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¿Segunda entrega del bono 380 por medio de cuentas en los bancos?

¿Segunda entrega del bono 380 por medio de cuentas en los bancos?

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Estamos en la quinta semana de la cuarentena y aun no se ha podido iniciar la distribución de la segunda tanda del bono 380 correspondiente a las semanas 3 y 4, porque ni siquiera se ha podido culminar la entrega de la primera tanda, que solo ha llegado a alrededor de las 3/4 partes de los 3.5 millones de hogares beneficiarios. Con el agravante de que ello ha ocurrido generando aglomeraciones y colas en los bancos.

Es indispensable pasar a un mecanismo de repartición moderno basado en la apertura de cuentas básicas o billeteras electrónicas en los bancos, lo que de paso entrañaría un salto gigantesco en inclusión financiera, una de las brechas que ha mostrado su gravedad en esta coyuntura. ¿Es posible para la segunda entrega que se viene?

Un adelanto de esto, aunque muy primitivo todavía, se dio con los algo más de 700 mil independientes receptores del bono. Se dispuso que se les pagaría vía sus celulares. ¿Cómo? El Tesoro les enviaba a esos beneficiarios un giro al celular de cada uno y una clave, con la cual podían retirar el monto en un cajero automático del Banco de la Nación (BN). Un avance. El martes 14 el presidente del BN, Luis Alberto Arias, tuiteaba informado que 238 mil beneficiaros del bono independiente ya habían cobrado, la mayor parte en cajeros o agentes Multired. Mucho menos congestión.

Este procedimiento supone que los beneficiarios se registren entrando a la web y dando su número de celular, para que se les pueda abonar. Aparentemente más de la mitad no lo están haciendo.

El salto que debería darse ahora, para la segunda entrega, es que se haga vía cuentas individuales básicas abiertas en los bancos, o, alternativamente, disponiendo que los beneficiarios abran la billetera Móvil (BIM) en sus celulares.

Para ello se necesitaba que la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) diera una norma que facilitara abrir cuentas de manera masiva. Y la SBS la publicó ayer miércoles 15 (Resolución SBS n° 1287-2020). Según Carolina Trivelli, esta resolución simplifica las exigencias y amplía los montos para cuentas básicas, de modo que se podrán abrir masivamente. Martín Naranjo, presidente de Asbanc, opina lo mismo: “Cambia el producto al cambiar los montos de referencia, y abarca un universo más amplio de transacciones”.

Naranjo nos explica que las “cuentas básicas” las pueden abrir los beneficiarios gratuitamente desde su propio celular, sin necesidad de ir al banco. Se abren poniendo los números de DNI y del celular, y se escoge un password. Nada más. Trivelli explica que esa cuenta serviría para recibir transferencias, que el usuario podrá retirar (con una clave, vía su teléfono) de un cajero automático o de un a agente, y luego podrá transferir a su vez a otra cuenta del sistema o a BIM u otra billetera en el teléfono. “Esta sería como la base común y sobre ella montamos opciones para que el usuario opte de modo que a partir de una cuenta básica se pueda articular transferencias a otras cuentas o a BIM”.

Naranjo advierte, sin embargo, que todavía el “ecosistema” (cajeros, agentes) no está suficientemente expandido. Dependerá del uso. Si estas cuentas que se abran masivamente se usan para transar, no habrá problema, pero si se usan para retirar efectivo, “nos va a agarrar con la red de cajeros probablemente sobrecargada y con los agentes muy reducidos en número y en disponibilidad de efectivo”.

Patricia Balbuena, viceministra del MIDIS, nos indica que están evaluando aun la posibilidad de hacer la segunda entrega de bonos por medio de esta modalidad.

BIM

Una alternativa es masificar la BIM (billetera Móvil). Se baja la aplicación de la billetera BIM en el celular y se abre una cuenta. Se la puede cargar con dinero, puede retirar dinero, y puede pagar sin efectivo, de teléfono a teléfono, sin tarjeta ni nada. Como en la China. El gobierno depositaría en la BIM el bono.

La BIM tiene alrededor de 700 mil usuarios en este momento. Incorporar a los beneficiarios del bono implicaría un salto extraordinario. Naranjo opina que sería difícil que se produzca de golpe. “El crecimiento puede ser muy rápido cuando agarras crecimientos exponenciales hacia arriba. Ya casi estamos entrando a esa etapa. Pero sin ecosistema (bodegueros que actúan como agentes) que acompañe, puede desinflarse también muy rápidamente, porque la persona tiene que poder sacar plata cuando quiera. Si no puede sacar plata, no funcionará. Pero es un súper producto para acompañar la reactivación”.

Hay alrededor de 40 mil bodegueros agentes. Pero, sea o no agente, el bodeguero podría simplemente aceptar el pago con BIM en su propio celular. Obviando el efectivo. Solo tiene que bajar la BIM en su teléfono. Y pagarles a sus proveedores también con BIM. No tiene que ser agente. Se interesará en la medida en que sepa que muchos querrán pagarle con BIM, por más que prefiera el efectivo que “no deja huella”. Se puede comenzar entonces con el bono, y poco a poco ir expandiendo el “ecosistema”, es decir, ampliando el número de bodegas agentes, para que luego de usado el bono la gente continúe usando la BIM para sus propias transacciones.    

Esperemos que el MIDIS se decida por una de estas alternativas o por una combinación de ambas para hacer la segunda entrega del bono. Habrá alguna espera en los cajeros o en los agentes, pero hay que dar el salto. Lampadia




Se nos rompe la cadena de pagos

Se nos rompe la cadena de pagos

EDITORIAL DE LAMPADIA

A estas alturas de la crisis sanitaria y económica-social, todos sabemos qué significa que se rompa la cadena de pagos, porque ya lo estamos viviendo. Cada día se multiplican los impagos y los despidos. Es como una gran explosión hacia abajo; una vez que se desata es muy difícil de parar.

En su afán de evitar, o por lo menos aminorar, un desarrollo tan negativo para toda la sociedad, el BCR ofreció otorgar una línea de crédito de 30,000 millones de soles al sistema financiero, para que sea canalizada a las empresas para cubrir planillas y proveedores. Los créditos debían contar con garantía del Estado por el 100% en la gran mayoría de casos, y debieran incluir costos especialmente reducidos. Para ello, el BCR volvería a reducir la tasa de interés de referencia en los siguientes días, como efectivamente hizo, llevándola a 0.25% por año.

La idea era que el sistema financiero fuera una suerte de canal de distribución de los créditos, evitando la mayoría de los análisis crediticios, ya que la facilidad debía ponerse a disposición de las empresas de la manera más ágil y a la brevedad posible.

Lamentablemente, el MEF, sin aparentemente entender la coyuntura ni la propuesta del BCR, diseñó ‘Reactiva Perú’, el programa que tendría que efectivizar la excelente propuesta del Banco Central.

Efectivamente, el decreto que crea el programa fue ampliamente criticado por lo más graneado del establishment económico y financiero del Perú. Ver en Lampadia: Reactiva Perú – ¿Un fallido intento de parar el corte de la cadena de pagos?

Las críticas hicieron especial interés en la necesidad de garantizar el 100% de los créditos y en los montos de los mismos.

Pero el gobierno, con gran necedad, ha producido un reglamento que no corrige los errores más importantes del decreto y crea una serie de figuras que malogran el instrumento y lo hacen ineficaz para cumplir con sus fines, evitar el corte de la cadena de pagos. Veamos:

  • Se insiste en no dar cobertura de riesgo por el 100% de los créditos, dejando márgenes a cubrir por las empresas que van del 2 al 20%, dependiendo del monto. Esto evita que las empresas más pequeñas accedan a los créditos, aumenta los costos y alarga los plazos de desembolso.
  • Se hace intervenir a Cofide como agente intermediario, complicando la operación y encareciéndola. Se estima que el costo de intermediación de Cofide desde 0.5% anual, el doble que el costo de la fuente de 0.25% del BCR.
  • Se establecen límites máximos de desembolso muy pequeños, restando efectividad al programa.
  • Se mantiene la exclusión de empresas con adeudos a la Sunat.
  • Se exige que las empresas estén en situación de ‘Normal’ en el sistema financiero.
  • Se excluyen empresas de “sectores con percepción social negativa”, como serían los productores de tabaco, alcoholes y juegos de azar. Una absurda discriminación, ya que el objetivo del programa es salvar puestos de trabajo, pero parece que para este gobierno es más importante la ideología y la politiquería disfrazada de falsa moral.

Con este diseño del programa ya se especula que los créditos podrán llevar tasas innecesariamente altas, del orden del 8 al 10% anual.

