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No hay vacuna contra la mentira

No hay vacuna contra la mentira

 

Fernando Rospigliosi
CONTROVERSIAS
Para Lampadia

El miércoles 5 me quedé pasmado cuando leí en el diario La República que el doctor Ernesto Bustamante había impedido que se compraran millones de vacunas chinas. Suelo enterarme de lo que sucede en el Perú, de algunas cosas por lo menos, y no sabía que Bustamante había sido designado ministro de Salud. Porque hasta donde puedo entender, es ese funcionario el principal responsable de la adquisición –o no- de las vacunas.

Revisé la información oficial y confirmé que Oscar Ugarte seguía en ese cargo. Inmediatamente realicé otra búsqueda, porque quizá Bustamante había sido designado Presidente del Consejo de Ministros (PCM), pero no, Violeta Bermúdez seguía allí. ¿Tal vez Presidente de la República? Un imposible jurídico, pero como sabemos, en el Perú todo puede ocurrir. Tampoco, Francisco Sagasti continuaba en Palacio.

Es decir, corroboré que Bustamante no ocupaba ningún cargo público con poder decisión sobre las vacunas. Entonces volví a mirar “La República”. Su portada dice: “Campaña impidió que se vacunara a dos millones de personas”.

¿Campaña? Exploré la información y ratifiqué lo que recordaba. El doctor Bustamante opinó sobre la vacuna china en un programa de TV que nadie ve, que se propala por un pequeño canal de TV que tampoco nadie ve. Prácticamente todos los grandes medios de TV, radio y escritos ignoraron la opinión de Bustamante o la criticaron sañudamente.

Además, la PCM Bermúdez anunció públicamente, al día siguiente que Bustamante vertió su opinión en el canal de TV que nadie ve, que el Gobierno no estaba de acuerdo con esa apreciación. Más todavía, lo amenazó a él y al conductor del programa que nadie ve con denunciarlos judicialmente. Después el ministro de Salud y el presidente se pronunciaron en el mismo sentido.

En suma, si Bustamante no ocupa cargo público alguno y no tiene poder de decisión. Si el Gobierno ha rechazado explícita y reiteradamente su opinión. Y si casi todos los medios de comunicación, fieles al poder, han difundido la misma versión ¿cómo hizo Bustamante para imponer su voluntad?

Un misterio insondable.

En realidad, se trata simplemente de una patraña gigantesca de “La República” que está decididamente alineada tanto con el Gobierno como con Pedro Castillo.

Así, tratan de disminuir la responsabilidad del desastre sanitario de los únicos culpables, Sagasti y Martín Vizcarra y cargársela a quién ha denunciado persistentemente los errores y propuesto alternativas razonables para mejorar el desempeño del Estado.

Dicho sea de paso, ninguno de los académicos y ONG izquierdistas, que se ha autoerigido como jueces de la verdad, ha criticado tamaña falsificación de parte de un medio periodístico. Ellos solo persiguen el más mínimo desliz –o a veces lo inventan- de quienes no coinciden con sus preferencias políticas.

Por último, como bien ha aclarado Bustamante, la OMS no ha dicho que la vacuna china tiene 90% de eficacia. La OMS ha dicho que Bahréin dice eso. Lo que si afirma la OMS es que la vacuna no es eficaz en mayores de 59 años. Y lo que también dice la Contraloría es que esa vacuna costó casi 30 dólares por dosis, probablemente la más cara de todas. Y lo que supone Germán Málaga, que dirigió el fracasado experimento de la universidad Cayetano Heredia, es que se necesitan tres dosis de esa vacuna. Y lo que parecen demostrar Vizcarra y su esposa es que los vacunados con Sinopharm sí se contagian. Lampadia




El costo oculto de la tecnología

El costo oculto de la tecnología

Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas
Para Lampadia

La pandemia ha revelado algunas de las debilidades que tiene el mundo en que vivimos. Ha quedado evidenciado que no estamos preparados para enfrentar eficaz y ordenadamente un evento global de esta naturaleza. La actuación de la OMS ha sido decepcionante y comprueba una vez mas la ineficacia de estos organismos internacionales.

Desde el punto de vista tecnológico, la pandemia ha develado dos cosas muy importantes.

  • Una positiva: La rapidez de los científicos para desarrollar millones de vacunas, en menos de un año.
  • Otra negativa: La sospecha que el virus pueda haber sido creado en un laboratorio con fines nada éticos. Sobre esto último hay muchas conjeturas, pero nada comprobado. Sin embargo, la posibilidad de que pueda haber ocurrido es científicamente factible.

Esta dicotomía no es novedad en el frente tecnológico, ya que siempre se ha sabido que los grandes desarrollos científicos, a pesar de conseguir logros extraordinarios para la humanidad, también la dejan muy expuesta a altos riesgos.

Un claro ejemplo de esto ha sido el desarrollo de la energía nuclear. Este emprendimiento científico se concibió con fines técnicos positivos, ya que su generación es muy limpia, constante, mas barata y casi inagotable.

Sin embargo, a mediados de los años 40 durante la 2da guerra mundial, se utilizó para crear el arma mas letal de la historia: La bomba atómica, que se uso con resultados atroces en Hiroshima y Nagasaki.

A partir de ese momento, la humanidad fue consciente del riesgo al que estaría sometida en adelante, debido a la existencia de esta nueva tecnología. Para mitigar estos riesgos existen convenios mundiales para su control, así como organizaciones internacionales que se supone deben velar por la seguridad del mundo, pero que como hemos visto, no son muy eficaces.

La Tercera Revolución Industrial se inició en 1969, el año en que el hombre piso la luna. Desde esa fecha hasta fines del siglo XX nos sumergimos en la tecnología y la automatización. También se cambió lo analógico por lo digital y se inició el uso del internet y la telefonía celular. Todo comenzó a cambiar para mejor y el mundo se comenzó a globalizar rápidamente.

Sin embargo, a comienzos del siglo XXI la tecnología se desbocó y comenzó a crecer a una velocidad exponencial envés de lineal. Todo se aceleró de una manera exagerada, lo cual no nos ha permitido ¨digerir¨ algunos de estos cambios disruptivos en los cuales ya estamos inmersos. 

Este hecho ha marcado nuestro ingreso a la llamada Cuarta Revolución Industrial. La era de la virtualización e interconexión a grandes velocidades y entre dispositivos. La Inteligencia Artificial (AI), el Internet de las Cosas (IOT), la Robótica, la Nanotecnología, la Híper-conectividad, las comunicaciones 5G, la impresión 3D, la nube, la computación cuántica y el uso de Big Data, son algunos de estos avances verdaderamente disruptivos, que caracterizan a esta nueva etapa.

Estamos en el umbral de un periodo fascinante pero enigmático, donde la tecnología será el centro de todo, permitiendo un desarrollo veloz y potente en casi todos los frentes. Sin embargo, al igual que en el caso de la energía atómica, todas estas ventajas para la humanidad conllevan grandes riesgos si fueran manipuladas sin las debidas consideraciones éticas.

Veamos tres ejemplos actuales.

En salud, la genética molecular, la robótica, la Inteligencia artificial y la biotecnología están consiguiendo logros espectaculares en la medicina. La longevidad y la calidad de vida se han incrementado significativamente. Por otro lado, los procedimientos curativos son cada vez menos invasivos y mucho mas efectivos.

Ni que decir de los tremendos avances relacionados a la genética molecular, donde no solo se ha conseguido mapear el 100% del genoma humano, sino que ya se ha logrado hacerle ediciones utilizando el CRISPR CAS9 (Premio Nobel de Química 2020). ¡De película!

Todo esto es muy positivo, sin embargo, esta misma tecnología podría ser utilizada negativamente en contra de la humanidad, si cae en manos carentes de ética. El desarrollo in vitro de virus u otros organismos malignos con fines comerciales o destructivos, la modificación genética “a gusto del cliente” y las armas bacteriológicas son algunos ejemplos de esta posibilidad.

El segundo ejemplo son los avances tecnológicos en el frente industrial. La nanotecnología (miniaturización), el súper audio y video, la robotización de fábricas y almacenes, el transporte automatizado (drones y automóviles sin conductor), el reconocimiento facial, el internet de las cosas y las semillas transgénicas, son algunas de las nuevas tecnologías que son y serán sumamente ventajosas para las diferentes industrias.

Sin embargo, en malas manos se convierten en instrumentos muy poderosos para el espionaje político y militar, la intrusión a la privacidad personal, el fraude financiero, el robo de identidad y también para temas bélicos y terroristas. Además, obviamente serán generadoras de desempleo masivo.

El tercer ejemplo es uno mas cercano ya que lo vivimos a diario: las comunicaciones. Aquí el cambio ha sido verdaderamente disruptivo y veloz, a través del internet, la digitalización, la telefonía celular, los dispositivos inteligentes y las redes sociales.

El Internet ingreso a nuestras vidas a comienzos de la década de los 90, casi al mismo tiempo que la telefonía celular. Esta potente combinación fue lo que originó el gigantesco cambio de las comunicaciones. Hasta aquí todo era relativamente positivo hasta que aparecieron las redes sociales, los foros de internet y las mensajerías instantáneas y complicaron el tema.

Estas plataformas fueron complementadas y potenciadas con la aparición del Smartphone y la Tablet, así como por la transmisión inalámbrica a través del Wifi y 4G/5G. Con todas estas tecnologías las comunicaciones se han digitalizado y globalizado totalmente, a través de un pequeño dispositivo que se ha convertido en un apéndice de nuestros cuerpos.

Lo que se viene en este campo es también de película, ya que los dispositivos se miniaturizaran y se insertaran en el cuerpo subcutáneamente. ¿Se imaginan? No tendremos que cargar el celular, ni preocuparnos de que se pierda o nos lo roben. ¡Serán parte de nuestro cuerpo y las comunicaciones serán parte de nuestra memoria!

Como en los casos anteriores la transformación de las comunicaciones tiene muchas ventajas para la humanidad, pero también le genera muchos problemas debido a la falta de ética en su uso.

Algunos son inofensivos y se pueden manejar, como el tema diario de la ¨sobredosis de información¨, en su mayoría invasiva, inútil, inoportuna y repetitiva, que felizmente tiene un antídoto muy eficaz: ¨DELETE¨.

Sin embargo, lo que si es verdaderamente pernicioso son las tristemente célebres ¨Fake News¨. Esto si puede hacer mucho daño a la humanidad y de hecho ya lo viene haciendo. Mentir descaradamente o publicar medias verdades tendenciosamente es ahora muy común. Nadie se preocupa por verificar o indagar sobre las fuentes y lanzan los mensajes sin ningún remordimiento. Esto ha exacerbado varias de las taras humanas como la mentira compulsiva, la agresividad verbal, la intolerancia y la polarización, entre otras.

Desprestigiar personas, organizaciones y marcas comerciales; crear conflictos de todo tipo; manipular a personas y hasta influenciar elecciones, son algunas de las muchas cosas negativas a las que el mundo está expuesto con este nuevo formato de comunicaciones que ignora a la ética.

En resumen, los grandes avances tecnológicos que sin duda benefician significativamente a la humanidad, tienen un alto costo oculto que incluye entre otras cosas, un mayor riesgo de vida, pérdida de la privacidad, desempleo masivo, fraude electrónico y comunicaciones descontroladas.

Los organismos internacionales están analizando formas para intentar regular el tema de alguna manera. Sin embargo, las posibilidades de que esto tenga éxito son muy limitadas, dada su ineficacia demostrada en casos como el de la pandemia.

