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El Ying y el Yang en las elecciones regionales

El Ying y el Yang en las elecciones regionales

El análisis mediático lleva a concluir que los resultados de las elecciones regionales han sido más de lo mismo, que los ciudadanos han elegido a personajes inadecuados y nada idóneos para los cargos que ocuparán. Sin embargo, si se observa con cuidado se puede ver que existen algunas excepciones a la regla que son más bien una grata sorpresa. Nos referimos concretamente a la elección de Fernando Cillóniz en Ica y la derrota del favorito (radical) Aduviri en Puno.

La cara opuesta, la de siempre, es sin duda, el triunfo de Waldo Ríos en Ancash a pesar de estar inhabilitado judicialmente para ejercer cargos públicos. Ríos no ha pagado aún  la reparación civil de un millón de soles que le impuso el Poder Judicial al habérsele condenado a cuatro años de prisión suspendida por haber recibido dinero de Montesinos cuando era congresista de la República por el FIM.

Lo bueno

La elección de Cillóniz en Ica con el 53.74 % de los votos, es sumamente interesante. Una luz en medio de la mediocridad. Presidente de la Consultora Inform@ción, es un empresario exitoso y que representa a los ejecutivos modernos y comprometidos. De hecho, su presencia en la justa electoral demuestra su compromiso con el Perú y su región, algo que debiera ser imitado por más empresarios.

Lo interesantes es que el mensaje pro-inversión y desarrollo de Cillóniz ha sido aceptado por los iqueños, una de las regiones que más se ha desarrollado en las últimas décadas gracias al impulso de la agroexportación. Un sector que ha crecido permitiendo que el empleo, los ingresos y por ende las condiciones sociales del departamento tengan una mejora significativa. La elección del candidato de Fuerza Popular demostraría que se empieza a entender (porque lo han vivido) que la inversión privada y la empresa genera bienestar. Un triunfo, entonces para resaltar y que refleja el hambre de modernidad de los peruanos. Su gestión, que promete ser exitosa, le hará mucho bien a la política peruana.

Lo malo

La elección de Ríos es una prueba más de que no es la gente la que elige mal, sino el sistema. Son las leyes y las instituciones electorales las que colocan a la ciudadanía en la encrucijada de escoger entre lo malo y lo peor. No es que los peruanos “elijamos al que roba, pero hace obra”, sino que el sistema electoral permite que los menos indicados postulen y puedan ser elegidos. Sí Ríos debía esa cantidad de dinero debió ser prohibido de postular, pero el Jurado Nacional le permitió que lo hiciera. Ahora, con total desfachatez, ha señalado que organizará una Teletón para obtener el millón de soles que debe al Estado.

Esta situación es más dramática porque se da justamente en Áncash, una región próspera que cuenta con ingentes recursos provenientes del canon minero y que, por si fuera poco, cuenta con el puerto pesquero e industrial más importante del país: Chimbote. Pero especialmente, porque en este departamento se ha producido uno de los esquemas de corrupción más impactantes de los últimos tiempos, en el que la degradación de los políticos llegó al asesinato de sus opositores. Un sistema brutal y mafioso que se orquestó con la única finalidad de saquear las arcas públicas.

Es en Huaraz, la capital regional, en la que tres de los casos anticorrupción más emblemáticos del momento se entrecruzan. El expediente sobre la llamada Centralita, incluye como encausados nada menos que al hoy preso presidente regional, César Álvarez (apodado “la Bestia”), Rodolfo Orellana y Martín Belaúnde Lossio.

Dado los hechos de corrupción recientes en las regiones, los partidos políticos debieron tener el doble de cuidado y unir fuerzas para que este abusado pueblo tuviera las mejores opciones electorales. Incluso pudieron realizar un pacto para que la Ley y el Orden se reimpongan y los ancashinos tengan autoridades idóneas en el gobierno regional, presidente y consejeros.

Contrastes entre Ica y Ancash

Ambas regiones que se han visto favorecidas por el crecimiento, y tienen casi el mismo PBI, pero desde el 2001 Ica casi lo ha triplicado, mientras que Áncash lo incrementó en solo un 50% adicional. El PBI per cápita del Sur chico se duplicó en una década, mientras que el departamento norteño, solo creció en 50%, cómo puede apreciarse en los cuadros superiores. En empleabilidad si están parejos con 97% (ver más abajo).

Estas diferencias pueden explicar, parcialmente, porque los electores iqueños han sido más sensatos y hayan entendido mejor que su bienestar actual se debe a la inversión y a la producción. En Ica se ha tenido pleno empleo y los recursos para el desarrollo provinieron directamente del sector privado. En cambio, en Ancash, cómo en Cajamarca, el canon, originado en la actividad privada (minería) llegaba a las urnas públicas locales desde el gobierno central, que muchas veces se asumía como recurso propio, obtenido sin esfuerzo y de libre disposición.

Comentarios adicionales

Fuerza Popular, el único partido nacional que ha ganado en tres regiones muy importantes:  San Martín con Víctor Noriega; Cerro de Pasco con Teódulo Quispe, quien venció al encarcelado por corrupción, Kléver Meléndez; e Ica con el empresario progresista, en el buen sentido de la palabra, Fernando Cillóniz. Un reconocimiento al esfuerzo y silenciosa laboriosidad de Keiko Fujimori. Sin embargo, también, llama negativamente la atención, la selección de otros candidatos naranjas, como el de Cajamarca que perdió contra el presunto delincuente y seguidor de las violaciones de la escuela estalinista, Santos, ver en Lampadia: La libertad secuestrada por el miedo – Stalinismo en Cajamarca.

En ese mismo sentido, se puede rescatar la cordura de los puneños y apurimeños, que castigaron en las urnas a los radicales Walter Aduviri y Michel Martínez, respectivamente. Una buena señal, que demostraría que los peruanos se empiezan a alejar de este tipo de personajes.  

Paradigmático, además, que en Madre de Dios gane un minero ilegal como Luis Otsuka, y que ninguna de las  organizaciones ambientalistas que participan en la COP20, haya hecho algún pronunciamiento al respecto.

En Arequipa, ganó Yamila Osorio, una abogada de 28 años que sucede al fracasado caudillo local Guillén, quien se retira de la política con serias acusaciones de corrupción. La joven Osorio tendrá que desprenderse pronto de su sombra y es de esperarse que su frescura le aporte oídos bien grandes y una mente abierta para construir una carrera política exitosa y de largo plazo. 

Aunque el exasperado caos político actual impide que se debatan con seriedad las reformas de la Ley Electoral y del sistema de partidos, así como la conformación de las regiones, tenemos que insistir que los cambios son cada vez más urgentes, para que más peruanos como Cillóniz  asuman el reto del gobierno de la cosa pública. Lampadia




Apuntes para la creación de empleo al 2034 (II)

Apuntes para la creación de empleo al 2034 (II)

Segunda parte

En la primera parte de este artículo explicamos que la tercera revolución industrial  tendrá efectos disruptivos en la vida de la humanidad, especialmente en el empleo, favoreciendo a los más preparados y ampliando la brecha con los países de menos ingresos. Señalamos que el paradigma de desarrollo basado en la industrialización y exportación de bienes físicos, estaría llegando a su fin. “La pérdida de industria a bajos niveles de ingresos, pone un tope a la contribución que esta puede hacer a los estándares domésticos de vida. Según Arvind Subramanian, asesor económico principal del nuevo gobierno hindú: “Este no es un problema pequeño, no hay una estrategia alternativa obvia, para convertir a los países pobres en ricos”. Ver en Lampadia (L): Apuntes para la creación de empleo al 2034 (I).