En resumen, se puede decir que el programa será un gran fracaso, y la pérdida de una buena oportunidad de evitar costos sociales. Mientras tanto Chile ha sacado un programa que sigue al pie de la letra las ideas originales del BCR en el Perú.

¿Cuándo vamos a hacer las cosas bien? Lampadia




“Hechos fácticos” del coronavirus

“Hechos fácticos” del coronavirus

Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas y Senior Advisor de Spencer Stuart
Para Lampadia

¿Alguna vez a alguien se le pasó por la mente que más de medio mundo estaría encerrado en sus casas por varias semanas? Esta situación surrealista es ahora parte de nuestras vidas. Es algo nunca visto y es debido a una pandemia, que se presenta en plena era de la tecnología y del mundo virtual, lo que implica que todos estaremos expuestos a una excesiva y muchas veces mentirosa información.

En las últimas semanas, venimos siendo bombardeados por una incesante hemorragia de información relacionada al COVID-19. Disertaciones y explicaciones de médicos de todo tipo, hasta de veterinarios. Vacunas y curas inminentes desde Francia, USA, China, Corea, etc. Estadísticas, gráficos y mapas de universidades, especialistas médicos y organizaciones internacionales. Recetas caseras, gárgaras de sal, secador de pelos en la nariz, sauna, pócimas de ajo, kion y cebolla, entre otras. La gran mayoría de todo esto es falso, o no tiene sustento aceptable y solo sirve para confundir, asustar y agobiar a todos nosotros, que estamos encerrados en casa con el celular, el IPad, el lap-top, YouTube y Netflix.

Dado que todo el mundo está con muy poco poder de concentración y prefiere leer todo lo que se trate del tema del momento, decidí escribir también algo sobre esto haciendo un recuento de los principales ¨hechos fácticos¨, que se han presentado en esta inverosímil situación.

El primero es que el gobierno ha tenido que actuar rápidamente con medidas drásticas, como la cuarentena y el toque de queda, porque el verdadero problema, no es la enfermedad en sí, sino el posible colapso de la infraestructura y las facilidades de nuestro pobre sistema público de salud. Esto sucederá si es que el número de infectados supera su capacidad, cosa que lamentablemente será relativamente fácil. Esto dado la precariedad que se tiene en este importante frente, a pesar de haberse contado con los medios suficientes para modernizarla y soportarla.  

Otro hecho fáctico es que felizmente este tema nos agarra en buena posición económica como país, con buenas reservas y liquidez, lo que nos permitirá abordar en buena forma el frente económico, sobretodo después de la crisis. Esto se debe a la disciplinada ejecución, por varios años consecutivos, de un buen plan (etiquetado como neo-liberal), por el BCR, liderado por su presidente Julio Velarde.

Es un hecho fáctico también que mientras en el frente económico estamos muy sólidos y preparados, en el de salud, sucede todo lo contrario y es allí donde nos pasará la factura esta crisis. La culpa de esta situación la tienen los funcionarios públicos que dirigieron el sector en los últimos años y que permitieron que exista una de las más grandes corrupciones, en perjuicio de la población. Estos malos elementos serán los verdaderos culpables del caos que ojalá no se presente, pero que tiene muchas posibilidades de producirse.

Espero que la Contraloría haga un repaso de los últimos 20 años por lo menos, ya que no es justo que un país que, con mucho sacrificio y disciplina, tiene los recursos como para haber mejorado y modernizado convenientemente el sector salud, esté ahora en esta situación al borde del colapso y el caos, ante esta epidemia.

En cuanto a la enfermedad en sí, un claro hecho fáctico es que el Covid-19 es altamente contagioso y tiene la terrible peculiaridad que una persona puede ser portadora del virus y ser asintomática por un periodo que se calcula entre 7 y 14 días y en este periodo puede contagiar a diestra y siniestra. Contra hay dos tipos de tácticas que se pueden aplicar. Defensivamente el aislamiento social, el lavado constante de las manos y el uso de mascarillas.

Ofensivamente pruebas, pruebas y más pruebas de descarte (esto, si se tiene el número necesario de kits, que lamentablemente no es el caso). Esto, según hemos visto en los casos exitosos como Corea del Sur y China, no se debe hacer solo cuando se tienen los síntomas (que será muy tarde porque ya habrá contagiado), sino especialmente para los que no tienen síntomas, pero se sospecha que puede ya tener el virus, por haber estado expuestos. Aquí está la gran diferencia.

Otro hecho fáctico es que los países orientales, vienen controlando la situación mucho mas rápido y mejor que los países occidentales. Esto se debe fundamentalmente a tres razones. Primero, porque la población es más disciplinada para acatar las medidas defensivas. Segundo, porque tienen más experiencia en el manejo de epidemias, por casos recientes como el SARS y MERS y tercero, porque utilizan tecnología de georreferenciación digital, que está considerada como ¨invasiva¨ y hasta está prohibida, en la mayor parte de los países occidentales.

Otro hecho fáctico sucede en nuestro país, donde hemos comprobado que hay una enfermedad que contagia mucho más rápido que el Coronavirus y es La Demagogia y el populismo barato. Esto ha quedado clara y vergonzosamente demostrado, con las primeras aprobaciones del novísimo e inexperto Congreso. La lamentable propuesta de la nueva Ley de las AFPs es una verdadera barbaridad. ¡Aparentemente, la única diferencia con el Congreso anterior es que ahora lo hacen con una máscara en la cara!

Otro hecho que es muy importante notar, es que existen varios grupos de científicos que están muy cerca de conseguir la ansiada vacuna contra el Covid-19. Esto ha creado una falsa esperanza, porque lamentablemente no nos servirá ahora, ya que la pandemia está en plena vigencia. La vacuna es un elemento preventivo (previo), que además de necesitar mucho testeo, requiere de un exhaustivo proceso de aprobación regulatorio. En caso de descubrirse la vacuna, está no podría ser usada masivamente antes de un año (con suerte) y la pandemia ya habrá avanzado demasiado.

Por eso todos los esfuerzos y concentración científica en plena pandemia, deben ser enfocados en ENCONTRAR LA CURA de la enfermedad, para cortarla y evitar que sigan incrementando las muertes. En este frente también hay varios equipos trabajando, testeando y experimentando con los pacientes más graves. Se está probando con combinaciones de medicamentos existentes (hidroxicloroquina), así como también con antiparasitarios (Invemectina) y con anticuerpos generados por humanos, que ya han tenido el virus en su metabolismo (Distributed Bio). Hay varias posibles soluciones cerca y ojalá se logre conseguir la que cure definitivamente el Covid-19 cuanto antes. Esto es lo que deben apoyar los gobiernos y también las grandes empresas.

Otro hecho que se ha comprobado en está situación de cuarentena, es que el trabajo, incluyendo las reuniones y las clases desde casa, son perfectamente posibles y en muchos casos hasta más eficientes. Plataformas de comunicación virtual como Microsoft Teams, Zoom, Google Hangouts y hasta Skype, son ahora muy utilizadas y seguramente lo serán mucho más en el futuro, lo que ahorrará mucho tiempo y dinero.

Obviamente los hechos fácticos más importantes que se vienen consiguiendo en este proceso, son mejorar la relación de las familias, así como la limpieza del medio ambiente, aunque esta sea temporal.  La vida después de esta surrealista situación de todas maneras no será igual que antes.

Como dijo Albert Einstein: ¨La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. Es en la crisis que nacen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias¨.

¡Ojalá esto sea cierto para nosotros y para nuestro país! Lampadia




El coronavirus no se combate con populismo

El coronavirus no se combate con populismo

Gonzalo Prialé
Presidente Instituto IIG
Para Lampadia

Viejas historias que es bueno recordar                                      

A mediados del siglo VI, el imperio bizantino fue arrasado por una epidemia denominada “peste negra”. En Constantinopla murió el 40 % de sus 800,000 habitantes. Luego la peste llegó a Roma. En los años siguientes, la enfermedad mató cuatro millones de personas en todo el Imperio Romano y causó pánico generalizado.

A mediados del siglo XIV, estalló la mayor epidemia de peste negra de la historia de Europa.  Los 80 millones de europeos se redujeron a unos 30 millones entre 1347 y 1353. Recién en 1896 se descubrió que el origen de la peste (bubónica) era la bacteria yersinia pestis, que afectaba a las ratas y era transmitida a los humanos principalmente por las pulgas.

La devastadora pandemia conocida como la “gripe española” de 1918, en realidad se originó en Estados Unidos y llegó después a Europa. Tras registrarse los primeros casos en Europa, colapsaron las instalaciones hospitalarias en los meses siguientes y el contagio se extendió a otros continentes. Se estima que murieron entre 70 y 100 millones de personas a nivel mundial.