Felizmente también existen organismos privados de muy alto nivel, como el ¨Future of Humanity Institute¨ de la Universidad de Oxford y otros similares, que están dedicados a buscar soluciones para mitigar de alguna manera estos riesgos para la humanidad.

El tema es que si no se encuentran e implementan medidas éticas para contrarrestar estos riesgos y dado el avance exponencial de la tecnología, la humanidad podría encontrarse en un par de décadas ante la tremenda disyuntiva de un escenario tipo ¨Terminator¨ o de conseguir la inmortalidad. Lampadia




Reforzando el multilateralismo

Reforzando el multilateralismo

La pandemia ha destacado como muy pocos eventos en la historia – el otro probablemente sería la Segunda Guerra Mundial – la necesidad de fortalecer los organismos multilaterales y la cooperación mutua entre los países, para derrotar a un único enemigo común – el covid 19 – cuyas repercuciones globales – ya sea a través del movimiento migratorio, la importación de medicamentos o la difusión de tratamientos eficaces a la enfermedad – hacen imposible un trabajo aislado y desarticulado. Máxime, si la solución permanente a la crisis depende de la unificación de esfuerzos de más de 200 laboratorios que se encuentran analizando vacunas en diferentes fases clínicas, las cuales están desperdigadas en el mundo tanto occidental como oriental.

Al respecto, compartimos a continuación un llamado publicado en el portal Project Syndicate que hace el ex-secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, hacia los líderes políticos de los países más importantes del globo en el que les insiste defender frontalmente el mutilateralismo en los próximos años a través de 5 acciones concretas. De aquí queremos destacar una en particular referida a renovar sus votos a la carta de la ONU, la cual sienta las bases de una organización que ha permitido, como bien enfatiza Ki-moon, “…durante más de siete décadas, [apoyar] de manera decisiva la búsqueda de la paz, la seguridad, los derechos humanos y las mejoras económicas y sociales en todo el mundo.”

Como hemos comentado en Lampadia: Urge reformar la OMS, países como el Perú, que tienen sistemas de salud públicos precarios por como ha dejado entrever la terrible performance que ha tenido en el ámbito sanitario durante la crisis, requieren del mayor apoyo posible de organizaciones como la OMS – uno de los brazos de la ONU – y por ende urge reformarla con mayor financiamiento y corrigiendo sus cuellos de botella observados en la pandemia. Consideramos lo mismo para la ONU en su principal ámbito de acción que es el de preservar la paz global e incentivar la cooperación internacional en problemáticas importantes que además del tema sanitario, involucran el cambio climático y la seguridad.  Ello se torna aún más apremiante hoy en día dado el proceso de desglobalizacion en el cual ha entrado el mundo desde la última década, lo cual ha sucitado una mayor animosidad entre países afines a ciertas ideologías políticas (ver Lampadia: La globalización sigue perdiendo fuerza).

Veamos el llamado de Ki-Moon denominado “Volviendo al multilaretalismo”. Lampadia

Volviendo al multilateralismo

Ban Ki-Moon
Project Syndicate
23 de septiembre, 2020
Traducida y glosada por Lampadia

Durante 75 años, las Naciones Unidas han proporcionado un foro mundial imperfecto pero incomparable para promover la paz, la prosperidad y los derechos humanos, como un baluarte contra otra guerra mundial. Pero la pandemia del COVID-19 presenta al principal organismo multilateral del mundo su mayor desafío hasta el momento.

NUEVA YORK – El COVID-19 ha arrojado luz sobre las graves vulnerabilidades de un mundo profundamente interconectado. Ningún país, independientemente de su tamaño, riqueza o sofisticación tecnológica, puede abordar esta crisis solo.

Debido a la pandemia, la Asamblea General de las Naciones Unidas de este mes se celebra en circunstancias excepcionales, y los jefes de estado participan “virtualmente” en lugar de viajar a la ciudad de Nueva York. La naturaleza única de la reunión de este año debería servir como recordatorio de que la única forma de superar la amenaza del COVID-19 es a través de la cooperación internacional, la transparencia y el cumplimiento de reglas y regulaciones compartidas.

Es una conmovedora ironía que la pandemia haya golpeado en el 75 aniversario de la ONU. Nacido de los escombros de la Segunda Guerra Mundial, una calamidad totalmente provocada por el hombre, el principal foro internacional del mundo encarnó la determinación de los líderes de la posguerra de que las generaciones futuras deben salvarse del tipo de sufrimiento que habían presenciado.

En Medio Oriente y otras regiones asoladas por conflictos, la ONU y sus principios de cooperación multilateral siguen siendo indispensables para encontrar soluciones sostenibles a largo plazo que garanticen la paz, la estabilidad y la prosperidad. Los principios del derecho internacional son la base de nuestro orden global y proporcionan un marco crucial para defender los derechos y ejercer el poder frente a los desafíos globales.

Podemos ver esto claramente en el conflicto israelí-palestino, que ha durado casi tanto como la propia ONU. La mejor solución serán dos estados, Israel y Palestina, para los dos pueblos, sobre la base de las fronteras anteriores a 1967 reconocidas internacionalmente y de acuerdo con las Resoluciones 242 y 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU, entre otras.

El reciente establecimiento de relaciones diplomáticas entre Israel y dos países del Golfo, los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein, es un acontecimiento político significativo que espero pueda ayudar a superar décadas de distanciamiento y desconfianza. Pero sigo creyendo que la única forma de lograr una verdadera “normalización” entre Israel y el mundo árabe es que todas las partes trabajen hacia una solución duradera de dos Estados que brinde paz, justicia, dignidad y seguridad a palestinos e israelíes por igual. Los derechos inalienables de las personas nunca deben ser cambiados por otros.

En 1945, muchos esperaban que el mundo finalmente hubiera aprendido las lecciones de dos guerras mundiales desastrosas. En palabras de la Carta de la ONU, el organismo fue creado para “salvar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra” y para seguir caminos pacíficos e inclusivos hacia la prosperidad y la democracia globales. La red de convenios e instituciones internacionales centrados en la ONU que se han establecido desde entonces está lejos de ser perfecta. Sin embargo, durante más de siete décadas, ha apoyado de manera decisiva la búsqueda de la paz, la seguridad, los derechos humanos y las mejoras económicas y sociales en todo el mundo.

Para resaltar este legado, The Elders, un grupo de líderes mundiales independientes fundado por Nelson Mandela, del cual tengo el honor de servir como vicepresidente, publicó recientemente un informe sobre la defensa del multilateralismo. En él, emitimos cinco llamados a la acción para los líderes de hoy:

  • Volver a comprometerse con los valores de la Carta de la ONU;
  • Empoderar a la ONU para que cumpla su mandato de acción colectiva sobre la paz y la seguridad;
  • Fortalecer los sistemas de salud para hacer frente al COVID-19 y prepararse para futuras pandemias;
  • Demostrar una mayor ambición sobre el cambio climático para cumplir con los objetivos del acuerdo de París;
  • Movilizar el apoyo para todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Todos los países deben reconocer que la única forma de lograr estos objetivos es mediante un multilateralismo eficaz, que en última instancia redunda en interés de todos. La mayoría de las veces, el fracaso de la ONU para cumplir sus objetivos declarados ha sido el resultado de los estados miembros, en particular, pero no exclusivamente, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EEUU, Reino Unido, Francia, Rusia, China), no cumpliendo con sus responsabilidades. Cuando los países ponen los intereses nacionales estrechos por encima de las prioridades comunes, todos salen perdiendo.

Sin duda, en julio pasado, acogí con beneplácito la adopción unánime de la Resolución 2532 por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, que pedía un alto al fuego mundial para evitar más catástrofes humanitarias en el contexto de la pandemia. También apoyé firmemente esta iniciativa cuando el Secretario General de la ONU, António Guterres, la propuso por primera vez en marzo. Sin embargo, me decepcionó ver tantos meses valiosos desperdiciados en discusiones sobre los detalles del texto.

Las disputas sobre semántica frente a sangrientos conflictos y una pandemia sin precedentes enviaron un mensaje terrible al público mundial. Más allá de los efectos directos en la salud, las consecuencias económicas de la crisis serán duraderas y graves, creando efectos dominó que se sentirán en muchas partes del mundo frágiles y afectadas por conflictos durante algún tiempo. No era el momento de jugar duro diplomáticamente.

Desde entonces, el Programa Mundial de Alimentos advirtió que podríamos encaminarnos hacia la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial, con hasta 600,000 niños con probabilidades de morir de hambre y desnutrición en países muy afectados como Yemen, Somalia, Nigeria y Sudán del Sur.

La crisis del COVID-19 es un sombrío recordatorio de nuestros vínculos humanos y vulnerabilidades comunes. Si no respondemos a la pandemia y otras amenazas compartidas con un renovado sentido de solidaridad y acción colectiva, habremos deshonrado a las víctimas del virus y traicionado las esperanzas que la generación fundadora de la ONU tenía para nosotros. Lampadia

Ban Ki-moon, vicepresidente de The Elders, fue Secretario General de las Naciones Unidas de 2007 a 2016, antes de lo cual fue ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Sur. Diplomático de carrera, anteriormente se desempeñó como Director de la Oficina de Tratados y Organizaciones Internacionales de la ONU, Vicepresidente de la Comisión Conjunta de Control Nuclear Sur-Norte y Asesor de Seguridad Nacional de Corea del Sur.




Urge reformar la OMS

Urge reformar la OMS

Durante todo el transcurso de la crisis sanitaria, la OMS ha sido duramente criticada por diversos medios internacionales por sus contradicciones en torno a sus advertencias sobre las formas de contagio del coronavirus, los posibles tratamientos a la enfermedad, así como por sus muchas veces pesimistas proyecciones en el devenir del mundo para superar la pandemia.

Sin embargo, pocos se han enfocado en los aciertos de la organización para articular todos los frentes en el combate a la pandemia, ya sea a través de la constante difusión de investigaciones relacionadas, el aseguramiento de suministro de medicamentos en los países y por supuesto, su protagonismo en lo que sería el plan de provisión más grande de vacunas a nivel global en el 2021: el COVAX. Todo ello a la luz de las fuertes limitaciones que presenta, como el retiro total de EEUU, su principal fuente de financiamiento, que se suma a un problema estructural de insuficiente financiamiento que limita bastante su accionar.

Un reciente artículo de The Economist que compartimos líneas abajo extiende un breve análisis del desempeño de la OMS en la presente pandemia, arrojando resultados netos positivos, a la vez que llama a una reforma de la organización de cara a enfrentar la problemática de la salud pública global en los próximos años, ahora que se conocen con mayor certeza sus debilidades y fortalezas pues ha sido llevada al límite con la crisis.

A diferencia de la opinión de varios líderes políticos, consideramos que de ninguna manera se puede abandonar la cooperación internacional y el multilateralismo, y peor aún en el tema sanitario. El Perú es un país con grandes brechas sociales y en particular la salud, es de las más graves como ha dejado dilucidar la pandemia. Necesitamos del mayor apoyo posible y organizaciones como la OMS que velan por las mejores prácticas sanitarias globales y coordinan el apoyo hacia los países menos desarrollados como el nuestro son fundamentales. Por ende, consideramos que debe fortalecerse de cara al futuro, en caso azoten otros brotes mundiales, en tanto estos son siempre una posibilidad latente.

