Martín Naranjo
Perú 21, 4 de agosto del 2025
En 1997, en el equipo directivo de la SBS, sabíamos que lo que debíamos enfrentar implicaba migrar hacia un esquema de regulación y de supervisión distinto.
“Y tú, ¿qué has hecho por el Perú?” preguntaba Socorro Heysen, a bocajarro, con su calma característica, a muchos de los postulantes al Programa de Extensión de la SBS. No era una pregunta hostil; al contrario, era una forma amable de distinguir a los que estaban listos para asumir una misión especial. Esa pregunta cambia la forma de ver el Perú y, además, muestra cómo se cimenta una cultura de contribución desde el primer contacto.
A lo largo de los años, el Programa se ha convertido en la vía principal de acceso a las áreas técnicas de la SBS. Hoy, más de la mitad de los jefes de línea son egresados del Programa. En la SBS, muy reconocida por su rigor técnico y por sus capacidades, está muy claro que este reconocimiento no ha sido ninguna casualidad. Ha sido una política deliberada de largo plazo, una apuesta decidida por el talento como eje de transformación de la institución.
En 1997, en el equipo directivo de la SBS, sabíamos que lo que debíamos enfrentar implicaba migrar hacia un esquema de regulación y de supervisión distinto. Esa certeza nos obligaba a una transformación institucional que requería cuadros con una vocación de servicio superior y con una formación técnica que en esos momentos no se ofrecía en el Perú. Además de las aptitudes técnicas había que ser capaz de actuar bajo presión, tomar decisiones difíciles y hacerlo sin perder de vista el interés del país.
Fue por eso que optamos por crear el Programa de Extensión, un curso intensivo de tres meses para formar y reclutar a jóvenes sobresalientes de todo el país. Inspirado en el modelo del BCRP, pero adaptado a las necesidades de la SBS. El Programa no fue pensado solo como un curso. Fue diseñado como una puerta de entrada, una muralla meritocrática y un semillero de líderes. Se concibió como una herramienta esencial en la dinámica de gestión del capital humano y de transformación cultural en una institución clave para el Perú.
Pusimos en marcha el proyecto sin mayor presupuesto y con el tiempo en contra. El apoyo del BID, que agradecemos infinitamente, fue crítico. Igualmente, fue muy importante la participación de la Reserva Federal y de los profesores de las mejores escuelas del mundo. La Universidad del Pacífico convalidó el Programa como equivalente a la mitad de su maestría en Finanzas. Casi treinta años después, el Programa sigue vigente. Sigue formando líderes y sigue transmitiendo una forma de entender el servicio público como una vocación especialmente exigente.
El Programa de la SBS encarna algo que el Estado peruano necesita con urgencia: instituciones meritocráticas que ejercen su autonomía con calidad humana y profesional. En nuestro país, hay talento suficiente para lograr que el Estado funcione mejor. Por eso, cada vez que veo a un nuevo grupo de jóvenes atravesar por el Programa, recuerdo cómo empezamos y, sabiendo que han vuelto a responder a esa pregunta, me alegra sobremanera que hayan vuelto a elegir ese camino.
Y usted, querido lector, ¿qué ha hecho por el Perú?