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El Gobierno apoya a Castillo

El Gobierno apoya a Castillo

CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia

No solo ha sido la descarada intervención del presidente Francisco Sagasti llamando a Mario Vargas Llosa para que presione a Keiko Fujimori, tratando de hacerla desistir de su lucha por impedir el descarado fraude electoral que ha perpetrado el comunismo. Hay otros varios indicios de su respaldo a Pedro Castillo y todo lo que representa.

Por ejemplo, el lunes 14 un nutrido grupo de ex altos mandos de las Fuerzas Armadas, encabezados por el ex presidente Francisco Morales Bermúdez, emitió un pronunciamiento donde, entre otras cosas, advierten su preocupación “por la serie de denuncias a través de las cuales se vienen difundiendo flagrantes alteraciones del debido proceso de elaboración de actas, recolección, digitación y conteo, los mismos que han seguido parcialmente un proceso administrativo que por la magnitud de casos no se ha llevado a cabo diligentemente y en forma completa, lo que viene produciendo una percepción ciudadana mayoritaria de un proceso poco transparente, irregular y pasible de fraude.”

También señalan que “Esta situación es muy grave en las actuales circunstancias, donde existen dudas razonables sobre la manipulación de la documentación electoral y donde se requieren acciones decididas y firmes por parte del JNE para velar por el cumplimiento irrestricto del citado mandato, es decir establecer la VERDAD de la voluntad ciudadana y para cuyo propósito, la constitución y las leyes establecen claramente que es el JNE, y solo este organismo, quien tiene competencia para administrar justicia en materia electoral y de manera particular en hechos inéditos y excepcionales, como los que vienen sucediendo, donde no existe jurisprudencia previa; no hacerlo, deslegitimizaría el accionar de estos organismos y sus titulares, quienes tendrán que asumir las consecuencias de ello.”

Para, finalmente, exigir “la neutralidad del gobierno transitorio e instamos nuevamente a los entes electorales para que adopten las medidas necesarias, en el marco de sus atribuciones constitucionales, para alcanzar las condiciones del más amplio y transparente proceso de evaluación que garantice que toda circunstancia anómala sea convenientemente revisada antes de cualquier pronunciamiento, no solo por la polarización existente que viene generando una situación de inestabilidad social, sino para evitar que los actos finales puedan ser considerados fuera de la necesaria legitimidad que requiere el próximo Presidente de la República y que ocasionaría graves consecuencias para nuestro país, como las que hemos experimentado en los últimos 5 años.”

Lo suscriben decenas de militares en situación de retiro de las tres armas, que han ocupado los más altos cargos en sus instituciones en las últimas décadas. No es, además, el primer pronunciamiento que han emitido en este proceso electoral.

Pero esta vez recibieron una insolente reprimenda del Gobierno Morado. El mismo día, el Ministerio de Defensa publicó un comunicado diciendo que el pronunciamiento no representa a las FFAA sino solo a quienes lo suscriben, cosa por lo demás evidente.

Dice además el Mindef, que los citados oficiales “han utilizado indebidamente los emblemas de las instituciones armadas” por lo cual serán denunciados por el procurador.

En el colmo de la estulticia, dice el Mindef que lamenta “el uso político” de las FFAA, cuando ellos mismos están reiterando lo evidente, que los firmantes del comunicado no representan a las FFAA.

En suma, una descarada amenaza, sin ningún sustento, a altos ex jefes militares en retiro que, como cualquier ciudadano, tienen derecho a expresar sus opiniones.

De otro lado, el 12 de junio el Gobierno emitió un decreto modificando la ley de carrera policial. Como expresó el general PNP (r) Edgardo Garrido, ex sub comandante general de la Policía Nacional, “se está preparando otra poda. Están avisados”.

El Gobierno Morado está preparando las cosas para que, en caso de que logren imponer a Castillo como presidente, esté allanado el camino para capturar de inmediato a la Policía y ponerla al servicio de los agentes de Cuba y Venezuela, que tienen larga experiencia en eso. Después, por supuesto, vendrían las FFAA.

Casi ni vale la pena mencionar que Julio Guzmán, que fuera jefe de Sagasti en el fenecido Partido Morado y cabeza de la plancha presidencial que ambos compartían, ha pretendido reconocer a Castillo como presidente antes que el JNE emita su dictamen final, al igual que los pocos congresistas pudieron introducir en el Parlamento.

Como era de esperarse, el Gobierno izquierdista juega a favor del candidato comunista. Lampadia




Dejar que el organismo electoral revise todas las actas cuestionadas

Dejar que el organismo electoral revise todas las actas cuestionadas

EDITORIAL DE LAMPADIA

Sería muy grave que el presidente Sagasti hubiese llamado a Mario Vargas Llosa para que persuada a Keiko Fujimori de desistir de los recursos de nulidad presentados ante el JNE y que aceptase su derrota. Se trataría de una injerencia punible en un proceso electoral, violando la ley de neutralidad de los funcionarios públicos.

Sagasti ha dado a entender en un tuit que no fue ese el pedido. Ha escrito: “La tarea de un Jefe de Estado es hacer que el país mantenga la serenidad y la calma en momentos difíciles y complejos. En ese esfuerzo me puse en comunicación con varias personas que, entendía, tienen contacto con ambas candidaturas. Mi pedido fue el mismo para ambos: bajar la tensión y esperar los resultados oficiales. Una de esas personas fue Mario Vargas Llosa. Deploro que se distorsione y malinterprete una acción orientada a mantener la tranquilidad en un ambiente tan polarizado, complejo y difícil, plagado de mentiras y distorsiones, como el que estamos viviendo”.

Sin embargo, Álvaro Vargas Llosa, sin entrar en detalles, tuiteó ayer: “Tengo autorización de Mario Vargas Llosa para publicar que a su juicio es indispensable que autoridades electorales revisen actas impugnadas en la 2nda vuelta y que ellas, sin interferencia política, deben determinar el resultado de unas elecciones cuyo resultado aún es incierto”.

Hoy en RPP lo reiteró: “Sería una infidencia revelar el contenido de la conversación porque fue privada. Lo que puedo decir es que, una vez concluida esta conversación, mi padre se puso en contacto conmigo, me la relató y me pidió que me pusiera en contacto con Keiko Fujimori para reiterarle en términos inequívocos su respaldo a lo que está haciendo…”.

El lector puede sacar sus conclusiones. Para efectos prácticos quedémonos con la siguiente frase del presidente Sagasti: “bajar la tensión y esperar los resultados oficiales”. De eso se trata. El problema se presenta cuando aparecen presiones al Jurado Nacional de Elecciones precisamente para culminar ya el proceso y declarar ganador a Castillo, y cuando el propio candidato se autoproclama ganador y líderes del bolivarianismo internacional y hasta el propio presidente argentino Fernández lo reconocen como presidente electo. Sagasti no puede sumarse a esa presión.

Y menos aun cuando la Cancillería ha comunicado que: “Ante las expresiones del señor Presidente de la República Argentina, Alberto Fernández, efectuadas en la fecha, el Gobierno del Perú se ha visto en la obligación de entregar una Nota de Protesta al Embajador de la República Argentina, indicando que los resultados finales de las Elecciones Generales 2021 aún no han sido anunciados por las autoridades electorales de nuestro país”. Muy bien.

Es evidente que el Perú es una pieza clave en el juego geopolítico internacional, y se quiere apurar una victoria que solo puede consagrarse cuando se haya terminado todo el proceso de revisión de actas demandadas. La elección carecerá de legitimidad si por presiones políticas los Jurados Electorales aplican formalismos arbitrarios para rechazar la revisión de las actas cuestionadas.