Covid-19 y más allá
El mundo necesita una mejor Organización Mundial de la Salud (OMS)

La OMS lo ha hecho bien contra el covid-19. Pero necesita más músculo y más dinero

The Economist
12 de septiembre, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

La sede de vidrio y metal de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la agencia de salud de la ONU, contrasta marcadamente con su entorno bucólico en las colinas alrededor de Ginebra. Los únicos toques de color son las banderas de sus 194 estados miembros. Por ahora, la bandera estadounidense aún ondea junto al resto. Pero si el presidente Donald Trump se sale con la suya, para julio de 2021 desaparecerá. EEUU es el mayor donante. Una décima parte de su personal es estadounidense. Su influencia corre a través de la agencia, hasta las tazas de mantequilla de maní en la máquina expendedora del personal.

Es un momento extraño para cortar los lazos con el organismo de salud pública más importante del mundo. Hay una pandemia. Mara Pillinger, investigadora de políticas de salud en la Universidad de Georgetown en Washington, DC, dice que la OMS ha hecho un “trabajo bastante notable” al lidiar con el covid-19, dadas las limitaciones incorporadas en su forma de funcionamiento. No obstante, las amenazas gemelas del trumpismo y el coronavirus han iluminado tanto las fortalezas como las debilidades de la agencia y han planteado preguntas sobre su futuro.

El trabajo de emergencia de la OMS se rige por un marco legal conocido como Reglamento Sanitario Internacional, cuya versión actual está en vigor desde 2005. En él se detalla cómo deben manejarse las emergencias de salud pública. Establecen las reglas sobre cómo deben comportarse las naciones. Y restringen a la OMS. Los estados miembros están obligados a informar los brotes de enfermedades tan pronto como puedan, pero si no lo hacen, o se demoran como lo hizo China con el covid-19, la organización no tiene forma de obligarlos.

Antes del 2005 las reglas eran diferentes. Gro Harlem Brundtland, una ex primera ministra noruega que lideró la OMS de 1998 a 2003, criticó a China por no informar de un brote de SARS con prontitud en 2003. Esos días se han ido, dice; los estados miembros ahora han limitado lo que el jefe de la OMS puede hacer y decir. Tedros Adhanom, el actual director general, no ha criticado abiertamente a China. Pero tampoco ha arremetido contra EEUU, señala Jeremy Hunt, exsecretario de salud británico. Ese tacto es crucial. Los organismos de las Naciones Unidas funcionan por consenso, dice: “Ese es el precio que se paga por conseguir que todos los países del mundo se sientan alrededor de la mesa”.

Por lo general, el trabajo de la OMS es identificar las mejores medidas de salud pública, compartir esa información y ofrecer apoyo técnico a los miembros que lo necesiten. Es el foro principal donde los países cooperan en asuntos de salud. El trabajo práctico de la salud pública no es su trabajo. Sin embargo, cuando otros fracasen, intervendrá. Ha proporcionado servicios de salud mental en Siria y ha transportado ambulancias por avión a Irak. Fracasó en su respuesta a un brote de ébola en África occidental en 2014 que mató a más de 11,000 personas. Pero cuando la enfermedad afectó al este de la República Democrática del Congo en 2018, desempeñó un papel de liderazgo en su control. Cuando otros pensaron que era demasiado peligroso enviar personal al campo, la OMS se quedó. Dos miembros del personal fueron asesinados por rebeldes, que a menudo atacaban las clínicas. Tedros visitó el Congo 14 veces, mostrando un valor inusual para alguien en su posición.

Qué es la OMS

La OMS fue fundamental en la erradicación de la viruela, una enfermedad que mató a casi 300 millones de personas en el siglo XX. Casi ha ayudado a erradicar la poliomielitis, que en la década de 1980 paralizaba a 350,000 personas en 125 países cada año. La enfermedad ahora se encuentra en solo tres países. La OMS recibe información de los países sobre los brotes, organiza programas de vacunación y, a menudo, actúa como una especie de agencia de aprobación de vacunas.

Un problema para la OMS, argumenta el Dr. Pillinger, es que gran parte de su trabajo es invisible. Coopera estrechamente con los gobiernos y les permite atribuirse el mérito de sus esfuerzos. Cuando las cosas van mal, por supuesto, se convierte en un chivo expiatorio conveniente, como se ha dado cuenta Trump.

Su respuesta al covid-19 ha sido objeto de un intenso escrutinio, como debería. El Dr. Brundtland cree que la OMS declaró el brote como una emergencia de salud pública demasiado tarde. Eso podría deberse a que China, una vez más, ocultó información sobre un nuevo brote. La OMS, dice, “ocultó y esperó y no debería haberlo hecho, de acuerdo con el Reglamento Sanitario Internacional”.

Algunos dicen que la OMS fue demasiada lenta para emitir una guía sobre el uso de la dexametasona, un medicamento que puede tratar a algunos de los pacientes más enfermos. Otros la han criticado por arrastrar los pies antes de promover el uso de máscaras de tela en autobuses y tiendas. Inicialmente no contaba con la evidencia en la que basar dicha orientación, explica Maria Van Kerkhove, epidemióloga de la OMS. Necesitaba saber si habría máscaras disponibles y qué decía la ciencia sobre la eficacia del uso generalizado del tipo de tela. Pidió a los investigadores de la Universidad de Stanford que investigaran. Sobre la base de su investigación en junio, cambió su consejo para decir que tales máscaras deben usarse en público donde el distanciamiento físico es imposible.

Pero, en general, la organización ha respondido rápidamente al covid-19. Al comienzo del brote, los funcionarios trabajaron con empresas de tecnología y redes sociales para alentarlas a promover información precisa. Acuñó la frase “infodemia” para describir la rápida propagación de información errónea sobre el nuevo virus.

Ha ayudado a coordinar los esfuerzos mundiales para encontrar tratamientos y vacunas. Está trabajando con empresas farmacéuticas para salvaguardar el suministro de medicamentos. Ahora es un actor clave en COVAX, un plan para distribuir 2 mil millones de dosis de una vacuna covid-19 en 2021. La OMS se apresuró a digerir la investigación producida a gran velocidad y explicar lo que significa. Detrás de escena, a los estados miembros se les dice con regularidad qué piensa la OMS sobre si sus medidas no son lo suficientemente agresivas o completas.

Por la OMS las campanas suenan

Sus esfuerzos serán analizados más a fondo. En mayo, la Asamblea Mundial de la Salud, el foro de toma de decisiones de la OMS, solicitó una evaluación independiente completa de la respuesta de la agencia a la pandemia, así como la de los países individuales. Se publicará el próximo año. Cualesquiera que sean sus conclusiones, muchas de las debilidades de la OMS ya son evidentes. El mes pasado, funcionarios de los ministerios de salud de Alemania y Francia hicieron circular un documento que decía que la agencia no cuenta con fondos suficientes, que los estados miembros tienen un mandato excesivo crónico y que su diseño es débil.

El dinero es el problema más inmediato. El presupuesto de la OMS es de US$ 2,500 millones al año (aproximadamente lo que EEUU gasta en atención médica para una ciudad pequeña típica). “Es una cifra triste”, dice Howard Koh, profesor de la Escuela de Salud Pública de Harvard Chan y ex subsecretario de salud en la administración Obama. Con esto “esperamos que resuelvan las pandemias del mundo”. En situaciones de emergencia, la OMS a menudo tiene que acudir a sus patrocinadores para obtener más efectivo. En medio del brote de ébola en el Congo en 2018-19, se agotó.

Su trabajo se hace más difícil porque solo el 20% de sus US$ 2,500 millones en financiamiento está garantizado y viene sin condiciones. Mucho de eso proviene de una pequeña cantidad de grandes donantes (ver cuadro). Es como un país dependiente del petróleo, argumenta el Dr. Tedros, demasiado dependiente de una única fuente de ingresos, EEUU. Otros países grandes, como China y Francia, aportan cantidades insignificantes. El otro 80% viene en forma de alrededor de 3,000 contribuciones voluntarias e impredecibles destinadas a proyectos específicos. Casi la mitad son por menos de US$ 500,000. Son desordenados, difíciles de administrar y fragmentan la organización, dice el jefe de la OMS.

Desde que asumió el cargo en 2017, el Dr. Tedros ha tratado de asegurar las finanzas de la agencia. Creó la Fundación OMS para crear una fuente de dinero más confiable. Está tratando de persuadir a los estados miembros para que otorguen más fondos incondicionales. Incluso antes de la pandemia, había puesto la salud en la agenda política. El personal de una gran organización benéfica de salud dice que, bajo su mando, la OMS ha pasado de discutir su trabajo con los ministros de salud a hablar con los jefes de estado.

El Dr. Tedros es el primer director general elegido mediante votación secreta de todos los estados miembros, lo que le otorga una mayor independencia, dice. Un grupo más pequeño de países, la junta ejecutiva de la OMS, solía controlar estas elecciones. Las reformas que ha implementado hasta ahora han sido ambiciosas, pero los estados miembros deben impulsarlas más.

Más allá de las pandemias, el trabajo de promover políticas basadas en la ciencia, fortalecer los sistemas de salud y ampliar el acceso a la atención no es glamoroso. Pero es vital. El historial de la agencia sobre el covid-19 está lejos de ser perfecto, pero hacía tiempo que advirtió sobre la posibilidad de una pandemia de tal escala. En 2018 se habló de la “Enfermedad X”, una enfermedad causada por un patógeno nunca antes visto en humanos que causaría la próxima pandemia y causaría estragos. El Dr. Tedros estableció una nueva división para prepararse para ello. Muchos países no escucharon.

El mundo no tiene mejor idea que hace un año si un brote tan grave como el covid-19 es un evento único en un siglo o volverá a ocurrir mañana. Mientras tanto, están surgiendo nuevas demandas sobre la OMS. Un nuevo brote de ébola en el Congo requiere atención. Los países más pobres necesitarán apoyo para lidiar con el covid-19 junto con enfermedades existentes como la diabetes y el sarampión. La OMS tendrá que distribuir aún más sus ya limitados recursos.

El Dr. Tedros ha tratado de convencer a la administración Trump de que EEUU debería seguir siendo parte de la OMS, pero dice que estableció condiciones “completamente inaceptables” para hacerlo (no especificó cuáles eran). Joe Biden ha prometido que EEUU se reuniría con la OMS de inmediato, en caso de que ganara la presidencia. De cualquier manera, la posibilidad de que el principal donante de la organización se retire ha hecho que otros países se den cuenta de que deberían hacer más para reforzarla. Un panel interno está estudiando reformas al Reglamento Sanitario Internacional. La OMS puede necesitar el poder para investigar los brotes de manera más independiente y establecer un sistema que les permita emitir advertencias sobre emergencias de salud pública antes. Hace un año, los riesgos de un sistema de salud mundial débil eran difíciles de calcular. Hoy en día, los costos de las fallas se miden en trillones de dólares y la pérdida hasta ahora de alrededor de 900,000 vidas a causa del covid-19. Lampadia




Cambiar el enfoque de la gestión pública

Cambiar el enfoque de la gestión pública

Ni estatismo ni estricta subsidiariedad: necesitamos un Estado que sepa liderar

David Belaunde Matossian
Para Lampadia

Ante el fracaso estrepitoso del Perú en la lucha contra el COVID-19 (alta propagación y mortalidad, alto impacto económico) la prensa televisiva y un sinnúmero de comentaristas se han esforzado en culpar al pueblo, a la informalidad, o a las carencias en el sistema de salud.

Esta tentativa, frecuentemente motivada por una voluntad de exonerar al gobierno de toda responsabilidad, así como por agendas ideológicas, ignora la naturaleza misma de la labor de gestión, ya sea pública o privada. Esta requiere entender el contexto en el que se opera, y adaptar su accionar en consecuencia.

