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¿Elecciones generales o complementarias?

¿Elecciones generales o complementarias?

Carlos Hakansson
Para
Lampadia

A diferencia de un presidencialismo clásico, dónde ejecutivo y legislativo son electos en comicios separados y no coincidentes, en la Forma de Gobierno peruana las elecciones son generales. La presidencia de la República y el Congreso se eligen en una misma fecha, excepcionalmente el ejecutivo en segunda vuelta electoral si ningún candidato alcanza más de la mitad de los votos emitidos (artículo 111 CP). Para el diseño de nuestro régimen presidencial, el constituyente quiso producir con las elecciones generales un efecto “arrastre o locomotora” que permita al candidato tener una bancada parlamentaria en proporción a los resultados en primera vuelta. Si bien este alejamiento de un presidencialismo puro no asegura mayoría parlamentaria al partido ganador de la contienda electoral, pues, en los últimos veinte años los partidos de gobierno ganaron agrupaciones de poco arraigo nacional, sí lo favorece para alcanzar acuerdos con otras bancadas afines. Negarse a pactar producirá una aguda como prolongada crisis de gobernabilidad. Recordemos que la composición congresal es multipartidaria y proclive a fragmentarse durante el mandato parlamentario.

El problema que se suscita es cuando los mandatos se acortan por causales previstas en la Constitución. En lo que respecta al Congreso, salvo el caso de ser disuelto una vez cumplida la condición en la Carta de 1993, establece que no existen otras formas de revocatoria del mandato parlamentario (artículo 134 CP). En el ejecutivo, en cambio, están previstas dos vicepresidencias en la plancha electoral para asumir la titularidad, ya sea por ausencia, suspensión, vacancia o renuncia del jefe de Estado. Agotadas ambas vicepresidencias, la Constitución dispone que el titular del Congreso asuma el mando en un acto que expresa la necesidad de cubrir un vacío de poder, pero al hacerlo debe convocar elecciones inmediatamente (artículo 115 CP).

Tras agotarse la plancha presidencial, la Constitución no especifica si se tratan de elecciones presidenciales o generales, es necesario interpretarla en armonía con su particular forma de gobierno. En ese sentido, si bien el constituyente dispuso que no existen otras formas de revocatoria del mandato congresal, podríamos interpretar que las elecciones sólo son presidenciales con la finalidad de consumar el mandato iniciado el 28 de julio pasado. La razón es que si los nuevos parlamentarios electos en sufragios complementarios (post disolución) completan el mandato congresal de cinco años, de modo similar, también debería tener el mismo efecto unas elecciones complementarias agotada la plancha presidencial. Debemos precisar que nos encontrarnos en un caso donde la realidad supera cualquier previsión constituyente, el agotamiento de la plancha antes de culminar el mandato presidencial; por eso se trata de una interpretación que conserva las particularidades previstas en nuestra forma de gobierno, como es la organización de elecciones generales en abril del año que corresponda al calendario electoral en armonía, mutatis mutandi, con las elecciones complementarias de representantes tras la disolución constitucional del Congreso (artículo 134 CP). Lampadia




Después de una mala década

Después de una mala década

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Pienso que los resultados de las elecciones generales requieren de todos nosotros reflexiones serias sobre como reconstruir la confianza en el futuro, salir de la pandemia y recuperar el crecimiento económico, el empleo y la reducción de la pobreza.

Necesitamos diseñar una visión de futuro que nos invite a todos los peruanos a enfrentar juntos la gesta del desarrollo. Más adelante volveré sobre este tema.

Por ahora tenemos que entender que nadie tiene una representación global del electorado. La segunda vuelta tiene que ser enfrentada con humildad, pero sobre todo, recogiendo el voto por el candidato radical, que no necesariamente es un voto que expresa un radicalismo extremo de la población.

El voto por Castillo no es solo un voto de rechazo a un sistema que ven lejano y corrupto, a un estado que no funciona, sino también cosecha la prédica de izquierda contra el sistema, que no ha sido contrapesada por la clase dirigente nacional, que ha abandonado el terreno político e ideológico.

Tenemos que invitar a esos peruanos, que tienen poca información sobre el mundo y el Perú, pero que se sienten auténticamente dolidos, a ser parte de la gesta de su propio desarrollo.

En diciembre del 2017 escribí en Lampadia: En búsqueda del tiempo perdido ¿Y ahora qué le decimos al Perú?

Hace muchos años repito que el Perú es ‘infinito’, que tenemos todos los recursos para ser un país rico. Hace tiempo que podríamos haber transformado nuestro potencial productivo en bienestar general. Esta visión incluye, por supuesto, mi apreciación por la calidad de nuestra gente, como personas trabajadoras, creativas y esencialmente sanas.

Pero como no todo puede ser bueno, tenemos una clase dirigente que, difícilmente, es digna de ser llamada así. La calidad de nuestra clase dirigente ha sido siempre motivo de duras críticas por parte de los peruanistas más destacados, como lo fueron Víctor Andrés Belaunde Diez Canseco y Jorge Basadre. La afectan dos grandes males: la búsqueda del beneficio individual y la falta de compromiso cívico.

Solo así podemos explicarnos que, una y otra vez, transformemos nuestras oportunidades en derrotas.

En diciembre de 2010, escribí en Diario 16: ¡Que buena década! – ¡Queremos otra!

Es hora de mirar el vaso medio lleno. Esta década está terminando de marcar nuestra transición desde una sociedad cerrada, estancada, a una sociedad abierta, de crecimiento. Estamos empezando a dejar atrás las actitudes del modelo mental ganar-perder, la suma cero, y adoptando las del modelo ganar-ganar, la suma positiva. Nuestros ciudadanos están pasando del oportunismo a la confianza en sí mismos, nuestros empresarios están terminando de transitar del mercantilismo a la competencia, y nuestros políticos, hay nuestros políticos, todavía muy pocos se alejan de la demagogia, el populismo, y el cortoplacismo, y pasan a la visión de futuro y la concordancia entre palabra y obra.

Quiero enfatizar que aún estamos lejos de resolver nuestros grandes problemas institucionales, sociales y económicos, pero si antes, la posibilidad de enfrentarlos y resolverlos, era una ilusión, un sueño o una promesa, hoy está en nuestras capacidades, hoy podemos dar un gran salto adelante para superarlos.

Por fin estamos aprendiendo a crear riqueza, base esencial del bienestar, estamos viendo como, con la inversión privada que se multiplica a lo largo y ancho del país, junto con la inversión pública en las regiones, que se hace posible gracias al crecimiento de la economía, se empieza a transformar nuestro perfil, y lo que es más importante, empieza a cambiar el sentimiento nacional.

Pero ¿qué pasó?

¿Cómo pasamos de esa situación a una década muy mala entre el 2011 y el 2020?

Evidentemente, perdimos el rumbo, nuestra clase política se dedicó a las absurdas y derrotistas guerrillas de poder, y nuestros intelectuales, gremios y empresarios, se olvidaron de participar en el debate nacional y de llevar el credo del crecimiento y el bienestar a todos los peruanos.

No entendimos que el desarrollo integral, económico, social e institucional, es tarea de todos. No podemos dejar la construcción del futuro en manos de los políticos y los pobres medios de comunicación. Tenemos que fajarnos por llevar la palabra y los actos pro-desarrollo, a todos los rincones del Perú.

La segunda vuelta tiene que marcar un giro profundo de nuestro compromiso con la patria. Es hora de re enrumbarnos a la gran gesta del desarrollo con humildad y amor por este maravilloso país. Busquemos la concordancia con el espíritu peruanista de nuestros grandes pensadores. Lampadia




Candidaturas y Vacunación

Candidaturas y Vacunación

Ing. Antonio Pratto
Miembro del Comando Vacuna
Para Lampadia

Estamos exactamente a una semana de las elecciones generales y con encuestas que nos ponen los pelos de punta de ver que los próximos cinco años seguirán siendo complicados para nuestro país. No solo por las propuestas populistas de los candidatos presidenciales sino por el fraccionamiento que tendría el nuevo congreso.

Los planes de gobierno de los diferentes candidatos no presentan propuestas para las grandes reformas que el país necesita en lo político, económico y social. Y mucho menos en la estrategia más básica y urgente que el país necesita para terminar con la pandemia: LA VACUNACIÓN, para que de esta manera se pueda terminar también con la crisis sanitaria y económica que nos agobia desde hace más de un año.

Las propuestas demuestran un desconocimiento de la crisis sanitaria y de lo que significa el proceso de vacunación, pero principalmente una ignorancia absoluta del proceso de adquisición de vacunas. Propuestas disparatadas como la cura del Covid con cañazo y sal, o tomar el avión presidencial a Chile y traerse 10 millones de vacunas, o pedir las fórmulas a los laboratorios farmacéuticos para fabricar las vacunas localmente, entre otras, demuestran el desconocimiento mencionado o una demagogia muy usual en este tipo de campañas. Que el candidato presidencial no conozca en profundidad estos temas podría ser aceptable, pero lo que no es aceptable, y es lo que parece ser, tampoco tienen un equipo de asesores en el área de salud que conozcan del tema, y eso si es preocupante.