Enfatizamos que el principal objetivo de la economía es que se generen suficientes empleos adecuados o de calidad para toda la población en edad de trabajar. La nueva realidad tecnológica lo hará difícil con los cánones tradicionales. En esta segunda parte,  trataremos de evaluar las implicancias de esta tendencia en el Perú, así como las posibles acciones que deberemos emprender para superar este reto con éxito. 

  • Implicancias de la “Tercera Revolución Industrial” para el empleo en el Perú

Como muchos países del mundo, en el Perú se asume que la estrategia de desarrollo pasa por la industrialización (manufactura), dándole las espaldas a nuestros recursos naturales (RN). Esto ha llegado a tal punto que muchos académicos, economistas, políticos y periodistas, así como varias ONGs de países desarrollados, han venido sembrando un sentimiento negativos sobre la explotación de dichos recursos.

El caso más notorio es el de la minería, que se ha pretendido equipararla con la exportación de piedras, o con la explotación del guano y del caucho. Lo mismo ha sucedido con el petróleo y las hidroeléctricas. Bajo esta falaz prédica, base del programa original del actual gobierno y durante el premierato de Salomón Lerner, el gobierno oficializó el lenguaje anti-minero y, fundamentalmente, paró la mayoría de proyectos en marcha. Ver más información en Lampadia (L): Del gobierno al radicalismo subversivo – Siomi sin careta en Caretas y Perder Cajamarca es el fracaso de nuestra clase dirigente.

Hoy nuestra economía está frenada, dejando de crear empleo y de reducir la pobreza. Hace un año, el gobierno anunció un “Plan Nacional de Industrialización”. Luego, con el cambio del Ministro de la Producción, este se reenfocó con el “Plan Nacional de Diversificación Productiva” (PNDP), que enfatizó, su primer eje, el de la diversificación, manifestando que se había terminado el ciclo de exportación de bienes primarios, que teníamos que encontrar nuevos motores de crecimiento e insertarnos en las cadenas de valor agregado internacionales, como la estrategia básica para lograr un desarrollo de largo plazo.

Felizmente, el Ministro Piero Ghezzi, ha ido flexibilizando su mensaje. En CADE 2014, no  habló de cadenas internacionales de valor de productos industriales, explicó cómo se podía potenciar el sector maderero (primario inicialmente) y el proyecto de Olmos, facilitando mejoras portuarias y otras. Pero la prédica original, que llovió sobre mojado, sigue fijada en el imaginario nacional.

Por otro lado, nuestro nivel educativo es clamoroso, y por lo tanto, nuestros ciudadanos podrían quedar en el último escalón de la división del empleo.

Del análisis de la primera parte de este artículo, que muestra que la estrategia de industrialización manufacturera ya no podrá ser el camino para que un país pobre se desarrolle, tenemos que concluir que, hoy por hoy, los peruanos estamos apuntando al pasado, pensando que este es el camino del futuro. Si persistimos en buscar nuevos motores de desarrollo alejados de nuestros sectores primarios, o seguimos parando el desarrollo de los proyectos mineros, petroleros y energéticos, entre otros: ¡Nunca podremos ser un país desarrollado!

  • ¿Cómo podemos generar empleo adecuado en la tercera revolución industrial?

Cualquier propuesta sobre las estrategias para crear empleo para los próximos 20 años  tiene que engarzarse en una visión amplia del futuro y una perspectiva correcta de nuestra realidad, (ver en (L): El Perú no es igual a ningún otro país).

Por ejemplo: ¿En cuántos países la élite de su juventud universitaria dice, en un 93%, que quieren ser empresarios en no más de cinco años? ¿En qué país se apagaron las luces por tres décadas (60, 70 y 80s), se impidió la inversión privada en recursos naturales y se interrumpió el desarrollo económico y social? ¿Dónde se empobreció un país al grado de que sus maestros tengan ingresos reales (2014) equivalentes a un tercio de lo que tuvieron en los años 60? ¿Dónde se destruyeron las instituciones públicas y se devaluaron sus partidos políticos? ¿En qué país hubo que luchar en paralelo contra el  terrorismo y contra una de las más largas y altas hiperinflaciones de la historia mundial?

Estos acontecimientos determinaron atrasos y brechas anormales. De no haber tenido que vivir semejantes situaciones, seguramente, seríamos hoy, un país mucho más desarrollado, rico e institucionalizado, como Chile o más.

El reto de ponernos al día y, de prepararnos para un futuro tan exigente como el que se nos viene, debe incluir un conjunto de agendas que deben ser enfrentadas simultáneamente. En CADE 2014, IPAE revisó su propuesta de visión de futuro, ejercicio en el que se identificaron tres agendas: de gobierno, social y productiva. Ver el siguiente esquema:

Sobre la base de un buen liderazgo y sentimiento de ciudadanía y pertenencia, debemos trabajar en los tres frentes indicados en los triángulos externos. Todos están interconectados y dependen mutuamente.

Es obvio que necesitamos buena gobernanza y un excelente servicio civil, una muy mejor educación y salud, instituciones muy superiores e, infraestructuras que nos hagan competitivos y que pongan el mundo moderno al alcance de nuestros pobres. Pero nada de esto se podrá lograr sin crecimiento económico, sin inversión privada, sin multiplicar los ingresos de nuestra gente y sin darles la oportunidad de tener trabajos dignos y los niveles de vida de los mejores países emergentes del globo.

En cuanto a la mejora educativa, si queremos ser parte del nuevo mundo, no podemos eludir la necesidad de hacer una verdadera revolución o “Big Bang”. Ver en (L): Tenemos que emprender una revolución educativa.

Si tenemos que descartar la opción de desarrollarnos a través de la manufactura, debería estar muy claro que el Perú, “sub-explotado”, “con inmensos potenciales productivos dormidos”, puede lograr un aumento sustancial de su producción y su riqueza, multiplicando varias veces nuestros sectores: agroindustrial, minero, acuícola, energético, forestal, turístico y los que se basen en nuestra biodiversidad.

En minería, por cada empleo directo se crean nueve indirectos e inducidos (IPE), en la explotación racional de bosques y reforestación, podríamos crear empleos bien remunerados para todos los habitantes de la selva y buena parte de los de la vertiente oriental de los andes (Antonio Brack Egg). El creciente mundo emergente necesitará cada vez más alimentos, como los que podemos exportar.

Infinitas oportunidades que, dada la nueva realidad industrial del mundo, nos tienen que llevar a revalorar nuestros sectores naturales como la mejor base posible para un crecimiento duradero, que financie la agenda social y de gobierno y, que genere buen empleo y buenos ingresos para todos los peruanos.

Cada día será más difícil remontar nuestras brechas de desarrollo. ¡Es hora de adoptar la visión correcta, despolitizada y con un enfoque estratégico dirigido al desarrollo integral, sostenible y duradero, que hemos debido lograr hace rato! Lampadia




Apuntes para la creación de empleo al 2034 (I)

Apuntes para la creación de empleo al 2034 (I)

Primera parte

El objetivo final del desarrollo y del manejo económico de un país tiene que ser la creación de empleo adecuado o empleo de calidad para toda la población en edad de trabajar. Lograrlo conlleva haber superado la pobreza, alcanzar niveles de educación y salud del mejor nivel internacional, disminuir la desigualdad y superar todos los indicadores sociales. Para ello, se necesita un buen nivel de gobernanza, buenos servidores públicos, alta inversión, crecimiento e incremento de la productividad que establezcan una base duradera de buenos ingresos y bienestar general.

Todo esto tiene que estar enmarcado en la realidad del mundo en que  viviremos en las próximas décadas. Tenemos que ser exitosos en un mundo que no gobernamos y que estamos lejos de entender. Tenemos que  asimilar que cada día el tiempo transcurre más rápido, los cambios tecnológicos se aceleran exponencialmente y las oportunidades de hoy dejarán de serlo mañana.

