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Sobre el populismo y América Latina

Entrevista de ANIMA a Alex Kaiser y Gloria Álvarez

En Espacios Inseguros, programa de discusión política español, se invitó a Alex Kaiser y Gloria Álvarez a expresar su opinión sobre el escenario político en América Latina y cómo el populismo afecta al desarrollo, no solo económico, sino integral de todo un país.

Primero tocan la situación complicada de Venezuela y cómo es muy difícil que esta se normalice por la vía pacífica, destacando las peligrosas relaciones que tiene su gobierno con figuras perniciosas como organizaciones terroristas, narcotráfico y potencias mundiales. Álvarez, particularmente, indica que lo principal es analizar qué es lo que pasará con la gente en que está en Venezuela.

En cuanto al caso de México, la reciente llegada de André Manuel Lopez Obrador no augura algún cambio positivo para su país. Prueba de esto son sus accidentadas declaraciones en su propio programa y el sentimiento paternalista que ostenta hacia las personas más pobres de su propio país. Después, se indica que estos disparates no serían lanzados inocentemente, sino que son parte de una cortina de humo mejor planeada con la que AMLO busca apartar la vista de los errores de su Gobierno; por ejemplo, la cancelación de proyectos de inversión.

Llegando al caso de Chile, Kaiser plantea las bases del desarrollo – y la alta productividad – de su país. Se resaltan algunos puntos. En primer lugar, desde su concepción, la economía chilena ha tenido un fuerte componente liberal a favor de la actividad de mercado y las libertades individuales de la población. Es así como Chile se convierte en una de las economías con mayor ingreso per cápita en el mundo emergente. Kaiser hace énfasis el componente democrático que garantizó la existencia de las instituciones, lo cual preparó el campo para un mercado sumamente eficiente. Para concluir su discurso, Kaiser resalta que el pertenecer a la cultura latinoamericana implica tener que enfrentar unos costos de transacción muy altos.

Posteriormente, los invitados resaltan los efectos negativos que han sido causados por algunas políticas asistencialistas en Argentina y Brasil. Los puntos más importantes llegan cunado Kaiser y Álvarez analizan la situación de España, de Podemos y sus políticas. Se resalta el mal manejo que se ha hecho del presupuesto fiscal en España y un pésimo sistema de distribución que no ha generado un crecimiento auspicioso en el país. Además, se brindan ciertos datos importantes para tomar en cuenta y que develan la naturaleza irregular (y hasta ilegal) del manejo de fondos del Estado por parte de los políticos españoles. También se hace hincapié en que estas ineficaces políticas tienen mella en la percepción del español hacia su Gobierno y promueven otras iniciativas más extremas como el independentismo catalán.

Finalmente, se hace una conclusión más general, con la cual se puede ver que las naturalezas populistas de distintos Gobiernos en varios países crean un sentimiento de envidia hacia el sector de la población que ha salido de la pobreza y ahora es considerado como “ricos”. Esto se ve potenciado por las trabas que imponen distintos Gobiernos al libre mercado y las colusiones que este tiene con las élites empresariales. De tal forma, el énfasis de los invitados es que uno no debería culpar a los políticos que están a cargo de las arcas del Estado, sino que deben tomar al toro por las astas y hacerse cargo de su propio destino. Esto se podría ver plasmado en el espíritu emprendedor de cada persona y su afán por entrar a competir al mercado para buscar un mayor bienestar económico. Más detalles se encuentran en la misma entrevista y se recomienda dicho material a fin de comprender mejor por qué para América Latina, y otros países del mundo, se le es tan complicado llegar a un auténtico progreso económico.

Ver:

Lampadia




Es necesario activar la inversión pública y privada

El primer semestre del 2019 no trajo consigo cifras auspiciosas para la economía peruana. Basta con revisar las cifras de crecimiento del primer trimestre (2.34%), las del segundo (1.08%) y las del primer semestre (1.72%). Tomando esto en cuenta, uno se pone a pensar en la última vez que se tuvo un escenario tan poco alentador: el año 2009.

En dicho año, la economía más grande del mundo, Estados Unidos, había caído y su mejor competidora, China, todavía no se volvía la figura hegemónica que es hoy en día. Sin embargo, el Perú no fue afectado en gran medida por tal evento, esto dado que tanto el Ministerio de Economía y Finanzas como el Banco Central iniciaron a tiempo las políticas fiscales contra-cíclicas y las políticas expansivas en cuanto al manejo de la tasa de referencia, respectivamente. Estas tuvieron como enfoque mantener el dinamismo en la economía, bajo el soporte del gasto privado y público.

El escenario que se vive hoy en día es sumamente diferente, tanto en el ámbito nacional como en el internacional. En este sentido, a continuación, se presentan algunos puntos interesantes de la situación actual:

  • El nivel de ejecución de obras públicas es mínimo, alcanzando solo un 30% a finales de julio. En especial, se puede ver que el bloque de Gobiernos Regionales es el que menos marca en cuanto a porcentaje de ejecución. Esta situación, también, es la principal razón por la cual las políticas contra-cíclicas no pueden ostentar la misma efectividad que tenía en el 2009.
  • En cuanto al nivel de adjudicaciones de APP’s de ProInvesión, también se tiene una caída considerable, en comparación al año pasado. En el 2018, este nivel marcaba US$2739 millones, durante todo el año; sin embargo, durante todo el primer semestre del 2019, tan solo se ha llegado a US$255 millones.
  • El nivel de inversión privada redujo su crecimiento, marcando un 3.1%, en comparación con el 7.3% que se vio en los últimos periodos. Esto a causa del conflicto comercial entre Estados Unidos y China.
  • Específicamente, las amenazas arancelarias de Estados Unidos hacia China no auguran un buen escenario para esta última. De tal manera, se estima que China pueda experimentar su peor desaceleración en los últimos 10 años.
  • También se reportó una contracción del PBI de Alemania en el segundo trimestre del 2019.
  • Estos últimos eventos se han traducido a una caída en algunos indicadores clave. Por ejemplo, durante el primer semestre del 2018, las exportaciones peruanas crecieron un 4.1%; mientras que, en el primer semestre del 2019, estas decrecieron un 1%. Asimismo, los precios de las exportaciones cayeron un 6.2% hacia junio del 2019; en comparación con el aumento del 15.2% en el mismo periodo durante 2018.

Estos factores son los que marcan la diferencia en comparación con el escenario del 2009. Y son estos mismos factores son los que hacen que la economía peruana demande un impulso que la haga más dinámica y asegure la creación del empleo a futuro. En este sentido, un buen primer paso sería concentrarse más en la inversión privada y, en base a ello, generar un impulso a corto plazo. Otra opción es establecer un programa de reformas estructurales que nos permita elevar la tasa de crecimiento del PBI potencial. En este sentido, lo que se debe buscar con más celeridad es una mayor productividad en el mercado laboral peruano, pues esta es la mejor manera de aprovechar los beneficios del crecimiento económico en distintos contextos del país.

Finalmente, es bueno recalcar que el Perú ostenta fundamentals sólidos para su crecimiento; sin embargo, el ruido político y el accidentado diálogo entre las instituciones y la población juegan en contra del crecimiento. Prueba de esto último es lo sucedido en Tía María. No obstante, las futuras inversiones en el Perú deben tener siempre como consigna asegurar un mejor aprovechamiento de los recursos que gana el Perú cuando su economía crece, tanto para las personas que habitamos este país como las empresas que se desarrollan en él. Lampadia




Estamos mal, pero nunca hemos estado mejor…

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 16 de agosto de 2019
Para Lampadia

La gente podría preguntarse ¿cómo es eso de que nunca hemos estado mejor, si todo anda mal en nuestro país? Entonces, cabe la repregunta. ¿Y los Panamericanos – Lima 2019? ¿Acaso no hemos tenido “los mejores juegos de la historia”? ¿Y las 39 medallas? ¡Nunca hemos estado mejor en el medallero panamericano!

Pero ahí no acaba la cosa. ¿Y la Copa América de Fútbol – Brasil 2019? ¿Acaso no obtuvimos el subcampeonato, superando a las selecciones de Argentina, Uruguay, Chile, Colombia, y todas las demás? ¿Y la clasificación de nuestra selección en la Copa Mundial de Fútbol Rusia – 2018? ¿Y la mejor hinchada del mundo? ¿Acaso no fue la peruana?

Ahora pasemos al ámbito macroeconómico. La inflación en nuestro país es cercana a cero. Tenemos un tipo de cambio estable frente al dólar. Por otro lado, nuestras reservas internacionales superan los US$ 63,000. ¡Eso equivale a un año y medio de importaciones! Nuestra balanza comercial es positiva. O sea, exportamos más de lo que importamos. Nuestra deuda externa es una de las más bajas del mundo. Y nuestra banca comercial es sólida y líquida. O sea, tiene fondos para prestar a tasas razonables.

Ahora bien. Hay cosas que están mal. Sería irresponsable de mi parte no reconocerlas. En materia moral, por ejemplo. Léase… corrupción. Y no me refiero únicamente a la corrupción de alto vuelo. En ese ámbito, me parece que la Justicia está haciendo un buen trabajo.

Me refiero más bien a la corrupción menuda como la que se está revelando al interior del Gobierno Regional de Ica. Al destape de las asquerosas ventas de puestos de trabajo en los hospitales de la región. A la vuelta de las mafias de los brevetes a la Dirección Regional de Transportes. Y muchas otras corruptelas más.

También nos va mal en crecimiento económico. Ojo. No hay que confundir estabilidad macroeconómica con crecimiento económico. Tan es así que estamos bien en lo primero, pero mal – muy mal – en lo segundo.