Es precisamente esa presión a los organismos electorales la que genera una reacción de Fuerza Popular y de quienes consideran que debe contarse hasta el último voto. Lo mejor entonces para calmar los ánimos y pacificar el país, es dejar que las autoridades electorales culminen su labor con total autonomía y la mayor justicia electoral posible. No caben subterfugios de ninguna naturaleza para dejar de revisar lo que puede ser írrito. Dejemos trabajar a los entes electorales y esperemos el resultado final con calma. Lampadia




La hora decisiva

La hora decisiva

CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia

Como bien han dicho Mario Vargas Llosa y varios otros, mucho es lo que está en juego en esta elección. No se trata, como en otras ocasiones, de votar por un candidato que puede hacer un Gobierno que podría ser bueno, regular o malo, pero al que cambiaríamos al cabo de cinco años y al que –mal que bien- se podría controlar a través del Congreso, el Tribunal Constitucional, la prensa independiente y otras instituciones.

No cabe duda alguna que de ganar, Pedro Castillo y Vladimir Cerrón arrasarán las instituciones que contrapesan al Gobierno, convocarán una Asamblea Constituyente en elecciones amañadas -60% de “organizaciones populares” según Castillo- para intentar establecer una dictadura comunista y perpetuarse en el poder indefinidamente.

  • No es seguro que lo logren. Si lo hacen, sumirán al país en una noche perpetua, en el hambre y la miseria como Cuba y Venezuela.
  • Y si no, se producirá una situación caótica que terminará de arruinar al Perú después de la monstruosa crisis a la que nos ha conducido la pésima gestión de la pandemia por los gobiernos de Martín Vizcarra y Francisco Sagasti.

Hoy día ya se sienten triunfadores y no les importa dar señales de lo que vendría. Por ejemplo, el domingo 30 de mayo, terroristas atacaron Radio Tarma, emisora crítica de Vladimir Cerrón en Junín. “Nuestra planta transmisora fue saboteada, cortaron los cables de alimentación y también los cables que llevan a las antenas de tal manera que nuestra estación retransmisora estuvo fuera del aire”, dijo el dueño Mario Monteverde. (“Perú.21”, 2/5/21).

En el lugar del atentado, el distrito de Huasahuasi, aparecieron banderas de Sendero con la hoz y el martillo. Un audio de la terrorista de Sendero Luminoso del Vraem que se hace llamar “Vilma”, revela porqué el atentado: “Mario Monteverde de radio Tarma y sus sirvientes mercenarios del habla manipulan la mente y las masas vendiendo mentiras como si fuesen verdades”.

Desde la década de 1990, cuando fue dinamitada dos veces por los terroristas, Radio Tarma no sufría atentados. “Cuando los terroristas salen a amenazarme, demuestran claramente que hay un vínculo (entre Perú Libre y Sendero)”, asevera Monteverde.

Un video difundido por “El Comercio” (2/6/21) muestra al terrorista que se hace llamar “Carlos” incursionando, fusil en mano, en un pueblo cercano a San Miguel, donde Sendero Luminoso perpetró una espantosa masacre el domingo 30. Una prueba más de lo evidente. Pero todos los izquierdistas, sin excepción, negaron de inmediato lo obvio, que SL era el autor de la matanza.

¿Qué motivos tendrían para lavarle la cara al terrorismo? Muy sencillo, ellos saben que son ciertas las informaciones de la Dirección Contra el Terrorismo de la Policía (Dircote) que han establecido un vínculo entre Vladimir Cerrón y los terroristas del Vraem, que hoy han cambiado de postura y llaman a votar contra Keiko Fujimori.

Nada de eso les importa.

Después habrá que evaluar cómo llegamos a esta insólita situación, para no repetir los errores. Ahora hay que impedir que se hagan del poder votando este 6 de junio con esperanza, sin miedo. Lampadia




Los neutrales

Los neutrales

CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia

Aunque sorprendió a algunos, el pronunciamiento de Mario Vargas Llosa –y de su hijo Álvaro- a favor de Keiko Fujimori, era de esperarse. MVLL ha mantenido una crítica persistente a Alberto Fujimori, y luego a su hija, durante tres décadas, pero en circunstancias como esta, cuando el Perú está seriamente amenazado por un grupo extremista, que no oculta su intención de establecer una dictadura chavista, no ha dudado en asumir una clara posición en defensa de la democracia y el libre mercado.

Desgraciadamente no es el caso de varios otros que siguen consumidos por el odio, el rencor y el resentimiento, por agravios reales o supuestos, y anteponen ese encono a la supervivencia del país y, probablemente, a la suya propia.

Como no les es posible pronunciarse a favor de Pedro Castillo y sus secuaces, que son claramente enemigos de la democracia, asumen una absurda posición de neutralidad, censurando a ambos candidatos, generalmente cargando más las tintas contra Keiko Fujimori.

En una situación en que la encuesta de Ipsos pone a Castillo once puntos adelante, ponerse al medio o llamar a votar blanco o viciado es, por supuesto, favorecer a al que va primero. En la práctica están apoyando al engreído de Evo Morales y Nicolás Maduro.

Otros también hacen lo mismo, aunque en privado dicen que luego se van a decantar por Fujimori, pero hay que exigirles garantías o simplemente “hacerla sufrir”. Eso, naturalmente, es una completa necedad. A siete semanas de las elecciones, teniendo los herederos de Sendero Luminoso una ventaja apreciable, no se puede perder un minuto para asumir claramente una postura en defensa de la democracia y el libre mercado y rechazar a los que quieren destruirlos.

Varios medios de comunicación están jugando un papel nefasto. Escudados en una supuesta objetividad periodística, en realidad están ayudando descaradamente a Castillo. Primero, lo idealizan, presentándolo como un apacible maestro rural, con sus gallinitas, su burrito y sus ojotas, un hombre del pueblo preocupado por el pueblo.

Esa imagen bucólica es falsa. Y se comprueba fácilmente comparándola con la del agresivo dirigente sindical de 2017, que no vestía con poncho ni sombrero, y se arrojaba al suelo en las manifestaciones para fingir que había sido agredido por la policía.

Tampoco lo investigan, ni a él ni a sus socios, como han hecho hasta el cansancio –y muchas veces mal intencionadamente, propalando información falsa o dudosa- con Keiko Fujimori.

No es la gran prensa la que ha publicado que Castillo es gerente de una empresa constructora. Ni que el dueño del partido, Vladimir Cerrón y sus familiares cercanos integran una red de corrupción en Junín, que se ha beneficiado del poder político que tuvo como gobernador regional. Ni destacan su pésima gestión en una región con ingentes recursos del canon minero.

Solo cabe terminar con la conocida cita de Dante Alighieri: “Los confines más oscuros del infierno están reservados para aquellos que eligen mantenerse neutrales en tiempos de crisis moral”. Lampadia




¿El fin del antifujimorismo?

¿El fin del antifujimorismo?

 

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Hay quienes ven la configuración de la segunda vuelta como el peor escenario posible, como una elección fatal entre las dos opciones más peligrosas o negativas, y en la que debemos resignarnos a escoger el mal menor. Pero también puede ser vista como la gran oportunidad para poner fin a la división más destructiva que ha tenido la política peruana en los últimos diez años: fujimorismo versus antifujimorismo. Más precisamente, para amainar el antifujimorismo, la identidad política no solo más grande sino más radical del Perú, que experimentó una transmutación de su esencia: se convirtió en aquello que rechazaba. Pasó a negar en la práctica el derecho del fujimorismo –que representa a un sector en la sociedad- a participar en la vida política y procuró su eliminación, cosa que estuvo a punto de conseguir. No era un adversario, sino un enemigo.

Eso habría tenido fundamento si Alberto Fujimori postulaba. Pero no lo tenía con Keiko. Ella había rechazado la presencia de Montesinos cuando aún era primera dama, había formado un partido político –cosa que su padre jamás hizo- en plena era de descomposición de los partidos –es decir, había fortalecido por esa vía la democracia-, había sido congresista y su agrupación había estado en el Congreso en varias ocasiones respetando claramente las reglas del juego democrático.

Por eso, las “obligaciones” que le ha exigido Mario Vargas Llosa en realidad ya están cumplidas. No implican una suerte de “hoja de ruta” que implique un cambio de orientación de la candidata hacia la democracia liberal o el respeto a la división de poderes. Keiko Fujimori no es su padre en los temas institucionales.

