalitis” dicen algunos, y es perfectamente comprensible desde la perspectiva política que todos los políticos quieran entregar un hospital a una región pero esa no es la mejor manera de gastar el dinero en la salud.  En la educación, lo que estamos viendo es que se construyen escuelas pero los niños que se sientan en las bancas. ¿Están aprendiendo? Esa es la pregunta. La buena noticia en el Perú es que he visto a las ministras de Educación, de Salud, de Inclusión Social y hay un gran compromiso de racionalizar, ser eficaces en estos gastos. También estamos trabajando en mejorar el entorno del negocio y asegurarnos especialmente de que las empresas pequeñas y medianas tengan lo que necesitan directamente del IFC pero también el trabajo con funcionarios gubernamentales para construir un ambiente que será muy abierto y que invite a la inversión.

Existe el temor de que las políticas públicas de inclusión social sirvan solo para mejorar el ingreso de los pobres en forma transitoria, generando asistencialismo temporal, y una clientela política pero no ciudadanos a largo plazo. ¿Cómo enfrenta ese dilema el Banco Mundial?

Los tipos de programas que hemos estado defendiendo son los llamamos de transferencias condicionadas de efectivo. Grandes programas en México, como Progreso y Oportunidades, o en Brasil, programas como Bolsa Familia. La clave de nuestros programas es que hacen transferencias de efectivo pero estas dependen, por ejemplo, de asegurarse de que los niños van al colegio, de que reciban nutrición, de que los padres comprenden la lectura, etc. No es solamente la transferencia de dinero sino que está relacionado con la educación y con la salud. Esto es realmente importante. Pero indudablemente el siguiente nuevo paso de ser receptor de estas transferencias de dinero, de llevar a los niños al colegio, de asegurarse de que no estén malnutridos, etcétera, es entrar al mercado formal del empleo. Por ejemplo, en México el Ministro de Finanzas ha dicho muy claramente que el objetivo es el moverse hacia la formalidad y están trabajando en eso de tal manera que la gente que se ha beneficiado de estos programas pueda graduarse y terminar en el mercado del empleo.

¿En un trabajo pendiente?

Sí, pero lo estamos viendo ocurrir. Estamos viendo que estas inversiones terminan en que la gente verdaderamente se gradúa de estos programas y entrar en el sector formal del empleo.

En el pasado, una de las principales críticas al Banco Mundial, y en general a toda la política de créditos internacionales, es que direccionaban la política pública no de acuerdo a los intereses del Estado y el gobierno nacional, sino de acuerdo a los intereses del Banco. ¿Qué tan válida es esa crítica sobre el pasado? ¿Hay un futuro distinto?

Sí, hay una larga historia en América Latina de una crítica muy acuciosa al Banco Mundial por ser ideológico, por tener una solución única para todo y por defender a algunos países sobre otros. Pero hay una cosa importante, y esto forma parte importante de lo que voy a decirle. A inicios de los 90 uno de los primeros viajes que hice a Washington DC, luego de graduarme en la Universidad, fue para participar en una manifestación contra el Banco Mundial. El movimiento se llamaba “50 años son suficientes”. Estábamos protestando para que se cerrara el Banco Mundial en sus 50 Aniversario. Las críticas entonces eran muy parecidas a las que todavía se hacen hoy día: que el Banco Mundial es muy prescriptivo (daba recetas), que tiene una solución de talla única, que lo más importante son los préstamos, y que todo resultaría con el crecimiento.

Yo creo que hay muy pocas organizaciones que han cambiado tanto  como ha cambiado el Banco Mundial en este sentido. Ahora somos líderes en defender transferencias de dinero en salud, educación, medio ambiente, y promover una salud y educación de calidad. Todas estas cosas son nuevas en los últimos 20 años. Entonces, estoy muy contento de que perdiéramos el argumento por el que protestamos hace muchos años porque ha habido enormes cambios en el Banco Mundial.

¿Por qué el Banco Mundial es un mejor socio que otras organizaciones de cooperación?

Una de las cosas más importantes en el Banco Mundial es que podemos trabajar con el sector público y privado a la vez y ofrecerles garantías. Para darle un ejemplo, nuestra agencia MIGA (Organismo Multilateral de Garantías de Inversión, en español) da garantías para que una inversión extranjera pueda cobrar sus seguros en caso de que el país decida nacionalizar su compañía. Nosotros a la vez procuramos que esto no ocurra porque sabemos que si un país hace eso, que comienza a nacionalizar sus industrias, el sector privado verá que hay muchas decisiones arbitrarias y será un entorno en el que no puede confiar. Si eso ocurre, sabemos por experiencia –lejos de si uno está por o en contra de la inversión privada– lo que pasa: el costo país sube, los precios suben, el costo del capital sube, la cantidad de inversión baja y la gente que más sufre es la gente más pobre. Quiero agregar que hoy he almorzado con el padre Gustavo Gutiérrez aquí. Él es uno de mis héroes. Cuando fundamos la Organización Partners in Health, que traje al Perú hace  más de 20 años, nuestro modelo se basó en algo que él dijo: una opción preferencial por los pobres.

¿No es una idea católica?