Todos conocíamos desde hace mucho antes de la pandemia cuales eran nuestras debilidades estructurales. La labor del gestor público era entonces encontrar maneras de esquivar esas dificultades y no, como se hizo, simplemente adoptar el paquete enlatado de la OMS anunciando que si este no funcionaba sería culpa de la población.

Para ello, era necesario un diálogo con los actores económicos y de la sociedad civil afín de anticipar los problemas, encontrar soluciones y planear la mejor manera de implementarlas. Sin embargo, el Gobierno no optó por esta vía. Los ejemplos de oportunidades perdidas abundan, desde involucrar rápidamente a laboratorios privados en el esfuerzo de testing a apoyarse en asociaciones caritativas y empresas para reparto de ayuda.

Incluso el caso de las UCI en clínicas privadas – tan mediatizado como prueba de codicia excesiva del privado – es uno en el que, si el Estado hubiera sido mas proactivo en buscar apoyo, hubiera podido evitar conflictos destructivos y salvar vidas.

Esta falta de consultas y de cooperación que hemos observado se debe a una concepción errónea del Estado como entidad que debería solucionar problemas con sus propios medios. Subyacente a esta carencia está una desconfianza generalizada en el sector privado y la sociedad civil, y una idealización – antigua, pero renovada cíclicamente por personajes que no aprenden las lecciones de la historia – del Estado como repositorio único de la virtud y del desinterés.

Esta concepción de un Estado como gestor monopólico debe substituirse por la de un Estado que demuestra liderazgo, en un sentido moderno del término. Es líder quien sabe situarse al centro de una red de conceptores y de implementadores. Así:

1) Todo paquete de medidas de importancia debería necesitar el trabajo de un amplio comité consultativo (como los Advisory Boards en Estados Unidos) reuniendo actores públicos y privados – no solo “expertos” – para recabar ideas, inteligencia de terreno y diagnósticos de un amplio pool no solo de talento sino de conocimiento local.

2) Del mismo modo, la implementación de un paquete de medidas debería exigir responder previamente a la pregunta: ¿Quién – dentro y fuera del Estado – tiene las capacidades de ejecutar estas acciones? Y luego se debería coordinar la implementación entre diversos actores públicos y privados.

No se trata, por cierto, de reafirmar el carácter subsidiario de la intervención estatal enunciado por la constitución de 1993. Es perfectamente concebible tener un Estado proactivo – en el contexto de una sociedad civil que tiene dificultades en generar sus propios equilibrios – pero que se apalanque sobre el sector privado y asociativo para alcanzar sus objetivos.

Es más, en cierto modo, la idea misma de subsidiariedad genera una división conceptual contraproducente, que, así como limita el rol del Estado, hace lo mismo para el sector privado. Basta así que algunos consideren que el sector privado ha “fallado” – muchas veces por miopía o por equilibrios subóptimos – para que se justifique el que el Estado asuma directamente la responsabilidad de concebir y proveer servicios que están por encima de sus capacidades de concepción y de ejecución. En realidad, no tiene por qué haber campos en los que el Estado no pueda ejercer liderazgo, ni áreas de las que el sector privado deba ser excluido. 

Este nuevo modo de gobernanza que proponemos permitiría no solo lidiar mas eficazmente con situaciones de emergencia, sino también encontrar mejores soluciones a largo plazo a nuestros problemas estructurales – en salud, educación, infraestructura, diversificación económica, y reducción de la informalidad. Evitaría también caer en una experiencia estatista que, con los recursos y competencias existentes, estaría condenada al fracaso. Lampadia




La nueva geopolítica global

La nueva geopolítica global

La creciente confrontación de EEUU hacia varios organismos multilaterales como la OMS y la OMC en los últimos meses (ver Lampadia: ¿Es el fin de la OMC?), así como su retiro de varios acuerdos internacionales de armas nucleares (ver Lampadia: Peligran acuerdos nucleares entre EEUU – Rusia), introducen un importante factor de desestabilidad a la geopolítica global.

Ello por supuesto alimenta la desglobalización – un proceso que se ha exacerbado con la presente pandemia (ver Lampadia: La globalización sigue perdiendo fuerza) – y pone en riesgo la prevalencia del mismo modelo de democracia occidental en el mundo, pues da paso a una China que empieza a proyectar su modelo político autoritario, a través del aumento de su participación en la misma ONU.

Sin embargo y como sugiere The Economist en un reciente artículo que compartimos líneas abajo: “el mundo aún no ha llegado al punto de no retorno.”. Existen economías que, por su peso en el mundo, podrían sostener esfuerzos para no abandonar la cooperación internacional, tan venida a menos en los últimos años, pero tan indispensable en estos tiempos. En ese sentido, es fundamental que no descuiden su posicionamiento en la ONU y la acrecienten. Aquí la Unión Europea cae a pelo, pero también existen otros países que aún no han caído en la tentación nacionalista y que podrían contribuir a sostener los modelos de democracias occidentales como Australia, Canadá y Japón.

Con todas las críticas que puede hacérsele a las Naciones Unidas, no se puede dejar de prescindir de ella. La tendencia histórica es, como bien señala The Economist, a que haya conflictos entre países, de toda índole. Solo un ente internacional como la ONU, integrado por países que desean la cooperación, ha podido evitar conflictos bélicos de la magnitud de la segunda guerra mundial.

Como dijo Dag Hammarskjold, un famoso secretario general, la ONU “no fue creada para llevar a la humanidad al cielo, sino para salvar a la humanidad del infierno”. Lampadia

Geopolítica
El nuevo desorden mundial

Si EEUU se retira de las instituciones globales, otras potencias deben dar un paso adelante

The Economist
18 de junio, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

Hace setenta y cinco años, en San Francisco, 50 países firmaron la carta que creó las Naciones Unidas; dejaron un espacio en blanco para Polonia, que se convirtió en el miembro fundador número 51 unos meses más tarde. De alguna manera, la ONU ha superado las expectativas. A diferencia de la Liga de las Naciones, creada después de la primera guerra mundial, ha sobrevivido. Gracias en gran parte a la descolonización, su membresía ha crecido hasta 193. No ha habido una tercera guerra mundial.

Y, sin embargo, la ONU está luchando, al igual que muchas de las estructuras, como la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT), diseñado para ayudar a crear orden a partir del caos. Este sistema, con la ONU en su apogeo, está acosado por problemas internos, por la lucha global para hacer frente al surgimiento de China y, sobre todo, por la negligencia, incluso la antipatía, del país que fue su principal arquitecto y patrocinador, los EEUU.

La amenaza para el orden global pesa sobre todos, incluido EEUU. Pero si EEUU se retira, entonces todos deben dar un paso adelante, y nada más que las potencias medianas como Japón y Alemania, y las emergentes como India e Indonesia, que se han acostumbrado a que EEUU haga el trabajo pesado. Si dudan, se arriesgarán a un gran desenredo, al igual que la pesadilla en los años 1920 y 1930 que impulsó por primera vez a los aliados a crear la ONU y sus hermanos.

La ONU es burocrática e irritante. Sus agencias caen presa del espectáculo y la hipocresía, como cuando los déspotas de su Consejo de Derechos Humanos censuran a Israel una vez más. El Consejo de Seguridad otorga vetos a Gran Bretaña y Francia, poderes muy disminuidos desde 1945, pero no membresía permanente en Japón, India, Brasil, Alemania o ningún país africano. Por desgracia, parece prácticamente irreformable.

No obstante, vale la pena salvar el orden global. Como dijo Dag Hammarskjold, un famoso secretario general, la ONU “no fue creada para llevar a la humanidad al cielo, sino para salvar a la humanidad del infierno”. Nuestro informe especial de esta semana explica cómo hace la ONU ese trabajo esencial, al igual que muchas otras instituciones multilaterales. Sus fuerzas de paz protegen a 125 millones de personas con un presupuesto un poco más grande que el del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York. Dice que está ayudando a proporcionar asistencia vital a 103 millones. Por todos los defectos del Consejo de Seguridad, sería extrañado.

Esto se debe a que, dejados a sí mismos, los países derivan en antagonismo. Sea testigo del choque fatal de las fuerzas indias y chinas esta semana por una disputa fronteriza, ambas partes están demasiado orgullosas para calmarlas. Los esfuerzos multilaterales como la ONU, la OTAN y el NPT no pueden garantizar la paz, pero hacen que la guerra sea menos probable y más limitada. Francia y sus aliados están ayudando a contener el conflicto que se extiende por todo el Sahel.

Sin un esfuerzo multilateral, es probable que los viejos problemas se profundicen, incluso Siria, después de nueve años sangrientos, algún día estará lista para los planes de paz del enviado de la ONU. Mientras tanto, es más probable que los problemas nuevos queden sin resolver. La pandemia es un ejemplo. El virus no solo requiere soluciones globales, como tratamientos y vacunas, sino que también agrava la inseguridad local. Es lo mismo con el cambio climático y el crimen organizado.

Proteger el sistema de las fuerzas del desorden es más fácil decirlo que hacerlo. Una amenaza es el antagonismo entre EEUU y China, que podría crear un estancamiento en los organismos mundiales, exacerbado por la competencia de acuerdos financieros y de seguridad paralelos. Otra es que EEUU puede continuar su tratamiento descuidado de las instituciones multilaterales, especialmente si el presidente Donald Trump se comporta tan mal en un segundo mandato como un libro nuevo y devastador de John Bolton, su ex asesor de seguridad nacional, dice que lo ha hecho en su primero. Trump ha socavado la Organización Mundial de la Salud y la OMC, y este mes dijo que retiraría a un tercio de las tropas estadounidenses estacionadas en Alemania, debilitando a la OTAN y limitando el alcance de EEUU para proyectar el poder de Europa en África.

Felizmente, el mundo aún no ha llegado al punto de no retorno. Durante décadas, los poderes medios han dependido de EEUU para el mantenimiento de rutina del sistema. Hoy necesitan asumir más trabajo ellos mismos. Francia y Alemania han creado una alianza para el multilateralismo, una iniciativa abierta a otros países. Otra idea es que nueve democracias, incluidas Japón, Alemania, Australia y Canadá, que juntas generan un tercio del PBI mundial, formen un “comité para salvar el orden mundial”.

Aunque EEUU es dominante, otros países aún pueden hacer las cosas, con o sin ayuda de la Casa Blanca. A veces, el objetivo es unirse en EEUU. Después de un ataque con armas químicas contra Sergei Skripal, un ex espía ruso que vive en Gran Bretaña, la imposición de sanciones por parte de los países occidentales al Kremlin también arrasó con EEUU. El Quad es una coalición emergente entre India, Australia, Japón y EEUU, todos alarmados por la expansión de China, incluso en el Mar del Sur de China (ver artículo).

A veces, sin embargo, el mundo debe funcionar sin EEUU, incluso si eso es lo mejor. Después de que Trump se alejó de la Asociación Transpacífica, un gran acuerdo comercial, los otros miembros continuaron por su cuenta. Estilizados en la OMC, los países están formando acuerdos comerciales regionales y bilaterales, como uno entre Japón y la Unión Europea y otro entre 28 países en África.

También es necesario defender el orden internacional. La estatura de China está creciendo junto con sus contribuciones: ahora paga el 12% del presupuesto de la ONU en comparación con el 1% en 2000. Sus diplomáticos encabezan cuatro de las 15 agencias especializadas de la ONU, y EEUU solo una. Si otros países no actúan, el sistema reflejará las opiniones expansivas de China sobre la soberanía nacional y la resistencia a la intervención, incluso ante graves violaciones de los derechos humanos.

