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Alarguemos el horizonte temporal de la discusión

Alarguemos el horizonte temporal de la discusión

David Belaunde Matossian
Para Lampadia

Lo que sigue con gráficos, y respectivos comentarios, que he generado a partir de data compilada por la universidad John Hopkins. Esto nos muestran tres cosas:

1. La cuarentena en Hubei, epicentro de la pandemia del COVID-19, parece haber resultado en una estabilización de casos reportados luego de unas 3 a 4 semanas. Si extrapolamos, podríamos ver algo similar en el Perú en una o dos semanas. Esto concuerda con estimaciones del Minsa que apuntan a una estabilización en 1,200 – 1,400 casos para esas fechas. En Italia, es posible que ya estemos entrando a la fase estabilización esta semana. Pero ojo, la cuarentena en Hubei no fue levantada sino hasta un mes después de que los casos reportados empezaran a estabilizarse.

2. Aun en los países que fueron exitosos en contener la pandemia rápidamente (Hong Kong y varios países asiáticos) empieza a haber un rebrote, al no estar aun inmunizada la población, y facilitados por el flujo de ciudadanos retornando del extranjero.

3. La estabilización en China se habría dado más rápido fuera de Hubei, a pesar de que las medidas tomadas en otras provincias fueron heterogéneas y en muchos casos menos severas. Es algo que no deja de llamar la atención y contribuye a las dudas sobre la confiabilidad de esta data.  

Comentario:

1- Es poco probable que el gobierno peruano haya realmente creído a mediados de marzo, a más de 50 días de empezada la cuarentena de Hubei, que dos semanas de aislamiento social iban a ser suficientes. Más parece que no se quiso alarmar a la población en ese momento sobre el esfuerzo que se le iba a demandar, pero no es ideal ni parece sostenible.

2- Queda cada vez más claro que esta situación se va a prolongar. Digamos que al 13 de abril hayamos llegado al punto de inflexión. ¿Es suficiente para salir de la cuarentena o tendremos que seguir un mes más post-estabilización, como en China? Todo dependerá de la capacidad de testear masivamente, identificar todos los casos y aislarlos. Suena razonable pensar que sólo se podrá ir levantando las restricciones de manera progresiva, e incluso regresar a cuarentena si hay un rebrote.

3- Vizcarra admitió el martes en conferencia de prensa que el retorno al statu quo ante no sería inmediato. Fue más allá incluso, puntualizando que había un “antes” y un “después”. Seria bueno que ahora si, se comunique con claridad sobre medidas posibles utilizando un horizonte más largo que 2 o 3 semanas, tanto sobre las medidas coyunturales como de las políticas públicas que subsistan después de la crisis, motivo de preocupación algún mayor potencialmente. Lampadia




¿Y después del mes de cuarentena qué hacemos?

¿Y después del mes de cuarentena qué hacemos?

Carlos Gálvez Pinillos
Ex presidente de la SNMPE
Para Lampadia

Esta pandemia nos está llevando a situaciones límite, tanto al sector público como al privado. Como hemos podido observar, el gobierno tuvo el coraje de asumir la decisión de una cuarentena que, si bien se planteó por dos semanas, era de suponer que tomaría cuando menos cuatro semanas.

No es el momento de criticar los errores cometidos por impericia o improvisación, lo que seguro discutiremos en el momento oportuno. Lo importante ahora, es ver cómo resolvemos el problema que enfrenta el país y todos los ciudadanos desde el punto de vista económico. No es necesario insistir que un mes de paralización de actividades destruye muchas fuentes de trabajo para mucha gente y quiebra a muchas empresas, las que al quedarse sin oportunidad de producir, vender y cobrar, rompen la cadena de pagos.

Hay sectores altamente sensibles a este fenómeno y cuyas posibilidades de retomar su actividad comercial a niveles adecuados, tomará por lo menos un mes adicional al de la cuarentena. Nadie irá, por auto-protección, a un restaurante o un cine al día siguiente del levantamiento de la cuarentena. A los hoteles y servicios de transporte aéreo y terrestre les tomará mucho recuperarse, lo mismo que a profesionales y trabajadores independientes, entre otros.

Recordemos que, si bien se logró en los últimos 15 años sacar de la pobreza al 30% de nuestra población, estos se mantenían bien mientras “pedaleaban”, pero cuando se para la actividad económica y se les impide trabajar por tanto tiempo, inmediatamente regresan a la condición de pobreza de la que salieron gradualmente a base de un gran y perseverante esfuerzo.

Ha sido muy importante que desde el Estado se otorgue un bono en efectivo para aproximadamente 3,2 millones de pobres, pero la población que debemos atender es a 12 millones de personas que se han quedado en la miseria de súbito y que tendrán que “capear el temporal” durante entre 30 y 60 días, en la medida que sus empleadores o contratantes se repongan y tengan posibilidad de reiniciar sus actividades regulares y generar la liquidez que les permita cumplir con los pagos a trabajadores, proveedores y tributos.

Es cierto que el ahorro con que cuenta el Estado peruano, producto de un manejo responsable de las finanzas públicas durante tres décadas, nos da hoy el respaldo para atender esta emergencia. Pero el Perú tiene que reponerse de esta caída lo más rápidamente posible y retomar un crecimiento vigoroso para reponer sus reservas de seguridad.

En estas circunstancias críticas, debemos también diseñar un plan que permita recuperar el paso que hemos perdido. Debemos dejarnos de improvisar y plantearnos la activación inmediata de los proyectos y operaciones que nos permita, en el más corto plazo, generar puestos de trabajo e ingresos personales y fiscales.

Lo antes dicho requiere tomar decisiones y asumir las responsabilidades con mucho más coraje que el aplicado para decretar la cuarentena. Debemos priorizar en base a nuestras posibilidades técnicas y económicas la ejecución de los proyectos mineros que tenemos en cartera, pues si las empresas ya resolvieron sus ingenierías y cuentan con los recursos financieros para asumir sus riesgos y ejecutarlos, debemos darles prioridad y no permitir que trámites burocráticos nos paralicen.

Debemos también alinear la construcción de infraestructura que sirva de apoyo a estos proyectos.

Estamos en la obligación legal y moral de generar rápidamente las máximas posibilidades de trabajo directas, indirectas e inducidas, en base a las oportunidades que nuestro país puede aprovechar. En el corto plazo no encontraremos una opción más eficaz que el inicio de la construcción de proyectos mineros e infraestructura, con lo que podríamos reactivar la economía del Perú.