En ese contexto tenemos que preguntarnos: ¿Cómo puede el Perú, establecer una visión y estrategias de desarrollo que nos permitan generar empleo adecuado e ingresos que le den a nuestros ciudadanos el mismo nivel de vida que tendrán los habitantes de los países más desarrollados?

Este artículo pretende analizar la evolución del entorno global, para sobre esa base, hacer unos apuntes que nos indiquen la dirección de las políticas públicas necesarias para lograr esos objetivos en el difícil e incierto mundo de mañana. Para este efecto hemos traducido y glosado varios elementos del especial de The Economist, The third great wave (La tercera gran ola), de octubre 2014. Dada la importancia y novedad de este tema, lo presentaremos en dos partes.

Análisis

El mundo está en los albores de la tercera revolución industrial. Esta cambiará los paradigmas productivos y la forma de vida de la humanidad, como lo hicieron las dos revoluciones anteriores. “La tercera gran ola de invención y disrupción económica, traída por los avances en computación e información y tecnología de comunicaciones (ICT) desde fines del siglo XX, amenaza con generar una mezcla similar de tensión social y transformación económica, [a la producida por las revoluciones anteriores]”. The Economist.

Las primeras revoluciones, basadas en el uso del carbón, el vapor, los ferrocarriles, los buques a vapor, la electricidad y los motores de combustión, trajeron muchos beneficios, pero en su momento crearon problemas graves de adaptación y desplazamiento del empleo. La nueva revolución con máquinas inteligentes, internet, robótica, vehículos sin conductor, drones, impresoras 3D, computación en la nube, tecnología médica y educativa a distancia (a costos cada vez más reducidos); la “revolución digital”; puede traer, como dice The Economist, una creación o destrucción masiva del empleo que está por verse.

Como explica la misma fuente, la revolución digital está abriendo una gran división entre los trabajadores más preparados y pudientes con el resto de la sociedad. En el pasado, las tecnologías trajeronun aumento de los salarios incrementando la productividad, dividiendo las ganancias entre trabajadores capacitados y no capacitados, entre el capital y los trabajadores y consumidores. Ahora, las nuevas tecnologías estarían empoderando a los individuos talentosos y abriendo brechas entre los más y menos capacitados, así como entre los dueños del capital y los trabajadores. The Economist agrega, que los gobiernos ya no podrán contar con que el sector industrial pueda absorber a los trabajadores no capacitados del área rural. En otras palabras, el sector industrial ya no será generador de empleo por excelencia. Seguramente, el sector de servicios, liderado por la educación y la salud en línea, ofrecerán una “bonanza” de productividad.

“El modelo de desarrollo a través de la industrialización está de salida”. La industrialización de China atrajo un continuo flujo de migrantes desde el campo. Sus ciudades industriales fueron escaleras para el desarrollo conectando su economía con el mundo y permitiendo importantes aumentos de los ingresos de los trabajadores. Los gobiernos del mundo emergente sueñan con repetir el éxito chino, pero parece que la transformación tecnológica en marcha está cambiando permanentemente las ecuaciones del desarrollo. Según Dani Rodrik, del Institute for Advanced Study en Princeton, EEUU, muchos países emergentes están enfrentando un problema de “desindustrialización prematura” (premature deindustrialisation).

Durante la mayor parte de la reciente historia económica, ser industrializado era sinónimo de ser rico, pero ahora, esta relación se ha roto. Arvind Subramanian, asesor económico principal del gobierno de India, dice “que los países, a cualquier nivel de ingresos, son hoy menos dependientes de la manufactura, tanto en términos de producción como de empleo. Y que el nivel de ingreso por persona, basado en la manufactura, llega a su pico cada vez a niveles más bajos”. Ver el siguiente cuadro:

 

La temprana pérdida de industria, o lo que Subramanian llama “prematura no-industralización”, es una preocupante tendencia dado el rol que la exportación de bienes ha jugado, históricamente, en el desarrollo económico. La productividad en las industrias de exportación tiene que ser alta, de otra manera no se puede competir en los mercados globales. Las historias exitosas del desarrollo de los tigres de Asia, nos muestran como pasaron de operar con márgenes bajos y mano de obra intensiva, produciendo ropa y juguetes, al ensamblaje de productos electrónicos, luego a la manufactura de componentes y, en los casos de texto de Japón y Corea del Sur, a manufactura, diseño y gerencia avanzados.

La pérdida de industria a bajos niveles de ingresos, contrariamente, pone un tope a la contribución que la industria puede hacer a los estándares domésticos de vida.“Este no es un problema pequeño, no hay una estrategia alternativa obvia, para convertir a los países pobres en ricos”.

Richard Baldwin, especialista en desarrollo internacional, en Ginebra, dice que se ha producido un gran cambio en lo que puede industrializarse. La base industrial de Japón y Corea de Sur fue un proceso arduo, que solo pocos países podían lograr y alcanzar el beneficio de convertirse en una economía rica y diversificada. Al contrario, en la era del comercio de las cadenas productivas, la industrialización significa poco más que abrir los mercados laborales nacionales a los manufactureros globales. Pero lo que viene rápido, puede irse rápido. El eventual incremento de los salarios conducirá a los manufactureros a migrar a locaciones (países) más económicas.

Además, las nuevas tecnologías están desmaterializando la actividad económica. En todas partes, los consumidores gastan una mayor proporción de sus ingresos en servicios como salud, educación y telecomunicaciones. El comercio de bienes físicos, medido en términos de valor agregado cayó de 71% en 1980 a 57% en el 2008. Subramanian, piensa que la mayor esperanza de la India para satisfacer a sus millones de desempleados, es producir más trabajadores capacitados, en vez de apoyarse en la manufactura.

Dadas las debilidades de muchos países pobres en instituciones, infraestructuras y conocimiento, incluso los salarios muy bajos, pueden ser insuficientes para atraer a los manufactureros.

Un modelo de desarrollo en el que el crecimiento rápido de los ingresos se limita a los más capacitados, puede ser insostenible. Durante los últimos 10 a 20 años, la desigualdad ha crecido en muchas economías (desarrolladas), pero se ha reducido a nivel global por el rápido crecimiento de los países emergentes. Pero sin un nuevo modelo de desarrollo, esto puede reversarse.

The Economist destaca que la nueva revolución puede también traer una serie de oportunidades como la masificación de los mercados globales, artesanos globales, redes globales de apps en temas tan nuevos como alojamiento de turistas y viajes (economías compartidas), impresiones 3D de órganos humanos, educación informal en línea a bajísimos costos y con gran flexibilidad, disminución de los costos de comunicaciones, videos y música, hasta casi cero y servicios de salud remotos en línea. Y quién sabe qué otras oportunidades pueden aparecer, “como aumentar la productividad de los trabajadores menos capacitados mediante nuevos caminos, tal vez a través de exosqueletos o implantes cerebrales.

Existen tres maneras de enfrentar el eventual desbalance laboral, aumentar la productividad de los menos preparados, convertir a los menos preparados en más preparados y brindar un soporte de ingreso (subsidio) a aquellos que no puedan adaptarse. Más y mejor educación puede ser clave, un buen estándar en habilidades lectoras y matemáticas será crítico para lograr que la mayoría de trabajadores participe en el comercio de servicios globales. En los países desarrollados se está pensando en la posibilidad de generar subsidios individuales, si todo lo demás no es suficiente.

Esta nueva realidad tendrá enormes repercusiones en la vida de los seres humanos. Para entender sus impactos en el Perú y cómo podríamos proteger la creación de empleo, presentaremos la segunda parte en un próximo artículo.

Segunda parte: Implicancias para el Perú y Estrategias ad-hoc.