Es cierto que el comportamiento de su bancada en el congreso disuelto no fue constructivo y tuvo episodios obstruccionistas y beligerantes que fueron incluso alentados y capitalizados por Vizcarra y que son su mayor pasivo en esta segunda vuelta, pero eso debe ser considerado un error político y de falta de compromiso con el país que se paga luego en las urnas, no una conducta que revele un designio anti democrático. ¿Podríamos calificar al APRA de ser un partido contrario a la democracia por la oposición obstruccionista que junto con la UNO realizó contra el primer gobierno de Belaunde, que fue mucho más intensa y fuerte que la de Fuerza Popular contra PPK? Esa oposición se tumbó 11 ministros e impidió que el gobierno ejecutara las reformas sociales como la agraria. La de Fuerza Popular finalmente se focalizó en el sector educación, pero aprobó en lo esencial todo el programa económico del gobierno. El Congreso actual, más bien, lo está destruyendo todo.

Lo que pasó fue que al perder a último minuto el Ejecutivo luego de estar a 8 puntos de ventaja dos semanas antes de la segunda vuelta, y ganar largamente el Congreso, cayó en una triple trampa de la que no tuvo la visión y frialdad para poder escaparse. Primero, la sensación de que le habían robado la elección, que desató la propensión a la venganza. Segundo, tener poder político y no Ejecutivo lleva a la impotencia, a la incapacidad de ejecución y a la crítica desbordada e irresponsable. Tercero, tener el control irascible del poder más impopular del sistema político, es fatal.

De ello se aprovechó claramente Martín Vizcarra para pasar al ataque al Congreso casi desde el principio, desde el 28 de julio del 2018, cuando pidió la no reelección de los congresistas, pese a que perfectamente hubiese podido concertar con el Congreso un programa de gobierno porque Keiko Fujimori ya había saciado su sed venganza con la salida de PPK y su bancada había perdido 20 legisladores. Estaba en una predisposición positiva y tenía menos fuerza. Pero Vizcarra eligió la ruta confrontacional del populismo político, y no paró hasta disolver el Congreso, cumpliendo así la consigna de eliminar al enemigo con el apoyo enardecido de la inteligentzia antifujimorista, que aún no reconoce el engaño en el que cayó ni el exceso que cometió.

Soy de la convicción de que el país se hubiese ahorrado estos últimos diez años de relativo estancamiento económico y estos últimos cinco de anarquía y absurda confrontación política, si Keiko Fujimori hubiese llegado al poder el 2011 o el 2016, como hubiese ocurrido si en ambas ocasiones no hubiese sido impedida a último minuto precisamente por la muy eficaz organización antifujimorista y también por errores propios.  

No deja de ser paradójico que pueda llegar ahora a la presidencia en su momento más débil, apenas salvada del exterminio político. Si llega, lo que tampoco será fácil, tendrá confirmar el aprendizaje de estos últimos cinco años en un esfuerzo de concertación política que tendrá que ser titánico para alcanzar la gobernabilidad en un Congreso tan fragmentado. Pero será imposible si el antifujimorismo no baja sus niveles de animadversión y se convierte en una fuerza crítica pero constructiva, lo mismo que le reclamó al fujimorismo estos últimos cinco años. Una leal oposición. Lampadia




Los fracasos del chavismo en el Perú

Los fracasos del chavismo en el Perú

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia

El temor al pase de Verónica Mendoza (VM) a la segunda vuelta en las elecciones del 11 de abril está llevando a muchos, antes que por amor, por espanto, a cambiar sus preferencias por candidatos viables de derecha, que sumen los votos necesarios para dejarla fuera del balotaje[i]

Sin embargo, no es a ese eventual fracaso (que esperamos se produzca) al cual nos referimos. Queremos ir más atrás.

En el 2006, el chavismo más achorado y de polo rojo, alentado por el propio Chávez y no por su caricaturesco sucesor, derramó millones de petrodólares para la campaña de Humala a fin de que gane las elecciones y ambos puedan rendirle juntos honores a “su general” Velasco, el inepto dictador que ambos admiraban y que Chávez había conocido cuando fue cadete militar de paso por el Perú. Un viejo zorro de la política como Alan García pudo ponerse entre él y Lourdes Flores y asestarle el primer fracaso al chavismo en el Perú.

En el 2011, el segundo fracaso del chavismo se dio cuando Mario Vargas Llosa y Alejandro Toledo, para citar sólo las dos caras visibles de este viraje, garantizaron los modales democráticos de Humala para que este le gane a Keiko Fujimori, a cambio de que se olvide de su propuesta chavista de “Gran Transformación” y la sustituya por la “Hoja de Ruta”, donde los cambios de constitución, la reelección indefinida, las estatizaciones, las nacionalizaciones y el control de los poderes políticos quedaban de lado. Otra cosa es que esta Hoja de Ruta sirviera como ticket de entrada al gobierno de la argolla de izquierda caviar que se mantiene hasta hoy; sin embargo, valgan verdades, los caviares no son chavistas, hasta lo condenan.

En el 2016, la tercera derrota de la nueva representante de la franquicia chavista, VM, vino directamente de las urnas. Más del 70% del electorado votó contra las propuestas de la candidata chavista y esta no pasó a la segunda vuelta. Esto lamentable y paradójicamente no significó un triunfo de la derecha y sus ideas, ya que la misma argolla de la izquierda caviar supo mover los hilos, enconar a PPK y KF y mantener el control de buena parte del aparato estatal. El chavismo quedó derrotado, aun cuando algunos de sus cuadros como Zamora o Ugarte manejan hasta la fecha la salud, con las lamentables consecuencias que vemos.

En el 2020, la franquicia chavista, pese a haber contribuido con letras, verbo, gritos y piedras a la caída del Congreso de mayoría fujimorista, no pasó la valla en las elecciones complementarias y no llegó al Congreso de transición. Va el cuatro fracaso.

Este domingo, podemos estar ante el quinto fracaso, que seguramente sería el último de la franquiciante Mendoza, aunque seguramente no sea el último intento del chavismo de abrir sucursal en nuestro país. Habrá Castillos, Cerrones, Santos, Cáceres Llicas, Antauros o cualquier otro que quiera vestir esa camiseta y porfiar por la destrucción del Perú en las siguientes elecciones. Sin embargo, qué pasaría si VM pasa segunda vuelta. ¿Este sería el primer triunfo del chavismo en el Perú? Muchos creerán que sí. Yo pienso que no. Aquí las razones.

  • Si pasa la segunda vuelta es porque se quitó el polo chavista, se vistió de verde, fue a la peluquería, se pintó los labios, tragó el sapo que no quiso deglutir en 6 años y tuvo que reconocer que Venezuela es una dictadura y Maduro un dictador corrupto.
  • Si VM pasa lo habrá hecho porque se destiño.
  • Si pasa será porque les dijo a sus electores que no les expropiará nada.
  • Si pasa, no será con más del 15% de los votos válidos, bastante menos de lo que tuvo el 2016 cuando era abiertamente chavista.
  • Si pasa será porque buscó el voto de centro, porque le robo los electores a Guzmán y a Vizcarra.

Obviamente, hay quienes no creemos en la sinceridad de esta distancia frente al chavismo y vemos esto más bien como un disfraz.

¿Su proverbial lealtad hacia Nadine, Ollanta, Arana o Yehude nos llevaría a pensar que su lealtad hacia el elector le impediría tamaña felonía?

Sea de verdad o de mentira el cambio, lo cierto es que de cara al elector, VM habría avanzado renunciando a la camiseta del chavismo, lo cual ya es de por sí un quinto fracaso. Con mayor razón si no pasara ningún candidato de derecha a segunda vuelta, ya que en ese caso VM tendrá que derechizarse más de lo que PPK se caviarizó el 2016 para conseguir el triunfo.

Esto no quiere decir que debamos bajar la guardia y dejar de impedir, con nuestros votos y con nuestras ideas, que la señora Mendoza y sus ideas queden fuera del balotaje. Sólo quiere decir que los fracasos a veces pueden tener otra apariencia. Lampadia

[i] Nombre con el cual también se conoce en la segunda vuelta en las elecciones.