Sí, pero es el fundamento de todo el trabajo que hacemos. Yo todavía creo en mi propio papel, en  mi trabajo, es esa elección preferencial por los pobres. Si vemos la vida ahora, ¿qué quieren los pobres? Quieren un empleo, un buen empleo, quieren acceso a buena salud, a buena educación para que a sus hijos les vaya mejor que a ellos. Esto lo vemos en todos los países del mundo. Entonces mi trabajo como Presidente del Banco Mundial está muy incrustado en esta idea de una opción preferencial por los pobres y por eso es que estoy promoviendo la inversión del sector privado en países como el Perú. La economía necesita crecer, el gobierno necesita impuestos para dar servicios, la gente necesita empleo. No estoy pensando en la educación como gasto, sino como inversiones cruciales,

fundamentales para crear capital humano. Hay que invertir en la gente, y es así que se va a echar los cimientos para el crecimiento.

Es la primera vez en mi vida que un banquero me habla de la opción preferencial por los pobres.

(Risas)

Chile, nuestro vecino, está por salir del subdesarrollo. Si usted tuviera que hacer una apuesta por el Perú, ¿qué horizonte ve? ¿20, 30 años para que el Perú esté en el mismo lugar?

Espero que sea mucho menos que eso. El asunto es que hay tanta gente con talento aquí en el Perú. Pienso que el Perú además tiene un espíritu empresarial intenso. Cuando veo la intensidad de todos, desde los choferes hasta la gente que vende en el mercado y la gente en las instituciones académicas yo siento un impulso enorme hacia hacer las cosas de manera más eficaz, más rápido, así como lo vi en Corea hace 20 años. Entonces mi esperanza es que la conversación comience a ocurrir entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil en condiciones en que las comunidades puedan hablarse entre sí en vez de centrarse solamente en enfrentar los problemas de unos y otros o a la gente de aquí versus la gente de allá. La pregunta que deben hacerse es: ¿con quién estamos compitiendo? Con los coreanos, los chinos, los chilenos, los brasileños. ¿Qué es lo que tenemos que hacer para asegurarnos de que estamos próximos de todos ellos? En los siguientes 5, 10, 15 años yo tengo una gran fe de que el Perú tendrá respuestas y podrá convertirse en un país desarrollado donde haya prosperidad compartida y no exista pobreza.  

“MUCHOS PAÍSES EN EL MUNDO QUISIERAN TENER LOS PROBLEMAS DEL PERÚ”

–Usted ha visitado el Perú en otras oportunidades. ¿En este viaje ha percibido cambios favorables o desfavorables? ¿Cómo evalúa la situación peruana hoy?

–He estado hoy en Carabayllo, Hace veinte años, cuando llegué en 1993, en Carabayllo no había servicio de teléfono, teníamos que ir a Comas y pararnos en línea para utilizar el único teléfono público que había. No podíamos imaginar que tendríamos cobertura 4G en celulares en Carabayllo. Las instituciones se han construido. Están ahí.  Hasta nos sirvieron vino fabricado en Carabayllo. Si nos vamos a los cerros todavía podemos ver asentamientos humanos, pero cuando estuve ahí, hace 20 años, todo Carabayllo era un asentamiento humano. Las cosas han cambiado tremendamente. Sé que en el sector privado y en la sociedad civil hay un diagnóstico muy articulado de los problemas y críticas a la situación peruana. Pero, desde mi punto de vista, puedo constatar que hay muchos países en el mundo que quisieran tener los problemas que tiene el Perú. Mucha gente habla de la fragmentación social, de la pobreza, de los problemas de la inequidad pero están muchísimo mejor que hace 20 años, y más aún, las perspectivas de crecimiento son muy buenas.

Perú va a crecer al 6% el próximo año. No solamente hay una industria nacional sino que también la gente cree en el Perú, incluso más que en sus vecinos, a veces más ricos y están pensando en distintos tipos de actividades. Los peruanos mismos harán actividades de valor agregado, no solo de extracción. Esto es fantástico y por eso salgo de esta visita con muchísimo optimismo de lo que los peruanos pueden hacer. Los peruanos tienen que hablarse entre sí, sociedad civil, gobierno, sector privado tienen que hablarse entre sí. Es mucho más  fácil hacerlo cuando se tiene 6% de crecimiento. Por favor, comiencen a hacerlo, comiencen a pensar en cómo ese diálogo puede llevar a centrarse en las estrategias del futuro. En el país donde yo nací, Corea del Sur, no hay recursos naturales y no sufre la “maldición de los recursos naturales”. Por eso, tiene que reinventarse constantemente. Fueron de la televisión blanco y negro a la televisión a color, de ahí a los microchips, a los teléfonos celulares y ahora la cultura. Estos raperos coreanos no son una coincidencia. Forman parte de la industria de la cultura en Corea. El Perú tiene todas estas oportunidades, para  pensar juntos cómo van a echar los cimientos de la siguiente era de crecimiento. Este es el momento de hacerlo, por favor, tengan estas conversaciones.

Publicado por La República, 8 de julio del 2013




“El Perú puede ser un verdadero modelo para el resto del mundo”

“El Perú puede ser un verdadero modelo para el resto del mundo”

“El Perú ha sido el país que me marcó”, nos dice Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial (BM), mientras lo entrevistamos durante una visita al distrito de Carabayllo, el domingo. “Era 1993, la época de Fujimori, y cuando subía a los cerros creían que era él y me llamaban ‘Chino’”, recuerda. Y es que el presidente del BM vivió en Carabayllo (nunca en hoteles) por largos períodos, durante 15 años.