Repito, debemos poner CORAJE para tomar las decisiones que se requiere y eliminar las trabas que ciertas circunstancias nos han impuesto a lo largo de los años si efectivamente pensamos en que debemos poner “EL PERÚ PRIMERO”. Lampadia




El Perú enfrenta la crisis económica

El Perú enfrenta la crisis económica

EDITORIAL DE LAMPADIA

Más allá del tema sanitario, el gran riesgo de la pandemia del coronavirus es que, ante la cuarentena, se corte la cadena de pagos, dejando sin sustento a millones de peruanos. Esta no es una crisis económica, es una crisis social.

Pues, como se ha venido solicitando por parte de los más renombrados economistas del país, y como se solicitó en Lampadia, el Estado está poniendo la carne en el asador.

Julio Velarde, el presidente del BCRP ha anunciado anoche que el banco central está lanzando un programa de apoyo financiero inédito en el Perú por 30,000 millones de soles (4% del PBI) en el que participarán el BCR, los bancos y el MEF.

En este programa el BCR proveerá liquidez a los bancos con la garantía de carteras de crédito y los bancos lo utilizan para apoyar a las empresas con nuevos créditos contra garantizados por el MEF. La idea es apoyar el pago de planillas al 100% hasta cierto límite y luego el 90 y 95% de las mismas. Con esto se evitará que se rompa la cadena de pagos y se pierdan muchos puestos de trabajo. El BCR y del MEF han decidido “hacer lo que sea necesario” para evitar una crisis económica, financiera y social sin precedentes.

Por su lado la ministra de economía, María Antonieta Alva, ha explicado que los otros programas de apoyo sumarían un esfuerzo total del orden de 90,000 millones de soles, 12% del PBI. Además, se está solicitando una línea de crédito de emergencia a las multilaterales por 18,000 millones de dólares.

Aún no tenemos mayores detalles de estos programas, pero debemos saludar la visión, decisión y coraje con el que se está empezando a contrarrestar esta tremenda crisis.

Así mismo, el presidente del BCRP explicó los daños que ocasionaría el retiro del 25% de los fondos del Sistema Privado de Pensiones, según lo propuesto por varias bancadas en el Parlamento. Sería malbaratar los ahorros causando más daño que bien. Dadas las medidas que se están anunciando, esto no tendría justificación.

Este es el momento de apostar nuestros recursos y ahorros, logrados gracias a un modelo económico exitoso de 25 años, en combatir una crisis profunda pero pasajera. Otros países no lo pueden hacer, el Perú sí. Lampadia




La factura del corona virus la pagamos todos

La factura del corona virus la pagamos todos

Fausto Salinas Lovón
Exclusivo para Lampadia

1.- CUARENTENA. Es necesaria en la realidad peruana, a pesar de sus efectos socio económicos colaterales, pero no es suficiente. Solo es un mecanismo de contención, no de solución. Si no va de la mano con otras medidas adicionales, una vez que cese tendremos un nuevo pico de crecimiento de la infestación que ni la economía, ni la moral nacional podrán resistir.

2.- MEDIDAS ADICIONALES. Tienen que venir de las experiencias mundiales más efectivas: Japón, Taiwán, Singapur, Corea del Sur y la propia China. No vienen del relajo social italiano (cuya cifra de casos está superando en este momento a la de China), ni de la irresponsabilidad política española (que carga 4,858 ataúdes en los hombres del PSOE-PODEMOS a este instante), ni de la inacción anglo americana que ha colocado a USA en el primer lugar de la lista y ha desatado los contagios en Gran Bretaña, mucho menos de la experiencia mejicana que provoca al contagio. Los países del Asia se han enfocado en la identificación, seguimiento y gestión de los datos de contagio para contener la infestación y sus resultados saltan a la vista en el life track coronavirus. En el caso de China, sus medidas permiten mantener los casos en 81,000 hace varios días.

3.- GESTIÓN DE DATOS Y FOCALIZACIÓN DE LA GESTIÓN. Por allí va la cosa. No serán suficientes mascarillas, desinfectantes, kits de pruebas, ventiladores mecánicos, contratar más médicos y profesionales de la salud. Se necesita procesamiento de datos, estadísticas, tecnología de la información y uso y gestión de esa información. Necesitamos programadores, matemáticos y analistas en tanta o mayor cantidad que profesionales de la salud para que, al igual que en el Asia, cada contagiado no sea solamente un número más dentro de la estadística, sino la punta del ovillo que ayude a desenredar este problema.

4.- FRONTERAS CERRADAS.  Parece inevitable tener que mantener cerradas las fronteras una vez concluida la cuarentena hasta que se dispongan de pruebas rápidas de descarte a cada viajero que permitan evitar nuevos contagios de fuente externa. Esta medida obviamente agravará la crisis del turismo, la hotelería, el transporte, la artesanía, la restauración y los servicios conexos, que habrá que asumir, afrontar y mitigar. Habrá quiebras, despidos y deudas impagas, hay que decirlo y no dorar las píldoras. Sólo de la objetividad y franqueza del diagnóstico puede venir la comprensión de la magnitud del problema y la necesidad de medidas adecuadas.

5.- LA FACTURA DEL CORONA VIRUS LA PAGAMOS TODOS. No hay forma de creer que esta factura sólo la pagarán algunos o el Estado. La tenemos que pagar todos. Si sólo la paga el Estado, luego nos la cobra en déficit, más impuestos y menos obras. Si sólo la pagan las empresas, habrá quiebras, menos inversión y a la postre menos empleo. Si sólo le pasamos la cuenta a los trabajadores formales, habrá hambre, desesperación, menos consumo y deudas impagas. Si dejamos que sólo la paguen los que no son parte de la PEA formal y viven del día a día, solo es cuestión de tiempo para ver un estallido social de magnitudes impensadas. La carga se debe distribuir entre todos, con inteligencia y sin demagogia. Todos debemos sentir que estamos cargando esta cruz. La sensación de que sólo unos la cargan puede ser explosiva.

