Álvaro Ríos
El Comercio, 28 de agosto del 2025
Juan Manuel Saldarriaga
REPORTE. El gas de Camisea no satisfará toda la demanda interna a partir del 2038, alerta informe de GELA. Esto, por falta de actividad exploratoria y nuevos hallazgos. Las tarifas de gas y de electricidad podrían triplicarse, siguiendo los pasos hacía lo que hoy ocurre en Bolivia.
El Estado Peruano está abocado a masificar el gas natural de Camisea con ambiciosas iniciativas, como el proyecto Siete Regiones, el cual busca llevar este asequible energético a 14 ciudades de la sierra central por un horizonte de varias décadas. ¿Pero qué dirán los habitantes de esas localidades si un día el precio del gas se duplica y hasta triplica e incluso enfrente restricciones?
Esa visión, que hoy oscurece el futuro de Bolivia, se podría materializar en el Perú como consecuencia del creciente agotamiento de nuestras reservas de gas natural, debido a la falta de exploración y la escasez de nuevos descubrimientos, apunta Álvaro Ríos, socio fundador de la consultora Gas Energy Latinoamérica (GELA).
Así, la empresa pronostica que el Perú se enfrenta a la posibilidad de tener que importar gas natural (más caro) en unos 10 o 12 años, lo que acarreará el incremento de los precios de la energía eléctrica y las tarifas domiciliarias de gas en 100% y hasta 200%.
Esto, siempre y cuando “no se haga algo para promover la exploración” y reponer reservas. Es decir, si se mantiene la situación actual, remarca Luis Fernández, socio director de GELA. Y es que el país no ha realizado un solo nuevo descubrimiento importante de gas natural desde el 2013, manifiesta Luis Bianchi, exgerente de exploraciones de Perú-Petro.
Perú-Petro reporta una reducción de 93% en inversión en exploración, desde los US$502 millones asignados en el 2014 hasta los escasos US$38 millones para el 2024.
Consecuencia directa de esto es el desplome de las reservas probadas de gas natural, desde 12,9 TCF (trillones de pies cúbicos diarios) en el 2017 hasta 7,9 TCF en el 2023. Esto es, una caída de 39% en seis años.
¿Por qué no se hace exploración? Un factor determinante es la tramitología/burocracia, que estira los plazos de desarrollo de un proyecto por hasta 15 o 20 años. A ello se agregan los candados ambientales (implementación de áreas naturales) y los conflictos sociales, siempre latentes.
Todo esto ocasiona que en la actualidad no haya ningún proyecto de exploración de gas natural en desarrollo, particularmente en el lote 88 de Camisea, comprometido para el mercado peruano con un precio estabilizado en el tiempo (alrededor de US$2 por millón de BTU en boca de pozo). Hablamos del yacimiento que apuntala la masificación del gas natural en toda la costa peruana (con excepción de Piura).
Este Diario se puso en contacto con el Ministerio de Energía y Minas para conocer su apreciación sobre el tema, pero no obtuvimos respuesta.