 

Ni bien bajó del carro fue recibido efusivamente, abrazado y llenado de besos por las promotoras de salud y enfermeras que trabajaron con él. Jim Yong Kim es un médico y antropólogo estadounidense nacido en Corea del Sur, en 1959. Es el primer presidente del BM que no es banquero, financista ni político.

 

—Cuando fue nombrado presidente del BM usted estaba en Carabayllo y vuelve al cumplir un año en el cargo. ¿Por qué?

No podría venir al Perú y dejar de visitar Carabayllo. Esta es la forma en que me digo, a mí mismo y a mi equipo, que estas personas son la razón de nuestro trabajo, que no todo es financiamiento y altos niveles de política económica.

 

—En los 90, cuando el BM y el FMI celebraban medio siglo de existencia, usted protestaba en Washington. ¡Pedía que cerraran el banco…!

Sí, efectivamente. Quería que lo cerraran, pero debo decir que estoy contento de haber perdido esa pelea [risas].

 

—¿Cómo explica este cambio?

El banco de principios de los 90 era completamente diferente al actual. Antes se tenía la noción de que había que concentrarse en los fundamentos macroeconómicos y que esa era la única solución en cualquier país. Si miramos hoy a América Latina o África, veremos que la insistencia en sanear lo macroeconómico no estuvo mal y fue positivo. En los últimos cinco años, por ejemplo, no hay país africano con hiperinflación y Latinoamérica ha respondido bien a la crisis. Pero lo que no sabíamos era cómo focalizar en salud, educación, protección social, e integrar esas áreas con igualdad de género y sostenibilidad ambiental.

 

—¿Cómo logrará sus ambiciosas metas? Quiere que en 17 años no haya pobreza extrema y que la prosperidad sea compartida por el 40% más pobre.

No hay un solo plan, cada país es distinto. Lo importante es comprender que una organización sin metas claras ni plazos límites se pierde, no los hemos establecido, pues no tenemos un plan exacto de cómo llegar, no lo sabemos. Estamos obligados, sin embargo, a juntar todos los esfuerzos estratégicos y de enfoque para enfrentar los problemas. Tenemos que focalizarnos en ciertas áreas, pero hay gente pobre en todos los países. Si la meta fuera solo la extrema pobreza, nos enfocaríamos solo en aquellos lugares donde existe, pero cuando agregas la meta de potenciar la prosperidad compartida, entonces todos los lugares entran.

 

—¿Cómo se encuadra el Perú en ese foco?

En el Perú el número de personas en extrema pobreza es menor, pero hay una gran necesidad de mejorar la calidad de los servicios. Esto es algo de lo que habla a menudo el presidente Humala. El Gobierno Peruano es explícito en la noción de que no se crece para incluir, sino que se incluye para crecer. La  decisión de ser inclusivos es el punto más importante. El tema es cómo el banco puede ayudar a que se brinden mejores servicios en la selva o en las alturas. Quisiera que el BM colabore para poner en práctica un gran plan de inclusión. Somos el grupo que puede ayudar al Perú a resolver sus problemas más difíciles, porque trabajamos en 180 países y tenemos la capacidad de traer toda la experiencia de esos países, así como compartir la experiencia peruana con el mundo.

 

—Brasil atacó la extrema pobreza y los problemas subsisten. ¿Cuál es la explicación?

Es interesante ver lo que pasa en Brasil. Es un país exitoso al  haber eliminado buena parte de la pobreza extrema, pero ocurre que la gente va a querer más. Así funciona el mundo: apenas sacas a la gente de la pobreza, reclamarán.

 

—¿Por la calidad de los servicios?

Sí. Por eso en el BM nos focalizamos no solo en sacar a la gente de la pobreza, con algo tan básico como transferencias de dinero, sino en mejorar los servicios.

 

—Este año habrá cambios presupuestales en el BM alineados con sus nuevas metas. ¿Cómo afectará al Perú?

Lo bueno es que tenemos mucho más espacio para préstamos a tasas más bajas que las de China u otra fuente. Estoy muy abierto a hacer un programa mayor en el Perú, porque estoy convencido de que tiene la oportunidad de mejorar dramáticamente la calidad de los servicios y de ser un modelo para el resto del mundo.

 

— ¿Temas como la salud y la educación serían claves?

Ambos son fundamentales, pero no solo aquí. Los países con grandes ingresos tampoco han resuelto todos sus problemas en salud y educación.

 

—¿Qué se espera del Perú?

El Perú tiene un tremendo potencial comparativo porque sus porcentajes de inversión en salud y educación han sido relativamente bajos y el presidente Humala ha dejado claro que incrementará esa inversión. Me gustaría trabajar con el Perú y tratar de asegurar que el dinero invertido en salud y educación esté focalizado y sea efectivo. Una de las peores amenazas es la epidemia de construcción de hospitales. ¡A los políticos les encanta construir hospitales!

 

—En lugar de tener promotoras yendo a los hogares. ¿A esto se refiere?

