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Ciudadanía – Estado – Bienestar – Justicia

Ciudadanía – Estado – Bienestar – Justicia

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 11 de junio de 2021
Para Lampadia

En Ica, en el 2018, controlamos la epidemia de Dengue. Habiendo tenido 3 casos en el 2015, 320 en el 2016, y 4,300 en el 2017; y esperando lo peor en el 2018, tal como vaticinaron connotados epidemiólogos del Ministerio de Salud, ese año sólo tuvimos 127 casos, la mayoría personas que trajeron la enfermedad de otras regiones. ¿Qué pasó? ¿Qué permitió controlar una epidemia que – de no haber sido por la decisiva intervención de la ciudadanía – habría afectado a decenas de miles de personas?

Por otro lado, durante el período 2015 / 2018, se acabaron las colas en los hospitales de la región. Antes la gente tenía que pernoctar en las calles y hacer colas interminables. Incluso, tenían que comprar medicamentos por su cuenta y pagar por lo bajo a médicos corruptos para ser atendidos. ¿Qué pasó? ¿Cómo así – de buenas a primeras – desapareció el maltrato y la crueldad en salud?

Los tramitadores de licencias de conducir desaparecieron de los alrededores de la Dirección Regional de Transportes de Ica. ¿Qué pasó? Aparte del liderazgo y orden impuesto por la Directora de Transportes de entonces Rossana Vera ¿qué rol jugó la ciudadanía para que la mafia de transportes desaparezca?

En Ica, el Coro SINFÓNICA fue un éxito total. Cerca de 2,000 angelitos cantaban y encantaban a todos los que asistían a sus conciertos. Ya sea en auditorios cerrados o al aire libre, la música coral volaba por los aires y se posaba suavemente en las almas del público. ¿Qué pasó? ¿Qué función cumplieron los padres de familia en la educación artística de sus hijos? 

Nuestros proyectos de Siembra y Cosecha de Agua, en hermandad con Huancavelica y Ayacucho fueron también un éxito total. Los viveros de pinitos, los reservorios que cosechan el agua de lluvias en lo alto de la cordillera, las tilapias, los bosques cuyos follajes se distinguen desde lejos… ¡todo fue una maravilla! ¿Qué pasó? ¿Cómo intervinieron las comunidades campesinas en la realización de esa obra de arte majestuosa?

A lo que quiero llegar es que muchas obras y proyectos del Gobierno Regional de Ica tuvieron éxito gracias a la activa participación de la ciudadanía. Como que sin el aporte de la gente, nuestra gestión de gobierno habría fracasado.

  • En el caso del Dengue, la campaña “Juntos Goleamos al Zancudo” no pudo ser mejor. La población escolar – más de 200 mil estudiantes – fueron instruidos en tareas tan sencillas como tapar los recipientes de agua de sus viviendas. Los deudos que asistían a los cementerios fueron instruidos para cambiar el agua de los floreros por arena mojada.
  • En salud, después de sancionar a unos – pocos – médicos y servidores corruptos que maltrataban a los pacientes a más no poder, todo cambió en los hospitales de Ica. La atención hospitalaria mejoró notablemente, tanto en calidad como en calidez. Desaparecieron las colas, a pesar de que cuadruplicamos las atenciones. Los pacientes y sus familiares fueron más puntuales en sus citas médicas y – con todo derecho – empezaron a exigir mejores servicios.
  • Los conductores de vehículos que requerían licencias de conducir también entraron por el aro de la lucha anti corrupción. ¡Nada de coimas! ¡Nada de licencias sin exámenes de reglas de tránsito y de manejo! Excelente.
  • Los padres – y familiares – de los niños del Coro SINFÓNICA tuvieron tanto mérito como los maestros de música. Si no fuera por ellos, el coro habría fracasado. Estuvieron al lado de los niños en todo momento… en la escuela, en los conciertos, en los viajes. ¡Maravilloso!
  • Los campesinos de la Sierra – huancavelicanos y ayacuchanos – hicieron suyos nuestros proyectos de Siembra y Cosecha de Agua. El Director Regional de Agricultura de Ica – Ing. Néstor Mendoza – dio la pauta, pero todo el trabajo lo hicieron los campesinos. Sin ellos, jamás habríamos logrado construir tantos reservorios y – menos – plantado tantos bosques de pinos en la cordillera.

Siempre se habla de buenas o malas gestiones públicas. Sin embargo, de lo que no se habla – o en todo caso, se habla poco – es del rol de la ciudadanía en el éxito (o fracaso) de la gestión pública. 

A ese respecto, y dada la experiencia que me tocó vivir como Gobernador Regional de Ica durante el período 2015 / 2018, invoco a más ciudadanos peruanos exigir – con mucho mayor firmeza – integridad y eficiencia a los funcionarios y servidores del Estado. No sólo a presidentes, ministros, gobernadores regionales o alcaldes, lo cual está muy bien, sino a funcionarios y servidores de mando medio, y sobre todo a los que están más en contacto con la ciudadanía: médicos, maestros, policías, jueces, inspectores, etc.

Y hablando de jueces… ¡qué extraordinaria presión la que está imponiendo la ciudadanía sobre esos jueces leguleyos y descaradamente sesgados del Jurado Nacional de Elecciones! ¡Cómo es posible pasar por alto tantas actas de votación claramente adulteradas! ¡No al fraude! Es cuestión de justicia.

CONCLUSIÓN: El rol de la ciudadanía es clave para el éxito de la gestión pública. Tanto para colaborar con el Estado para que las cosas se hagan bien, como para fiscalizar al Estado y combatir la corrupción.

Y cuando las cosas salen bien, el mérito se reparte así: 99% ciudadanía, 1% gestión pública. ¡Es la hora de la ciudadanía! Lampadia




Sí se pueden mejorar los servicios de salud pública

Sí se pueden mejorar los servicios de salud pública

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 4 de junio de 2021
Para Lampadia

Nada resulta más repulsivo, cruel e injusto que el maltrato de un médico o enfermera a una persona enferma o adolorida. Y ¡qué decir de las colas de amanecida que hacen los pacientes en los hospitales públicos… para ver si son atendidos! En ese sentido, la mejora de los servicios de salud pública – junto con la educación y la seguridad ciudadana – debe constituirse en una de las máximas prioridades en la gestión de toda autoridad gubernamental a nivel nacional. En todo caso, ese es fue parecer – y el compromiso – del Gobierno Regional de Ica, en el período 2015 / 2018… ¡y lo logramos!

