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¿Por qué no construimos reservorios en la Sierra?

¿Por qué no construimos reservorios en la Sierra?

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 11 de febrero de 2022
Para Lampadia

Desde diciembre pasado tenemos agua en todos nuestros ríos. En unos más, en otros menos. El hecho es que mucha agua dulce está perdiéndose en el mar. La pregunta es ¿acaso la situación no se repite año a año, desde que tenemos uso de razón?

La respuesta es sí; todos los años es la misma historia. Todos los años, a partir de noviembre, los agricultores de Ica – y de todo el Perú – aguardamos con impaciencia el inicio de la temporada de lluvias. Y semanas más, semanas menos, las aguas de lluvia siempre llegan a los valles de la Costa. Siempre.

Ahora, con los ríos cargados – y superada la angustia de la espera del agua – estamos en el segundo capítulo de la historia: la preocupación por los desbordes de ríos, o – lo que es peor – las inundaciones o huaicos. O sea, pasamos de un extremo a otro: de la sequía a las inundaciones.

 

Así las cosas, el desafío del agua es el siguiente:

  • ¿Qué hacer para tener control de la situación durante las temporadas de lluvias?
  • ¿Qué hacer para tener agua en los estiajes?
  • O mejor dicho ¿qué hacer para tener agua todo el año?

Y la respuesta es muy sencilla: reservorios, reservorios y más reservorios… tal como hicimos en Ica, durante el período 2015 – 2018, bajo el liderazgo de la Dirección Regional de Agricultura.

Efectivamente, en aquel entonces construimos muchos reservorios – pequeños y medianos – sobre todo en las nacientes de nuestras cuencas. Arriba, en la cordillera… donde llueve. Asimismo, sembramos muchas plantaciones forestales y cercamos muchos pastizales para retener el agua de lluvias, y evitar la erosión de nuestras quebradas y laderas. Así se soluciona la escasez de agua en los estiajes. Así se evitan los huaicos y desbordes de ríos en las avenidas.

Efectivamente, debemos desterrar de nuestras mentes aquella idea equivocada de que sólo las grandes represas solucionarán nuestros problemas de escasez de agua en los estiajes. Conste que no me opongo a los grandes proyectos de irrigación… pero peor es nada. En todo caso, muchos pequeños y medianos reservorios – sumados – pueden almacenar tanta o más agua que pocos grandes reservorios.

Por lo demás, las grandes irrigaciones son muy costosas, muy riesgosas, y de larguísimo plazo. Algunas – como Alto Piura, Pampas Verdes, etc. – sólo quedan en ofrecimientos politiqueros. Nunca se construyen. O, peor aún, algunas quedan truncas, como Majes Siguas II, Chinecas, Chavimochic III… Oh políticos, periodistas, académicos… ineptos, demagogos y corruptos ¡cuánto daño nos hacen a los peruanos! En fin…

Pero sigamos. También debemos trasvasar aguas sobrantes de cuencas que vierten al Atlántico, hacia cuencas deficitarias que vierten al Pacífico. Olmos… por ejemplo. ¡Un proyecto extraordinario que algunos amargados envidiosos no quieren reconocer! Incluso, hay que trasvasar aguas sobrantes entre cuencas que vierten al Pacífico, como es el caso – también exitosísimo – de Chavimochic (etapas I y II) en La Libertad. Para ello tenemos que establecer lo que hemos denominado “La Hermandad del Agua” entre la Costa y la Sierra.

¿En qué consiste la hermandad del agua?

  1. En dialogar con respeto y cordialidad con nuestros pares andinos.
  2. En crear los Consejos de Cuenca de manera equitativa. Es decir, con el mismo número de representantes de la Costa y de la Sierra.
  3. En compartir las aguas trasvasadas y almacenadas a lo largo de todas las cuencas… de arriba a abajo.
  4. En mantener los ecosistemas naturales de nuestras cuencas; desde las nacientes hasta las desembocaduras. Y
  5. En establecer un Canon Hídrico – que provendría de los impuestos que pagan las empresas agrarias de la Costa – para financiar los reservorios y plantaciones forestales antes mencionadas.

Por otro lado, en las partes bajas de nuestras cuencas, debemos infiltrar la mayor cantidad de agua posible durante las avenidas. Dar tomas libres en épocas de abundancia – levantar todas las compuertas – para que los agricultores rieguen sin ninguna limitación. Así rellenaríamos los acuíferos y guardaríamos agua para los estiajes.

Incluso, debemos diferenciar las tarifas de agua, según sean aguas de avenida o aguas reguladas. Las aguas de avenida deben costar poco… o nada, mientras que las aguas reguladas deben costar más. Cuidar cada gota de agua regulada… esa es la idea.

Además, debemos tecnificar el riego mediante aspersores y / o goteros para mejorar el uso del agua… sobre todo del agua regulada. Ciertamente, debemos explotar racionalmente los acuíferos mediante redes de pozos – ojalá, interconectados entre sí – para complementar las dotaciones de agua superficial, y poder regar todos los días del año.

He ahí una política sensata respecto al agua para nuestra agricultura. Una política orientada a aumentar la disponibilidad de agua – todo el año – sobre todo para la pequeña agricultura. Una política de mejora de la productividad y competitividad del agro a través de un vasto programa de Siembra y Cosecha de Agua, y la tecnificación del riego en todo el país.

La idea es cambiar la historia de los últimos 50 años – o más – la cual podría sintetizarse así: muchos ministros de Agricultura, muchos cambios de funcionarios, mucha politiquería barata, mucho floro y demagogia, mucho gasto burocrático, muchas consultorías, muchos huaicos e inundaciones, mucha agua dulce perdida en el mar… pero muy pocos reservorios.

En base a todo lo dicho, pregunto: ¿acaso no tenemos agua en abundancia? ¿Acaso todos los años – en esta época del año – no botamos cualquier cantidad de agua dulce al mar? ¿Por qué – en vez de criticar – no construimos reservorios en la Sierra? Lampadia




Muy bueno para los que tuvieron agua todo el año…

Muy bueno para los que tuvieron agua todo el año…

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 31 de diciembre de 2021
Para Lampadia

El año 2021 que acaba de terminar, fue un buen año de agua. Efectivamente, hubo agua en abundancia. Me refiero a la temporada de lluvias de principios de año, entre enero y abril, y al final del estiaje, desde mediados de noviembre en adelante, cuando empezó a llover nuevamente. 

La gente se olvida, pero durante el verano pasado – como siempre – botamos cualquier cantidad de agua dulce al mar. Y por si fuera poco, tuvimos desbordes e inundaciones por la gran cantidad de agua que tuvimos en nuestros ríos y canales. Incluso, producto de las lluvias, hubo huaicos de lodo y piedras que cortaron carreteras y caminos, y arrasaron con todo lo que encontraron en su camino.

Por otro lado – como era de esperar – no llovió entre mayo y octubre, tal como ocurre todos los años, desde toda la vida. El estiaje es así… no llueve. Siempre ha sido así. Eso lo sabemos los agricultores de Costa, Sierra y Selva; y del Norte, Centro y Sur. Todos.

Ahora bien, quienes estamos involucrados en el quehacer agrícola, también sabemos que las plantas producen más – y mejor – cuando tienen agua todo el año, no sólo cuando llueve. 

Para ello, algunos hemos construido reservorios donde guardamos aguas sobrantes de la temporada de lluvias. Otros han perforado pozos para extraer agua del subsuelo. Así – con reservorios y / o pozos – los agricultores modernos y eficientes tenemos agua todo el año.

He ahí la principal diferencia entre la agricultura altamente productiva y la agricultura precaria: el agua. Y si el agua se maneja a través de sistemas de riego tecnificado, mejor aún. Entonces, la disyuntiva es: ¿agua todo el año, o agua solamente cuando llueve? 

Esa es la diferencia entre la agricultura empresarial, que emplea formalmente a un millón de trabajadores, y que en el 2021 batió todos los récords de exportaciones de uvas de mesa, arándanos, paltas, cítricos, y demás; y la pequeña agricultura tradicional, que emplea informalmente a cinco millones de peruanos, y que la está pasando mal… muy mal.

Pregunta del millón: 

  • ¿Tan difícil es entender la problemática del agua para la agricultura? 

  • ¿Acaso, tener o no tener agua todo el año – más el riego tecnificado – no hace la diferencia entre una agricultura próspera y una agricultura pobre? 