Algunos piensan que el trabajo de los poderes medios es la clasificación, para mantener el sistema en funcionamiento hasta que EEUU regrese al partido bajo un presidente diferente. Es más que eso. Aunque las encuestas sugieren que a la mayoría de los estadounidenses les gustaría desempeñar un papel global más importante, no hay vuelta atrás al “momento unipolar” después del colapso soviético, cuando EEUU dirigió el espectáculo con las manos solas. Eso no solo provocó una reacción violenta en el extranjero, explotada por Rusia y China, sino que también provocó resentimiento en casa.

En ese momento, el presidente Barack Obama respondió pidiendo a países de ideas afines que ayudaran a EEUU a hacer que el mundo sea más seguro. Ellos se encogieron de hombros. No deben volver a cometer el mismo error. Lampadia




La importancia (y cruel falta) de un enfoque local

La importancia (y cruel falta) de un enfoque local

David Belaunde Matossian
Para Lampadia

El gráfico de la semana ilustra lo que ya sabíamos, pero que siempre es útil visualizar de manera sintética. Enfocando el análisis sobre nuestra capital, lo que comenzó como un fenómeno de la Lima tradicional se ha desplazado hacia los distritos más densamente poblados (San Juan de Lurigancho por ejemplo cuenta con más de 1.1 millones de personas, comparado con los 80 mil de Miraflores) – algo que indica también el “potencial” que aún tiene la enfermedad.

Ya comenté anteriormente la ineficacia relativa de la cuarentena en el Perú si consideramos la velocidad de impacto que ha tenido en metrópolis como Nueva York, y el rol de factores estructurales en ese resultado. La pregunta es: ¿el gobierno no los conocía? ¿No conoce los patrones de consumo? ¿No podía anticipar el hecho de que – como lo hemos mencionado antes – las restricciones más fuertes generan aglomeración en horas “libres”?

La impresión que genera la acción gubernamental es que es la “correcta” a grandes rasgos – o por lo menos en línea con recomendaciones de la OMS – pero a nivel local siempre termina siendo inadecuada: no aprovecha las oportunidades que ofrece la baja densidad y mayor presencia del retail moderno en una parte de la ciudad, ni genera esquemas que permitan verdaderamente cumplir con las medidas en zonas más densas y con mayor comercio tradicional. Y, en general, no parece entender muy bien los aspectos comportamentales.

Tratando de cubrir esa brecha, el Gobierno ha convocado a un equipo de sociólogos y psicólogos que le permitan entender más el “factor humano”. No solo debió haberse hecho esto antes, sino que es insuficiente. Lo que realmente se necesitaba era involucrar a las autoridades locales – no tanto como entes ejecutores, para lo cual muchas veces son supremamente ineficaces, sino trabajar con ellos en la elaboración de medidas – y así beneficiarse de su mayor familiaridad con las situaciones particulares de cada zona urbana.

El alcalde de Lima no fue parte de la elaboración del corpus de decisiones que hoy gobiernan las condiciones de vida de los limeños. Se entiende que existen reservas sobre las capacidades de muchas autoridades locales, pero… ¿la Municipalidad Metropolitana de Lima?

No confundamos el problema de la mala descentralización – y la manera como a veces se permite que intereses políticos en las regiones perjudiquen al país, como en el caso de Tía María – con el imperativo de permitir una mejor la representatividad y tomar en cuenta realidades locales en la toma de decisiones.

Lampadia




América Latina: El populismo de cara a la pandemia

América Latina: El populismo de cara a la pandemia

En un reciente artículo publicado por The Economist, que compartimos líneas abajo, se hace gala de las políticas de cuarentena emprendidas por los gobiernos de América Latina para frenar la propagación del covid 19, a la vez que hace una fuerte crítica al populismo de aquellos que, por evadir la gravedad del virus, han reportado varias defunciones que podrían haberse evitado con anticipados estados de emergencia.

En este espectro se encuentran México con AMLO y Brasil con Bolsonaro, ambos líderes políticos que, a pesar de contar con ideologías políticas antagónicas, han lidiado con esta crisis de la misma pésima manera: incitando a no parar ninguna actividad económica en plena pandemia y denigrando los protocolos de seguridad sugeridos por la OMS. De la misma manera, actuaron en su momento Donald Trump en EEUU y Boris Johnson en el Reino Unido, en los que el mismo contexto de crecientes contagios y muertes,  los obligó a dar un giro en sus políticas, generando un estado de emergencia por un lado y una cuarentena masiva por el otro.

Cabe resaltar que las medidas de cuarentena, si bien acertadas, no constituyen una solución definitiva a la ola de contagios, puesto que deben ser acompañadas de pruebas masivas para conocer la incidencia real del presente virus como hemos comentado en Lampadia: La factura del coronavirus la pagamos todos. Aún así consideramos que sí es una condición necesaria porque da tiempo a los gobiernos, en conjunto con el cierre de fronteras, para contenerlo en su etapa de incubación.

Esperemos que el gobierno de Vizcarra se siga mostrando a la altura frente a la presente crisis sanitaria en los próximos días del mes y de mayo, en los que se prevé llegarán unas 80,000 pruebas moleculares, de manera que estas puedan aplicarse con pericia y se evalúe, de cara a sus resultados, el levantamiento progresivo de la cuarentena. Esto ayudará también a que la salud económica de los peruanos, si bien atendida por las recientes medidas de reactivación económica emprendidas por autoridades fiscales y monetarias, pueda ser más llevadera en el resto del año. Lampadia

La sabiduría y el ingenio de las líderes de América Latina

Una recompensa, por ahora, para aquellos que han actuado decisivamente para combatir la pandemia

The Economist
4 de abril, 2020
Traducida  y comentada por Lampadia

Desde que asumió la presidencia de Perú hace dos años, Martín Vizcarra, un político indescriptible, no ha dejado de tomar decisiones audaces. Impulsó las reformas políticas mediante referéndum. Frente a un Congreso en serie obstructivo, el año pasado lo clausuró y convocó a una nueva elección legislativa. Característicamente, fue el primer líder latinoamericano en reaccionar ante el covid-19 imponiendo un bloqueo y toque de queda, el 15 de marzo, cuando su país solo tenía 71 casos reportados. Los peruanos aprecian esta restricción a sus libertades para el bien público. En una encuesta de Ipsos, su índice de aprobación aumentó del 52% al 87%.

Ese es el patrón en América Latina. En Argentina, Alberto Fernández, quien se hizo cargo de un país políticamente dividido en diciembre, ha visto aumentar su popularidad a más del 80% después de imponer una cuarentena y sellar las fronteras. En Colombia, la nueva alcaldesa de Bogotá, Claudia López, robó una marcha sobre un gobierno nacional vacilante cuando impuso un cierre de juicio de cuatro días. El chileno Sebastián Piñera, cuya presidencia parecía moribunda después de las protestas, desplegó pruebas y cerró zonas críticas. Su popularidad ha aumentado, del 10% en diciembre al 21%.

Este enfoque contrasta con el de los presidentes populistas de Brasil, Jair Bolsonaro y México, Andrés Manuel López Obrador, a menudo llamado AMLO. Ambos han dado prioridad a la protección de las economías débiles. Ambos pasaron semanas negando la gravedad del virus y negándose a respetar las medidas de distanciamiento social recomendadas por sus ministerios de salud.

En México, según Alberto Díaz-Cayeros, politólogo de la Universidad de Stanford, la cautela del gobierno se basaba en la confianza en la capacidad del servicio de salud para enfrentar la amenaza. Ese enfoque funcionó contra la gripe porcina en 2009. Subestimó el covid-19, que se propaga agresivamente, con muchos casos sin síntomas. El 24 de marzo, el gobierno giró, cerró las escuelas y prohibió las actividades no esenciales. Seis días después, con el virus fuera de control, declaró el estado de emergencia.

AMLO ha confundido el mensaje sobre el distanciamiento social. Bolsonaro fue más allá, saboteando activamente los esfuerzos para controlar el virus. En Brasil, los gobernadores estatales han impuesto bloqueos, incluso en São Paulo y Río de Janeiro. Estas medidas son populares. La falta de atención de Bolsonaro lo es menos. Los residentes de la ciudad organizaron protestas contra el presidente. Eso provocó un contraataque. Bolsonaro criticó a los gobernadores, emitió un video que proclamaba “Brasil no puede parar” e instó a los partidarios a organizar cabalgatas contra las cuarentenas. Solo el 31 de marzo, con 201 muertes en Brasil, reconoció (brevemente) la gravedad del virus y pidió un “pacto” en su contra “para salvar vidas sin dejar empleos”. Luego volvió a su retórica anterior.

¿Qué consecuencias políticas tendrán estas acciones? Aunque todavía es popular, el índice de aprobación de AMLO estaba disminuyendo antes del virus, debido a que no detuvo el crimen ni revivió la economía. Parece que esa tendencia continuará. En cuanto a Bolsonaro, algunos piensan que sus acciones merecen juicio político, por amenazar el derecho constitucional a la vida. Su estrategia parece apuntar a apuntalar su base. Las encuestas muestran que conserva el apoyo de un tercio de los encuestados. Eso debería ser suficiente para mantener su trabajo, dependiendo de cuántos brasileños mueran.

Quienes han actuado con decisión se están beneficiando del instinto del público de reunirse con sus líderes en un momento de peligro. Pero mantener las cuarentenas en una región donde muchos viven precariamente será difícil. Tomemos a Argentina, donde Fernández ya enfrentó una economía afectada. Su gobierno ha hecho algunas donaciones de emergencia de dinero y alimentos en las zonas pobres de la periferia de Buenos Aires, donde su movimiento político peronista lleva mucho tiempo trabajando. Aun así, los peronistas “están muy preocupados, temen una explosión social y perder el control”, dice Sergio Berensztein, un consultor político. Él piensa que el gobierno puede tener que hacer que la cuarentena sea más selectiva y flexible, con el riesgo de prolongar la epidemia. Lo mismo ocurre con el Perú.

El covid-19 golpeó a América Latina cuando sus líderes e instituciones cayeron en desprestigio, debido al estancamiento económico, la corrupción y los servicios públicos deficientes. El manejo de la pandemia requiere un gran esfuerzo para ayudar a los necesitados. También puede ofrecer una oportunidad de redención. Los líderes que imponen cuarentenas podrían salvar la vida de 2.5 millones de latinoamericanos, según los epidemiólogos del Imperial College de Londres. Tienen que encontrar formas de hacer que los ciudadanos lo recuerden, incluso cuando las dificultades económicas muerden. Lampadia




La politiquería mata a los pobres

Pobre país. Tenemos todo para que nos vaya bien, pero nos empeñamos en ponernos cabe. Cuando mejor nos iba, elegimos un gobierno que desconoció todos nuestros avances, cortó el proceso de crecimiento, incrementó la anemia; y luego elegimos a otro gobierno que aumentó la pobreza y siguió agravando los niveles de anemia infantil.

Un escándalo inaceptable. Pero los temas sociales se siguen manejando con criterio político y no técnico. Esperamos que el presidente viajero se siente un día para firmar la destitución de los responsables de esta situación y que convoque especialistas técnicos para enfrentar esta crisis.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el problema de salud pública más importante del mundo es la anemia infantil. En el Perú, la anemia ha sido mayor al 40% en los últimos diez años, lo cual constituye un problema de salud pública que afecta a niños y gestantes de bajos recursos.

De acuerdo a un reciente estudio del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI):

  • Entre el 2017 y el primer semestre de 2018, la anemia en el Perú pasó de 43.6% a 46.6%, habiendo subido desde 41.6% el 2011.
  • A nivel urbano el deterioro de la salud infantil pasó de 37.5% el 2011, a 44.7% el 2018, pasando por 40.0% el año anterior.
  • A nivel rural, el 2011 teníamos  un 49.6% y 53.3% el 2017, mejorando ligeramente el 2018 a 51.9%.