La inquina del escribidor y la ruptura política

La inquina del escribidor y la ruptura política

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia
Ex miembro del Plenario del Movimiento Libertad

Nuestro famoso escritor, mejor ensayista y gran promotor de las ideas de la libertad, es al mismo tiempo un hombre cegado por sus pasiones, que, lastimosamente, han envenenado la política peruana durante 25 años.

El colofón de estos cinco lustros, se expresa en su catilinaria: ‘La traición de Kuczynski’, y en el pronunciamiento con otros 200 escritores peruanos: ‘Por la dignidad del Perú y contra el indulto’.

La traición de Kuczynski
(El País de España, 27 de diciembre, 2017)

“El indulto a Fujimori, el dictador que asoló el Perú, cometió crímenes terribles contra los derechos humanos y robó a mansalva, ha incendiado el país”. [Afirmación que contrastaré líneas abajo].

Ilustrado por El País con una foto asquerosa 
(Ese es el medio que preside Juan Luis Cebrián, que vino al CADE a disertar sobre ética periodística).

“Las vilezas forman parte por desgracia de la vida política en casi todas las naciones, pero no creo que haya muchos casos en los que un mandatario perpetre tantas a la vez y en tan poco tiempo”.
[¿De la ficción a la pos verdad?].

“El fujimorismo tiene ya un control directo o indirecto de buen número de los medios de comunicación en el Perú (…)”.
[Falso de toda falsedad. La realidad es todo lo contrario].

“¿Imaginó Kuzcynski que el indulto iba a incendiar el Perú, donde, mientras escribo este artículo, las manifestaciones de protesta se multiplican por doquier pese a las cargas policiales? […]”.

‘Por la dignidad del Perú y contra el indulto’ (27 de diciembre, 2017)

“Protestamos por la conducta ilegal e irresponsable del presidente Pedro Pablo Kuczynski”. [¿Intérpretes de la legalidad?]

Fujimori fue condenado por violación de derechos humanos y corrupción”. [Falso, ver líneas abajo].

El gesto del presidente Kuczynski cubre de infamia y vergüenza a un país (…)”. [Podrá desacreditar a PPK y su gobierno, pero ¿al país?].

Rechazamos el abuso del lenguaje de la reconciliación y el perdón que busca legitimar esta medida espuria, y colocar como violentos e intolerantes a quienes defienden la verdad y la memoria. [Rechazan la reconciliación, sin plantear una alternativa de convergencia].

“Son especialmente inaceptables los llamados al olvido y las menciones a la pobreza, el progreso económico y el Bicentenario como fines que justifican medidas negacionistas”.

“(…) la permanencia de Pedro Pablo Kuczynski como Presidente de la República es incompatible con el Estado de Derecho y los valores democráticos (…)”.

¿O sea que nuestro insigne defensor de la democracia plantea la salida de PPK del gobierno porque (en uso de sus prerrogativas constitucionales, pero en contra de su admonición y pregón) ha indultado a Alberto Fujimori (AFF)?

Veamos de donde viene esta actitud, que lo ha llevado a insuflar tanta inquina en la política peruana y cómo se ha expresado durante 25 años:

  • Cuando Fujimori le ganó las elecciones al “señor Vargas” (sic), MVLL recibió un golpe moral muy profundo, que solo pudo disimular alejándose del Perú.
  • El ‘auto-golpe’ de abril de 1992 le dio la disculpa para transparentar su resentimiento y pasar a la ofensiva contra AFF y la gran mayoría de peruanos, que considerábamos que el Perú no podía seguir empobrecido por la hiperinflación, acosado por el terrorismo, con una economía destrozada, repudiado por el resto del mundo y con un Estado que solo alcanzaba a recaudar el 4% de un famélico PBI. Todo esto con partidos políticos que se habían consumido en la inutilidad, una Constitución inspirada por la dictadura militar que impedía la inversión y el crecimiento económico y una pérdida de sensación de futuro que corroía el alma de todos los peruanos.
  • MVLL nunca reconoció algún mérito al gobierno de Fujimori. Negó específicamente su éxito en la lucha contra el terrorismo, la hiperinflación y en la superación del estancamiento económico.
  • Con las condenas de AFF, MVLL se sintió vengado y justificado para acrecentar y profundizar sus pregones anti fujimoristas.
  • El escribidor asumió como verdad sacrosanta una condena a 25 años que excedía todos los límites de justicia posibles. Se le dio 25 años de prisión por supuestos delitos contra los derechos humanos que, si bien no se especificaban como tales en la sentencia, se presentaron maliciosamente en los considerandos.
  • La condena a AFF se basó en:
    • Una caprichosa forma jurídica, la de ‘la autoría mediata’, porque siendo el jefe ‘debía saber’ y así se la condenó por asesinatos masivos. Huelgan más comentarios.
    • La condena no respetó el cuadernillo de extradición, que no contemplaba delitos de lesa humanidad.
    • La legislación peruana no contemplaba los delitos de lesa humanidad para cuando se imputaron. Ver voto singular de José Luis Sardón de Taboada, miembro del Tribunal Constitucional, de 2016, con ocasión de la demanda de Habeas Corpus de AFF.
    • La condena de 25 años fue una manipulación jurídica diseñada para hacer consentir que la condena era por lesa humanidad.
    • La propaganda de la pos-verdad vargallosina ha llevado a que se confronte a AFF con los deudos de las víctimas de Barrios Altos y La Cantuta, como si Fujimori hubiera cometido u ordenado los crímenes.
  • En el plano electoral, para evitar que el fujimorismo llegara al poder, MVLL apoyó (sin vergüenza) a Alejandro Toledo, pese al caso de Zaraí.
  • Posteriormente, con el mismo propósito, MVLL y su hijo Álvaro (que llegó a bailar en el escenario) apoyaron a Ollanta Humala, a pesar de plantear el nacionalismo que Vargas Llosa abomina, a pesar de las denuncias de ‘Madre Mía’ y del programa de gobierno de la ‘Gran Transformación’, que solo se disfrazó para las elecciones. Recordemos sus primeras palabras, cuando llegó a Lima, con el Nobel bajo el brazo: “vamos a tener que elegir entre el Cáncer y el Sida”.
  • MVLL nunca se dio por enterado del desastroso gobierno de Humala y a ciegas se precipitó a apoyar a PPK. Eso sí, advirtiéndole que no vaya a otorgar el indulto a AFF.

Ahora, dado el indulto, MVLL condena a PPK al fuego eterno, sin otro propósito que hacer respetar su bandería de resentimientos.

Lamentablemente, la pos-verdad alrededor de la condena de Fujimori, masajeada sin descanso por los medios y por gran parte del establishment limeño, ha calado (explicable y noblemente) en el alma de nuestros jóvenes. Si yo pensara que AFF asesinó u ordenó los asesinatos en cuestión, yo también me indignaría con el indulto. Como me indigné cuando se indultaron terroristas o cuando se habla de indultar a Abimael Guzmán, cómo hace el malhadado congresista Arana (caserito de RPP y Canal N).

Efectivamente, no hay nada más noble que el espíritu justiciero de los jóvenes. Pero qué lástima que éste se haya encendido tras de mentiras que solo cubren resentimientos y otras peores pasiones.

Hoy, nuestra obligación es explicarles a nuestros jóvenes la verdad. Hoy, la obligación de los peruanos de buena voluntad es salir de la trampa del odio y la desunión: ¡Hay mucho que hacer, y debemos hacerlo juntos! Lampadia




Fallece dictador que dominó Cuba por 50 años

EDITORIAL DE LAMPADIA

Si cuando se dan los hechos que marcan la historia de la humanidad no somos rigurosos, ¿que puede pasar luego, cuando los otoños los ensombrezcan?