  • ¿Por qué no priorizar la construcción de reservorios – y pozos – en todo el país, para que los pequeños agricultores produzcan más, y dejen de ser pobres?

Pues bien, eso que es tan sencillo de explicar, y de sentido común, aparentemente no lo es para nuestras autoridades políticas. Sobre todo, para las del Ministerio de Agricultura. Porque si así fuera, la conclusión sería aún peor: a nuestros políticos les importa un bledo que los pequeños agricultores se mueran de hambre. 

¿Ignorancia o indolencia? ¡Esa es la cuestión! ¿Qué tienen nuestros políticos que no ven la solución a la problemática del agua para la agricultura? De repente, son ambas cosas a la vez: ignorantes e indolentes.

Si no cómo explicar que se vayan tanto por las ramas con la cantaleta de la 2ª. Reforma Agraria. ¿A quién se le puede ocurrir que una planta de fertilizantes en Bayóvar va a resolver la problemática de la pequeña agricultura ¡si no tienen agua! 

¿Qué efecto podrá tener – más allá de la pose y la demagogia política – que el presidente Castillo regale tractores a agricultores que no tienen agua? O que el Gobierno ofrezca financiamiento, o comprar su producción ¡si no producen… porque no tienen agua!

No priorizar el agua y el riego tecnificado, es como poner la carreta delante de los burros. Todo lo demás – mecanización, financiamiento, industrialización, compras estatales, reorganización del Ministerio de Agricultura, Servicio Civil de Graduados, etc. – es secundario. Repito. La carreta delante de los burros: esa es la imagen que mejor caracteriza al Ministerio de Agricultura de cara a la pequeña agricultura, o agricultura familiar.

Conclusión: la máxima prioridad para la agricultura debe ser el agua. Abramos los ojos a la realidad. El 2021 que acaba de terminar fue muy bueno para los agricultores que tuvieron agua todo el año… pero pésimo para los demás. Lampadia




Mucho floro y ni una gota de agua almacenada

Mucho floro y ni una gota de agua almacenada

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 3 de diciembre de 2021
Para
Lampadia

Empezó la temporada de lluvias. El estiaje terminó. Hace poco estuve en la Sierra y llovió todos los días. Una vez más, como todos los años entre los meses de diciembre y abril, los ríos del Perú – todos – se cargarán con aguas de lluvias. Mucha agua dulce se perderá en el mar, sin ser aprovechada. Peor aún, muchos ríos – el río Ica, por ejemplo – estarán al límite de su capacidad. Incluso, algunos se desbordarán e inundarán cultivos y centros poblados. También habrá huaicos de lodo y piedras que interrumpirán carreteras y arrasarán con todo lo que encuentren a su paso. Es decir, agua como cancha.

La pregunta es ¿por qué algunos políticos, periodistas, académicos, y demás, dicen – y repiten – que no tenemos agua? Que las empresas agrícolas se la llevan toda. Que regiones como Ica – por ejemplo – no tienen agua. ¿Acaso no ven los ríos y acequias de los valles de la Costa? ¿No ven las aguas de nuestros ríos llegando al mar sin ser aprovechadas?

Todos los años es la misma historia. Todos los años, los agricultores aguardamos con impaciencia el inicio de la temporada de lluvias, y la llegada del agua nueva; la cual, semanas más semanas menos, siempre llega por esta época del año. Siempre.

La pregunta – entonces – no es si tenemos agua, o no. Porque está claro que tenemos agua, y abundante. El problema es que el agua que tenemos es estacional. Entonces, el desafío es ¿qué hacer para tener agua todo el año? No sólo en la temporada de lluvias… como ahora, que tenemos agua de sobra. Incluso ¿qué hacer para tener control de la situación durante las avenidas? ¿Cómo hacer para evitar los desbordes e inundaciones propias de esta época del año?

Pues bien, la respuesta es muy sencilla, aunque – por lo visto – no lo es para el Estado. Al menos, para el Ministerio de Agricultura, que no entiende la problemática del agua en nuestro país. Efectivamente, no entiende que la solución al problema del agua en los estiajes pasa indefectiblemente por la construcción de reservorios. Reservorios en la Sierra, allá arriba donde llueve. Incluso abajo, en los valles costeros para guardar parte de las abundantes aguas de avenida.

Dicho sea de paso, nada sería más beneficioso para la pequeña agricultura – o agricultura familiar, como quieran llamarle – que la construcción de muchos reservorios… grandes, medianos y pequeños. Por otro lado, la vegetación también es muy efectiva para retener aguas de lluvias, así que la plantación de árboles y pasturas en la Sierra ayudaría mucho a la solución del problema del agua. A esto se le conoce como Siembra y Cosecha de Agua. Así – y sólo así – los pequeños productores del campo tendrían agua todo el año, sin desbordes e inundaciones.

Eso es precisamente lo que hicimos bajo el liderazgo de la Dirección Agraria del Gobierno Regional de Ica, durante el período 2015 – 2018. Para ello, establecimos lo que denominamos “La Hermandad del Agua” entre Ica, Huancavelica y Ayacucho. Es decir, 

  1. dialogamos con respeto y cordialidad con nuestros pares andinos. 

  2. Creamos los Consejos de Cuenca de manera equitativa con nuestros vecinos de la Sierra. 

  3. Compartimos las aguas almacenadas con las comunidades altoandinas. Y 

  4. mantuvimos los ecosistemas a lo largo y ancho de todas nuestras cuencas; desde las nacientes hasta las desembocaduras.

Además, tecnificamos el riego, instalando aspersores en las partes altas y quebradas; y en las partes medias y bajas contamos con pozos electrificados con sistemas de riego por goteo. 

Asimismo, infiltramos mucha agua durante las avenidas. Dimos tomas libres – levantar todas las compuertas – para que los agricultores regaran sin ninguna limitación. Y así rellenamos los acuíferos de Ica y guardamos agua para el estiaje. Estado, comunidades, juntas de usuarios, empresas privadas… todos nos dimos la mano en Ica, y la cosa funcionó.

He ahí una propuesta de política agraria con énfasis en la problemática del agua. En mi opinión, esa debería ser la máxima prioridad de la llamada 2ª. Reforma Agraria del actual Gobierno. El problema es que – contrario a la propuesta – la corrupción, la politiquería, y el desgobierno nos están llevando al clásico: mucho floro y ni una gota de agua almacenada. Lampadia




En Ica tenemos agua dulce y en el Perú también

En Ica tenemos agua dulce y en el Perú también

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 12 de noviembre de 2021
Para Lampadia

Según el Ministerio de Agricultura, la actividad que más agua dulce consume a nivel nacional es – precisamente – la agricultura. Efectivamente, las plantas consumen mucha más agua que los animales y los seres humanos. Incluso, más agua que la minería, la industria y los servicios. Eso en cuanto a la demanda de agua según las actividades humanas.

Ahora veamos la oferta. Mejor dicho, la disponibilidad de agua dulce, la cual – en el caso peruano – proviene totalmente de las lluvias. La pregunta es: ¿hay suficiente agua de lluvias en nuestro país para atender las necesidades de la población, de la agricultura, de la minería, de los animales, y de todas las demás actividades? Y la respuesta es SÍ, aunque algunos digan lo contrario.

El Balance Hídrico Total en nuestro país, es positivo. Es decir, la cantidad de agua de lluvias supera largamente la demanda de agua de todas las actividades antes mencionadas. Efectivamente, todos los años, en la temporada de lluvias, entre los meses de diciembre y abril de cada año, todos los ríos del Perú llevan mucha más agua que la que necesitamos. Incluso, en regiones como Ica, donde se dice que hay escasez de agua.

El problema – es cierto – se presenta en los estiajes, entre los meses de mayo y noviembre de cada año, cuando no llueve. La repregunta entonces es:

  • ¿si llueve tanto en los veranos, por qué no construimos reservorios en la Sierra – y plantamos bosques y pastizales – para guardar parte de esas aguas abundantes, para disponer de ellas en los estiajes?
  • ¿Qué dice el Ministerio de Agricultura al respecto, el verdadero responsable del afianzamiento hídrico en el país?

No se oye padre.