El gobierno es anti-empresa. Eso está fuera de toda discusión. El rechazo a la inversión en el proyecto minero Tía María lo dice todo. El Estado no quiere que se invierta en el proyecto. El problema es que miles de jóvenes arequipeños perderán una gran oportunidad de trabajo formal. Cientos de proveedores locales perderán un gran mercado para sus productos. E Islay, Arequipa, y el país entero dejarán de percibir miles de millones en tributos y Canon Minero durante los próximos años.

Seamos objetivos. Nunca hemos estado mejor en deportes. Incluso – como mencioné líneas arriba – nunca hemos estado mejor en estabilidad macroeconómica. Y – hasta cierto punto – en Justicia. Pero estamos mal en promoción de inversiones empresariales. Y pésimo en cuanto a lo moral.

Por todo ello ¡protesto contra la corrupción en el Gobierno Regional de Ica! ¡Protesto contra la corrupción en todas instancias públicas y privadas de nuestro país! ¡Protesto contra actitud hostil y retrógrada de nuestras autoridades respecto a las inversiones empresariales! Pero al mismo tiempo ¡que viva el deporte peruano! ¡Que viva nuestra estabilidad macroeconómica! Y ¡que viva la Justicia… pero la buena!

Entonces, recapitulemos. En algunas cosas estamos mal, pero en otras nunca hemos estado mejor. Sí pues. Así es la nuez. Lampadia




Entre (5.3%) y 0.02%: La Economía peruana retrocede

Se advirtió, se reclamó, pero el gobierno miró a otro lado y dejó caer la economía peruana. Si no hubiera alternativa, santo y bueno, pero el país podría estar creciendo 6% si las cosas se manejaran con más responsabilidad y sindéresis.

Recientemente The Economist publicó su reporte “Economic and financial indicators” en el que ofrece sus estimados de crecimiento económico trimestral, así como sus proyecciones para el cierre del 2019 y 2020, para una gran diversidad de países alrededor del globo. Como se puede apreciar en la tabla líneas abajo, el Perú registró un crecimiento del trimestre enero-marzo negativo de -5.3%, la peor tasa de crecimiento comparada con sus pares regionales en América Latina, siendo solo superior a la de Venezuela. Ello – como el informe destaca – en un contexto de agravamiento de la guerra comercial EEUU-China, de la cual hemos escrito extensamente en anteriores publicaciones (ver Lampadia: Consecuencias del conflicto EEUU-China, EEUU vs. China: ¿Una nueva Guerra Fría?, Se agrava la guerra comercial EEUU-China).

Tabla 1. Crecimiento del PBI en América Latina

Fuente: The Economist

Por otra parte – como han destacado diversos medios de la prensa local – este resultado difiere del publicado por el INEI, cuya cifra de crecimiento del primer trimestre se situó en +2.6%. Como informó recientemente Gestión, esta diferencia se debería básicamente a la forma en que se midió el cambio en la producción; mientras que The Economist comparo el primer trimestre del 2019 contra el cuarto trimestre del 2018, el INEI la comparo contra el primer trimestre del 2018.

Sin embargo, más allá de esta observación metodológica, queda por responder la siguiente pregunta: ¿Qué implica el resultado de The Economist para el bienestar de los peruanos, tan venido a menos en los últimos años por la desaceleración de nuestra economía (ver Lampadia: Aterrizaje en la mediocridad)?

La realidad es que esta cifra refleja una reducción importante del tamaño de nuestra economía; reducción que de hecho ya se ha venido reflejando en otros indicadores sociales como el desempleo y la informalidad. Como de hecho destacó también el informe de The Economist, el desempleo de abril aumentó en 5.5%. Y este resultado se agrava en Lima Metropolitana, la cual, según cifras del INEI, alcanzó un desempleo del 8.1% del total de la población, la cifra más alta en los últimos 6 años. Por otra parte, según el mismo ente estadístico, el empleo informal no solo se incrementó en 5.6% en el primer trimestre del año, sino que además se ha producido una eliminación de puestos de trabajo formales en -2.5%.

¿Cuál es la principal causa de este decrecimiento trimestral en la economía peruana?

Como escribimos en Lampadia: Inversión y economía a capazos, los dos principales motores de nuestro crecimiento e importantes generadores de empleo – la inversión privada y pública – se encuentran prácticamente paralizados a la fecha. Como se observa en la tabla adjunta, la desaceleración de ambos componentes del gasto agregado es un hecho; mientras que en el caso de la inversión privada, el crecimiento del primer trimestre ha pasado de 5.3% el 2018 a 2.9% este año; y en el caso de la inversión pública, este crecimiento ha pasado de 6.8% a -10.9%.

Fuente: BCRP

Ello – ahunado a una caída de las exportaciones en el primer trimestre del año (-7.4%) motivada en gran parte por el conflicto comercial EEUU-China (ver  Lampadia: Cuidado con el desplome de las exportaciones) – mostrarían una clara tendencia a la baja de la actividad económica que se vería reflejada en el resultado de -5.3%, provisto por The Economist. Y los prospectos a futuro tampoco serían esperanzadores. Según el INEI el crecimiento de abril ha sido de 0.02%. Si bien hay ciertos factores extraordinarios que ayudan a explicar este resultado, no deja de confirmar el deterioro de la economía. Veamos:

Fuente: INEI

¿Cómo salir de este entrampamiento?

El ex ministro de economía Ismael Benavides comentó recientemente, en Expreso, que el gobierno debe dejar de obsesionarse únicamente con la reforma política y atender con urgencia el ámbito económico tan dejado de lado en los últimos meses (ver Lampadia: Confrontación sin Gobernanza). Al respecto, sugiere viabilizar los proyectos mineros de envergadura como Tía María, y Majes-Siguas II, para demostrar que el país está dispuesto a retomar la senda del desarrollo. Por otra parte, Carlos Adrianzén, decano de la facultad de Economía de la UPC, sugiere racionalizar y encauzar los recursos públicos hacia las verdaderas necesidades del país y no dirigirlos, por ejemplo, a campañas publicitarias que no tienen un impacto tangible en el bienestar del pueblo peruano.

A dichas propuestas queremos complementar en insistir con la implementación de la reforma laboral, cuyo principal eje debe ser la flexibilización de la contratación y el despido, y llevar a cabo la Modernización del Estado (ver Lampadia: La oportunidad para el gran punto de inflexión). Dichas propuestas harán que nuestro crecimiento potencial tome impulso. Y probablemente, hará que los medios internacionales, como The Economist, nos traigan mejores noticias respecto del desempeño de nuestra economía. Lampadia




La oportunidad para el gran punto de inflexión

Jaime de Althaus
Para Lampadia

La confrontación entre el Ejecutivo y el Congreso ha culminado con el otorgamiento de la confianza. Es de esperar, entonces, que en la Comisión de Constitución se alcance un consenso para avanzar en la aprobación de los proyectos de reforma política que, junto con la reforma del sistema judicial, es muy importante para construir una institucionalidad que mejore la gobernabilidad e instaure el Estado de derecho, bases fundamentales de la prosperidad y el crecimiento.

Pero no es necesario esperar hasta el mediano o largo plazo para que esos objetivos se alcancen. El gobierno puede y debe ir avanzando con decisiones cruciales que tendrían un impacto muy grande en el corto plazo para mejorar sustancialmente las condiciones para la inversión, el crecimiento y la generación de empleo formal e inclusivo en el Perú. Y también el Estado de derecho. Se trata de la licencia de construcción de Tía María, que debería darse antes del 31 de julio que vence la vigencia del estudio de impacto ambiental de ese proyecto, y la inclusión en el Plan Nacional de Competitividad de un conjunto potente de reformas laborales y tributarias que permitan incluir en la legalidad formal a muchísimas empresas y trabajadores hoy excluidos y que permitan su crecimiento económico, hoy reprimido.

La primera decisión tendría el valor simbólico de señalar que el Estado peruano se decide a desarrollar el enorme potencial minero que tenemos y que puede convertirnos en un país desarrollado, y que empieza a crear las condiciones para ello. Es decir, que empieza a tener la madurez suficiente para manejar procesos que permitan la inversión asegurando los derechos de todos.

La segunda indicaría que hemos empezado un proceso para cerrar la mayor desigualdad estructural y social existente el país: la que separa a los formales integrados al mundo moderno, de los informales e ilegales arrinconados en los márgenes del desarrollo y la legalidad.

Sobre la decisión de otorgar la licencia de construcción a Tía María ya nos explayamos la semana pasada en este mismo portal. Respecto de lo segundo hay que decir que el Estado peruano ha agotado ya todas las instancias de diálogo en el Consejo Nacional de Trabajo (CNT), y no ha sido posible conseguir la participación ni el aporte de las centrales sindicales, con la CGTP a la cabeza. Por lo tanto, es necesario tomar una decisión ante un tema que tiene que resolverse si queremos volver a crecer con oportunidades para todos.

El proceso comenzó a mediados del año pasado con la pre publicación del “documento de política”. En el Objetivo de Política Nº 5, orientado a “crear las condiciones para un mercado laboral dinámico y competitivo para la generación de empleo formal”, se identificaron con claridad los problemas e implícitamente las soluciones:

  • El Perú es uno de los países con mayor rigidez para contratar y despedir trabajadores.
  • El Perú registra mayores costos laborales no salariales respecto a sus pares de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia y México): 50.3% respecto al salario mensual neto que recibe el trabajador mientras que Colombia es el 30.4%, Chile el 15.8% y México el 21.1%.
  • En el Perú la indemnización por concepto de despido injustificado es alta si se compara con nuestros pares de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia y México)

Ese documento de política, luego de recibir comentarios, se convirtió en la “Política Nacional de Competitividad y Productividad”, aprobada por decreto supremo el 31 de diciembre del 2018. El problema es que la “Política…” diluyó y relativizó el diagnóstico que estaba en el documento de trabajo llegando a decir que en realidad la solución no pasa por reducir esos costos no salariales porque ya tenemos regímenes especiales menos onerosos y no han resuelto el problema, una falacia que ya desbaratamos en un artículo anterior.  