Es útil recurrir a la memoria histórica. Hace solo 100 años con la gripe española murió 5% de la población mundial y eso ayuda a entender por qué ahora el mundo entero necesita enfrentar con tanto rigor la nueva pandemia del coronavirus.

Hoy el mundo está mejor preparado que en 1918. El progreso científico ha sido muy grande, se cuenta con laboratorios sofisticados, mucha mayor capacidad para producir vacunas, y hospitales mucho mejor equipados.

El reto que enfrentamos es inmenso

Pese a todas estas ventajas, con una población mundial de 7,500 millones de seres humanos (versus 1,850 millones en 1920) y  transporte aéreo accesible con 12 millones de personas viajando por día en un día normal, resultaría imposible detener hoy una epidemia como la del coronavirus, al menos en su primera oleada.

Encontrar una vacuna en corto tiempo para que el virus no se siga expandiendo por el mundo, desborda la capacidad científica actual. La industria farmacéutica tampoco será capaz de producir suficientes antivirales para miles de millones de personas en poco tiempo.

Esto ha conducido a los gobiernos a implantar políticas de aislamiento social con diversos grados de rigidez. Los gobiernos optaron mayoritariamente por poner la salud pública por delante de la impactante recesión de la economía originada por las cuarentenas y asumir costos para su reactivación buscando que la mayor parte de las empresas y el empleo sobrevivan en sus países.

El país espera que el sacrificio de estas 4 semanas de cuarentena logre los resultados deseados, en el contexto de una recesión mundial en ciernes, de proporciones difíciles de imaginar.

Como de costumbre surgen opiniones oportunistas que avizoran que todo será diferente después de la pandemia, pronostican el final de la globalización y piden más Estado y control de precios. Y no falta quienes extravagantemente atribuyen la aparición de la pandemia al capitalismo.

La causa de las cuarentenas en el mundo es una pandemia nueva e imprevisible, un cisne negro. Su origen es el coronavirus, no es la globalización, no es el modelo democrático capitalista occidental, ni el modelo autoritario capitalista de China.

Durante la pandemia el Ejecutivo tiene que asumir un rol de liderazgo fuerte e imponer autoridad, pero eso no sirve para justificar que el Estado suplante al mercado y adopte en adelante un rol crecientemente intervencionista. El Estado tiene gravísimos problemas de gestión y eso no va cambiar porque apareció el coronavirus; al contrario, durante la crisis se acentuará su incapacidad al actuar bajo presión.

Plantear el control de precios durante la cuarentena es innecesario. La gente compra solo lo que necesita con la poca plata que tiene, y cada día de cuarentena tiene menos dinero, así que lo más probable es que los precios tiendan a bajar, antes que a subir.  

En la pandemia se evidencian la falta de infraestructura hospitalaria y el déficit de agua potable en todo el país, dos fracasos históricos del Estado. Al pasar la cuarentena, sería conveniente dar paso a asociaciones público privadas (APP) en hospitales de bata blanca, y que SEDAPAL y las EPS contraten con operadores de prestigio mundial APP de gerencia integral e inversiones a largo plazo, para cerrar brechas.

Cuidado con la ejecución

En el corto plazo, el gran reto para evitar la convulsión social es hacer que la ayuda en dinero o en especies del gobierno llegue eficazmente a los trabajadores informales independientes que viven al día.

Otro reto grande es adquirir cuanto antes la cantidad de insumos necesarios (tests, mascarillas y respiradores). Sus precios al alza por la intensa competencia de los compradores en el mercado, no es una excusa válida para no cerrar compras urgentes. No se puede seguir recurriendo a donaciones, hay que pagar los precios y asegurar una pronta entrega. Prolongar el encierro por falta de estos insumos sería inaceptable e inmanejable.

El gobierno necesita precisar la información que reporta a diario. Se aprecia una brecha entre los planes que anuncia y su implementación, y no se puede hacer seguimiento para medir los resultados de tanto anuncio gubernamental en base a información incompleta.

Por ejemplo ¿del universo de 2.7 millones de familias cuántas han recibido sus 380 soles? ¿Con cuántos respiradores que funcionen se cuenta hoy? ¿Cuál es la capacidad de procesamiento de tests diaria?

El Ejecutivo necesita enfocar todos sus esfuerzos en combatir el coronavirus, parar los contagios y reactivar la economía, sin caer en una competencia de aplausos fáciles con el desbordado e irresponsable populismo del nuevo Congreso. Lampadia




Sin agua para lavarnos las manos

Sin agua para lavarnos las manos

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 10 de abril de 2020
Para Lampadia

Aparte de provocar fiebre, tos seca, pérdida de olfato y gusto, dificultad para respirar, y – en algunos casos – hasta la muerte, el Coronavirus ha resultado ser un gran encubridor. Muchos problemas que venían ocupando la atención de la gente han quedado en el olvido. La corrupción… por ejemplo. Como que el virus – pareciera – ha eliminado la palabra “corrupción” de nuestro diccionario.

Asimismo, la pandemia ha encubierto completamente la discusión de algunos otros temas candentes, como la desaceleración económica de los últimos años en nuestro país. Pero no sólo eso. La pésima gestión gubernamental en materia de porcentaje de ejecución presupuestal, la pusilanimidad presidencial frente a los movimientos anti mineros, el incremento desmedido de la burocracia estatal inútil y corrupta, las pintorescas puyas entre el Congreso y el Ejecutivo, y muchos otros temas más… todo quedó traspapelado en algún lugar remoto de nuestras memorias. Podría ser que – aparte de los síntomas antes mencionados – el Coronavirus también provoque la pérdida de la memoria. ¿Cómo será?

Sin embargo – contrario a lo anterior – el Coronavirus también resultó ser un gran descubridor. Como que descubrió algunas falencias que estaban pasando un tanto inadvertidas frente a la ciudadanía. El agua potable y alcantarillado… por ejemplo. Mejor dicho, el fracaso estrepitoso – a nivel nacional – del suministro de agua potable para la población.

¡Qué mala suerte! Resulta que la recomendación más importante para combatir al Coronavirus es – precisamente – lavarse las manos frecuentemente. Lavarse las manos con agua y jabón. Ahora bien… jabón tenemos. Pero ¿cómo lavarse las manos… sin agua? ¡He ahí el problema!

El hecho es que el suministro de agua potable en nuestro país está a cargo de las Entidades Prestadoras de Servicios de Saneamiento (EPS). SEDAPAL es una de ellas… y ciertamente la más grande, y la más conocida. Pero hay alrededor de 50 EPS más. La mayoría son empresas de propiedad de las municipalidades provinciales. Es decir, de los municipios de las principales ciudades del interior del país.

A nivel rural, el agua potable está a cargo de las Juntas Administradoras de Servicios de Saneamiento (JASS). Hay alrededor de 6,000 JASS a nivel nacional. Y la mayoría son manejadas por los municipios distritales.

A lo que quiero llegar, es que ese esquema – el de las empresas municipales de agua potable – fracasó. La mayoría de EPS y JASS están quebradas financieramente. La corrupción y el clientelismo político las quebró. Yo puedo dar fe de ello. Las EPS y JASS de la Región Ica son – casi todas – antros de corrupción e inoperancia. Por eso los iqueños no tienen agua en sus casas. Por eso mismo, la mayoría de peruanos tampoco tiene agua potable… 24 horas al día.

Dejémonos de hipocresías. La institucionalidad del agua tiene que cambiar. La salud de millones de peruanos está en juego. Una entidad pública autónoma, especializada, y meritocrática – tipo Banco Central de Reserva (BCR) – que no dependa de los ministros o alcaldes de turno. Eso es lo que se necesita. Los ministros y alcaldes cambian a cada rato. Y con ellos cambia – también – gran parte del personal de las EPS y JASS. Clientelismo político en su máxima expresión.

¡Qué se puede esperar de ello! Pues lo que tenemos ahora. ¡Millones de peruanos sin agua! O sea, millones de peruanos sin poder lavarse las manos. Lampadia




No perdamos de vista al enemigo común

No perdamos de vista al enemigo común

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Exclusivo para Lampadia

Hace pocos días, a iniciativa de Ricardo Ruiz Caro, participé en un encuentro virtual sobre el panorama mundial, las políticas públicas y los retos para la economía en medio de la crisis del Covid -19.  El anfitrión abrió la charla destacando que, en medio de lo negativo de estas circunstancias globales, ella misma se ha convertido en una suerte de meta supra ordenada para el mundo y para el Perú en particular.

Siempre se escuchan cosas interesantes de los hermanos Ruiz Caro, sin embargo, nunca una tan oportuna.

