1

Habilidades para un mundo impredecible

Por: León Trahtemberg
Diario Correo, 26 de Mayo del 2023

En un mundo cada vez más incierto y lleno de sorpresas, es importante desarrollar habilidades humanas que nos permitan adaptarnos a los cambios y enfrentar desafíos impredecibles.

La eficiencia no funciona en un mundo en constante evolución y los expertos temen hacer predicciones a largo plazo debido a la cantidad de sucesos inesperados que han ocurrido en los últimos años.

Siendo así, ¿qué tipo de talentos debemos procurar? Pasar del “just in time” al “just in case”. Por ejemplo, para enfrentar las próximas pandemias. No sabemos cuándo, dónde y de qué tipo será, por lo que no se puede planificar eficientemente para una de ellas, pero sí se puede estar preparados para cualquiera de esos escenarios desarrollando múltiples vacunas para múltiples escenarios sabiendo que no se podrá predecir cuáles se usarán. Es aconsejable la diversificación, la preparación previa, la imaginación, la valentía para experimentar y la capacidad para aprender. Todas ellas son habilidades clave que nos ayudarán a ser más resilientes y preparados ante los desafíos inesperados y no predecibles.

Si embargo, nuestra creciente dependencia hacia la tecnología debilita esa opción. La tecnología nos empuja a lo predecible y estandarizado pero vivir en base a patrones y rutinas socava nuestra capacidad de adaptación y respuesta en un mundo infinitamente sorprendente. Nuestra creciente dependencia hacia la tecnología e inteligencia artificial puede estar debilitando estas habilidades de aquello que queda fuera, que no se puede medir ni programar por lo que éstas deben ser acentuadas a través de la educación.




El “voucher educativo” en debate

Por: José Dextre Chacón
El Comercio, 23 de Mayo del 2023

“Diversas investigaciones validan que la experiencia del voucher educativo contribuyó a generar una cultura de la calidad”.

Es usual que en políticas de Estado nuestros referentes den sus opiniones a las innovaciones propuestas según la ubicación ideológica del proponente; es decir, si “está a la izquierda o a la derecha”, sin siquiera ofrecer la posibilidad de un diálogo. Esto está sucediendo con la propuesta del “voucher educativo”, ante la que voceros de uno u otro sector han salido a enfrentarse en función a la posición política del proponente y no después de analizar la propuesta, como debiera ser.

El proyecto del “voucher educativo” es aquel que propone que el Estado cumpla con la obligación de dar educación gratuita a los ciudadanos no ofertando por sí mismo el servicio, como es usual ahora, sino trasladando esa tarea a un privado. Es decir, el Estado asume el pago de la pensión del estudiante en un colegio privado, un colegio que el ciudadano elige para la educación de su hijo, y deja de ser gestor del servicio completo: el que pone la infraestructura, gestiona docentes y ofrece la programación de clases.

Para ir más allá del prejuicio ideológico, analicemos la propuesta misma. ¿Por qué hacer esta innovación en nuestro país, tal y como se ha hecho en otros? Acaso porque el Estado ofrece colegios cuya infraestructura es deplorable desde hace décadas, o porque sus docentes, según investigaciones elaboradas incluso por exmiembros del Consejo Nacional de Educación, presentan gravísimas deficiencias en formación, compromiso y exigencia.

Los opositores al voucher afirman que ha fracasado en Suecia y que allí, como en otros países ricos, los colegios públicos constituyen el 90% de la oferta. Sin embargo, diversas investigaciones validan que la experiencia contribuyó a generar una cultura de la calidad que gozó del apoyo del docente sueco, pese a que sufrió la férrea oposición de la izquierda (Bote, 2007). Por otro lado, las investigaciones afirman que la implementación del voucher educativo ha contribuido a mejorar hasta en un 60% el aprendizaje de escolares en países como Liberia (Romero et al, 2020). Del mismo modo, en Chile demuestran efectos positivos con relación al logro de competencias en el proceso educativo (Contreras et al, 2005), y en otras recientes se señalan los éxitos del voucher en Chile, EE.UU., Holanda y Suecia (Zablotsky, 2019).