  • En Lima Metropolitana la anemia en niños menores de tres años pasó de 33.2% en el 2017 a 41% en el primer semestre del 2018, registrándose un aumento de casi 8%.
  • El promedio de prevalencia de la anemia en la sierra es de 54.2%.
  • En la selva la anemia marca 48.8%.

Según el INEI, la anemia afecta a más cuatro de cada diez niños y niñas menores de tres años de edad a nivel nacional, es decir, al 46.6% de los peruanos. Esta cifra es casi igual a la del 2014 (46.8%), pero cabe recordar que luego se redujo a 43.6% entre el 2015 y 2017. Es decir, este año se estaría retrocediendo a niveles de hace cuatro años.

Y si vamos aún más atrás en el tiempo, la situación es aún más grave. Como afirmamos en Lampadia, en el Perú el 2011 marcó dos puntos de inflexión, uno social y otro económico, que fueron causados por el ‘gobierno de la inclusión’. En el aspecto social, se produjo un punto de quiebre en la reducción del nivel de anemia en niños menores de tres años, luego de una sostenida reducción entre el 2007 y el 2011. Y en lo económico se paró la inversión minera y toda la cola de inversión en el resto de la economía. (Ver en Lampadia: En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo).

Como se puede observar en el gráfico superior, la verdad es que la anemia infantil tuvo una apreciable caída entre el 2007 y el 2011, pasando de 56.8% a 41.6%. Lo que muchos dejan de mencionar es que a partir del 2011 las cifras se elevan de manera alarmante, llegando a 46.8% en el 2014. Entonces, podríamos decir que hemos retrocedido a cifras peores que en el 2010.

También vale la pena recordar que fue en el 2011 que el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) dejó de distribuir sulfato ferroso (en gotas) y las chispitas de hierro; y además, cortó el Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (Pronaa), el cual tenía como objetivo combatir el hambre en las zonas más pobres del país, garantizando la seguridad alimentaria de la población peruana, contribuyendo a prevenir la malnutrición en niños menores de 12 años de edad y priorizando la acción hacia niños menores de 3 años de edad en situación de vulnerabilidad nutricional y mejorando su calidad de vida.

Este programa fue reemplazarlo por el Qali Warma, un nuevo esquema que demoró dos años en implantarse. Ahora se pueden ver los resultados. En Lambayeque, varios niños se intoxicaron tras consumir pan con atún del programa de alimentación escolar Qali Warma. Lo mismo sucedió en Ucayali. En total se habrían intoxicado más de 900 niños por alimentos en mal estado, llevando a la población a cambiarle el nombre de Qali Warma a ‘Qali Mata’. Ver en Lampadia: No se puede jugar con las cifras de desnutrición infantil.

Increíblemente, la actual ministra de Inclusión Social, Liliana del Carmen La Rosa Huertas, ante las denuncias, previas a conocerse los últimos datos del INEI, se dió el lujo de declarar que los niños [pobres extremos] estaban en libertad de no consumir los alimentos de Quali Warma. No se entiende que no renuncie y vaya a una escuela de reentrenamiento en acción social.

Impacto humano de la anemia

Según la OMS, la prevalencia de la anemia en el Perú es la tercera más alta en América Latina, solo después de Venezuela (62%) y Bolivia (47%). Además, el Perú tiene la mayor prevalencia entre los países de la Alianza del Pacífico: Chile (20%), Colombia (27%) y México (28%).

La anemia está asociada a la falta de hierro en la alimentación. Médicamente, la anemia se define por “los niveles reducidos de hemoglobina, comparados con los valores normales en individuos del mismo género y misma edad”, según la OMC. La causa principal de la anemia es la deficiencia de hierro y es dañina porque expone a quienes la padecen a secuelas que durarán el resto de sus vidas.

Debido a que la anemia genera una carga importante para el desarrollo de las personas desde una edad temprana, se puede decir que tiene un efecto no solo en la vida de cada persona que la padece, sino también sobre la sociedad en su conjunto en términos sociales y económicos.

El estudio “Impacto económico de la anemia en el Perú”, de Lorena Alcázar, investigadora de Grade, revela que los costos se explican por tres principales causas: la pérdida de productividad futura de los niños que sufren anemia, la pérdida de productividad de los adultos que actualmente sufren de anemia, y el costo al Estado por el aumento de la repitencia y la atención de partos prematuros.

Estos tres efectos le cuestan al Perú entre 0.5% y 0.6% del PBI. Alcázar estima que un programa de prevención de la anemia que cubra a todos los niños menores de tres años y madres gestantes, por medio de la administración de suplementos de hierro, necesitaría un presupuesto menor a 0.01% del PBI.

En el Perú, este problema está exacerbado por el hecho de que parte de la población habita a gran altura sobre el nivel del mar y requiere, por ello, mayor cantidad de hierro. En nuestro país, el consumo de hierro es de solo 3 miligramos al día cuando lo correcto es de 10 miligramos al día para una mejor alimentación.

Pareciera que el Estado no ha tomado conciencia de la magnitud del problema o no es consciente de la importancia de la anemia dentro de la sociedad peruana y de sus consecuencias y costos para el país. Y en lugar de manejar este tema con criterio técnico, se sigue dando espacio a la ideología. En teoría, en abril del 2017, el del Ministerio de Salud (Minsa) publicó el “Plan nacional para la reducción de la anemia (PNRA) al 2021”, que proponía como objetivo principal que hacia el año del bicentenario la anemia infantil se debía reducir a un 19%. No obstante, la reciente publicación del INEI demuestra que esto no se ha cumplido y que, en realidad, nos estamos alejando del cumplimiento de estos objetivos.

Esto no dá más.

  • La lucha contra la anemia debe ser declarada prioridad nacional.
  • Su conducció debe darse a personal absolutamente técnico.
  • Debe invocarse la ayuda internacional para montar un programa acelerado de recuperación.
  • Debe convocarse al sector privado para desarrollar fórmulas de complementos nutritivos y dejar de tratar a las empresas privadas, como si fueran una fuerza de ocupación extranjera.

Se tiene que ver la realidad. El Estado no está tomando las medidas correctas. Hay que reaccionar de una vez. Lampadia




Sigue desenfoque de la política alimentaria

Ante la persistente campaña para desalentar el consumo de los llamados ‘alimentos industriales’, en la que se exhiben impúdicamente, intereses subalternos, le hemos pedido a Alejandro Daly, que nos ayude a desmitificar el debate. Compartimos su aporte, líneas abajo.

En noviembre pasado, publicamos una reflexión que insidia en la necesidad de priorizar la eliminación de la anemia infantil, que volvió a crecer desde el gobierno de Humala-Heredia. (Ver en LampadiaLo prioritario es derrotar la anemia infantil – Mucha agua bajo el puente del etiquetado de alimentos). Hoy día, en su columna de El Comercio, Al final de la cola, Cecilia Valenzuela manifiesta su asombro sobre este despropósito y la falta de reacción de nuestra sociedad:

“(…) un sobrestock de estas vitaminas destinadas a combatir la anemia infantil ha caducado, y hay cinco millones de sobres al borde de la expiración.

(…) Pero la responsabilidad de que la anemia en el Perú se haya incrementado del 2012 en adelante es de Ollanta Humala, de la primera ministra de Desarrollo e Inclusión Social de su gobierno, Carolina Trivelli, y de la ministra de Salud de entonces, Midori de Habich.

Es pues evidente, que como en tantas otras circunstancias, nuestros políticos y los grupos de presión, como la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC), más las dóciles comparsas mediáticas, se desenfocan y desenfocan al conjunto de la sociedad, sobre los temas que debieran concitar nuestra prioritaria atención. Peor aún, muchas veces difunden mentiras abiertas que, en general, nuestra pasiva clase dirigente en gremios, universidades y reservas intelectuales, deja pasar sin observación.

ETIQUETADO DE ALIMENTOS: MITOS Y VERDADES

Alejandro Daly
Para Lampadia

A lo largo del debate sobre el modelo de etiquetado para los alimentos y bebidas que debería adoptar el Perú, se vienen realizando afirmaciones que no se ajustan a la verdad. Con la finalidad de enriquecer el debate sobre este tema de genuino interés público, considero necesario precisar algunos de estos mitos y cuáles son las realidades. Recordemos que hay 2 propuestas en debate: el semáforo nutricional que propone el Congreso de la República y el octógono que propone el Ministerio de Salud.

MITO
“El octógono está teniendo un gran éxito en los países en los cuales se viene aplicando”

VERDAD
El único país donde se aplica el octógono es Chile donde, luego de más de 2 años, no ha disminuido la obesidad. Además, envía señales confusas que perjudican al consumidor, motivos por los cuales se estaría evaluando su modificación.

MITO
“El octógono es preferido por los consumidores sobre el semáforo nutricional”

VERDAD
Tres estudios recientes de Arellano, CPI y de la Dra. Liliana Alvarado de Neuromarketing, concluyen que el consumidor ampliamente prefiere el semáforo nutricional porque informa mejor y le permite comparar.

Para sustentar el octógono, el MINSA se basó en un focus group en el que quedó en evidencia que las compras de los escolares son  de productos no industriales como arroz chaufa, hamburguesa, sandwich de pollo, salchipapas, chicha morada, etc., productos que se encuentran fuera del ámbito de aplicación de la ley.

MITO
“El octógono tiene un amplio respaldo de las organizaciones internacionales”

VERDAD
El Codex Alimentarius, referente mundial en materia de inocuidad, protección al consumidor y comercio de alimentos, prohíbe expresamente símbolos aislados como el octógono. El Comité de Etiquetado del Codex está  trabajando para proponer antes de fin de año un modelo de etiquetado frontal para los 188 países que conforman este organismo.

La OCDE, a la cual el Perú aspira integrar, ha destacado la efectividad del semáforo nutricional en el etiquetado de alimentos.

Nuestros principales socios comerciales, como Estados Unidos y la Unión Europea, han manifestado reiteradamente su preocupación por la propuesta peruana de etiquetado de alimentos.

MITO
“El semáforo nutricional aprobado por el Congreso es una propuesta de la industria”

VERDAD
La industria jamás propuso el semáforo; por el contrario, propuso las Guías Diarias de Alimentación, que se aplican en aproximadamente 50 países del mundo, entre ellos los 27 países de la Unión Europea.

MITO
“Según una reunión de la FAO en Jamaica, realizada en marzo, el Perú ocupa el tercer lugar en obesidad en América Latina”

VERDAD
En ninguna parte de los documentos de dicha reunión se afirma tal situación.

Según la FAO, el Perú ocupa el penúltimo lugar en la región de índices de obesidad  y sobrepeso infantil. Lo que sí es cierto, es que exhibimos un vergonzoso 4º lugar en la región en anemia infantil con 43.5%.

MITO
“La OMS y la OPS son infalibles”

VERDAD
Según el Journal of Clinical Epidemiology, de 289 recomendaciones emitidas por la OMS, el 55% se basan en evidencias de muy baja o baja confiabilidad.

Además, como se recuerda, en el mes de octubre de 2015 la OMS publicó una tendenciosa nota de prensa en que atribuía al consumo de carnes rojas y procesadas el aumento en el riesgo de cáncer, causando un gravísimo daño  a toda la cadena productiva, desde la porcicultura y la ganadería. La OMS tuvo que rectificar la nota de prensa.