En efecto. Esta crisis nos ha puesto una meta largamente superior a cualquier otra. Una meta común. Un propósito común por encima, muy de lejos, de cualquier otro. Un propósito indiscutible: Enfrentar LA PANDEMIA DEL CORONA VIRUS.

Ahondado en la idea, ubiqué que esta noción tiene su origen en los experimentos que condujo el psicólogo turco y profesor de Harvard y Columbia, MUZAFER SHERIF, junto a su esposa CAROLYN, en la llamada Cueva de los Ladrones[i], donde comprobó que los grupos humanos tienen en una primera etapa, una tendencia natural a la hostilidad, la fricción y el conflicto, pero que, ante dificultades, desafíos o problemas que los superan y que no son posibles resolver de manera individual por cada grupo, requiriéndose de esfuerzos conjuntos, pasan del conflicto a la cooperación. Esos desafíos, retos o problemas que están por encima de la capacidad grupal, individual o sectorial son las llamadas “metas súper ordinarias”, posteriormente conocidas como METAS SUPRA ORDENADAS en el lenguaje psicológico y político contemporáneo.

Ni la invasión española por Pizarro y sus huestes, ni la independencia de España siglos después, ni la misma Guerra con Chile y por supuesto mucho menos el terrorismo genocida de Sendero Luminoso y el MRT estuvieron en la categoría de metas supra ordenadas porque siempre hubo, a diferencia del Corona Virus, contrarios, interesados, indiferentes, justificadores o cómplices, lo cual no ocurre hoy frente a la PANDEMIA DEL CORONA VIRUS.

Cuando los españoles llegaron, el Tahuantinsuyo no se unió para enfrentarlos, al contrario, varios pueblos acompañaron al invasor para capturar a Atahualpa y luego a terminar la hegemonía del Cusco. Frente a la independencia, hubo élites criollas muy conectadas con la metrópoli que la resistieron y miles de tropas que siguieron luchando por el ejército realista, mucho después de la proclamación de 1821. En la Guerra con Chile hubo quienes le hicieron el juego al enemigo, dejaron sin refuerzos a nuestros batallones más gloriosos como el de Arica y llegaron a decir, en otro momento del conflicto: “antes los chilenos que Piérola”, poniendo en evidencia que el Perú de 1880 no superó la fase del conflicto para pasar a la cooperación frente a un enemigo común. Frente al terrorismo, estuvimos muy cerca de tener una meta de este tipo, común, superior e indiscutible, sin embargo, la izquierda, por complicidad o remordimiento, con sus interpretaciones y justificaciones, convirtió al enemigo común en el enemigo de algunos solamente y ahora, décadas después, lo ha desdibujado a tal punto, que quienes lo derrotaron son los malos en la historia que ellos cuentan a través de los libros escolares que editan y controlan. En tiempos actuales, el manoseo político, electoral, mediático de la lucha contra la corrupción ha convertido esta batalla, que pudo tener esa dimensión, en una caricatura.

Enfrentar la PANDEMIA del Corona Virus tiene entonces la virtud (si cabe el término frente a un virus tan letal como este) de ser esa meta supra ordenada que nos puede y debe unir. Ante la cual no caben resistencias, complicidades, interpretaciones, justificaciones o manoseos políticos. Debería ser, aunque deje en el camino a muchos peruanos, el factor que nos una y despierte nuestro espíritu de cooperación, como nunca se ha visto en nuestra historia.

Esto, no quiere decir abandonar la reflexión y pasar al vacuo aplauso o la inerte reproducción de post laudatorios elaborados por una maquinaria de propaganda. Pasar a la cooperación significa tener como prioridad el enemigo, convertir la reflexión en aporte, disentir, pero no condenar, advertir sin ofender, clarificar antes que ensombrecer.

Superar nuestra fase de conflicto, tan natural pero primaria, pasa también por advertir que el enemigo es uno solo y darse cuenta de quienes, en este contexto, buscan crearnos otros enemigos: la globalización, el turismo, el capitalismo, las AFPs, los bancos, las empresas, Vizcarra o el fujimorismo. La necesidad de la hora presente es superar esa fase primaria del conflicto, la fricción y la desconfianza, para pasar a la etapa de la cooperación contra nuestro enemigo común. No perdamos esta oportunidad dejando que los enemigos de algunos impidan ver el único enemigo que importa. Lampadia




El Perú tendrá la oportunidad de crecer con una reactivación eficiente

El Perú tendrá la oportunidad de crecer con una reactivación eficiente

Por: Sergio Bolívar, Catedrático en Comunicación, Reputación y Negociación de la UPC, consultor en Reputación y Marketing, Gerente General de la consultora estratégica Andina Consultando SAC.
Para Lampadia

En estos momentos difíciles el Perú goza de una buena reputación internacional al haber sido reconocido por la BBC News Mundo, como el país mejor preparado de América Latina para afrontar la crisis, según el artículo que publicó el 31 de marzo pasado. El equivalente a 12% del Producto Bruto Interno (PIB), que son 90 mil millones de soles, se destinarán a la contención y reactivación, lo que representa la medida más impactante de la región a favor sostener la economía y nos posiciona como líderes en estos términos, muy por encima de Chile (5% del PBI) e inclusive estamos destinando más puntos porcentuales del PBI que EEUU (10%).

Esto significa que vamos en serio a contener la crisis y a ‘poner la carne en el asador’ con recursos importantes para el impulso monetario – fiscal, similar a lo aplicado por los países europeos más audaces, tal como sucede en Alemania con 20% del PBI, Inglaterra 15%, Francia 14% y Dinamarca 12%.

El Perú puede hacerlo gracias al buen colchón de ahorros generado durante tres décadas de disciplina fiscal, un bajo endeudamiento externo y por los ingresos que se tuvo durante del boom minero. Y si nos faltara recursos, tenemos la capacidad de generar un crédito con el Fondo Monetario Internacional, cuyo directorio nos elogió en enero pasado al decir que “…Habiendo tomado nota de los sólidos márgenes de maniobra para la aplicación de políticas y la larga trayectoria de políticas económicas prudentes, los directores indicaron que las autoridades estarían en una sólida posición para mitigar el impacto potencial de cualquier riesgo externo e interno para la economía peruana”.

Si podemos estar seguros de algo, es que la situación es temporal. El año entrante será exitoso si somos eficientes en la reactivación, y lo hacemos lo antes posible de forma progresiva. Entonces, el esperado rebote del 2021, del cual nos hablan los economistas más reconocidos, se convertirá en una realidad.

Sacar adelante la reactivación implica gastar los recursos con racionalidad y realismo económico, pero también conformar una organización con talento estratégico que se encuentre comprometida a conducir la reactivación, dedicada 24/7 a la tarea y con visión institucional para retomar el camino de la inversión que genera crecimiento reduciendo la pobreza.

Esta organización tendría el encargo estratégico de promover la reactivación e imagen del Perú en el mundo. Aunque hoy parezca apresurado hablar de la reactivación, debemos aprovechar que acabamos de ganar un activo reputacional con el paquete agresivo de medidas. Esta imagen-país debe ser gestionada técnicamente a favor de captar nuevas inversiones, promover los proyectos clave destinados a la exportación y a la pronta recuperación del turismo interno -una prioridad debido a la situación internacional de la pandemia-. Esto tendrá la virtud de mantener alta la confianza de los peruanos. Por ello, cuanto antes nos preparemos, cuando sea el momento de actuar, llegaremos más rápido y eficientemente a la reactivación.

Algunas entidades reconocidas llevan años de experiencia dedicadas a la promoción de sus países. Hoy éstas actúan para mitigar el impacto del virus y avanzar en la reactivación económica. Entre los ejemplos tenemos:

  • El IDA de Irlanda (Agencia de Desarrollo de las Inversiones) está desarrollando programas conjuntos con las agencias de investigación e innovación del gobierno para dar respuesta rápida al manejo de la pandemia con tecnología y en colaboración con todos los centros farmacéuticos, químicos y biotecnología del país.
  • KOTRA de Corea del Sur (Agencia de Promoción del Comercio e Inversión Coreana) viene realizando coordinaciones con agencias de otros países para compartir su experiencia y datos clínicos importantes sobre la pandemia con países como Dinamarca, avanzando en el apoyo del suministro de equipos de prueba y dispositivos médicos. También busca firmar nuevos tratados comerciales con países emergentes del sureste y centro asiático, como Uzbekistan, a fin de reducir su fuerte dependencia comercial con China y USA.
  • La semana pasada, Enterprise Singapur ha iniciado conversaciones con Australia para firmar acuerdos en temas de inteligencia artificial (IA) e innovación de datos. El objetivo es reforzar el intercambio en campos actualmente estratégicos, como la ciberseguridad, la facturación electrónica y la seguridad alimentaria.