A los críticos no les interesa el perjuicio social que la mala calidad de los colegios públicos ocasiona en casi siete millones de niños y adolescentes que estudian en ellos, el 75% de la población estudiantil. Privilegian el paradigma que rechaza la inversión privada, pese a que la educación universitaria ha demostrado que el 70% de las universidades en el ránking de excelencia de la Sunedu son privadas y, dentro de ellas, casi la mitad son societarias (con fines de lucro). Dicen que se quitarán recursos a la educación pública sin pensar en los ahorros y mejoras en la gestión docente y administrativa que la implementación del voucher traería, al trasladar la ineficiente supervisión actual de la calidad de las UGEL (Unidad de Gestión Educativa Local) a un promotor-director de colegio privado que pondrá su mayor esmero en demostrar calidad a los padres de familia.

El voucher implica que cada familia es dueña del dinero que financiará su educación. El Estado puede (debe, desde mi opinión) definir un tope a la pensión a pagar que debería ser similar al costo real que el Estado asume para ofrecer la misma educación. El Estado puede definir dónde aplicarlo, como en zonas de pobreza con deficiente educación pública, y seleccionar a los ofertantes (colegios privados locales que cumplan con las condiciones básicas de calidad, por ejemplo). Se promueve así la competencia por la calidad y, en esa línea, se debería premiar al colegio público que incrementará su matrícula demostrando que es mejor que el privado.

No hay verdades únicas. Dialoguemos para lograr mejoras que transformen la educación y, por ende, la cultura de nuestra sociedad, con análisis profesionales y documentados. Sabemos que la educación pública es deficiente, y que su infraestructura y calidad docente maltrata a sus alumnos, generando resentimientos sociales. Atrevámonos a dialogar para innovar y mejorar nuestra sociedad.




La educación en el Perú es desintegradora

En economía social de mercado y democracia liberal

Jaime de Althaus
Para Lampadia

La presidenta Dina Boluarte advirtió en un discurso dado hace unos días en un evento por el día de las Mype, que “aquel maestro que use sus horas de enseñanza en generarles ideología o política a nuestros niños estará entrando en un proceso administrativo para que se le pueda retirar de las aulas de clase”. Y agregó que los profesores deben tener “la capacidad pedagógica y no política o ideologizada, donde tengan que confundir la mente de nuestros niños. A los profesores se les paga por enseñar pedagógicamente sus materias y no políticamente sus materias”.

Es posible que este anuncio haya sido motivado por el desfile de niños de primaria en Azángaro, Puno, en el que se entonaban cánticos contra la presidenta. Pero el asunto en realidad es más profundo que esa manipulación coyuntural condenable producida en el contexto de una lucha política.

Como es sabido, el magisterio público en el Perú ha estado dominado desde hace décadas por el SUTEP de Patria Roja. Y Patria Roja tiene una ideología claramente marxista-maoísta. Recordemos que el propio Sendero Luminoso empezó su infiltración a través del magisterio en Ayacucho. Ahora mismo el organismo generado más importante del neosenderista Movadef es el Fenate, sindicato de maestros que fue reconocido por el gobierno de Castillo y que le disputa al SUTEP el liderazgo magisterial.

Lo cierto es que en los últimos 40 años una proporción sin duda no desdeñable de maestros ha transmitido en las aulas una interpretación de la realidad nacional basada en esa ideología, y lo sigue haciendo. Para nadie es un secreto la importancia de la educación en la formación del Perú como nación y en la viabilidad misma del país. La educación pública es la gran formadora de la cultura nacional, es decir, del sistema de creencias y valores que integran (o desintegran) a la nación.

Y es particularmente importante en un país que era predominantemente rural y andino hasta la década del sesenta del siglo pasado. Recién en el censo de 1972 la población urbana pasa adelante, gracias a las masivas migraciones. Pero esa misma población migrante en las ciudades mantiene valores comunales y familiares, aunque lamentablemente instrumentalizados para formar argollas o grupos de captura de espacios en una sociedad que, precisamente, nunca logró integrarse. La altísima informalidad es la mejor prueba.

La educación nacional fracasó en crear una cultura integradora. En una sociedad tradicional y premoderna como era y sigue siendo en alguna medida la peruana, creencias locales y valores religiosos y de reciprocidad parental mantenían unida a las comunidades o a grupos sociales relativamente pequeños y autocontenidos. Pero cuando se establece un mercado y una sociedad nacionales, es la educación pública la que cumple la labor de infundir una cultura nacional integradora, que haga que los futiros ciudadanos se sientan parte ya no solo de sus comunidades locales, sino de la comunidad nacional.

El problema es que esa nueva cultura, esa creación cultural nacional, se ha dado dentro de los cánones de la cosmovisión marxista. No necesariamente en los textos, pero sí en las aulas. Lo que se transmite allí es que hay clases y empresas opresoras, que la democracia puede ser la dictadura de la burguesía o de los poderosos, y que el mercado es una forma de expoliación.

