Iván Arenas
Perú21, 24 de enero del 2025
“Es loable que la mandataria haya sido capaz de cambiar de posición en poco tiempo y abra las puertas a las inversiones estadounidenses…”.
En el marco del Foro de Davos, organizado por el Fondo Monetario Internacional, la presidenta Dina Boluarte ha “invitado” a Donald Trump, flamante mandatario de los Estados Unidos, a una visita al Perú. De alguna u otra manera, la invitación de Boluarte a Trump sorprende por la inocencia debido a que el Perú debe ser la prioridad número mil para el republicano.
Ahora bien, sorprende también porque años atrás, la misma persona que ahora invita a Trump al Perú es quien habría dicho “Yanquis, go home”, frase de cuño izquierdista. En todo caso, es loable que la mandataria haya sido capaz de cambiar de posición en poco tiempo y abra las puertas a las inversiones estadounidenses con una nueva reedición de “no importa el color del gato”, lo que importa es que invierta.
No obstante todo lo anterior, ¿es posible un acercamiento del Perú de Boluarte a los Estados Unidos de Trump? La respuesta es sí. Y por varias razones. La primera es que el Perú tiene mucho cobre todavía. Se estima que el Perú posee más de 100 millones de toneladas de cobre probadas, mineral necesario para la industria tecnológica de la nueva revolución. Meses atrás, el Perú firmó un documento de entendimiento con los Estados Unidos para abastecer de cobre y otros minerales hacia ese mercado. Hoy, si bien los estadounidenses tratan de reposicionarse en el África construyendo infraestructura para proyectos de cobre y cobalto, nuestro país podría ser una alternativa viable y menos costosa para nuevas inversiones.
Si entendemos, además, que hay una geopolítica de los minerales, en especial el cobre, es altamente probable una próxima colaboración entre el nuevo Ejecutivo republicano y nuestro país. A todo ello le podemos sumar dos razones más. Una de ellas es que los Estados Unidos regresen la vista a Hispanoamérica luego de haber dejado que China tenga presencia a través de sus propias estrategias comerciales que le aseguran cadenas de suministros de minerales; y la otra es que el Perú posee una excelente posición en el mapa del Pacífico sur en un mundo convulso por las guerras. Quizá una cuarta razón sea la lucha contra el narcotráfico.
No digo que haya un acercamiento en este preciso momento entre Dina Boluarte y Trump, eso no sucederá mientras la primera tenga 3% de popularidad y el Perú sea un caos. Lo que indico es que si Trump quiere tener éxito en este nuevo periodo necesita de países productores de cobre a pesar de que diga que no necesita a nadie. Por lo demás, repito, es loable que Boluarte demuestre un cambio de mirada con respecto a las inversiones extranjeras en el Perú.
Cierro mi columna con un saludo a mi abuelo Demetrio Arenas quien lee mis columnas todos los viernes.