Más aún:

  • ¿por qué no infiltramos los acuíferos con las aguas sobrantes de las avenidas?
  • ¿Por qué no tratamos las aguas servidas de los pueblos – me refiero a los desagües – y las volvemos aptas para su reutilización, al menos en la agricultura?
  • Incluso ¿por qué algunos alcaldes indolentes rechazan ofrecimientos de suministro de agua de parte de algunas empresas privadas?

¡A tanto llega la mezquindad de nuestras autoridades ediles!

A lo que quiero llegar es que tenemos mucha agua dulce que desperdiciamos. En nuestro país hay agua más que suficiente para que todos los peruanos tengamos agua de buena calidad, 24 horas al día, todos los días del año, todos los años.

Sin embargo, ese no es el caso. Pero en vez de identificar la verdadera causa del problema, hay personas ideologizadas – políticos, académicos, periodistas, dirigentes, etc. – que atribuyen la falta de agua a las empresas agrarias “que se la llevan toda, y dejan sedienta a la población”. ¡Así dicen esos acomplejados ideologizados!

¿Por qué no mencionan palabra alguna acerca del fracaso estrepitoso de las empresas municipales de agua y saneamiento, ni de la corrupción e inoperancia de estas? Su silencio los delata. Claramente, hay muchos opinólogos – que fungen de adalides del agua – que no se atreven a desenmascarar al Estado por su pésima gestión del agua.

Seamos sinceros. Ica tiene agua dulce, y muchas veces, demasiada. Tanta que el actual Gobierno Regional – lamentablemente, con hartas coimas de por medio – está ensanchando el río Ica para evitar inundaciones como las que ocurren en la ciudad cada cierto tiempo. Ojo, dije inundaciones… aquel fenómeno natural que ocurre cuando el río lleva tanta agua, que se desborda. Incluso, cuando no ocurren los desbordes en Ica ¿acaso los iqueños no estamos todos los años, entre los meses de diciembre y abril, al borde del desastre por inundación de la ciudad? ¿Acaso, todos los años en temporadas de avenida, los iqueños no vemos pasar cualquier cantidad de agua dulce frente a nuestras narices? ¡Como que Ica no tiene agua!

Y para graficar mejor la inoperancia del Estado en cuanto a la gestión del agua para uso poblacional ¿acaso nuestros hermanos charapas en Iquitos, no padecen de falta de agua potable en sus viviendas, a pesar de estar rodeados de agua dulce por todos lados?

Envidia, rencor, complejo, falsedad, politiquería barata… todo eso – y mucho más – denotan los videos ideologizados que el Ministerio de Cultura y la Pontificia Universidad Católica del Perú están propalando contra las empresas iqueñas.

Repito y concluyo. En Ica tenemos agua y en el Perú también… gracias a Dios. Lamentablemente, también tenemos opinólogos ideologizados que no se atreven a decir que tampoco tenemos es un Estado honesto y eficiente para gestionar bien el agua que tenemos. Lampadia




Revolución de la agricultura familiar andina

Revolución de la agricultura familiar andina

La Cuadratura del Círculo – IIG
La Cuadratura del Círculo es un espacio producido por Infraestructura institucionalidad y Gestión – IIG, con la colaboración de
Lampadia como media partner.

Presentamos el siguiente video sobre Sierra Productiva, la verdadera revolución de la agricultura familiar andina.

Participa como invitado Carlos Paredes, coordinador nacional del programa Sierra Productiva, junto con Fernando Cillóniz, Gabriel Daly y Rodrigo Acha, asociados de IIG.

En el contexto del anuncio de la denominada segunda reforma agraria, las propuestas de Sierra Productiva muestran la manera concreta y efectiva de sacar adelante las familias en extrema pobreza rural, dedicadas a la pequeña agricultura y ganadería familiar.

La reforma agraria del gobierno de izquierda de Castillo y Perú Libre se plantea dando la espalda a la agricultura de exportación, que ha puesto al Perú como uno de los mejores proveedores de frutas y hortalizas frescas del mundo, llegando a los mercados más lejanos y sofisticados. Un desarrollo que ha permitido generar trabajo formal en el sector rural que ha mejorado la vida de un millón de trabajadores.

Además, se ha excluido a programas como el de Sierra Productiva, que lleva tecnologías modernas a los minifundios alto andinos, generando aumentos brutales de productividad, acceso a mercados y bienestar para las familias más pobres del Perú.

Estas exclusiones no son un error o un descuido, son parte de un diseño siniestro para politizar el campo y tomar el poder absoluto, a costa de perennizar la pobreza en el Perú.

Recomendamos seriamente escuchar las explicaciones de Carlos Paredes:

Video:

https://www.facebook.com/InstitutoIIG116542486411153/videos/604210367615843/

Lampadia




Majes II: ¿El sueño Arequipeño?

Majes II: ¿El sueño Arequipeño?

Milton von Hesse La Serna
Director de Videnza Consultores
Para Lampadia

La segunda parte del proyecto Majes Siguas es parte del viejo anhelo de la región del sur para conquistar las pampas de Siguas utilizando las aguas represadas del río Apurímac que discurren hacia la vertiente oriental. Este proyecto, que fue concesionado en el año 2010, habría generado -si se hubiese podido implementar de acuerdo a lo planificado-

  • una irrigación de 38,500 hectáreas orientadas principalmente a la agroexportación
  • que hubiera significado la creación de 120,000 empleos directos e indirectos,
  • 1,500 millones de dólares anuales en valor bruto de la producción agrícola y
  • un conjunto de encadenamiento dinamizadores de los flujos comerciales típicos que ya se observan en regiones como Ica, La Libertad y Piura.

El proyecto, sin embargo, luego de más de 20 años apenas presenta un ligero avance físico en su ejecución. Ello debido, principalmente, a razones ajenas al concesionario. ¿Por qué?

  • En primer lugar, por la demanda constitucional que hizo la región Cusco para evitar el uso de las aguas del río Apurímac por considerarlas aguas cusqueñas y no nacionales. Dicha demanda demoró un lustro en resolverse, tiempo durante el cual se tuvieron que suscribir más de 10 adendas para extender los plazos atados a compromisos de ejecución.
  • Desde el 2015, el concesionario inició un proceso de negociación con el concedente -que es el gobierno regional de Arequipa- para mejorar la tecnología del proyecto ante la constatación de “nuevas circunstancias” que afectarían la disponibilidad de agua para poder llegar con el módulo de agua establecido a las parcelas del proyecto. Estas nuevas circunstancias consistían en el aumento de la reserva del caudal ecológico del río Apurímac determinado por el fallo del tribunal constitucional ante la demanda del Cusco, la corroboración de mayores usos informales del agua asignada al proyecto y, finalmente, por haberse constatado una mayor evaporación del agua como consecuencia de las mayores temperaturas atribuidas al cambio climático.
  • Todos estos factores afectarían la disponibilidad de agua para el proyecto y solo se podrían irrigar 27,500 hectáreas sin un cambio tecnológico que permitiera una mayor eficiencia del uso del recurso hídrico. Por ello, contando con la aprobación de la supervisión especializada del proyecto, y el acompañamiento técnico del Ministerio de Agricultura y Riego y del Ministerio de Economía y Finanzas, el concesionario negoció una adenda, la número 13, al contrato de concesión, para que se permitiera pasar de un sistema de canales de riego abierto tradicional por gravedad a uno más sofisticado y moderno que contempla un sistema cerrado de tuberías y presurización del agua, que disminuye las pérdidas en la conducción así como la evaporación y evita costos a nivel de parcela para los agricultores.
  • Luego de 5 años de discusión y paralización del proyecto, las partes en el marco del contrato acordaron los aspectos fundamentales de la modificación contractual -que implicaba US$ 100 millones adicionales- que fue aprobada por Proinversión ante la constatación de que dicha modificación generaba más beneficios que costos y que, de acuerdo a la opinión técnica especializada del MINAGRI y la económica y presupuestal del MEF, valía la pena suscribirla.
  • Luego la adenda, se dirigió al MEF para su constatación de capacidad presupuestal, y -obtenida ella- fue aprobada por el Consejo Regional de Arequipa.