¿Cómo debe trabajar una organización promotora de la reactivación?

La buena reputación es el activo más importante que el Perú debe mantener en este momento de crisis. El enfoque interno debe ser siempre mantener el impulso hacia el éxito, aún en los momentos más complejos en lo social y lo económico. Por esta razón, debemos mirar hacia adelante y plantear el esfuerzo promotor en todo momento, inclusive antes de la reactivación.

Lo primero de la actividad promotora de la reactivación es que tenga sentido la estrategia y el planeamiento como consecuencia. La institución promotora debe tener la misión de dar la imagen hacia la recuperación y anticiparse a los cambios de manera proactiva. Esta función estratégica en la estructura actual del Gobierno no existe y se cuenta únicamente con entidades que operan cada una por su lado dentro de las carteras ministeriales. Estas vienen cumpliendo un rol operativo que no responde a la actual necesidad de la reactivación.

¿Suena sencillo? Quizá no, porque implica reforma y reestructuración de las organizaciones promotoras. Se necesita aterrizar los componentes y funciones básicas que presento a continuación:

1. Comunicación estratégica para la imagen de la reactivación del Perú.

Esta es la función principal de la institución. Todo lo que hacemos bien, como las medidas económicas, las medidas de contención y sobre todo la velocidad frente a los demás de la región, está sumando en favor de la próxima reactivación. Darlo a conocer de forma sistemática en el frente interno y externo ayuda a generar un clima favorable. Obtener 3 notas similares a la antes mencionada de la BBC, en otras cadenas noticiosas equiparables, ayuda mucho. Se debe contar con discursos y elementos promocionales listos para el alineamiento a favor de la imagen institucional. Todo hecho comunicable debe responder a la percepción deseada, es decir convertir al Perú en el país mejor preparado para afrontar la crisis de la región y que está dedicando un programa de reactivación consistente.

2. Dar soporte a las nuevas oportunidades de exportación.

Con una visión holística de nuestros productos debemos dar oportunidad de impulso a las alternativas de marca-país exitosos. Por ejemplo, en el sector agro-exportador, que representa el 12% de nuestro PBI, tenemos características para posicionarnos como los mejores productores mundiales por la calidad y seguridad sanitaria de nuestros productos. Arequipa tiene la mayor productividad por hectárea del mundo en palta y quinua, lo mismo sucede en la Libertad con el arándano, el espárrago y la alcachofa. Esta situación se replica con muchas otras provincias en diversos productos exportables.

3. Impulsar las alianzas y acuerdos internacionales.

La estrategia debe estar enfocada a potenciar el Perú en términos de transporte con los países asiáticos como Corea y Taiwán que están pasando de la respuesta a la crisis hacia la recuperación. El puerto de Chancay, que estará listo en plazo de 2 a 3 años, tendrá un impacto muy grande en la cadena logística y permitirá ser un hub portuario de embarque para nuevas industrias de abastecimiento en la costa peruana del norte. Este proyecto y próximos proyectos vinculados al agua y la minería (Majes-Siguas, Tía María, etc.) se complementan con alianzas internacionales para el abastecimiento regional, dotación de productos y materia prima.

4. Crear nuevas oportunidades de negocios y nuevas áreas de acción.

El Perú debe dar soporte a las pequeñas y medianas empresas que lideran la expansión en sectores de servicios con tecnologías de comercio electrónico, canales on-line en sus niveles de servicio y nuevos canales para ofrecerlos al exterior con facilidad en la adaptación de los contenidos culturales de sus destinos. Actualmente, esta función la realizan el PRODUCE y las CITES (Centros de Innovación Productiva y Transferencia Tecnológica) que deben replantearse para que cumplan directrices de alineamiento estratégico.

5. Dar información real y de interés para mercado.

La institución debe contar con el respaldo de investigadores de las principales universidades peruanas y del extranjero, que conduzcan estudios de mercado en lo interno y externo. Esta función permitirá nuevos desarrollos y oportunidades para la innovación de productos o servicios exportables. Por ejemplo, es una necesidad latente en el sector salud contar con virólogos y expertos científicos para la investigación de nuevos métodos de protección sanitaria y seguridad, así como muchos otros proyectos.

6. Proveer soporte para el fortalecimiento de la infraestructura y competitividad.

La institución debe impulsar la inversión en obras en infraestructura de salud, transporte, educación y saneamiento con participación de firmas especializadas del sector privado, liderando soluciones viables con mecanismos de integridad en la relación del Estado con la empresa privada. Es necesario el impulso de la obra pública para la reconstrucción de las zonas afectadas por fenómenos naturales del país y rehabilitar a sectores como la construcción siempre que cumplan con las condiciones de buenas prácticas. También se necesita fortalecer la institucionalidad de los organismos reguladores para impulsar la eficiencia en establecer las condiciones de mercado que permitan la competitividad sin destruir a las empresas.

Conclusiones

En este momento poco sabemos acerca de cuál será el impacto real de la crisis del coronavirus en nuestra economía. Algunas estimaciones de las entidades más prudentes indican que el crecimiento se reducirá hasta 4%. Pero, ¿se puede adivinar cuanto nos va costar salir de la crisis? Eso parece magia.

Vivimos hoy un tiempo de contención de la epidemia para reducir la propagación y evitar que nuestros hospitales colapsen por la insuficiente infraestructura de salud. También para ganar tiempo a fin de que el problema no nos desborde por la falta de médicos, camas y respiradores.

Perú también debe evitar que las empresas quiebren para lo cual debe estar preparado a reactivar la economía lo antes posible con precisión quirúrgica. La fórmula de reactivación pasa por construir unas bases de reputación-país que permitan el despegue el año 2021. Se debe iniciar la promoción y planeamiento estratégico paralelamente a la contención de la crisis.

Un organismo encargado de la promoción de la reactivación funciona siempre que se pueda fortalecer su rol estratégico, dotarlo de autoridad, independencia en su rol técnico e incorporándolo en el ápice del paraguas. El objetivo debe ser cambiar el desorden actual de organizaciones dispersas y subyacentes a los ministerios como PRODUCE, MINCETUR, MINAGRI y otros tantos, así como Promperú y Proinversión.

La crisis terminará antes si percibimos que habrá reactivación de la economía el 2021. Está en nuestras manos avanzar hacia el camino de construir esa nueva realidad con crecimiento y desarrollo continuo del Perú. Lampadia




¿Cómo salvarnos de la pandemia… sin morir en el intento?

¿Cómo salvarnos de la pandemia… sin morir en el intento?

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 3 de abril de 2020
Para Lampadia

Me parece un error – un gravísimo error – plantear la disyuntiva entre salud o economía. Como si estuviésemos frente una elección excluyente. ¿Acaso para salir de este difícil trance sanitario, sólo queda que todos dejemos de trabajar hasta que erradiquemos la pandemia? O peor aún. ¿Acaso para mantener la economía en marcha, sólo queda seguir la vida tal cual – todos apiñados – y que el virus se propague sin control, con las consecuencias de dolor y muerte que todos conocemos?

Afortunadamente, la disyuntiva no es tal. Los expertos lo han dicho con toda claridad. Buena salud y economía sostenible… son compatibles. Pero eso sí. Distanciamiento social. Lavado de manos. Uso de mascarillas y guantes. Protección extrema para médicos y enfermeras. Mucha higiene personal y ambiental. En esto último estamos mal. Porque higiene personal sin agua… a ver ¿quién me dice cómo se hace eso? E higiene ambiental con calles llenas de basura… igual.

Por otro lado – y siguiendo con las recomendaciones de los expertos – se requiere de mucha información respecto de los infectados y de los probablemente infectados. Incluso de los sanos. ¿Quiénes son, dónde están? Sencillamente, para que los sanos no tengan contacto con los enfermos. Y ciertamente, para que los positivos – y sospechosos – guarden cuarentena.

Hoy tenemos un enemigo invisible. Sabemos que está… pero no sabemos dónde. Con dicha información, haríamos a nuestro enemigo visible y – por ende – ubicable. Las tecnologías de georreferenciación digital serían de gran ayuda para estos menesteres.

Para ello se requiere de una gran capacidad de testeo. En este punto también estamos mal. En términos relativos, muy pocas personas han pasado la prueba del Coronavirus. Cuando lo recomendable es que gran parte de la población esté diagnosticada.

A este respecto, se debería involucrar a empresas e instituciones no gubernamentales para que se sumen al esfuerzo del Estado en el proceso de identificación de los portadores del virus. Empresas grandes que tienen hospitales propios… como algunas mineras. Clínicas y laboratorios privados. Instituciones religiosas que brindan servicios de salud. Universidades que tienen laboratorios clínicos. Etc. Pero no… pareciera que el Estado quiere batirse sólo. ¡Qué soberbia!