Para ser consecuentes con dicha prioridad, desde que asumimos el gobierno en enero del 2015, recurrimos a la Autoridad Nacional del Servicio Civil (SERVIR) para convocar a los Gerentes Públicos más calificados del país, para ocupar los cargos de mayor jerarquía de la Dirección Regional de Salud (DIRESA) de Ica.

Aparte de los cambios en los cargos de la alta dirección de la DIRESA, la ciudadanía fue testigo de la objetividad y profesionalismo con que llevamos a cabo todos los concursos de méritos para la contratación de los profesionales de la salud. En efecto, todos los iqueños pudieron constatar nuestra firme determinación de acabar con el clientelismo político y / o puestos de favor, que tanto daño le hicieron a la salud pública de nuestra región en las gestiones anteriores… y – lamentablemente – en la actual.

Fueron precisamente esos funcionarios rigurosamente preparados y calificados por el programa SERVIR, y los profesionales que ganaron en buena lid sus puestos en nuestros hospitales y centros de salud, los que ejecutaron los cambios que permitieron la mejor atención y la reducción significativa de los tiempos de espera de nuestros pacientes.

En Ica, en el período 2015 – 2018 cuadruplicamos las atenciones de consultas externas, eliminamos las colas, y mejoramos sustancialmente las atenciones hospitalarias… sin aumentar el presupuesto.

Mención especial mereció la tercerización de los servicios complementarios de hemodiálisis, farmacia y detección de cáncer, que pusimos en marcha en convenio con el Seguro Integral de Salud (SIS). A ese respecto, quedaron más que evidenciadas las bondades que tienen las Asociaciones Público – Privadas (APP´s) en el otorgamiento gratuito de diversos servicios de salud para la gente pobre de nuestro país.

Ahora bien, todos los logros mencionados anteriormente, solo se pudieron alcanzar en tanto tuvimos éxito en la lucha continua y – en algunos casos – desgastante contra la corrupción y la indolencia en el sector salud. Producto de ello logramos ese cambio de actitud que tanto buscábamos en nuestros médicos y enfermeras, así como en el personal administrativo de nuestros hospitales y centros de salud, respecto a la calidad y calidez de la atención hospitalaria.

Como no podía ser de otra forma, la ciudadanía jugó un rol protagónico en la mejora de la salud pública en la Región Ica. En efecto, la participación de los pacientes y / o sus familiares en la evaluación inmediata de los servicios de salud, dio frutos muy valiosos. Efectivamente, cada servicio era evaluado de manera personalizada, es decir; con el nombre y apellido del médico o enfermera tratante. Efectivamente, la evaluación especificaba la calidad de la atención según:

(1) Trato cordial o maltrato,

(2) Tiempo adecuado o demora injustificada,

(3) Requisitos adecuados o pedido injustificado de documentación irrelevante, y – muy importante –

(4) Pago justo o cobros indebidos… léase coimas.

Por otro lado, se puso a disposición de todos los ciudadanos una línea WhatsApp “GORE Denuncia Segura” a través de la cual se recibían denuncias de manera segura de cualquier persona que haya sido maltratada por cualquier servidor del Gobierno Regional de Ica, incluidos por supuesto, nuestros funcionarios del sector salud.

He ahí uno de los principales logros del Gobierno Regional de Ica en materia de salud pública, en el periodo 2015 – 2018. Por ello, expreso mi eterna gratitud y aprecio a todos los funcionarios del sector, que llevaron a cabo esta revolución silenciosa en beneficio de nuestros compatriotas más necesitados.

Conclusión: Sí se pueden mejorar los servicios de salud pública en todo el país. En Ica – en el período 2015 / 2018 – lo logramos. Todo es cuestión de eliminar la corrupción en el sector. Lampadia




2021… un buen año de agua

2021… un buen año de agua

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 28 de mayo de 2021
Para Lampadia

El tema preferido de los agoreros del clima es la sequía. Hay quienes dicen que con el calentamiento global habrá escasez de agua para toda la humanidad. Para esos videntes de desdichas, la agricultura peruana está condenada a una sequía apocalíptica.

El problema es que luego de los anuncios agoreros, no solo no aparece la sequía, sino todo lo contrario; los ríos se cargan de bote a bote – inclusive algunos se desbordan – y los agricultores brindamos por ello.

A los hechos me remito. Todos fuimos testigos de la gran cantidad de agua que transcurrió por nuestros ríos – entre diciembre y abril pasados – camino al mar. Incluso, muchos no ven – seguramente por temas de soroche – la belleza de las lagunas altoandinas llenas, las pasturas de la Sierra verdes y frondosas, y el ganado sano y bien nutrido. Además ¡qué grato resulta medir la recuperación de los acuíferos subterráneos de la Costa, luego de meses de abundancia de aguas de avenida!

Ahora – acabada la temporada de lluvias – entramos al estiaje, y muchos se lamentarán por la escasez de agua. Pregunto: ¿qué hicieron esos quejumbrosos para retener parte de las abundantes aguas de lluvias que tuvieron frente a sus narices y que se perdieron en el mar? La respuesta es… nada.

Entonces, en vez de quejarse – más bien – hay que actuar como corresponde. Desde las cabezadas de nuestras cuencas – en hermandad entre la Costa y la Sierra, tal como lo hicimos entre Ica, Huancavelica y Ayacucho en el período 2015 / 2018 – hasta las desembocaduras de nuestros ríos en el mar, debemos llevar a cabo lo que se denomina la “Siembra y Cosecha de Agua”.

Arriba – donde más llueve – debemos construir muchos reservorios; pequeños, medianos, y grandes. No importa el tamaño, sino el volumen de agua almacenable por todos los reservorios en conjunto. De eso se trata; de guardar la mayor cantidad de aguas de lluvias posible, para disponer de ellas en los estiajes.