6.- LA MACROECONOMÍA PERMITE ALGUNAS LICENCIAS. Las reservas nacionales obtenidas de 30 años de sensatez económica, los fondos de contingencia obtenidos de impuestos, canon, sobre canon y años de inversión privada y la estabilidad macroeconómica permiten algunas licencias de excepción para afrontar esta crisis. No enfrentamos esta crisis con la economía de 1990 devastada por el populismo económico. Hay espacio entonces para un poco más de audacia en la mitigación de los efectos en los sectores marginales de nuestra población, incluidos nuestros hermanos venezolanos quienes también viven de ingresos de subsistencia, a cuyos médicos, radiólogos, enfermeras hemos marginalizado en lugar de poner en la primera línea de la acción sanitaria del Estado en los lugares más remotos del país.

CIERRE DE LAS FRONTERAS

En el caso peruano, una vez concluida la cuarentena al haberse detenido o por lo menos controlado la infestación, no quedará otro remedio que mantener cerradas las fronteras hasta que se dispongan de pruebas rápidas de descarte a cada viajero que permitan evitar nuevos contagios de fuente externa. Esta medida es inevitable por la incapacidad de nuestro precario sistema sanitario de enfrentar una nueva infestación, no tengamos miedo, es inevitable hacerlo. Controlada la infestación, si abrimos las fronteras, tendremos nuevos brotes que nos obligarán a retroceder y eso el país no lo soportara. Lampadia




¿Cómo estar preparados en la crisis?

Compartimos el diálogo sobre la crisis del coronavirus, entre Francisco Tudela, Pablo Bustamante y Román Cendoya.

GUÍA:

Introducción:
0:00 – 4:16

Pablo Bustamante
4:16 – 13:34

Francisco Tudela
13:34 – 26:29

Roman Cendoya
26:29 – 35:27

Preguntas y respuestas
35:27 – 1:06:49

Lampadia

 




Empresas podrían funcionar en cuarentena con pruebas moleculares

Empresas podrían funcionar en cuarentena con pruebas moleculares

Jaime de Althaus
Para
Lampadia

No sabemos si el gobierno prolongará la cuarentena, pero en el caso lo haga, o aun si no lo hace, sería conveniente “dar paso a la acción quirúrgica de proteger en lo posible el aparato productivo, los ingresos de la población, y la sobrevivencia de las empresas”, como escribió la semana pasada Roberto Abusada en El Comercio. ¿Cómo? Abusada no lo desarrolla, salvo enfatizar el uso masivo del diagnóstico, pues “el testing a la coreana será la única manera de salir de la cuarentena”.

Al respecto, hay una idea que viene germinando y que permitiría reactivar cada vez más empresas y sectores para restablecer buena parte de la actividad económica, sin necesariamente levantar medidas de aislamiento social en el conjunto. Se trataría de que las empresas mineras, agroexportadoras, industriales, bancos e incluso centros comerciales, etc., apliquen pruebas moleculares a todos sus trabajadores y sus familiares, aislando en sus hogares a los que den positivo y ejerciendo vigilancia sanitaria sobre los que den negativo.

De esa manera las unidades de producción pueden operar sin detenerse, porque todos sus trabajadores estarán libres de virus, y las cadenas de producción podrán seguir operando incluso en estado de cuarentena. Esto es lo que hay que hacer.

Según el Dr. Omar Neyra, estas pruebas moleculares PCR identifican el Covid 19 en dos horas desde el primer día en que una persona ha sido infectada. Fueron desarrolladas en el hospital universitario de Charite en Berlín, y se usaron luego en Wuhan.

El gobierno anunció que compraría 300,000 pruebas moleculares, pero la mala noticia es que ya casi no hay en el mundo. Todos han comprado. Y al gobierno le quedan unas 8,000 según el ministro de Salud. Según fuentes, Corea tenía un stock de 500,000 y lo ofreció a Perucompras el viernes pasado, pero el gobierno no se decide. Mientras tanto el New York Times informaba ayer que el presidente Trump llamó por teléfono al presidente coreano para comprarle su stock. No podemos quedarnos de brazos cruzados.

Si el gobierno no se mueve, las empresas peruanas podrían gestionar directamente una compra, para que puedan operar aun en cuarentena. Pero tienen que correr, porque la pruebas se están agotando. Sería lamentable que ya no hubiera. 15 días más de cuarentena con el aparato productivo parado, puede ser catastrófico para el país. Lampadia




La Corona y el martillo

La Corona y el martillo

Las emergencias no deben ser ocasión para agrandar al Estado, sino para agilizarlo

David Belaunde Matossian
Para Lampadia

Antes de los extraordinarios acontecimientos de las últimas semanas, se perfilaba ya con fuerza en la región un movimiento en favor del “más Estado”, impulsado en particular por enardecidas turbas en nuestro vecino del sur. Ahora, con el reto del coronavirus, los estatistas de todas las banderas sienten que tienen un argumento adicional. Existe también el riesgo de una creciente complacencia hacia el autoritarismo. Estas son concepciones y tentaciones a las que debemos resistir con fuerza.

1 – “Más Estado” no es la respuesta a la necesidad de prevenir o combatir una pandemia.

¿Cuáles son los países que hasta ahora han combatido más exitosamente la pandemia? Aquellos que reaccionaron con celeridad en la fase inicial de expansión del virus – Taiwán, Hong Kong, Singapur, Japón, en buena medida también Corea del Sur y probablemente Rusia – que testearon masivamente, aislaron los casos, y restringieron sus accesos fronterizos. Estos representan un amplio espectro en términos de ratio de gasto público / PIB – de 15% a 42% (los tres primeros, entre 15% y 18%).

Mientras tanto, entre los países que más sufren figuran algunos con altísimos niveles de gasto / PIB (España 41%, Italia 48%, Francia 56%). Y es que toda la estupenda infraestructura hospitalaria de estos países sería incapaz de lidiar con necesidades que en los casos de infección viral tienden a crecer a un ritmo geométrico – de ahí la necesidad de “aplanar la curva”. El mayor caso de éxito en Europa, Alemania, con un alto número de infectados, pero mortalidad de solo 0.3%, tiene una infraestructura hospitalaria comparable a la de Francia. En cambio, cuenta con una red de laboratorios que le permiten hoy realizar 160,000 tests a la semana y eso les da una ventaja considerable.  

Es decir, aunque sería beneficioso contar con un mayor número de camas de hospital y de UCI, por ejemplo, el factor determinante en una pandemia es la contención rápida, la cual se logra con más agilidad de decisión, y una mayor capacidad de acceder a recursos de contención que pueden estar en el sector privado como en el público. En Estados Unidos, empresas privadas tenían kits de prueba contra el virus, pero fueron detenidos por la burocracia y reglas alambicadas de la agencia a cargo de la certificación, la FDA.

