Martín Naranjo
Perú21, 13 de noviembre del 2025
«Esta línea nació a partir del análisis de los reclamos gestionados por la Defensoría del Cliente Financiero de Asbanc».
La línea de emergencia 1820 de Asbanc, que recientemente ha sido premiada por la Asociación Nacional de Anunciantes, es un ejemplo claro de cómo la analítica de datos, aplicada a un problema específico, puede generar valor para miles de clientes. Esta línea nació a partir del análisis de los reclamos gestionados por la Defensoría del Cliente Financiero de Asbanc.
La mayor parte de estos reclamos están relacionados con operaciones no reconocidas, muchas veces derivadas de suplantaciones por robos de tarjetas o celulares. El problema se agravaba por la dificultad de recordar el número de contacto del banco para bloquear con rapidez tarjetas y aplicaciones. Hoy, la línea de emergencia 1820 permite conectar con todos los bancos y bloquear en menos de tres minutos. Así, actualmente, más de 7,000 cuentas son bloqueadas al mes, demostrando cómo el uso de los datos permite una respuesta muy efectiva.
La estadística es un arma poderosa, no solo en el sector financiero, sino también en muchos otros campos, como la gestión o las comunicaciones. En la gestión, las decisiones ya no dependen exclusivamente del instinto o la experiencia; ahora se basan en modelos predictivos. Recursos Humanos estima el desempeño futuro de candidatos, Riesgos detecta fraudes en tiempo real y Marketing personaliza cada oferta según patrones de comportamiento por geografías y demografías. El criterio experto no desaparece, pero se somete al escrutinio de la evidencia.
Asimismo, la estadística permite hoy que las comunicaciones se optimicen en tiempo real. Medimos el alcance, la interacción y el sentimiento en redes sociales y en medios masivos; monitoreamos la reputación de nuestras marcas y ajustamos campañas sobre la marcha. Lo que antes se atribuía al instinto comunicacional, ahora se gestiona con analítica de audiencia, microsegmentación, prueba y error, y seguimiento permanente.
La estadística también es crucial en la gestión de las relaciones institucionales. Esta gestión se basa hoy en mapas de actores, modelado de comportamientos y análisis predictivo. Anticipar iniciativas, simular sus efectos y evaluar su probabilidad de avance son prácticas habituales en un entorno donde la analítica ya no es un accesorio, sino el núcleo de la toma de decisiones.
En este contexto, la ignorancia estadística es una vulnerabilidad seria. La paradoja de este nuevo mundo no es la falta, sino el exceso de información. Por eso, la buena estadística —la que cuestiona y contrasta— es una herramienta fundamental que nos permite distinguir lo anecdótico de lo significativo. Desde la estadística clásica hasta la ciencia de datos y la inteligencia artificial actuales, la detección de patrones y la extrapolación son cada vez más automatizadas, más efectivas y más autónomas.
La estadística no es solo contar frecuencias; es un metalenguaje para formar criterio y contar nuevas historias. Un dato no siempre puede matar un relato; sin embargo, un relato o una narrativa que ignore los datos siempre correrá un riesgo alto de derrumbarse ante la evidencia.