El problema es que la visión de la economía como un juego de suma cero, donde lo que ganan unos lo pierden otros, corresponde a lo que era la economía tradicional auto consumista en las comunidades rurales del Perú. En una economía precapitalista que no crece, solo se puede crecer a costa de otros. Calza perfectamente con la ideología de la lucha de clases, donde los ricos se enriquecen a costa de los pobres. Eso es lo que se infunde. Y coincide con la experiencia tradicional.

Pero el mercado es todo lo contrario. En el mercado solo se puede crecer si los demás crecen. Entonces, la creación de una cultura integradora nacional debe partir no solo de los valores patrióticos y de los héroes y símbolos nacionales, sino de entender qué implica una economía social de mercado, que supone una experiencia radicalmente distinta a la tradicional. El mercado es el integrador por excelencia, y sus valores son los del esfuerzo, el conocimiento y la meritocracia. Eso debería calzar con la experiencia del emprendedor heroico que sale adelante sobre la base de su sacrificio personal y familiar.

Se requiere de un programa de capacitación a los maestros en economía social de mercado y en los valores implícitos en una democracia liberal. Empresarios por la Educación y otras organizaciones deberían procurarlo.

Lampadia




Discutible enfoque por competencias

Por: León Trahtemberg
Correo, 19 de Mayo del 2023

En la educación, hay ideas que se aceptan sin cuestionar aunque estén basadas en evidencia insuficiente y terminen siendo contraproducentes, como por ejemplo la pontificación de las pruebas PISA como la súper evidencia internacional sobre la calidad de la educación de los países evaluados y rankeados. Otro ejemplo es el del aprendizaje por competencias, que se basa en desempeños observables a partir de estándares que señalan las expectativas de aprendizajes. Eso supone que existe un consenso respecto a cuáles son las competencias necesarias para tener éxito y la presunción de que son las mismas para todos. Sin embargo, enfatizar las habilidades prácticas y técnicas puede ser relevante para el mundo laboral, pero no tiene por qué serlo para los aprendizajes escolares. Reducir la educación a lo que es observable, examinable y medible en el corto plazo dentro de ciertas áreas curriculares descuida objetivos más amplios como el crecimiento personal y la ciudadanía responsable.

La medición de los resultados de aprendizaje no es una medida precisa del valor de la educación. Si se utiliza para premiar o castigar a los alumnos o docentes, se reduce la educación a objetivos estrechos y medibles que perpetúan las desigualdades. Esto descuida aspectos importantes aunque menos visibles como la personalidad, seguridad, socialización, creatividad, empatía y el pensamiento crítico y ético.

La educación debe tener objetivos amplios y variados que promuevan el desarrollo holístico de los estudiantes, en lugar de reducirse a objetivos estrechos y medibles que pueden ser contraproducentes.




El mundo cambia rápidamente, ¿y la educación?

Por: Jorge Yzusqui
Perú21, 19 de Mayo del 2023

“Debemos darle la estabilidad y autonomía a la gestión, convocar a los mejores talentos con una gran capacidad de ejecución para llevar adelante un plan de largo plazo”.

Los últimos años nos mostraron un mundo lleno de incertidumbre y constante cambio. Una pandemia que paralizó el mundo, crisis políticas, climáticas y sociales son parte del día a día a nivel mundial y están modificando nuestra forma de vivir. En un contexto en el que, además, debemos sumar procesos de transformación digital que se integran a nuestra vida, surge de manera inevitable preguntarnos: ¿Qué retos y desafíos se presentan en el sector educación?

Lo primero que debemos repensar es: ¿Qué le enseñamos a los estudiantes para que enfrenten con éxito esta nueva realidad?, ¿cómo los evaluamos?c ¿cómo integramos tecnologías como la inteligencia artificial en los procesos de aprendizaje?, ¿cómo preparamos a nuestros maestros para este nuevo mundo?

No son preguntas fáciles de resolver, más aún, cuando nuestros sistemas educativos están en crisis, no son ágiles y tienen problemas de gestión. Sin embargo, es una tarea que debemos abordar. Debemos darle la estabilidad y autonomía a la gestión, convocar a los mejores talentos con una gran capacidad de ejecución para llevar adelante un plan de largo plazo, que nos permitan enfrentar los retos de hoy.