La muerte de Fidel Castro está siendo comentada por una gran mayoría de gobernantes con la indulgencia e hipocresía de la diplomacia internacional. Resaltada por muchos medios de comunicación como la pérdida de un líder revolucionario amante de su pueblo y consecuente con sus ideales. CNN lo califica como un gobernante socialista. The Economist, nuestra admirada publicación en Lampadia, le llama “un marxista de conveniencia, un nacionalista cubano de convicción y un caudillo latinoamericano por vocación”. Dice que su gobierno fue represivo pero no especialmente sangriento (habría que preguntarle qué piensa al respecto Camilo Cien Fuegos), que les dio a los cubanos una educación y salud del primer mundo y que evitó el culto a la personalidad.

Como Castro era de izquierda, gozó del favor de muchos intelectuales y escritores. En sus inicios captó la ilusión de Mario Vargas Llosa y de Jorge Edwards, pero ambos supieron ver la realidad detrás de los telones, cosa que no supo hacer Gabriel García Márquez, que era más bien, junto con el dictador de la RDA, Erich Honecker, uno de sus favoritos en sus encerronas en sus yates y playas privadas. No nos olvidemos que muy destacados intelectuales franceses como Jean Paul Sartre, ocultaron los crímenes de Stalin en aras de la ideología marxista.

Tampoco deja de llamar la atención, el doble estándar para juzgar a dictadores de distintas orientaciones. Veamos, por ejemplo, las portadas de El País de España sobre Pinochet y Castro:

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A diferencia de Pinochet, Castro no solo es culpable de la muerte de muchos connacionales, también lleva sobre sus hombros incontables muertes allende sus fronteras, en Latinoamérica y en el África.

En los medios peruanos también se presentan calificativos idílicos sobre el sátrapa cubano, que con la disculpa de una ideología fracasada, la del comunismo, se negó a aceptar la realidad social que ésta produjo en los países que la adoptaron y especialmente en Cuba, donde las condiciones de vida de la población llegan a niveles de miseria que solo produce la esclavitud.

Lo que sí hizo Castro es acomodarse a las cambiantes condiciones políticas globales para seguir inyectando recursos de sus benefactores que nunca mejoraron la suerte de los cubanos, pero que sí le permitió a Castro, formar una monarquía con toda su parentela, que desde su debilitamiento, viene heredando el poder y, por supuesto seguir dominando casi sádicamente a su pueblo. Inicialmente se recostó en la Guerra Fría y vivió del favor del Imperio Soviético, tras su derrumbe, se las ingenió para capturar un país rico sin disparar una sola bala, Venezuela, al cual esquilmó hasta dejarlo en la ruina. Finalmente coquetea con los EEUU de Obama, que solo con el potencial del turismo podría seguir generando recursos a la satrapía, algo que podría interrumpirse con Trump.

Pero algo que el comunismo cubano nunca logró es alterar la naturaleza del pueblo cubano, seguramente uno de los pueblos más maravillosos de la tierra, cálidos, amables, alegres, entusiastas, encantadores; y todo ello a pesar de vivir sometidos a la monarquía castrista, sin libertad y sin calidad de vida.

Distinguiéndose del montón, Andrés Oppenheimer escribe: Fidel Castro fue todo menos un valiente (El Comercio, 28 de noviembre de 2016).

Oppenheimer dice: No es elegante criticar a alguien que acaba de morir, pero viendo los mensajes de jefes de Estado de todo el mundo exaltando la supuesta valentía del recién fallecido gobernante cubano Fidel Castro, hay que decir la verdad: Castro fue todo menos un valiente. Al contrario, fue un cobarde, porque  no permitió una elección libre en 57 años; porque nunca permitió un solo periódico independiente, o estación de radio o televisión no gubernamentales; porque no permitió ningún partido político independiente. Castro fue un cobarde porque nunca permitió a las instituciones financieras internacionales monitorear o verificar las alegres estadísticas económicas de su gobierno; y porque nunca permitió a organizaciones internacionales de derechos humanos llevar a cabo investigaciones in situ sobre los abusos contra los derechos humanos.

Según su hermana Juanita, su epitafio debiera decir: “He never listened” (él nunca escuchaba).

Lampadia

 




Bedoya Reyes nos regala la sabiduría de su liderazgo

El ínclito, Don Luis Bedoya Reyes, a sus 97 años, nos regaló la semana pasada certeras pinceladas de su sabiduría en la entrevista que sostuvo con Jaime de Althaus en La Hora N.

Don Luis es, lamentablemente, una ‘especie’ en extinción, la de los ‘políticos de vocación’. Aquellos que siempre han antepuesto su compromiso cívico, su sacrificio personal y su vocación de renuncia para dejar espacio a objetivos nacionales que iban más allá de sus intereses personales y de grupo.

Don Luis es un ejemplo que debemos seguir y rescatar como el modelo de los políticos que debemos formar sin distinción de color, porque, cuando se actúa como lo ha hecho él, todos los colores suman al bienestar de la patria.

Líneas abajo compartimos con ustedes el video de la entrevista y la transcripción de Canal N.  

Ver entrevista en el siguiente link:

https://www.youtube.com/watch?v=RsAEDU845Bo

El también ex alcalde de Lima consideró que PPK tuvo el mismo error que Mario Vargas Llosa cuando en los noventas subestimó a un entonces poco conocido Alberto Fujimori

Llamó a la reflexión a ambos candidatos y resaltó que “uno no podrá gobernar sin el otro”

Luis Bedoya Reyes, el líder histórico del Partido Popular Cristiano (PPC), habló en La Hora N sobre sus proyecciones y críticas respecto a la coyuntura política, con miras a la segunda vuelta presidencial que tiene como protagonistas a Keiko Fujimori (Fuerza Popular) y Pedro Pablo Kuczynski (PPK). 

El también ex alcalde de Lima consideró que PPK tuvo el mismo error que Mario Vargas Llosa cuando en los noventas subestimó a un entonces poco conocido Alberto Fujimori.

“Creo que sus asesores midieron mal los inicios, partieron del principio de que PPK podría limpiarse del obstáculo Keiko por la distancia de conocimientos (…) si bien en la primera vuelta hubo pelea y competencia en la segunda este era un pase tranquilo: profundo error, el mismo que se cometió con su padre y Vargas Llosa”, sostuvo también llamado ‘Tucán’. 

Además resaltó que PPK tiene cuadros políticos que servirían en su eventual gestión presidencial como buenos ministros, “pero cada uno independientemente libre en su línea, se olvida que no se puede gobernar con siete caballos que corren por su cuenta”. En ese sentido resaltó a Fuerza Popular.

“Keiko tiene un partido organizado, PPK navega entregándose entero sin ninguna visión de futuro, siendo la cabeza de un equipo que no sabe cómo va a vivir el día que desaparezca o cuando termine su gobierno o si es que no se divide, la carencia de un quipo le quita fortaleza al gobernante”, consideró. 

Por otro lado, el experimentado político criticó los puyazos que se lanzaron ambos candidatos durante el primer debate realizado en Piura, en ese sentido pidió a ambos políticos tomar conciencia de que no podrán gobernar distanciados, al margen de quien resulte vencedor en esta lid democrática. 

“Levantar acusaciones casi siempre oprobiosa con gente que ya no escucha la respuesta, sino que queda con el ataque y cuando está vinculado a la moral de la gente, es una acusación muy grave y en este caso ha venido de ambos lados, pero el problema para el Perú es distinto, sáquense la mugre si quieren pelear, pero uno de los dos va a ser presidente por Dios y uno no puede gobernar sin el otro”, resaló. 

Justamente sobre el debate, Bedoya Reyes opinó que PPK fue sorprendido por una Keiko Fujimori “agresiva” pero al mismo tiempo “lúcida” durante el evento político. 

“La chinita sale al estrado, contesta cuanta pregunta se le formula, mantiene un ritmo de agresividad y lucidez, más un humor cambiante, al rato se arrebata y luego se pone ‘cachacienta’, PPK se ha llevado un sorpresa cuando los han puesto frente a frente en la primera ronda de la segunda vuelta”, dijo. 