2 – “Más Estado” tampoco es la respuesta adecuada para contrarrestar los efectos económicos de las medidas de cuarentena.

El aislamiento social forzado y diversas medidas menos extremas como el cierre de establecimientos públicos están teniendo un efecto devastador sobre las economías de los países desarrollados, y sin duda lo tendrán en nuestro país si esta situación se prolonga. En Estados Unidos, por ejemplo, Goldman Sachs prevé una disminución de -24% del PIB en el segundo trimestre, algo jamás antes visto.

Para contrarrestar esto, se requiere, sin duda, la intervención del Estado. Revisando las medidas propuestas inicialmente aquí, así como en Europa o Estados Unidos, sin embargo, es notorio que estas no requieren una estructura costosa en términos de gasto corriente. Distribuir ingresos de supervivencia a la población, aplazar fechas de declaración y pago de impuestos, relajar normas bancarias para aumentar la liquidez en el sistema para evitar que se rompa la cadena de pagos no requieren de un estado grande. Incluso si hubiera que hacer préstamos directos a las empresas en la eventualidad de que el sistema financiero decidiera no asumir riesgos, el impacto sobre gastos de estructura no sería dramático. Todas estas medidas sí requieren, en cambio, funcionarios competentes, y un amplio margen fiscal, el cual solo es posible si anteriormente ha habido disciplina presupuestal y una economía dinámica que generaba ingresos fiscales. Es una ventaja que tenemos hoy en el Perú.

Luego, cuando tengamos que reactivar la economía, ¿qué ruta seguiremos? ¿Más gasto público aún? Más eficaz será relajar normas laborales, reducir el número de fiscalizaciones al sector informal, y permitir moratorios en contribuciones a las AFP o CTS, por ejemplo, para darles a las empresas un respiro y permitir mayores contrataciones. Asimismo, destrabar proyectos de concesiones es vital, y facilitar la creación de nuevos negocios. Es decir, además de inyectar fondos públicos, es clave para la recuperación que destrabemos, desregulemos y generemos mayor seguridad jurídica.

Es más, luego del estímulo, tendrá que venir el ajuste presupuestal, si queremos tener la flexibilidad de reaccionar a la próxima pandemia. Para ello tendremos que usar herramientas tales como el presupuesto base cero, sobre el cual hemos hablado en otra ocasión.

3 – El desequilibrio de poderes y la falta de cuestionamiento civil son un remedio perverso

Aunque el gobierno se ha ganado la confianza de la población al “no pensarlo demasiado” y haber tomado acciones drásticas que en principio deberían frenar el avance del virus – evitando así que los servicios de salud se vean desbordados – el que no se le cuestione nada es preocupante. El rol del parlamento ha sido nulo (salvo para proponer medidas absurdas como la posibilidad de retirar dinero de las AFP) y la prensa, de facto, no es más que un vehículo de comunicación del gobierno. En realidad, es importante que en casos como este se dé un cuestionamiento. ¿De cuándo a esta parte hemos venido a creer en la infalibilidad gubernamental?

De un punto de vista práctico, en primer lugar, hay mucho que preguntar. Por ejemplo ¿Las medidas tenían que ser tan severas o se podría haber aplanado la curva lo suficiente dejando operar a más sectores? ¿Los 15 días de aislamiento social obligatorio son suficientes? En principio ese es el tiempo que, como en Hubei, toma determinar si las medidas tienen efecto, pero ¿se pueden luego relajar las medidas sin que haya rebrote, sabiendo que, por haber estado aislada, la población no ha desarrollado inmunidad de grupo? ¿O para entonces ya habremos testeado y aislado todos los casos, sabiendo que hay más de los que se reporta? ¿O ya tendremos la infraestructura suficiente para aguantar el rebrote? ¿Y si no se ha cumplido con esas condiciones, volveremos a la cuarentena?

De un punto de vista filosófico, en segundo lugar, el que se prive a la gente de su libertad, que se les impida ir a ganarse la vida, sin que el gobierno no esté bajo constante presión de justificar cada acción con números, estadísticas, discusión detallada sobre por qué tal solución y no tal otra, etc., llama la atención. Como lo recordaba recientemente Yuval Noah Harari en un editorial del Financial Times, cuidado, ya que las situaciones temporales tienen tendencia a volverse permanentes. Siempre habrá una segunda o tercera derivada de esta pandemia, o circunstancias diferentes, en las que también se requerirá acatamiento sin cuestionamientos, y eso es peligroso.

En suma, recordemos: una crisis como esta siempre requerirá intervención estatal. Sin embargo, esta debe ser vista como un conjunto de medidas temporales que deben darse rápidamente. Es necesario, entonces, estructuras flexibles y holgura fiscal conseguida con disciplina presupuestal y una economía dinámica. Y, también, es indispensable más debate. Por ello el legado de esta crisis debería ser, hasta cierto punto, lo contrario de lo que los devotos del Dios Estado contemplan. Lampadia




¿El subsidio de 380 soles alcanzará para atender a los que viven día a día?

¿El subsidio de 380 soles alcanzará para atender a los que viven día a día?

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Desde el comienzo la pregunta fue como sobrevivirían los informales urbanos, la mayor parte de los cuales depende de ingresos diarios para sus necesidades básicas. La respuesta del gobierno ha sido el bono de 380 soles para 2.7 millones de familias pobres y pobreza extremas urbanas, que comenzó a repartirse el lunes 23, una semana después de decretada la cuarentena. Luego se agregó a 500 mil independientes.

Una primera observación es que no queda clara la lógica de agregar 500 mil independientes. Es obvio que esos 2.7 millones de hogares, si son pobres y pobres extremos, serán en su mayor parte precisamente “independientes”. Notemos, además, que 2.7 millones de hogares sobrepasan ampliamente el número de hogares pobres y pobres extremos urbanos, que son algo más de un millón (el 2018 había 6.6 millones de pobres de los cuales casi la mitad está en el sector rural, y hay algo más de 3 personas por hogar).

Es probable, sin embargo, que la mayor parte de independientes urbanos, aunque no sean pobres, tengan una economía relativamente precaria. ¿Cuántos hay? Según el estudio “Producción y empleo informal en el Perú, 2007-2018” del INEI, hay 3’649,000 trabajadores independientes informales no agropecuarios y 202,000 patronos informales no agropecuarios (ver cuadro). Es decir, un total de 3´851,000 unidades económicas, aunque en el capítulo sobre unidades productivas de ese mismo informe, se registra 4’928,000 unidades productivas informales no agropecuarias. No sabemos cómo se realiza la consistencia entre ambos datos.