Lo que no se han enterado todavía los candidatos es que hay muy poca o casi ninguna disponibilidad de vacunas en el mundo, por los menos en el corto plazo. Según el Global Innovation Center de la Universidad de Duke al 26 de marzo, indica que se ya se han vendido 15.1 billones de dosis a los diferentes países del mundo de los cuales ya se han pagado 8.3 billones de dosis. Sin embargo, la producción sigue siendo insuficiente para abastecer esta inmensa demanda. Esto hace que haya retrasos en las entregas y por consiguiente dificulta tremendamente las negociaciones.

Para que el próximo gobierno, que inicie su gestión el próximo 28 de julio, será demasiado tarde para empezar a diseñar una estrategia para el proceso de vacunación, el actual gobierno es el que debe dejar la estrategia planteada como proponemos más adelante. Lamentablemente la incapacidad e incompetencia, por decir lo menos, de los dos últimos exministros de salud y sus ineficientes equipos de negociadores nos dejaron en la situación tan complicada en la que estamos. No firmaron un solo contrato bilateral con ningún laboratorio y le dejaron la “papa caliente” a este gobierno que está negociando un bien escaso, difícil de conseguir a estas alturas.

Sin embargo, también hay ejemplos de países que lo han hecho muy bien, como Gran Bretaña, Chile, Israel, o Serbia. Comento sobre Serbia porque tuve la oportunidad de trabajar en esa zona de Europa Central y conozco bastante bien la idiosincrasia de su gente, muy similar a la de Perú. Un país pequeño, pero con un ingreso per cápita también similar al peruano, pero con la gran diferencia que ellos manejaron el problema de la vacunación de forma muy eficiente. Una de las claves que explica el éxito de la nación balcánica es la variedad de vacunas que adquirieron con gran anticipación. Además de disponer de dos de las occidentales, la de Pfizer y la de AstraZeneca, también ha adquirido dosis de la rusa Sputnik V y de la china Sinopharm. 

La consecuencia es que ahora mismo Serbia tiene más vacunas que gente dispuesta a ponérselas. Así que ha permitido que residentes de países cercanos como Croacia, Macedonia del Norte, Bosnia o Montenegro puedan desplazarse a suelo serbio para ponerse las inyecciones, provocando gran afluencia de visitantes al país.

Volviendo al Perú, es importante que el actual gobierno siga negociando contratos y los firme a la brevedad posible, aparte de las 48 millones de dosis ya contratadas. La situación de la pandemia tiene por lo menos para 1 o 2 años más y no debemos caer nuevamente en la incapacidad de firmar contratos en el momento que se deban hacer.

Si este gobierno quisiera salir el 28 de julio con la frente (medianamente) en alto, está en la obligación de firmar 4 o 5 contrato bilaterales, como lo propusimos desde junio del año pasado, para comprar por lo menos 80 millones de dosis de vacunas, con un cronograma estricto de suministro y un cronograma de vacunación ordenado por edades, por fechas y lugares de vacunación de toda la población adulta mayores de 18 años, y que el próximo gobierno se comprometa con la ejecución eficiente de este proceso.

Este sería el mejor legado que podrían dejarle a la ciudadanía quien tiene el derecho de recibir información ordenada y certera de manera que disminuya su ansiedad e incertidumbre. Una forma también de recuperar confianza y credibilidad que últimamente es prácticamente inexistente en el gobierno de emergencia y transición. La ciudadanía les quedaría eternamente agradecida. Lampadia




A pisar el acelerador

A pisar el acelerador

Alejandra Benavides
Para Lampadia

A pocas semanas de las elecciones generales, los candidatos empiezan a ofrecer de todo, creando falsas expectativas en la ciudadanía y una inminente posterior decepción. Esto pone en riesgo la democracia y pone en el tablero opciones radicales y anti-democráticas, pues la “dignidad” que promete nuestra democracia, desde hace varios años no está acompañada por crecimiento económico importante. Por lo tanto, los candidatos democráticos debieran aceptar algunas de las grandes limitaciones que tiene el Estado y pensar en fórmulas aceleradas de asegurar desarrollo económico y al mismo tiempo reforzar nuestra desgastada democracia a través de la educación.

Hemos visto ya algunos mecanismos de “aceleración” de inversión que funcionan muy bien (siempre con oportunidad de mejoras) como las Asociaciones Público-Privadas y las Obras por Impuestos. Sin embargo, se debe profundizar en este tipo de mecanismos y extenderlos a otros conceptos. Por ejemplo, explorar dos mecanismos para mejorar la educación: Servicios por Impuestos y un modelo de “Charter Schools” como existe en Estados Unidos, con muy buenos resultados.

En el caso de los servicios por impuestos, se podría permitir que empresas privadas especializadas en educación (Grupo San Ignacio de Loyola, Innova Schools, etc.) puedan operar colegios públicos y así salir de la burocracia del sistema estatal. Estas empresas privadas pagan impuestos – no están exoneradas, y podrían aportar con la provisión de sistemas, maestros y basarse en modelos más modernos y flexibles que permitan elevar el nivel educativo.

Por otro lado, los Charter Schools son colegios manejados de manera independiente (asociaciones de padres, empresas, organizaciones, iglesia), a pesar de que se financian con fondos públicos. Para poder abrir un charter school, sus impulsores deben presentar un expediente riguroso que debe ser aprobado por lo que sería el Ministerio de Educación/SUNEDU. Estos colegios no se rigen bajo las regulaciones de los colegios públicos normales, así como tienen más libertad para armar un currículo ad hoc, de acuerdo a características específicas de la comunidad y sus objetivos, emplear distintos métodos de enseñanza (ejemplo Montessori) e innovar, y también más flexibilidad para operar como un privado, para contratar y despedir maestros. A cambio de esta “libertad”, estos colegios están obligados a compartir mayor información, reportes e indicadores con el ente regulador. Los alumnos de estos colegios están sometidos a exámenes estandarizados, al igual que demás colegios, y es en poblaciones de bajos recursos y minorías, donde estos colegios han tenido mayor éxito.

Por lo tanto, lo que necesitamos no es un Estado todopoderoso, sino más bien alternativas prácticas que liberen la carga del Estado, que permita una ejecución rápida de planes y programas en beneficio de los ciudadanos, y que en el camino elimine oportunidades de corrupción. Lampadia

Referencias

https://www.cato.org/commentary/charter-schools-get-better-results-less-money-government-run-schools

https://gestion.pe/economia/gasto-publico-alumno-primaria-secundaria-peru-superaria-us-1-000-2021-151035-noticia/#:~:text=En%20el%20caso%20del%20gasto,hoy%22%2C%20se%C3%B1al%C3%B3%20el%20Ceplan.

https://www.vox.com/2014/4/30/18076968/charter-schools

https://www.edweek.org/policy-politics/what-are-charter-schools/2018/08

https://factsmaps.com/pisa-2018-worldwide-ranking-average-score-of-mathematics-science-reading/

https://gestion.pe/economia/gasto-publico-alumno-primaria-secundaria-peru-superaria-us-1-000-2021-151035-noticia/




¿Pero no hay quien lo quiera ocupar?

¿Pero no hay quien lo quiera ocupar?

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia

Mientras el elector de izquierda[i] ya puede encontrar claramente a sus opciones presidenciales (Mendoza y Lescano), el elector de derecha, parece no encontrar quien ocupe este sitio en las elecciones generales del 2021.

En la columna A la derecha hay sitio (Lampadia 31.01.2020), mostramos como en las elecciones al congreso del 2016, 10 millones de peruanos, es decir 5 veces los electores de la izquierda, votaron por opciones pro mercado. En esta misma columna, mostramos que en las elecciones parlamentarias del 2020, los votos por opciones parlamentarios de derecha habían llegado a 2 millones, pese al crecimiento del voto de centro y que había un potencial de votos importante por recuperar, entre quienes no votan por las opciones disponibles (11.7 millones) y entre aquellos que migraron a opciones de centro.

Los candidatos de izquierda, inteligentemente y leyendo bien el atomizado panorama electoral que tenemos, están apelado al voto duro de ese sector y sin hacer concesiones de ningún tipo, están levantando las banderas más extremas de la izquierda para conseguir los 12 o 15 puntos con los cuales podrán estar en segunda vuelta. Piden cambio de constitución, no deslindan con la dictadura de Venezuela, atacan a la empresa privada, piden segunda reforma agraria como si la primera hubiera sido buena, alientan el intervencionismo estatal, piden más tributos, entre otras medidas de espanto. No hacen ninguna atenuación de sus propuestas, porque apelan a conseguir el 20% constante de izquierda en el país. La disputa es entre ellos, por ver cual es más achorado que el otro[ii].

Mientras esto sucede, en el otro extremo de nuestra escena política, los candidatos que debieran ocupar la plaza derecha parecen no estar dispuestos a hacerlo y juegan, con poca visión del atomizado panorama electoral, a buscar votos en todo lado, entibiando sus propuestas, haciendo concesiones sin que se las pidan y desperdiciando el caudal electoral de derecha que en la primera vuelta de las elecciones del 2016 superó el 66% de los votos hábiles.

