Por: Felipe Morris
Perú21, 2 de agosto de 2019
Perú21, 2 de agosto de 2019
La renta vitalicia (RV) es un producto financiero ofrecido por empresas de seguro mediante el cual el jubilado traslada su fondo a una de estas a cambio de recibir un flujo de pagos hasta su muerte y la de su cónyuge. La RV permite eliminar dos grandes riesgos: (i) el de longevidad (que los ahorros se extingan mientras vivimos) y (ii) el de mercado, que afecta el valor y rendimiento de las inversiones.
La RV tiene al menos tres ventajas ante otro instrumento de inversión: garantiza un ingreso mensual de por vida, permite desacumular el ahorro previsional, maximizando la pensión, y los pagos tienen ajustes por inflación.
¿Por qué pocos la compran? Algunos piensan que pueden ganar más invirtiendo, otros quieren dejar el dinero a sus herederos y un tercer grupo cree que si mueren antes de tiempo, la inversión se perderá. Si lo analizaran bien, muchos optarían por una RV, pues rara vez son tan buenos inversionistas como creen y existen varias RV que pueden mitigar las otras dos preocupaciones. Por ejemplo, hay RV con periodos garantizados donde los herederos siguen recibiendo los pagos al fallecimiento del jubilado.
Es un producto muy útil para la mayoría de personas en edad de jubilación y es indispensable para quienes necesitan la garantía de un flujo de ingresos para reemplazar las remuneraciones que ya no percibirán. ¿Quiénes no necesitan una RV? Aquellos que ya tienen cubiertas sus necesidades en el futuro porque tienen otros ingresos como rentas de alquiler, los que tienen patrimonios muy altos o los que tienen una enfermedad terminal y baja expectativa de vida. Son pocos los peruanos que se jubilan en esas condiciones y se pueden dar el lujo de menospreciar la RV. Sin embargo, la mayoría lo está haciendo.