A pesar de lo anterior, la Contraloría General de la República ha observado la adenda a partir de argumentos que -principalmente- cuestionan la capacidad discrecional de todas las autoridades públicas a nivel nacional (Proinversión, MEF, MIDAGRI) y regional (GORE y Autodema) que participaron en la negociación en el marco de sus competencias funcionales y lo establecido en el propio contrato. La capacidad discrecional de los funcionarios públicos es aquella que les permite -sobre la base de un análisis técnico previo- elegir una opción determinada sobre otra, enmarcado dentro de las competencias que les da el marco legal. Así, uno o dos funcionarios de Contraloría, desautorizan un trabajo técnico legal del concesionario y del concedente durante cinco años bajo la atenta mirada de la supervisión especializada independiente, avalados por el ente rector de las APPs en el Perú (MEF), acompañado por la máxima autoridad en riego (MIDAGRI) y aprobado por el organismo especializado en materia de concesiones (Proinversión). La posición de la Contraloría tiene -claramente- no sólo un sesgo ideológico anti APPs sino también se arroga funciones que claramente escapan de sus competencias.

Si a la posición de la Contraloría respecto de la adenda 13 -que es no vinculante pero que advierte que si las autoridades la llevan a cabo se arriesgan a ser sancionados posteriormente- se agregan los vientos populistas de la anunciada segunda reforma agraria que plantea que los módulos de tierra deben ser para agricultura familiar y no empresarial, lo más probable es que Majes II siga siendo un sueño para los arequipeños por muchos años más y no una realidad. Lampadia




¡Campesino, Perú Libre comerá de tu pobreza!

¡Campesino, Perú Libre comerá de tu pobreza!

Alejandra Benavides
Para Lampadia

Este 3 de octubre, Pedro Castillo anunció el lanzamiento de una Segunda Reforma Agraria, conmemorando la fecha del golpe de Estado del dictador Juan Velasco Alvarado y su infame reforma agraria. Con un simbolismo barato, enalteció una fecha nefasta para el país. Si bien Castillo dijo que esta reforma no involucraría expropiaciones, su discurso estuvo lleno de confusos mensajes y de frases incendiarias, instigando la lucha de clases.

La reforma agraria, impulsada por Velasco Alvarado, resultó en la expropiación de más de 9 millones de hectáreas (alrededor de 16 mil fundos), que fueron adjudicadas a alrededor de 400 mil campesinos. Resultó en el empobrecimiento del campo, con un PBI agrícola que pasó de crecer de 2%-3% anual hasta 1970, a crecer menos de 1% en la década siguiente.

  • El sector agrícola hasta 1980 representaba entre 15%-20% del PBI, para luego caer a 10%, sin mayor incremento del PBI total en ese período.
  • El empobrecimiento del agro contribuyó a que entre 1976 y 1981, más de 1 millón de personas tuvieran que dejar sus pueblos, principalmente de zonas rurales hacia las ciudades.
  • Además, resultó en la descapitalización del sector, la destrucción de un banco genético importante, del retraso tecnológico y de la indolente gestión de los fundos, que resultó en su posterior abandono.
  • Luego de ser exportadores netos de alimentos, perdimos la famosa “soberanía alimentaria”, para en 1979 volvernos importadores netos de alimentos.

Gracias a la constitución de 1993, se sentaron las bases para una economía social de mercado abierta al mundo y una base legal sólida. Con eso se pudo negociar la deuda externa y volver a ser un país “elegible”, nos volvimos un país con ambiente propicio para las inversiones y abierto al mundo. Y, uno de los sectores que más ha impulsado el desarrollo del país es la agroexportación. Intensiva en mano de obra, maquinaria, insumos, herramientas, empaques, servicios logísticos, entre otros, genera una cadena de valor inmensa. Además, el régimen especial agrario establecido en 2000 y derogado a fines de 2020, sirvió para impulsar las inversiones en el sector y permitir un régimen ad hoc a su naturaleza.

  • A la fecha, tenemos 21 acuerdos comerciales/TLCs, que permiten que el 96% de nuestras exportaciones lleguen a los mercados más competitivos del mundo y acceder a mercados con poblaciones de cientos de millones dispuestos a comprar nuestros productos. Esto ha contribuido a que entre julio 2020 y julio 2021, se haya acumulado un superávit comercial de US$ 12,517 millones.
  • Nuestras agroexportaciones llegaron en 2020 a US$7,500 millones (13 veces las agroexportaciones en el año 2000), representando 4% del PBI y una recaudación tributaria de más de US$200 millones.
  • Nos ha permitido atraer inversiones locales y extranjeras, y alcanzar posiciones de líder en ranking de exportación: Nº1 en exportación de Arándanos, Nº2 en exportación de Palta, Espárragos y Uvas y Nº3 en exportación de Mangos y Mandarinas, logros que llenan de orgullo.
  • El área correspondiente a agroexportación alcanza a sólo 200,000 hectáreas, y se tiene una cartera de inversión pública para irrigación de nuevas tierras y mejoras, que incrementarían la frontera agrícola en 400 mil hectáreas (Majes Siguas II, Chavimochic III, entre otras). Gracias al valor que generan las hectáreas de agroexportación, la mayor demanda genera un incremento en el valor de la tierra, de la que muchos propietarios de pequeños terrenos y parcelas se han beneficiado – ya sea de su venta o alquiler.
  • La agroexportación en 2018 generó 418 mil puestos de trabajo formales directos, y se estima 900 mil puestos de trabajo indirectos.
  • La formalidad del sector agroexportador pasó de 16% a 25% entre el 2004 y 2017
  • El sueldo promedio en la agroexportación (formal), al 2019, era de s/.1,400 mensual, 50% por encima de la renta mínima vital de s/.930.
  • La tasa de pobreza en las regiones de mayor desarrollo agroexportador, entre 2008 y 2018, cayó más aceleradamente que el promedio nacional (20.5% en 2018, -44% vs 2008) y muy sobre otras regiones: Ica (3% en 2018, -82% vs 2008), Piura (23% en 2018, -53% vs 2008) y Lambayeque (12% en 2018, -68% vs 2008).

A pesar de los logros notables, el gobierno quiere regresar a los tiempos oscuros. Buscan destruir la economía y utilizar la lucha de clases para generar más caos. No hay una propuesta real para que más agricultores puedan incorporarse a la agricultura moderna y la agroexportación, que sólo sucedería con: la construcción de caminos rurales y carreteras, creación de banco de semillas, maquinaria agrícola, riego tecnificado, acceso a fertilizantes e insumos de buena calidad y precios competitivos, entre otros. Pedro Francke ha anunciado que impulsará una banca de fomento agrario, mientras que el actual Agrobanco tiene pérdidas acumuladas desde 2002 de s/.726 millones de soles, con una cartera de créditos al 2020 de s/.144 millones, y una pérdida por castigo de créditos riesgosos por s/.44 millones, un pasivo similar a su cartera de créditos (s/.136 millones). Al 2020, su flujo de caja fue negativo de s/.47 millones, que fue contrapesado con aporte de capital por s/.70 millones.

La historia se repite, con algunas variaciones, para mantener a los agricultores pequeños en la miseria y un aparato estatal grande y corrupto. Finalmente, mientras más miseria, más poder. Lampadia

Referencias

https://www.agrobanco.com.pe/wp-content/uploads/2017/09/ESTADOS-FINANCIEROS-AUDITADOS-2020.pdf

https://www.comexperu.org.pe/articulo/la-fuerza-del-agro-para-enfrentar-la-crisis

https://elcomercio.pe/economia/peru/midagri-sector-agropecuario-anoto-crecimiento-de-13-durante-el-2020-nndc-noticia/#:~:text=El%20sector%20agropecuario%20cerr%C3%B3%20el,Agrario%20y%20Riego%20(Midagri).

https://gestion.pe/economia/agroexportacion-exportacion-empleo-agroindustria-lidera-creacion-de-empleo-vinculado-a-exportaciones-y-supera-nivel-precovid-noticia/

https://agraria.pe/noticias/peru-es-lider-mundial-en-envios-de-arandanos-y-quinua-y-segu-23974#:~:text=Mincetur%2C%20Claudia%20Cornejo-,Per%C3%BA%20es%20l%C3%ADder%20mundial%20en%20env%C3%ADos%20de%20ar%C3%A1ndanos%20y%20quinua,en%20palta%20y%20esp%C3%A1rragos%20frescos&text=Las%20exportaciones%20agroindustriales%20en%202020,%25%2C%20respecto%20al%202019).