A estos candidatos (De Soto, Fujimori, López Aliaga o Beingolea) les falta levantar las tradicionales banderas de la derecha, por las cuales muchos peruanos, me incluyo, estaremos dispuestos a votar:

  • Empleos antes que bonos.
  • Trabajo antes que subsidios
  • Emprendimientos, empresa privada e inversión antes que Estado o empresa pública deficitaria y corrupta.
  • Capital para las pymes antes que protocolos, manuales, reglamentos, licencias, tributos o clausuras.
  • Austeridad y eficiencia en el Estado: menos consultores, planillas doradas, sueldos y gastos insulsos con nuestros recursos.
  • Defensa de los ahorros y las pensiones. La propuesta de la señora Omonte ya debió haber movilizado a más de un candidato contra este proyecto de estatización de las pensiones y haberse exigido públicamente la expulsión de César Acuña, líder del partido que propone esta medida, de la Fundación Internacional de la Libertad de Vargas Llosa.
  • Libertad de Trabajo antes que “cuarentenas chicha” que el 70% de los peruanos no pueden acatar porque viven del trabajo diario.
  • Defensa del modelo económico de la Constitución en base al cual hemos reducido la pobreza.

En la primera vuelta se apela al elector natural, al que sigue tus convicciones (si las tienes). El voto prestado se pide en segunda vuelta, no ahora.

Como dijimos en la nota que citamos del 31.1.2020:

A La derecha hay sitio y:

  • Es hora de una derecha fresca que reivindique el mercado para el bienestar de la economía y no para los privilegios de sus amigos
  • Es hora de una derecha fresca que pida inversión privada no cuotas en los negocios que reparte el Estado.
  • Es hora de una derecha que combata con la misma fuerza la ineficiencia estatal como el monopolio y el abuso de posición de domino.
  • Es hora de una derecha que defienda la movilidad social de la economía abierta y no el privilegio de algunos.
  • Es hora de una derecha nueva que reivindique la libertad, pero no le tenga miedo a la igualdad de oportunidades.
  • Es hora de una derecha que proteja la familia antes que los prejuicios religiosos de un grupo.
  • Es hora de una derecha que entienda el Perú emergente, su energía y su dinámica.

Si estos candidatos no reivindican estas banderas, es posible ninguno de ellos consiga aglutinar el voto de derecha y que este sector no esté representado en la segunda vuelta. Si quien lo aglutina es la señora Fujimori, le habrán obsequiado la plaza al contendor por su elevado anti voto. O quizás, la falta de decisión de estos candidatos termine obsequiando la plaza a Urresti, quien no parece tener estas convicciones, pero tiene el aire mandóncito que algunos prefieren.

Estamos advertidos. Lampadia

[i] Según las últimas elecciones presidenciales la votación de izquierda llegó a 2.2 millones de electores, sobre un padrón de 22,9 millones de electores. Menos de un 10% del padrón total de electores y algo menos del 20% del total de votos válidos. Esta votación prácticamente se mantuvo en 2.3 millones en las elecciones parlamentarias de enero de 2020, que se sitúa nuevamente por encima del 20% de los votos válidos.

[ii] La disputa por el voto rojo tiene un alto costo. Lampadia 11.12.20.




Decisiones políticas que destruyen valor

Decisiones políticas que destruyen valor

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

Estamos ad portas de las elecciones generales y para “no tropezar de nuevo y con la misma piedra”, me parece útil revisar nuestra historia política y económica reciente.

Las elecciones del 2011 marcaron un punto de inflexión en la historia económica del Perú. Cometimos la torpeza de elegir a Humala (OH), un candidato sin visión, proyecto, personalidad, ni liderazgo e incapaz de analizar e impulsar lo más conveniente para el Perú.

En el quinquenio de OH, la tasa de crecimiento promedio de nuestra economía bajó de 6.9% en el gobierno anterior, a 4.8% en el suyo, desacelerando el importante proceso de reducción de pobreza de más de 20 puntos porcentuales, al pasar de 48.7% a 27.8% en el gobierno anterior,  para reducir sólo 6 puntos porcentuales al bajarla a 21.7%. Este comportamiento económico vino acompañado de un déficit fiscal, que al término del gobierno alcanzó a 2% del PBI, cuando solía haber estado con superávits superiores al 2.5% del PBI, con excepción del déficit generado en la crisis financiera internacional del 2009, que alcanzó a 1.4%.

Por intereses subalternos, dejó que un gobernador regional corrupto y del más bajo nivel, lo llevara a paralizar el proyecto minero Conga, con lo que empezó la ralentización de nuestro crecimiento económico. Este proyecto, que significaba una inversión privada de US$4.8 mil millones, se detuvo cuando ya llevaba un año de haber iniciado construcción y haber invertido los primeros US$ 1.5 mil millones. En cambio, en el 2014 nos embarcó en una inversión sin sentido económico y con recursos públicos por US$ 7 mil millones en la refinería de Talara, que aún no concluimos, así como en el proyecto del Gasoducto del Sur, ambos proyectos con un fuerte olor a corrupción. Gracias a que el proyecto minero Las Bambas ya había iniciado construcción, la que concluyó en el 2015, el Perú “sólo dejó de crecer” cerca de US$ 50 mil millones en ese periodo, lo que equivale a perder US$1,700  per cápita.

Probablemente el hartazgo al que nos condujo ese gobierno, significó que, en las elecciones de 2016, el Perú votara mayoritariamente (60.91%) en primera vuelta, por dos candidatos pro mercado; Pedro Pablo Kuczynski (PPK) 21. 05%% y Keiko Fujimori (K) 39.86%, lo que significó que le correspondiera 18 congresistas a PPK y 73 congresistas a K, de un total de 130 parlamentarios.

En esas circunstancias, el escenario ideal hubiera sido que ambos partidos se junten en un acuerdo de cooperación y gobernabilidad, conducente a una década de crecimiento económico y prosperidad social, digno de un salto cualitativo con miras al bicentenario. Pero no, todo lo contrario, se enfrentaron en una lucha insensata por el poder, mirándose no como adversarios políticos, sino como enemigos. Se insultaron al nivel más bajo y cuando se dio la segunda vuelta, K quien perdió por muy estrecho margen y sospechas de injerencia de OH, quien ordenó inamovilidad a las FFAA y PNP para la segunda vuelta (lo que les impedía votar), cosa que no había ocurrido en la primera, tuvo una segunda mala reacción, al extremo de amenazar con “gobernar desde el Congreso”.

PPK, un hombre mayor, testarudo y sin vocación para negociar, se lanzó a la segunda vuelta con esa actitud agresiva, sin ver y reconocer que, de ganar, tendría al frente una súper mayoría de 73 parlamentarios de Fuerza Popular (FP). Ante ese escenario, no fue capaz de diseñar una estrategia y tender puentes de cooperación con quienes debía trabajar para sacar al país adelante. Todo lo contrario, contribuyó a exacerbar el anti fujimorismo, puso en segundo plano los intereses superiores del Perú y en el debate final, no dudó en herir e insultar a su adversaria de la peor manera.

La ciega obsesión de PPK por la presidencia, acompañada de la inmensa inmadurez política de K, fue una mezcla explosiva que generó enfrentamientos permanentes durante los 20 meses de gobierno de PPK, en el que hubo dos pedidos de vacancia por incapacidad moral, poniendo PPK término a la segunda con su renuncia, en medio de una traición urdida por su primer Vicepresidente Martín Vizcarra (MV), en ese momento embajador del Perú en Canadá, de la mano de un número importante de congresistas impresentables liderados por César Villanueva (hoy enjuiciado por corrupción).

Estos trances políticos hicieron que una economía que venía creciendo a tasas promedio de 6.89% durante el periodo 2005-2011, se desacelerara a niveles de 4.77% del 2011 al 2016, cayera a 4% en el 2016 y a 2.5% en el 2017.

Así pues, tras una historia de mentira y traición, el gobierno cayó en las manos de MV, un individuo mediocre, improvisado, sin visión de país, ni plan de gobierno, pues descartó el plan de gobierno con el que llegó en las elecciones 2016, para acercarse a los partidos de izquierda. Su falta de convicción y compromiso con el país, falta de moral para gobernar y sentido del honor, hace que, tres años después, no haya promovido ninguna inversión pública, ni haya reactivado proyectos paralizados como Majes-Siguas II y Chavimochic III. Tampoco apoyó la ejecución de inversión privada, peor aún, en un juego soterrado indigno de un presidente, se coludió con uno de los peores gobernadores regionales (el de Arequipa) para paralizar el proyecto minero Tía María, uno de los pocos proyectos de inversión privada, maduros, que contaba con todos los permisos legalmente exigidos y que hubiera alimentado en los inversionistas, expectativas positivas hacia el futuro.