MITO
“El semáforo nutricional carece de aceptación internacional”

VERDAD
Aparte del Reino Unido y Francia, que ya lo vienen aplicando, el semáforo nutricional está siendo impulsado, entre otros países, por la India y Holanda y, como ya se ha señalado, viene siendo objeto de estudio en el seno del Comité de Etiquetado del Codex Alimentarius.

También es importante tener en cuenta que se esta estudiando un etiquetado armónico para los países de la Alianza del Pacífico, donde viene prevaleciendo el criterio de informar adecuadamente al consumidor.

EN RESUMEN
El octógono, que solamente se aplica en Chile, es opuesto a las recomendaciones del Codex y de la OCDE, además de ser considerado obstáculo técnico al comercio. No informa, confunde al consumidor y, luego de más de 2 años, ha tenido resultados desfavorables en Chile. Lampadia




Luchemos por el empoderamiento de las mujeres

Ayer fue un día de conmemoración a la lucha de la mujer por la igualdad. No es un día de festejo por ser mujeres, sino un día de agradecimiento a todas aquellas que pelearon para que las mujeres puedan opinar, votar, estudiar, trabajar, elegir el matrimonio (o no), elegir una religión, elegir el alto de una falda, etc. Y también es una manera de impulsar la constante e interminable lucha para que todas las mujeres puedan viajar solas sin correr peligro, caminar por las calles sin sentirse acosadas, disfrutar de una vida sin ser juzgada y tener iguales oportunidades laborales que los hombres.

Fuente: Twitter

Hoy, para muchos es increible que por la división de roles en la época de la caza y recolección, los seres humanos hayamos mantenido, por milenios, distintas formas de discriminación y desprecio por las mujeres que amamos y de quienes dependemos para respirar y alimentarnos nuestros primeros días de vida, para aprender a amar, para recibir la cultura de nuestros pueblos y para trascender a través de nuestros hijos.

Como afirmó José Ignacio Torreblanca, profesor de Ciencia Política en la UNED, en El País de España: “¿De verdad queremos seguir viviendo en una sociedad que discrimina a nuestras madres, hermanas, esposas, hijas y amigas solo porque son mujeres? No cabe la menor duda de que ellas están haciendo su parte; nosotros, no.

Y es que la igualdad no es una “preocupación de la mujer”, sino la responsabilidad de todos los individuos y de la sociedad en su conjunto y requiere la contribución activa de las mujeres y los hombres. En el pasado, la lucha por la igualdad ha sido principalmente liderada por mujeres. En la última década, sin embargo, ha habido un reconocimiento creciente del rol de los hombres en la construcción de la misma en el mundo.

Cada uno de nosotros puede ser un líder dentro de nuestras propias esferas de influencia adoptando una actitud pragmática para acelerar la neutralidad. A través de una colaboración decidida, podemos ayudar a las mujeres a avanzar y liberar su potencial en todo el mundo.

Según la Organización Mundial de la Salud, más de un tercio de las mujeres en todo el mundo han sufrido algún tipo de violencia de una pareja o violencia sexual de otro hombre. La ONU estima que alrededor de 133 millones de niñas y mujeres han sufrido mutilaciones genitales femeninas. En el lado económico, Christine Lagarde, del Fondo Monetario Internacional, afirma que existe “una conspiración insidiosa” contra las mujeres a través de leyes que varían en escala en todo el mundo y que impiden que las mujeres trabajen con los mismos derechos y beneficios que los hombres.

Líneas abajo podemos observar el Glass Ceiling Index de The Economist, donde cada país es calificado por el promedio ponderado de diez indicadores de educación superior, participación en la fuerza laboral, salario, costos del cuidado de los niños, derechos de maternidad, solicitudes a programas educativos de negocios y representación en empleos de alto nivel. Los países nórdicos continúan a la vanguardia en cuanto a la probabilidad de ofrecer trato igualitario en el mercado laboral, pero la mayoría se mantiene estable en el promedio de la OCDE.

En Lampadia agradecemos a las mujeres luchadoras que continúan incesantemente su lucha por lograr su igualdad y también a los hombres que protegen, cuidan y aman a sus mujeres (madres, esposas, hermanas e hijas) y que se unen diariamente a dar el ejemplo. Lampadia

Los mejores y peores países para ser una mujer trabajadora

El índice de ‘glass-ceiling’ de The Economist mide la igualdad de género en el mercado laboral

El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer, una fecha designada por la ONU para celebrar y defender los derechos de la mujer. Para proporcionar un punto de referencia para el progreso de la igualdad de género en el mercado laboral, The Economist ha publicado su quinto “índice de glass-ceiling” anual. Combina datos sobre la educación superior, participación en la fuerza laboral, salario, costos del cuidado de los niños, derechos de maternidad, solicitudes a programas educativos de negocios y representación en empleos de alto nivel en una sola medida de donde las mujeres tienen las mejores oportunidades de igualdad de trato en el lugar de trabajo. El puntaje de cada país es un promedio ponderado de su desempeño en los diez indicadores.

El cuadro general muestra que la larga tendencia de mejorar las condiciones para las mujeres trabajadoras se ha estancado dentro de la OCDE, un club de países en su mayoría ricos. En 2005, el 60% de las mujeres estaban en la fuerza de trabajo; diez años después, esta proporción había subido ligeramente hasta 63% (era de 80% para los hombres en ambos años). Con relativamente pocas mujeres subiendo a los altos mandos, y redes masculinas ayudando a los hombres a llegar a la cima, la representación femenina en empleos bien remunerados y de alto estatus está más cerca de un tercio que a la mitad. Y la diferencia de salarios entre hombres y mujeres, dividida por los salarios masculinos, sigue siendo alrededor del 15%, lo que significa que las mujeres, en promedio, ganan el 85% de lo que reciben los hombres.

Estos anchos promedios ocultan amplias variaciones entre países. Los países nórdicos claramente lideran el mundo en temas de igualdad de género en el trabajo. Las cuatro primeras posiciones de este año pertenecen a Islandia, Suecia, Noruega y Finlandia, tal como lo hicieron en 2016 (aunque Suecia y Noruega cambiaron de lugar). Las mujeres de estos países tienen más probabilidades que los hombres de tener un título universitario y estar en la fuerza laboral. Constituyen el 30-44% de los directorios de las empresas, en comparación con un promedio de 20% en la OCDE. Y las participaciones voluntarias en partidos políticos significan que las mujeres están bien representadas en los parlamentos. En octubre, las mujeres ganaron un récord del 48% de los escaños en la cámara baja de Islandia. Posicionada en alrededor de dos quintos, la proporción de mujeres escandinavas en los escaños parlamentarios ocupa el 10% en el ranking mundial.

En el otro extremo del índice están Japón, Turquía y Corea del Sur. Las mujeres constituyen sólo alrededor del 15% de los parlamentos de estos países, y están subrepresentadas en puestos directivos y en directorios de empresas. En Corea del Sur, sólo el 2% de los directores de empresas son mujeres. Del mismo modo, menos mujeres que hombres han completado la educación terciaria y son parte de la fuerza de trabajo. Sólo el 35% de las mujeres turcas están trabajando o buscando trabajo, y sólo un 16% se han graduado de la universidad.

El progreso en la igualdad de género tiende a construirse sobre sí mismo. En Islandia, que actualmente ofrece el entorno de trabajo más igualitario para las mujeres según nuestro índice, las trabajadoras organizaron una protesta el pasado mes de octubre en la que salieron temprano de sus oficinas para llamar la atención sobre la brecha salarial del 14%. Si las mujeres japonesas y turcas hicieran lo mismo, saldrían mucho antes de sus oficinas.

 

 

 

 




Del Homo Sapiens al Súper-Humano

Del Homo Sapiens al Súper-Humano

En julio 2015, descubrimos a Yuval Noah Harari, un brillante historiador israelita, a través de su diálogo con Daniel Kahneman, Premio Nobel de Economía, sobre: La Tecnología y el Futuro. Entonces Harari nos dio una de las primeras advertencias de las implicancias de la nueva revolución industrial, que luego ha dado en llamarse: La Cuarta Revolución Industrial. Tema sobre el que hemos informado ampliamente en Lampadia.

Harari nos dijo:   

“Los países que, como China, perdieron el tren de la Revolución Industrial, 150 años más tarde han conseguido recuperar el terreno perdido, en gran medida, en términos económicos, gracias a la mano de obra barata. Esta vez, quienes pierdan el tren [de la nueva revolución] no tendrán una segunda oportunidad. Hoy en día, si un país, un grupo de personas, se queda descolgado, no tendrá una segunda oportunidad, en particular porque la mano de obra barata no tendrá ninguna relevancia”.

Luego pudimos leer su importante libro de historia: “Sapiens: A Brief History of Humankind”, traducido al español como: “De animales a dioses – Breve historia de la humanidad”. 

La contratapa del libro nos presenta un pequeño, pero significativo, esquema de los elementos que fueron configurando la naturaleza del hombre actual, del Homo Sapiens; que muestran el pensamiento crítico e innovador de Harari en su análisis de la historia.

La línea de tiempo que presenta Harari termina con la definición del presente y el futuro:

  • El Presente: Los humanos trascienden los límites del planeta tierra.

Las armas nucleares amenazan la sobrevivencia de la humanidad.

Crecientemente, algunos organismos serán moldeados por diseños inteligentes, en vez de selección natural.

  • El Futuro:    ¿Será el diseño inteligente, el principio básico de la vida?

¿Será el Homo Sapiens, reemplazado por ‘súper-humanos’?

Nos dio mucho gusto que el diario El Comercio publicara una entrevista que le hicieron a  Harari en Colombia, con ocasión del Hay Festival de Cartagena celebrado en enero del presente año. Es poco usual que los medios peruanos difundan el pensamiento de los intelectuales de frontera en el mundo de hoy, y en Lampadia no perdemos ocasión de compartir estos mensajes con nuestros lectores.

Ser (o no ser) humano

El autor de: “De animales a dioses” nos da nuevas pistas sobre nuestra evolución y sobre cómo el Homo Sapiens se impuso a otras especies humanas.

Entrevista a Yuval Noah Harari

Por Dante Trujillo

El Comercio – El Dominical, 20 de marzo de 2016

Glosada por Lampadia

 

Luego de doctorarse en Historia por la Universidad de Oxford, Yuval Noah Harari (Kiryat Atta, Israel, 1976) se dedicó a diversos campos de investigación, como el Medioevo y la evolución militar. Pero fue dictando un curso de Introducción a la Historia en la Universidad Hebrea de Jerusalén que comenzó a reunir información que permitiera a sus alumnos comprender mejor los 13,500 millones de años de evolución de nuestro planeta y, sobre todo, los 200 mil que le tomó al humano pasar de ser una presencia irrelevante a convertirse en la especie dominante, amo absoluto, proyecto de dios. El resultado de su trabajo es un viaje fascinante —y bastante polémico— de más de 500 páginas llamado “De animales a dioses – Breve historia de la humanidad”, un libro que ha sido traducido a más de 30 idiomas y que ha vendido más de un millón de ejemplares antes que Mark Zuckerberg lo recomendase a sus 32 millones de seguidores en las redes sociales. El Dominical estuvo con él durante el reciente Hay Festival de Cartagena.

Tendemos a pensar que la evolución fue lineal y armónica, pero lo cierto es que hubo un tiempo en que el sapiens convivió con otras formas humanas. ¿Es posible pensar en una realidad al lado, por ejemplo, de neandertales?

Somos la única especie humana que sobrevivió: las otras simplemente no tuvieron el tiempo necesario para evolucionar y competir. Pero en teoría, sí, los neandertales pudieron llegar hasta hoy, pero sucedió que el Homo sapiens fue el que consiguió el control del planeta. Y ya es demasiado tarde para todas las otras especies dado el inmenso poder que el sapiens ha acumulado.