El Dr. Harvey V. Fineberg – un experto en salud pública estadounidense – ha dado algunas pautas al respecto. Por ejemplo, identificar – también – a aquellas personas que se infectaron previamente, se recuperaron, y ahora son inmunes. Ellos son – precisamente – los llamados a cambiar la situación, al reiniciar partes de la economía de manera rápida y segura. Precisamente porque son inmunes al Coronavirus.

Los peruanos queremos buena salud. Eso está fuera de toda discusión. Pero también queremos buena economía. Como dice el Dr. Fineberg… existe una opción que limita las muertes y hace que la economía vuelva a funcionar de manera sostenible. Eso es lo que queremos los peruanos.

En el fondo, está de por medio la supervivencia de muchas personas que no tienen qué comer… si no trabajan. Y que – encima – tienen hijos y familiares que alimentar. El subsidio estatal de S/. 380 es de gran ayuda. Pero no alcanza. La solidaridad espontánea de mucha gente e instituciones benéficas también ayuda. Pero tampoco alcanza.

Lo mejor que tenemos para salvarnos de la pandemia – sin morir en el intento – son nuestras empresas. O sea, la economía. Lampadia




Escenarios próximos del coronavirus

Escenarios próximos del coronavirus

Líneas abajo compartimos la presentación del Centro Wiñaq sobre un importante análisis de escenarios políticos, sociales y económicos, con respecto a la crisis del coronavirus.

Ellos han identificado tres escenarios en función de dos ejes, la profundización de la epidemia y la efectividad de las medidas del gobierno.

La siguiente lámina resume los cambios principales que se darían en los tres escenarios:

Consideramos que es muy importante reflexionar sobre este análisis, puesto que el devenir de los acontecimientos depende en buena medida de nuestras acciones.

Hasta el día de hoy todas las reacciones se han focalizado en el espacio de gobierno, pero creemos que la situación amerita un mayor involucramiento de la sociedad civil, y especialmente del estamento empresarial, que más allá de las importantes contribuciones monetarias que está haciendo, debe contribuir con un profundo análisis de propuestas de acción. No solo tenemos que salvar una profunda crisis sanitaria, también tenemos que evitar un colapso social producto de la parálisis económica que hemos debido crear.

Veamos la presentación del Centro Wiñaq:

https://bit.ly/2UO8j5H

Lampadia




Víctimas de una fatal arrogancia

Víctimas de una fatal arrogancia

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia

Hace 5 días, el editorial de uno de los diarios oficialistas del país decía: “Más Keynes que Hayek durante el post covid -19”.  En el texto se auspicia de acuerdo a la línea política de ese diario, lo que muchos tememos:  que esta emergencia justificará un nuevo envión a las ideas en favor del control, la intervención y el mayor protagonismo del Estado en la economía y en la sociedad, en nuestro país y en otras partes del mundo.

Lo que parece no advertir la nota es que, en medio de la crisis, antes del “post Covid 19” que no ha llegado aún, ya estamos viviendo y pagando las consecuencias de esta “fatal arrogancia”. Digo “Fatal Arrogancia”, precisamente para citar el título de la última obra de Friedrich Hayek, a través de la cual este Premio Nobel austriaco criticó esa tradición utópica según la cual, ante la incertidumbre y la complejidad, se admite que las sociedades puedan ser diseñadas en su totalidad de acuerdo a un plan establecido. Para Hayek, tan bien intencionado propósito no es factible debido a que el planificador no puede acceder a toda la información necesaria para esta arquitectura ideal de la realidad. Existe un conocimiento disperso que no es posible concentrar en una sola mano, existe un orden espontáneo contra el cual resulta arrogante pretender actuar compulsivamente.

Lo que está sucediendo en el Perú en plena crisis del Covid 19 nos demuestra precisamente esa limitación que Hayek ya advirtió. Ante la incertidumbre y la complejidad de la Pandemia se admitió como válido un diseño social de emergencia centralizado en manos del Estado. Todos creímos que esto era lo indicado: suspensión de actividades masivas, cuarentena, aislamiento social obligatorio, inmovilidad, paralización de actividades económicas no esenciales, cierre de fronteras, control de las pruebas diagnósticas en manos del sistema de salud pública, bonos de auxilio económico, etc. Lo que olvidamos es que, más allá de la validez lógica de muchas de esas medidas, la pretensión planificadora es per se, de por si, arrogante, porque olvida que hay información necesaria que no podrá conocer, que hay un conocimiento disperso y un orden espontáneo.

El profesor malagueño Juan Carlos Martínez Coll[i] lleva esta idea de Hayek a un plano aún más concreto y nos habla de la “fatal arrogancia del planificador”, afirmando, para mal de nuestra realidad presente que “la planificación logística que incluye la actividad de un individuo no puede ser realizada sin la aportación de información de ese individuo”, y que, aunque no nos guste reconocer en estas circunstancias:

“es imposible que la actividad de cualquier empresa o país puede ser completamente planificada por un único planificador, debido a que:

a) La información necesaria es excesiva y no cabe en una sola mente.

B) La información necesaria está en la mente de los individuos y no es fácilmente accesible.

C) La información es cambiante, dinámica.

D) El carácter coactivo de la planificación corrompe la misma información, la distorsiona.

El presidente Vizcarra pese a sus buenas intenciones, no puede junto con su gabinete, asesores y adulones incluidos, tener la capacidad de acceder a toda la información necesaria en esta crisis. Mucho menos pueden ingresar a la mente, intenciones, deseos, necesidades o angustias de los ciudadanos que huyen de la cuarentena pese a haber sido identificados como positivos o que salen a vender o trabajar para subsistir. Ni el presidente, ni su flamante Ministro de Salud hábil en el troleo en redes sociales pueden detener el cambio, la mutación de la información. Ni las amenazas del ejército o las extorsiones de algunos malos policías pueden evitar que la información necesaria se corrompa.

Esto explica en alguna medida que hayan más de 36,000 detenidos en la emergencia, que el número de víctimas siga creciendo, que los contagios crezcan más rápidamente de lo que vimos la semana anterior y que a causa de todo esto, se adopten nuevas medidas en la misma dirección: planificar sin la información suficiente.

Bien haría entonces el diario oficialista, en lugar en auspiciar el retorno a las ideas de Kelsen para un post Covid 19 que aún se ve lejano, en advertir las consecuencias de esta fatal arrogancia y su alto costo en estas circunstancias. Podría empezar por publicar, por ejemplo, este fragmento del discurso de Hayek al momento de recibir el Premio Nobel de Economía:

“Para que el hombre no haga más mal que bien en sus esfuerzos por mejorar el orden social, deberá aprender que aquí, como en todos los demás campos donde prevalece la complejidad esencial organizada, no puede adquirir todo el conocimiento que permitirá el dominio de los acontecimientos. En consecuencia, tendrá que usar el conocimiento que pueda alcanzar, no para moldear los resultados como el artesano moldea sus obras, sino para cultivar el crecimiento mediante la provisión del ambiente adecuado, a la manera en que el jardinero actúa con sus plantas.”

Solo la comprensión de que estamos siendo víctimas de esta fatal arrogancia nos llevará a tomar mejores y más atinadas medidas. Solo la comprensión de los límites del gobierno y del Estado en esta tarea nos permitirá entender que la solución no llegará únicamente desde arriba, sino que se construye también en la decisión cotidiana de cada ciudadano, comunidad, gremio o pueblo. Sólo así la ciudadanía asumirá también su responsabilidad y las consecuencias de esta crisis. Estamos a tiempo. Lampadia




Los Estados frente al covid 19

Los Estados frente al covid 19

Conforme los Estados en el mundo, incluyendo el del Perú, empiezan a desplegar un sinfín de iniciativas monetaria y fiscales para inyectar liquidez en los bolsillos de las personas y de las empresas para mitigar el impacto social del covid 19, sus cuotas de poder en las economías empiezan a escalar a niveles históricos inusitados, nunca antes vistos probablemente desde las guerras mundiales.

Como es de esperar, esta peligrosa transformación del mundo ha pasado desapercibida para la mayoría de los medios internacionales, dada la gravedad de la presente crisis sanitaria, puesto que se han enfocado en informar sobre la efectividad de las políticas anteriormente mencionadas, además de las de contención (ver Lampadia: El mundo está parado), en el corto mediano plazo.

Poco a nada han dedicado sus contenidos a analizar las implicancias que tendría para las sociedades tener a gobiernos cada vez más intrusivos en la vida económica y social de la gente si es que, pasada la pandemia, no se desligan de este enorme peso que aún podrían tener sobre las libertades individuales. El caso más peligroso podría ser pues de que algunos países de corte autoritario abusen de las políticas de vigilancia en las calles y el acceso a los datos personales una vez que se hayan levantado los estados de emergencia, extremando la política emprendida por China para parar en seco el contagio.