También debemos reforestar y revegetar todas las cabezadas y quebradas. La tala indiscriminada de los últimos años ha dejado a nuestros cerros pelados, lo cual – ante cualquier lluvia, por más pequeña que sea – deviene en mortíferos huaicos que arrasan con todo lo que encuentran en su camino. La vegetación compuesta de bosques y pastizales se constituiría así en una gigantesca esponja natural, que retendría el agua de lluvias, y evitaría la erosión de nuestras quebradas.

La agricultura de secano debe cederle el paso a la agricultura bajo riego. Y el riego en sí, debe tecnificarse a todo nivel. Hay que instalar aspersores de agua en las planicies y quebradas altoandinas, y riego por goteo en las partes medias y bajas de nuestros valles estupendos.

Los acuíferos deben manejarse sosteniblemente. En efecto, el subsuelo sirve muy bien para almacenar grandes cantidades de agua. En ese sentido, los acuíferos se rellenan naturalmente; a través flujos de aguas superficiales (ríos, acequias, surcos, etc.) y artificialmente; a través de procesos de infiltración inducida, tal como se está haciendo en Ica, con resultados muy favorables.

Pero el manejo eficiente del agua implica – también – acciones administrativas innovadoras, tales como tarifas diferenciadas, o lo que en su momento planteamos como “tomas libres”. ¿Qué significa eso? Pues que en épocas de abundancia – llámese, en las temporadas de lluvias, como la que acaba de pasar – casi no se debe cobrar por el agua. Y todas las compuertas deben abrirse para que el agua discurra libremente por todos los cauces y acequias.

En cambio, el agua regulada; aquella proveniente de reservorios y represas debe cobrarse a tarifas que cubran los costos de inversión y distribución del agua. De esa forma, promovemos la infiltración de las aguas de avenida, para – precisamente – recargar al máximo los acuíferos, y hacer uso de las aguas subterráneas en los estiajes. Y todo ello, sin afectar las finanzas de las Juntas de Usuarios

Dicho esto, no podría concluir este artículo sin dar gracias a Dios y a la madre naturaleza, simplemente porque después de un 2020 realmente seco, dispusieran que este año 2021… sea un buen año de agua.

La del estribo. ¡No al estatismo controlista e inoperante! ¡No al totalitarismo opresor y corrupto! ¡No al populismo demagógico! ¡No al marxismo – leninismo fracasado en todo el mundo! ¡No al terrorismo sanguinario y su aliado el narcotráfico! ¡No al candidato violentista que con su matonería – en el 2017 – amenazó y forzó a la bruta a los maestros y escolares de Ica para que no vayan a clases!

Este domingo ¡votemos por la democracia! ¡votemos por la libertad! ¡votemos por el Perú! Lampadia




Estatismo y pobreza

Estatismo y pobreza

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 21 de mayo de 2021
Para Lampadia

El 2020 fue un año brutal. A diferencia de lo que veníamos logrando en materia de crecimiento económico y reducción de la pobreza, el año pasado ésta aumentó casi 10% a nivel nacional. El retroceso económico y social fue tal, que ahora – dramáticamente – uno de cada tres peruanos es pobre. ¡Hemos retrocedido diez años! Repito, el 2020 fue un año brutalmente empobrecedor.

Pero escarbemos más acerca del tema. ¿Cuál fue la región que más se empobreció el año pasado? Aunque parezca mentira… Lima. Antes de la pandemia, 14% de los limeños – migrantes la mayoría – eran pobres. Ahora, 28%. ¡La pobreza en Lima se duplicó el año pasado!

La pandemia – ciertamente – tuvo mucho que ver con el empobrecimiento de nuestros compatriotas en todo el país. Pero ¿por qué nos fue tan mal a los peruanos, y a otros no tanto? Me refiero a otros países. ¿Por qué tuvimos la más alta tasa de mortalidad, y la mayor caída económica y productiva… del mundo? ¿Por qué fuimos el país que peor manejó la pandemia a nivel mundial? ¿Por qué?

Por lo que he podido indagar y comparar con otros países, el Perú fue el país que menos recurrió al sector privado – léase empresas – para confrontar la pandemia. El Estado, sólo el Estado, y nadie más que el Estado debía actuar frente a la pandemia. El resto… inmovilización social y confinamiento total. #YoMeQuedoEnCasa. ¡Absurdo!

Efectivamente, nuestro Gobierno fue el que estableció la cuarentena más radical del mundo en materia empresarial, al inicio de la pandemia. Todas las empresas mineras, pesqueras, industriales, constructoras, hoteleras, restaurantes, cines… todas tuvieron que parar compulsivamente, por disposición del Estado. Las únicas excepciones fueron la agricultura, algunos comercios, la salud, y unos cuantos servicios básicos más.

Sigamos escarbando. ¿Cuál fue la región a la que mejor le fue – económicamente – en el 2020? Según un reciente informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), Ica fue la región que registró menos pobreza a nivel nacional. Objetivamente – según el INEI – Ica tiene menos pobreza que regiones como Arequipa, Piura, La libertad, incluso Lima Metropolitana. Y ni qué decir si nos comparamos con la pobreza en regiones de la Sierra y Selva del país.

La pregunta es ¿cómo así Ica registró la menor pobreza del país? Y la respuesta es obvia: por sus empresas y sus trabajadores. Y particularmente por su agricultura exportadora, la cual – gracias a Dios – no paró por la pandemia.

Entonces ¿por qué las protestas contra las agroexportadoras de Ica en diciembre pasado? ¿Por qué el presidente Sagasti – feliz – derogó raudamente la Ley de Promoción Agraria, que tanto empleo formal y desarrollo social había generado desde su promulgación en el año 2000?

Atemos cabos. El común denominador detrás de toda esta – aparente – insensatez es la fobia empresarial de parte de nuestras autoridades, secundada – valgan verdades – por algunos periodistas, académicos, políticos, y demás.

Por ello, precisamente – por la fobia empresarial – el Gobierno dispuso la paralización total de actividades empresariales que bien pudieron operar normalmente siguiendo los protocolos de seguridad por todos conocidos: distanciamiento social, protección facial y lavado de manos. Por ello – porque las aborrece – el Gobierno desestimó el ofrecimiento de numerosas empresas de realizar pruebas moleculares de COVID a sus trabajadores. Por ello – al inicio de la pandemia – el Gobierno rechazó los ofrecimientos de algunas empresas textiles de fabricar mascarillas, prendas de vestir y sábanas para uso hospitalario. Y también por ello – en el colmo del estatismo retrógrado y acomplejado – el Gobierno rechazó ofrecimientos de oxígeno y compra de vacunas por parte de empresas mineras.