¿Pero cómo se imagina la vida si en lugar de ser aniquilados hubiesen llegado hasta hoy?

Si otras especies humanas coexistieran con nosotros, tendríamos políticas y sociedades completamente distintas. Estamos acostumbrados a ser la única especie y a pensar que hay una gran brecha entre nosotros y todos los demás animales, y esta es, de hecho, la base de muchas ideologías y sistemas políticos. Solo trate de imaginar la Biblia en un mundo donde haya varias especies humanas. El cristianismo, el islam, todas las religiones tendrían que cambiar sus mitologías. Por ejemplo, ¿solo los sapiens irían al Cielo? ¿O también los neandertales, los Homo soloensis, o los ergaster? Sería muy diferente la forma en la que vemos el mundo y en la que nos vemos a nosotros mismos.

Probablemente formaríamos sociedades menos tolerantes.

La intolerancia se da hoy entre diferentes grupos de Homo sapiens que en realidad son muy similares entre sí. No habría un “Somos los elegidos de Dios y debemos pelear contra cualquiera que no esté de acuerdo con nosotros”, sino un “Hay tantas opciones que no deberíamos ser tan egocéntricos y pensar que somos los únicos que importan”. Es decir, si coexistieran diferentes especies, tal vez se generaría una cosmovisión mucho más abierta y diversa.

Sostiene que parte del éxito de la especie humana se debe a su capacidad cooperativa: a diferencia del Homo floresiensis o del chimpancé, el hombre logró reunir a muchos individuos. Sin embargo, si bien la cooperación contribuye al triunfo, también puede resultar negativa cuando va en contra de la misma humanidad. Pienso en el nazismo o en el EI.

Todo lo bueno y todo lo malo que la humanidad ha alcanzado se basan en la misma habilidad para cooperar en grandes números de individuos. Existe, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud [OMS] que ha logrado reducir el índice de mortalidad por enfermedades a un mínimo que jamás ha habido, y se basa en la cooperación a gran escala: miles de médicos de todo el planeta, conectados y unidos de tal forma que uno descubre algo y el resto se entera de ello y lo usa. Una epidemia empieza en algún lugar, y todos ayudan. Mire el ébola en el oeste de África el año pasado: todos temían que se convirtiera en una nueva peste negra, pero al final la OMS logró detener su avance. La OMS es un ejemplo de cómo la cooperación a gran escala puede ser algo muy positivo.

Al mismo tiempo, por supuesto, hay ejemplos negativos, como el nazismo que menciona. La cooperación puede ser buena o mala, depende de para qué se use.

También afirma que otro de los logros de la humanidad, la revolución cognitiva, radicó en su capacidad de crear y de creer en la ficción. ¿Puede explicar esta idea?

Lo que permite a las personas cooperar en grandes números es, básicamente, su capacidad de creer en la ficción. Debido a que los humanos no tienen el instinto ni la predisposición biológica para vivir en grandes grupos, por miles de años lo hicieron en bandos muy pequeños, de 50 o 100 individuos. Solo en los últimos milenios hemos logrado crear redes de gran escala que unen a miles o millones de personas. Si examina estas redes de cooperación, encontrará que todas se basan en la capacidad de creer en una ficción común. Esto se puede observar fácilmente en la religión.

Esto es algo exclusivo de los seres humanos: no se puede convencer, por ejemplo, a miles de chimpancés para que se unan y luchen contra otra banda de chimpancés prometiéndoles que, si mueren en la guerra, irán al Cielo de los monos. Ningún chimpancé aceptaría ir a la guerra por algo así. Los humanos sí porque creen en los cuentos. El mismo principio aplica también para la economía: el dinero es solo una ficción.

¿Por qué?

Porque no tiene ningún valor real, no es como las manzanas, que se las puede comer. Si busca en su bolsillo, saca billetes y lo piensa, se dará cuenta de que es solo papel.

Pero le permite comprar manzanas…

Porque otros individuos también se creen el cuento.

La economía está fundada en estas historias, y también el sistema legal. Si pensamos en los derechos humanos, que es el concepto más importante hoy en día en el sistema legal de casi cualquier país, veremos que también son solo una ficción. No son una realidad biológica, no es que los seres humanos realmente tengan derechos. No, son historias que las personas inventaron.

¿Por qué parece que hoy la religión ha vuelto a formar una parte muy importante de la vida de muchas personas?

Por un lado, simplemente porque el mundo se está volviendo más y más caótico. El ritmo de los cambios en la ciencia, la tecnología, la economía está acelerándose aún más, lo que genera turbulencias e incertidumbre. A la gente le aterra eso, así que busca algo estable a lo que aferrarse, y es entonces que vuelve la mirada hacia las religiones tradicionales porque quiere algo sólido.

Por otro lado, se podría decir que este ‘resurgimiento’ de la religión es solo un espejismo, no es realmente una fuerza importante en el mundo. No son lo que realmente cambia el mundo. Si se pregunta cuáles fueron las principales invenciones o descubrimientos que cambiaron la sociedad, la economía y la política en el siglo XX, tendrá bastantes opciones entre las que elegir: la bomba atómica, la computadora, la genética, el feminismo… muchas. Y si luego se pregunta cuál es el más importante descubrimiento o invento de las religiones tradicionales en los últimos 100 años verá que… ¡no hay nada! Las religiones se han convertido en una fuerza reaccionaria: los cambios vienen de la ciencia, de la tecnología, del sistema capitalista, y las religiones solo reaccionan. Ya no moldean ni cambian la sociedad humana ni su historia.

Y sin embargo, la gente aún continúa creyendo…

Pues porque tiene buenas razones para temer al cambio y se aferra a las religiones para sobreponerse. Pero eso es insostenible. Los cambios se están volviendo cada vez más grandes y rápidos por el impacto de la tecnología. Hace solo 20 años no había Internet; hace diez, no había smartphones; y hoy no podemos imaginar la vida sin ellos. La gente necesita nuevas ideologías para darle significado a sus vidas y organizar el sistema político, pero las respuestas no vendrán de las religiones tradicionales porque los problemas a los que nos enfrentamos se originan en los nuevos descubrimientos científicos, como la ingeniería genética o la inteligencia artificial. Estos cambiarán nuestro mundo más que cualquier otra cosa. Y en la Biblia o en el Corán no se encuentra nada al respecto. Ahí no están las respuestas a las grandes preguntas de nuestro tiempo.

¿Alguna vez ha tenido fe?

La gente suele confundir ‘religión’ con ‘espiritualidad’. La religión trabaja con respuestas, mientras que la espiritualidad lo hace con preguntas. Espiritualidad es tener grandes preguntas acerca del mundo (¿quién soy?, ¿cuál es el significado de la vida?, ¿qué es el bien?) y embarcarse en la búsqueda de respuestas. Religión es que alguien venga y le diga: “No necesita hacer esas preguntas, nosotros tenemos todas las respuestas. Tiene que hacer esto, que comportarse de este modo”. Yo me considero una persona espiritual porque estoy interesado en las grandes preguntas, pero no soy religioso. Nunca pude creerme esos cuentos.

Cambiando de tema, también a contramano de lo que se suele pensar, en su libro queda claro que no considera que la revolución agraria haya sido un cambio solo positivo.

La revolución agraria fue, por supuesto, muy importante. Sin ella nunca hubiéramos tenido ciudades ni reinos ni imperios… Pero, al mismo tiempo que dio a la humanidad inmensos y nuevos poderes a nivel colectivo, la calidad de vida de la persona promedio bajó. La vida del campesino en el antiguo Egipto o en el imperio Inca era bastante peor que la de los cazadores-recolectores que existieron miles de años antes por diversas de razones. Primero que nada, nuestros cuerpos y mentes se adaptaron para vivir como cazadores-recolectores (el tipo de vida en la que va al bosque, trepa árboles para recoger frutos, corre detrás de liebres para atraparlas). Esto es mucho más sano para el cuerpo y más interesante para la mente que tener un campo y todos los días hacer lo mismo: ir por agua, arrancar la hierba mala, cosechar, moler… es más difícil para el cuerpo y es bastante más aburrido. Aún hoy, millones de personas trabajan en actividades que son más arduas y aburridas que cazar y recolectar. Por ejemplo, la gente que hizo esta camisa que llevo puesta tal vez vive en Bangladesh o en Guatemala y trabaja 12 horas al día, seis días a la semana, en algún taller precario haciendo solo y simplemente camisas.

También pasa que la mayoría de enfermedades infecciosas viene de animales de granja. Todos los años, hasta hoy, tenemos una epidemia de gripe porcina, o de gripe aviar, es decir, de animales domesticados. Antes de la agricultura, la gente tenía muy pocas enfermedades infecciosas. Además, un factor muy importante es la nutrición. Los cazadores-recolectores comían docenas de diferentes especies de plantas y animales, así que su dieta era muy balanceada. Conseguían todos los minerales y las vitaminas que necesitaban. Los campesinos, por otro lado, en la mayoría de sociedades agrarias subsistían de solo uno o dos cultivos. Si usted era un rey, comía un montón, pero si era un simple campesino…

Por último, la desigualdad social. Los cazadores-recolectores vivían en sociedades relativamente igualitarias. No había propiedades, así que no tenían clases sociales de gente adinerada y de gente pobre. Pero, una vez que apareció la agricultura, se originaron jerarquías con élites muy pequeñas que explotaban al resto. Todo esto es el resultado de la revolución agrícola, lo que significa que para la persona promedio la vida en realidad comenzó a ser peor.

Afirma que estamos cerca de convertirnos en “dioses” capaces de crear y practicar cosas hasta hace poco insospechadas; pero, por otro lado, ello va a marcar más las diferencias sociales y va a generar grandes problemas en la ecología, por ejemplo. ¿Por qué a la vez del desarrollo parece que nos estuviéramos yendo directamente al fin?

Los humanos hemos demostrado que somos muy buenos adquiriendo poder, pero realmente no sabemos cómo usarlo con sabiduría, cómo traducirlo en felicidad. Por miles de años, sin importar lo que lográramos, nunca estuvimos del todo satisfechos. La reacción básica de la mente humana frente al éxito no es la satisfacción, sino el ansia por más. Puede verse en la vida diaria, como cuando come algo sabroso y la reacción no es de saciedad, sino que suele ser “quiero más de eso”. Aun si los humanos adquieren habilidades ‘divinas’ —lo que ya está sucediendo—, no se ve a la gente más satisfecha.

Tenemos ejemplos de comportamiento humano realmente destructivo, como lo que está pasando con el sistema ecológico. Al mismo tiempo, vemos cambios positivos como la reducción de la violencia internacional: aunque todavía hay guerras, estamos viviendo en la era más pacífica de la Historia. En los últimos 50 o 60 años, la violencia en el mundo ha declinado abruptamente.

¿Está seguro de eso?

Por supuesto: hoy mucha más gente muere por comer demasiado que a consecuencia de actos violentos. La violencia, incluyendo la guerra, el crimen y el terrorismo, liquida cada año alrededor de 600 o 700 mil personas; la obesidad y enfermedades relacionadas matan cada año a tres millones. Así que, desde esta perspectiva, McDonald’s es mucho más peligroso que el EI. Hay más posibilidades de morir por comer demasiada comida chatarra que morir porque un grupo terrorista haga estallar el avión en el que se está volando. Que haya un índice de violencia en constante reducción es un desarrollo positivo, y pienso que da esperanzas de que los humanos podamos hacer mejor las cosas si es que realmente lo intentamos y si las condiciones son las correctas. Lampadia