¡Promotoras! Es exactamente lo que necesitamos, para brindar atención primaria y prevención. En ciertos países como en Rusia, donde hay una historia con la construcción de hospitales, van a tener problemas, pero en el Perú, donde hay las promotoras y existen iniciativas como las redes de mujeres, que incluso en los peores momentos del llamado fujishock se organizaron en cocinas comunitarias, clubes, hay un gran potencial. Eso está en el ADN del Perú. Estoy convencido de que debe aprovecharse y potenciarse ese ADN. Eso es lo que te da la mejor calidad de los servicios, al más bajo costo.

 

—¿Ve al gobierno conectado con esa perspectiva?

Estoy convencido de que el presidente Humala tiene un compromiso muy claro de mejorar estas  áreas, y Miguel Castilla es uno de los más solventes ministros de Economía de la región y del mundo. En mis reuniones con él –y hemos tenido varias– me ha impresionado la claridad con la que ve los argumentos económicos para priorizar estas inversiones.

 

— ¿Cómo enfrentará el obstáculo de la burocracia del BM y la de los países miembros?

Estamos embarcados en una reforma profunda en el grupo del Banco Mundial, con metas para reducir radicalmente el tiempo que nos toma hacer las cosas. Las burocracias se vuelven lentas de muchas maneras y por diversas razones. Hicimos un análisis y encontramos que el factor más importante de esa lentitud es atreverse a tomar riesgos.

 

— Otro gran obstáculo en el Banco Mundial ha sido la corrupción. Según un estimado conservador, solo en sobornos en las transacciones internacionales se pierde anualmente un billón de billones de dólares.

Nuestra historia para enfrentar la corrupción es relativamente reciente. En 1996 Jim Wolfenson fue el primer líder global que habló del cáncer de la corrupción. Todos los que estamos en el campo del desarrollo humano tenemos una gran deuda con Wolfenson por haber enfrentado la corrupción directamente. Hemos sido muy vigilantes en detectarla en nuestros proyectos.

 

 

 

“El Perú debería ser exportador de cultura”

 

—Su madre es una filósofa confuciana. ¿Cómo influyó en usted?

Mucho. Mi madre siempre ha sido una soñadora. Ella me introdujo a los escritos de Martin Luther King cuando era muy niño. Yo lo veía en las manifestaciones contra la guerra cuando tenía 8 o 9 años.

Ella quería poner grandes ideas en mi cabeza, pero al mismo tiempo mi padre era dentista y los dentistas son extremadamente prácticos.

En mi primer semestre, cuando regresé de Brown University, mi padre me recogió del aeropuerto

y me preguntó qué quería estudiar. Le dije que Filosofía y Ciencias Políticas y trabajar por la justicia social. Viró el carro y me dijo: “Mira, cuando termines tu residencia médica, puedes hacer lo que quieras. Ten primero una habilidad que nadie te pueda quitar. Tú eres un chino, nadie te va a dar nada: necesitas una habilidad”. Y estoy muy agradecido a mi padre porque tenía razón. Me dio una manera práctica de abordar la justicia social.

 

— Además de ser especialista en salud, usted es antropólogo. Quería preguntarle sobre la importancia de la herencia cultural. El Perú es uno de los seis países del mundo que es cuna de civilización; sin embargo, estamos en el último lugar comparándonos con países de igual tradición. ¿Encuentra esto relevante para el desarrollo?

Corea, donde nací, exporta mucha cultura y se ha orientado deliberadamente a convertirse en exportadora de su cultura. El Perú tiene una impresionante y maravillosa cultura ancestral y debería hacer lo mismo. Pienso que el Perú debe invertir en industrias culturales.

El Perú tiene oro, cobre y tantos minerales. ¿Pero qué va a pasar en diez, quince o veinte años? Los coreanos han desarrollado habilidades en los idiomas, el cine, la música, en industrias culturales que son las industrias del futuro. La “maldición de los recursos naturales” es que los países que los tienen no sienten la urgencia de desarrollar otros ‘clusters’. Corea del Sur tiene pocas riquezas naturales, todo quedó en el norte, entonces había urgencia por agregar valor. Los países con recursos naturales han sido los peores en reducir la pobreza. El Perú tiene que evitar la maldición de los recursos naturales. La cultura es una de las maneras de hacerlo.

 

 

 

Tuberculosis e inclusión: recuerdos de Carabayllo

En 1993 Jim Yong Kim vino al Perú a trabajar en un proyecto de lucha contra la tuberculosis de Partners in Health (PIH), una organización que fundó con Paul Farmer, otro experto.

Fue una experiencia pionera mundialmente, que mejoró los índices de curación de la tuberculosis resistente. La sede estaba en Carabayllo.

 

— ¿Qué lecciones le dejó su experiencia en Carabayllo?

Solo mirando la epidemia de tuberculosis puedes ver cuál es la situación para la gente pobre, en gran medida una enfermedad de la pobreza. Cuando vinimos al Perú, sabíamos que había mucha tuberculosis y habíamos oído que aquí estaba el mejor programa en América Latina. Por eso nos sorprendió encontrar tantos casos de tuberculosis resistente tipo MDR. Tuvimos una reunión Paul Farmer, Jaime Bayona y nuestras promotoras de salud, y ellas preguntaban ¿qué vamos a hacer?