La CGTP no se presentó

El hecho es que las centrales sindicales, con la CGTP a la cabeza, protestaron porque no habían sido consultadas para la elaboración del Objetivo de Política Nº 5, y se retiraron, una vez más, del Consejo Nacional de Trabajo (CNT), pese a que el mencionado capítulo no contenía propuesta de cambio alguna. El presidente de la República las invitó a Palacio y allí les solicitó que se reincorporen para discutir precisamente ese capítulo, que se decidiría en el CNT, y se dictó un decreto para disponerlo así.

El pasado jueves 30 de mayo se llevó a cabo la reunión del CNT en la que los sindicatos y los gremios empresariales debían presentar sus propuestas finales respecto del Objetivo de Política Nº 5, pero las centrales no se presentaron. Si hubieran tenido propuestas y argumentos, habrían asistido. No lo hicieron. El gobierno, entonces, tiene el camino libre para incorporar en el Plan Nacional de Competitividad que se apruebe próximamente las reformas necesarias para desentrampar el mercado laboral e incorporar a los marginados.

Los gremios empresariales, en cambio, habían unificado posiciones y presentaron un documento completo que incluye no solo propuestas relativas a la regulación de las relaciones laborales sino otras para resolver problemas de desnutrición y anemia, educación, educación tecnológica, condiciones para la inversión y el crecimiento de las Mypes, simplificación administrativa y análisis de impacto regulatorio de las normas que emite el Estado, extensión de régimen agrario y exportador, etc.

La importante propuesta de Macroconsult

Macroconsult, por su parte, con el auspicio de la Cámara de Comercio de Lima, formó un equipo liderado por Elmer Cuba y Claudia Cooper que elaboró una muy bien pensada propuesta de formalización laboral y tributaria que también ha sido elevada al gobierno. Dicha propuesta tiene como concepto central cambiar el paradigma de regímenes especiales para la micro y pequeña empresa (laborales y tributarios) por escalas graduales basadas en el ingreso del trabajador o en las utilidades de la empresa. Esto para evitar los saltos mortales de un régimen al siguiente, que desalientan el crecimiento y fomentan la subdivisión de las empresas o la informalización de los trabajadores, y para facilitar la formalización de las propias empresas.

Así, en lo laboral se plantea un régimen general único basado en una escala gradual de ampliación de beneficios en función del tamaño del sueldo, tal como podemos ver en el siguiente cuadro, que compara al régimen actual de la microempresa con la escala que se propone, hasta llegar al régimen general actual que sería la última escala de un régimen general gradual:

Fuente: “Reforma laboral para la reducción de la informalidad y el aumento de la productividad (presentación preliminar), Macroconsult, junio 2019

Lo interesante es que la unidad de ampliación de beneficios ya no es la empresa según su número de trabajadores, sino la persona misma, el trabajador, en función del tamaño de su remuneración. Eso implica que en una misma empresa podría haber varios regímenes o escalas o que en una empresa con muy pocos trabajadores pero de servicios profesionales bien remunerados, sus empleados estarían en la escala más alta, por ejemplo.

La propuesta incluye la idea de que cuando el trabajador pasa a la segunda escala (salario entre 1,500 y 2,500 soles), la empresa empieza a pagar a Essalud aunque solo 6%, pero el trabajador no perdería el acceso al SIS, que es más valorado por su prontitud en la atención que Essalud. De esa manera, al mismo tiempo, Essalud tiene un nuevo ingreso sin que tenga que dar el servicio.

La propuesta implica que cuando una empresa crece no pasa de un régimen a otro incrementando sustancialmente los costos no salariales del trabajo, sino que estos se incrementan gradualmente en la medida en que suben las remuneraciones de sus empleados. Pero mejor aún sería plantear una escala de ampliación de beneficios más continua, con rangos más pequeños.  

Evidentemente, sin embargo, el límite al potencial formalizador de esta propuesta y de cualquier otra, está en el nivel relativamente alto del salario mínimo que, según cálculos del IPE, es superior al salario promedio en el sector informal. Se constituye, entonces, en una barrera absoluta a la formalización. Dicho salario no debería ser subido hasta que técnicamente su nivel se adecúe a la realidad del mercado laboral y permita la formalización de los trabajadores sin derechos.

Ahora bien, la propuesta laboral facilitará el crecimiento de las empresas ya constituidas formalmente y evitará la informalización del trabajo dentro de ellas. Pero la gran mayoría de empresas es informal, informal tributariamente, o está en regímenes como el RUS que disfrazan la informalidad o se usan para sacarle la vuelta al fisco. En ese sentido, para facilitar la formalización y el crecimiento de las empresas formales, Macroconsult plantea suprimir los regímenes especiales (parte del RUS, RER, Mype tributario –RMT-, régimen general) y reemplazarlos por un régimen general único gradual y progresivo, algo que siempre hemos demandado en Lampadia. Lo podemos ver en el siguiente cuadro:

Fuente: “Reforma laboral para la reducción de la informalidad y el aumento de la productividad (presentación preliminar), Macroconsult, junio 2019

Esto supone mantener el RUS con un techo más bajo y solo para casos especiales (mercados de abastos y bodegas), que las personas naturales que usan RUS deban migrar hacia el impuesto a la Renta de personas naturales, que las personas con negocios que usan RUS y las que tienen RER y RMT deban migrar al Impuesto a la Renta de tercera categoría progresivo, y que las personas con negocios deben registrarse como persona jurídica. Todos los individuos tendrían que emitir una declaración jurada obligatoria. Por supuesto, la Sunat ayudaría con una contabilidad progresiva.

Nuevamente acá la escala podría ser más continua, para eliminar al máximo los saltos. Y, de hecho, una escala como esta ayudaría a la formalización y el crecimiento  empresarial. La masificación de los comprobantes electrónicos haría todo esto posible.

Las propuestas de Lampadia

Sería conveniente que el gobierno analice esas propuestas y las compatibilice con las que formuló el Consejo Privado de Competitividad en relación al mercado laboral, e incluya también las que hemos discutido en Lampadia en un taller en el que participaron Miguel Jaramillo, Gustavo Yamada, Germán Lora, Jorge Toyama y Pablo Bustamante, que adjuntamos al presente. En dicho taller se elaboró una lista mínima de reformas:

  • Cambio de criterio del Tribunal Constitucional, limitando la posibilidad de reposición a despido nulo, conforme a ley (posición de magistrado Sardón de Taboada). O, en su defecto, modificación de artículo 27 de la Constitución Política de 1993, fijando la indemnización por despido arbitrario como mecanismo protector frente al despido, abriendo la posibilidad de reposición únicamente para despido nulo (hay un proyecto de la congresista Letona en este sentido).
  • Modificación del artículo 8 del Texto Único Ordenado de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral, permitiendo pactar la Remuneración Integral Anual (RIA) sin que exista un límite mínimo de remuneración (2 UIT es en la actualidad) para ello (salvo la RMV).
  • Considerar la Compensación por Tiempo de Servicios (CTS) solo como seguro de desempleo. Establecer un tope de 6 sueldos en la cuenta de trabajador. Llegado a dicho tope, el empleador no tiene obligación de seguir haciendo depósitos. Esa cuenta solo podrá ser abierta por el trabajador cuando esté desempleado. No se podrá hacer retiros parciales.
  • Mejorar la regulación del tiempo parcial: aumentar número máximo de horas trabajadas a la semana a 30 horas. Modificar el Decreto Supremo N° 1-96-TR, estableciendo que será trabajo a tiempo parcial el trabajo realizado en menos de 24(30) horas a la semana, independientemente de los días que se labore.
  • Aprobar la ley de empleo juvenil.

Fuera de eso, en Lampadia hemos desarrollado una propuesta clave indispensable para formalizar la economía y el trabajo y resolver el problema pensionario:

  • Que los ciudadanos puedan, desde los 18 años, aportar a su cuenta individual de pensiones una parte del IGV que pagan cuando compran cualquier producto. Esto no solo resolvería el problema pensionario de la población peruana, sino que ayudaría a formalizar la economía vía el pedido de facturas. Esta reforma tiene el potencial incluso para construir gradualmente un sistema de salud universal e integrado.

El gobierno está ante la responsabilidad histórica de incorporar en el Plan Nacional de Competitividad estos y otros cambios orientados a modernizar la legislación laboral, tributaria y social para hacerla más inclusiva y más adaptada a la cuarta revolución industrial que se nos viene, y a la que no podremos sobrevivir si es que no actualizamos nuestro marco regulatorio. De paso propiciaría una gran revolución: la que haga posible reducir sustancialmente la gran desigualdad estructural de nuestro país, que es la que excluye al sector informal emergente de la formalidad y el crecimiento económico. Lampadia




Inversión y economía a capazos

Los últimos días y meses han mostrado un gobierno peruano ensimismado en la puesta en marcha de su reforma política, presionando y confrontando constantemente al Congreso y solicitándole cuestión de confianza para llevar a buen término los 6 proyectos de ley planteados que involucran un cambio a la Constitución vigente.

Sin embargo, su misma obsesión por el tema institucional no solo ha generado ruido político – ante la posibilidad latente de un eventual cierre del Congreso – sino que además lo ha desenfocado por completo de los ejes económico y social, fundamentales para una buena gobernanza y para seguir propiciando desarrollo a nuestros pobres (ver en Lampadia: Confrontación sin Gobernanza).