Teniendo en el sector educación grandes problemas por resolver como la deficiente infraestructura, la capacitación docente, la educación rural y otras más; se hace más importante la gestión para organizar el Minedu y que tenga la capacidad de responder a las necesidades urgentes que tenemos. Tener una mirada de largo plazo para diseñar un sistema educativo que enfrente los desafíos de las nuevas realidades tecnológicas y de cambios en nuestra forma de vida.

Esta no es una tarea solo del Minedu, también es importante que el Congreso de la República se involucre en la búsqueda de una solución y proporcione los marcos jurídicos que permitan que la gestión en este sector goce de estabilidad y autonomía.




El Congreso, el terrorismo y la educación

Por: León Trahtemberg
Diario Correo, 12 de Mayo del 2023

El Congreso peruano aprobó una ley que busca incluir contenidos sobre la historia del terrorismo en el país en el currículo escolar. Pretende fortalecer los valores patrios y enseñar la verdad histórica. Sin embargo, surge el debate sobre cómo enseñar adecuadamente la historia del terrorismo de manera objetiva y sin sesgos políticos

La propuesta requiere un enfoque multidisciplinario que promueva la construcción de memoria colectiva y su implementación plantea interrogantes sobre cómo capacitar a los docentes para abordar el tema y fomentar el pensamiento crítico en los estudiantes.

A menudo, los congresistas no comprenden la dimensión pedagógica y la complejidad del tratamiento de estos temas y suponen que la versión oficial es objetiva. Sin duda el terrorismo es inaceptable, pero existe el temor de que analizar las falencias del estado como causante de malestar social sea interpretado como justificación del terrorismo, así como preocupación por transparentar los crímenes cometidos por agentes estatales.

Una educación basada en verdades oficiales distorsionadas socava la credibilidad y la confianza entre educador y estudiante, limitando la formación democrática, porque el reconocimiento crudo de crímenes y errores históricos es fundamental para una educación democrática.

El Congreso debe considerar las implicaciones de introducir un tema polémico en el currículo sin abordar aspectos como la capacitación docente y la enseñanza imparcial.

La educación no debe complacer a los políticos, sino buscar la formación de ciudadanos informados, críticos y democráticos.




Dos proyectos que destruyen la meritocracia

Jaime de Althaus
Para Lampadia

La semana pasada la Comisión de Educación del Congreso aprobó dos proyectos de ley que atentan gravemente contra la meritocracia en el magisterio. Es decir, contra la educación de los niños y jóvenes y contra el futuro del país.

En uno de ellos se dispone el nombramiento extraordinario de los docentes contratados en los Institutos y Escuelas de Educación Superior Tecnológicas y Pedagógicas públicas, es decir, un nombramiento automático, sin concurso público de méritos, contraviniendo no solo solo la Ley de Institutos y Escuelas de Educación Superior, sino la norma para el ingreso a cualquier institución en la administración pública, que requiere concurso público. Una de las consecuencias es que se excluye a miles de profesionales capacitados que podrían postular por una plaza vacante.

Esta fue la votación para ese dictamen:

Roberto Chiabra nos explica que votó a favor del dictamen porque hace muchos años que no se han abierto vacantes en los institutos. Pero si se abren plazas el acceso a ellas debe ser por concurso, no por nombramiento automático. Eso rompe el principio meritocrático que debería ser inviolable si queremos mejorar la educación y el país.

El otro proyecto de ley aprobado en la Comisión es el que establece que los profesores que se desempeñaron como directores o subdirectores en Instituciones Educativas y que fueron retirados por la Resolución de Secretaría General N° 2074-2014-MINEDU, pueden acogerse a un concurso excepcional para poder retornar a sus cargos.

Esto desvirtúa claramente la Carrera Pública Magisterial según la cual los profesores, para acceder a un cargo de director o subdirector, deben pasar por un concurso a nivel nacional en el que solo pueden participar profesores nombrados ubicados como mínimo en la tercera escala magisterial y con trayectoria y experiencia suficientes de modo que terminen ocupando los cargos quienes obtienen mejor puntaje en el concurso. No es posible que se establezca un concurso excepcional para profesores que ya fueron retirados y en el que, por añadidura, tampoco compitan con otros acaso mejor preparados.