https://www.ipe.org.pe/portal/candados-para-los-acuerdos-comerciales/

https://gestion.pe/economia/balanza-comercial-registro-en-julio-su-superavit-mas-alto-desde-que-se-tiene-registro-segun-el-bcr-exportaciones-peruanas-nndc-noticia/?ref=gesr

https://gestion.pe/economia/balanza-comercial-registro-en-julio-su-superavit-mas-alto-desde-que-se-tiene-registro-segun-el-bcr-exportaciones-peruanas-nndc-noticia/#:~:text=Entre%20enero%20y%20julio%2C%20el,registrado%20en%20los%20a%C3%B1os%20previos.&text=Hasta%20julio%20de%202021%2C%20las,al%20mismo%20periodo%20de%202020).

https://elcomercio.pe/economia/peru/ipe-que-impacto-produjo-la-reforma-agraria-iniciada-en-el-peru-hace-medio-siglo-noticia/?ref=ecr

https://www.ipe.org.pe/portal/consecuencias-economicas-de-la-revolucion-de-velasco/#:~:text=Se%20analizan%20las%20acciones%20econ%C3%B3micas,debido%20a%20la%20Reforma%20Agraria.

https://ourworldindata.org/employment-in-agriculture

https://www.comexperu.org.pe/articulo/agroexportacion




Pretenden destruir una joya regada por millones de peruanos

Pretenden destruir una joya regada por millones de peruanos

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

El gobierno pretende destruir algo de lo mejor que se ha desarrollado en el Perú, la agricultura moderna, que lleva frutas y hortalizas de primera calidad a los mercados más lejanos y sofisticados del mundo, creando empleo formal en el sector rural y transformando el campo, el espacio de mayor pobreza en un creciente emporio de prosperidad.

Así lo hemos denunciado hace pocos días. Ver en Lampadia: La finta de la 2da reforma agraria – Gobierno juega a la política con el sector agrario.

Hoy queremos compartir con nuestros lectores un magnífico artículo de Carlos Amat y León de junio de 2017: El gran cambio en el comercio exterior del agro – La Nueva Agricultura Peruana, en el que muestra la gran productividad de la agricultura peruana, que en 180,000 hectárias puede producir el mismo valor que otros países en 2’570,000 hectáreas.

La maniobra política del gobierno se ensaña con el sector que debe concentrar todos los esfuerzos para insertarlo en los mercados internacionales, que permite una transferencia de riqueza desde los consumidores más ricos del mundo, a los productores pobres del Perú.

El desarrollo de las agroexportaciones está a medio camino. Ya cubre gran parte de la costa, la vertiente oriental de los andes con el cacao y el café, y ya empieza a abrcar la sierra con la quinua, la tara, y la papa entre otros. El potencial de desarrollo en la sierra es inmenso, especialmente con los granos andinos y las raíces. Camino ya abierto en los mercados internacionales por la quinua.

Cortar este proceso es un crimen social, que debemos rechazar con toda nuestras fuerzas.

Veamos el artículo de Amat y León:
El gran cambio en el comercio exterior del agro
La Nueva Agricultura Peruana

Carlos Amat y León
Profesor  Emérito Universidad del Pacífico
Ex Ministro de Agricultura
Para 
Lampadia

En aquellos tiempos, hasta mediados del siglo pasado, reinaban los  “Barones del azúcar y del algodón”. La Sociedad Nacional Agraria ponía y deponía presidentes según las circunstancias, manejaban las mayorías parlamentarias, controlaban el Banco Central de Reserva y ejercían una gran influencia en los medios de comunicación. Por entonces, a fines de los años 50´,  los agro-exportadores generaban el 46 % de las divisas y la minería y el petróleo aportaban el resto. Es decir,  la Cerro de Pasco Corporation y la Internacional Petroleum Company. Sin duda, este grupo era la base moderna de la economía nacional y el motor del crecimiento del país. Los  protagonistas políticos de la época fueron el General Manuel Odría, quien derrocó al ilustre jurista José Luis Bustamante al atreverse controlar el tipo de cambio en 1948. Y, por supuesto, el presidente Dr. Manuel Prado (1956–1961) y su Ministro de Hacienda Pedro Beltran, propietario de la hacienda algodonera Montalván, en el valle de Cañete.

Sin embargo, durante las últimas seis décadas, hemos experimentado todo tipo de revoluciones y en todas las dimensiones de la vida nacional. Este orden económico y social ha sido transformado en sus fundamentos  productivos, en la composición y dinámica social y en sus articulaciones con la economía global. En este corto período de historia hemos vivido lo que en Europa ocurrió en seis siglos.

Efectivamente, nuestra más alucinada creatividad no hubiera imaginado en 1960 la metamorfosis de la revolución cubana hasta la Venezuela contemporánea,  la explosión demográfica urbana de  Lima Metropolitana y su transporte público, la reforma agraria y el éxodo campesino, la brutalidad de Sendero Luminoso simultánea con la demolición financiera  del sector público y la hiperinflación de Alan García, la estrangulación y mercantilización del Estado por Fujimori y Montesinos y la sistemática corrupción corporativa, pública y privada, durante los últimos 4 gobiernos, con la excepción de  la primavera cívica de Valentín Paniagua. Y tampoco hubiéramos previsto la masificación del celular y el uso generalizado de internet.

Sin embargo,  en los últimos veinte años, también hemos sido capaces de sostener un crecimiento económico acumulativo, con una tasa promedia anual de 6 %. Esta es una experiencia inédita en la historia de la república. Quizás esta sorprendente acumulación del capital productivo ha rebasado y, en muchos casos asfixiado, la capacidad institucional y la habilidad de las personas para gestionar una actividad económica más compleja y dinámica. Es un hecho que este crecimiento ha reducido notablemente el índice de pobreza a 21%, aunque se debe reconocer la persistente informalidad del 70 % de la economía y de la sociedad, a pesar de las sistemáticas reformas laborales y tributarias para superarla.

Pero en este artículo queremos llamar la atención sobre los cambios en el comercio exterior del agro y el surgimiento de un  nuevo empresariado – los agro-exportadores-, durante este último período. Ellos son uno de los protagonistas de la transformación del país y de la inserción de la actividad productiva en la economía global.

En el cuadro adjunto hemos organizado la información del Boletín Estadístico del Comercio Exterior Agrario del Perú del año 2016, (SIEA- Minagri), seleccionando en la columna de las exportaciones los productos agrícolas cuyo valor(FOB) de exportación se aproximan al valor (CIF) de los  productos importados más importantes.

Por ejemplo, con el valor de la exportación de uva de mesa  (US$ 646 millones) más el valor de los arándanos (US$ 237 millones), se obtiene US$ 883 millones. Con ese monto se puede financiar los US$ 885 millones que cuesta importar los productos derivados de la soya: granos, harinas, torta y aceites.  La cantidad importada equivalente en granos de soya es aproximadamente 2.1 millones de TM.

Lo interesante del cuadro son los términos de Intercambio de recursos. En este caso, el área cultivada que se utiliza en el Perú para exportar ese valor de  uva y arándanos son 30 mil hectáreas. El cultivo de esa área se intercambia con 1 millón de hectáreas que tienen que ser cultivadas por los otros países, para producir la soya que consumimos por un valor de US $ 885 millones. Si quisiéramos producir lo que consumimos (autosuficiencia alimentaria), tendríamos que utilizar algo más de un millón de hectáreas en nuestro país, ya que tenemos rendimientos menores en soya que USA, Brasil y Argentina. En resumen, en el caso de la soya,  la seguridad alimentaria para nuestro pueblo la conseguimos cultivando 28 mil hectáreas de uva de mesa y 2 mil hectáreas de arándanos y nos ahorramos el uso de 1 millón de hectáreas. 

Debemos advertir que este intercambio del uso de áreas cultivadas tiene mayores impactos, ya que también se intercambia el uso hídrico, fertilizantes, pesticidas, herbicidas y la energía para aplicarlas en los campos de cultivo. Además, en los países señalados, se cultiva la soya a escala continental, con un despliegue impresionante de vehículos, maquinaria y equipos para la siembra, cultivo y la cosecha. Adicionalmente al trabajo en el campo, se debe añadir el uso de edificios, instalaciones, almacenes y el transporte para llegar a los mercados. Para construir todo ello, se requiere extraer fierro, producir acero y fabricar la maquinaria, utilizando principalmente energía fósil: carbón y petróleo. Obviamente, la huella de carbono y el efecto invernadero de este millón de hectáreas es enorme.

