Entrevista a Socorro Heysen, Superintendente de la SBS
Gestión, 6 de noviembre del 2023
Por: Omar Mariluz y Omar Manrique
“Es prudente que el crédito crezca poco en estos meses, y es lo que va a pasar”
Hay 325,000 afiliados a las AFP mayores de 60 años, próximos a jubilarse, que se afectarían con séptimo retiro porque bajaría la rentabilidad de sus fondos. Ante recesión y aumento de la mora, ente supervisor advierte que se exigirían mayores requisitos de ingresos a quienes pidan préstamos.
Es adecuado que las entidades financieras ajusten las condiciones para otorgar créditos ante el mayor riesgo que implican la recesión y la proximidad de El Niño, sostiene Socorro Heysen. Pese a estimar mayor morosidad en el sistema financiero, asegura que está bien preparado para afrontar el impacto del fenómeno climático. No oculta sus discrepancias con algunos aspectos de la reforma del sistema de pensiones planteada por el Ejecutivo, y adelanta propuesta para la ONP.
En el país hay recesión y se tiene temor de lo que vendrá con el fenómeno de El Niño. En ese marco, ¿cuál es el estado del sistema financiero?
El sistema financiero está fuerte, estable y tiene un nivel de capitalización de 16.3%, por encima del mínimo regulatorio requerido, hoy en 9%, aunque irá subiendo a 10%. Está bien provisionado, pero sí ha venido sufriendo algunos impactos por la recesión y otros factores macroeconómicos experimentados en el último año. Entonces se nota un aumento de la morosidad y que las utilidades de este año son menores que las de años anteriores. Pero el sistema en general está muy bien preparado para enfrentar este fenómeno. Hace poco, Enfen hizo una actualización, con la que por primera vez El Niño severo supera en probabilidad de ocurrencia a la de uno moderado. Cuanto mejor sea la preparación de las personas y Gobierno, menor será el impacto en el PBI y en la calidad de cartera del sistema financiero. Pero da la sensación de que la preparación no viene al ritmo que debería.
¿Cuánto podría afectarse la capitalización del sistema?
En las pruebas de estrés que realizamos, vemos que la capitalización bajaría de 16.3% a alrededor de 15% con El Niño. Afectaría de manera diferenciada a distintas entidades financieras, a unas más que a otras. Por eso coordinamos con el Ministerio de Economía (MEF) la aprobación de dos decretos de urgencia, de contingencia en caso sean necesarios. En este momento, ninguna entidad financiera lo necesita. Si hay un Niño severo, puede que alguna se acoja.
¿Son salvavidas que se están implementando?
Promovimos con el MEF el DU-013, que es un programa de apoyo a la capitalización de cajas municipales y microfinancieras privadas en caso de emergencia. Si la mora subiera demasiado rápido por El Niño severo, la entidad necesita capitalizarse de manera rápida. Con este mecanismo hacemos una especie de puente. Se apoya la capitalización a las entidades que lo necesiten y estas, una vez pasada la recesión y El Niño, con sus utilidades futuras repagan al Estado ese crédito.
¿Está descartado el riesgo de cierres y quiebras?
Esto mitiga el riesgo de quiebra de esas entidades ante una situación como la de El Niño. Las entidades están sólidas, unas más que otras. Y hay algunas entidades que tienen colchones de provisiones y utilidades mayores que les permiten enfrentar un shock más fuerte que otras. En este momento no prevemos cierre de ninguna entidad. Cómo viene el próximo año; eso es otra cosa.
Mora
¿Cómo reaccionarían los otros indicadores del sistema, como morosidad o liquidez?
Hacemos trabajos de pruebas de estrés, que son muy desagregados y diferencian por tipo de crédito, zona geográfica y zonas más expuestas a El Niño. Sería de un punto porcentual el [incremento] deterioro en la mora (hoy en 4.5%).
Pero con la recesión y el impacto de El Niño Costero, que se inició en otoño, ¿habrá un impacto adicional en la mora en este último tramo del año?
Eso es de esperar. Pero el sistema está preparado para enfrentar ese tipo de impactos. Sentimos que el sistema financiero puede enfrentarlo.
¿Se acentuarán las restricciones al financiamiento en estos meses, o hasta cuando se prolongue ese fenómeno?
Lo prudente es que el crédito crezca poco en estos meses, y eso es lo que va a pasar. Las entidades financieras analizan caso por caso. Pero, en términos agregados, no esperamos un crecimiento del crédito fuerte.
¿Qué tan prolongado puede ser el impacto de la recesión?
Todos queremos que el PBI se reactive y que la recesión pare, porque una prolongada es mala para todos: para la economía de las personas, de las empresas y del país, y también para el sistema financiero, pues crece menos y genera menos utilidades y, por tanto, menos oportunidades de crecer a futuro.
Círculo vicioso
Si familias y empresas no piden créditos, todo se va enfriando.
Hemos vivido un periodo muy largo de un círculo virtuoso durante casi todos los primeros 20 años de este siglo, y ahora estamos en un círculo vicioso. Eso hay que romperlo, generando condiciones para la inversión privada, con estabilidad política, regulatoria, sabiendo que no van a cambiar las reglas de juego a cada momento. El Niño es algo negativo para el país, pero tenemos que pensar en que para que haya crecimiento e inversión tenemos que dar condiciones de estabilidad regulatoria, para que las empresas tengan predictibilidad.
¿Y no se está dando eso?