The Economist, sin embargo, es de los pocos medios que muestra sus reflexiones al respecto en un reciente artículo que compartimos líneas abajo. En él, deja entrever su preocupación sobre cómo en los próximos años podrían perder terreno las ideas de la libertad frente a las ideas del estatismo en el mundo, si es que se consolidase esta permanencia de poder de los estados.

Es importante notar cómo evolucionará este particular proceso en el Perú en los próximos meses, a propósito de las recientes medidas que ha acometido el presente gobierno para mitigar el impacto del covid 19, como son la entrega del bono de S/. 380 primero a las familias más vulnerables y a 800 mil trabajadores independientes, el fondo de apoyo empresarial por S/. 2,000 a las mypes, por destacar las más importantes. Se debe concientizar a la población que estas medidas son paliativas y temporales, en tanto la actividad económica aún muestre afecciones por los paros, producto de los estados de emergencia.

Como hemos comentado en Lampadia: Más Estado y más libertad económica, es necesario que, una vez que se supere este impasse, el Estado dé  paso a políticas liberales que permitan apuntalar el crecimiento económico y fomentar la recuperación que todos los peruanos esperamos. Estas medidas deben incluir por ejemplo la flexibilidad laboral, en particular, reducir el altísimo costo de la contratación y el despido y simplificar la excesiva normativa laboral que se requiere seguir para erigirse como empresa formal en el Perú. Asimismo, podar de una vez por todas esa maraña regulatoria que imposibilita el crecimiento de las mypes y que actualmente entrampa a sectores tan estratégicos y generadores de empleo al interior del país como la minería.

A igual que The Economist, desde Lampadia somos conscientes que en los próximos años se va a configurar un ataque persistente hacia las ideas de la libertad en el mundo, a propósito de esta crisis sanitaria, que ya vienen venidas a menos en el Perú por los constantes ataques a nuestro modelo económico y la ciega fe que la gente tiene al Estado interventor. Esta fe puede estar justificada en estos tiempos de pandemia, pero en circunstancias normales se ha probado que es desastrosa para la economía. Por ello, seguiremos defendiendo la filosofía liberal a pesar de los contextos cambiantes y retadores que condicionan la economía mundial a esta discusión permanente en el quehacer de la política pública. Lampadia

Todo está bajo control
El estado en el tiempo de covid-19

Se necesita un gran gobierno para combatir la pandemia. Lo que importa es cómo se reduce de nuevo después

The Economist
26 de marzo, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

En solo unas pocas semanas, un virus de diez milésimas de milímetro de diámetro transformó las democracias occidentales. Los estados han cerrado negocios y sellado a personas adentro. Prometieron trillones de dólares para mantener la economía con soporte vital. Si Corea del Sur y Singapur son una guía, la privacidad médica y electrónica está a punto de descartarse. Es la extensión más dramática del poder estatal desde la Segunda Guerra Mundial.

Un tabú tras otro se ha roto. No solo en la amenaza de multas o prisión para la gente común que hace cosas comunes, sino también en el tamaño y el alcance del papel del gobierno en la economía. En EEUU, el Congreso está listo para aprobar un paquete que vale casi US$ 2 trillones, el 10% del PBI, el doble de lo prometido en 2007-09. Las garantías de crédito de Gran Bretaña, Francia y otros países valen el 15% del PBI. Los bancos centrales están imprimiendo dinero y usándolo para comprar activos que solían despreciar. Por un tiempo, al menos, los gobiernos buscan prohibir la bancarrota.

Para los creyentes en un gobierno limitado y mercados abiertos, el covid-19 plantea un problema. El estado debe actuar con decisión. Pero la historia sugiere que después de las crisis el estado no cede todo el terreno que ha tomado. Hoy eso tiene implicaciones no solo para la economía, sino también para la vigilancia de las personas.

No es casualidad que el estado crezca durante las crisis. Los gobiernos pueden haber tropezado en la pandemia, pero solo ellos pueden coaccionar y movilizar vastos recursos rápidamente. Hoy son necesarios para imponer cierres comerciales y aislamiento para detener el virus. Solo ellos pueden ayudar a compensar el colapso económico resultante. En EEUU y la zona del euro, el PBI podría caer un 5-10% interanual, quizás más.

Una razón por la cual el papel del estado ha cambiado tan rápidamente es que el covid-19 se propaga como un incendio forestal. En menos de cuatro meses, pasó de un mercado en Wuhan a casi todos los países del mundo. La semana pasada se registraron 253,000 casos nuevos. La gente tiene miedo del ejemplo de Italia, donde casi 74,000 casos registrados han abrumado un sistema de salud de clase mundial, lo que ha provocado más de 7,500 muertes.

Ese miedo es la otra razón para un cambio rápido. Cuando el gobierno de Gran Bretaña trató de retroceder para minimizar la interferencia del estado, fue acusado de hacer muy poco, demasiado tarde. Francia, por el contrario, aprobó una ley esta semana que le otorga al gobierno el poder no solo para controlar los movimientos de las personas, sino también para administrar los precios y requisar bienes. Durante la crisis, su presidente, Emmanuel Macron, ha visto elevarse sus índices de aprobación.

En la mayor parte del mundo, el Estado hasta ahora ha respondido al covid-19 con una mezcla de coerción y peso económico. A medida que avanza la pandemia, también es probable que explote su poder único para monitorear a las personas que usan sus datos. Hong Kong utiliza aplicaciones en teléfonos que muestran dónde se encuentra para imponer cuarentenas. China tiene un sistema de pasaportes para registrar quién es seguro para salir. Los modeladores de datos telefónicos ayudan a predecir la propagación de la enfermedad. Y si un gobierno suprime el covid-19, como lo ha hecho China, tendrá que evitar una segunda ola entre los muchos que aún son susceptibles, atacando a cada nuevo grupo. Corea del Sur dice que el rastreo automático de los contactos de infecciones recientes, utilizando tecnología móvil, obtiene resultados en diez minutos en lugar de 24 horas.

Este gran aumento en el poder del Estado ha tenido lugar casi sin tiempo para el debate. Algunos se asegurarán de que es solo temporal y que casi no dejará huella, como ocurrió con la gripe española hace un siglo. Sin embargo, la escala de la respuesta hace que covid-19 se parezca más a una guerra o la Depresión. Y aquí el registro sugiere que las crisis conducen a un estado permanentemente más grande con muchos más poderes y responsabilidades y los impuestos para pagarlos. El Estado de Bienestar, el impuesto sobre la renta, la nacionalización, todo surgió del conflicto y la crisis.

Como sugiere esa lista, algunos de los cambios de hoy serán deseables. Sería bueno si los gobiernos estuvieran mejor preparados para la próxima pandemia; así también, si invirtieron en salud pública, incluso en EEUU, donde la reforma es muy necesaria. Algunos países necesitan un subsidio digno por enfermedad.

Otros cambios pueden ser menos claros, pero serán difíciles de deshacer porque fueron respaldados por grupos poderosos incluso antes de la pandemia. Un ejemplo es la retirada del pacto de la zona euro que se supone que impondrá disciplina a los préstamos de los estados miembros. Del mismo modo, Gran Bretaña ha tomado sus ferrocarriles bajo el control del Estado, un paso que se supone que es temporal pero que nunca puede retractarse.

Más preocupante es la propagación de los malos hábitos. Los gobiernos pueden retirarse a la autarquía. Algunos temen quedarse sin los ingredientes de los medicamentos, muchos de los cuales se fabrican en China. Rusia ha impuesto una prohibición temporal a la exportación de granos. Los industriales y los políticos han perdido la confianza en las cadenas de suministro. Es solo un pequeño paso desde allí hacia el apoyo estatal a largo plazo para los campeones nacionales que los contribuyentes habrán rescatado. Las perspectivas comerciales ya son escasas; todo esto los nublaría aún más, y la recuperación. Y a largo plazo, una expansión vasta y duradera del estado junto con una deuda pública dramáticamente más alta probablemente conducirá a un tipo de capitalismo más pesado y menos dinámico.

Pero ese no es el mayor problema. Las mayores preocupaciones se encuentran en otra parte, en el abuso del cargo y las amenazas a la libertad. Algunos políticos ya están tomando el poder, como en Hungría, donde el gobierno busca un estado de emergencia indefinido. El primer ministro de Israel, Benyamin Netanyahu, parece ver la crisis como una oportunidad para evadir un juicio por corrupción.