A las decisiones políticas que destruyen valor, debemos agregar la disolución del Congreso por parte de MV, al hacer “cuestión de confianza” sobre un asunto de competencia exclusiva y excluyente del Congreso, cual es la elección de los nuevos miembros del Tribunal Constitucional (TC) y sin contar, hasta el día de hoy, con el Decreto Supremo aprobado por el Consejo de Ministros que hizo tal cuestión de confianza. Los vericuetos legales y el respaldo del TC (tomando posiciones políticas), sobre un tema en el que tienen conflicto de intereses, nos muestra ante el mundo como un país que no respeta las instituciones. Este hecho no sólo impacta negativamente en la confianza de los inversionistas para traer más capitales, sino que da más argumentos para que, quienes puedan justificarlo, prefieran sujetarse a arbitrajes internacionales en el CIADI, pudiendo demostrar fácilmente que las leyes en el Perú, no las respeta ni el TC.

A consecuencia de la disolución del Congreso, tuvimos 6 meses de un gobierno que emitió un sinnúmero de Decretos Legislativos sin ningún control, hasta que se instaló el nuevo Congreso. Uno peor y más irresponsable que el anterior y que está compitiendo en populismo con el ejecutivo, por lo que viene complicando nuestras finanzas públicas de cara al futuro y dando los pasos necesarios para arriesgar el “grado inversión” de nuestros papeles de deuda soberana, con un potencial incremento del costo financiero y debilitamiento de nuestro manejo fiscal.

Mención especial merece su incapacidad para manejar la crisis sanitaria reciente, pues globalmente es reconocido como el presidente que tuvo el peor manejo sanitario y económico del mundo frente al COVID-19, medido en términos de  contagios y fallecimientos por cada 100,000 habitantes y de caída del PBI, sólo mejor que Venezuela.

Esta muy mala “gestión” de Vizcarra, nos ha llevado a un magro 2.2% de crecimiento del PBI el 2019 y si no fuera por la pandemia, hubiera bordeado el 0% el 2020. Incrementos del déficit fiscal sólo comparables con los generados por OH y un incremento de la deuda pública de un equivalente al 23.3% del PBI a inicios de este gobierno, a 26.8% a fines de 2019, pero que, con el déficit cercano al 10% u 11% que lograremos este año, muy probablemente esta deuda pública será del orden del 36% del PBI a fines del 2020, acompañando una caída del PBI del orden de 14% (que se alcanzará por no haber tenido un manejo inteligente de la economía durante la pandemia, como lo hicieron nuestros competidores), lo que nos retrocede al año 2014.

Mientras tanto, hemos configurado en el Perú un escenario tragicómico de política chicha y podemos ver cómo individuos sin moral ni ética, han llegado a los niveles más altos del gobierno y al Congreso (por supuesto con muy honrosas excepciones). Lo que confirmaría lo dicho, es que el núcleo más cercano al presidente viene siendo investigado, bajo prisión preliminar, entre otras cosas, para evitar que este grupo encabezado por Vizcarra continúe obstruyendo a la justicia. Lamentablemente, a los peruanos esto ya no nos sorprende, pero no deja de ser una vergüenza mundial.

Como hemos dicho, estamos a pocos meses de unas elecciones generales y la reforma política, que se supone fue el “aporte” principal de MV, ha terminado siendo una mala pesadilla que ha destruido más aún, el escenario político y ahuyentado a sus actores. Ya no hay carrera política, ni formación de cuadros dentro de los partidos. Hay 24 partidos que van ofreciendo sus “derechos políticos” a posibles candidatos. No hay planes de gobierno, ni compromiso de cumplimiento. Lo más lamentable es que, estos elementos ahuyentan de la política a gente que tenga un nombre que defender y, por lo tanto, se ha convertido en un factor crítico negativo para el desarrollo futuro de la política en el Perú.

Entre tanto, pasan los meses y no tenemos reactivación de inversiones, la mayoría de las empresas están pugnando por retomar sus niveles de producción y ventas previos a la pandemia,  mientras que muchos otros, especialmente los relacionados al turismo, restaurantes y hoteles, entre otros servicios, están tratando de sobrevivir. No podemos perder de vista que, todos los países del mundo compiten con el Perú por atraer inversiones y ser más ágiles en su dinámica empresarial, para remontar este bache económico y de salud.

En este escenario y ante las limitaciones de campaña política de los partidos, debemos exigir a la prensa sea a su vez, muy exigente con aquellos ciudadanos que han optado por participar en política y ser candidatos. Deben preguntar y preguntar, con insistencia, sobre sus ideas políticas, planes, programas y solución de problemas específicos. Que presenten acciones muy concretas y se comprometan a ejecutarlas, para que el elector tenga una clara percepción de los candidatos y pueda elegir bien.

Bien dicen que el político es alguien, que cuando es candidato, habla de todas las soluciones, pero cuando es elegido, solo habla de los problemas. Lampadia




¡No al voto electrónico!

¡No al voto electrónico!

Saludamos la decisión de la Onpe de descartar el uso del voto electrónico en las próximas elecciones generales de abril, 2021.

Así ha sido anunciado por Piero Corvetto, el jefe de la Onpe, como puede leerse en la siguiente nota de el diario Expreso. Como dice Corvetto, el tema entrará en evaluación.

En Lampadia hicimos todo lo posible por alertar al país de los peligros del voto electrónico, que ha sido prohibido en muchos países, empezando por Alemania.

Este mecanismo se presta para el fraude, no tiene control, y sobre todo, en un país donde se distribuyen prebendas a los ciudadanos, se presta para mentir al ciudadano diciendo que el funcionario público sabrá por quién se vota, induciendo así el voto.

Líneas abajo compartimos el sustento de nuestra oposición al voto electrónico.

Nota de Expreso, 29 de setiembre de 2020:

Jefe de la Onpe
Descartan uso de voto electrónico

El uso del voto electrónico presencial no será utilizado en las elecciones generales del 11 de abril de 2021, porque se encuentra en estudio técnico sobre el software y hardware que se está empleando, informó el jefe de la ONPE, Piero Corvetto.

Asimismo, Corvetto Salinas detalló que el organismo electoral carece de un informe técnico integral hasta la fecha para que el voto electrónico presencial pueda ser usado en los comicios del próximo año.

Dialogarán con los partidos políticos y la sociedad civil, sobre la evolución de este tipo de votación que ha sido empleado en los últimos procesos electorales, como en la elección de los miembros del Congreso en el que participaron un millón 768,530 electores de 39 distritos del Perú.

“No lo vamos a utilizar hasta que no tengamos un informe técnico e integral sobre software, hardware y procedimientos, que se pueda hacer público y entregado a los medios de comunicación, los partidos políticos y la sociedad civil. Y estemos convencidos que funciona y funciona bien. Luego de la autoría evaluaremos su uso”

Ver nuestras publicaciones al respecto:

Por exposición al fraude y manipulación
No al voto electrónico

Lima-Perú, 15/11/2019

Republicamos nuestro rechazo al voto electrónico. Este ha sido prohibido en muchos países, notoriamente en Alemania y Holanda, por los riesgos de fraude a los que está sujeto.

Pero además, en el Perú, donde muchos funcionarios públicos entregan dinero u otras prestaciones a los ciudadanos más pobres, el voto electrónico se presta para la manipulación. “Yo voy a saber por quién votas”, puede ser la amenaza del funcionario público al ciudadano que no puede arriesgar la recepción del apoyo social que lo ayuda a mantener a su familia.

¡No al voto electrónico! Hagamos algo bien. Lampadia

Lima-Perú, 28/04/2016

Nuestro voto debe ser auditable, seguro y secreto
No más voto electrónico

Por primera vez en las elecciones generales pasadas, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) impuso el uso del voto electrónico. Pretendió que se aplicara para tres millones de votantes en Lima, y tuvo que retroceder, días antes de la elección, a menos de 700,000 personas. Aún así, la reorganización de locales y número de votantes por mesa originó un tremendo caos del que muchos huyeron sin votar y otros no alcanzaron a hacerlo por las interminables colas. No se pueden hacer experimentos mal diseñados en medio de un proceso electoral, uno de los eventos más importantes de la vida cívica de los peruanos.

En cuanto al voto electrónico, en Lampadia hemos advertido varias veces que su uso es inaceptable, por su naturaleza técnica y por el riesgo de manipulación política dada la extensión y calidad de los programas asistenciales del Estado.

Este sistema de votación electrónico puede torcer la voluntad popular, ya sea por falta de control ciudadano o por intimidación del elector. En el Perú, millones de ciudadanos reciben distintas prestaciones asistencialistas de programas sociales como Juntos, Beca 18, Qali Warma, Pensión 65 y otros. Múltiples funcionarios públicos nacionales y regionales entregan directamente los aportes asistenciales y es evidente que ellos podrían manipular muy fácilmente la votación con aseveraciones, que sin basarse en la realidad, intimiden a los votantes con la amenaza de retirarles los beneficios.

En El voto electrónico es inaceptable para el Perú, dimos un ejemplo para explicar este caso: ‘Cuidado, yo voy a saber por quién votas’, podría ser la aseveración que se dé al ciudadano, quién no tendría los elementos de juicio necesarios para saber si es cierta o no. Ante ello, es pues presumible, que muchos de los electores, podrían votar en la dirección de las ‘recomendaciones’ del funcionario público ‘benefactor’.