Centrándonos en el eje económico, hay una total incertidumbre respecto a los lineamientos de política a emprender por el gobierno de Vizcarra para lidiar con una desaceleración económica que ya data del 2014 (ver en Lampadia: Aterrizaje en la mediocridad, El 2014 terminó nuestro círculo virtuoso – ahora necesitamos acumen y una agenda de desarrollo efectiva) y que se ha agravado en los últimos meses con el conflicto comercial EEUU-China (ver en Lampadia: Cuidado con el desplome de las exportaciones).

Peor aún, recientes declaraciones del Ministro de Justicia, Vicente Zeballos, han dejado entrever la intención del gobierno de retornar al Estado empresario en industrias estratégicas como la minería y la de aerolíneas, lo cual resulta sumamente peligroso para nuestra economía, a la luz de la experiencia histórica del gobierno velasquista en los años 70, que, planteando políticas similares hasta finales de los años 80, nos llevó al colapso de las cuentas fiscales.

Por otra parte, si nos enfocamos en la coyuntura, las recientes cifras de crecimiento de la inversión, tanto pública como privada, publicadas por el BCRP, no muestran signos de reactivación; por el contrario, el crecimiento se torna cada vez más endeble e incluso negativo. Veamos.

Fuente: BCRP

Como se muestra en la siguiente tabla, en el caso de la inversión privada, el crecimiento del primer trimestre ha pasado de 5.3% el 2018 a 2.9% este año; y en el caso de la inversión pública, este crecimiento ha pasado de 6.8% a -10.9%.

Fuente: BCRP

Este alicaído comportamiento de la inversión ha provocado una caída en la tasa de crecimiento del primer trimestre del PBI de 3.2% el 2018 a 2.3% el 2019, que, de mantenerse por el resto del año, estaría muy lejos del potencial requerido para absorber la mano de obra entrante y para reducir sostenidamente la pobreza (ver Lampadia: Crecimiento, pobreza y desigualdad). De hecho, como informó recientemente El Comercio, el crecimiento de abril (ver el siguiente gráfico), situado en 1.7%, reconfirmaría este hecho al generar un crecimiento anualizado del 3.3%, muy por debajo del potencial de la economía peruana (3.7%) así como del proyectado por el MEF (4.2%).

Fuente: INEI

Por otra parte, la inversión directa extranjera, importante generadora de empleo y principal fuente de acumulación de reservas internacionales (ver Lampadia: El Perú se aleja de los circuitos internacionales de inversión), tampoco presenta signos de reactivación al 2018 en gran parte por el poco empuje y animadversión que sigue habiendo hacia el sector minero. Y pese a que aún no se cuentan con datos al cierre del 2019, los últimos meses, caracterizados por el conflicto social del proyecto cuprífero Las Bambas, augurarían una notable reducción de la inversión minera extranjera también para este año.

Fuente: BCRP

Dado los niveles actuales en los que se encuentra el conflicto Ejecutivo-Congreso, es difícil proyectar cual sería el comportamiento futuro de la inversión privada en el corto plazo. El presidente del BCRP, Julio Velarde, hizo las siguientes declaraciones en un reciente evento regional de Cajamarca ante la posibilidad de una disolución del Congreso: “Durante cuatro meses se gobernaría por decreto. La incertidumbre se disiparía cuando se hayan elegido a los congresistas y ver quiénes serían. Habrá cuatro meses de incertidumbre que puede afectar a la inversión privada”

En ese sentido, consideramos que tal incertidumbre podría ser superada si el gobierno se propusiera poner en marcha los proyectos mineros de envergadura como Tía María, Las Bambas, Galeno, por destacar los más importantes, cuyo enorme potencial podrían reactivar la inversión privada. La puesta en marcha de dichos megaproyectos le daría señales claras al sector privado tanto nacional como internacional de que en nuestro país sí se respetan los contratos, lo cual eventualmente aumentaría la confianza empresarial, tan venida a menos en los últimos años. Además, el impulso de la minería, la cual esta encadenada a por lo menos 6 sectores indirectos (ver Lampadia: El sorprendente valor agregado de la minería), apuntalaría el crecimiento del empleo desde las regiones, que es donde más desarrollo requieren nuestros pobres.

Es hora que el Ejecutivo deje de confrontar y se ponga a gobernar por el bien del país. Los peruanos se lo exigimos. Lampadia




Clase media aumentó en mayoría de regiones

Clase media aumentó en mayoría de regiones

Cámara de Comercio de Lima
Mayo, 2019

 

“La evolución de la clase media peruana es una de las mejores
representaciones del desarrollo reciente del país.

Los peruanos necesitamos aprender y difundir las lecciones de nuestro
desarrollo social y económico, así como aquilatar las de otros países,
para entender las relaciones causa-efecto que puedan marcar la
dirección de nuestras futuras políticas públicas”.
Clase Media
El Libro Blanco de la Nueva Clase Media Peruana – Lampadia

 

El 2018 fue positivo sobre todo para Ica, Madre de Dios y Lambayeque, que registraron un aumento superior a 6 puntos porcentuales.

El crecimiento del PBI de 4,0% y la reducción de la pobreza a 20,5% mostraron una recuperación de la economía peruana en el 2018 y demostraron los beneficios potenciales que significa alcanzar un crecimiento económico sostenido. A estos resultados positivos se suma la expansión de la clase media cuya tasa creció en 4,5% alcanzando a 14,4 millones de personas al cierre del año pasado, esto es 44,7% de la población total.

Para el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de  Comercio de Lima ( CCL)el avance en la reducción de la pobreza ha permitido que la estructura social se incline hacia la consolidación de la clase media. En 2004, la clase media peruana representaba el 17,1% de la población y diez años después superó el 40%, manteniéndose por encima de dicho ratio hasta la fecha. La expansión de la clase media es uno de los logros relevantes del crecimiento económico sostenido a la par de la reducción de la pobreza global y extrema. El tamaño de la clase media resulta importante al dar un soporte al crecimiento económico impulsando un mayor consumo de bienes y servicios, generando mayores iniciativas emprendedoras y coadyuvando al orden social y político.

Metodologías Aplicadas

Al no haber una definición predominante de clase media existen variadas metodologías para clasificar a una persona como tal. Un estudio publicado este año por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) bajo el título “Under Pressure: The Squeezed Middle Class” considera como clase media aquellos hogares cuyos ingresos están dentro de un rango específico alrededor de la mediana de la distribución de ingresos (entre 75% y 200% de la mediana).

Por su parte, un segundo enfoque sobre seguridad económica empleado por el Banco Mundial y seguido en el presente artículo asume como definición de clase media a las personas con un nivel de ingreso que les permita protegerse de caer en situación de pobreza a través del tiempo. Dicho rango se define entre US$10 y US$50 medidos bajo la metodología de paridad de poder de compra (ppc) del ingreso per cápita diario. El equivalente en moneda nacional sería de aquellos hogares que tienen un ingreso entre S/1.942 y S/9.709 al mes.

Así, para identificar la clase media en el Perú se ha tomado en cuenta el ingreso monetario neto compuesto por: i) ingreso neto de la actividad principal monetaria dependiente, ii) ingreso por actividad principal independiente, iii) ingreso neto de la actividad secundaria dependiente, iv) ingreso neto de la actividad secundaria independiente, v) ingresos extraordinarios por trabajo, vi) ingreso por transferencias corrientes monetarias del país, vii) ingreso por transferencias corrientes del extranjero, viii) ingreso por rentas de la propiedad monetaria y ix) otros ingresos extraordinarios. La información procesada se obtuvo de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2018 del Instituto Nacional de Estadística e Informática.

Balance a nivel nacional

Un balance en el territorio nacional nos indica que en 2018 la clase media creció como porcentaje de la población total en 19 regiones mientras que en cinco se redujo. Así, el año que pasó fue positivo sobre todo para regiones como Ica, Madre de Dios, Lambayeque y Piura  donde la clase media creció en más de 6 puntos porcentuales (p.p.). En cambio se redujo en regiones como Junín (-2,4 p.p.), San Martín (-1,2 p.p.), Pasco (-1,0 p.p.), Lima (-0,7 p.p.) y Arequipa (-0,4 p.p.).

En tres regiones costeñas la clase media supera el 60%, éstas son Ica (67,0%), Lima (62,8%) y Arequipa (60,2%). En otras seis regiones (cinco de la costa y una de la selva) la clase media se encuentra en el rango de 40% y 60%. En trece regiones la clase media se ubica entre 20% y 40%. En dos regiones, Apurímac y Huancavelica, la clase media apenas llega a 19,7% y 13,3%, respectivamente.

En cuanto a la composición de la clase media, el IEDEP la desagrega en clase media baja cuyos ingreso diarios fluctúan entre US$10 a US$20 y clase media alta de US$21 a US$50.

Los resultados señalan que 9,4 millones de los 14,4 millones se desenvuelven dentro de la  clase media baja y los 5 millones restantes se les considera clase media alta, con un nivel de representatividad del 34,5% del sector social medio. Este último segmento despierta el interés comercial dado el poder adquisitivo y la capacidad de ahorro que se genera en dichos hogares. Un atributo que se asigna a la clase media alta es que son menos propensos a ser afectados como consecuencia de crisis o shocks externos, ya que después de la clase alta son la categoría social con menor riesgo de caer en la pobreza.

Si bien en cada región del país, la clase media baja supera a la media alta, ésta última tiene una importante participación en regiones como Lima (40,3%), Moquegua (38,3%), San Martín (37,9%) y Arequipa (37,4%). En el resto de regiones al menos el 20% de la clase media se ubica en el segmento alto.