Esta fue la votación para este dictamen:

La meritocracia es un principio que debería ser prácticamente sagrado. Violarlo es favorecer a personas eventualmente no calificadas en perjuicio de la calidad de los servicios públicos y del aprendizaje de los estudiantes en este caso. La meritocracia es la única garantía que los recursos del Estado, que son de todos los peruanos, se gastarán con un resultado positivo para la sociedad en su conjunto. No se puede hacer concesiones en este terreno. Esos proyectos no pueden ser aprobados. Lampadia




Grandes aumentos al magisterio

Hugo Díaz Díaz
Para Lampadia

Desde que se inició la aplicación de la carrera pública magisterial las distintas administraciones de gobierno han hecho notables esfuerzos para mejorar las remuneraciones de estos profesionales. Un indicador de ese esfuerzo es que, en el período 2008-2022, en valores constantes el piso salarial de un docente del primer nivel magisterial, con jornada de 30 horas, se incrementó en 44%. Además, las diferencias remunerativas entre los docentes con mayor y menor remuneración que eran del cinco por ciento ahora son más del doble. Asimismo, las remuneraciones del docente estatal peruano son igual de competitivas como las de Argentina, Ecuador, México, aunque todavía por debajo de Colombia, Chile y varios de los estados de Brasil.

Este año, las remuneraciones en la carrera pública magisterial fluctúan entre 2,850 soles, para los docentes de la primera escala con jornada laboral de 30 horas, y 7,980 soles para los que pertenecen a la octava escala con jornada de 40 horas.

Aunque casi no hay docentes en las últimas escalas, se destaca que un docente de la quinta escala tiene una remuneración base de 4,275 y 5,200 soles, dependiendo si su jornada es de 30 o 40 horas. Adicionalmente, quienes asumen cargos de dirección, subdirección, jerárquicos o de especialistas reciben una asignación adicional que fluctúa entre 28% y 37%. Siguiendo con el ejemplo de un docente de la quinta escala, si trabaja en una escuela que opera mañana y tarde, su remuneración mensual llega a casi 7 mil soles.

El atractivo de las remuneraciones que paga el Estado a sus docentes está motivando a una cantidad importante de los que trabajan en el sector privado a postular en los concursos de ingreso a una plaza en escuela pública. Hace dos años, la Encuesta Nacional de Hogares advertía que el salario promedio de los docentes de Estado era cerca de 20% superior al del sector privado y que las brechas con relación a lo que ganan trabajadores de otras profesiones se han reducido.

Los beneficios para el magisterio estatal no se limitan a una mejor remuneración. Tienen derecho a dos meses de vacaciones frente a un mes en la escuela privada; se jubilan a los 65 años y no a los 70 años como en el sector privado; y los que trabajan en aula, que son la gran mayoría, tienen una jornada laboral de 30 horas pedagógicas a la semana equivalentes a 25 cronológicas, en tanto que en el sector educativo privado la jornada es de 35 a 40 horas cronológicas. Es importante destacar que en otros países de la región latinoamericana las jornadas laborales que regularmente tienen el profesorado están en un promedio de 40 horas semanales.

Siendo meritorio el esfuerzo realizado por el Estado, surgen algunas inquietudes sobre la política remunerativa docente. Una primera es que, cuando se diseñó la carrera pública magisterial, se asumió como uno de sus principios básicos que las mejoras remunerativas deberían basarse en el mérito y que su aplicación debía ser el filtro para que en la docencia pública estén los mejores. Ese criterio quedó limitado únicamente a los concursos para promociones de cargo y ascensos de escala, no así para los aumentos generales, lo que termina siendo un incentivo perverso pues el aumento general llega por igual a los maestros responsables como a los que no cumplen a cabalidad sus obligaciones.

Una segunda preocupación en la política remunerativa docente se relaciona con el bajo porcentaje de los que aprueban las evaluaciones de selección para lograr un nombramiento, que en buena medida asegura estabilidad laboral. El principio de ser riguroso en la selección no está en discusión, así logren aprobar alrededor del 5% de los postulantes. El problema está en que al no cubrirse la necesidad de nuevas plazas, muchos de los docentes desaprobados en el nombramiento ingresan al sistema vía los contratos. Las normas ahora establecen que no hay diferencia en las remuneraciones de un docente nombrado y uno contratado.

Hemos destacado el esfuerzo financiero que ha significado la mejora salarial de los docentes de la carrera pública magisterial. La pregunta es si ese esfuerzo pudo ser menor si la creación de nuevas las plazas docentes hubiese sido administrada con mejor criterio. Tomando datos de la estadística oficial se observa que durante el período 2008-2022 la matrícula estatal de educación básica regular se incrementó en 375,912 estudiantes, mientras que los docentes aumentaron en 96,201. Significa que por cada cuatro nuevos estudiantes se creaba una plaza docente. Si bien había necesidad de reducir la relación estudiante por profesor en la educación inicial (33.2 en 2008), poca consideración tuvieron las orientaciones que el Ministerio da a sus instituciones educativas sobre la relación alumnos por profesor que en la educación inicial debe ser 25 y en primaria y secundaria 30.