Lampadia




Las reformas que transformarán a la India en la tercera economía global

Las reformas que transformarán a la India en la tercera economía global

India es un país de enormes contrastes. En este nación coexiste un triple sistema de desigualdades: de clase, género y casta que impiden que 360 millones de indios salgan de pobreza, como señala el premio nobel de Economía, Amartya Sen. A la vez, acaba de poner un satélite en la órbita de Marte invirtiendo tan solo 60 millones de dólares (una cifra ínfima si se la compara con los presupuestos de la NASA). Este logro se entiende porque es el mayor exportador de conocimiento informático y el principal proveedor de Silicon Valley. Así de paradójico es el Estado que Nerendra Modi gobierna desde hace seis meses y al que empieza a transformar con una serie de medidas audaces, de apertura económica y libre mercado que empiezan a encender la admiración mundial. Bajo el lema “No red tape, only red carpet” para los inversionistas las cosas empiezan a cambiar (ver en Lampadia (L): El cambio de timón (pro mercado) en la India).

Modi llegó al poder de la democracia más grande del mundo prometiendo una revolución que modernice al país (MODIfied India) y lo lleve por la senda del crecimiento. Su PBI del 2012 era de 1.84 billones de dólares lo que lo convierte en la décima economía global. Con sus reformas, espera cumplir las proyecciones de la OECD y el 2050 ocupar el tercer puesto (por debajo de China y los Estado Unidos) elevando el producto a 25,000 billones de dólares. Ese es el reto y allí apunta. 

La nueva política

El primer cambio es en la forma de relacionarse con la población. Ha utilizado las nuevas tecnologías para acercarse a los ciudadanos. Modi cuenta con 25 millones de fans en Facebook y ocho millones de seguidores en Twitter. Pero también ha mostrado su enorme liderazgo con discursos y con la acción política.

Recientemente mostró toda su capacidad como gran comunicador de masas. Eligió el aniversario del nacimiento de Mahatma Gandhi para coger una escoba y relanzar el programa de saneamiento. Aunque para los occidentales este acto puede parecer trivial, en la India no lo es. El Primer Ministro asumió la causa de la limpieza de las ciudades (un problema de saneamiento gravísimo que afecta seriamente la salud de millones de personas) con una convicción y vigor nunca antes visto porque ataca a otro de los grandes males sociales: la intocabilidad y la recolección manual (recoger basura es una tarea que solo le competía a la casta de los intocables).Que un Primer Ministro coja una escoba y barra es más que un gesto político, es el inicio de una transformación social.

En la misma línea de mejorar la salubridad de esta nación, prometió la construcción de 600 millones de baños. En la India el 54% de la población carece de retretes, lo que genera graves problemas. “Nadie me puede reprochar hablar de retretes en el Fuerte Rojo [el histórico lugar donde pronunció su discurso]. Yo vengo de una familia pobre, he conocido la pobreza, la dignidad de los pobres comienza por ahí”, señaló Modi.

En otro gesto brillante, para decretar la desaparición de la Comisión de Planificación (la encargada de establecer las políticas económicas) y demostrar que las reglas del libre mercado empiezan a regir la economía, dio un discurso desde las murallas de la célebre fortaleza roja en las que anunció los cambios que espera.

Dentro de sus medidas económicas, como ya anunciamos anteriormente, están que los barcos solo necesitan sacar una licencia una vez (antes se hacía anualmente) y que ya no se necesita acudir a los notarios para realizar tramites en el Estado. (Ver en L: La visión de país y reformas que el Perú necesita). Aquí presentamos otras reformas:

La reforma laboral

Actualmente, el subcontinente tiene una población de 1,250 millones de habitantes, representa el segundo mayor mercado interno del mundo, solo superado por China (1,350 millones). Modi desea que su país deje de verse como un gran mercado y se convierta en un gran centro manufacturero. “La facilidad para hacer negocios es el requisito primero y principal para convertir a la India en un centro manufacturero mundial”, dijo Modi en Nueva Delhi. Y para ello ha aprobado un paquete que reforma las políticas laborales.

“Las leyes laborales, muchas de las cuales se remontan a la época en que la India era colonia británica, regulan estrictamente la contratación y despido de trabajadores y requieren un enorme papelerío que suele desalentar la contratación de personal nuevo. Con las nuevas normas, se les facilitaría a los trabajadores vincular sus ahorros en Provident Fund -un plan de ahorros del gobierno financiado con las nóminas- con sus cuentas bancarias y transferir los fondos al cambiar de empleo”, señala la prensa. De esta forma, también apoya su campaña que busca bancarizar la India.

Además, los informes de inspecciones de fábricas deberán entrar en un sitio de internet del gobierno a los tres días de ser elaborados, a diferencia de las verificaciones actuales, que según los empresarios son arbitrarias y permiten el acoso por parte de los inspectores.

Con estas reformas, lanzó “Make in India” (Fabrica en India). La idea de industrializar India es el camino escogido para crea empleo. Una urgencia dado que 13 millones de jóvenes se incorporan al mercado laboral cada año. Modi desea convertir a la India en la próxima potencia textil.

Más energía, nada de subsidios

Modi sabe que necesita más energía para conseguir industrializar el país, para ello ha puesto fin a los subsidios al diesel controlados por el gobierno y aumentó los precios del gas natural como parte de los intentos por reforzar la inversión en el sistema energético del país.

El gobierno de la India ha tratado siempre de proteger a los consumidores más pobres mediante el control del precio de los combustibles como el diesel  y el kerosene, pero acosta de un déficit fiscal considerable (US$ 23,000 millones solo el 2013), puesto que importa cerca de 80% de su petróleo. Asimismo ha subido el precio del gas para incentivar nuevas exploraciones.

Además, se está evaluando el ingreso de privados a la explotación de minas de carbón que era un monopolio privado. Modi ha puesto como una de las prioridades de su gobierno reducir los apagones, en su apuesta por revitalizar el crecimiento y para ello necesita energía barata.

Cerrar la brecha en infraestructuras

Modi ha conseguido de China y Japón compromisos de inversión multimillonarios (25 mil millones y 35 mil millones de dólares respectivamente) para construir trenes y carreteras que alivien el déficit de infraestructuras del país.

Digitalizar la india

El Primer Ministro quiero utilizar el potencial digital de su país para modernizar el país. En su primer discurso del Día de la Independencia, cautivó a la juventud al hablar de su sueño de una India digital en 2019. Eso es tener un gobierno electrónico eficiente y funcional, banda ancha para todos, educación por internet, telemedicina y otros. El plan digital de India está destinado a cubrir todo. Para empezar, el gobierno ya está prestando servicios públicos a través de un portal unificado.

Ahora en el portal makeinnidia.com, los empresarios pueden obtener licencias de funcionamiento de sus empresas en 72 horas.

Pero eso no acaba ahí, el gobierno está destinando ingentes recursos para contar con ciudades inteligentes. El plan es construir 100 ciudades inteligentes en la India en los próximos años. Las ciudades inteligentes se definen ampliamente como espacios urbanos que están integradas tecnológicamente, bien planificados y adaptados al medio ambiente. Es un proyecto a largo plazo y bien podrían extenderse durante 10 años o más, según las autoridades. Un modelo flexible APP (asociación público-privada) se está elaborando para concretarlo lo antes posible.

Aunque parezca pronto, las medidas están dando resultados y este año la India retomará el crecimiento, se esperan cifras cercanas al 7%. India surge como la nueva potencia mundial. Una buena noticia para la economía global y un excelente ejemplo de cómo tienen que hacerse las cosas. Lampadia




Nuestro Presente exige lo Mejor de Todos los Peruanos

Nuestro Presente exige lo Mejor de Todos los Peruanos

Después de haber tenido un ciclo virtuoso de más de diez años en los que se produjo un notorio cambio de ritmo en la evolución de nuestra economía y en los sentimientos de buena parte de nuestra sociedad, hemos pasado a un año 2014, en el que es difícil rescatar acontecimientos positivos y  un estado de optimismo.