El crecimiento del empleo formal, la demanda interna y el PBI son indicadores que marcan la tendencia y se retroalimentan de la clase media. En los años 2007, 2008 y 2012, periodos en que el PBI se expandió en 8,5%, 9,1% y 6,0%, la clase media creció cada año por encima de los cuatro puntos porcentuales. Entre los años 2014 y 2017 de una marcada desaceleración económica la clase media pasó de 39,6% a 43,3% de la población total, menos de cuatro puntos porcentuales en todo dicho periodo.

Ante este panorama, es sustancial retomar el alto crecimiento de la década pasada, similar a los países líderes como India (7,3%) y China (6,3%), el cual consolidará la clase media en el Perú. Empero el IEDEP sostiene que si se deja de crecer a las tasas referidas, la clase media podría reducirse, lo que no significa que automáticamente pasan a ser pobres sino que se ubicarían en una franja intermedia llamada clase vulnerable. Si bien este segmento de la población no es o ha dejado de ser pobre, aún no gozan de la seguridad económica para pertenecer a la clase media.

Lampadia




Economista predice crecimiento de EEUU

Economista predice crecimiento de EEUU

Una de las constantes críticas hechas a los economistas modernos – mayormente extendida después de la crisis financiera del 2008 – es su débil capacidad para atinar con sus predicciones el desempeño futuro de una serie de variables macroeconómicas de los países tales como el crecimiento del producto, el déficit fiscal, el tipo de cambio, el crecimiento de las exportaciones, por destacar algunas de las más importantes.

La importancia de conocer los posibles escenarios del porvenir de dichos índices recae en que permite – tanto a los hacedores de política monetaria y fiscal, como a empresarios de todo sector y tamaño – una toma de decisiones ilustrada y acorde al entorno económico y financiero que enfrentarán los agentes en el corto-mediano plazo.

Robert Barro – profesor de economía de la Universidad de Harvard y reconocido académico por sus aportes a la teoría macroeconómica de la política fiscal – estaría próximo a rebatir tales críticas con unas de sus más recientes proyecciones de crecimiento para la economía de EEUU.

En uno de sus artículos – publicado en la revista Project Syndicate el pasado 29 de abril (ver artículo líneas abajo) – resume los principales hallazgos de un estudio hecho en coautoría de Jason Furman, respecto a los impactos de la reforma tributaria emprendida por Trump en el 2017 – basada en una notable reducción de impuestos a la ganancias y a la renta sobre ingresos individuales – en variables como la inversión en capital, el empleo, los salarios reales y el producto, así como sus respectivas proyecciones de crecimiento para el período 2018-2019.

Al respecto señala, “nuestro efecto incremental estimado de la ley tributaria de 2017 implicó un pronóstico de crecimiento del PBI real de 3.1% por año para 2018-19”. Curiosamente, según cifras oficiales de EEUU, no solo la cifra de crecimiento del 2018 es cercana (3.0%) a la estimada por Barro y Furman, sino que la del primer trimestre  de este año también lo es (3.2%). En un contexto en que el crecimiento promedio de los últimos años previos a la reforma, fue de apenas 2.1%, el reconocido economista concluye que este conjunto de medidas tributarias fueron las principales contribuyentes de las altas tasas de crecimiento experimentadas por la economía de EEUU, que, complementadas a las bajas cifras de desempleo – situadas en mínimos históricos desde 1969 – dejan entrever el pleno empleo en el que se encuentran los factores de producción.

¿Qué aprendizajes nos dejan estos hallazgos?

Creemos que estos resultados nos deben llevar a la reflexión. Si bien no se podría decir que EEUU es un país con poca libertad económica – se ubica en el puesto 12 de 186 países según el Índice de Libertad Económica 2019 de la Fundación Heritage – este aumento en la actividad ante la mencionada reducción de impuestos induce a pensar que aún está lejos de una tasa impositiva óptima – sobretodo la relacionada a la de las ganancias corporativas por su efecto en el largo plazo – tal que la economía pudiese operar libremente y en mejores condiciones. En esta línea, ejercicios empíricos similares podrían ser replicados en el Perú, a la luz de las reducciones impositivas hechas en los últimos años.

Y con respecto a Robert Barro, tal vez haya sido un golpe de suerte, como él mismo señala, el haberle atinado a las cifras de crecimiento, al ser las proyecciones altamente sensibles a shocks inesperados; pero ello de ninguna manera desprestigia el trabajo riguroso y técnico que, junto a Furman, siguió para obtener los resultados de sus estimaciones. Lampadia

Mi Mejor Pronóstico de Crecimiento

Robert J. Barro
Project Syndicate
29 de abril, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

La tasa de crecimiento del PBI real de EEUU de 3.2% para el primer trimestre de este año es impresionante, al igual que el crecimiento promedio de 3% en 2018 (medido desde el cuarto trimestre de 2017 hasta el cuarto trimestre de 2018). Desde el final de la Gran Recesión – de 2011 a 2017 – la economía de los EEUU creció solo un 2.1% por año, en promedio. ¿Qué explica la reciente aceleración?

La reforma tributaria de 2017, que entró en vigencia en 2018, fue vista prospectivamente, y ahora retrospectivamente, como una contribuyente al crecimiento. Pero hubo – y sigue habiendo – una gran controversia sobre el tamaño de los efectos macroeconómicos de los cambios fiscales.

En enero de 2018, con el espíritu de resolver parte de la controversia, Brookings Institution reclutó a Jason Furman (presidente del Consejo de Asesores Económicos del Presidente Barack Obama) y a mí para que escribiéramos un documento conjunto centrado en los posibles efectos de crecimiento de los cambios fiscales. Sin duda, Brookings pensó que combinar un punto de vista liberal (de Furman) con el mío (que yo veo como pro-mercado) evitaría sesgos políticos y, por lo tanto, generaría estimaciones más cercanas a la “verdad”. Dejé a otros observadores evaluar si esto es así. El audaz intento de consenso tuvo éxito.

Gran parte de nuestro análisis enfatizó los cambios impositivos para las empresas, incluida una reducción en la tasa impositiva federal sobre las ganancias corporativas del 35% al 21% (para las corporaciones C, que incluyen las empresas más grandes) y una reducción menor en la tasa impositiva para las empresas de transferencia (sociedades, corporaciones S, y empresas individuales). Todas las empresas se beneficiaron de un cambio a gastos totales para equipos, aunque este cambio no se aplicó a las estructuras. Nuestra investigación predijo un aumento sustancial a largo plazo en la acumulación de capital, lo que generaría ganancias considerables en la productividad laboral y los salarios reales. Se pronostica que el crecimiento del PBI real será mayor en diez años en un promedio de alrededor del 0.2% por año. Por lo tanto, el efecto de crecimiento previsto fue moderado pero duradero.

El otro cambio importante en el paquete de impuestos de 2017 fue una reducción casi total en las tasas marginales de impuesto a la renta sobre los ingresos individuales. En promedio, la disminución de la tasa impositiva marginal fue de alrededor de 2.3 puntos porcentuales (ajustado a la baja de 3.2 puntos teniendo en cuenta la reducción de la deducción fiscal de los impuestos estatales sobre la renta). En comparación, el recorte promedio en las tasas impositivas marginales fue de 4.5 puntos porcentuales bajo la legislación de 1986 del presidente Ronald Reagan; 3.6 puntos bajo los recortes de impuestos del presidente John Kennedy y del presidente Lyndon B. Johnson, aprobados en 1964; y 2.1 puntos bajo la reforma de 2003 del presidente George W. Bush. Furman y yo estimamos, a partir de investigaciones anteriores, que la reducción del presidente Donald Trump impulsaría el crecimiento del PBI en un sustancial 0.9% anual para 2018-19, pero no contribuiría al crecimiento después de eso. Por lo tanto, el efecto de crecimiento previsto fue mayor que el de los recortes de impuestos para las empresas en el corto plazo, pero más pequeño a largo plazo.

Cuando calculamos el impulso general al crecimiento del PBI a corto plazo, obtuvimos una estimación del 1.1% anual para 2018-2019. Cuando se agregó a un pronóstico de crecimiento de referencia del 2% (que refleja las opiniones de consenso contemporáneas y la historia reciente), nuestro efecto incremental estimado de la ley tributaria de 2017 implicó un pronóstico de crecimiento del PBI real de 3.1% por año para 2018-19. Francamente, aunque sin duda hay un gran elemento de suerte aquí, esta es la mejor previsión de crecimiento que puedo recordar. Además, nuestra previsión a principios de 2018 de los efectos incrementales de la ley de 2017 contrasta con las predicciones de recesión de muchos economistas.

Además, tengo una apuesta con un famoso colega de Harvard que prometió comerse su proverbial sombrero si el crecimiento del 3% del PBI persiste durante un período más largo. Recuerdo que la apuesta especificó el período como los dos años completos – 2018 y 2019 – pero ahora lo recuerda como los tres años desde 2018 hasta 2020. Creo que debo tener razón, porque nunca pronostiqué un alto crecimiento económico para 2020.

Por supuesto, siempre es posible encontrar razones por las que el pronóstico de uno resultó mal. Un argumento popular de este tipo en la actualidad es que la Reserva Federal ha resultado ser mucho más expansiva de lo que uno hubiera predicho. De manera similar, las expectativas de que una guerra comercial con China y que otros países frenen el crecimiento económico – una de mis preocupaciones en particular el otoño pasado – han mejorado (aunque sigo preocupado por este aspecto).

Básicamente, una predicción como la del crecimiento del PBI del 3.1% que Furman y yo avanzamos a principios de 2018 se debe ver como un pronóstico no contingente que siempre puede estar condicionado (o explicado) por una serie de eventos no anticipados. Y, de manera más general, siempre hay mucha incertidumbre en las tasas de crecimiento del PBI anual, por lo que la precisión de nuestro pronóstico debe considerarse como un reflejo de buena suerte.