Hay anuncios y proyectos de ley que pueden generar cierta inestabilidad regulatoria. En el Congreso anterior hubo muchas leyes que se aprobaron, negativas para la economía. Esperamos que en este Congreso no suceda lo mismo. Hay muchos proyectos de ley muy parecidos a los aprobados en el Congreso anterior, pero no ha habido aprobación de esos proyectos en este periodo congresal.
Fitch dice que uno de los principales problemas del país es de índole política, de gobernanza, que socava la inversión y el crecimiento futuro. ¿Es el gran problema estructural que tenemos?
Sí. Es algo que nos está afectando. También tenemos una arquitectura de sobrerregulación en muchos aspectos, que ya está aprobada y que ya cargamos, incluso para entidades públicas. Son una carga que hace muy difícil los procesos de contratación.
¿Cuáles son los proyectos ya aprobados más nocivos para el sistema financiero?
En el Congreso anterior se aprobó la llamada Ley de la Usura, que introdujo los topes a tasas de interés. Es una mala ley. Nunca debió aprobarse.
Retiros
El Congreso, ante una situación tan complicada, sigue apostando por un séptimo retiro de fondos de las AFP. ¿Qué tan profundo puede ser su impacto?
Con los seis retiros anteriores, en total salieron S/ 88,000 millones, y eso implica que los afiliados dejan de pagar el 4.5% por Essalud. Son S/4,000 millones que, a valor presente, va a dejar de recibir Essalud. No tiene sentido ese proyecto de ley.
¿Hasta qué punto el Sistema Privado de Pensiones puede seguir resistiendo retiros?
Cuanto más fondos se retiran, hay una serie de efectos de corto y largo plazo. Los de largo plazo tiene que ver con la mayor probabilidad de que las personas sean pobres durante su vejez; y también está la menor posibilidad de crecimiento de largo plazo del país, así como una mayor probabilidad de que nos retiren el grado de inversión. En el corto plazo tenemos impacto sobre los portafolios del sistema de pensiones. Hay personas que no retiraron y que se van a jubilar pronto, pero como los otros retiraron fondos, la estructura del portafolio de las AFP quedará desbalanceada. Entonces se afecta en el corto plazo a personas que están muy cercanas a la edad de jubilación.
¿Cuántas son las personas que, estando próximas a jubilarse, tienen un fondo cuya rentabilidad se afectará por séptimo retiro?
Hay 633, 000 personas mayores de 50 años que podrían afectarse por un nuevo retiro. Y son 325,000 los mayores de 60 años que también se afectarían.
¿Qué opinión tiene la SBS sobre la propuesta del Ejecutivo para la reforma del sistema de pensiones? ¿Se trabajó en consenso con la SBS?
La reforma tiene muchos puntos positivos y es estrictamente necesaria e impostergable. Hemos sido parte de la comisión que trabajó el proyecto de reforma. Hay algunos detalles con los que probablemente no estamos de acuerdo, porque en toda comisión siempre hay consensos y elementos que se aprueban por mayoría y no por consenso.
¿Qué se podría ajustar, según la SBS?
La reforma propone que, si la persona a los 19 años no ha elegido el sistema de pensiones, se afilie por default al sistema público, que es de reparto; y eso es alterar el default actual (las personas que no elijen se afilian al sistema privado). La diferencia no es entre público y privado, sino entre cuentas individuales y sistema de reparto. Si se afilia por default al sistema de reparto, se va a generar problemas de largo plazo y financiamiento. El default debe ser de cuenta individuales. Eso hay que cambiarlo [en la propuesta del Ejecutivo].
¿Y es realista en la reforma abrir la cancha a otros jugadores?
Eso tiene pros y contras. Tiene la ventaja de generar más competencia, que podría ayudar a bajar comisiones y generar más rentabilidad, pero el problema es que hay una serie de entidades cuyo negocio no es ese. Entonces abrir a bancos, cajas municipales, cajas rurales o financieras que no están preparadas para hacer el tipo de trabajo que se hace para pagar una pensión. El portafolio de inversiones de las entidades financieras es mínimo. Y si abrimos a todas las cajas y bancos, cada uno va a tener un poco del fondo de pensiones para administrar. ¿Se va a generar un portafolio de inversiones balanceado para las 10 personas que se van a afiliar a cada entidad? No se justifica. De qué estamos hablando. Me parece que se está vendiendo humo.
¿Qué entidades sí estarían en condiciones de manejar fondos de pensiones y competir con las AFP? ¿Las aseguradoras?
Las aseguradoras tienen un esquema de manejo de portafolio distinto. Si frenamos los retiros, logramos un sistema con incentivos para que haya aportes de independientes e informales, y aumentamos el tamaño y número de afiliados del sistema, tendremos un portafolio mucho más grande para ser administrado. Ese portafolio atraerá a nuevos jugadores y la competencia se va a generar de manera natural. No se trata de forzar la competencia. Tenemos la población suficiente para que, con un buen diseño del sistema de pensiones, haya dos o tres jugadores más.
Ahora que en la reforma se propone que independientes e informales aporten al sistema de pensiones, ¿se podría permitir que la frecuencia de aportes se adecúe a su posibilidad?
Creo que sí. Tendríamos que mudarnos a un sistema de pensiones que no piense en que el afiliado es un asalariado, sino en la diversidad de afiliados. Es perfectamente factible en una reforma. Pueden ser aportes semanales o trimestrales. Depende de la regularidad de los ingresos de la persona. Se debería generar una arquitectura que facilite ese tipo de aportes.