¡Cuánta pobreza, cuánto odio, cuánta injusticia, cuánta envidia, cuánta muerte nos está trayendo el estatismo a los peruanos! Lampadia




Poder Judicial atiborrado de denuncias maliciosas

Poder Judicial atiborrado de denuncias maliciosas

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 14 de mayo de 2021
Para Lampadia

Mucha gente cuestiona al Poder Judicial. Lo cuestiona por aquellos casos de corrupción que son de dominio público. Y bueno… es verdad. Lamentablemente, hay jueces corruptos… recontra corruptos. Para muestra un botón. Mejor dicho, un botonazo: los jueces y fiscales embarrados en el caso Los Cuellos Blancos del Puerto. ¡Un asco!

Sin embargo – así como hay corrupción – hay también probidad en el Poder Judicial. Y lo mismo ocurre en los demás poderes del Estado. Incluso, en la sociedad civil. Puede parecer extraño, pero así es la nuez… la corrupción convive con la probidad. Yo puedo dar fe de ello. Lo comprobé durante mi experiencia en el Gobierno Regional de Ica, durante los años 2015 al 2018.

El problema es que muy poco se habla de probidad en el Estado. Todo el mundo – sobre todo la prensa – se refiere casi únicamente a casos de corrupción. Para el común de la prensa – salvo escasas excepciones – todo es corrupción en el Estado. Y si hay audios y videos… mejor. Para ese periodismo escandaloso, farandulero y maledicente, nada hay bueno en el país. Al dios rating le encantan los escándalos. Poco le interesan las noticias positivas.

No obstante, este artículo se refiere a aquellos lobos disfrazados de corderos – tremendos corruptos y sinvergüenzas – que recurren a cada rato al Ministerio Público para denunciar a los buenos funcionarios estatales, quienes con su accionar honesto y responsable, impiden a los corruptos realizar sus fechorías.

En realidad, se trata de una táctica muy efectiva de las mafias enquistadas en el Estado. Ahuyentar a los buenos funcionarios públicos, denunciándolos maliciosamente por todo tipo de delitos. Delitos que son propios de bandidos de las más bajas estofas: abuso de autoridad, malversación de fondos, colusión, negociación incompatible, omisión de funciones, calumnia, difamación, falsedad genérica, o lo que sea. El objetivo es – claramente – alejar a los buenos funcionarios del Estado, para que ellos – los corruptos – sigan haciendo de las suyas.

A ese respecto va una crítica mía al Poder Judicial. ¿Por qué son tan permisivo con aquellos personajes – especialistas en leguleyadas y vericuetos judiciales – que se pasan la vida merodeando por los pasillos de los tribunales de justicia, donde presentan todo tipo de denuncias o querellas maliciosas contra funcionarios probos, las cuales – a la larga – terminan archivándose?

Resulta que para archivar dichas denuncias – por más que no tengan sustento alguno – los jueces y fiscales tienen que esclarecerlas previamente… como si les sobrara el tiempo. Además ¿cuánto cuestan las toneladas de papel y tinta que se consumen en dichos procesos, cuánto cuestan las horas de horas de interrogatorios que pierden los jueces y funcionarios denunciados, cuánto cuestan los atestados que van y vienen por todos lados?, ¿cuánto cuestan las audiencias, citaciones, objeciones, quejas y demás? Y todo por las puras.

Y lo que es peor. ¡Cuántos casos y procesos delictivos reales – crímenes, robos, estafas, vandalismos, corrupción, etc. – quedan desatendidos porque los jueces y fiscales están ocupados en esclarecer denuncias maliciosas! Conversando al respecto con una fiscal que archivó una de las numerosas denuncias maliciosas que tengo en mi contra, me dijo que cerca del 70% de la carga procesal del Ministerio Público se debe a este tipo de denuncias. ¡No hay derecho!

Distraer – y pretender confundir – a jueces y fiscales con denuncias maliciosas debería constituir un delito de suma gravedad. Ante ello, propongo penalizar pecuniariamente – y penalmente – a todos aquellos denunciantes que presenten denuncias que terminen archivándose.

Y en el caso de los caseritos – es decir, de aquellos denunciantes que sólo se dedican a ello, y que tienen varias denuncias archivadas en su haber – aumentar exponencialmente las penas por cada nueva denuncia archivada. La idea es limitar las denuncias maliciosas en todo el país, proteger a los buenos funcionarios públicos, y liberar al sistema de justicia nacional – Ministerio Público y Poder Judicial – de tanta carga procesal injusta e innecesaria.

Estas son ideas – sólo ideas – para cortarle las alas a la corrupción, y para que ésta no se aproveche abusivamente del Poder Judicial. Lampadia




¿Quién propicia las inequidades sociales?

¿Quién propicia las inequidades sociales?

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 7 de mayo de 2021
Para Lampadia

La gente deplora las inequidades sociales. En el fondo, deploran la injusticia. Yo también deploro la injusticia. En realidad, todos – excepto los corruptos – deploramos la injusticia en nuestro país. ¿Por qué unos tienen mucho, y otros no tienen nada?

¿Por qué algunos estudian en buenos colegios y universidades, mientras que otros no tienen ni para los útiles? ¿Por qué unos viven en casas con agua, luz, gas domiciliario, internet, parques y jardines, escuelas de alto nivel para sus hijos, hospitales de primera, seguridad en el vecindario, mientras que otros – 1´600,000 familias peruanas – viven hacinados en chozas de esteras, cartones y plásticos, sin agua, luz… nada?

¿Por qué tanta gente pobre ha muerto por falta de oxígeno, en plena pandemia? ¿Por qué más del 70% de los trabajadores peruanos no tienen empleo formal? ¿Por qué, por qué, por qué? ¿Por qué a unos les va bien, mientras que a otros les va pésimo? ¿Por qué tanta inequidad?