El líder del PPC también habló sobre la denuncia en contra del ex secretario de Fuerza Popular, Joaquín Ramírez, tras revelarse las investigaciones en su contra por parte de la DEA, consideró que no fue débil la reacción de la lideresa fujimorista al tomar la decisión de no separarlo inmediatamente. 

“No es cuestión de debilidad, hay personas que con razón de su comportamiento generan obligaciones recíprocas, doy para que des, o sea nada es gratis, unas veces es para que sigas ‘trampeando’, otras para que no lo condenen por las ‘trampas’ que ha hecho”, indicó. 

Finalmente Luis Bedoya Reyes indicó que “no temo a una autocracia en el caso de Keiko”, ante las críticas en su contra por tener 73 congresistas en el Poder Legislativo. 

El líder del PPC admitió que fue un error realizar la Alianza Popular que fue conformada por la agrupación política que creo y el Partido Aprista Peruano, indicó que “a la gente no le gusta la vejez”. 

“Creíamos que era un buen momento de juntar fuerzas de partido que tienen un pasado, para ofrecerle al electorado frente a un caos que se adivinaba desde entonces a la seguridad de un gobierno seguro y firme con una orientación especificada, a la gente no le gusta la vejez, la repetición, le gusta la moda, el cambio”, sentenció. 

Lampadia




La importancia de los Panama Papers en perspectiva

Llegó el último escándalo internacional de filtración de documentos: Los llamados ‘Panama Papers’ son una fuga documentaria sin precedentes de 11.5 millones de archivos de la base de datos de la cuarta mayor firma de abogados offshore del mundo, Mossack Fonseca. Los registros se obtuvieron de una fuente anónima por el diario alemán Süddeutsche Zeitung, que los compartió con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), que luego los distribuyó a su red de socios internacionales.

¿Qué revelan? Muestran las miles de maneras en las que las empresas, organizaciones e individuos pueden proteger sus recursos en espacios distintos al origen de los mismos. Las motivaciones que están detrás de estas prácticas son muy variadas, pueden deberse a requerimientos de seguridad personal, condiciones de riesgo político en sus países de origen, a dificultades familiares, a facilidades operativas y económicas para su disposición posterior y a la consolidación de recursos de distintas fuentes operativas. Pero también pueden vincularse a delitos fiscales, lavado de dinero o que se originen en actividades ilícitas o producto de distintos tipos de delitos.

¿Son ilegales? Recurrir a sociedades “offshore” no es ilegal per se. Según declaraciones de Julio Velarde, Presidente del Banco central de Reserva: “No hay ninguna prohibición legal para tener dinero afuera, habría que ver si han cumplido con el pago de impuestos, etcétera, pero a priori condenar a alguien porque tenga la plata afuera es una exageración, porque usted, yo y todos tenemos plena libertad de sacar nuestro dinero al país que querramos”.

Lamentablemente, los documentos de Panamá pueden terminar siendo la caja del tesoro para persecuciones, escándalos y cacerías de brujas. Tienen todos los ingredientes para producir jugosos artículos y para que periodistas inescrupulosos o irresponsables hagan escandalosas acusaciones con solo mencionar nombres prominentes como Mauricio Macri, Lionel Messi, Mario Vargas Llosa, Gastón Acurio y Vladimir Putin.

Mientras Gastón Acurio se ha apresurado a transparentar sus ingresos, fuentes de rentas y patrimonio, para salvaguardar su bien ganado buen nombre, el gobierno ruso solo ha atinado a hacer una acusación de ‘Putinofobia’. Hasta la fecha, la víctima más notoria es la del primer ministro de Islandia, que tuvo que renunciar apresuradamente.

Sin lugar a dudas, no queda otra cosa que los países vinculados a los nacionales implicados desarrollen las investigaciones o comprobaciones correspondientes, pero en el mundo intercomunicado de hoy, la sola mención de un nombre puede afectar injustamente el honor de muchas personas. Los medios de comunicación deben tener el cuidado de señalar que “mucho de esto es perfectamente legal”, y que las “cuentas en el extranjero no son ilegales por sí mismas”, como es el caso del Perú.

Hasta ahora, nada de lo que se menciona en los informes por sí solo es una prueba de delito o ilegalidad. Los clientes pueden optar por ser discretos en sus transacciones financieras. Por lo tanto, ¿es prudente y ético publicar la información sin verificar la legitimidad de esas inversiones? Los documentos de Panamá no tienen la capacidad de establecer ningún delito por parte de las personas nombradas. Sólo crean sospechas que debieran ser trabajadas en investigaciones muy rigurosas.

Vale la pena señalar que incluso ICIJ sostiene que “las transacciones financieras off shore no son ilegales por sí mismas, aunque pueden ser utilizados para ocultar los bienes del control fiscal, blanqueo de capitales procedentes de actividades delictivas o disimular riqueza.”

Es importante y es la responsabilidad de quienes publican titulares escandalosos, verificar la veracidad de esta información y no acusar libremente para manipular al público y lograr más rating. Lampadia

¿Qué son los papeles de Panamá y por qué importan?

La explicación de The Economist

Publicado el 4 de marzo de 2016

The Economist

Traducido y glosado por Lampadia

 

La firma de abogados de Panamá, Mossack Fonseca está en el centro de un gran escándalo fiscal y de blanqueo de dinero que se ha hecho evidente por los ‘Panama Papers’.

Empresas como Mossack se especializan en ayudar a extranjeros a ocultar su riqueza. Los clientes pueden querer esconder su dinero lejos de futuras ex-esposas, esquivar sanciones, blanquear dinero o evadir impuestos. Las principales herramientas para hacerlo son compañías anónimas ‘cascaron’ (que sólo existen en papel) y cuentas en el extranjero en paraísos fiscales (que a menudo vienen con beneficios tales como el secreto bancario y casi ningún impuesto). Estas estructuras ocultan la identidad del verdadero titular del dinero.

Pero las autoridades (y descontentas ex esposas) acaban de obtener un gran logro. Más de 11 millones de documentos se han filtrado de las oficinas secretas Mossack. Este fin de semana, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) hizo públicas sus conclusiones de que la firma había ayudado a sus clientes, consciente o inconscientemente, a evadir o eludir impuestos, lavar dinero o enmascarar sus orígenes. Más sorprendente que sus métodos usados, fue la escala de la actividad y las personas involucradas. Se cree que los 2.6 terabytes de datos que contienen información sobre 214,500 empresas en 21 jurisdicciones offshore y nombres de más de 14,000 intermediarios (tales como bancos y bufetes de abogados).

Aunque de ninguna manera todos estos son criminales, los primeros ejemplos públicos sorprenden mucho. En la lista de los ‘malos’ se encuentran personas como el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko. Otros jefes de gobierno, como el de Rusia, Vladimir Putin, y el de Islandia, Sigmundur David Gunnlaugsson.

Tras el nombramiento inicial y la vergüenza pública, en las próximas semanas se hará más claro quién estaba usando estas estructuras por razones dudosas. Aunque la mayor la atención estará en dictadores, terroristas y carteles de la droga, sería una vergüenza si otros malhechores logran escapar. La industria mundial de proveedores de servicios que venden el secreto financiero, en algunos casos, han obtenido grandes ganancias aprovechándose de políticas fiscales mal diseñadas. Se estima que el 8% de la riqueza del mundo (US$ 7.6 millón de millones según la economista Gabriel Zucman,) está en cuentas ‘off-shore’, en cuentas en el exterior, la mayoría son perfectamente legales, como afirma una serie de relacionistas públicos de los clientes mencionados en la prensa. Sin embargo, legales o no, los periódicos ahora apuntan a Mossack y a empresas similares. Están en sintonía con el sentimiento contemporáneo: la desconexión fundamental entre las élites globales y el resto.

The Economist, destaca el tema en una segunda publicación, con un sugestivo título:

El furor de los ‘Panama Paper’ sólo crecerá aún más.

 




Coraje – ¡No más populismo!

Coraje – ¡No más populismo!