La posibilidad que una sociedad tenga una buena educación reposa, en gran medida, en la calidad de sus maestros. Es la lección que nos dan los países que lideran las evaluaciones internacionales de estudiantes. En el Perú, con acierto, la carrera pública magisterial ha sido el mecanismo adoptado para contar con buenos maestros, pero lo deseable sería que su aplicación retome los cauces que sirvieron de inspiración para diseñarla. Es posible que los criterios utilizados para evaluar el desempeño hayan pecado de excesiva sofisticación sin tener en cuenta que puede hacerse con procedimientos más sencillos y que tengan como finalidad principal que los estudiantes aprendan lo que deben aprender. Avanzar en tener jornadas laborales similares a las que tienen otros trabajadores o los docentes de otros países de América Latina es un diálogo que debe empezar con los maestros.

Finalmente, no se olvida que a una gran mayoría de promotores de la educación privada les corresponde encarar el desafío de nivelar gradualmente las remuneraciones de sus docentes con las que tienen los del sector público y que comienzan a ser estadísticamente distantes. Lampadia




Empresarios se quejan de la educación

Por: León Trahtemberg
Diario Correo, 5 de Mayo del 2023

Una de las paradojas más dolorosas para los profesionales y empresarios es la del divorcio entre las empresas que buscan profesionales y técnicos calificados, que no están satisfechas de los profesionales y técnicos que se ofrecen para ser empleados por dichas empresas. Ambos se quejan. Unos, de no encontrar en el mercado lo que buscan. Los otros, de no ser considerados aptos para los empleos a los que postulan. ¿Qué falencias señalan los empleadores?

1). Carencia de habilidades básicas de lectura y escritura, leer y entender instrucciones, ejecutar lo solicitado por escrito

2). Limitadas habilidades técnicas para manejar y reparar maquinaria y otros equipos importantes en sus trabajos con los que no están familiarizados.

3). Deficiencias en habilidades socioemocionales para trabajar colaborativamente en equipos, comunicarse efectivamente, tomar iniciativa y ejercer el liderazgo en el momento apropiado, y sobre todo resolver problemas que no están resueltos en los manuales

4). Dificultades para la adaptación inicial al entorno de trabajo y para aprender rápidamente y por iniciativa propia las habilidades requeridas para el trabajo.

La pregunta que cae por su peso es qué experiencias en la educación escolar y en educación superior favorecen el desarrollo de esas habilidades, y hasta qué punto el modelo educativo vigente más bien se constituye en un freno para esos aprendizajes.

Una educación que tiene a la vista la dimensión laboral de los egresados, está obligada a reformular el enfoque educativo vigente activando aquello que expanda las opciones laborales de los egresados.




Nuestros niños en peligro

Por: Adolfo Bazán Coquis
El Comercio, 4 de Mayo del 2023

“Tal vez si todos diéramos pasos más firmes en la prevención, en exigirnos ser más formales, tendríamos menos noticias como estas”.

En días pasados, quienes tenemos chicos en edad escolar hemos sido testigos a través de los medios de comunicación y las redes sociales de varias informaciones que nos han conmovido y erizado la piel. Noticias que han removido nuestros temores y miedos ante la sola posibilidad de que algo malo les pueda pasar a nuestros hijos cuando salen de casa para ir al colegio.

Una niña de tres años que fallece en su nido de Surco asfixiada “por obstrucción de la vía aérea por contenido alimentario” (se habría atragantado mientras comía una fruta). Un profesor separado de un colegio de Barranco que poseía material sexual en su celular y que contaba con antecedentes de pornografía infantil. Doce menores que sufrieron golpes al volcarse la minivan que los trasladaba y que carecía de autorización para brindar ese servicio. Un estudiante de 16 años apuñalado por un compañero a la salida de su colegio en Los Olivos tras un altercado en el salón de clase.

Historias distintas con diferentes desenlaces, pero que hasta cierto punto pudieron prevenirse. Pensemos en cada caso. En el de la pequeña, la primera pregunta es si el personal docente había recibido capacitación en primeros auxilios; concretamente, de la maniobra de Heimlich, y si se tuvo el temple requerido ante la emergencia. Por lo pronto, el plantel, en una primera respuesta, ha ofrecido rediseñar sus protocolos de actuación e implementar cámaras de seguridad en los salones.

