Por Remy Balarezo Núñez, Candidato a Doctor en Administración y Dirección de Empresas de la Universidad Complutense de Madrid
Los últimos acontecimientos ocurridos en la región de Arequipa debido al rechazo del proyecto de Tía María nos debería llevar a la reflexión a todos los peruanos y empresarios, más aún estando a menos de un año de las elecciones presidenciales. El no reflexionar y considerar algunos factores podría llevar nuevamente al Perú a perder 5 años más de crecimiento, desarrollo y reducción de la pobreza, siendo los más perjudicados las personas más pobres de nuestro país.
Recuerdo cuando estudiaba el MBA uno de nuestros profesores al iniciar la clase siempre nos preguntaba: ¿Cuál es el problema? con la finalidad de plantear alternativas que solucionen el problema. Con el permiso del lector me gustaría tratar de encontrar el problema que está llevando a que las inversiones mineras sean vistas como elemento negativo para la economía, la sociedad y el medioambiente de nuestro país.
La bandera que en los últimos años han llevado los llamados «anti – mineros» contra los principales proyectos mineros de nuestro país ha sido la contaminación medioambiental. ¿Pero desde cuando viene esta preocupación por el medioambiente? y ¿Porqué especialmente contra la minería moderna, formal y multinacional? Pues tendríamos que retroceder unos 26 años atrás, específicamente en la caída del muro de Berlín, cuando el comunismo fracaso en el mundo. Pues bien, muchos de los grupos políticos, países, etc. que dependían de la antigua USSR quedaron sin el financiamiento y sin el ejemplo para continuar con la búsqueda de implantar el pensamiento comunista y anti -capitalista en sus regiones. En los años 90s, el Foro de Sao Paulo convocó a pocos líderes comunistas, liderado por Cuba, y estos señores veían como cada vez tenía menos cabida su pensamiento antidemocrático y anti liberal no solo en occidente sino también, en regiones como Latino América y Europa del Este. Ante su pérdida de poder, tenían que tomar la bandera de algo, con la finalidad de conseguir dinero y nuevamente poder. Es así que ven la oportunidad de cambiar su visión, formando primero los movimientos anti – globalización y luego los defensores del medioambiente, con la finalidad de conseguir nuevamente: poder, dinero y aceptación del público ya que no se presentarían como guerrillas o revolucionarios. De esta manera se forma el llamado «Socialismo del Siglo XXI» formado por Chávez y Cuba con la finalidad de vender a los pueblos una «democracia» que velará los intereses de los pobres y del medioambiente. Con la cantidad de dinero que reciben estos grupos pro – ambientalistas provenientes de países como la Unión Europea, Venezuela y USA, los brazos operativos que son las ONGs han sido los que han iniciado su «lucha armada» contra la minería formal, moderna y no contaminante, bajo la bandera «medioambiente si, minería no».
Ahora bien, ¿son ellos los abanderados a ser los cuidadores del medioambiente de nuestro país, así como la izquierda peruana hoy día es la llamada a indicar que es moral y que no? Pues en mi humilde opinión no! La búsqueda del desarrollo sostenible, en primer lugar no ha sido nunca una iniciativa de estos grupos políticos y ONGs. Esta iniciativa se inicia a través de la ONU, especialmente con el informe Brundtland en el año 1987 y luego fomentado por empresarios en el año 1992 en el Rio Earth Summit. En segundo lugar el desarrollo sostenible no está y nunca ha estado, en contra de la generación de riqueza de las empresas. Para que todos lo tengamos claro y no nos dejemos engañar, el desarrollo sostenible indica que toda empresa debe buscar tres beneficios de manera simultanea: económico, social y medioambiental. Si se cumple eso, las generaciones futuras no estarán en peligro y por lo tanto se asegura un consumo y vida sostenible. En países como el Perú, en donde el Estado, lamentablemente no posee los recursos ni la capacidad de poder satisfacer todas las necesidades básicas de la población, de brindarles oportunidades de desarrollo y de sacar de la pobreza a muchos peruanos, es la empresa privada (peruana ó extranjera) la que ayuda a realizar eso (Cfr. Schidheiny 1992). De esta manera el Estado y la empresa privada ayudan en realizar el desarrollo del país. Si esto se cumple, es por que la empresa está buscando y tiene como objetivo el desarrollo sostenible.
Ahora pongamos en práctica el concepto de desarrollo sostenible al proyecto Tía María. En cuanto al resultado económico la empresa Southern obtendrá resultados que le permitirá remunerar a sus accionistas, cumplir con sus obligaciones y pagar sus impuestos. Además con la utilidad generada podrá re-invertir en el mismo proyecto, en nuevas tecnologías y en nuevos proyectos. Como beneficio social, el proyecto traerá una mejora económica a la región de Islay producto del comercio, hoteles y restaurantes, favoreciendo a los campesinos que podrán vender sus productos a estos comercios, etc. Además con el canon minero, el dinero puede ser destinado a la infraestructura de la región, a las escuelas, etc. No solo se beneficia esa región si no todo el país. Por ejemplo, en el año 2007 la minería fue el sector que más aportó a la producción nacional del Perú con un 9.6% [1](por encima del comercio). Del total de insumos consumidos en la economía peruana, la minería consume el 44% de estos[2], y de acuerdo a un estudio realizado por el Instituto de Economía del Perú por cada USD 1,000 millones de incremento de las exportaciones mineras, el PBI nacional se incrementa en USD 1,470 millones y se crean 78, 156 puesto de trabajo nuevos (directos más indirectos). Saquen sus cuentas para el proyecto Tía María y vean los beneficios que traerá a la sociedad peruana (empleo, reducción de la pobreza, etc.).
Finalmente en cuanto al resultado medioambiental. El proyecto va ha desalinizar el agua del mar, con lo cuál no va ha afectar ningún campo de cultivo ni río. Además hoy en día, como demuestra esta tecnología de desalinización, la minería moderna cuenta con tecnologías limpias que le permiten realizar sus actividades mineras sin prejuicio hacia el medioambiente (recomiendo el estudio de la consultora Accenture sobre las prácticas medioambientales de las mineras globales: http://www.accenture.com/gb-en/Pages/insight-mining-metals-sustainable-world.aspx). Hoy en día las mineras globales, como es el caso de Southern, cumplen con los distintos requisitos medioambientales, certificados medioambientales y aprobaciones medioambientales de los Gobiernos. Como verán la empresa busca obtener los tres tipos de resultado y por tanto cumplir el desarrollo sostenible.
Como se puede observar, la empresa cumple con los requisitos para cumplir de cierta manera el desarrollo sostenible, ¿por que entonces tanto desmán contra ellos y ningún desmán contra la minería informal? Estos grupos «anti – mineros» empezando por Tierra y Libertad, en lugar de buscar el desarrollo sostenible de nuestro país lo que buscan es la pobreza sostenible del Perú y creo que es momento que políticos, empresarios, académicos y la ciudadanía en general empiece a luchar frontalmente con estos grupos comunistas disfrazados en «lo medioambiental» con ideas, explicaciones y ejemplos de éxito, sino la culpa no será de la población sino de los que defendemos la libertad, la democracia y la economía de mercado sostenible.