Lo más preocupante es la difusión de la vigilancia intrusiva. La recopilación y el procesamiento de datos invasivos se extenderán porque ofrece una ventaja real en el manejo de la enfermedad. Pero también requieren que el estado tenga acceso de rutina a los registros médicos y electrónicos de los ciudadanos. La tentación será usar la vigilancia después de la pandemia, al igual que la legislación antiterrorista se extendió después del 11 de septiembre. Esto podría comenzar con el rastreo de casos de TB o traficantes de drogas. Nadie sabe dónde terminaría, especialmente si, después de haber tratado con el covid-19, la China loca por la vigilancia es vista como un modelo.

Es posible que se necesite vigilancia para hacer frente al covid-19. Las reglas con cláusulas de extinción y escrutinio incorporados pueden ayudar a detenerlo. Pero la principal defensa contra el estado excesivamente poderoso, en tecnología y economía, serán los propios ciudadanos. Deben recordar que un gobierno pandémico no es apto para la vida cotidiana. Lampadia




Puede ser compatible con cuidados frente al coronavirus

Puede ser compatible con cuidados frente al coronavirus

Dr. Ing. Raúl Delgado Sayán
Para
Lampadia

La súbita parada de 4 semanas -que van hasta la fecha- de todo el Sector Construcción, afecta no solo al País sino a empresas de construcción, empleados, profesionales, técnicos, obreros; proveedores de equipamiento, de materiales e insumos en general con todo su entorno; a subcontratistas especializados; a empresas de Ingeniería y Supervisión de Obras y su entorno, que de improviso -todas ellas- han tenido que suspender sus actividades y en menos de 24 horas movilizarse a sus hogares. Muchos de ellos se encontraban en campamentos de obras en el interior del Perú y han tenido muy poco tiempo para dejar todo en las obras a buen recaudo compatible con una prolongada y no programada paralización de actividades.

El reinicio de las actividades constructivas, cuando ello se disponga, no será rápido ni automático, porque requerirá de una re movilización y recomenzar contactos con todos los proveedores, subcontratistas y demás que participan en la obra. La construcción es una actividad muy sensible a los costos, puesto que los componentes claves que son:  materiales, equipos y mano de obra; son determinados en base a análisis de costos unitarios muy precisos siendo que el resultado de ellos está íntegramente incorporado físicamente en las mismas obras y por lo tanto los Contratistas solo perciben ingresos para solventar sus costos de administración y operaciones por los llamados  costos indirectos que son:  los gastos generales y la utilidad, y ambos sumados representan alrededor del 25% del presupuesto total de la obra sin IGV. En este sentido, si no hay obra no hay valorizaciones, y por lo tanto no hay ingresos para solventar sus planillas ni los costos operativos y de administración. Es un Sector que necesita por tanto créditos directos e indirectos para sus operaciones porque los pagos corresponden al reconocimiento posterior de los avances de partidas de obras ya ejecutadas. 

A raíz de la repercusión mundial del Covid 19 y la conmoción mundial de esta Pandemia y la caída de las Bolsas en el mundo y en el Perú, es previsible que las inversiones en el Sector Privado se posterguen y en contrapeso solo queda por tanto que el Sector Público realmente se reactive e incremente sustancialmente sus actividades, destrabando de inmediato todo lo trabado y colocando velocidad de crucero a las obras públicas que forman parte del conjunto de 52 proyectos del ya aprobado Plan Nacional de Infraestructura y las obras de impacto logístico y social de la Reconstrucción; entre otras. 

Parafraseando en los términos clínicos aplicable al momento actual que viven todos los que conforman el Sector Construcción, se puede afirmar que la actividad se encuentra en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos); por lo que requiere urgentemente el oxígeno de la liquidez inmediata y el crédito a bajas tasas de interés y en plazos razonablespara no interrumpir su larga cadena de pagos, y menos aún generar un cuantioso desempleo al ser una actividad de gran empleo directo e indirecto. No es un problema solo económico sino también es un problema social.

En la actualidad y frente a esta pandemia que vive el mundo y el país, la actividad constructora en general se encuentra totalmente paralizada. No ha habido tiempo de hacer un análisis más puntual del costo/beneficio, no solo económico sino también sanitario de parar o no determinadas obras importantes de infraestructura. Un ejemplo típico de ello son las carreteras en zonas apartadas, que son muy intensivas en maquinarias pesadas de construcción y bajas en concentración de mano de obra;  que por lo demás tienen meticulosamente bien controlados y resguardados a sus trabajadores en cómodos campamentos, incluso con tópicos médicos y   bien llevados por empresas formales de construcción con protocolos de seguridad en el trabajo particularmente exigentes y a los cuales se les pudo perfectamente adicionar aquellos de sanidad para este tipo de virus con rápida detección y evacuación de ser necesario.

Otro caso similar y a modo de ejemplo, pudieron ser las tan demoradas y urgentes obras del Aeropuerto Jorge Chávez o las también muy intensivas obras en equipos pesados de Construcción e incluso subterráneos como la Línea 2 del Metro. Aún estando estas dos últimas en la ciudad y dada su envergadura, se pudo explorar la posibilidad durante este aislamiento de proveer hospedaje y alimentación a sus trabajadores cerca de las Obras con transporte directo en cada cambio de jornada. Hubiera sido probablemente más seguro para la salud de ellos y más económico versus una suspensión total de actividades por tiempo prolongado e indeterminado.

Esperemos que en el tiempo que media hasta el 12 de abril, fecha señalada por el ejecutivo para levantar el Estado de Emergencia por el Covid 19, permita evaluar esta posibilidad para no dilatar más el reinicio de estas tan necesarias obras para el país,permita operar a las empresas del sector con el apoyo antes expresado por parte del Estado y del Sistema Financiero.

De otro lado, para el Sector en este 2020, probablemente tendremos números en negativo respecto al año anterior, que son difíciles de predecir ahora porque aún no se conoce la fecha real del reinicio de las obras. Aún si en la hipótesis actual se bajará la bandera a cuadros el 12 de abril, los contratistas tendrían que iniciar la movilización y puesta a punto para reiniciar las obras, con el perjuicio de que al estar parados y haber detenido hasta nuevo aviso órdenes de compra en giro a proveedores y subcontratistas, deban reiniciarlas nuevamente   y eso va a ser determinante en la reprogramación de sus actividades.

Además, tendrán que experimentar una falta grave de liquidez en los meses de mayo y junio -porque al no haber trabajado y avanzado obras en la mitad de marzo y probablemente todo abril de manera efectiva, no tendrán que valorizar y cobrar para recibir liquidez en mayo y junio. Además, que mucho esfuerzo también se va a distraer en largas discusiones para reprogramar las obras y los reconocimientos por el tiempo de paralización, aun cuando estos sí están incluidos en la normatividad vigente.

Por otra parte, es importante y necesario dejar en claro que la ingeniería y la construcción si son actividades esenciales para el país. Basta solo para expresar su importancia no solo su significado de manera directa e indirecta en el PBI y PEA (empleo formal); sino que ella atraviesa transversalmente todos los otros sectores de producción y servicios básicos. No se puede crecer en ningún otro sector si antes no se invierte y para invertir hay que construir.

Además, el rol de la Ingeniería y Construcción Nacional va a ser muy importante en el post Coronavirus. Incluso es muy posible que en todos los meses que queda del año 2020, van a existir muy serias restricciones de todos los países hacia cierres prolongados de fronteras y restricciones por cuarentenas al personal que provenga del extranjero, por temor a nuevas olas de contagios, por lo menos hasta que existan vacunas de comprobado éxito y difusión masiva. No olvidemos que el Coronavirus fue importado y que llegó por vía aérea.

Para el hemisferio sur este cuidado tendrá que ser aún mayor, porque se avecina la temporada del frío y la humedad. Felizmente el Perú, al igual que los médicos también tiene muy buenos ingenieros en todas las especialidades, que han sido autores directos de la construcción de más del 88% de todo el patrimonio nacional existente que se estima en más de un millón de millones de dólares (un billón en nuestro sistema y un trillón en el sistema de USA).

Hagamos votos porque los encargados de las carteras que tengan que ver más directamente con el Sector Construcción y con el apoyo de los delegados del Sector Salud, puedan dialogar a este respecto con las Empresas que están trabajando estos proyectos importantes para acordar un plan que permita el reinicio de esta esencial actividad lo más pronto posible, con protocolos de sanidad  seguros para el personal que labore en estas obras  y que estos protocolos sean conducidos por las Empresas respectivas de Construcción  con la máxima exigencia para que el Perú avance. Sin Construcción no hay desarrollo y sin desarrollo no puede implementarse la infraestructura que mejore la salud; saneamiento, educación y mejoramiento logístico que mejore la calidad de vida de la población. Lampadia