Si estamos hablando de cerca de 3.7 millones de independientes informales urbanos, es claro que la mayor parte de ellos no serían pobres ni pobres extremos (considerando que el número de hogares urbanos pobres está algo por encima del millón). Menos aún las casi 5 millones de unidades productivas informales no agropecuarias. Pero en la medida en que la mayor parte de ellas dependen de un ingreso diario de alguna naturaleza, y que ese ingreso no podrá darse, tarde o temprano esas familias tendrán necesidad de una ayuda. Más aún si a esos 3.7 millones de independientes sumamos los patronos, empleados y obreros del sector informal no agropecuario, que suman casi 1.4 millones de personas (alrededor de 400 mil hogares).

Desde ese punto de vista, 3.2 millones de hogares asistidos (sumando los 500 mil independientes) podría quedar algo corto, sobre todo si la cuarentena se prolonga.

Préstamos

A esa ayuda, sin embargo, debe sumarse el fondo de 300 millones de soles que se agrega al Fondo Crecer de 700 millones, ambos administrados por COFIDE, como garantía de préstamos que debiera dar la banca comercial a la micro y pequeña empresa.

Presumimos, sin embargo, que allí estamos hablando principalmente de mypes formales. Según el informe del INEI “Perú: estructura empresarial 2018”, hay 2’270,423 microempresas formales y 100,443 pequeñas empresas también formales.

Coincidentemente, según estadísticas de la SBS, a diciembre del 2019 había 2’290,000 microempresas deudoras en el sistema financiero. Donde no hay coincidencia es en lo relativo a pequeñas empresas formales: hay 545,680 de ellas deudoras.

No sabemos si hay un porcentaje de micro y pequeñas empresas informales entre las que reciben crédito del sistema financiero. Parte del microcrédito (de las cajas municipales en particular) puede estar atendiendo a informales. En todo caso, que haya casi 2.8 millones de mypes que reciben crédito del sistema, significa que hay una base consistente para atender un segmento relativamente vinculado a la informalidad o en todo caso a la actividad empresarial familiar, que necesitará apoyo estas semanas. Hasta el cierre de este artículo, aun no se había publicado la manera como se canalizarían esos fondos para que realmente lleguen a los interesados en condiciones relativamente favorables.

Bancarizar y formalizar

Sería importante aprovechar la emergencia para bancarizar y formalizar. Hemos sugerido que, para recibir el subsidio de 380 soles, las familias tuvieran que abrir la billetera móvil (BIM) en su celular. No se ha hecho. Hernán Garrido Lecca propuso inscribir en bloque a todos los celulares prepago en las plataformas de las empresas de dinero electrónico, y la gente recogía cash en los más de 10 mil agentes que tienen esas empresas en el Perú. Habría que ver la factibilidad de esto si hubiera una siguiente entrega.

Una alternativa podría ser que en que en la medida en que el bono se reparte por medio de los bancos, se condicione la entrega del subsidio a que los beneficiarios abran una cuenta bancaria. Lo que ayudaría, de paso, a la bancarización y formalización.

Agua potable gratuita en los cerros    

Otra ayuda fundamental para los pobladores que no tienen acceso a una red de agua potable en su domicilio, ha sido la decisión de abastecerlos de agua gratuita. El presidente de Sedapal Francisco Dumler me informa que Sedapal ha contratado a los 260 camiones “aguateros” para que distribuyan gratuitamente el agua, y la empresa ha puesto 50 cisternas más. Para verificar que cada camión privado está cumpliendo con llevar el agua a las viviendas, cada alcalde pone un inspector municipal por cisterna. No cabe duda que este es un apoyo importante para unos 800,000 pobladores, alrededor de 250,000 hogares, que son los que no están conectados. Y para aquellos que tienen agua potable por red, Sedapal no cobrará este mes.

Conclusión

En suma, el gobierno ha diseñado unos mecanismos de apoyo que atienden a una proporción de la población bastante más amplia que la propiamente pobre, pero deja sin cubrir entre el 35% y el 21% de las unidades productivas del sector informal no agropecuario, según qué dato se tome como base, aunque los fondos de garantía puedan ayudar a paliar en alguna medida, pequeña quizá, ese déficit. Debería aprovecharse para avanzar en transferencias digitales y bancarización. Lampadia




Liderar la crisis actuando por los demás y el rol que nos toca a todos

Liderar la crisis actuando por los demás y el rol que nos toca a todos

Por: Sergio Bolívar, Catedrático en Comunicación, Reputación y Negociación de la UPC, consultor en Reputación y Marketing, Gerente General de la consultora estratégica Andina Consultando SAC.
Para Lampadia

A más de 80 días de la aparición del virus en el mundo, aún necesitamos tiempo para conocerlo bien y controlarlo. Desde unos días, lo que más preocupa es el pronóstico para Alemania de la canciller Merkel, de que el 70% de su población terminaría contagiada (más de 50 millones personas) en uno o dos años, mientras prepara un financiamiento de más de 150 mil millones de euros para detener las consecuencias económicas.

La crisis del coronavirus amenaza con sumergirnos en una recesión económica mundial porque se aplican controles fronterizos, cierres masivos de ciudades y cuarentenas para contener el virus. Estas medidas drásticas han logrado detener en la primera fase de propagación del virus en Singapur, Taiwán y Hong Kong, y han sido replicadas en muchos países.

Como en tiempos de guerra, Francia ha decidido dedicar 300 mil millones de euros para salvar las empresas, asumiendo los créditos y suspendiendo el pago de alquileres, impuestos y recibos de luz, gas y agua. Alemania, China y EEUU están probando la primera vacuna contra el virus en humanos, pero no la tendrían lista antes de un año.

La empatía para comunicar medidas

El Perú ha buscado actuar con medidas fuertes similares a las orientales, las que han generado la percepción en América Latina de que han sido oportunas. Sin embargo, el pánico y la ansiedad han estado presentes, muestra de ello son los estantes de limpieza en los supermercados y las numerosas dudas en las redes para interpretar el mensaje.