Me parece evidente que un crecimiento económico más rápido es mejor que un crecimiento económico más lento. Detrás de este sentimiento está el hecho de que millones de personas se benefician de tasas de crecimiento más altas, que suelen ir acompañadas de salarios más altos y menos desempleo, que ayudan especialmente a los más desfavorecidos. Sin embargo, hoy en día, la antipatía hacia la administración de Trump es tan intensa que muchas personas, incluidos algunos de mis colegas economistas, están alentando el menor crecimiento económico solo para negarle a Trump una victoria política.

Entiendo este punto de vista, pero sigo pensando que los beneficios directos de una mejor economía superan este tipo de cálculo político. Más concretamente, los beneficiarios, que incluyen a la mayoría de las personas y la mayoría de los votantes, deben favorecer un crecimiento más rápido que lento. Lampadia

Robert J. Barro es profesor de economía en Harvard y profesor visitante en el American Enterprise Institute. Es el coautor (con Rachel M. McCleary) de The Wealth of Religions, de Princeton University Press.




Crecimiento, pobreza y desigualdad

Crecimiento, pobreza y desigualdad

La semana pasada, el INEI publicó las cifras de pobreza al cierre del año 2018 y destacó una reducción a nivel nacional de 1.2% en la pobreza y 1.0% en la pobreza extrema, con respecto al 2017. Esto quiere decir que de los 313,000 peruanos que dejaron la condición de pobreza el año pasado, 305,000 dejaron la pobreza extrema.

Este es sin duda un resultado positivo, máxime si en 2017 se obtuvo un incremento no menor de pobres (+1.0%); sin embargo, un análisis más profundo acerca de los causales de este fenómeno así como una descomposición de los resultados presentados por el ente estadístico nos debe llevar más a la reflexión, que a la celebración. Esto también aplica si se analizan los resultados más actualizados que se tienen sobre la desigualdad en el Perú.

Veamos.

Crecimiento económico y pobreza

En primer lugar, se debe señalar que – como han indicado diversos think tanks o centros de estudios económicos como Macroconsult y el IPE – esta caída de 1.2 % en la pobreza se encuentra en consonancia con una tasa de crecimiento del PBI del 4%, siendo este el principal determinante de tal reducción. Esto no es de sorprender. Como se evidencia en el siguiente gráfico, en los 13 de los últimos 15 años en los que la pobreza se redujo estrepitosamente (-38.2%), tres cuartas partes de dicha caída están explicadas en su totalidad por crecimiento económico, una contribución que largamente sobrepasa la de los programas de transferencias condicionadas.

Así, el principal driver del crecimiento que permitió esta mejora en las condiciones de vida de la población peruana lo configuran los mayores niveles de inversión privada, los cuales generan una mayor demanda de empleo con el consecuente aumento de los ingresos y por ende, aumento del gasto de los hogares, variable utilizada para medir los niveles de pobreza.

Ahora bien, el meollo del asunto es más bien otro: ¿Es suficiente crecer 4% de cara al futuro para seguir sosteniendo una caída pronunciada y acelerada de la pobreza? Como se puede constatar en el siguiente gráfico, la elasticidad crecimiento-pobreza, es decir, cuántos puntos porcentuales cae la pobreza ante el incremento de un punto porcentual de crecimiento ha pasado de 0.7 en la década pasada a 0.3 en los últimos años.

Ello quiere decir que si realmente queremos sostener caídas de la pobreza superiores necesitaremos crecer 6% o más, siendo el actual crecimiento de 4% insuficiente y mediocre a la luz de los resultados de bienestar que se pueden generar con tasas mayores (ver Lampadia: Aterrizaje en la mediocridad).

Pobreza urbana y por regiones (costa, sierra y selva)

Parte del débil impacto de este crecimiento alicaído de la economía peruana se puede constatar si uno analiza los resultados desagregados de la pobreza por área de residencia y región natural. Por área de residencia se observa que la reducción ha sido mayor en el ámbito rural (-2.3 %) que en el ámbito urbano (-0.7 %).

Sin embargo, como se desprende del presente gráfico, la pobreza urbana aún no se recupera del incremento de la pobreza experimentado en el 2017. Así se mantuvo en el 2018 con un 14.4% frente al 13.9% en el 2016. Esto en términos absolutos quiere decir que el número de pobres en la zona urbana en realidad aumentó en 225,000 personas.

Por otra parte, si se analizan los resultados de la pobreza por región natural se tuvo una reducción más pronunciada en la selva (-2.1 %) que en la sierra (-1.2 %) y la costa (-0.9 %). Ello también debe llamarnos la atención siendo la sierra la región que mayor pobreza concentra a nivel nacional.

Ambos indicadores reflejan una caída que no es uniforme de la pobreza, lo cual es un reflejo también de las bajas tasas de crecimiento de nuestra economía. Si queremos que las poblaciones más vulnerables, así como aquellas que han sido más golpeadas en los últimos años por la desaceleración de la actividad, puedan mejorar su calidad de vida es necesario retomar tasas de crecimiento más altas.

Desigualdad y crecimiento económico

Otro aspecto importante que está relacionado a la pobreza, pero que también está íntimamente ligado al crecimiento económico, es aquel que tiene que ver con la desigualdad de los ingresos. Las más recientes estimaciones hechas por el INEI y el Banco Mundial, sugieren que la desigualdad, medida por el coeficiente de Gini, se redujo marginalmente en los últimos 8 años, mientras que si se toman años anteriores, desde el 2007 por ejemplo, los resultados cambian notablemente a favor de una menor desigualdad. Veamos.

Como hemos escrito previamente en Lampadia: Aterrizaje en la mediocridad, estos últimos 8 años – en los que la desigualdad prácticamente se estancó – reflejaron un cambio de fase de la economía peruana caracterizado por un contexto de desaceleración pronunciada en las tasas de crecimiento del PBI acompañada de una caída en la inversión, producto de una animadversión hacia la inversión privada, con especial énfasis, hacia la inversión minera.

Es pues notable la relación que existe entre la reducción de la desigualdad y mayor crecimiento económico. Por ende, urge aumentar las tasas de crecimiento de nuestra economía de manera que se tienda a una mayor convergencia de los ingresos de los más pobres hacia los más ricos.

En un contexto en el que el presente año la economía peruana (ver Lampadia: Economía peruana se sigue desacelerando y apenas crece 1.58% en enero) se encuentra en un proceso de desaceleración con tasas muy bajas – 1.58% en enero y 2.09% en febrero – hoy nos encontramos aún lejos de conseguir los resultados anteriormente mencionados, en materia de reducción de pobreza y desigualdad. Por ende, resulta fundamental incrementar la tasa de crecimiento potencial de nuestra economía. Ello implica hacer una serie de reformas estructurales que incluyen la reforma laboral, tributaria, educativa, entre otras, así como viabilizar y reactivar los proyectos de inversión mineros y de infraestructura, como Tía María, Las Bambas y Majes Siguas II. Nuestros pobres no pueden esperar más. Lampadia




Se proponen nuevos disparates monetarios

Se proponen nuevos disparates monetarios

Un “nuevo” enfoque de la política monetaria empieza a asomarse en las mentes de los recién entrantes congresistas por el Partido Demócrata de los EEUU, cuya vocería en este tema la dirige Alexandria Ocasio-Cortez, una millennial socialista que busca “defender a las minorías sociales y emprender acciones contra el cambio climático”.

La “Teoría Monetaria Moderna” (o MMT, por sus siglas en inglés), como se denomina en los círculos académicos, consiste básicamente en utilizar la emisión primaria de dinero de la entidad monetaria – en este caso, la FED – para financiar programas sociales asistencialistas expansivos, en un contexto de baja inflación y bajas tasas de interés.

Siguiendo esta definición, parecería tratarse de un enfoque con muy buenas intenciones ya que, en principio, aprovecharía las buenas condiciones macroeconómicas y financieras de un país para inducir un mayor bienestar en la población, a través de una mayor inyección de liquidez en el sistema bancario. Pero como señaló recientemente el notable profesor de economía y política pública de Harvard y ex economista jefe del FMI, Kenneth Roggoff, en un artículo reciente de la revista Project Syndicate (ver artículo líneas abajo), dicho enfoque falla básicamente por dos razones:

  • En primer lugar, no hay razones para pensar que las buenas condiciones de crecimiento de la economía estadounidense, en términos de alzas en la producción y bajo desempleo, no se condecirán en el futuro con un alza de la inflación y un alza en las tasas de interés. Las buenas condiciones financieras -que pueden no ser sostenibles en el tiempo – , al tornarse adversas, pueden terminar jugando una mala pasada ante una mayor emisión monetaria, en forma de MMT, la cual no haría más que acelerar el proceso inflacionario, al hacer el dinero menos escaso que antes. Esto último perjudicaría a quienes más se quería beneficiar con esta política: los más pobres.
  • En segundo lugar, es que EEUU ya cuenta con una deuda pública alta, la cual sobrepasa el 100% del PBI, y esto no sería un problema en sí, si no fuera porque la mayor parte de sus acreedores son internacionales. Una vez más, un deterioro de las condiciones financieras internacionales podría desestabilizar las arcas del gobierno federal, en cuyo caso una política monetaria expansiva para financiar más deuda de corto plazo, como propone el enfoque MMT, es lo menos recomendable.

Cabe mencionar que la idea de un banco central como instrumento para financiar los déficits gubernamentales no es reciente; sin embargo, la evidencia histórica, en particular la de América Latina, ha sido contundente en señalar que dicha política, llevada a la práctica, es sumamente peligrosa para la macroeconomía.