Obviamente, la gente tiene derecho protestar, indignarse, y formularse aquellas interrogantes. ¡Cómo no quejarse de tamaña injusticia! Sin embargo, la pregunta no debería ser tanto ¿por qué? sino ¿quién? ¿Quién propicia tales inequidades?

Pues resulta que las cuatro grandes carencias de la gente pobre en nuestro país son:

(1) Agua y Vivienda,

(2) Salud,

(3) Educación, y

(4) Seguridad y Justicia.

Precisamente, los cuatro servicios básicos que el Estado debería proveer a todos los peruanos.

Entonces, al pan, pan… y al vino, vino. El Estado es la madre del cordero. El Estado es el responsable de tantas inequidades. No obstante, ahí están – como si nada – los alcaldes y regidores corruptos propiciando invasiones de tierras, para luego lucrar descaradamente con la venta de esteras, agua en cisternas, y todo tipo de bienes y servicios, mientras la gente pobre vive abandonada, carente de los más elementales servicios públicos. Ahí están las empresas municipales de agua y saneamiento fallidas. Ahí están los gobernadores regionales corruptos – coimeros – con hospitales inacabados y / o sobrevaluados. Y los médicos de Estado que abandonan su trabajo – y a sus pacientes – para atender en clínicas privadas. ¿Por qué no hay quejas ante la descarada corrupción e inoperancia del Estado en los ámbitos regionales y municipales? ¿Por qué no admitimos con objetividad – y corregimos de raíz – el estrepitoso fracaso de la regionalización y municipalización de nuestro país?

Por ello ¡qué demagógico y politiquero resulta atribuir al modelo económico, a la Constitución, o – más absurdo aún – a las empresas privadas, las clamorosas injusticias e inequidades antes señaladas! ¡Qué mentes tan resentidas y acomplejadas las de los políticos, periodistas y académicos que pregonan semejante insensatez!

¡Vamos! Nuestro problema es el Estado.

  • Ciertamente, el Gobierno Central… presidentes, ministros y funcionarios sin valores, pero también – y sobre todo –
  • Gobiernos Regionales y Municipales, donde priman la corrupción, el clientelismo y la inoperancia.
  • El Congreso de la República, infiltrado por parlamentarios que defienden oscuros intereses.
  • El Poder Judicial indolente y corrupto, al igual que sus pares del Poder Ejecutivo y del Congreso.

Excepto – valgan verdades – unas cuantas instituciones estatales del ámbito económico nacional, como el Banco Central de Reservas, el Ministerio de Economía y Finanzas, entre otras; y funcionarios públicos honestos y serviciales que – admirablemente – siempre hay en las diversas dependencias estatales.

Seamos sinceros; el gran objetivo nacional debería ser combatir la corrupción y la inoperancia del Estado. Pero de verdad. No como aquellos que pregonan integridad, y resultan tan coimeros como todos. Vizcarra… por ejemplo. Reducir la elefantiásica burocracia administrativa del Estado, y reasignar dichos ahorros a mejorar las remuneraciones de los maestros, médicos, policías y jueces.

Para ello no hay que cambiar el Modelo Económico – y menos, la Constitución – como dicen muchos políticos demagogos y politiqueros. Lo que hay que cambiar es a quien propicia las inequidades sociales en nuestro país… el Estado. Lampadia




La educación es el futuro del país

La Cuadratura del Círculo es un espacio producido por Infraestructura Institucionalidad y Gestión – IIG, con la colaboración de Lampadia como media partner.

Presentamos el siguiente video sobre el futuro de la educación.

Participa como invitado Daniel Alfaro, fundador de Pirka y exministro de educación, junto con Fernando Cillóniz, Daniella Delgado y Rodrigo Acha, asociados de IIG.

Las opiniones vertidas no necesariamente representan la opinión institucional de IIG sobre los temas tratados.




El candidato que “No sabe / No opina”

El candidato que “No sabe / No opina”

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 30 de abril de 2021
Para Lampadia

“No sabe / No opina” es una expresión muy común en estos días en nuestro país, y está relacionada a las súper manoseadas – y arregladas – encuestas de intención de voto para las elecciones presidenciales del 6 de junio. “No sabe / No opina” se refiere a aquellos electores que – hasta este momento – no han decidido aún por quién votar. Están en duda, o – mejor dicho – están en la luna.

Sin embargo, lo que llama la atención en este caso es que es el propio candidato Castillo el que “No sabe / No opina”. Efectivamente, nunca habíamos tenido a un candidato tan fuera de foco frente a conceptos elementales de economía y política, ni tan evasivo frente a las típicas preguntas del periodismo.

– ¿Hay dictadura en Venezuela? – le preguntó hace poco la periodista Juliana Oxenford. Y en vez de contestar con un sí o un no sencillo y directo, empezó con las evasivas. – Más allá de Venezuela, yo no voy a vivir en Venezuela, yo no voy a juzgar a Venezuela, ocupémonos del hambre del pueblo, yo no voy a solucionar los problemas de Venezuela – contestó el candidato.

  • Por otro lado, no le gusta reconocerse comunista, a pesar de que Perú Libre – su partido político – consigna en su ideario ser marxista, leninista, y todo lo demás.
  • Dice que va a estatizar la economía, pero no le gusta que le digan estatista.
  • Dice que va a respetar la constitución, pero quiere tirársela abajo.
  • Incluso quiere desaparecer el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo, el Congreso de la República, la SUNEDU y – lo escuché hace poco – hasta las Cajas Municipales de Ahorro y Crédito.
  • Dice que Saga Falabella y Metro son empresas monopólicas porque… escuchen bien – aglutina su economía para sacar un beneficio personal, un beneficio empresarial, sin importarle el Estado, sin importarle el pueblo –. (Sic) ¡El tipo no tiene idea de lo que es un monopolio! Lo que tiene es puro odio hacia todo lo que signifique empresa privada.

Pero nada más vago y sinsentido que la entrevista que brindó al Canal RTV de Colombia. Ante la pregunta de la entrevistadora acerca de cómo pensaba inmunizar a la población frente al COVID, el candidato respondió – lo que debería hacer el gobierno en este plan de reactivar la economía, no les ha dado a las personas que han pechado a esta pandemia, por ejemplo, el sector agricultura. Yo creo que el gobierno debe sentar una posición, nuestro plan va por ahí –. (Sic) Aunque parezca mentira, esa fue su respuesta a la periodista colombiana. ¡Una vergüenza!