En el caso del profesor de Barranco, las autoridades educativas estaban al tanto de las denuncias que este acarreaba, pero solo lo separaron preventivamente y lo reubicaron en labores administrativas hasta que volvió a los salones. El principal argumento sería que, como no hubo sentencia confirmada, no había razón legal para que no siguiera dictando clases. Por ahora, la movilización de los padres de familia ha logrado nuevamente su separación, pero nada garantiza que esta sea permanente.

Lo del vehículo siniestrado está claro: el chofer que lo conducía se encuentra habilitado para prestar el servicio de movilidad escolar, pero la unidad no había sido registrada en la base de datos de la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU). Es decir, era informal. Luego del accidente, la ATU envió una carta al colegio con una severa amonestación por permitir este funcionamiento.

Finalmente, el episodio del menor atacado con un arma blanca expone la gravedad y extremos a los que pueden llegar los casos de ‘bullying’ y de agresión. Además, no solo estaríamos ante un problema de salud mental, sino ante uno de inseguridad ciudadana, pues el atacante –según refieren los familiares de la víctima– ya contaba con antecedentes de violencia. Es decir, se conocía que arrastraba consigo problemas serios de conducta.

Está claro que algo más pudo haberse hecho para prevenir que estos episodios ocurrieran. Quizás un poco más de recelo y atención, más espacio a la iniciativa y la precaución, mayores cuidados o más firmeza a la hora de aplicar las normas. Y es también evidente que las soluciones no pasan por recluir a nuestros hijos en casa ni escudarnos en la virtualidad para su aprendizaje. Ni tampoco en transmitirles un temor permanente o que carguen la mochila de la desconfianza en todo momento.

Tal vez si padres de familia, autoridades, docentes y estudiantes diéramos pasos más firmes en la prevención, en exigirnos ser más formales, en actuar como una comunidad educativa, tendríamos menos noticias como estas que despiertan atávicos resquemores. Pero mientras maduramos en ello, solo nos queda ampararnos en las recomendaciones que les damos a nuestros niños cada vez que vayan a clases. Y abrazarlos y decirles que los queremos a su partida y a su retorno, que un poco de amor diario siempre nos hace más humanos.




Gastronomía literaria

Jaime Spak
Para Lampadia

En el artículo que publique la semana pasada, dentro de las bondades del Perú, me réferi a su excelente gastronomía.

Hace un par de semanas mi buen amigo Eduardo de la promoción UNI 68, envió un chat que me dio la idea para escribir este artículo.

Se refería a todos los modismos que usamos frecuentemente cuando conversamos y para dar a entender situaciones cotidianas usando nombre de frutas, vegetales, comidas, etc.

Me voy a permitir este divertimento para compartirlo con ustedes.

¡Que piña!: que mala suerte lo que le sucedió a fulano.
Habla causa: cuéntame.
Estoy asado: cuando estas de mal humor.
¡Esta palteado!: cuando una persona esta complicada.
No seas zanahoria: se refieren a alguien demasiado conservador, que no se atreve a aceptar situaciones diferentes.
¿Cuál es tu cau cau? qué problema tienes conmigo.
Que lenteja: Una persona que no va a la velocidad que uno espera.

¡Qué papaya! Algo sumamente fácil de resolver.
Tirarse la pera: En nuestras épocas era faltar a clase.
Como cancha: Pregúntenle a Acuña, que tiene plata como cancha. Cuando se tiene mucho de algo.
Agarrar camote: Cuando te enterneces con alguien.
Que churro: se refiere a un hombre guapo.
Que yuca: algo sumamente difícil de resolver, como cuando estabas en la universidad y el examen era muy complicado.

Que buenas yucas: Una mujer de buenas piernas.
Lomazo: Mujer muy guapa.
Es Mantequilla: cuando algo es muy fácil o cuando jugábamos fulbito y poníamos en nuestro equipo al menos hábil y era la mantequilla.
Que buen queque: el trasero perfecto de una chica.
Hasta las caiguas: Cuando todo ha salido mal.
Hasta en la sopa: se dice de la persona que se aparece cuando menos lo esperas. O de alguien a quien vemos con demasiada frecuencia.