Efectivamente, hasta hace poco tiempo hemos podido experimentar un conjunto de realizaciones que no se pueden negar sin caer en el desconocimiento de la nueva realidad que logramos para que fuera abarcando a todos los peruanos. Así tenemos que en ese período que:

  • Crecimos alto y sostenidamente
  • Disminuimos la pobreza en proporciones encomiables
  • Al mismo tiempo disminuimos la desigualdad
  • Disminuimos la mortalidad infantil y la desnutrición
  • Alcanzamos las Metas del Milenio de las Naciones Unidas con dos años de anticipación
  • Doblamos el empleo adecuado a más de diez millones de peruanos
  • La inversión, el empleo y los ingresos crecieron más rápidamente en las regiones
  • Batimos nuestro record de inversión total sobre producto llegando a superar el 28%
  • Hemos transformado la calidad y fortaleza de todos nuestros sectores productivos
  • Acumulamos reservas internacionales hasta un 30% del PBI
  • Hemos gozado de una fortaleza fiscal histórica
  • Creamos una creciente, importante y pujante clase media
  • Se dinamizó la economía rural en la sierra en un ritmo sin precedentes, como lo describió Richard Webb en su libro Conexión y Despegue Rural
  • Logramos el grado de inversión llegando al rango de A3
  • Bajamos la deuda pública externa por debajo del 10% del PBI
  • Prestigiamos al país en todos los foros internacionales

Nada de esto, ni el conjunto de estos avances, significa que habíamos terminado la tarea de llevar al país al desarrollo integral, sostenible y duradero, mantenemos niveles de pobreza extrema que si bien bajó al 4.7% de la población, pero tenemos bolsones de pobreza extrema en algunas zonas del país que son inaceptables. Tampoco logramos mejorar la calidad de la educación y nos falta mucho por hacer en salud. Asimismo, no logramos cerrar las brechas de infraestructuras, que no solo aminoran los costos de la economía, también democratizan el acceso de los pobres al mundo moderno, por ejemplo, con mejores servicios sanitarios, caminos y postas médicas.

Al mismo tiempo hemos sufrido un notorio retroceso en seguridad interna, se siguen consolidando las actividades delictivas de todo orden y tal vez, uno de nuestros peores desarrollos es el debilitamiento de nuestras instituciones, por la calidad de nuestra representación política y el desprestigio de nuestras instituciones tutelares. Se ha agravado la desconfianza en el sistema judicial, la corrupción política ha tomado cuerpo en las regiones y hemos empezado a perder confianza en nuestro futuro.

Para mayor frustración, nuestra economía, fuente de trabajo y recursos fiscales, viene acusando un deterioro acelerado que está resquebrajando nuestra visión sobre el futuro del país.

Todo esto es parte de nuestra realidad actual. Siendo así, cabe preguntarse: ¿Si hemos llegado al final de nuestro proceso de creación de bienestar? ¿Hemos agotado nuestras capacidades de crear riqueza y aminorar nuestras carencias sociales? ¿Hemos destruido la posibilidad de  ambicionar un futuro mejor?

La respuesta contundente tiene que ser que ¡NO!

Nuestras posibilidades de desarrollo son casi ilimitadas, solo tenemos que hacer bien las cosas y sobre todo, trabajar unidos, confiando los unos en los otros y principalmente, entender que el gobierno y el sector empresarial debemos reflexionar juntos, sobre cómo enfrentar nuestros retos desde el  mismo lado de la mesa.

Este gobierno ofreció inclusión, en medio de un período de nuestra historia en el que nunca habíamos avanzado más en inclusión y, ahora corre el riesgo, de colapsarla.

Nadie puede querer que esperemos al próximo gobierno para “desfacer entuertos”, como diría Cervantes, todos queremos que este gobierno termine airoso en su tarea. Pero para ello hay que empezar por reconocer la realidad, apreciar adecuadamente nuestro potencial de recuperación económica y acometer las mejoras sociales y, principalmente, abandonar la nefasta práctica del enfrentamiento político y la desconfianza en la inversión privada.

Asimismo, los ciudadanos, los gremios empresariales, los líderes académicos e intelectuales y los medios de comunicación debemos darle a nuestro país, con nuestra mayor generosidad posible, nuestro aporte constructivo, una tregua de armonía y confianza, para que todos juntos retomemos la senda del progreso y terminemos la tarea inconclusa de lograr el desarrollo para todos los peruanos.

Pero para desencadenar este proceso señor Presidente, esperamos de usted una convocatoria a cambiar de música, palabra y obra, con oídos grandes y unos brazos bien abiertos mantenidos hasta el año 2016. Lampadia




Sin flexibilidad laboral perdemos empleo y productividad

Sin flexibilidad laboral perdemos empleo y productividad

Hace unos años atrás, las encuestas indicaban que uno de los principales reclamos ciudadanos era el empleo. La gente pedía trabajo. Hoy, esta exigencia no aparece en las encuestas. ¿Por qué? Porque con el crecimiento económico el empleo ha aumentado. Incluso, hay regiones como Ica, por ejemplo, con pleno empleo. Y no mal remunerado, los ingresos se han incrementado en las últimas décadas. Ahora la discusión gira entorno a la informalidad.

Distintas circunstancias han puesto a la informalidad laboral en el centro del debate. La polémica sobre la obligatoriedad de los aportes de los independientes a los sistemas de pensiones, la necesidad de hacer más competitiva la economía ante la evidente desaceleración que viene sufriendo y así como la publicación de estudios sobre el empleo formal (Ministerio de Trabajo – MINTRA).

De acuerdo a un informe del MINTRA solo el 29,5% de las casi 16 millones de personas que conforman la PEA ocupada tiene un empleo formal. Es decir un 70% se halla en la  informalidad. Según Jorge Toyama: “El empleo formal se concentra en el Estado, en las empresas de 10 a más trabajadores y en los independientes con educación superior. El Estado comprende a 1,4 millones de trabajadores, la mediana y gran empresa (con más de 100 trabajadores) a 1,5 millones, la pequeña empresa a 1,6 millones, y los independientes a solo 260 mil personas. En total, hay 4,8 millones de trabajadores formales. El sector informal, siguiendo el estudio del MNTRA, comprendería a 11 millones de trabajadores. Este sector percibe bajos ingresos [en promedio], no accede a la formalidad y especialmente tiene escasa cobertura en seguridad social: solo el28% de los trabajadores tiene un aseguramiento contributivo (Essalud y EPS)”.

Las cifras son elocuentes. Muchos sugieren o señalan abierta y erradamente que esta situación es causada por el modelo económico, al que acusan de descuidar el empleo. Nada más falso, son justamente las regulaciones y la escasa flexibilidad laboral lo que alienta este indeseable fenómeno. El Perú es uno de los países con mayor rigidez en el mundo en contratación y despido de acuerdo al  World Economic Forum. Ocupamos el puesto 14 de 144 (donde el primero es el más rígido)

Otros indican que es un sobrecosto. En Lampadia, no creemos que las vacaciones y gratificaciones deban considerarse sobrecostos. Cuando se emplea a una personal se lo hace por un paquete anual. Allí no está el problema. Como se ha señalado líneas arriba los inconvenientes radican en los costos de despido, en el regreso de la estabilidad laboral que incluye reposiciones destructivas de la productividad y hasta de instituciones como la policía, que tiene que reponer a delincuentes separados de sus filas, por órdenes judiciales. Toyama indica que “en otro países no se entrega al trabajador un seguro de desempleo e indemnización al mismo tiempo”.