No obstante, el candidato Castillo sí sabe promover vandalismos y alteraciones del orden público. A los hechos me remito. En el año 2017 – cuando yo era Gobernador Regional de Ica – Castillo pretendió imponernos una huelga magisterial que había impuesto a nivel nacional. Nosotros – preocupados por la educación de nuestra población escolar – convinimos con los maestros iqueños en no paralizar el dictado de clases, a pesar de que respaldábamos la propuesta de mejoras salariales para el magisterio. ¡Claro que los maestros estatales ganan muy poco, y merecen un aumento sustancial!

El hecho es que mientras todas – o casi todas – las regiones del país acataban la huelga magisterial, Ica no. En Ica las clases escolares transcurrían normalmente, sencillamente porque la máxima prioridad eran los niños y jóvenes escolares. Sin embargo, eso no le gustó a Castillo y mandó a cientos – miles – de matones con la orden de amedrentar a nuestros maestros con todo tipo de amenazas.

La huelga magisterial duró 80 largos días en casi todo el país… desde el 15 de junio hasta el 2 de setiembre de aquel año. Sin embargo, en Ica el magisterio paralizó sólo 22 días. Y paró porque los matones de Castillo – cual jauría de perros rabiosos – impidieron a la bruta que nuestros maestros y estudiantes pudieran asistir a las escuelas con un mínimo de seguridad.

Estamos pues ante un candidato que – de resultar elegido – nos llevaría a un régimen estatista, totalitario, elitista y violentista. Un candidato cuya personalidad es acomplejada, retrógrada y de mala entraña. Y cuyas propuestas de gobierno fracasaron en todo el mundo… y en nuestro país en los 70´s y 80´s. ¡Cómo no van a haber fracasado si sólo generaron pobreza, desabastecimiento, híper inflación, terrorismo, desempleo, corrupción y diáspora! Misma Venezuela con su Socialismo del Siglo XXI.

Ese es Castillo señores… el candidato que No sabe / No opina frente a temas básicos de política y economía. Pero que Sí sabe / Sí opina cuando se trata de propiciar actos vandálicos y alteraciones del orden público.

¡Un doble filo convicto y confeso! Lampadia




Tras Covid, Dengue

Tras Covid, Dengue

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 23 de abril de 2021
Para Lampadia

El agregado es mío. La expresión original es, efectivamente: tras cuernos, palos. Y se refiere a situaciones en las que un mal sobreviene a otro, de manera consecutiva. O sea, cuando las cosas van de mal en peor. 

Bueno pues, ese es el caso de Ica en materia de salud pública. A la penosa categoría de “Riesgo Extremo” en materia de Covid 19; hay que agregar que Ica registra la más alta infestación de Dengue de su historia. ¡2,368 casos en las primeras 14 semanas del año! Sólo Loreto y San Martín nos superan en cuanto a casos de Dengue en lo que va del 2021. Y – vergonzosamente – estamos peor que regiones como Huánuco, Ucayali, Junín y Madre de Dios… todas regiones amazónicas, donde el Dengue es endémico.

¿Cómo es posible que Ica – no siendo una región amazónica – tenga tantos casos de Dengue? ¡Esa es la cuestión! La cuestión es que el Gobierno Regional de Ica es un fracaso en materia de salud pública. 

¿Por qué el actual Gobernador Regional de Ica destituyó a todos los Directores de Hospitales y Redes de Salud de la región… el primer día de su gestión? (Lo mismo hizo con todos los directores y gerentes de todas las dependencias del Gobierno Regional anterior.) ¿Por qué destituyó a los Gerentes Públicos de SERVIR que habían mejorado ostensiblemente la atención de los pacientes en todos los hospitales y centros de salud de la región?

¡Esa es la otra cuestión! La otra cuestión es la corrupción y el clientelismo político. ¿Cómo llamar si no a aquella perversa costumbre – tan arraigada en la política de nuestro país – de cambiar a todos los funcionarios públicos cada vez que hay cambio de autoridades?

Jamás la salud pública peruana va a estar bien mientras siga politizada y supeditada a la voluntad y preferencia de los Gobernadores Regionales. Por ello – precisamente – el ambiente en el sector salud está tan cargado de corrupción. Efectivamente, aunque parezca mentira – por más emotivo y conmovedor que sea el juramento Hipocrático de los médicos – hay mucha corrupción en el sector.

Claro que hay muy buenos médicos, enfermeras y técnicos de salud en Ica… y en todo el país. Médicos y enfermeras excelentes, extraordinarios, abnegados, heroicos, y todo lo demás. Muchos podemos dar fe de ello. Pero también hay de los malos. Parafraseando al gran Basadre… también hay médicos podridos.

¡Ese es el problema! Muchos hospitales públicos – incluidos algunos de Lima – están dominados por mafias compuestas por médicos corruptos. Mafias que venden puestos de trabajo a cambio de cupos. Mafias de médicos que abandonan los hospitales – y a sus pacientes – en horarios de trabajo para atender a otros pacientes en clínicas privadas. Mafias que trafican delictuosamente con medicamentos, materiales y equipos hospitalarios. Mafias que le rinden pleitesía a la diosa coima. ¡Así es la nuez en la salud pública en nuestro país!… lamentablemente.

Por ello sostengo… craso error haber transferido la responsabilidad de la salud pública a los Gobiernos Regionales. ¿A quién se le pudo ocurrir semejante barbaridad? Asumir que Gobernadores Regionales clientelistas, corruptos, e ignorantes en la materia pudieran gestionar eficientemente un servicio tan vital y especializado como la salud de las personas, era – y sigue siendo – una aberración. Típica medida populista, irreflexiva, irresponsable… y politiquera.

En artículos anteriores en Lampadia he propuesto la creación de una Autoridad Autónoma de la Salud Pública – tipo Banco Central de Reserva (BCR) – altamente especializada, profesional, meritocrática, y apolítica. La “regionalización” de la salud fracasó en Ica y en todo el país. No obstante – entre nos – veo muy poco probable que alguna autoridad esté dispuesta a ponerle el cascabel al gato. En otras palabras, no veo a ninguna autoridad que se atreva a confrontar a las mafias de la salud.