¡Tenemos cincuenta casos! El Gobierno del Perú nos decía que si tratábamos un solo caso, nos expulsarían del país. No querían que interviniéramos. Paul era en ese momento –literalmente– la única persona que había tratado MDR en un país de bajos ingresos, el único especialista en el mundo. Y ellas le dijeron a Paul: “Estamos asustadas, ¿y tú?”. Él les dijo, nunca me voy a olvidar:

“Claro que estoy asustado. Pero estamos aquí y nuestra misión es la justicia social, y aquí están estos pacientes que nos necesitan”. Yo me dije en ese momento: este es un proyecto que puede cambiar la calidad de servicios que se debe ofrecer a la gente pobre.

 

— ¿Qué hicieron?

Paul decía “tratemos a diez pacientes”. Y yo le decía “podemos hacer de esto algo mucho más grande”. Existía la noción de que los pobres no merecen el tratamiento. Se asumía que la gente rica tiene una clase de tratamiento y los pobres otro, y por eso hacerse cargo de la gente más pobre, asegurar el buen tratamiento, que tengan comida, un lugar donde vivir, gente apoyándolos a lo largo de un tratamiento difícil, hacer todo eso es, en gran medida, un test para las sociedades. Si puedes hacer eso, puedes hacer todo para tu sociedad y para el mundo. Empezamos en 1994, obtuvimos fondos de la Fundación Gates en el 2000 y creo que el Perú sigue siendo el único país del mundo que ofrece tratamiento completo en TB-MDR para toda la población. Aún se puede mejorar mucho y hay mucho trabajo por delante, pero el presidente Humala puede enviar una señal importante a su propia gente y al resto del mundo continuando su compromiso de luchar contra la TB.

 

 

Publicado por El Comercio, 2 de julio del 2013




Oportunidades para todos

Oportunidades para todos

Esta fue una buena década para América Latina. El crecimiento económico promedió 4,2%. Así, 70 millones de personas dejaron la pobreza. La estabilidad macroeconómica, políticas comerciales más abiertas y un clima de inversión favorable apuntalaron y proyectan un sólido crecimiento de cara al futuro.

De manera crucial, los logros económicos están siendo compartidos de forma muy amplia. Un reciente informe del Banco Mundial reveló que el número de personas de clase media en América Latina creció en 50 millones entre el 2003 y el 2009, un aumento del 50%. Este es un logro notable para una región caracterizada por la desigualdad en la distribución de la riqueza.

De cara a mi próximo viaje a América Latina, es tangible que esta región emerge como uno de los motores de crecimiento a escala mundial. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para asegurarse que todos los latinoamericanos compartan la creciente prosperidad.

Si bien la desigualdad está disminuyendo, América Latina sigue siendo la región más desigual del mundo. Durante el período 2008-2010, ocho de los diez países con mayor índice de desigualdad en el ingreso se encontraban en la región (según el coeficiente de Gini que mide la desigualdad). La movilidad intergeneracional también sigue siendo limitada: el origen económico y social de los padres de un joven, o si este nace en un ambiente urbano o rural, determina su futuro en gran parte.

Además, en aquellos países que se han beneficiado del auge de las materias primas en la última década, los frutos no han llegado a toda la sociedad, lo que alimenta las tensiones sociales o la frustración entre aquellos que se sienten postergados.

De no solucionarse, la desigualdad seguirá atizando la volatilidad en toda la región. Buscar un crecimiento compartido no es solo lo correcto desde una perspectiva social y política: es un imperativo económico.

Para que las promesas en torno al crecimiento se vuelvan realidad, los diseñadores de políticas deberán garantizar, junto a la comunidad internacional, incluido el Banco Mundial, que los avances económicos beneficien a todos los latinoamericanos.

Publicado por El Comercio, 1 de julio, 2013




Una fórmula explosiva

Una fórmula explosiva

Las recientes manifestaciones en Brasil han dejado desconcertados a muchos espectadores en el ámbito internacional. No en vano en los últimos años el país ha experimentado uno de los crecimientos económicos más importantes de su historia. Solo en la última década –y gracias en gran parte a las reformas estructurales de liberalización de la economía que emprendiera el gobierno de Cardoso–, más de 40 millones de brasileños han salido de la pobreza para incorporarse a la clase media, que así ha visto su tamaño crecer en 50%.

 

No obstante este progreso, en las últimas semanas más de un millón de personas han salido a las calles a expresar su descontento en una de las protestas más multitudinarias de la historia brasileña. Y lo curioso es que detrás de estas protestas no hay movimientos políticos ni líderes visibles, sino jóvenes –en su mayoría– de clase media con educación superior. De hecho, 71% de los manifestantes encuestados por la Confederación Nacional de Transporte se ha declarado satisfecho con sus condiciones de vida.

¿Entonces, por qué reclaman estas personas y por qué sus protestas tienen el apoyo del 75% de la población del país? El detonante fue una subida en los precios del transporte público de tan solo 20 centavos, pero la marcha atrás en la subida no acabó –ni mucho menos– con la protestas. En las encuestas los manifestantes han declarado estar reaccionando ante la altísima corrupción en el estado brasileño, los elevados gastos para la Copa Mundial de Fútbol del 2014 y los Juegos Olímpicos del 2016 y, sobre todo, por la priorización de estos gastos frente a la pobre situación de los servicios que ofrece el Estado a sus ciudadanos.