Así lo explicó también el especialista en sistemas y asuntos electrónicos, Franjo Kurtovic, en un artículo para Lampadia (ver: Votación “fraudelectrónica”: ¿Buena para quién?): “el voto electrónico es un sistema fácilmente manipulable, genera miedos, -a veces bien fundados como en el caso de Venezuela-, sobre la posibilidad de vincular al ciudadano con su voto, y esto se presta para una serie de manipulaciones políticas y manipulación psicológica del ciudadano votante que pueden alterar la voluntad en favor del gobernante manipulador”.

Además, en otras partes del mundo, estos sistemas han mostrado serias fallas y en Alemania ha sido prohibido por la Corte Constitucional, por su falta de transparencia como argumento central: “1. El principio (…) ordena que todos los pasos esenciales de la elección estén sujetos al control público (…). 2. En la utilización de aparatos electorales electrónicos, el ciudadano debe poder controlar los pasos esenciales del acto electoral y la determinación del resultado de manera fiable y sin conocimientos técnicos especiales.”

Es decir, al no permitir un control ciudadano efectivo y directo por parte de cualquier ciudadano y en especial de los personeros acreditados, el principio de transparencia se quiebra, lo que hace indeseable y peligroso este sistema.

En esta misma línea, compartimos un video de Franjo Kurtovic que explica detalladamente las falencias del voto electrónico, afirmando que este sistema no cumple con los requisitos de que nuestro voto sea auditable, seguro y secreto:

En Lampadia hemos reiterado nuestras llamadas de atención (ver: La peligrosa campaña por el voto electrónico) y, más recientemente, en enero de este año: ¡No al voto electrónico! Lamentablemente, en un país en el que la clase dirigente ha perdido su ‘capacidad de entusiasmarse e indignarse’, es muy poco lo que se analiza, debate y plantea. Pero la soledad de los que estamos comprometidos con la acción cívica, es seguramente compartida por millones de ciudadanos de las ‘mayorías silenciosas’, a quienes tenemos que seguir alertando tercamente.

Tanto por aspectos técnicos como políticos, hoy tenemos que reiterar nuestro llamado:

¡No al voto electrónico!

Lampadia

Otros artículos sobre el tema:

Lima-Perú, 22/01/2014 a las 10:01pm. por Lampadia
Peligro para la democracia
No al voto electrónico

https://www.lampadia.com/analisis/politica/no-al-voto-electronico

Lima-Perú, 04/02/2014 a las 05:02pm. por Lampadia
Los peligros del de digitalizar el voto
Votación “fraudelectrónica”: ¿Buena para quién?

https://www.lampadia.com/analisis/politica/votacion-fraudelectronica-buena-para-quien/

Lima-Perú, 26/01/2015 a las 06:01am. por Lampadia
¿A quién favorece esta trampa?
La peligrosa campaña por el voto electrónico

https://www.lampadia.com/analisis/politica/la-peligrosa-campana-por-el-voto-electronico/

Lima-Perú, 21/03/2016 a las 01:03pm. por Lampadia
¡No al voto electrónico!
El voto electrónico es inaceptable para el Perú

https://www.lampadia.com/analisis/politica/el-voto-electronico-es-inaceptable-para-el-peru/

Lima-Perú, 14/03/2017 a las 02:03pm. por Lampadia
No se quiere entender los riesgos
Voto Electrónico: De ninguna manera

https://www.lampadia.com/analisis/politica/voto-electronico-de-ninguna-manera/




Las posiciones neutrales o de centro (en lo económico), tendrán menos votos

Las posiciones neutrales o de centro (en lo económico), tendrán menos votos

Jaime de Althaus
Para Lampadia

La grave situación económica y social generada por la pandemia puede terminar generando una suerte de sinceramiento ideológico en las elecciones generales que se vienen. Porque es claro que la recuperación económica requerirá del mayor grado posible de libertad económica, que es condición, a su vez, para la mayor inclusión posible de los sectores populares en el mercado y la formalidad.

Por eso, no es de extrañar que, a diferencia de procesos electorales anteriores, ya hayan surgido varias precandidaturas que podemos considerar de derecha liberal (en lo económico), como las de Hernando de Soto y Fernando Cillóniz, por ejemplo, a las que quizá podríamos agregar la de George Forsyth -según informaciones que tenemos, muy preocupada por una reforma profunda del Estado-, aunque habría que esperar a conocer su propuesta. Tal vez también la de la propia Keiko Fujimori, que claramente se está reposicionando contra el populismo congresal reafirmándose en los principios del capítulo económico de la Constitución del 93. Así como las de Máximo San Román, el APRA si predomina la influencia de Roque Benavides, y la del PPC.

Es posible que estas candidaturas proclamen abiertamente la necesidad de eliminar trabas, requisitos y cargas regulatorias de todo orden que impiden la recuperación de los empleos y de los emprendimientos de todo tamaño, algo que en tiempos normales los candidatos no suelen predicar. Es que más que nunca dicho peso se hace insoportable. Y podrán explicar entonces como esos cambios tendrán un efecto redistributivo e inclusivo enorme, al incorporar a los peruanos a la ley, a la formalidad -y, por lo tanto, al crecimiento sin barreras-, y al eliminar ocasiones de corrupción y redistribuir privilegios legales. Más aun si eso viene acompañado de políticas de consolidación de la propiedad de los sectores populares, empoderamiento tecnológico y de reforma radical de los servicios públicos, particularmente los de Salud, para incluir a todos en atenciones de calidad.

Pero, por supuesto, existirá la oferta opuesta, que sin duda también se sincerará. Aquella que proclama que los problemas de la economía se deben al modelo económico “neoliberal” consagrado en la Constitución del 93 y al comportamiento abusivo de las grandes empresas y los monopolios. La solución ofrecida por estas candidaturas no será la eliminación de barreras al crecimiento y la generación de riqueza, sino la redistribución de la riqueza incrementado impuestos y eventualmente estatizando empresas y creando empresas públicas.  

Es posible, entonces, que este sinceramiento ideológico capture votos para estas posiciones en detrimento de las candidaturas que busquen posiciones más neutrales o de centro (en lo económico), que no afecten las estructuras legales y normativas excluyentes y tampoco la utilidad o la propiedad de capital.

Ese es el eje económico. Pero también está el eje político-social, donde habrá ofertas de orden y mano dura que pueden desembocar en procesos autoritarios, frente a propuestas institucionalizadoras, que reafirmen la necesidad de las reformas política, judicial, del Estado y de la formalidad.

Aquí también tendrá que haber propuestas claras y radicales en ambas direcciones. Sobre todo, en la línea de la institucionalización.

Se hablará más claro, entonces, en estas elecciones que, por la pandemia, obligan a decir las cosas por su nombre. Es que las grandes crisis obligan a producir grandes cambios para salir de ellas y reconstruir el camino al desarrollo. Lampadia




ACCIÓN POLULAR piedras sobre su tejado…

ACCIÓN POLULAR piedras sobre su tejado…

Jaime Lucioni Belaúnde
5 de agosto de 2020.
Para Lampadia

La actuación de los congresistas del partido político Acción Popular pasará a la historia, como una lamentable, triste, desilusionante, defraudante actuación contra los principios e ideología partidaria, contra sus correligionarios y los votantes que les depositaron su confianza.

Es muy decepcionante que, el partido más veterano del Congreso y el más votado en las últimas elecciones, por tanto, con la mayor representación parlamentaria, sea el ÚNICO partido político que ha emitido su voto en las tres opciones: 4 a favor, 7 en contra y 12 abstenciones en la moción de confianza al gabinete que preside el Premier Cateriano y sus ministros.

Han demostrando que es un partido político acéfalo, que carece de dirección, sin unidad, falto de concertación y diálogo, desprovisto de perspectiva y por lo visto, sin un futuro cierto para pretender gobernar el país.

Una bancada personalista, que se había reunido previamente con el Premier Cateriano, donde tuvieron oportunidad de seguir los protocolos en política, para plantearle las propuestas que consideraban; pudieron dialogar, negociar y consensuar lo que creían se debía incluir en el discurso y plan de gobierno, para emitir su voto a favor. Pero al tener tan dispares opiniones – que ni ellos mismos se ponen de acuerdo – mal podrían sentarse con terceros a consensuar con nadie.

Es muy triste ver que el Partido Acción Popular, fundado por Fernando Belaúnde Terry, dos veces presidente de gobierno y un gobierno de transición, va sin rumbo, no tiene organización, no tiene presidente… con unos congresistas sin el mínimo sentido de estado para actuar con coherencia y acepción de servicio.

Acción Popular ha firmado su acta de defunción, es imperiosamente necesario por la salud del país, que se renueve, se reestructure y que “limpie la casa” de los oportunistas, corruptos e improvisados.

Tenemos un Congreso oportunista que ha demostrado falta de madurez, dedicado a legislar para el corto plazo, con leyes apresuradas y mediáticas, con fines populistas, de protagonismo, creyendo que esas medidas les traerán más votos de cara a las inminentes elecciones generales.