A lo que quiero llegar es que en Ica – aparte de la pandemia – el Dengue también se ha ido de las manos… a pesar de que estaba totalmente bajo control cuando dejamos la gestión regional anterior en el 2018.

Tras cuernos, palos. Tras Covid, Dengue. Así está la salud pública en Ica. ¡Una desgracia para los iqueños! Lampadia




Sin medias tintas frente al estatismo y el totalitarismo

Sin medias tintas frente al estatismo y el totalitarismo

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 16 de abril de 2021
Para Lampadia

El estatismo y el totalitarismo – aquí y en todo el mundo – suelen ser hermanos de la corrupción y la barbarie. Van de la mano. Son como el hambre y la necesidad. Los unos no existen sin los otros. El estatismo, el totalitarismo, la corrupción y la barbarie viven en simbiosis… los unos se alimentan y protegen entre sí. Y lo que es peor, el estatismo y el totalitarismo siempre se perpetúan en el poder. Y con ellos desaparecen las libertades, y el poder se ejerce sin divisiones ni restricciones. ¡Chau democracia!

Ejemplos tenemos muchos, pero aquí van los más conocidos y emblemáticos de la historia moderna: la Unión Soviética con Stalin, Alemania con Hitler, España con Franco, Italia con Mussolini, China con Mao, Camboya con Pol Pot, Corea del Norte con Kim Il Sung. Y aquí en el barrio tenemos los casos de Cuba con Fidel Castro y Venezuela con Chávez y Maduro.

Como se ve, hay estatismos y totalitarismos de derecha y de izquierda. El problema es que cada cual es más pernicioso que el otro. Todos son corruptos, arbitrarios y empobrecedores. Todos son abusivos, criminales y hambreadores. Todos son elitistas, clientelistas e ineficientes. La pregunta es ¿queremos los peruanos un totalitarismo estatista como aquellos?

Repito. El estatismo y el totalitarismo siempre degeneran en corrupción y barbarie. Y como se ha visto a lo largo de la historia, las poblaciones de aquellos regímenes se empobrecen hasta el extremo de la hambruna. Por ello, los venezolanos salen masivamente de su país. ¡No tienen qué comer! ¡Lo han perdido todo! ¡No tienen futuro!

El estatismo y el totalitarismo acaban con las libertades, empezando con la libertad de prensa y opinión. Acaban con la propiedad privada. Y con ello desaparecen la iniciativa y creatividad de las personas. Con el estatismo y el totalitarismo desaparece también el principio de la igualdad ante la ley. Y se acaba la democracia y los derechos de las personas.

Nadie niega que haya corrupción y pobreza – y mil males más – en democracias como la nuestra. El punto es que sólo en democracia podemos aspirar a corregir dichas lacras e injusticias. Sólo con libertad de prensa y opinión se puede conocer la verdad. En tiranía es imposible. En tiranía, la verdad es la verdad del tirano. El tirano piensa por el pueblo, no deja pensar al pueblo. Por ello – y por muchas cosas más – no debemos andar con medias tintas frente al estatismo y el totalitarismo.

OTRO SÍ DIGO: Dialogar, consensuar y tolerar son cosas buenas. En realidad, son tres grandes virtudes. Sin embargo, hay casos en que los diálogos resultan una pérdida de tiempo, consensuar se torna imposible, y tolerar – en vez de una virtud – es una muestra de debilidad. Efectivamente, existen diálogos de sordos, consensos utópicos, y tolerancias permisivas. Ese es el caso cuando están de por medio el estatismo y el totalitarismo… por ejemplo.

Efectivamente

  • ¿cómo dialogar con los propulsores de más estatismo del que tenemos en nuestro país, si tenemos un Estado fallido por donde se le mire?
  • ¿Acaso no estamos carentes de agua, salud, educación y seguridad?
  • ¿Acaso no tenemos que recurrir a gobiernos extranjeros para construir hospitales, carreteras y recintos deportivos, ya que nuestro Estado es incapaz de hacerlo de manera eficiente y honesta?
  • ¿Cuándo – a lo largo de la historia – el Estado peruano ha sido eficiente y servicial, de cara a la ciudadanía?

¿Para qué – entonces – quieren algunos estatizar aún más la economía del Perú? ¿Qué tienen los estatistas peruanos en la cabeza? Lampadia




Tenemos agua (…) pero no tenemos agua (…)

Tenemos agua (…) pero no tenemos agua (…)

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 9 de abril de 2021
Para Lampadia

Tener agua, pero no tener agua… es un sinsentido. ¿Tienes o no tienes agua? Sanseacabó. Así decían los maestros de mi tiempo en el colegio cuando querían dar por terminado algunos asuntos.

A propósito de colegios, no sé por qué me ha venido a la memoria aquellos exámenes donde debíamos completar ciertas frases con palabras faltantes, las cuales debían consignarse en espacios marcados con puntos suspensivos. Tal como se muestra en el título de este artículo.

Bueno pues, el sinsentido en cuestión podría dejar de serlo – al menos, lingüísticamente – si completáramos la frase de la siguiente manera: Tenemos agua (en nuestros ríos) pero no tenemos agua (en nuestras viviendas). Así, la frase adquiere sentido.

Ahora bien, si fuéramos a Ica en estos días – por sólo citar mi destino más frecuentado – notaríamos que efectivamente tenemos cualquier cantidad de agua en nuestros ríos, pero no tenemos agua en nuestras viviendas. ¡Y eso que estamos en abril! El hecho es que desde diciembre pasado hemos botado cualquier cantidad de agua dulce al mar. ¡Decenas de millones de metros cúbicos!

La pregunta – al margen de lo lingüístico – debería ser: ¿tiene lógica que tengamos agua en nuestros ríos, pero que no tengamos agua en nuestras viviendas? Y la respuesta es NO… NO con mayúsculas. No tiene ninguna lógica que los iqueños – chinchanos, pisqueños, iqueños, palpeños y nasqueños – tengamos cualquier cantidad de agua en nuestros ríos – y en nuestros acuíferos – pero que no tengamos agua en nuestras viviendas.