Quienes sufrimos las décadas perdidas hasta los años ochenta recordamos con pavor e incredulidad que conseguir una línea telefónica era casi como ganarse la lotería, las casas y departamentos que se vendía o alquilaban valían más si contaban con teléfono (fijo). En esos tiempos aciagos (y lamentablemente no tan lejanos) muy pocas cosas funcionaban bien en el Perú: la gasolina estaba adulterada y contaminaba el ambiente sin que nadie se sonrojara, las carreteras eran intransitables, la luz eléctrica era escasa e interrumpida, el agua llegaba con contenidos fecales, los alimentos desaparecían de los anaqueles y las colas eran interminables para conseguirlos. Ese fue el resultado de estatizar y nacionalizar la producción del país y de buscar que el Estado reemplazara al sector privado. Es decir, el resultado de seguir las trasnochadas recetas del populismo. 

El debate sobre la conveniencia de que Petroperú vuelva a la explotación petrolera en el Lote 192, ha revivido y fortalecido a esa inmortal bestia que es el discurso del populismo y que ha probado largamente que solo trae más pobreza y estancamiento. Esa bestia negra toma cada vez más fuerza y se la quiere presentar como la solución a nuestros problemas, cuando es todo lo contrario. Ahí están las imágenes, las crónicas, los testimonios del Perú de los ochenta o los de la Venezuela y Argentina de hoy. 

Aún así, con su discurso falsamente nacionalista, la izquierda y los políticos cobardes que tienen miedo de quedarse fuera del juego, nos vuelven a encausar hacia el abismo. Esa es la trampa que nos promete la felicidad a la vuelta de la esquina con un discurso que asegura que las riquezas deben quedar para los peruanos y que esta se repartirá a todos por igual, cuando en realidad lo que se reparten son pobrezas y solo unos pocos (los amigotes de los gobiernos) multiplican su riqueza. Este discurso con olor naftalina, de ‘ideas muertas’ (como dice Moisés Naim), alejado del momento histórico, justo en una coyuntura en la que tenemos que enfocarnos en recuperar un futuro de prosperidad, cuándo debemos concentrarnos en dar un salto social y económico para volver a crecer y no quedar atrapados en la pobreza en medio de la revolución tecnológica que llevará al mundo a mayor bienestar y, que puede dejarnos atrás no solo en el subdesarrollo, sino en una condición de inferioridad que será imposible de revertir. (Ver en Lampadia: Revolución Tecnológica).

¡Ya no estamos para repetir los experimentos fracasados del pasado!

Nuestros políticos, sin embargo, parecen alinearse y dejarse llevar de las narices por la izquierda retrógrada. En vez de enfrentarla, de demostrar los peligros que encierra, en fin,  de cumplir con su papel, por miedo y oportunismo se suman al coro que la impulsa.  Como bien ha señalado Patricia del Río en su artículo “Se les ve el calzón”: “Hay temas que sirven para dejar a nuestra clase política en total evidencia. Con los fustanes al aire, dirían algunos. La posible explotación del lote 192 por Petroperú… en lugar de generar respuestas predecibles, esas que esperaríamos de nuestros líderes políticos de acuerdo con la ideología que defienden o la idea de Estado que proponen, de pronto desatan una ola de declaraciones insólitas, incomprensibles. (…) Lo que resulta casi seguro es que los políticos que se acaban de volver “estatistas” por un día (PPK, Toledo y Keiko) para ganarse alguito en las encuestas han dejado que se les vea el fustán, o mejor dicho el calzón, del oportunismo”.

Estos tres líderes debieran haber librado una batalla ideológica en la que explicaran a la población lo peligroso de medidas como esta. No solo se callaron sino que fueron reconvertidos. Una vergüenza sin nombre.

Tenemos que aprender de la batalla que libró a fines de los ochenta nuestro hoy Premio Nobel, Mario Vargas Llosa, seguido y apoyado por una valiosa generación de jóvenes liberales que sembraron las ideas de la modernidad y racionalidad. Ellos le dieron una nueva oportunidad al Perú que, fue aprovechada por los primeros años del fujimorismo con “que Dios nos ayude”  y la Constitución del 93 y, nos permitieron una innegable mejora social y el crecimiento de nuestra economía a lo largo de veinticinco años.

Como bien ha señalado Mauricio Rojas profesor de la Universidad de Lund en Suecia y miembro de la Junta Académica de la Fundación para el Progreso (Chile) en su lúcido artículo la Revolución peruana y el capitalismo de los pobres  recuerda que “El aporte de [Mario] Vargas Llosa a la exitosa transformación del Perú fue de primer orden, indicando el camino por el que el país finalmente transitaría para salir de su crisis. Desde 1987 se había volcado de lleno a la actividad política y fue candidato a presidente en 1990 proponiendo algo tan insólito en Perú —y en América Latina en general— como una revolución liberal que abriera su economía y liberara el potencial emprendedor de su pueblo condenado a la marginalidad por un Estado y una legalidad al servicio de las elites tradicionales. Era la alternativa del “capitalismo de los pobres”, como él la llamo, en vez del capitalismo cerrado y oligárquico del pasado”.

No fue Vargas Llosa, sino Fujimori quien ganó las elecciones, pero tuvo la lucidez, el pragmatismo y el tesón para echar a andar las reformas que se necesitaban. Entre ellas, las de sacar al Estado del rol empresarial y, por ello, privatizó los servicios públicas. Gracias a ello, hoy casi los 30 millones de peruanos tienen acceso a la telefonía, obtener un celular ya no es como sacarse la lotería.

Hoy más que nunca, en este momento en que el impulso del crecimiento se ha perdido, justamente por falta de consecuencia y por seguir recetas redistributivas y populistas, es urgente que se vuelva a catequizar a los peruanos con las ideas que nos llevaron al crecimiento. Y que como Rojas nos recuerde que “Para muchos, Perú [en 1990] estaba a las puertas de una revolución comunista, pero pasó justamente lo contrario: desde abajo y desde la marginalidad el pueblo peruano desencadenaría una revolución capitalista sin precedentes en la historia latinoamericana. Para ello fue necesario el genio de Mario Vargas Llosa, la ilimitada inescrupulosidad de Alberto Fujimori y el talento emprendedor de millones de peruanos“.

Sin esos cambios, especula Rojas “Si el Perú tuviese hoy el mismo porcentaje de pobres que en 2001 habrían 10 millones de pobres más de los que realmente hay, es decir, 17 en vez de 7 millones. A su vez, la distribución del ingreso ha evolucionado hacia mayores niveles de igualdad. Es decir, la porción del PIB que retienen los pobres ha aumentado consistentemente y, a su vez, la de los sectores más acomodados ha disminuido. Así, según los datos de la Cepal, el coeficiente de Gini ha disminuido de 0.54 a 0.44 entre 1999 y 2013, lo que hace del Perú una de las estados más igualitarios de América Latina.”

Lamentablemente, el mismo Vargas Llosa, que ahora disfruta de una nueva luna de miel, nos regaló en el 2011 un gobierno que está terminando con sabor a hiel.

Como manifestó Martín Pérez, Presidente de Confiep en los medios, lo que se está haciendo con el Lote 192 es lo mismo que se hizo con PDVSA en Venezuela y Petrobras en Brasil, “¿Es eso lo que queremos para el Perú?”.

El Perú necesita y espera mucho más de sus líderes. Nuestros jóvenes no quieren volver a pensar en emigrar allende nuestras fronteras.  Queremos discursos como los de Gloria  Álvarez contra el populismo. Un discurso en pro de los pobres y no en pro de los votos fáciles. ¡Basta de populismo, nos toca hacernos grandes! Lampadia




El poder de la blasfemia

El poder de la blasfemia

Por Mario Vargas Llosa

(La República, 19 de Abril de 2015)

 

Es poco menos que un milagro que Ayaan Hirsi Ali, una de las heroínas de nuestro tiempo,  esté todavía viva. Los fanáticos islamistas han querido acabar con ella y no lo han conseguido, y no es imposible que lo sigan intentando, pues se trata de uno de los más articulados, influyentes y valerosos adversarios que tienen en el mundo. Acaso tanto como sus ideas y su coraje, sea su ejemplo lo que atiza el odio contra ella de los militantes de Al Qaeda, el Estado Islámico y demás sectas fundamentalistas del Medio Oriente y del África. Porque Ayaan Hirsi Ali es una demostración viviente de que, no importa cuán estrictos sean el adoctrinamiento y la opresión que se ejerza sobre un ser humano, el espíritu rebelde y libertario siempre es capaz de romper las barreras  que se empeñan en sojuzgarlo.