Y los peruanos más que nadie, lo sabemos bien porque lo hemos vivido en carne propia durante la hiperinflación en la década de los 80. En aquella época en 1985, Alan García heredó de Belaunde Terry, un gobierno altamente endeudado, con altas tasas de inflación y bajas tasas de crecimiento del PBI. Aconsejado por los llamados “economistas heterodoxos”, llevó a cabo un programa de expansión del gasto gubernamental, que terminó siendo financiado por el mismo BCRP. Se tenía la idea de que la economía se encontraba en una situación de capacidad productiva ociosa, por lo que había que incentivar la oferta agregada, lo cual no desembocaría en inflación, ya que se equilibraría con la demanda agregada. Como la historia demostró muy rápido, este argumento fue completamente rebatido con la hiperinflación rampante que, destruyó el servicio civil de aquella época.

Si bien el caso estadounidense difiere del peruano pues este último no contaba con las buenas condiciones financieras que caracterizan el día de hoy a la economía de EEUU – a excepción por supuesto de la alta deuda pública – sirve de ejemplo para ilustrar un escenario en el que si dichas condiciones ya no se sostienen, “recurrir a la maquinita” no hace más que perjudicar a quienes más se desea beneficiar con estos programas sociales expansivos.

Esperemos que dicho enfoque monetario no llegue si quiera a ser discutido en las futuras reuniones de la Junta de la Reserva Federal de la FED. Como hemos reconocido en anteriores oportunidades, las decisiones de política cuyas consecuencias no se reflexionan lo suficiente a luz de la evidencia empírica, terminan por agravar un problema que en un inicio se buscaba solucionar. Lampadia

Disparates monetarios modernos

Varios líderes políticos progresistas de EEUU abogan por utilizar el balance de la FED para financiar nuevos programas gubernamentales expansivos. Aunque sus argumentos tienen un grano de verdad, también se basan en algunos conceptos erróneos fundamentales, y podrían tener consecuencias impredecibles y potencialmente graves.

Kenneth Rogoff
Project Syndicate
4 de marzo, 2019 
Traducido y glosado por Lampadia

Justo cuando la FED de los EEUU parece haber rechazado los candentes tweets del presidente Donald Trump, la próxima batalla por la independencia del banco central ya se está desarrollando. Y esta podría potencialmente desestabilizar todo el sistema financiero global.

Varios progresistas estadounidenses destacados, que bien podrían estar en el poder después de las elecciones de 2020, abogan por utilizar el balance de la FED como fuente de ingresos para financiar nuevos programas sociales expansivos, especialmente en vista de la baja inflación actual y las tasas de interés. Los destacados partidarios de esta idea, que a menudo se conoce como “Teoría Monetaria Moderna” (MMT, por sus siglas en inglés), incluyen una de las estrellas más brillantes del Partido Demócrata, la congresista Alexandria Ocasio-Cortez. Aunque sus argumentos tienen un grano de verdad, también se basan en algunos conceptos erróneos fundamentales.

El presidente de la FED, Jerome Powell, apenas pudo contenerse cuando se le pidió comentar sobre este nuevo dogma progresivo. “Creo que la idea de que los déficits no son importantes para los países que pueden tomar préstamos en su propia moneda es errónea”, insistió Powell en el testimonio del Senado de EEUU el mes pasado. Añadió que la deuda de EEUU ya es muy alta en relación con el PBI y, lo que es peor, está aumentando significativamente más rápido de lo que debería.

Powell tiene toda la razón sobre la idea del déficit, que es una locura. Los EEUU tienen la suerte de poder emitir deuda en dólares, pero la imprenta no es una panacea. Si los inversionistas se vuelven más reacios a mantener la deuda de un país, probablemente tampoco estarán muy emocionados por mantener su moneda. Si ese país intenta deshacerse de una gran cantidad en el mercado, se producirá inflación. Incluso pasar a una economía de planificación centralizada (tal vez el objetivo para algunos partidarios de MMT) no resolvería este problema.

En el segundo punto de Powell, acerca de que la deuda de EEUU ya es alta y aumenta demasiado rápido, hay mucho más espacio para el debate. Es cierto que la deuda no puede aumentar más rápido que el PBI para siempre, pero puede hacerlo durante bastante tiempo. Las tasas de interés ajustadas a la inflación a largo plazo de hoy en  EEUU son aproximadamente la mitad de su nivel de 2010, muy por debajo de lo que predecían los mercados en ese momento, y muy por debajo de las previsiones de la FED y el Fondo Monetario Internacional. Al mismo tiempo, la inflación también ha sido más baja por más tiempo de lo que cualquier modelo económico hubiera predicho, dado el fuerte crecimiento actual de EEUU y el muy bajo desempleo.

Además, a pesar de estar en el epicentro de la crisis financiera mundial, el dólar estadounidense se ha vuelto cada vez más dominante en el comercio y las finanzas mundiales. Por el momento, el mundo está bastante contento de absorber más deuda en dólares a tasas de interés notablemente bajas. Cómo explotar esta mayor capacidad de endeudamiento de los EEUU es, en última instancia, una decisión política.

Dicho esto, sería una locura asumir que las condiciones favorables actuales durarán para siempre, o ignorar los riesgos reales que enfrentan los países con una deuda alta y creciente. Estos incluyen compensaciones de riesgo-retorno potencialmente más difíciles, al usar la política fiscal para combatir una crisis financiera, responder a un desastre natural o pandemia a gran escala, o movilizarse para un conflicto físico o guerra cibernética. Como ha demostrado una gran cantidad de evidencia empírica, nada pesa más sobre el crecimiento de las tendencias a largo plazo de un país, como estar financieramente paralizado en una crisis.

El enfoque correcto para equilibrar el riesgo y el retorno es que el gobierno extienda la estructura de vencimiento de su deuda, tomando préstamos a largo plazo en lugar de a corto plazo. Esto ayuda a estabilizar los costos del servicio de la deuda si las tasas de interés aumentan. Y si las cosas se ponen realmente difíciles, es mucho más fácil inflar el valor de la deuda cautiva a largo plazo (siempre que no esté indexada a los precios) que inflar la deuda a corto plazo, que el gobierno tiene que refinanciar constantemente.

Es cierto que los legisladores podrían recurrir nuevamente a la represión financiera y obligar a los ciudadanos a mantener la deuda del gobierno a tasas de interés por debajo del mercado, como una forma alternativa de reducir la carga de la deuda. Pero esta es una mejor opción para Japón, donde la mayoría de la deuda se mantiene en el país, que para los EEUU, que depende en gran medida de los compradores extranjeros.

Hacer que la FED emita pasivos a corto plazo para comprar deuda pública a largo plazo hace que la política gire 180 grados en la dirección equivocada, porque acorta el vencimiento de la deuda del gobierno de los EEUU que es privada o de gobiernos extranjeros. Contrariamente a la opinión generalizada, el banco central de los EEUU no es una entidad financiera independiente: el gobierno es el propietario de los bloqueos, las acciones y el barril.

Desafortunadamente, la FED es responsable de gran parte de la confusión que rodea al uso de su balance. En los años posteriores a la crisis financiera de 2008, la FED realizó una “flexibilización cuantitativa” (QE, por sus siglas en inglés) masiva, mediante la cual compró deuda gubernamental a largo plazo a cambio de reservas bancarias, y trató de convencer al público estadounidense de que esto estimuló mágicamente la economía. QE, cuando consiste simplemente en comprar bonos del gobierno, es humo y espejos. La empresa matriz de la FED, el Departamento del Tesoro de los EEUU, podría haber logrado lo mismo al emitir deuda de una semana, y la FED no habría necesitado intervenir.

Quizás todas las tonterías sobre la MMT se desvanecerán. Pero eso es lo que la gente dijo sobre las versiones extremas de la economía del lado de la oferta durante la campaña presidencial estadounidense de Ronald Reagan en 1980. Las ideas equivocadas aún pueden arrastrar el tema de la independencia del banco central de EEUU al centro del escenario, con consecuencias impredecibles y potencialmente graves. Para aquellos que se aburren con el crecimiento constante del empleo y la baja inflación de la última década, las cosas pronto podrían volverse más emocionantes. Lampadia




Innovaciones de IBM en la cadena alimentaria

Según Paul Romer, reciente Premio Nobel de Economía, el progreso tecnológico, factor fundamental del crecimiento económico, es consecuencia de los esfuerzos en investigación y desarrollo que generan las empresas y los agentes económicos en su conjunto.

Si bien las grandes inversiones en capital físico pueden generar crecimiento, sobre todo en países en vías de desarrollo, estas solo lo pueden generar hasta cierto umbral,  y si los países no son capaces de innovar, su capacidad para salir de la trampa de los ingresos medios siempre será limitada.

En esta línea, queremos compartir a continuación las principales innovaciones que vienen realizando los científicos e investigadores de IBM para revolucionar la cadena alimentaria a nivel mundial (ver artículo líneas abajo), así como sus impresionantes prospectos para los siguientes 5 años. Estos proyectos fueron mostrados en el marco del evento para clientes más grandes de IBM, Think 2019, en San Francisco, el pasado 13 de febrero.

Consideramos que este tipo de información es de vital importancia, no solo por las ganancias en eficiencia en cada etapa de la cadena alimentaria que generan todas estas tecnologías –como la IA y el blockchain – que podrían servir de ejemplo para las empresas de los sectores involucrados en el Perú, sino porque también nos encontramos en un proceso de crecimiento poblacional que no es ajeno a nuestro país y que demandará mayores alimentos y bebidas en el futuro. Lampadia

De la semilla…
Cómo las innovaciones de IBM transformarán cada etapa de la cadena de suministro dentro de los próximos cinco años

Arvind Krishna
SVP, IBM Cloud & Cognitive Software
Glosado por Lampadia
11 de febrero de 2019.