Mala leche: una persona que tiene malas intenciones y siempre trata de hacer lo incorrecto al prójimo.
Arroz con Mango: Algo imposible de entender cuando se explica cualquier teoría y se enreda al momento de contarlo.
Me cae Quaker: alguien que definitivamente cae mal.
Estoy frito: Cuando una persona está muy complicada por una situación que pensaba podía superarla.
Mezclar papas con camotes: cuando enredas tanto lo que dices que se convierte en algo insólito pues se usa argumentos de diferente tipo para explicar algo.

Tiene varios anticuchos: Se dice de los políticos que tienen antecedentes.
Es una chanfaina: Algo imposible de entender.
Ni chicha ni Limonada: cuando das la opinión de alguien que es neutro.
Que tal turrón: dícese de los que tienen mal aliento.
Falta un huevo: Cuando lo que estas apreciando le quedan muchos minutos u horas por acabar.
¿Picaron no?: Dícese de la persona que le gusta adular o enamorar.

Que chicha quieres: Cual es tu cau cau.
Pan con pescado: Cuando un jugador de futbol es fauleado por contrincantes, uno por delante y el otro por detrás.
Platanazo: Dícese de la persona que es lenta y no muy inteligente.
Estas hecho un camarón: Cuando has tomado demasiado sol y te ha dado una insolación de aquellas.
Hagamos una chanchita: Cuando juntas dinero con un grupo de amigos para comprar algo.

Que pavo: dícese de la persona cuyos comentarios son intrascendentes.
No tiene un mango: Una persona sin dinero.
Gallina vieja da buen caldo: se refiere a las mujeres maduras guapas.
Una Lorna: Se refiere a la persona que se sabe que no es ducho en lo que hace y te enfrentas y le ganas.
Que tal ostra: acción de quien logra lo que se propone sin medir consecuencias y usando malas praxis.
La verdad de la Milanesa: Cuando explicas lo que se oculta de lo que se está hablando.

Le metió su café: cuando alguien le habla en términos drásticos a otra persona.
Apanado: Ceremonia a que se somete alguien que será celebrado por algún motivo y consiste en recibir manotazos en la cabeza.
Media Naranja: Esposa.
Tallarín: talla o tamaño de una persona.
Pachamanquearse: sacar el máximo provecho de algún evento.
Me tiro arroz: Acción de ignorar a alguien.
Choro: Ladrón

En realidad, hay muchos más modismos que usamos, pero hay uno que es muy utilizado y hasta nosotros no sabemos la explicación.

Estando en un viaje por Chile, conversaba con un amigo y le estaba explicando una situación muy peculiar que había sucedido entre personas que conocíamos.

En medio de la conversación le indique: él decía que lo podía hacer todo, pero “a la hora de los loros” no hizo nada.

Perplejo mi amigo me pregunto:

¿Cuál es la hora de los loros?
Y no supe que responderle y me hice el sueco.
Que tampoco sé que significa.

Este artículo es un oasis para no seguir hablando de los anticuchos de nuestros políticos, pues más de uno acabara asado. Lampadia




Escolarización tradicional maltratadora

Por: León Trahtemberg
Diario Correo, 28 de Abril del 2023

Imaginemos un conjunto diverso de pacientes cardiacos que reciben el mismo tratamiento médico sin importar sus condiciones individuales, o niños que deben usar zapatillas del mismo tamaño sin considerar las diferencias en sus pies. Sería absurdo. De manera similar, la educación tradicional agrupa a los niños según su edad y les enseña con el mismo currículo y enfoque pedagógico, independientemente de sus habilidades e intereses individuales y a pocos les parece absurdo. Sea el tratamiento cardiológico único, el mismo tamaño de zapatilla o la modalidad de enseñanza escolar homogénea, solo se favorece a un grupo de beneficiados y quedan excluidos todos aquellos que se salen del estándar o del promedio. Sin embargo, en el caso escolar, se pretende medir el éxito en la vida de los individuos a partir de la enseñanza uniforme y el uso de las evaluaciones estandarizadas que solo calzan con el tercio superior.

En lugar de centrarse en un currículo y en la escolarización uniforme, sería crucial contar con una educación escolar individualizadora centrada en las necesidades y potencialidades de cada alumno, que permita a los profesores conocer a cada alumno, identificar sus características personales y diversificar el trabajo en el aula. Este enfoque permitirá a cada alumno descubrir y desarrollar sus fortalezas sin verse limitado por sus dificultades.

Esta aproximación pedagógica que respeta la diversidad requiere otorgar a los colegios la libertad de elegir las estrategias más pertinentes para sus alumnos, liberándolos de las restricciones de un sistema centralista y autoritario.