Decepcionante este Congreso mediocre y aprovechado. Ha dejado al país a la deriva en plena pandemia, en momentos de la mayor crisis – Sanitaria y Económica – que nos haya tocado vivir. Esto no será olvidado; todo por defender algunos intereses particulares subalternos y por cálculos politiqueros, verdaderamente deleznables. Lampadia




¿Primera derrota electoral de Evo Morales?

¿Primera derrota electoral de Evo Morales?

El recuento preliminar a más del 80% de los votos de las elecciones generales de nuestro país vecino, Bolivia, prevé resultados que la prensa internacional ya venía vaticinando en los últimos días: una segunda vuelta, producto de la ajustada diferencia que habría entre el número de votos alcanzados por el líder oficialista, Evo Morales y su partido Movimiento al Socialismo (MAS) y el líder de la oposición, Carlos Mesa, cuya coalición política, Comunidad Ciudadana, busca impedir un cuarto mandato de Morales.

Última Hora: Sin embargo, parece que se estaría consumando un fraude que le daría el gobierno a Evo Morales.

Y es que el descontento de los bolivianos – como venimos advirtiendo en Lampadia: BOLIVIANO: Si no los une el amor, que los una el espanto,  Una ciudad liberal en Boliviaya era palpable en los últimos años en varios segmentos de la población, por razones políticas y económicas.

Como mencionamos, en relación al aspecto político, el populorum ya no le era tan favorable ni funcional a Morales puesto que, como todo líder autoritario, ha tenido que recurrir a una interpretación discrecional de la constitución para perpetrarse en el poder y ganar legitimidad, además de su constante manipulación del poder judicial y de los medios de prensa, siendo ambos importantes contrapesos de una democracia. Ello sin mencionar el amplísimo rechazo que obtuvo un referéndum constitucional del 2016 que no le daba la razón para el continuismo de su gobierno.

Por el lado económico, si bien su modelo de desarrollo – sustentado en un control creciente del Estado en importantes sectores estratégicos como el gasífero y el eléctrico – le permitió a Bolivia tener un crecimiento sostenido desde el 2006, este ha sido endeble al lado de los resultados de modelos de Estado subsidiario como el adoptado por nuestro país.

Sin embargo, más importante aún es señalar que este crecimiento es a largo plazo insostenible por los ingentes esfuerzos de recursos públicos a los cuales tiene que apelar para seguir operando. Prueba de ello es el pico de 8% del PBI en el que el déficit fiscal cerraría el presente año, como bien ha destacado The Economist, en un artículo que compartimos líneas abajo. Ello, aunado a una caída de la demanda mundial de exportaciones de commodities – producto de la guerra comercial China-EEUU – agotaría de una vez por todas el modelo de capitalismo de estado cimentado por Evo desde que asumió su mandato.

Por supuesto, como es costumbre en la popular revista británica, el artículo al que nos referimos también ahonda la crítica al aspecto político por sus constantes quebramientos del orden democrático en años pasados.

Esperamos que, en la segunda vuelta electoral a producirse en diciembre del presente año, los bolivianos tomen conciencia de estos hechos y no asienten las bases de una autocracia que ya lleva 14 años asentada en el poder, cometiendo excesos a las libertades fundamentales. Lampadia

El peligro de Morales
El boliviano Evo Morales enfrenta su batalla de reelección más dura hasta el momento

Después de 13 años de su gobierno, los votantes se están inquietando

The Economist
19 de octubre, 2019
Traducido y comentado por Lampadia

“Bolivia es una nación insurreccional”, declara Norma Berno, una mujer pequeña con ojos penetrantes en una “manifestación por la democracia” el 10 de octubre en La Paz, la capital administrativa. A principios de la década de 2000, se manifestó a favor de nacionalizar las grandes reservas de gas de Bolivia, una causa cuya popularidad allanó el camino para que Evo Morales, un cocalero y organizador sindical, se convirtiera en el primer presidente indígena del país en 2006.

Ahora algunos insurrectos se están volviendo contra él. En la manifestación por la democracia, celebrada en el 37 aniversario del fin de la dictadura militar, Berno se unió a decenas de miles de manifestantes en la Plaza San Francisco para tocar las vuvuzelas y lanzar insultos al presidente ausente. Entre sus principales quejas están la mala calidad de los servicios públicos, la falta de trabajos formales y la decisión del presidente de postularse para un cuarto mandato, desafiando la constitución y una votación de referéndum en 2016. “Pensé que iba a cambiar el país para mejor”, dice ella. “Estaba equivocada.”

Morales ciertamente ha traído cambios. Las ganancias de las exportaciones de gas, que nacionalizó al comienzo de un boom mundial de productos básicos, se redistribuyeron a los pobres. Desde que llegó al poder, la proporción de la población que vive con menos de US$ 1.90 por día se ha reducido en dos tercios, a 6%, según el Banco Mundial. Una nueva constitución amplió los derechos de los pueblos indígenas, que constituyen quizás la mitad de la población. Las mujeres ahora ocupan la mitad de los escaños en el congreso. El gobierno construyó carreteras, aeropuertos y teleféricos, teleféricos que atraviesan La Paz. Eli, una mujer indígena que vende banderas antigubernamentales en la manifestación por la democracia, está agradecida, a pesar del mensaje en sus mercancías. Ella dice que los teleféricos, y la indulgencia del gobierno hacia los vendedores que venden productos de contrabando, le permiten ganarse la vida.

El presidente cuenta con votantes como ella para reelegirlo el 20 de octubre, cuando también se celebrarán elecciones legislativas. Ganó las últimas tres elecciones con más de la mitad de los votos en la primera vuelta. Su Movimiento al Socialismo (en adelante, MAS) tiene mayoría en el Congreso. Ahora las encuestas sugieren que puede no alcanzar el umbral necesario para evitar una segunda vuelta, que se celebraría el 15 de diciembre: 40% con una ventaja de diez puntos sobre su rival más cercano.

Su derrota sería catastrófica para Bolivia, dice el vicepresidente, Álvaro García Linera. Él llama al presidente “un tejedor” de diferentes grupos sociales, regionales y económicos. “La ausencia de Evo generaría una especie de desmembramiento social y convulsiones que son características de la historia de Bolivia”, dice.

Su ausencia es ahora pensable por una mezcla de razones. Muchos bolivianos dan por sentada su prosperidad. Esa prosperidad está ahora bajo amenaza. Sobre todo, a muchos les preocupa que Morales pretenda convertirse en presidente de por vida. Él es “el camino hacia el autoritarismo, y nosotros somos el camino hacia la democracia”, dice su principal retador, Carlos Mesa, un ex presidente aficionado a la lectura.

La economía de Bolivia ha crecido en un promedio de casi un 5% anual desde 2006. A diferencia de los presidentes de izquierda en Argentina, Brasil y Ecuador, Morales no se permitió el tipo de gasto excesivo que resulta en una breve euforia seguida por inflación y recesión. “Somos responsables no porque el FMI nos diga que lo seamos, sino porque la inflación ataca más a los pobres”, dice Luis Arce, ministro de Economía. El crecimiento se ha mantenido fuerte en el período actual de Morales (ver gráfico).

Pero su magia está perdiendo potencia. Los ingresos por exportaciones de gas han caído. El déficit fiscal de este año será de casi el 8% del PBI. El gobierno anuncia un plan, llamado Agenda Patriótica, para alentar la inversión privada en industrias como plásticos y baterías de litio. Pero el estado aún invierte más que el sector privado. “Bolivia quiere unirse a la primera revolución industrial, pero el mundo ya está en la cuarta o quinta”, dice Gonzalo Chávez, economista de la Universidad Católica de La Paz.

Un impulso para expandir la producción de soja y carne para alimentar la demanda de China alentó a los agricultores a quemar franjas de la Amazonía boliviana. Desde agosto, estos incendios han destruido 5 millones de hectáreas (12 millones de acres) de bosque, un área más grande que Costa Rica. Esto contribuyó al desencanto de los votantes indígenas. Decenas de manifestantes caminaron 450 kilómetros (280 millas) desde Chiquitania, una región en el este de Bolivia, hasta Santa Cruz, el centro agrícola del país. Joaquín Orellana, uno de sus líderes, acredita al presidente por obligar a las élites “a tenernos en cuenta”. Pero, “nos ha abandonado ahora”.

Podía conservar el poder a pesar de la decepción de los votantes. En parte eso se debe a que la oposición está fragmentada y deslucida. Mesa, su principal oponente, es poco conocido en las zonas rurales remotas. “Apenas ha salido en público en los últimos ocho meses”, se queja un miembro de su círculo íntimo. El control cada vez más estricto de Morales sobre el estado y otras instituciones se suma a su ventaja. Cuenta con el respaldo de los sindicatos y utiliza la publicidad del gobierno para dirigir los medios. El poder judicial hace su voluntad. Las vallas publicitarias con la imagen del presidente, pagadas por el gobierno, son omnipresentes. En las últimas semanas ha estado entregando alimentos, computadoras, hornos e incluso tractores gratuitos en todo el país.