Pues bien, eso que pasa en Ica, pasa en todo el Perú. Incluso, en ciudades como Iquitos, Pucallpa, Puerto Maldonado, Puno, y otras donde al agua dulce abunda en los ríos y lagos circundantes. Más aún, Lima Metropolitana – nuestra Ciudad Capital – también está metida en la colada. ¡Millones de peruanos – incluso limeños – no tienen agua en sus viviendas! Esa es la realidad… pura y dura.

Evidentemente, “algo” ha fallado en el tema del agua potable en nuestro país. Y ese “algo” tiene nombre y apellido. Su nombre es Empresas Prestadoras de Servicios de Saneamiento (EPS). Y se apellida Juntas Administradoras de Servicios de Saneamiento (JASS).

Ambas – EPS´s y JASS´s – son empresas municipales. Las EPS´s son empresas municipales provinciales, mientras que las JASS´s son empresas municipales distritales. El problema es que TODAS han resultado empresas fallidas. Ineficientes, inoperantes, obsoletas, insolventes, indolentes, clientelistas, corruptas… ¡qué más quieren que les diga!

De allí que resulte inexplicable cómo nuestro Estado no haya sido capaz de corregir un problema tan importante como el del agua potable para nuestra población. Agua potable universal y continua. Es decir, agua para todos… 24 horas al día… todos los días del año… agua potabilizada que se pueda beber sin problema… proveniente de la gran cantidad de agua dulce que tenemos a nuestro alrededor. ¿Qué Estado tan inoperante tenemos que no haya sido capaz de implementar una solución – técnicamente – tan sencilla?

CONCLUSIÓN: La politiquería es la madre del cordero. Las EPS´s y las JASS´s han devenido TODAS en antros de politiquería e inoperancia. Empresas especializadas en la materia deben asumir – previos concursos de méritos – la gestión de dichas empresas. Antes, hay que fusionar a muchas de ellas para lograr economías de escala y eficiencias operativas. Las tarifas de agua no tienen por qué subir. Al contrario, deberían bajar. Sobre todo, para la pobre gente que no tiene redes de agua en sus viviendas, y tiene que comprarla en cilindros.

Los candidatos no hablan del tema. La gestión del agua potable – y alcantarillado – se ha vuelto un tema tabú. Casi toda la prensa iqueña – y peruana – está a favor de mantener el Statu Quo. Es decir, que todo siga tal cual. No quieren tomar al toro por las astas. Siguen diciendo – y ofreciendo – que el Estado va a resolver el problema del agua potable. ¡Corrupción… pura corrupción! Eso es lo que hay detrás de todo este desmadre. ¡Oh diosa coima… cuánta gente ha enfermado – y muerto – por falta de agua potable en nuestro país!

Tenemos agua (en nuestros ríos), pero no tenemos agua (en nuestras viviendas). ¡Esa es la patética realidad! Lampadia




“Gasten… gasten en lo que sea”

“Gasten… gasten en lo que sea”

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 2 de abril de 2021
Para Lampadia

El entrecomillado se debe a que la expresión proviene de algunos funcionarios estatales, muchos en realidad – sobre todo del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) – respecto al uso de fondos del presupuesto público de nuestro país. Es decir, de los – aproximadamente – S/. 180,000 millones que el Sector Público gastó el año pasado. Presupuesto que – dicho sea de paso – ha venido creciendo alrededor de 5% por año, durante los últimos varios años. Y que representa más o menos el 20% del Producto Bruto Interno (PBI). O sea, estamos hablando de plata grande.

A lo que quiero llegar es que una cosa es el gasto público en sí, y otra cosa la calidad del gasto. Para entendernos mejor… una cosa es gastar en consultorías tipo Richard Swing, y otra cosa es gastar en mejorar las remuneraciones de los buenos maestros, jueces y médicos del Estado. Por sólo citar un ejemplo.

Bueno pues, el problema es que nuestro Estado es más de gastar en lo que sea, en vez de gastar bien. – “Gasten… gasten en lo que sea” – así opera el Estado. De allí vienen las consultorías – tipo Richard Swing – que incrementan enormemente el gasto público, pero que no sirven para nada.

Es más, dada la coyuntura de inestabilidad política y cercanía a las elecciones presidenciales y congresales, y a consecuencia de la perniciosa costumbre de cambiar ministros y funcionarios a cada rato, el Estado ha paralizado muchos programas de educación, salud, agua y saneamiento, apoyo alimentario, pistas y veredas, formalización de pequeños empresarios, etc. – tanto a nivel central, como a nivel regional y local – excepto las consultorías. Peor aún, éstas han venido creciendo – en vez de decrecer – durante los últimos varios años. Incluso, durante este fugaz gobierno. De allí mi sugerencia de denominar a este Gobierno como “Gobierno de Flotación e Inoperancia” en vez de “Gobierno de Transición y Emergencia”.

A este respecto, la prensa – casi toda la prensa – ha jugado en pared con los propulsores del “gastar en lo que sea”. Efectivamente, muchos periodistas sólo se fijan en los gastos de las diversas dependencias del Estado, más no en la calidad del gasto. Las famosas expresiones “no han gastado lo presupuestado”, o peor aún “han devuelto parte del presupuesto” los pintan de cuerpo entero.

Gastar menos de lo presupuestado debería ser – en algunos casos – un mérito, en vez de un demérito. Todo depende de la calidad del servicio prestado. Si un funcionario público brinda un mejor servicio con menos gasto, debería merecer un reconocimiento, no una crítica. En este caso, el ahorro es una buena palabra… una palabra que denota eficiencia, austeridad, responsabilidad y capacidad de gestión.

Pero en el Estado – y en casi toda la prensa – la cosa es al revés. El que gasta más – aunque sea en consultorías – está bien. Y el que gasta menos – aunque brinde buenos servicios, y haya sido capaz de ahorrar – está mal. ¡Absurdo!

Tan absurdo que hacia el final de cada año, las dependencias estatales entran a una vorágine de gasto – sin sentido y a la loca – precisamente para salir bien en la foto del gasto público.

Es hora valorar la calidad del gasto y el ahorro. Es hora de parar las consultorías inútiles en el Estado. Es hora de parar el pernicioso “Gasten… gasten en lo que sea”. Lampadia