Ahora muchas empresas están discutiendo con sus abogados sobre las zonas grises de las medidas en lo laboral y productivo. El aplazamiento tributario es vital porque el 31 de marzo la pequeña y mediana empresa requiere recursos para afrontar el pago de las remuneraciones de sus trabajadores y cash para sus operaciones. La velocidad de las medidas es buena y se espera una mayor articulación con el sector privado, especialmente con el bancario para el financiamiento bajo la rectoría de la SBS y el MEF.

El 95% de empresas son MYPEs que sustentan a la mayoría de peruanos que viven al día para comer y en condiciones sanitarias en las que el jabón líquido no existe y si se encuentra en un lugar público, desaparece rápidamente. A los más vulnerables se les otorga un bono de 380 soles en compensación por los 15 días de paralización, que serían bancarizados. Lo que no tiene en consideración esta medida del Gobierno es que este grupo nunca usa la banca en línea desde casa y no tiene una cuenta abierta.

Según el Presidente de la República estamos en una fase 3, es decir, en una fase de contagio que eleva el número de infectados como consecuencia de la ‘propagación comunitaria’, local o vecinal, como se inició en Italia, España y China. Debemos centrarnos en el bien común con medidas efectivas para fortalecer la sanidad y la limpieza con una comunicación clara sobre la responsabilidad de las personas en el cambio de hábitos y costumbres, mantenerse limpio, difundir normas de higiene y los graves riesgos de no aislarse.

En Singapur, el Primer Ministro Lee dio un discurso a la nación en los tres idiomas oficiales, al ver el pánico que generó el primer brote, entendiendo que la calma llega combatiendo la ansiedad social y psicológica con mensajes abiertos, honestos y transparentes. “Quiero hablar con ustedes directamente, para explicarles dónde estamos y qué puede ocurrir a futuro”, así dio inicio a una comunicación que ganó aplausos porque el pueblo entiende que su rol es seguir las medidas guardando la serenidad. Por otro lado, en Corea del Sur lograron cambiar, a raíz del virus, la creencia profunda llamada “noonchi” que significaba que ninguna enfermedad podía mantener al empleado alejado de su trabajo.

Como peruanos nos hemos enorgullecido por los Juegos Panamericanos, la gastronomía y muchos otros logros. Debemos ser optimistas en nuestra meta de poder cambiar las costumbres con un buen liderazgo y siendo creativos en la comunicación para llegar a todos los peruanos, incluidos a los que están zonas más alejadas en idioma quechua y aymara. También, usar nuestro talento creativo, por ejemplo, buscando prácticas asépticas con el uso del plástico o generando gel casero. En las crisis se generan oportunidades, y muchos países como Corea del Sur las vieron, nosotros también podemos.

Acciones para enfrentar la crisis en las organizaciones públicas y privadas.

Cuando se afronta situaciones rápidas e inciertas, debemos dejar de hablar de sugerencias para pasar a las acciones que nos permitan enfrentar las crisis. Seamos honestos y busquemos ponernos en el lugar de los demás peruanos que sienten ansiedad porque sus bolsillos están vacíos desde los primeros días del aislamiento. Las organizaciones serán valoradas si son lideradas con comunicación transparente y manejo de la crisis acertado. Las acciones son las siguientes:

  1. Un comité de crisis centralizado. En emergencias se necesita un equipo de respuesta a la crisis en todos los niveles.
    El jueves pasado, el presidente Vizcarra nos presentó un Comisión Multisectorial para combatir al virus. La tarea es compleja y las medidas se están haciendo sobre la marcha.
    El domingo 15, el sector empresarial formó un grupo de trabajado que incluye a los principales gremios de comercio, importación y exportación con el objeto de garantizar la cadena de suministro. Empresas vinculadas a los servicios y bienes esenciales que operan con normalidad cuentan con grupos especiales para contribuir en la atención de las necesidades de trabajo. Empresas vinculadas a servicios legales, consultoría, tecnología y otras, se encuentran adaptadas al teletrabajo, con lo cual se mantienen activas, sin embargo con pocas posibilidades de que esto les genere ingresos.
    Las organizaciones necesitan conformar equipos reducidos de cuatro a seis personas para liderar las crisis que enfrentan. Normalmente estos equipos suelen ser dirigidos por la alta dirección, e integran a los responsables de la producción, finanzas, recursos humanos, legal y comunicaciones. Si hay otras áreas de interés, se incorporan a otros ejecutivos para monitorear la evolución de la situación. Este comité se convierte en la fuente principal de información sobre la crisis. Debe ser lo más transparente y sucinto al momento de comunicar con el propósito de evitar la confusión.
  2. Tome contacto con sus empleados y exprese tranquilidad para transmitir esperanza.
    Los empleados es el grupo más importante. Esto lo tiene claro EsSalud, porque por ejemplo, ha organizado a sus equipos para el tamizaje (detección) de la enfermedad con medidas preventivas dirigidas a los adultos mayores. Cuando recién golpeo el coronavirus, la Presidencia de EsSalud dio un mensaje claro sobre todo de impacto al interior de la entidad. A medida que los empleados entienden lo que sucede, las comunicaciones fluyen mejor y se puede desmitificar diversas situaciones, tranquilizar a todos, dando esperanza para el futuro. Intentemos proporcionar información oportuna en lugar de esperar hasta saber todas las respuestas.
    Por el contrario, luego del mensaje del estado de emergencia, circula por las redes casos de la suspensión del vínculo laboral de trabajadores. Esta información genera ansiedad y resulta altamente peligrosa en momentos que debemos generar tranquilidad. Los medios juegan un rol importante y hay quienes hacen cacería irresponsable para generar rating sin investigar la facultad de la organización de operar según la norma de emergencia, como ha sido el caso de instituciones financieras.
    Algunas empresas en esta difícil coyuntura están encontrando el espacio para introducir la transformación cultural en sus procesos internos a fin de mejorar su comunicación en el espacio virtual con el uso de conferencias abiertas al público, sea por Linkedin, Facebook y webmeeting.
  3. Centrarse en la comunicación clave con los clientes sobre las medidas durante la crisis y soluciones propuestas.
    La comunicación con el cliente tiene una perspectiva distinta a la que realizamos con los empleados. Por ejemplo, Supermercados Peruanos envío una nota a los clientes indicando que Plaza Vea, Hiper y Vivanda incrementarán las cajas preferenciales para adultos mayores por ser el principal grupo de riesgo. Wong por su parte indicó que sólo se podrá comprar 2 artículos de primera necesidad por familia.
    El BBVA ha creado una línea de crédito especial para pymes por S/.2,500 millones para atender las necesidades de capital de trabajo en medio de los impactos directos e indirectos de la pandemia. Estas medidas sirven para atraer a clientes actuales y nuevos. Centrarse en la empatía en vez de tratar de crear oportunidades de venta, nos abre el espacio para volver a pensar nuestras estrategias institucionales de comunicación, publicidad y promoción.
  4. Comunicación responsable al accionista de los impactos y desafíos de la organización frente a la crisis.
    En la opinión de muchos expertos estamos frente a una inevitable recesión mundial lo que genera la necesidad de comunicar a los accionistas responsablemente el impacto del virus en las operaciones. Las relaciones con los inversionistas es un tema delicado y las decisiones complejas no son agradables para los accionistas.
    Es muy importante comunicar lo que se viene haciendo para afrontar el problema a corto plazo proyectando el fortalecimiento de la misión de las organizaciones a largo plazo.
  5. Mejora las relaciones con la comunidad apoyando en todo momento y brindando información a los medios, sobre todo con transparencia respecto a lo que está sucediendo en la organización.
    Las comunidades son aliados estratégicos de la organización y la crisis es el mejor momento para demostrarlo. La empresa norteamericana Headspace, que cuenta con técnicas de meditación y terapias del sueño, ha donado suscripciones a todos los profesionales de la salud que vienen sufriendo una inmensa presión y ansiedad con el brote del COVID-19.
    Ante la sensación de incertidumbre, los líderes deben mirar a la comunicación como el necesario acercamiento a las comunidades digitales. De otra parte, la información que pueden proporcionar las empresas mineras y de hidrocarburos es muy importante para evitar el brote en zonas alejadas.