Estas protestas, pues, no son las de un pueblo cercado por la pobreza ni por una dictadura abusiva que le niega cualquier tipo de libertad o garantías. Las exigencias de los brasileños tratan, por así decirlo, de necesidades de un segundo nivel: aquellas a las que uno puede dedicar tiempo y energía solo cuando tiene sus necesidades básicas satisfechas. Es decir, son protestas eminentemente clasemedieras y son también, por tanto, un efecto colateral del crecimiento económico. Lo mismo que, sin ir más lejos, ocurrió en Chile en el 2011, cuando después de años de un crecimiento económico asombroso, los estudiantes del país austral se movilizaron para exigirle al Estado una educación pública de mayor nivel.

Samuel Huntington, politólogo estadounidense, explica este fenómeno así: a medida que la calidad de vida de los ciudadanos aumenta en una sociedad, sus demandas por mejores servicios públicos aumentan con ella. En otras palabras: el crecimiento de la clase media es una buena noticia para la sociedad pero supone mayor presión para el Estado, en la medida en que sus servicios pasan a tener al frente a un “cliente” empoderado y dispuesto a exigir. Esto, en lugar de una serie de ciudadanos en situación desesperada, para los que dedicar días a protestar es un lujo normalmente incosteable y cuya resignación es algo que un Estado clientelista suele poder comprar fácilmente con tan solo regalar, por ejemplo, comida.

Pues bien, en lo que toca al aumento de la clase media, el Perú va por el camino de Brasil y, si cabe, más sólidamente, desde que nuestra reducción de la pobreza está más relacionada con las oportunidades generadas por el crecimiento. Desde el 2001, casi 10 millones de peruanos se han incorporado a una clase media, que según el BID, ahora representa al 70% de la población. Cierto esto que buena parte de esta clase media es aún frágil, pero también lo es que, si el país sigue por la senda del crecimiento, cada vez lo será menos.

El problema, entonces, es que también vamos por la senda de Brasil en lo que toca a los servicios públicos, que no han mejorado conforme la clase media ha ido creciendo. Es decir, que nuestro Estado sigue dando los mismos servicios desastrosos a unos ciudadanos que están cada vez en mejor situación para notarlo y reclamar por ello. Particularmente considerando que con la clase media está creciendo también el número de peruanos que pagan impuestos y que, por lo tanto, pueden sentirse directamente estafados por la calidad de los servicios estatales.

Lo de Brasil, consiguientemente, nos compete no solo en tanto que latinoamericanos. Nos compete también porque, si las cosas siguen como van, podría ocurrirnos a nosotros (especialmente si se bloquea la esencial reforma del Estado que contiene el proyecto de ley para la reforma del servicio civil). Salvo, claro, que nuestros gobernantes tomen la siempre inteligente decisión de escarmentar en el ejemplo ajeno e internalicen la lección brasileña: que los regímenes que presiden sobre etapas de crecimiento sin mejorar al mismo tiempo los servicios estatales están dejando juntarse dos fuerzas cuyo contacto, más temprano que tarde, causa una explosión.

Publicado por El Comercio, 29 de junio, 2013




La Clase Media en perspectiva

La Clase Media en perspectiva

Durante los últimos seis meses, el BM (Banco Mundial) y el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) han producido sendos documentos que destacan los importantes avances de la clase media en el Perú. (Ver: La Movilidad Económica y el Crecimiento de la Clase Media en América Latina (BM) y La Clase Media en Perú: Cuantificación y evolución reciente (BID). En ambos casos, en Lampadia hemos destacado estos magníficos resultados.

 

Hasta hace poco eran los izquierdistas anti sistema los que se esmeraban en negar los avances económicos y sociales producidos en el país durante los últimos veinte años. Primero negaban el crecimiento, luego la reducción de la pobreza, luego la caída de la desigualdad, y después su alcance. Todo esto ha ido quedando desvirtuado por la realidad y la contundencia de nuestra recuperación desde aquellas fatídicas décadas perdidas de los años 60, 70 y 80. Toda la información correspondiente a estos avances está disponible en nuestro portal. 

Ahora se suman al negacionismo algunos analistas económicos y sociales de renombre como Alfredo Torres de IPSOS(Ver: El Tamaño de la  clase media), Elmer Cuba de Macroconsult y Gustavo Yamada de la Universidad del Pacífico. Por ejemplo Torres dice que “La noticia (del BID) fue celebrada por algunos periodistas y analistas como expresión de éxito del modelo económico. El entusiasmo es comprensible, ya que si 7 de cada 10 peruanos son de clase media, podemos dormir tranquilos: la estabilidad política está asegurada”. Agregó: “Mi objeción al triunfalismo con que fue recibida su nota técnica es que debemos evitar caer en la tentación de cantar victoria antes de tiempo”.

No sabemos quién habrá cantado victoria. En Lampadia siempre insistimos que más allá de nuestros avances positivos, está pendiente una importante agenda temas como educación, infraestructuras, instituciones y clima de inversión. Pero de ahí a echar agua fría a los indicadores de nuestro proceso de recuperación, hay un gran abismo. 

Que Torres duerma tranquilo con los resultados de IPSOS, no significa que ha ganado la guerra, pues seguro que a la mañana siguiente se levantará a seguir luchando por superar sus logros. De igual forma, los peruanos debemos estar tranquilos conlo avanzado y seguir luchando por la prosperidad y el bienestar general, que obviamente están lejosaún. Lo que esinconducente es negar lo positivo.