Para colmo de males en los últimos años, tanto el Tribunal Constitucional como el Poder Judicial han reinstaurado con sus sentencias la más estricta estabilidad laboral, obligando a las empresas y al Estado a reponer a trabajadores despedidos. Y esto no es todo. El cese colectivo por razones económicas es imposible. En los últimos 13 años, el Mintra no ha autorizado ninguna solicitud de este tipo. Por tal motivo, como señala el citado especialista, es menos oneroso y fácil liquidar una compañía que reducir la planilla. Un contrasentido que atenta contra las principales generadoras de empleo: las empresas privadas. A diario, firmas cierran las puertas agobiadas por las regulaciones laborales que imponen multas, moras y obligaciones estratosféricas que las llevan a la quiebra.

Apenas una empresa se formaliza, los fiscalizadores laborales se acercan, piden libros y ordenan cómo deben ser las planillas (montos y formas de pago), imponen multas por omisiones de los años previos a la formalización (un contrasentido), asfixiando financieramente a las empresas que no consiguen superar lo que Pedro Olaechea ha llamado “el valle de la muerte” (el imposible paso de micro y pequeña empresa a categorías de mayor tamaño y formalización). Por eso en el país no tenemos muchas empresas medianas.

Esta trampa anti desarrollo es algo similar a lo que ocurre en Francia, en el que el número maldito es el 50. Las empresas no contratan al empleado número 50. Se quedan con 49, porque de lo contrario desencadenan casi tres decenas de regulaciones laborales que elevan sus costos al punto de representar inmensas pérdidas.

El sueldo mínimo vital, también se consideraun factor limitante para la formalización. De acuerdo a un estudio de Macroconsult, el actual nivel de la Remuneración Mínima Vital es demasiado alto para la realidad de las micro y pequeñas empresas. Según este informe: “el 39% de los trabajadores informales del sector formal y un 63% de los trabajadores informales perciben menos del salario mínimo (S/. 750)”.

Tiene sentido, recientemente los suizos votaron en contra de que se fijara un salario mínimo en su país (su actual tasa de desempleo es de 3.3%). Prefirieron la libre negociación como es hoy. El estado del bienestar europeo con sus rigideces laborales explica en buena medida que en España el desempleo juvenil supere el 55% de los jóvenes en edad de trabajo. Alemania se salvó de esto, porque antes de la crisis  reformó su sistema flexibilizándolo.

En nuestro país, la formalidad es como un gueto inverso, hecho para que nadie entre. Además, la institucionalidad creada alrededor de nuestras regulaciones hace que, por ejemplo, los gremios sindicales terminen defendiendo el privilegio de minorías y evitando la protección del gran conjunto de trabajadores.

Está comprobado que la sobreregulación afecta el normal desenvolviendo de los mercados y el laboral no es una excepción. Por tanto es urgente realizar cambios que no sólo nos hagan más competitivos. Para ello, el gobierno debe crear una formalidad más accesible, explicar a empleadores y a la población los beneficios de un sistema más flexible y establecer procesos de transición no punitivos. Ojalá no tengamos que afrontar una crisis económica con rigidez laboral, como en España. Lampadia




Destrabemos megaproyectos para recuperar el crecimiento

Destrabemos megaproyectos para recuperar el crecimiento

Hasta el 2008 el Perú había mostrado un franco crecimiento. Hemos sido -y en cierta medida seguimos siendo- la estrella de la región. Dicho año crecimos 9.1%, luego estas tasas se fue reduciendo. Así, hemos pasado de 8.5% en el 2010 a apenas 4.2% en el 2014, si es que nos dejamos llevar por la última proyección anunciada por el ministro Luis Miguel Castilla.  Ver en Lampadia (L): Gobierno anuncia nuevo MMM y reduce la proyección de crecimiento.

Por el momento podemos prever que la estructura misma del PBI ha variado. En el 2008 la minería representaba el 14% del PBI y el 58,4% de las exportaciones. Para el 2013 la minería representó solo el 12% del PBI y el 55,1% de las exportaciones. O sea, la importancia de este sector se ha visto reducida en estos años. Esto no es difícil de explicar. Desde que entró el nuevo gobierno se han frenado las exploraciones mineras y se ha dificultado la inversión en los grandes proyectos. Asimismo, el discurso anti-minero oficializado por el Primer Ministro Lerner, que ofreció una nueva minería que nunca se formuló, espantó los capitales.

Todo esto no solamente tumba la producción del sector minero, sino además perjudica a las demás empresas pequeñas, medianas y grandes que son parte de la cadena de producción de este sector. Después de todo, el crecimiento del sector minero ha ayudado al surgimiento de un sector industrial que es el más grande, fuerte, competitivo, innovador y exportador de nuestra historia. Por otro lado, no olvidemos que por cada puesto de trabajo creado por la minería se crean 9 puestos en los demás sectores, entre directos, indirectos e inducidos.

Esta situación no se va a revertir con los proyectos que ya tenemos en marcha, su efecto será solo temporal, en la medida que vayan entrando en producción. Lo que necesitamos es que el gobierno tome la decisión política de destrabar algunos de los grandes proyectos mineros, petroleros y energéticos que se encuentran parados por diversas razones.

Según la información del Ministerio de Energía y Minas, algunos proyectos de gran envergadura podrían salir adelante en un periodo relativamente corto de contar con apoyo político. Por ejemplo, Conga en Cajamarca representa una inversión de US$4,800 millones que bien podrían ejecutarse si es que el Estado hiciera su parte. Otros proyectos, como Tía María, podrían ser bloqueados si es que no velamos por su desarrollo.

Mucho más conveniente que estar descubriendo nuevos motores de producción o apostar por proyectos de inversión en infraestructura que son muy de largo plazo, es jugar con lo que ya se conoce y ya ha generado puestos de trabajo y tantos otros beneficios para el país en los años pasados. Ver en (L): La minería tiene un alto valor agregado. El Gobierno podría comprometerse a sacar adelante apenas dos grandes proyectos en lo que le queda de tiempo y esto tendría un impacto reactivador bastante fuerte. Es más, incluso tendría un gran impacto positivo en la recaudación tributaria. Ver (L): El impacto macroeconómico de la minería.

El sector privado e incluso estudios internacionales tienen identificado lo que hace falta resolver para que la inversión fluya.  Ver en (L): A pesar de nuestro gran potencial minero, seguimos a media tabla.  Por ejemplo, Colombia está creciendo casi el doble que el Perú sobre la base de la desregulación de su economía y la promoción de la inversión en minería. Lo que faltaría, entonces, es que hagamos algo concreto al respecto o este gobierno nos dejará para el próximo periodo gubernamental en condiciones clamorosas y muy distintas a las que encontró. Lampadia




Plan de Diversificación Productiva y sus diagnósticos equivocados

Plan de Diversificación Productiva y sus diagnósticos equivocados

Es importante analizar los supuestos y las premisas en los que se basa el Plan de Diversificación Productiva (PDP), ya que la visión y percepción de los procesos que ha estado viviendo el Perú resultan esenciales para realizar el diagnóstico adecuado para la elaboración de las recomendaciones de política.

Así por ejemplo, encontramos que en la página 27 del ambicioso PDP se menciona: “(…) la evolución de la economía es menos notable cuando se consideran las variables que mejor reflejan el bienestar de los ciudadanos. Tal es el caso de la productividad del trabajo, el empleo y la distribución de ingresos, accesos y oportunidades”, para lo cual se cita al libro publicado por Ghezzi y Gallardo.Sin embargo creemos que la realidad es otra.

