Entrevista a Pepe Chávez Tejada, gestor cultural
Por Mijail Palacios
Dice que el arte le salvó la vida, aquella que parecía apagarse cuando falleció Violeta, hace 21 años. “Mi madre es el amor de mi vida”, dice sobre la pena que nunca se irá. Entró en una depresión profunda, que parecía no tener escapatoria. Pero su tía y pintora Teresa Tejada, o segunda madre como la llama, su hijo y hermanas fueron una motivación para volver al lienzo. Se refugió en la pintura y, a los 33 años, volvió a nacer el pintor.
Dice que desde niño ya sabía que era pintor, aunque la tradición familiar, que empieza con su abuelo, pionero del comercio en Cajamarca, allá por 1930, pesó más. Pero la visión empresarial lo llevó a crear la Asociación Cultural Artesano, donde concilia la gestión y la creación. Con dos libros publicados y variadas exposiciones de arte a cuestas, hoy retoma una publicación sobre Bambamarca, que completará una suerte de trilogía junto a las que le rinden tributo a Chugur y Hualgayoc.
Dice que la fotografía también fue una tabla de salvación. Llegó la pandemia y con ella la frustración, porque se trajo abajo el proyecto sobre Bambamarca. Empuñó la cámara fotográfica, dejó atrás la quietud del fundo El Molino de la Hualanga, a 1.5 km de la ciudad, donde vive, y salió a las calles del Centro Histórico, cada domingo por cuatro meses, desde abril de 2020, para retratar la ciudad sin sus habitantes, la ciudad y su intimidad, la belleza del silencio cajamarquino.
-En medio de un nuevo aniversario de su independencia, ¿cómo está Cajamarca?
Realmente, no es alentadora la situación de Cajamarca. Antes tuvimos un gobierno izquierdista, del señor Gregorio Santos, que hizo una desastrosa gestión, una de las peores, y ahora tenemos un gobierno del señor Mesías Guevara que no ha hecho ninguna obra de envergadura y con una tendencia izquierdista, que no tendría nada de malo, pero es de esas izquierdas que en el Perú no funcionan para nada. Cajamarca está muy atrasada a pesar de que tiene la mina más grande de Latinoamérica y de las más grandes del mundo: Yanacocha. Tiene proyectos paralizados como Conga, donde el tema del agua no tiene nada que hacer, es algo netamente político. Hay minas que tienen mucha responsabilidad social, como Coimolache; tienes un cinturón de cobre. Cajamarca debería ser el mayor productor de cobre del Perú y me parece que del mundo con todo el potencial que tiene. Lamentablemente, no se le da importancia. Cajamarca debería ser una de las regiones más ricas del Perú y ya debería ser considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad, por los antecedentes históricos y culturales. En Cajamarca se produjo el encuentro de dos mundos hace ya casi 500 años, que se conmemorará en 2032, pero no ocurre por la pésima gestión de los políticos que hemos tenido, con excepción de Alfonso Barrantes y Javier Alva Orlandini.
-La Plaza de Armas de Cajamarca está debajo del pedazo de cielo más hermoso que se pueda ver; ese diálogo es impresionante.
Y la pileta de la Plaza de Armas es una de las más antiguas, tiene algo más de 300 años. Se dice que Cajamarca es la más hispana de las ciudades del Perú, y no se equivocan porque posee las iglesias más emblemáticas en lo que respecta al barroco cajamarquino, único en el mundo. Hay un patrimonio arquitectónico único.
-Y usted ha publicado libros sobre Hualgayoc y Chugur.
A través de la Asociación Cultural Artesano, que dirijo, produje dos libros de lujo, y hay un tercero que estamos trabajando que se llama Bambamarca, tierra de los Coremarca, proyecto desarrollado gracias a la empresa privada, especialmente a Raúl Benavides, uno de los principales ejecutivos de Buenaventura, comprometido con el tema humanístico, cultural. Estos libros emblemáticos, escritos con el apoyo del escritor William Guillén, resumen la historia, cultura, identidad, personajes y leyendas de estas poblaciones, y sirven para empoderar a la gente y mostrarse ante el mundo.
-En el plano cultural, ¿cómo está la región?
Cuenca, en Ecuador, es prima hermana de Cajamarca, se parecen mucho. Cuenca tiene 21 museos y Cajamarca ahorita tiene con las justas una casona que han puesto en valor y no hay más; tenemos una casona de la Universidad Nacional de Cajamarca que es un museo que da pena. La cultura está por los suelos. Mira, tenemos el clarín, un instrumento mágico y único; estoy tratando de sacar un libro en castellano y quechua dedicado al clarín, pero ni el gobierno regional ni la municipalidad hacen caso. Cajamarca tiene los mejores pintores del Perú pero no se les promociona; ahí tienes a Sabogal, Camilo Blas, entre otros.
-Usted también es pintor. ¿Lo hizo mirando el reflejo de estas figuras?
Nazco pintor. Provengo de una familia de artistas.¨ Mi abuelo fue arquitecto autodidacta, también pionero del comercio; mi segunda madre o tía, Teresa Tejada, fue egresada de Bellas Artes, y quien me motivó a pintar.
-Y la pandemia lo motivó a fotografiar la ciudad. ¿Cómo es Cajamarca en silencio?
Hay una soledad y paz increíbles. Pude fotografiar a mi bella ciudad en espacios que nadie, o muy pocos, han podido hacerlo. El proyecto se llama Cajamarca: Belleza, soledad y coraje. Belleza porque de por sí se muestra todo el encanto de mi ciudad; soledad por el espacio en silencio; y coraje porque muestra la resiliencia ante la tragedia sanitaria.
-¿El temor de salir en medio de una pandemia que empezaba dónde quedó?
Tenía tanta bronca y dije: “Esto no me va a detener”. Me protegía con todos los implementos de seguridad y salía a recorrer todo el espacio del Centro Histórico. Fue como saborear a mi ciudad.
-Si en ese momento encontró belleza, soledad y coraje, ¿hoy cómo describe a Cajamarca?
Tristeza y decepción. La cultura e identidad se están yendo para abajo y las autoridades hacen casi nada. Cajamarca puede convertirse en el Cusco del norte del Perú, y por eso hago lo que me apasiona, y también como homenaje a mi madre y mi tía, o segunda madre.
AUTOFICHA
– “Soy José Luis Chávez Tejada, más como conocido como Pepe. Nací el 14 de julio de 1965, en Cajamarca, en la misma ciudad. Soy el primero de seis hermanos. El nombre de mi padre es José Luis Chávez Alfageme, trujillano, está vivo, uno de mis grandes soportes”.
– “Tengo un hijo llamado Renato, es arquitecto. Está haciendo una maestría en Granada, Europa. También es ilustrador, gran pintor, una parte importantísima de mi vida. Estudié en el colegio Maristas Cristo Rey; por eso tengo tanta devoción por la Virgen María”.
– “Me dediqué al tema comercial. Mi padre es profesor y mi madre se dedicaba a los temas comerciales. Mi abuelo Tejada Becerra fue pionero del comercio en Cajamarca, más o menos en 1930. Me encantaría ver a Cajamarca como un destino turístico de primer nivel, y quiero mostrar toda su belleza”.