Los monitores internacionales verán el voto de Bolivia, por lo que es poco probable que haya fraude generalizado. Pero eso no significa que sea justo. Los miembros del tribunal electoral son leales a Morales. Recientemente prohibieron la publicación de una encuesta que lo mostraba con una pequeña ventaja sobre Mesa. Los partidarios del presidente y los candidatos de la oposición han prometido salir a la calle si pierden. “Estoy preocupado por el día después de las elecciones”, dijo el embajador alemán, Stefan Duppel, a la prensa boliviana. Es probable que el MAS pierda su mayoría absoluta en el Congreso. Si el presidente es reelegido, le resultará más difícil gobernar. La Sra. Berno agradecería el fin de su monopolio de poder. “Bolivia ya no es un bastión de Evo Morales”, dice ella. “Estamos hartos de él”. Lampadia




Se acercan las elecciones generales en España

Conforme se aproximan las elecciones generales en España el próximo 28 de abril, se vislumbra con mayor claridad la estructura partidaria que seguirá el denominado Congreso de los Diputados.

Como se observa en el siguiente gráfico presentado por The Economist – extraído de uno de sus recientes artículos (ver artículo líneas abajo) –  el bloque de izquierda, compuesto por los partidos PSOE y Podemos, estaría obteniendo una mayoría de escaños por una leve ventaja de votos frente al bloque de derecha, compuesto por PP, Ciudadanos y Vox.

Este es un fenómeno en el que, por primera vez en mucho tiempo en la política española, se observa una marcada preferencia del votante hacia uno que otro extremo ideológico sin siquiera coquetear con el centro, ni con lineamientos que vayan acorde a este, siendo ambos grupos integrados por dos alas radicales tanto de izquierda (Podemos) como de derecha (Vox) (Ver Lampadia: La Encrucijada Española). Esto por supuesto también confirma un comportamiento promedio del votante observado en todo Europa que está caracterizado por un creciente desarraigo del bipartidismo – más pro-UE – hacia una mayor simpatía por un gran número de partidos de tendencia euroescéptica provenientes de banderas tanto socialistas como liberales (ver Lampadia: ¿Fragmentación política en Europa?). Otro fenómeno no menor que se observa también es que ninguno de los 5 partidos, analizados individualmente, obtendría una mayoría de escaños en el mencionado congreso.

¿Por qué es relevante para España este giro político tan brusco que experimentará la estructura de su congreso y qué podemos aprender de ello?

En palabras de The Economist, Ninguno tendrá nada parecido a una mayoría, por lo que las opciones serán otro gobierno minoritario de corta duración, una coalición argumentativa o, lo más probable, nuevas elecciones, la cuarta en tantos años”.

Asimismo agrega: La fragmentación política ha causado retrasos prolongados en la formación de gobiernos. Y cuando los gobiernos finalmente se forman, tienden a ser débiles, un mínimo común denominador, lo que aumenta aún más la desconfianza popular de los políticos establecidos”.

No podríamos estar más de acuerdo con tales afirmaciones. El fenómeno del gobierno minoritario es algo que también lo ha vivido recientemente nuestro país. El más claro ejemplo fue la estructura de poder heredada por los resultados de las elecciones presidenciales y congresales en el 2016. Esta se caracterizaba por contar con un gobierno con minoría en el Congreso frente a una oposición con amplia mayoría. Dada la incapacidad de conciliar una agenda de gobierno, tenemos desastrosos resultados en términos de impulso de reformas de largo plazo en temas de salud, educación y empleo, que hablan por sí solos. El hecho que nuestro país además cuente con muchos partidos políticos débiles, sin ideologías o filosofías políticas claramente definidas, no ayuda ni al debate en el diseño de buenas políticas públicas y menos a generar consensos a nivel país, lo cual redunda finalmente en gobiernos débiles.

El caso español, como finalmente comenta The Economist, podría terminar con una “parálisis política” a no ser que los españoles otorguen mayores votos al PSOE, el partido que lidera las encuestas que, mire por donde se le mire, está asociado a peligrosas ideologías, como es el socialismo progresista. Esta es una encrucijada que, lamentablemente, los españoles tendrán que enfrentar. Lampadia

¿Sin rumbo?
Más parálisis política no servirá a España

Los votantes deben dar a los socialistas una mayoría gobernante, pero es casi seguro que no lo harán

The Economist
17 de abril, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

Cuando en febrero no logró aprobar su presupuesto, el primer ministro socialista de España, Pedro Sánchez, no tuvo más remedio que convocar una rápida elección. Su gobierno, de solo ocho meses, había sorprendido a muchos al durar tanto como lo hizo. Con solo el 24% de los escaños en el parlamento, pero sin aliados de coalición, cada movimiento había sido una negociación difícil. A medida que el país se dirige a las urnas el 28 de abril, las señales son que la parálisis política que ahora afecta a España solo puede empeorar. Los socialistas parecen listos para ganar la mayoría de los escaños, pero el nuevo parlamento contendrá cinco grandes partidos, gracias a la llegada del Vox ultranacionalista. Ninguno tendrá nada parecido a una mayoría, por lo que las opciones serán otro gobierno minoritario de corta duración, una coalición argumentativa o, lo más probable, nuevas elecciones, la cuarta en tantos años.

El patrón se está volviendo familiar en Europa, donde los votantes hartos han abandonado los partidos tradicionales de derecha e izquierda (pregunte a los republicanos de Francia, o a los demócratas de Italia) y optaron por una gran cantidad de nuevos grupos, algunos en cualquier extremo del espectro, otros más difíciles de precisar. La fragmentación política ha causado retrasos prolongados en la formación de gobiernos en Alemania, Italia, Suecia y Estonia en el último año. Finlandia parecía probable que esta semana fuera por el mismo camino después de su propia elección no concluyente. Y cuando los gobiernos finalmente se forman, tienden a ser débiles, un mínimo común denominador, lo que aumenta aún más la desconfianza popular de los políticos establecidos; o bien las uniones caóticas como la mezcla en Italia de la derecha nacionalista y la izquierda rebelde. Francia ha sido una excepción, pero incluso los índices de aprobación del presidente Emmanuel Macron se han reducido drásticamente.

Podría ser tentador decir que la parálisis política no es una sentencia de muerte. Mariano Rajoy, quien perdió un voto de confianza a manos de Sánchez en junio pasado, logró su propio gobierno minoritario bastante después de perder su mayoría a fines de 2015. Aunque el crecimiento ahora se ha desacelerado a un 2.1% esperado este año, fue superior. 3% en 2015, 2016 y 2017, ya que España se recuperó de manera inteligente de la interrupción de la crisis de la zona euro, al mismo tiempo que redujo su déficit presupuestario y su alta tasa de desempleo.

Pero esa recuperación fue en parte cíclica y en parte el resultado demorado de las reformas dolorosas que Rajoy promulgó antes de que su Partido Popular (PP) perdiera su mayoría. España se enfrenta a una serie de problemas complicados que un gobierno débil no podrá resolver. Para sostener el crecimiento, se necesita una reforma mucho mayor: a su sistema escolar, a sus pensiones, a su estructura política complicada y al mercado laboral, basándose en la útil labor de Rajoy. Un peligro es que un nuevo gobierno liderado por los socialistas puede optar por confiar en el partido de izquierda de Podemos, lo que frustraría parte de esta agenda y correría el riesgo de volver a aumentar el presupuesto.

El próximo gobierno también debe lidiar con la crisis en Cataluña, cuyo gobierno regional declaró su independencia luego de un referéndum inconstitucional en 2017. Rajoy, respaldado por Sánchez, respondió con una regla directa. El gobierno catalán ha sido restaurado, pero nueve de sus ex líderes están en la cárcel y están siendo juzgados por cargos que probablemente resulten en largas sentencias. Eso romperá una calma inquieta. Cataluña también acosa la formación de cualquier nuevo gobierno. Los socialistas están a favor del diálogo, pero su otro socio potencial, Ciudadanos, está intratable en contra de él, lamentablemente, ya que de otras maneras actuaría como una influencia útil pro-mercado en Sánchez.

La alternativa, una coalición de centro-derecha entre PP y Ciudadanos, es una perspectiva preocupante de otro tipo. Ofrecería a los separatistas catalanes solo una confrontación mayor, y casi seguramente necesitaría llevar a Vox al gobierno para crear una mayoría. Para un país que ha luchado tanto contra los fantasmas del nacionalismo de Franco, ese sería un paso en la dirección equivocada. Idealmente, los españoles votarían el 28 de abril por el partido de Sánchez en un número lo suficientemente grande como para que no necesitara aliados. Pero eso parece muy poco probable. Lampadia




Terremoto Electoral en el Brasil

Sebastiao Mendonca Ferreira
Centro Wiñaq
Para Lampadia

Los resultados de las elecciones generales del domingo pasado en Brasil, expresan y provocan cambios fundamentales en su panorama político. Sin embargo, el proceso no ha terminado aún, será con la segunda vuelta que se sabremos quien será el nuevo presidente.