Estas mejoras tan pronunciadas en los ingresos reales solo serían viables gracias a mejoras en la productividad. (ver: No es chorreo, son manantes)

Nadie niega que en la foto, la productividad del empleo aún es baja, sobre todo cuando nos comparamos con Chile o México. Sin embargo, en términos de la evolución de esta variable (“la película”),la tasa promedio de crecimiento de la productividad fue de 2.3%. Lo que se ha visto es que a partir de la segunda mitad de la década del 2000, cuando las reformas empezaron a madurar y las inversiones  privadas (83% del total) y públicas alcanzaron niveles record llegando al 26% del PBI (2013), impulsando el crecimiento de productividad, que el Perú lideró en  Latinoamérica (que en conjunto decreció en 0.3%). Además, superamos el promedio de todos los países emergentes, que en el periodo 2005-2011 solo mejoraron su productividad a un ritmo de 1.6% anual (ver: La productividad del Perú en tres tiempos). Cabe señalar que de acuerdo al BBVA, la productividad de nuestro país explicó poco más del 40% del crecimiento promedio del PBI en la última década (ver: BBVA Research destaca crecimiento de la productividad en Perú).

En cuanto al empleo, el panorama también ha sido muy alentador. Entre el 2001 y 2012, se crearon 5.6 millones de empleos adecuados (un crecimiento de 112%), con lo cual se elevó a 10.7 millones. Es decir, el 66% de la PEA (Población Económica Activa), que hace 10 solo alcanzaba al 40%. (Ver: Buena chamba crece 112%).

Tanto las mejoras de la productividad como el incremento en el empleo adecuado, han sido consecuencia de la mayor inversión privada registrada durante la década pasada, que fue el principal motor del crecimiento. El Ex Ministro, Luis Carranza, recordó hace poco que en el año 2000 solo 18 empresas exportaban más de US$ 50 millones al año, y todas pertenecían al sector extractivo. Por el contrario, al 2013 el Perú ya tiene 99 empresas que exportan más de US$ 50 millones y al menos la mitad no tiene nada que ver con el sector extractivo. Asimismo, las exportaciones agrícolas se han multiplicado por 20 en este periodo, la metal-mecánica ha crecido 10 veces y las ganancias sectoriales de productividad está siendo liderada por el agro (y no por la minería). Esto refleja un dinamismo transformador de la economía que ha permitido generar bienestar sostenible en los peruanos, aumentando el empleo y la productividad del trabajo. Sin mencionar los avances sociales como el hecho de haber sido el único país en superar las Metas del Milenio, dos años antes de su plazo.

Insistimos en que el Perú cuenta con claras ventajas para generar industrias sostenibles en torno a la minería, el sector forestal, la transformación petroquímica, la pesca, las agroindustrias, la energía y el turismo, sin descartar otras que puedan ser identificadas y desarrolladas por los propios empresarios. Por ello, las políticas se deberían pensar sobre la base de los limitantes al crecimiento regional, y dirigido a alcanzar el potencial productivo de los sectores donde tenemos ventajas.

Ronald Hartwell, uno de los más prestigiosos historiadores económicos -conocido por sus trabajos sobre el proceso  de industrialización inglés-, señalaba que la acumulación de capital es una de las características esenciales de los procesos de desarrollo productivo. Por ello, una agresiva política de atracción de inversiones (para lo cual debe mejorarse el clima de inversión), es fundamental para alcanzar nuestro pleno potencial. En esta línea, una rápida forma de estimular una alta tasa de formación de capital donde tenemos ventajas es estimulando la inversión nacional y extrajera.

La experiencia nos enseña que una política industrial moderna debe buscar aumentar la competitividad mirando al mundo, sin elegir “ganadores” ex-ante (o ex-post, según estudios de escritorio) e incentivando de forma inteligente la acumulación de capital en torno a los sectores con mayor potencial.Lampadia




Cifras y logros del Perú en el 2013 (preliminares)

Cifras y logros del Perú en el 2013 (preliminares)

Culminado el 2013, ya conocemos algunas cifras oficiales. En general los resultados fueron buenos: el PBI creció 5.3%, la inflación se ubicó dentro del rango esperado, se crearon más empleos adecuados (5.7% en Lima Metropolitana), mientras que el riesgo país se mantuvo bajo. Sin embargo, debemos estar atentos a potenciales riesgos como la desaceleración de la inversión del último trimestre. Es necesario que el Gobierno y su nuevo gabinete emprendan una campaña para recuperar el ritmo de crecimiento. En temas estructurales, la mala noticia fue el resultado de la prueba PISA (último lugar), por ello es urgente desarrollar una gesta por la educación.

El 2013 dejó cifras muy interesantes sobre el desempeño del Perú. En primer lugar, la economía creció 5.3%, un número destacable, que lo ubica al tope del ranking de crecimiento de la región, en medio de un mundo que aún no despega. Con ello el PBI per cápita nominal se ubicó en US$  6,787. La inversión total, alcanzó un récord de 28% del PBI, equivalente a US$ 57,000 (privada 21.5% y pública 5.8%), la cual debemos tratar de mantener. Por ejemplo, es preocupante la desaceleración registrada el último trimestre, en que la inversión privada creció apenas 0.5%, la más baja desde 2009 (crisis global agravada por las señales de enfriamiento del MEF bajo Valdivieso).

De alguna manera el 2013 es un parteaguas. Mientras países como Chile, Colombia y Perú,  donde se aplica modelos económicos orientados al crecimiento, la inversión y el bienestar, han mantenido buenos indicadores; los que aplicaron modelos politizados al extremo, ya sea por afán de poder o ideología, como Venezuela y Argentina, iniciaron su debacle social y económica. Estos últimos van ahora directamente al colapso por la insostenibilidad de sus políticas. En este mismo grupo, se puede incluir, con mucho menor impacto a Brasil, que siguió privilegiando el asistencialismo y descuidando la inversión privada, al punto que ya dejó de ser una de las estrellas de los BRIC, y en la región, está siendo reemplazado por México, como el país a seguir más de cerca.

En años donde algunos de nuestros vecinos como Venezuela y Argentina sufren por la inflación, reservas internacionales que se desploman, y elevados déficits fiscales, el Perú mostró sólidos resultados en estos indicadores. La inflación fue de 2.86%,  ubicándose dentro del rango meta (entre 1% y 3%). Mientras que las reservas internacionales cerraron en US$ 65.6 mil millones, suficientes para financiar 18 meses de importaciones. Mientras que el resultado el Resultado Económico del Sector Público no Financiero fue positivo por tercer año consecutivo, equivalente a 0.7% del PBI.

Las cifras del empleo a nivel nacional aun no están disponibles, pero se cuenta con los resultados de Lima Metropolitana, que representa buena parte de la PEA. Así, la buena noticia fue el crecimiento de 5.7% de la población adecuadamente empleada, que llegó a  representar el 59% de la PEA, continuando con la senda de crecimiento de los últimos años (ver Buena chamba crece 112%).

Parte fundamental de la atracción de capitales extranjeros es la nota que recibe la deuda peruana. El riesgo país (medido como el diferencial del rendimiento de la deuda nacional versus la de EEUU) fue 177 puntos, en diciembre,  uno de las más bajas de la región, lo que nos da espaldas para seguir captando inversión (ver Deuda peruana es la menos vulnerable), y que los fondos de inversión extranjera coloquen sus recursos en el Perú para financiar nuevos proyectos.

En educación, el último puesto alcanzado en la prueba PISA, es un reflejo de las grandes brechas por cubrir en educación, y que exigen una reforma urgente. De ello depende que incrementemos el potencial de crecimiento y el bienestar de las futuras generaciones. Los resultados en educación han presentado avances en algunas regiones, pero aun muy lentos.  Según el censo escolar 2013 que mide el rendimiento de los alumnos de segundo grado de primaria, el porcentaje que alcanzó el nivel satisfactorio de rendimiento en comprensión lectora se incrementó 2.1%, mientras que en matemáticas fue de  4.0%.

