Durante un último viaje astral conocí a un marciano que resultó haber sido un gran economista intergaláctico.
Curiosamente, su especialidad era la paleontología económica. Extrañado de esta rama de la Economía, le pedí me explicara los secretos de su oficio.
– ¿De dónde vienes?, me preguntó.
– Del Perú.
– ¿Y cuántos años tienes?
– Cuarenta y uno.
– ¡Entonces -dijo-, debes tener una buena idea de lo que ha pasado en tu país en los últimos 30 años!
– ¡Pues, sí!, respondí.
– Dame, entonces, un concepto económico que creas represente un residuo de lo acontecido durante ese tiempo.
Bueno. Pero, qué difícil, decía y pensaba yo…
– ¡Ya, profesor: estancamiento de las exportaciones!
– Muy bien, vamos, ayúdame a recorrer tu pasado… Mira, si las exportaciones estuvieron estancadas, también lo habrán estado las importaciones. Por lo tanto, el sector externo no pudo crecer. Ustedes habrán orientado su economía hacia adentro.
– Mmm.
– Esta orientación, por mucho tiempo, lleva también a la economía en conjunto al estancamiento, al no ser muy grande tu propio mercado. En este ambiente, el Estado no genera suficientes recursos y opta por cubrir sus gastos, ya sea creando inflación o interviniendo en la economía, regulando precios, criticando al inversionista por no hacer crecer la economía y, por último, reemplazándolo.
– Así es, así es.
– Finalmente, esto produce un Estado muy grande en una economía muy chica.
– …Claro
– Y esto trae corrupción y mercantilismo. Sin embargo, esto no puede haber sucedido sólo en tu país por tanto tiempo; tiene que haber sido algo regional. Todos los países de tu región habrán tratado de hacer lo mismo.
– Si, pues.
– Bueno. ¿Qué tipo de políticos habrán tenido ustedes? Políticos poderosos que reparten privilegios entre pocos y sólo esperanza y resentimiento entre muchos… Sus políticos, este tiempo, tienen que haber sido populistas; sí… tienen que haber sido populistas. En fin, un ambiente triste, de rapiña, de pelea por las pocas migajas de la torta de una economía pequeña…
– ¡No siga, por favor! Me hace revivir tiempos que, espero, no vuelvan.
– Entonces, vé; vé pronto a tu país y diles que no descuiden las exportaciones.