San Francisco. Dentro de los próximos cinco años, la población de la Tierra cruzará la marca de los ocho mil millones por primera vez. Nuestra compleja cadena alimentaria, ya estresada por el cambio climático y un suministro de agua limitado, se resentirá aún más. Para satisfacer las demandas de este futuro superpoblado, necesitaremos nuevas tecnologías y dispositivos, avances científicos y formas de pensar completamente nuevas sobre la seguridad e inocuidad de los alimentos.

Los investigadores de IBM de todo el mundo ya están trabajando en soluciones en cada eslabón de la cadena alimentaria. Están ayudando a los agricultores a maximizar los rendimientos de los cultivos y desarrollando formas de frenar la epidemia de desperdicio que destruye el 45% de nuestro suministro de alimentos. Nuestros científicos están trabajando para crear una red de seguridad para atrapar patógenos y contaminantes antes de que enfermen a las personas. Y están inventando formas de mantener el plástico fuera de nuestros vertederos y océanos.

A finales de esta semana, presentaremos a los científicos que están detrás de los “5 en 5” de este año en un Science Slam celebrado en el sitio del evento para clientes más grande de IBM del año: Think 2019 en San Francisco. Pueden verlo en vivo el miércoles 13 de febrero de 10 a 11 am, hora del Pacífico. Los Science Slams les brindan a nuestros investigadores la oportunidad de transmitir la importancia de su trabajo a una audiencia general en un lapso muy corto de tiempo, aproximadamente cinco minutos. Descubrimos que este es un ejercicio extremadamente útil que hace que nuestra innovación sea más accesible al destilarla a lo esencial.

Nuestros investigadores nos inspiran a imaginar qué otra cosa podría ser posible dentro de cinco años. Cuando la persona número ocho mil millones nazca en la Tierra, entrará en un mundo más conectado, más interdependiente y más sensible al cambio que el que sus padres nunca imaginaron. Este es el futuro que nos espera a todos.

Aquí hay un resumen de las predicciones que los científicos de IBM presentarán este año.

De la semilla…
Los dobles digitales de la agricultura ayudarán a alimentar a una población creciente utilizando menos recursos
¿Cómo darle a un agricultor que nunca ha puesto un pie en un banco acceso al crédito? Digitalizando y captando todos los aspectos de la agricultura, desde la calidad del suelo hasta las habilidades del conductor del tractor y el precio del melón vendido en el mercado. Se le llama Digital Twin, y dentro de los próximos cinco años, utilizando la inteligencia artificial podremos usar estos datos para pronosticar con precisión los rendimientos de los cultivos, lo que a su vez les dará a los bancos e instituciones financieras los datos que necesitan para proporcionar crédito para ayudar a los agricultores a expandirse. Tal vez el dinero crezca en los árboles después de todo.

A la cosecha…
Alerta de spoiler: Blockchain evitará que se desperdicie más comida
Dentro de cinco años, eliminaremos muchas de las costosas incógnitas en la cadena de suministro de alimentos. Desde los agricultores hasta los proveedores de comestibles, cada participante en la cadena de suministro sabrá exactamente cuánto plantar, ordenar y enviar. La pérdida de alimentos disminuirá considerablemente y el producto que termina en los carros de compra de los consumidores será más fresco, cuando la tecnología blockchain, los dispositivos IoT y los algoritmos de inteligencia artificial se unan.

A la repisa…
Club de cultivo: Mapear el microbioma nos protegerá de las bacterias malas
Dentro de cinco años, los inspectores de seguridad alimentaria de todo el mundo adquirirán una nueva superpotencia: la capacidad de usar millones de microbios para proteger lo que comemos. Estos microbios, algunos saludables para el consumo humano y otros no, se introducen regularmente en los alimentos que salen de establecimientos agrícolas, fábricas y supermercados. Gracias a una nueva técnica que nos permite analizar su composición genética de manera rentable, los microbios nos dirán mucho sobre la seguridad de lo que consumimos.

A la mesa…
Detectives del plato: los sensores de inteligencia artificial detectarán los patógenos transmitidos por los alimentos en el hogar
Dentro de cinco años, los agricultores, procesadores de alimentos y tiendas de comestibles del mundo, junto con miles de millones de cocineros en el hogar, podrán detectar contaminantes peligrosos sin esfuerzo en sus alimentos. Todo lo que necesitan es un teléfono celular o una mesada con sensores de inteligencia artificial. Los investigadores de IBM están creando sensores de IA potentes y portátiles que pueden detectar patógenos transmitidos por los alimentos en cualquier momento y lugar donde puedan aparecer. Estos sensores de bacterias móviles podrían aumentar sustancialmente la velocidad de una prueba de patógenos de días a segundos, lo que permite a todos los eslabones de la cadena alimentaria detectar la existencia de E. coli o Salmonella dañina antes de que se convierta en un brote.

A la basura…
Cirugía plástica: un nuevo proceso de reciclaje radical dará nueva vida al plástico viejo
En cinco años, la eliminación de basura y la creación de nuevos plásticos se transformarán por completo. Todo, desde cartones de leche hasta recipientes para galletas, bolsas de alimentos y quesos, será reciclable, y las empresas fabricantes de poliéster podrán tomar los desechos y convertirlos en algo útil. Esta transición será impulsada por innovaciones como VolCat, un proceso químico catalítico que digiere ciertos plásticos (llamados poliésteres) en una sustancia que puede ser devuelta directamente a las máquinas de fabricación de plástico para hacer nuevos productos. Lampadia




La política empequeñeció a los medios

De un tiempo a esta parte hemos multiplicado nuestras publicaciones sobre temas que recogemos del quehacer global, que si bien consideramos encierran mensajes importantes para nosotros los peruanos, también pretenden mejorar la cobertura mediática nacional.

En Lampadia nos resistimos a caer en la mediocridad de los medios locales en sus distintos formatos, que lamentablemente no salen de la pequeña política, del seguimiento de escándalos y de sembrar intrigas. La crisis política que nos abruma ya hace un par de años, ha terminado por llevar a la gran mayoría de medios de comunicación a una trampa de medianía.

Por ejemplo, en los programas políticos se ha vuelto común agredir a los entrevistados que tienen puntos de vista independientes, no se permite que los ciudadanos reciban los mensajes de líderes de opinión independientes sin interferencias, ya sea porque los ignoran o los interfieren. Curiosamente, esta tarea de demolición de los entrevistados independientes, ha sido encomendada mayormente a mujeres, desaprovechando sus grandes cualidades.

Es cierto que los medios viven de la coyuntura, pero se dejan llevar por los aspectos más frívolos o perversos de ella en lugar de aclarar los problemas de fondo que la explican. El Perú necesita salidas, no pantanos. 

En el Perú tenemos agendas pendientes muy importantes en temas de educación, salud, infraestructuras, reducción de la pobreza, generación de empleo, inversión, crecimiento y muchos otros. Pero nuestros medios siguen enfocados en la batalla política entre gobierno y oposición; siguen limitando el tema de la lucha contra la corrupción a la batalla entre cúpulas, olvidando que se debe reformar todo el Sistema Judicial; siguen atrapados en las culpas del pasado en lugar de mirar hacia adelante; siguen mostrando sesgos partidistas y/o pro gobierno; y encumbrando como referentes nacionales a personajes que en cualquier otro momento solo hubieran representado posiciones extremas.

En los temas de corrupción, es lamentable como la política ha terminado por sesgar el quehacer periodístico. No importa si las denuncias judiciales rebotadas por los medios tienen o no sustento jurídico. Se trata de alentar la ‘prisión preventiva’ como castigo a posiciones políticas. En lugar de concentrar las investigaciones y denuncias en las coimas vinculadas a las obras públicas, el centro de gravedad mediático gira en torno a los aportes a las campañas políticas, que en principio no son delito, así como al llamado pitufeo.

En el tema de salud, más allá de nuestro nivel de atraso general, en los últimos años hemos tenido un fracaso estrepitoso en el tema de la anemia infantil. Pero este tema, que es verdaderamente escandaloso, solo merece en los medios una menor presencia. Por ejemplo, ¿se ha aclarado como el deterioro de la desnutrición empezó el 2011, como producto de una decisión de gobierno? Pues así es, el gobierno de Humala, desde el Ministerio de Inclusión Social (Carolina Trivelli), suspendió el uso de chispitas para reemplazarlas por algo más ‘sofisticado’ que nunca se hizo presente. Veamos cómo el 2011 se produjo la reversión de los avances contra la anemia:

¿Por qué simplemente no regresamos a la política exitosa que se cortó el 2011? Este tema debería seguirse diariamente, hasta estar seguros de estar en el camino correcto, hacia una drástica reducción de la anemia infantil.

Para un mayor análisis, ver el informe de Macroconsult: La anemia infantil, un enemigo silencioso.

En el tema económico, seguimos frenando el crecimiento que necesitamos y podemos lograr, por enfocarnos más en la política y dejando de tomar decisiones que promuevan y cautelen la inversión en grandes proyectos. Llámese, Tía María, Majes Siguas, Chavimochic III, Conga, Oleoducto Nor-peruano, etc. El objetivo de gobierno parece ser cuidar la popularidad y no arriesgar enfrentamientos, así sean contra mafias o grupos de interés extremistas. Ver en Lampadia: Aterrizaje en la Mediocridad.

Así no vamos a ninguna parte. Seguimos esperando una reacción de parte del gobierno, pero también esperamos un cambio de actitud en los medios nacionales. Las cosas no están como para perder más tiempo teniendo al frente tamaños desafíos como la anemia infantil, la inversión y el crecimiento económico. Lampadia