Conclusiones

“Esta es una crisis de la economía y el mundo real, de la biología, y no de las complejidades financieras…cuando lo peor de la epidemia haya pasado, la gente volverá a la normalidad”, indica Adam Posen, presidente del Instituto Peterson de Economía Internacional de Washington. Dicha normalidad, se refiere a una nueva realidad en la cual los mercados seguirán funcionando con deudas, algunas quiebras y precios de activos ajustados.

Las organizaciones públicas y privadas deben actuar conjuntamente para salir de la crisis. Es una oportunidad de unión para cambiar costumbres. Debemos apoyar al Gobierno porque esta situación sólo se puede abordar de manera colectiva con alineamiento. En el libro “El costo de los derechos”, Holmes y Sustein nos dicen algo innegable: “El Gobierno sigue siendo el instrumento más eficaz disponible para que una sociedad políticamente organizada pueda perseguir sus objetivos comunes, incluido el objetivo de asegurar la protección de los derechos legales de todos”.

Esta crisis nos demuestra que no estábamos preparados como humanidad para emergencias de efectos globales. Una lección aprendida una vez derrotada la pandemia, será la importancia de que el mundo cuente con un gobierno global que pueda organizar eficazmente a los países en casos de pandemia, con órganos internacionales de mayor poder legítimo que respondan al suministro de pruebas fáciles, medidas uniformes de contención para los estados, apoyo financiero y comunicación social efectiva con protocolos inmediatos de crisis para actuar a favor de los demás. Lampadia




Más Estado y más libertad económica

Más Estado y más libertad económica

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Hugo Neira ha hecho notar que la lucha contra el coronavirus ha restablecido el Estado, la autoridad. Los gobiernos -algunos- han vuelto a gobernar, con toda la dificultad que ello entraña en país de alta informalidad como el nuestro. Las medidas que se adoptan para paliar la crisis suponen mayor intervención estatal.

Pero a esa lúcida observación hay que agregar otra: que la recuperación de la economía luego de que quede devastada por la reclusión generalizada, exigirá restablecer mayores grados de libertad económica de los que teníamos hasta la declaratoria de inmovilidad.

Más Estado y más libertad económica a la vez.

No son contradictorios. El Estado ha reaparecido precisamente para defender la vida de los ciudadanos frente a un enemigo común. El Estado existe para garantizar la vida, la seguridad y la libertad de los ciudadanos. Un acuerdo de mutua protección. Si suprime temporalmente algunas libertades, es para asegurar la vida. El problema ocurre cuando suprime o interfiere ciertas libertades -la económica entre ellas- de manera permanente. Allí contradice su razón de ser. Se vuelve enemigo.

Desde el punto económico, la cuarentena no es otra cosa que la supresión temporal absoluta de la libertad económica. Simplemente se ordena la parálisis de la actividad, salvo en sectores esenciales. Se detiene la producción, se interrumpe el intercambio. Lo mismo ocurre a nivel internacional.

Terminada la cuarentena, o los periodos de cuarentena que haya, se restablece el normal funcionamiento de la actividad económica. Los bienes y servicios vuelven a producirse y circular. Pero si queremos que la economía se recupere más rápidamente y se mantenga creciendo luego a tasas altas, se tendría que restablecer no el status anterior, sino un grado de libertad económica mucho más avanzado.

Fibrosis económica

Porque, sin necesidad de virus, gobiernos y congresos sucesivos han ido recortando la libertad económica en nuestro país. Nuestra economía ha estado infestada por otra clase de virus, el de la sobreregulación, que terminó produciendo algo muy cercano a la fibrosis económica, en algunos sectores más que en otros. Y la altísima informalidad no ha sido sino la reacción inmunológica ante ese virus: los anticuerpos que nuestra sociedad desarrolla ante la inundación asfixiante de normas y regulaciones.

Restablecer la libertad económica permitirá crecer y permitirá reducir la informalidad.

La sobreregulación es la razón por la que tenemos una miríada de micro y pequeñas empresas mayormente informales, impotentes frente a las exigencias de la formalidad, aplastadas por regulaciones que no las dejan crecer, y por eso es que tenemos relativamente muy pocas empresas medianas. Tenemos casi tres veces mas trabajadores en las empresas grandes que en las medianas. Lo que debería ser una pirámide, como en cualquier país del mundo, es un reloj de arena. Y eso se debe a que las empresas pequeñas mueren cuando llegan a un tamaño mediano, porque no pueden cargar con el peso de las regulaciones laborales, de salud y seguridad, ambientales, sectoriales, municipales y tributarias que las asfixian. Necesitan dedicar una proporción muy grande de empleados a lidiar con su cumplimiento, algo que no pueden pagar. Nadie puede cumplir con 1,400 páginas de normas laborales, por ejemplo.