También habría que hacer el balance entre el intercambio de mano de obra y el tipo de organización empresarial.  Se nos viene a la mente la comparación de la pequeña y mediana agricultura y su impacto en los centros poblados como Ica, Trujillo y Piura, con las empresas corporativas de gran escala en Estados Unidos, Brasil y Argentina.

Un balance similar se muestra con la suma del valor de la exportación del espárrago más el mango por un valor de US$ 850 millones. Esta cifra es muy similar a los  US$ 852 millones que se paga por la importación de trigo.  En términos de recursos, intercambiamos las 34 mil has de espárragos más las 22 mil has de mango que se cultivan en el Perú, con 1´100,000 has que tienen que cultivar los otros países para producir el trigo que nos venden.

En la exportación de palta más capsicums (páprica y pimiento piquillo), obtenemos un ingreso de US $ 526 millones, valor aproximado a los US $ 580 millones que requiere la importación de maíz amarillo. En términos del área utilizada, intercambiamos 52 mil hectáreas por las 390 mil hectáreas cultivadas en los países vendedores de maíz amarillo.

De igual manera se compara en la parte inferior, dos grupos de productos de menor intercambio. Primero se contrasta el valor de la exportación de mandarinas y maracuyá con el valor de la importación de azúcar; y, de otro lado, se compara el valor de la exportación de alcachofa más cebolla con el valor de la importación de arroz.

En síntesis, el 2016, la exportación de diez frutas y hortalizas generan las divisas necesarias para financiar  la importación de los principales alimentos industriales, como la soya, el trigo, maíz amarillo, azúcar y arroz. Y se muestra sobre todo, un extraordinario intercambio de recursos en el mercado internacional: en el Perú usamos 180 mil hectáreas de cultivo, a cambio de 2`570.000 hectáreas que cultivan en el resto del mundo, para abastecer nuestro mercado interno. Pero también es el  intercambio de la pequeña y mediana agricultura peruana con la agricultura internacional corporativa, de grandes extensiones, mecanizada y el uso intensivo de energía fósil.

Especial mención merece el café y el cacao. El primero es el principal producto de exportación con US$ 756 millones y se cultiva en 394 mil hectáreas. El segundo se cultiva en 131 mil hectáreas y se exporta por un valor de US$ 210 millones. Los actores empresariales  en estos casos son el pequeño y el mediano agricultor. Ambos son estratégicos para desarrollar la economía de la ceja de selva y la mejor alternativa para combatir el narcotráfico.

La agro-exportación no se reduce a estos productos. Se exporta 638 partidas arancelarias a 142 países e importamos alimentos de 106 países. Sin duda, nuestro posicionamiento en el mercado es global y creciente. Según ComexPerú, en el primer cuatrimestre de 2017, la agro-exportación se ha incrementado en 5% en un entorno de desaceleración de la economía nacional.

Ciertamente la sociedad y la economía de los “barones de la azúcar y el algodón” no es lo que el tiempo se llevó. Son los agro-exportadores peruanos los que están construyendo un nuevo país.

Se debe aprovechar los Tratados de Libre Comercio para ampliar, diversificar y profundizar la aceptación de nuestros productos en esos mercados, de manera creciente y sostenida.  Por otro lado, se debe reconocer que los procesos de comercialización de las frutas y hortalizas son más complejos y  los protocolos de cumplimiento de las  normas sanitarias, sociales y ambientales son más estrictas. Así mismo, los consumidores de estos productos en los países desarrollados son más exigentes en la certificación de la calidad e inocuidad de los mismos.

Perú ya se posicionó en estos mercados. Utilizando un reducido  número de hectáreas, ya ocupa en la actualidad los primeros puestos como exportador de espárragos, uvas, paltas y mango.  Duplicar o triplicar la superficie cultivada en estos productos no será fácil. Aunque no hay restricción de tierra, ni de agua, ni de energía, ni de tecnología. La tarea es desplazar de los mercados  la producción de los otros países competidores en base a la mejor calidad,  menor precio y oportunidad de venta de los productos.

El gran desafío será el de imprimir en la mente y en el corazón de los consumidores que nuestras frutas y hortalizas “valen un Perú”, al igual que la gastronomía. Pero también debemos garantizar el cumplimiento de nuestros contratos. Por lo tanto, la respuesta consistirá en construir la infraestructura que reduzca los costos de logística, organizar las plataformas institucionales regionales para ofrecer los servicios de gestión de segundo piso, instalar parques empresariales integrados con centros de innovación tecnológica y promover la red de centros de capacitación para formar el staff profesional y técnico calificado. Lampadia




2ª. Reforma Agraria… tan retrógrada y acomplejada como la 1ª.

2ª. Reforma Agraria… tan retrógrada y acomplejada como la 1ª.

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 24 de setiembre de 2021
Para Lampadia

Este Gobierno no achunta una. Concretamente, me refiero a la conformación del Grupo de Trabajo que acaba de convocar el Ministerio de Agricultura, para implementar la llamada 2ª. Reforma Agraria.

Resulta que la convocatoria excluye a los representantes del sector agroexportador. Precisamente, el sector más moderno y competitivo de nuestra agricultura. El sector que – a decir de muchos – constituye una de las agriculturas más productivas y tecnificadas del mundo.

Nótese que la Resolución Ministerial en cuestión, señala que el objetivo del grupo es formular el Plan de Acción para el Desarrollo del Sector. Es decir, de todo el sector.

La pregunta es

  • ¿acaso los productores de frutas y hortalizas – que este año van a superar todos los récords históricos de exportaciones – no son parte del sector agrario?
  • ¿Acaso no hay un encadenamiento productivo – creciente y virtuoso – entre el sector agroexportador y la pequeña agricultura?
  • ¿Acaso no han visto cuánto han crecido – gracias a estos encadenamientos – las exportaciones de paltas de los pequeños productores de Huancavelica, Ayacucho y Apurímac?
  • ¿Acaso no están al tanto de las transferencias tecnológicas de las empresas en favor de los pequeños agricultores, y del millón de empleos formales generados en el sector agroexportador?

Ciertamente, no. Tanto que – como mencioné anteriormente – el sector agroexportador no participará en la formulación del Plan de marras. Y – en cambio – sí participarán los Viceministerios de Políticas y Supervisión del Desarrollo Agrario, y de Desarrollo de Agricultura Familiar e Infraestructura Agraria y Riego.

También participarán las Direcciones Generales de – miren bien – Políticas Agrarias, Gestión Territorial, Estadística, Seguimiento y Evaluación de Políticas, Saneamiento de la Propiedad Agraria y Catastro Rural, Desarrollo Agrícola y Agroecología, Desarrollo Ganadero, Asociatividad, Servicios Financieros y Seguros, Infraestructura Hidráulica y Riego, Planeamiento y Presupuesto, y Compensaciones para la Competitividad. O sea, la crema y nata de la burocracia papeluchera, inútil y corrupta. Entre paréntesis ¡habrase visto tanta burocracia estatal que – a la luz de la realidad – jamás sirvió para nada!

Y por el lado “productivo” – y lo pongo entre comillas porque de “productivo” no tienen nada – participarán la Convención Nacional del Agro Peruano (CONVEAGRO), la Confederación Nacional Agraria (CNA), la Central Única Nacional de Rondas Campesinas (CUNAR), la Junta Nacional de Usuarios de los Sectores Hidráulicos de Riego, la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP), y la Federación Nacional de Mujeres Campesinas Artesanas Indígenas Nativas y Asalariadas del Perú (FEMUCARINAP).

¿Qué Plan de Acción puede salir de ese sancochado? Mejor… ¡ni imaginarlo! ¿Sabrán algo de planificación estos señores? Por lo visto… no. No, porque – aparte de excluir a los agroexportadores – no están considerando a otros actores relevantes como los proveedores de equipos e insumos agrícolas, los distribuidores y clientes de los productos agrícolas, los agentes financieros, las universidades e instituciones de investigación, entre otros.

Además, queda claro que esta gente cree que un Plan de Acción es un documento. En ese sentido – seguramente – en diciembre 2021 van a haber redactado un documento. Puro papel. Más aún, van a tomarse fotos con la carátula del documento… todos agarrados de la mano. Van a sentirse felices de haber producido un documento, denominado Plan de Acción – con miles de hojas – lleno de buenas intenciones. Un documento – como los muchos que produce el Estado – que no servirá para nada.