Señor Torres, nada está asegurado en el Perú. No está asegurada la estabilidad económica y, menos la política. El Perú es un país en construcción, está aún en proceso de recuperación , recién en el 2006 hemos recuperado el PBI per cápita que teníamos en el año 1975, pero todavía no recuperamos el PBI pc que ese año teníamos con respecto al resto del mundo que, mientras nosotros dejamos de invertir y de crecer por treinta años, ellos sí lo hicieron.

Nuestra clase dirigente debiera tener la filosofía y la actitud de los “Padres Fundadores”, perspectivahistórica, visión de futuro y un toque de optimismo invite a los ciudadanos a perseverar en el duro camino del progreso, alimentando el espíritu con los logros.

Sobre la clase media en el Perú, lo primero que hay que decir, más allá de las cifras, es que así como nuestros pobres y nuestros ricos son mucho más pobres y mucho menos ricos, que los pobres y los ricos de los países avanzados, así también nuestra clase media es menos próspera que la de esos países , con acceso a menos productos (llámenle lavadoras), con menos capacidad de ahorro, etc., etc.

TheEconomist, refiriéndose a la pobreza global, en su edición de la primera semana de junio del 2013, titula su edición: “Hacia el final de la pobreza” (Towardstheend of poverty), y basa su análisis en el indicador global de la línea de la pobreza de US$ 1.25 por persona y por día. Indican por supuesto que la línea de la pobreza es diferente en los países más ricos. Para Estados Unidos es de US$ 63 por día para una familia de cuatro personas. Definen muy bien lo que es pobreza y consideran relevante hacer su análisis sobre esa base. Veamos un gráfico representativo de su análisis:

En el caso peruano, el INEI usa para la línea de pobreza, US$ 2,25 por día y por persona. En los informes indicados, para el límite inferior de ingresos de la clase media, el BM usa US$ 4 y el BID US$ 4 restando el porcentaje de población que se auto declara como pobre.

En Lampadia insistimos en juzgar nuestros procesos sociales viendo películas y no solo fotos de la mañana en el mercado. Revisemos una de esas películas en el siguiente gráfico que nos muestra cómo ha caído el porcentaje de peruanos con ingresos menores a US$ 1.25 por día, desde el año 1999.

Obviamente una buena parte de nuestra clase media es vulnerable, el Perú es vulnerable, por eso necesitamos alumbrar el camino y alimentar los espíritus, merituando los logros y marcando la agenda pendiente.




Crecimiento descentralizado

Crecimiento descentralizado

En el artículo Crecimiento divergente, publicado en Día_1 de El Comercio del lunes 10 de junio, Efraín Gonzales de Olarte, economista  y vicerrector de la PUCP, nos presenta un país centralista, donde el centro (Lima y Callao), lidera los indicadores económicos, produce el 50% del PBI y su producto per cápita dobla al del resto. Sin embargo, esta visión estática, no recoge la dinámica de nuestra economía, es como ver la historia con la última foto, la de hoy, sin recoger los procesos sociales, las películas.

Gonzales llega a sostener que “en cada fase de auge del ciclo económico, el centro crece más rápido que la periferia, es decir, se acentúa la divergencia y desigualdad”. Esta afirmación no es rigurosa y no refleja nuestra realidad.

La verdad es que la evolución de nuestra economía en los últimos 20 años ha sido única en nuestra historia, tanto por su intensidad como por su calidad y alcance. Hemos crecido alto y sostenidamente, afirmando un proceso pro pobre y pro clase media , como indica el BID y, además, contrario a lo manifestado por el autor de la nota indicada, el desarrollo ha sido pro provincias, como lo hemos informado muchas veces en Lampadia.

Nuestro crecimiento, más allá de haber reducido la pobreza, la desigualdad y la desnutrición infantil, también ha sido mayor en las regiones, creando en ellas más empleo y un mayor aumento de los ingresos. Como se ve en el cuadro anterior entre el 2001 y el 2010, el empleo y los ingresos han crecido más aceleradamente en provincias que en Lima.

En cuanto a la desigualdad, el INEI, el Banco Mundial y la Cepal destacan que, entre el 2001 y el 2011, la desigualdad en el Perú disminuyó en alrededor del 14% (reduciéndose el coeficiente Gini de 0.525 a 0.452), uno de los descensos más rápidos de la región.

Pero Gonzales no solo se equivoca con las relaciones entre el centro y la periferia, sino también con las relaciones dentro de cada región. Señala que “estas mismas características las podemos encontrar en cada región, donde también hay divergencia entre el crecimiento de cada ciudad y de su entorno rural”.

La respuesta a esta inexactitud está en el extraordinario libro de Richard Webb, Conexión y despegue rural, que muestra que en la sierra rural, la región más pobre del Perú, se ha producido una revolución económica y social sin precedentes. Su conclusión es contundente: Mientras en el período de casi cien años, de 1900 a 1994, el crecimiento de los ingresos de las familias rurales, fue de solo 1.4% por año, entre 1994 y el 2011, se incrementaron a un ritmo de 7.2% anual.