Hirsi Ali nació en Somalia, en una familia conservadora, padeció la mutilación genital en la pubertad, y fue educada en Arabia Saudí y en Kenia dentro de la más severa observancia musulmana: llevó el hiyab, celebró la fatua que condenaba a muerte a Salman Rushdie, pero, cuando sus padres quisieron casarla con un lejano pariente en contra de su voluntad, se atrevió a huir y pidió asilo en Holanda. Allí aprendió el holandés, llegó a ser diputada por el partido liberal, y desde entonces comenzó una campaña, en la que no ha cesado hasta ahora, contra todo lo que hay de violento, intolerante y discriminatorio hacia la mujer en el Islam. En sus tres primeros libros se servía mucho de su propia autobiografía para mostrar los extremos de crueldad y ceguera a que podía conducir el fanatismo musulmán y a explicar las razones de su apostasía y ruptura con la religión de su familia.

En el que acaba de publicar en Estados Unidos, “Heretic. Why Islam Needs a Reformation Now” (que será editado en España por Galaxia Gutenberg con el título de “Reformemos el Islam”) critica, con su franqueza habitual, a los gobiernos occidentales que, para no apartarse de la corrección política, se empeñan en afirmar que el terrorismo de organizaciones como Al Qaeda y el Estado Islámico es ajeno a la religión musulmana, una deformación aberrante de sus enseñanzas y principios, algo que, afirma ella, es rigurosamente falso. Su libro sostiene, por el contrario, que  el origen de la violencia que aquellas organizaciones practican tiene su raíz en la propia religión y que, por ello, la única manera eficaz de combatirla, es mediante una reforma radical de todos aquellos aspectos de la fe musulmana incompatibles con la modernidad, la democracia y los derechos humanos.

Esta transformación, que Hirsi Ali compara con lo que significaron para el cristianismo las críticas de Voltaire y la reforma de Lutero, consistiría en modificar cinco conceptos que, a su juicio, mantienen al Islam detenido en el siglo séptimo: 1) la creencia de que el Corán expresa la inmutable palabra de Dios y la infalibilidad de Mahoma, su vocero; 2) la prelación que concede el Islam a la otra vida sobre la de aquí y ahora; 3) la convicción de que la sharia constituye un sistema legal que debe gobernar la vida espiritual y material de la sociedad; 4) la obligación del musulmán común y corriente de exigir lo justo y prohibir lo que considera errado, y 5) la idea de la yihad o guerra santa. A quienes se preguntan qué quedaría del Islam si éste renunciara a esos cinco pilares de su fe, Hirsi Ali responde que el cristianismo, antes de la reforma protestante, no era menos sectario, intolerante y brutal, y que sólo a partir de esta escisión la religión cristiana inició el proceso que la llevaría a separarse del Estado y a la coexistencia pacífica con otras creencias, gracias a lo cual prosperaron las libertades y los derechos civiles en el mundo occidental.

Más todavía, en los últimos capítulos de su libro, Hirsi Ali ofrece un detallado registro de reformadores –clérigos, profesores, intelectuales, políticos, periodistas– que, tanto dentro como fuera de los países musulmanes, según ella, han puesto ya en marcha esa reforma. Ella contaría con la callada solidaridad de gran número de creyentes –entre ellos, muchísimas mujeres– conscientes de que sólo gracias a esa puesta al día de su religión, podrían sus países abrazar la modernidad y salir del atraso medieval que significa, en pleno siglo XXI, seguir lapidando a las adúlteras, cortando las manos a los ladrones, decapitando a los impíos y apóstatas y considerando que, ante la ley, el testimonio de una mujer vale sólo la mitad que el de un hombre. Con mucha razón, Hirsi Ali exhorta a los gobiernos y a las dirigencias políticas de los países democráticos a dar su apoyo a quienes, arriesgando sus vidas, libran esa difícil batalla religiosa y cultural, en vez de, por razones de Estado, amparar a regímenes despóticos como el de Arabia Saudita donde perviven aquellos horrores, y otros no menos atroces, como los llamados crímenes de honor: el padre o los hermanos que asesinan a la mujer violada pues esta violación “deshonró” a la familia de la víctima.

Nada me gustaría más que creer, como dice Hirsi Ali, que esta reforma ya ha comenzado y que, en todos los países musulmanes, esa espesa tiniebla religiosa que envuelve en ellos la vida ha empezado a disiparse. Lo que me hace dudar son los ejemplos contrarios –la agravación del fanatismo y el atractivo irresistible que para tantos adolescentes y hasta niños ejercen las organizaciones terroristas– de los que da cuenta su libro. Son tan numerosos y están descritos con tanta precisión que la impresión que uno saca de esas páginas es más bien la opuesta. Es decir, que en vez de un proceso de liberación muchos de esos países, como demuestra el fracaso de la llamada primavera árabe, en vez de acercarse a la modernidad sacudiéndose de anacrónicas y sangrientas creencias, son éstas más bien las que parecen renacer, robustecerse e infectar a buena parte de la sociedad. Ella misma cuenta cómo, con la excepción de Túnez –donde el proceso de laicización parece haber prendido de veras– en ciudades como Bagdad, donde hace veinte y treinta años retrocedía el velo y muchas mujeres mostraban los cabellos y se vestían a la manera occidental, ahora es muy raro ver a alguna que no lleve el hiyab.

El caso de la propia Hirsi Ali es también muy elocuente. Cuando en Amsterdam el cineasta Theo van Gogh fue asesinado en 2004, el asesino, Mohammed Bouyeri, clavó en el pecho de su víctima una carta a Hirsi Ali advirtiéndole que ella sería la próxima asesinada por traicionar al Islam. En vez de solidaridad, ella se vio amenazada por la ministra de Inmigración de Holanda, una señora de mandíbula cuadrada llamada Rita Verdonk, de perder la nacionalidad holandesa y sus vecinos le pidieron que abandonara el piso donde vivía, pues los ponía en peligro de padecer un atentado. Ahora mismo, en Estados Unidos, donde vive, es objeto de críticas muy duras de supuestos “liberales” que la acusan de “islamófoba” y,  en el seminario que dicta en la Universidad de Harvard, no es raro que se inscriban alumnos y alumnas que lo hacen sólo para poder insultarla. Debe, por eso, vivir permanentemente protegida.

Lo extraordinario es que nada de eso parece hacerle mella. Ayaan Hirsi Ali, a juzgar por este cuarto libro, prosigue, vacunada contra el desaliento, ejerciendo lo que llama “el poder de la blasfemia”, su campaña contra el fanatismo y la estupidez que envilecen nuestro tiempo y lo llenan de  cadáveres, convencida de que la sensatez y la razón terminarán por imponerse a la irracionalidad y el espíritu de la tribu. Dos veces en mi vida he tenido ocasión de oírla hablar. La primera en Holanda y, la segunda, varios años después, en Washington. En ambos casos la oí exponer sus tesis con una solvencia intelectual de gran empaque y, a la vez, con una suavidad y una elegancia que daban todavía más fuerza persuasiva a aquello que decía. Y, en ambos, pensé lo mismo: qué extraordinario que sea una somalí, educada en Arabia Saudita y en Kenia, capaz de romper con el oscurantismo y la barbarie que quisieron imponerle, quien defienda con tanta convicción y tanto fuego la cultura de la libertad, la mejor contribución del Occidente al mundo, ante unos auditorios de occidentales apáticos y escépticos, que ignoran lo privilegiados que son y el tesoro que poseen, y que tenga que ser Ayaan Hirsi Ali, después de pasar por el infierno, quien venga a recordárselo.