Se nota en este momento, cuando se requiere precisamente celeridad en las adquisiciones esenciales para combatir la epidemia. El IPE reporta que la producción de alcohol y las importaciones de algunos productos relacionados están trabadas en el registro sanitario que emite Digemid, prototipo de sobre regulación (INFORME IPE, Impacto del coronavirus en la economía peruana MARZO 2020).

Es un milagro como las empresas industriales pueden competir con los pies amarrados contra importaciones de productos asiáticos. En algunos casos no pueden y deben cerrar. La producción industrial está en crisis desde hace algunos años, y no por la apertura económica que, al contrario, la reestructuró y la relanzó, la hizo crecer a tasas altas durante muchos años, y la volvió parcialmente exportadora, sino por la maraña regulatoria que le consume crecientemente demasiados recursos.

Si queremos desarrollar y devolverle dinamismo a nuestra industria, debemos comenzar por liberarla de ataduras y permitirle operar con niveles de libertad económica mucho mayores, para bien del país, de la generación de empleo formal y bien remunerado para los peruanos, y para incrementar los ingresos fiscales.

El caso de la minería es pasmoso. En los últimos 15 años ha visto aumentar el número de normas en nada menos que 22 veces según información del BCRP, y debe tramitar permisos y licencias ya no solo ante el ministerio de Energía y Minas como era antes, sino en el MINAM, el MINAGRI, PRODUCE, MINCUL, ANA, SERFOR, SERNAMP y otras dependencias. Cualquier proyecto debe pasar cuatro consultas previas, la primera de ellas para explorar, antes de saber siquiera si hay mineral y por algo que no causa impacto alguno. El resultado es la caída en las exploraciones y en la inversión futura y una pérdida de 10 puestos en el ranking del Instituto Fraser.

La minería puede ser la gran palanca del desarrollo nacional y regional e incluso de la diversificación productiva, sobre todo si se impulsara el cluster minero-industrial apoyado por la CAF en el sur del país. Sería clave para la una recuperación acelerada luego de la emergencia. Pero eso requiere aliviar la carga regulatoria en ese sector, más aún cuando los precios de los minerales vienen cayendo como consecuencia de la pandemia y de la crisis china. El precio del cobre se ha desplomado un 21% en apenas dos meses y medio, desde comienzos de año.

Para no hablar de los hidrocarburos, un sector con mucho potencial, frenado por contribuciones y regulaciones absurdas.

No es casualidad el exitoso crecimiento acelerado y sostenido del sector agroexportador. Goza de regulaciones laborales y tributarias mucho mas flexibles y menos onerosas, sin dejar de reconocer derechos laborales a los trabajadores. Es el único sector donde la economía nacional ha logrado formalizar a un contingente muy numeroso de trabajadores. Ese es un ejemplo para el resto de la economía.

La recuperación nacional luego del pozo económico en el que vamos a caer luego de las cuarentenas que tengamos que sufrir, requerirá tomar decisiones que permitan salir de la pobreza en la que habremos recaído lo más rápidamente posible, para inaugurar una nueva era de crecimiento. Pero para ello la palabra mágica es libertad económica. Lampadia




Precaución sí, pánico no

Precaución sí, pánico no

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Exclusivo para Lampadia

Convertir al “corona virus” en el centro de la agenda política del gobierno y haberle dado prácticamente la bienvenida con conferencia de prensa presidencial incluida, como lo calificó el periodista del diario Expreso Plinio Esquinarilla, ha tenido un efecto contrario al esperado. En lugar de generar calma y generar confianza, ha desatado temor, angustia y está llevando a muchas personas a actuar con pánico.

Las medidas posteriores de  suspensión de clases escolares, las cuarentenas difíciles de controlar, la suspensión de eventos públicos masivos y la suspensión de vuelos aéreos de España, Italia y otros países dictadas por el gobierno y las medidas adoptadas por otras entidades estatales y privadas en la sombra del gobierno, tampoco han contribuido a generar calma, por el contrario, están incrementando el temor que se ha expresado en compras desmedidas de artículos de primera necesidad y de limpieza  en supermercados, bodegas y farmacias.

Nuestra reacción debe ser de precaución, no de pánico.

Lo que hagamos por pánico solo generará nuevos problemas como la suba de precios, el desabastecimiento de productos, la especulación de alimentos y medicinas y una inevitable sensación de zozobra.

La actitud snob de algunas amas de casa de atesorar productos de limpieza y alimentos para calmar su ansiedad frente a esta crisis es tan prejudicial como la de aquel especulador artero que con un afán crematístico impertinente busca el desabastecimiento para vender luego los productos a mayor precio. Ambas son conductas negativas que sólo contribuyen al pánico y que debemos evitar. La imitación de esas conductas por parte del ciudadano común puede convertir una crisis sanitaria en una crisis económica y un estallido social descontrolado y anómico, que tal vez sea buscado y esperado por algunos grupos antisociales, afectos a agudizar este tipo de contradicciones.

La actitud del gobierno tampoco ayuda. Su sobre actuación en este tema es inversamente proporcional a la efectividad de las medidas gubernamentales que se debieran adoptar para proveer a las entidades sanitarias del Estado de insumos, equipos, instalaciones y recursos para enfrentar esta crisis. Ni que decir de la infraestructura hospitalaria paralizada por la “predica anticorrupción” del gobierno que ha paralizado la obra pública. Es verdad que la sobreactuación puede ocultar la promesa de hospitales efectuada al inicio del mandato del Ingeniero Vizcarra, pero está contribuyendo innecesariamente al temor y al pánico, ya que el temor se huele Señor Presidente y el estruendo de sus medidas no lo esconde.

El gobierno necesita trabajar, convocando a los mejores como lo ha exigido en España el ex presidente Felipe Gonzales al propio gobierno de su mismo partido. La crisis sanitaria no es una oportunidad para obtener ganancia política o aire para sobrevivir, es una oportunidad para la concordia, la unidad, el esfuerzo común y la solidaridad, pero esta no viene sola, debe ser convocada y ese es su papel señor Presidente, aunque a causa de ello se advierta la orfandad de su equipo y la medianía de sus adláteres.

En cuanto a nosotros, los ciudadanos, el pánico no nos liberará del corona virus, pero si puede causar un mayor daño a la economía, a la estabilidad social y a la convivencia civilizada. Debemos asumir que esta epidemia va a causar estragos en nuestra población y hay que contenerlos, pero no puede ser nuestra conducta la que cause más daño colateral. Lampadia