¡Una pena! Una vez más, el Estado peruano va a atiborrarnos de normas y procedimientos que pocos respetarán. Y que sólo servirán para justificar abusos de poder, consultorías amañadas, y coimas por doquier.

CONCLUSIÓN: Nada bueno debemos esperar de la 2ª. Reforma Agraria, aparte de más pobreza, más informalidad, más desnutrición, más marginación, más delincuencia, más discriminación, más desempleo, y más dependencia alimentaria del exterior. Es decir, más de todo lo malo. A eso nos va a llevar la 2ª. Reforma Agraria retrógrada y acomplejada – similar a la 1ª. – que se está cocinando en el Ministerio de Agricultura. Lampadia




Un país impredecible

Un país impredecible

Jaime Spak
Para Lampadia

Si hace seis meses, alguien me hubiera dicho que el próximo presidente de Perú podría ser Pedro Castillo, no lo hubiera tomado en serio.

Cada cinco años, acostumbramos a pronosticar quien creemos que será el próximo presidente y la mayoría de nuestras predicciones no se cumplen.

Estamos en la víspera de la proclamación de este joven profesor de primaria, que no tiene los méritos para dirigir el país. Y como en un país tan informal como el nuestro se respeta la democracia, que es lo mas formal que pueden tener los pueblos, entonces comenzamos con esa ambigüedad que está muy de moda en el Perú, apoyamos la formalidad en un país chicha, siempre y cuando esto nos convenga.

El Perú es un país impredecible y creo que es la primera causa que no hayamos podido crecer como nación, cada cinco años sentimos que jugamos a la ruleta rusa, y rogamos que el disparo no nos aniquile.

  • En el año 1980, fue elegido para su segundo mandato el arquitecto Belaunde como una muestra de desagravio por el golpe que lo sacó del poder en octubre de 1968.
  • Luego vino el gobierno del joven García, que a los 36 años fue proclamado presidente, se embriagó de poder y condujo el país a una catástrofe económica que contribuyó a una de las crisis mas profundas que hemos tenido.
  • El único que se enfrentó a García, luego de su fallido intento de nacionalizar los bancos, fue Mario Vargas Llosa, quien tenía todos los méritos para sucederlo, pero volvimos a la impredictibilidad y fue elegido Alberto Fujimori, al que las encuestas 5 meses antes lo tenían en menos de 1%.

De estas elecciones tenemos la obligación de sacar conclusiones importantes. La gran mayoría de los 18 candidatos dejaban mucho que desear. No había un solo candidato que nos de la confianza ni la tranquilidad que puede ser un gobernante confiable. Por ello 15 días antes en las encuestas, los indecisos tenían más porcentaje que el que figuraba en primer lugar.

Y en las elecciones, vimos con sorpresa que los primeros acabaron relegados y un joven que 90 días antes encabezaba las encuestas, no logró ni siquiera que uno de sus candidatos acceda al congreso.

Lo que no entienden los candidatos, es que estamos eligiendo a una persona que administre el país y lo lleve por el camino del desarrollo. No deseamos que nos cambien de la noche a la mañana las reglas de juego, ni nos amenacen con una nueva constitución para perpetuarse en el poder.

Entre Castillo y Keiko no alcanzaron ni el 32% de los votos en la primera vuelta, es decir mas de 68% de los votantes no votaron por ellos. Castillo mismo no llegó ni el 20%. Tendría que gobernar para un 80% que no votó por él.

Si eventualmente, no interpreta este resultado, y no convoca a un gobierno de ancha base, su gestión como presidente será muy complicada y nuestro futuro será de nuevo impredecible.

Perú necesita de un nuevo liderazgo, que nos haga volver a creer en la democracia, ese nuevo liderazgo debe incluir a esos jóvenes que no se atreven a ingresar a la política por temor a acabar chamuscados por la prensa y los adversarios. Hay una gran cantidad de gente preparada y honesta que deben de asumir este reto.

No convirtamos al Perú en una sociedad perdida para la política, debemos de rescatar a esta generación preparada, con grandes capacidades para llevarnos por el camino del crecimiento con justicia social, pero imitando a los países nórdicos o asiáticos que han logrado un crecimiento sostenido y no a países de este continente que solo han conseguido con una teoría de izquierda empobrecer a la población, en lugar de llevarlos por el camino del desarrollo.

Si alguna lección nos ha dejado estas elecciones, es que una gran mayoría se ha vuelto a interesar en la política, por temor o lo que sea, pero lo ha hecho y como consecuencia de ellos debe de surgir un liderazgo fresco que nos haga soñar con un país posible. Es el momento de la renovación.

Los antiguos rostros políticos deben de convencer a los que vienen atrás, a tomar las riendas para que no sigamos siendo una generación perdida.

Si dentro de estas personas, no aparecen nuevos rostros, frescos, y capaces de jugárselas por el futuro del Perú, seguiremos en el camino de la impredictibilidad.

El Perú necesita reglas claras, que la economía y la política sumen para que el crecimiento económico nos lleve de nuevo por el camino del desarrollo, lograr bajar la tasa de pobreza y desnutrición. Que la política fortalezca la educación, salud, seguridad e infraestructura.

No podemos seguir jugando con nuestro futuro. Si la nueva generación no entiende que el Perú es un país con un potencial tremendo en minería, agricultura, gastronomía, ciencia, artes y todas las demás manifestaciones, entonces no lograremos transitar por la senda del desarrollo con políticas definidas.

No sigamos jugando a la lotería cada cinco años, seamos un país  predecible. Lampadia




2021… un buen año de agua

2021… un buen año de agua

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 28 de mayo de 2021
Para Lampadia

El tema preferido de los agoreros del clima es la sequía. Hay quienes dicen que con el calentamiento global habrá escasez de agua para toda la humanidad. Para esos videntes de desdichas, la agricultura peruana está condenada a una sequía apocalíptica.

El problema es que luego de los anuncios agoreros, no solo no aparece la sequía, sino todo lo contrario; los ríos se cargan de bote a bote – inclusive algunos se desbordan – y los agricultores brindamos por ello.

A los hechos me remito. Todos fuimos testigos de la gran cantidad de agua que transcurrió por nuestros ríos – entre diciembre y abril pasados – camino al mar. Incluso, muchos no ven – seguramente por temas de soroche – la belleza de las lagunas altoandinas llenas, las pasturas de la Sierra verdes y frondosas, y el ganado sano y bien nutrido. Además ¡qué grato resulta medir la recuperación de los acuíferos subterráneos de la Costa, luego de meses de abundancia de aguas de avenida!

Ahora – acabada la temporada de lluvias – entramos al estiaje, y muchos se lamentarán por la escasez de agua. Pregunto: ¿qué hicieron esos quejumbrosos para retener parte de las abundantes aguas de lluvias que tuvieron frente a sus narices y que se perdieron en el mar? La respuesta es… nada.

Entonces, en vez de quejarse – más bien – hay que actuar como corresponde. Desde las cabezadas de nuestras cuencas – en hermandad entre la Costa y la Sierra, tal como lo hicimos entre Ica, Huancavelica y Ayacucho en el período 2015 / 2018 – hasta las desembocaduras de nuestros ríos en el mar, debemos llevar a cabo lo que se denomina la “Siembra y Cosecha de Agua”.

Arriba – donde más llueve – debemos construir muchos reservorios; pequeños, medianos, y grandes. No importa el tamaño, sino el volumen de agua almacenable por todos los reservorios en conjunto. De eso se trata; de guardar la mayor cantidad de aguas de lluvias posible, para disponer de ellas en los estiajes.

También debemos reforestar y revegetar todas las cabezadas y quebradas. La tala indiscriminada de los últimos años ha dejado a nuestros cerros pelados, lo cual – ante cualquier lluvia, por más pequeña que sea – deviene en mortíferos huaicos que arrasan con todo lo que encuentran en su camino. La vegetación compuesta de bosques y pastizales se constituiría así en una gigantesca esponja natural, que retendría el agua de lluvias, y evitaría la erosión de nuestras quebradas.

La agricultura de secano debe cederle el paso a la agricultura bajo riego. Y el riego en sí, debe tecnificarse a todo nivel. Hay que instalar aspersores de agua en las planicies y quebradas altoandinas, y riego por goteo en las partes medias y bajas de nuestros valles estupendos.