Recientemente Colombia pasó a ser la tercera economía de América Latina, alcanzando un PBI de US$ 350 mil millones, desplazando al cuarto lugar a una cada vez más alicaída Argentina (US$ 343 mil millones), que, según el NYT: “es un caso único de un país que completó la transición al subdesarrollo” (ver “The New York Times” critica al peronismo). El Perú debe seguir creciendo y asumiendo una acción decidida para enfrentar su agenda pendiente. Lampadia




Buena chamba crece 112%

Buena chamba crece 112%

Las más recientes cifras del empleo muestran que el modelo económico peruano continúa generando más puestos de trabajo de calidad. Entre el 2001 y 2012, se crearon 5.6 millones, un crecimiento de 112%, pasando de 40 a 60% de la PEA. En 2013, las cifras de Lima Metropolitana confirman la tendencia.

Desde 2011 ya son 10.6 millones de peruanos que tienen empleo adecuado. En el 2012 se sumaron 800 mil más y otros 500 mil salieron del subempleo. La ministra de Trabajo señaló que en el 2013, el Perú cerró el año con casi pleno empleo (El Comercio 07/02/2014). Estas son buenas noticias, pero al parecer no para todos. En un reciente artículo, Alfredo Torres, analiza la situación del empleo en el Perú. Su reflexión puntualiza que a pesar de su crecimiento, hace falta contar con un mayor número de puestos de trabajo de mayor calidad, o en otras palabras, que más peruanos tengan un mejor trabajo. 

La debilidad de este tipo de mensajes, que enfatizan las fotos del momento y no las películas (procesos) de los períodos de análisis relevantes, es que nos pueden impedir reconocer las relaciones causa-efecto de los logros sociales y económicos del país. En ese periodo, se crearon 5.6 millones puestos de trabajo adecuado, elevando su número 10.7 millones,  lo que representa el 66% de la PEA (Población Económicamente Activa), mientras que en 2001 llegaba solo al 40%.

Esta tendencia positiva se mantuvo en el 2013. En Lima Metropolitana, que concentra una buena parte de la PEA, en el último trimestre del año, la población adecuadamente empleada alcanzó los 2.9 millones (de un total de 5 millones de la PEA limeña), creciendo 6.2%, mientras que el subempleo caía en 4.6%. Es más, si tomamos en cuenta a toda la población empleada, el 60% cuenta con un seguro de salud, creciendo 7.4%, mientras que los que no cuentan cayeron en 5.2%.

Las necesidades del hombre son infinitas, y siempre se puede aspirar a algo mejor. Los alemanes tienen un dicho “la perfección no es suficiente”, refiriéndose a la calidad de sus productos, y la constante innovación que estos deben tener. Así debiéramos exigirnos nosotros mismos, pero sin debilitar el análisis causa-efecto, que solo puede apreciarse en perspectiva. No podemos desconocer que existen cambios urgente por realizar, que pasan desde una profunda reforma educativa hasta elevar la capacitación de nuestros actuales trabajadores, como lo hemos reclamado en nuestra última nota: Urgentes acciones para mejorar el capital humano.

Lampadia




Desempleo en Perú dura en promedio 3 meses

Desempleo en Perú dura en promedio 3 meses

La duración del desempleo en el Perú es de 11.4 semanas en promedio, valor inferior a los estimados para economías desarrolladas. La persistencia del desempleo es contracíclica, y su corta duración estaría explicada también por las reducidas fricciones que se generan ante la alta informalidad laboral.  

Un reciente documento presentado por investigadores del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) analiza la dinámica de la duración del desempleo en la economía peruana -altamente informal-, con hallazgos que valen la pena comentar. Utilizando la Encuesta Permanente de Empleo (EPE), el estudio muestra que en el periodo 2002-3013 la duración del desempleo fue  de 13.1 semanas en promedio mostrando una clara tendencia decreciente. De esta manera, para el año 2013 la duración completa estimada se redujo a 11.4 semanas.

¿Qué determina la persistencia del desempleo en nuestra economía? Los autores encuentran una fuerte influencia del ciclo económico. Es decir, el desempleo tiende a ser más prolongado si la economía se encuentra en recesión que en el ciclo expansivo. Igualmente, la limitada cobertura de un seguro formal de desempleo –el cual incentiva la búsqueda de trabajo- y la informalidad laboral, que en la práctica ha eliminado las fricciones a la contratación y al despido (en un mercado con altas tasas de autoempleo y trabajo independiente), son factores importantes que explicarían la relativa corta duración del desempleo, en comparación a otras economías más avanzadas.

El caso peruano resulta interesante porque el mercado laboral está dominado por sectores como las Pequeñas y Medianas Empresas (PYME) y los independientes que son los que demandan menos regulaciones y fricciones, pues justamente son los que presentan las tasas más altas de informalidad. Como señala Elmer Cuba en una entrevista para Lampadia “no son la CONFIEP, ni la CGTP, los que representan ni siquiera la media, ni la mediana, del mercado laboral”, por lo cual es fundamental apuntar al grueso de quienes conforman la oferta y demanda de trabajo a la hora de diseñar regulaciones que apunten a formalizar y reducir los costos relativos de la generación de nuevos empleos.

Habría que señalar que el empleo adecuado se ha duplicado en la última década y el subempleo ha caído en 20%, al tiempo que el salario real por hora también creció a esta misma tasa, así lo señala Nikita Céspedes en un artículo publicado en Lampadia.

Semejante mejora en los citados índices laborales no tiene precedentes. Estos resultados son consecuencia directa del crecimiento económico sostenido experimentado en los últimos años, el cual ha reducido la tasa de desempleo a apenas 6%. Se debe tomar en cuenta que el Perú, todavía presenta altas tasas de informalidad laboral y se requieren políticas activas para dotar de mayor competitividad relativa al sector formal con respecto al informal. Lampadia




Diez millones de peruanos la hacen

Diez millones de peruanos la hacen

Ya son diez millones de peruanos que tienen empleo adecuado, 4.8 millones más que hace una década. Estas cifras son el resultado del crecimiento de la economía peruana que, en el mismo periodo, creció de $57 mil millones de dólares a $203 mil millones. Curiosamente, en un reciente reportaje de La República (25 de noviembre, página 18), los economistas Félix Jiménez, Javier Iguíñiz e Ismael Muñoz dan a entender que el crecimiento económico no ha generado suficiente empleo, ingresos decentes ni inclusión laboral. En verdad las cifras oficiales de empleo muestran un proceso muy positivo. Ver cuadro 1.

El empleo adecuado en el Perú ha crecido en un 96% mientras el subempleo caía en 20%. Pero las cosas no quedan allí. Según información del INEI, elaborada por el IPE, se demuestra la alta calidad del crecimiento del empleo, inclusivo y descentralizador de la última década. El empleo ha crecido más fuera de Lima, en el espacio rural, y en la sierra y la selva que en la costa. Ver cuadro 2.

Además mejoran los ingresos

Según el mismo IPE, entre el 2001 y el 2010, el ingreso promedio mensual por trabajo aumentó en 54.6% a nivel nacional. Una vez más, la composición del incremento del ingreso es inclusiva y descentralizadora, pues crece más en provincias que en Lima, más en las zonas rurales y en la sierra y la selva, que en las ciudades y la costa. Ver cuadro 3.

No podemos dejar de mencionar que en el Perú hay mucho por mejorar en todos los planos: sociales, económicos e institucionales. Pero es muy importante destacar los procesos económicos positivos y sus relaciones causa-efecto para el conocimiento de los ciudadanos.

Ahora que viene el verano, ningún dedo podrá tapar el sol.