El ganador es, sin dudas, Jair Bolsonaro quien alcanzó 46% de los votos, faltando muy poco para ganar en primera vuelta.

El gran perdedor es Haddad/Lula quien obtuvo sólo 29%, dejando una brecha de 17% para igualar al primero, dificultando sus posibilidades para la segunda vuelta. Para el PT, este fue su peor desempeño electoral desde 1998, 20 años atrás, cuando el partido estaba realizando su segunda campaña electoral.

Respecto a 2014, el PT ha perdido 10.3 millones de votos.

  • Bolsonaro ha ganado en la mayoría de los estados más poblados (16 de 26) y en el Distrito Federal, en las regiones más desarrolladas y en las ciudades más grandes.
  • Haddad/Lula ha ganado en los estados del noreste (9 de 26), especialmente en las zonas rurales de esos estados.

    El predominio de Bolsonaro en el centro y sur del país es claro, y la fuerza de Haddad/Lula ha sido en la región del noreste. Esos estados (Bahia, Maranhao, Ceará, Pernambuco, etc.) se caracterizan por ser dominados por clanes y caudillos populistas (coroneles) por décadas consecutivas (Magalhaes, Gomes, Sarney, Mello, Alves, etc.) como si siguieran viviendo 50 ó 70 años atrás, conocido por los estudiosos de la política brasileña como “Coronelismo”. Es en esos contextos políticos, de control oligárquico tradicional, que el PT ha podido mantener su poder, donde la economía y la política son mucho más atrasadas que en el resto del país.

Aún en esos estados, la victoria del PT fue principalmente en las zonas rurales. Bolsonaro ganó en las principales capitales y ciudades de esa región: Recife, Fortaleza, Natal, Maceió, Joao Pessoa, Caruaru, Campina Grande, Olinda, etc.

El conflicto político que se ha expresado en esas elecciones no es solo ideológico, sino que también se ha dado un choque entre las opciones políticas de los sectores modernos de la sociedad brasileña, con Bolsonaro, y los sectores ligados a remanentes del “Coronelismo” en el noreste de Brasil, con Haddad/Lula.

En la primera vuelta del 2014, el PT (Dilma Rousseff) superó al PSDB (Aécio Neves) por 8 millones de votos. Ahora, el PT (Haddad/Lula) está con una desventaja de 18 millones de votos respecto a Bolsonaro. Revertir esa cantidad de votos es una situación que el PT nunca ha tenido que enfrentar.

La otra situación que es nueva para el PT es que, nunca han tenido que enfrentar a un movimiento social como son los defensores de Bolsonaro, que operan sin recursos económicos vía redes sociales. Los métodos de marketing electoral que el PT ha utilizado siempre no están produciendo los resultados esperados. Mientras que las iniciativas de los partidarios de Bolsonaro los ha venido sorprendiendo con frecuencia.

Cambios en los congresistas

Los cambios en la correlación de fuerzas han sido significativos, tanto en diputados federales como en senadores.

  • En senadores, los grandes perdedores han sido el MDB (el partido de Temer), el PSDB (el partido de Fernando Henrique Cardoso), y el mismo PT. El gran ganador fue el Partido Social Liberal, PSL, de Bolsonaro, y en menor medida la Rede, de Marina Silva, que aumentó a pesar de su fracaso como candidata.

  • En diputados federales, los grandes perdedores son los mismos: MDB, PSDB y PT. Los ganadores son el PSL y el DEM (una alianza entre liberales y conservadores que ahora ha incluido al Movimento Brasil Livre, MBL, que lideró las marchas por el Impeachment de Dilma Rousseff). Mirando en el cuadro se puede apreciar que el nivel de dispersión de la cámara de diputados ha aumentado.

Se puede decir que, tanto para la representación congresal del PT, como para el MDB y el PSDB, estas elecciones han sido muy negativas; desastrosas en algunos casos. Hay que destacar que, en las dos cámaras, el PT ha perdido voceros importantes y el MDB ha perdido articuladores políticos que les va hacer mucha falta en el futuro.

En los gobiernos de los estados, el PT ha perdido Minas Gerais y no pudo recuperar Sao Paulo ni Río Grande do Sul, sus tradicionales baluartes, ni ha podido ganar en el electorado izquierdista de Río de Janeiro. Sólo han ganado cuatros estados del noreste (Bahia, Ceará, Piauí, y Rio Grande del Norte) que juntos representan el 1/7 de la población de Brasil y menos del 8% del PBI nacional. Sólo Minas Gerais, que acaban de perder, representa el 10% de la población y el 9% del PBI, y Sao Paulo, que no pudieron recuperar, representa el 22% de la población y 32% del PBI. Es decir, el PT se ha quedado con 4 de los 26 estados, localizados todos ellos en el noreste, con poca población y poca economía.

La lucha contra la corrupción

Los fiscales de Lava Jato están celebrando los resultados de esas elecciones. Sólo 240 de los 513 diputados federales lograron reelegirse, menos de la mitad, siendo que muchos de los que no se reeligieron se oponían a las investigaciones de Lava Jato. Los promotores de la lucha contra la corrupción tienen ahora la esperanza de que el nuevo Congreso apruebe el paquete de leyes que ellos han elaborado para reducir la corrupción en Brasil, y que fuera rechazo por el actual congreso.

Además, decenas de senadores, diputados y gobernadores corruptos del PT, MDB, PSDB, PP, DEM, etc. que no han sido elegidos y el 1º de enero del 2019 van perder su inmunidad (foro privilegiado). A partir de ahí, podrán ser enjuiciados en los procesos de Lava Jato y van caer en manos de Sergio Moro. Los analistas políticos comentan que las cortes de 1ª y 2ª instancias, responsables de los casos de Lava Jato, van estar muy atareadas en el 2019.

Conclusiones

Estas elecciones han resultado en una profunda renovación de la representación política en Brasil, marcando el ingreso por primera vez de las fuerzas conservadoras y liberales en las disputas nacionales, y con resultados muy positivos en el corto plazo.

El pasado de Bolsonaro tiene elementos preocupantes de autoritarismo e intolerancia social, pero aún después de haber sufrido un atentado casi mortal, su discurso político no ha sido de resentimiento social, ni de insultos, ni de amenazas a la institucionalidad democrática. Si esos elementos se activan y se transforman en políticas públicas podrían representar un deterioro de la democracia en Brasil. Pero hasta ahora, su radicalismo ha estado dirigido hacia la corrupción y la inseguridad ciudadana (165 asesinatos al día, 60 mil asesinatos al año) y ambas preocupaciones son compartidas por amplios sectores de la población.

Bolsonaro, anteriormente, ha hecho declaraciones de populismo económico, pero su futuro ministro de economía, Paulo Guedes, es liberal y las políticas que ha anunciado también son liberales. No hay que olvidar que, en el 2002, basados en el pasado conflictivo de Lula, muchos estaban asustados, la bolsa sufrió y el dólar se disparó. Sin embargo, Lula mantuvo el marco de política macro-económica de Fernando Henrique Cardoso. Lo recomendable es esperar un poco antes de calificar su potencial gobierno de populista o de fascista.

El PT, por su lado, se ha auto-criticado de su moderación anterior y ya declaró que su propósito actual no es volver al gobierno sino tomar el poder. Lula también ya ha declarado su rechazo a Lava Jato y a los jueces de 1ª y de 2ª instancia que lo condenaron, y ha amenazado con retaliación, caso el PT gane las elecciones. Su propuesta de generar bienestar económico a la población en el corto plazo, con un Estado casi fallido y una deuda pública del orden de 80% del PBI, tendría las consecuencias inflacionarias que ya son conocidas en la historia de América Latina.

Los petistas y varios analistas internacionales están expresando preocupación por las perspectivas de la democracia en Brasil, pero el 100% de los conservadores y muchos de los liberales brasileños, demócratas en su mayoría, está celebrando los resultados de la 1ª vuelta y su preocupación principal es por las consecuencias por un potencial regreso del PT y el direccionamiento de Brasil hacia una experiencia parecida a la de Venezuela.

En el Brasil, el sistema político no incluía a la derecha conservadora ni a la liberal. Esas fuerzas se expresaban por medio de mecanismos externos al sistema político, apoyando a gobiernos militares. Ahora, esas fuerzas se canalizan a través de la institucionalidad democrática del país, como partidos políticos. Ello incrementa la polarización política, pero no necesariamente debilita el sistema democrático. Las incertidumbres son grandes, pero si el marco institucional soporta la inclusión de esas dos corrientes ideológicas en el sistema político brasileño puede contribuir a una mayor estabilidad y equilibrio en el largo plazo.

El riesgo principal viene de la situación de crisis de las cuentas públicas y del sistema de pensiones, y del rechazo social a las medidas requeridas para recuperar el equilibrio fiscal. En una situación de polarización política, una crisis social de grandes proporciones puede tener consecuencias muy negativas para el país.

Por ahora, la renovación política es lo más importante, y las posibilidades que se abren superan las preocupaciones que generan. Lampadia