Por otro lado, el INEI (ENAHO) muestra que entre el 2001 y el 2010, los ingresos en el sector rural crecieron en 83%, mientras que en el área nacional urbana aumentaron en 46% y en Lima Metropolitana en 34%. ¿De dónde sale, pues, el argumento de que las ciudades de las regiones crecen más que sus áreas rurales?

A modo de conclusión podemos afirmar que las cifras muestran que el país atraviesa por un franco proceso de crecimiento y de descentralización económica. El camino es el correcto, no hay que turbar el proceso, lo que si tenemos que hacer es enfrentar nuestras limitaciones en educación, infraestructuras, calidad institucional y clima de inversión.

 




La mediocre economía brasileña

La mediocre economía brasileña

Hace casi 20 años, en mayo de 1993, Fernando Henrique Cardoso fue nombrado ministro de Finanzas de Brasil. En trece años, era el decimotercero en ocupar el cargo, pues era una cartera que parecía inútil en un país atrapado en la hiperinflación, la deuda y una anacrónica economía estatista. El Plan Real implementado por Cardoso detuvo rápidamente el alza de precios y lo llevó hasta la Presidencia, bajo la cual estableció los fundamentos para un nuevo Brasil: una reforma económica liberal y estabilidad macroeconómica.

El secreto de la política económica de Cardoso era simple: un banco central independiente cuya política monetaria controlaba la inflación, transparencia en las cuenta públicas, una rigurosa meta fiscal que redujo la deuda pública y una actitud mucho más abierta al comercio exterior y la inversión privada.

Este éxito fue reforzado por su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva, un antiguo líder sindical de izquierda cuyo gobierno vio a 30 millones de brasileños salir de la pobreza. Sin embargo, durante el segundo gobierno de Lula (2007-10) y especialmente bajo el mandato de su sucesora, Dilma Rousseff, la fórmula detrás del modelo brasileño ha sido lentamente abandonada.

La recesión global de 2008-09 hizo que Lula y Rousseff se desentendiesen de la decadente economía liberal e imitasen el capitalismo de Estado de China. El Ministerio de Finanzas emitió enormes cantidades de cheques para impulsar el crédito que otorgan los bancos estatales, el Gobierno renunció a la reforma del mercado y comenzó a gastar sin remordimiento. Cuando el recalentamiento se convirtió en estagnación (el PBI brasileño apenas creció 0.9% el año pasado), Rousseff presionó públicamente al Banco Central para que recorte las tasas de interés.

Y cuando la inflación se acercó al tope del rango meta (6.5%), dijo que su mayor preocupación era el crecimiento económico. Así que lanzó una desconcertante y cambiante oleada de beneficios tributarios (junto con aumentos en los aranceles) para favorecer a ciertas industrias, pero no equilibró estas medidas con reducciones en el gasto. Asimismo, en lugar de fijar una clara meta fiscal, existen señales preocupantes que remiten a la forma en que Argentina registra sus cuentas públicas.

En consecuencia, los inversionistas se hallan confundidos acerca de las políticas económicas de Brasil. Esta incertidumbre ha contribuido con generar un desempeño mediocre: desde el 2011, el crecimiento ha sido inferior y la inflación superior que en la mayor parte de América Latina.

Afortunadamente, Brasil todavía mantiene algunas fortalezas significativas, incluyendo sus sectores agrícola y energético, más ciencia e innovación de lo que podría pensarse y un mercado doméstico inmenso, aunque no tan efervescente.

Y aunque Rousseff haya cometido muchos errores, estos son pequeños comparados con, digamos, la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner. Pero en cualquier caso, la situación en Brasil está tornándose más difícil: el boom del consumo y el crédito ha perdido impulso, la balanza comercial ahora es deficitaria, pues la demanda china por el hierro brasileño se está reduciendo y el inminente final del dinero barato en el Primer Mundo está provocando un resbalón en el real. Aunque esto último ayudará a la manufactura brasileña, empujará la inflación hacia arriba.

Quédese, Sr. Mantega, quédese

Es por ello que son bienvenidos los incipientes signos de un retorno a una política económica más clara, que han sido emitidos en las últimas semanas. Para controlar la inflación, el gobernador del Banco Central, Alexandre Tombini, ha elevado la tasa de interés de referencia (aunque se necesitarán más incrementos para restaurar la credibilidad perdida). Guido Mantega, el ministro de Finanzas, ha señalado que ya no utilizará la política fiscal para estimular la economía y el pasado 4 de junio retiró un impuesto que gravaba los influjos de capitales.

Peso si Brasil busca retornar al camino trazado por el Plan Real, se requieren más cambios. En especial, el equipo económico de Rousseff necesita frenar el gasto y sacar al Estado del negocio del “micromanejo” de las decisiones de inversión.

En diciembre último, cuando The Economist urgió al Gobierno brasileño a dejar de interferir en la economía, pedimos a la presidenta Rousseff que despida a Mantega. Y fue ampliamente difundido en Brasil que dicha impertinencia tuvo el efecto de hacer del ministro de Finanzas “no despedible”. Vamos a intentar un nuevo enfoque: urgimos a la presidenta a aferrarse a Mantega a cualquier costo porque es todo un ganador.

Traducido para Gestión por Antonio Yonz Martínez

Publicado por Gestión, 11 de junio del 2013