Los acuíferos deben manejarse sosteniblemente. En efecto, el subsuelo sirve muy bien para almacenar grandes cantidades de agua. En ese sentido, los acuíferos se rellenan naturalmente; a través flujos de aguas superficiales (ríos, acequias, surcos, etc.) y artificialmente; a través de procesos de infiltración inducida, tal como se está haciendo en Ica, con resultados muy favorables.

Pero el manejo eficiente del agua implica – también – acciones administrativas innovadoras, tales como tarifas diferenciadas, o lo que en su momento planteamos como “tomas libres”. ¿Qué significa eso? Pues que en épocas de abundancia – llámese, en las temporadas de lluvias, como la que acaba de pasar – casi no se debe cobrar por el agua. Y todas las compuertas deben abrirse para que el agua discurra libremente por todos los cauces y acequias.

En cambio, el agua regulada; aquella proveniente de reservorios y represas debe cobrarse a tarifas que cubran los costos de inversión y distribución del agua. De esa forma, promovemos la infiltración de las aguas de avenida, para – precisamente – recargar al máximo los acuíferos, y hacer uso de las aguas subterráneas en los estiajes. Y todo ello, sin afectar las finanzas de las Juntas de Usuarios

Dicho esto, no podría concluir este artículo sin dar gracias a Dios y a la madre naturaleza, simplemente porque después de un 2020 realmente seco, dispusieran que este año 2021… sea un buen año de agua.

La del estribo. ¡No al estatismo controlista e inoperante! ¡No al totalitarismo opresor y corrupto! ¡No al populismo demagógico! ¡No al marxismo – leninismo fracasado en todo el mundo! ¡No al terrorismo sanguinario y su aliado el narcotráfico! ¡No al candidato violentista que con su matonería – en el 2017 – amenazó y forzó a la bruta a los maestros y escolares de Ica para que no vayan a clases!

Este domingo ¡votemos por la democracia! ¡votemos por la libertad! ¡votemos por el Perú! Lampadia




Grandes irrigaciones con pocos caudales en los andes liberteños

Grandes irrigaciones con pocos caudales en los andes liberteños

NESTOR MENDOZA ARROYO
Gerente Regional de Agricultura de La Libertad
Desde Trujillo
Para Lampadia

Perú tiene dos épocas bien marcadas, una temporada lluviosa con abundante agua (superávit) y una temporada seca con escases de agua (déficit hídrico), las aguas mayoritariamente provienen de las precipitaciones pluviales que se dan anualmente. Se calcula que en el territorio nacional cada año precipita 2 Billones de metros cúbicos y solo se aprovecha 20,000 millones de metros cúbicos que equivale a 1% del agua disponible cada año.

En los andes liberteños nacen varios ríos, cuyas aguas desembocan en el Océano Pacifico y en el Océano Atlántico; desde la planicie del distrito de Quiruvilca, provincia de Santiago de Chuco, se originan las cuencas hidrográficas regionales de los ríos Chicama, Moche, Virú-Huamanzaña y Tablachaca, cuyas aguas nacen y atraviesan territorios liberteños hasta desembocar en el Océano Pacifico; así mismo existen otras cuencas hidrográficas interregionales de los ríos Jequetepeque y el Santa, que nacen en regiones vecinas y atraviesan territorios liberteños para desembocar sus aguas en el Océano Pacifico. Al Océano Atlántico discurren las aguas de los ríos Crisnejas, Chusgon, Cajas, El Ingenio y Puzac.

En las cuencas hidrográficas de los ríos antes mencionados, existen miles de canales de regadío, la mayoría son de tierra y pocos son revestidos con cemento. En las cabeceras de las cuencas se práctica la agricultura familiar cuyas siembras se hacen en la temporada de lluvias, así mismo, existen cientos de pequeños canales de regadío que son construidos de tierra que conducen pequeños volúmenes de agua para riego y son administrados por los comités de regantes; un comité de regantes está integrado en promedio por 50 agricultores, el canal de regadío en promedio conduce 20 litros por segundo en los primeros meses que deja de llover, luego disminuye a la mitad y luego a la cuarta parte, en esos meses de escases entran a regar por turno, conocido como la mita de agua, siendo los intervalos de riego cada 50 días en promedio, en estas condiciones los cultivos entran en estrés hídrico y la productividad disminuye a menos de un tercio de la producción normal. En estas condiciones los agricultores solo riegan entre 2,000 a 2,500 metros cuadrados, por el bajo caudal del agua de riego.

Frente a la escases de agua descrita, el Gobierno Regional de La Libertad representado por el Gobernador Regional Ing. Manuel Llempen Coronel, a través de la Gerencia Regional de Agricultura liderada por su Gerente el Ing. Néstor Mendoza Arroyo, han construido 9,689 reservorios de tierra impermeabilizados con geomembrana HDPE de 1.5 mm de espesor para regar 10,212 hectáreas; el tamaño de los reservorios varían en función al tamaño de la parcela y el caudal del agua de riego, los tamaños de los reservorios son modulares, diseñados desde el R1 hasta el R10, dentro de ellos encontramos reservorios familiares menor a 100 m3, reservorios multifamiliares mayor a 100 m3 y menor a 1,000 m3, y comunales mayores a 1,000 m3, el 75% de reservorios son familiares por la alta presencia del minifundio. El reservorio familiar que tiene mayor aceptación es el R2 cuyas dimensiones son de 10 metros de largo por 5 metros de ancho y 1.70 metros de profundidad, almacena 60 metros cúbicos en promedio, y se llena cada 2 horas con 10 l/seg. ó 4 horas con 5 l/seg. Hecho el reservorio, la mayoría de agricultores están optando por comprar accesorios para la instalación de riego presurizado, un reservorio R2 riega entre 5,000 a 7,000 metros cuadrados de terreno y la productividad de los cultivos se duplica.

Los costos del reservorio R2, entra 120 metros cuadrados de geomembrana que cuesta S/ 1,300; en accesorios se invierte S/ 180; en asistencia técnica S/ 520 y en mano de obra S/ 1,000. El Costo total es de S/ 3,000 por reservorio; los reservorios se coejecutan en convenio con el comité de regantes y las municipalidades distritales y provinciales, el movimiento de tierras hasta su perfilado de taludes de los reservorios familiares lo hacen los agricultores con pico y pala, los reservorios comunales mayores a 1,000 metros cúbicos de capacidad, el movimiento de tierras lo hacen las municipalidades con maquinaria pesada y el perfilado de los taludes los comuneros organizados.

Beneficios de los reservorios.

  1. Los agricultores que sembraban con lluvias lo hacían una vez al año, ahora que su terreno es bajo riego, están sembrando 2, 3 ó 4 veces al año dependiendo el tipo de cultivo.
  2. Cuando sembraban con lluvia, solo trabajaban 3 meses al año, el resto de meses estaban sin trabajo, por lo que migraban a las ciudades en busca de trabajo.
  3. Muchos agricultores que migraron a la ciudad se convirtieron en comerciantes ambulantes, pero con la llegada del COVID 19, muchos tuvieron que retornar a su lugar de origen porque migraron dejando casa y terrenos en abandono.
  4. Los reservorios, para los retornantes a la zona rural, son de mucha satisfacción porque les permite producir alimentos sanos para la familia, tener trabajo los 365 días del año, cultivar hortalizas para la venta diaria.
  5. El servicio del agua potable en la zona rural ha mejorado, porque ya no utilizan el agua potable para regar sus cultivos ahora lo hacen con el agua del reservorio.
  6. El valor del terreno se ha incrementado, una hectárea de terreno al secano vale S/ 15,000 y con riego vale S/ 80,000.
  7. Un terreno bajo riego produce una dieta balanceada (carbohidratos, proteínas, vitaminas y sales minerales) en contra posición de un terreno al secano solo produce carbohidratos (granos)

Si damos una mirada a nuestra sierra peruana, se podrían construir millones de pequeños reservorios en apoyo a la agricultura familiar. En una primera etapa se podrían construir 2 millones de reservorios familiares, con una inversión de 4 mil millones de soles para regar UN MILLON DE HECTÁREAS en convenio del Gobierno Nacional (MIDAGRI) con los Gobiernos Regionales y Locales y los miles de comités de regantes existentes en las cuencas hidrográficas de nuestro país. Lampadia