Ismael Benavides
Expreso, 20 de junio del 2025
La agricultura en el Perú es una actividad llena de variables, mucho más allá del simplista análisis que tenemos un “invernadero natural” en la costa, por el efecto de la corriente de Humboldt. Tenemos años de Niño y de Niña con impactos a veces impredecibles, 120 pisos ecológicos que tienen efectos muy positivos, pero también muchos negativos desde sequías, heladas y friaje, granizadas, lluvias torrenciales y toda clase de situaciones azarosas para el campo y para la vida humana. La agricultura es eternamente cambiante, por eso me sonrío cuando los economistas de salón pontifican que es una actividad “madura”.
El Perú ha sido desde la prehistoria cuna de decenas de productos alimenticios, casi 30 o más de ellos que desde las culturas preincas e incas han sido domesticados. La alimentación y la vestimenta eran claves para la supervivencia de las poblaciones, e Incas desde Manco Cápac, Sinchi Roca, Pachacútec, Túpac Yupanqui y Huayna Cápac tuvieron grandes avances en la infraestructura y producción agrícola de la época. Desde entonces tenemos la papa con sus 3,000 o más variedades, oyuco, oca, mashua, yacón, arracacha, quinua, kiwicha, caigua, maíz peruano, tomate, frijol y pallar iqueño, tarwi, lúcuma, chirimoya, camu camú, aguaymanto, guayaba, tumbo, granadilla, pacae, ajíes peruanos, coca, maca, sacha inchi, uña de gato, cacao y café nativos y algodón peruano entre otros. Los españoles en el virreinato también nos trajeron variedades de cereales legumbres y frutas, cebada, trigo, avena, centeno, garbanzos, lentejas, habas, cebolla, ajo, zanahoria, lechuga, espinaca, col y especies como perejil, cilantro, laurel, orégano, comino y frutas como, manzana, pera, durazno, cereza, ciruela, higo, granada, melón, sandía y cítricos. También cultivos de mayor extensión como caña de azúcar, olivos y vid, todos los cuales se adaptaron a distintas zonas del Perú y se fusionaron en el campo con nuestros cultivos nativos. Hoy tenemos toda esa biodiversidad que permite que seamos referentes en el mundo por la calidad y diversidad de nuestros productos de exportación y la variedad y los sabores de nuestra reconocida cocina.
Más recientemente que los incas y los virreyes, hay pioneros de la agricultura peruana que merecen mencionarse, Fermín Tangüis, el gran creador del algodón peruano moderno, y José Alejandro González que adapto el pima a Piura, los hermanos Gildemeister que modernizaron la industria azucarera con nuevas variedades, en los años 1960, Guillermo Picasso introdujo las pecanas a Ica junto con Ismael Benavides de la Quintana que además trajo nuevas variedades de mango de Australia como Haydn y Kent e hizo el primer sembrío extensivo de palta en Ica en 1961, anticipándose al colapso del algodón. Los hermanos Graña que introdujeron la famosa naranja Huando, Fernando Bustamante la uva de mesa sin pepa a Ica, y Carlos Blume y Fausto Robles los espárragos también en Ica, con la Asociación de Agricultores en los años 1980, y por supuesto Rafael Quevedo innovador en el norte con espárragos y arándanos. Finalmente mencionar a don Emilio Guimoye pionero de la agricultura en la selva, arbitrariamente expropiado por la insania de la izquierda trasnochada en Amazonas. Seguramente se me escapan muchos nombres en esta eterna travesía que es el constante cambio de la agricultura, siempre cambiante y siempre innovando
La reforma agraria de Velasco truncó el desarrollo de nuestra agricultura empobreciéndola a niveles nunca vistos tanto en la costa como en la sierra y en la amazonía, y como consecuencia se paró la innovación y el desarrollo y el Perú dejó de ser exportador de azúcar, de algodón y otros productos y para volverse importador y dependiente de trigo, maíz, soya, arroz y algodón. Sin embargo, cual “Ave Fénix”, la agricultura peruana vuelve a reinventarse, conquistar desiertos, incorporar tecnología e infraestructura, y volver a proveer alimentos al mundo, cuyo valor largamente excede los alimentos que importamos. Todo esto a pesar de un estado indolente y burocrático, y los imberbes que piensan que la agricultura no necesita apoyo. Hoy tenemos 5,000 empresas que exportan competitivamente 230 productos agrícolas al mundo, y 2,500,000 agricultores que esperan incorporarse a esa cadena de prosperidad.