Entrevista a Elmer Cuba
Gestión, 2 de setiembre del 2025
Whitney Miñán
«Si el próximo Gobierno es de ancha base, es decir, hay una alianza de dos o tres partidos políticos del mismo sector, esas son maravillas para el sector privado», indico.
Los meses avanzan y el Perú está cada vez más cerca de las elecciones generales. El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) publicó recientemente sus proyecciones de crecimiento para este y el próximo año: 3.5% y 3.2%, respectivamente. Sin en bargo, ya distintos analistas empiezan a actualizar sus propias cifras y no necesariamente están tan cerca a las del Gobierno nacional.
Macroconsult compartió en exclusiva con Gestión sus más recientes proyecciones, sobre todo, en un año electoral. Para el próximo año, estiman un crecimiento de la economía de 2.7%.
¿Cómo recibiría la economía el próximo Gobierno?
Todo el «remolino» de Donald Trump no afectó tanto al Perú en términos relativos. Además, los términos de intercambio están al «tope» histórico y la tasa de interés está a punto de bajar en Estados Unidos en el corto plazo.
En el lado doméstico, parece que la presidenta Dina Boluarte va a quedarse (hasta el 2026). Es bueno entregar el Gobierno con alguien que está durando tres años y medio, no con un mandato interino. Por último, con las nuevas reglas para el Congreso (de cara a la bicameralidad), como hay dos vallas establecidas, seguramente solo seis partidos las pasarán y conformarán el Senado, lo que promete ser más cooperativo.
El MEF publicó el MMM 2026-2029 con una proyección de crecimiento de 3.2% para el 2026. ¿Qué opina?
Difícil que se crezca más de 3% el próximo año.
Sobre la inversión privada, Macroconsult espera que crezca 5.5% este año, pero se desacelera a 2.8% en el 2026. ¿Es lo esperable, tomando en cuenta el cambio de mandato, o debería ser de preocupación?
La inversión privada tiene distintos componentes, dinámicas. Por ejemplo, este año está «rebotando» la construcción, sobre todo por viviendas. Como tuvo dos años muy malos, en este 2025 se ha disparado; entonces, no se espera que sostenga esa velocidad en el 2026.
¿Qué temores se ven en el último tramo de gestión del Congreso? ¿Qué es lo que va a primar?
Tendría temor de que (los congresistas) actúen muy mal en busca de la reelección. No tienen nada que perder, son tan impopulares como el Ejecutivo. Podrían usar la palanca populista para buscar eso. Eso sí es peligroso, y con un Ejecutivo débil y de salida, eso puede ser una «fiesta».
Sobre la inversión minera, esperan una expansión de 4.9% este año, pero un crecimiento de 2.3% para el próximo. ¿Se estabiliza o se está perdiendo ritmo?
No hay grandes proyectos mineros como han sido Toromocho o Quellaveco. No hay nada de ese tamaño. Son medianos, ampliaciones. Por eso va esa velocidad.
En el caso de la inversión no minera, que pasaría de crecer 6.6% este año a solo 2.9% el próximo, ¿se está normalizando o afecta la incertidumbre de un primer año de nuevo Gobierno?
Es incertidumbre, en parte, pero básicamente se está normalizando a tasas parecidas al producto.
¿Cómo se puede dar impulso a la inversión, gatillar su despegue?
Nadie está esperando que gane la izquierda o que cambie la Constitución y el modelo económico, es posible que gane la derecha, pero se divida. Este escenario sería como el de siempre, y ese «como siempre» nos da el crecimiento de PBI de 2.7%.
Sin embargo, si el próximo Gobierno es de ancha base, es decir, hay una alianza de dos o tres partidos políticos del mismo sector, esas son maravillas para el sector privado. Tendrían cinco años de estabilidad inamovible y sin duda la inversión privada va a «volar». La estabilidad política es central para estas decisiones.
El consumo privado es otra de las claves de la economía nacional y tendría un mejor desempeño en el 2026…
El PBI no primario es todo el sostén de la economía, porque el año pasado creció 3.1%, este año sería 3% y el próximo 2.9%. Tres años seguidos alrededor de 3%. Es el PBI por el lado no primario que responde a la demanda. Una demanda bien estable, es un reflejo de ingresos y empleo formales fuertes.
Con el crecimiento del PBI no primario en alrededor de 3%, ¿no debería darnos mejores resultados el consumo privado?
El PBI no primario crece parecido al consumo y a la inversión privada. Ambos lo sostienen. En cambio, el PBI primario, que es básicamente pesca y minería, no va a esa velocidad, por eso lleva al PBI hacia el 2.7%. Pero, lo cierto es que la sensación de los negocios es alrededor de 3%, la «temperatura» en el PBI urbano.
No es lo mismo lo que siente un negocio, empresa o una compañía, respecto al ciudadano de a pie. ¿Cómo se va a marcar ese sentimiento para los hogares?
Lamentablemente está pasando algo indeseable. Cuando crecíamos 5% o 6%, había empleos y salarios para todos. Todo avanzaba «perfecto». Ahora, con 3% por tres años, hay mucha velocidad del empleo formal. Pero, el informal no logra ir a esa velocidad y tampoco suben los salarios. Entonces vas a ver algo de distorsiones en la demanda. Por ejemplo, ventas de autos se está disparando, pero ventas de productos más fungibles está. estancado.
A qué responde?
Desde un punto de vista bien amplio, no es negativo. Lo que estás diciendo es que hay más empleados formales. Claro, lo que pasa es que la economía crece poco, porque si creciera 5% ο 6%, subiría el sueldo de los informales también.
Es un reflejo de bajo crecimiento. El bajo crecimiento lo que hace es que aumenta el empleo de los trabajadores educados jóvenes, y son justo ellos los que están tomando ahora el crédito hipotecario o comprando su auto. Lo malo es que no se «jala» a los empleados jóvenes no educados, que solamente consiguen empleos informales o independientes. Ese salario está plano, por ejemplo.
Ahí la respuesta es que hay que crecer más rápido, no hay otra opción.
¿Qué tan duro va a ser hacia adelante, tras años de incumplimiento de las reglas fiscales, tomar las riendas? Sobre todo, considerando que el nuevo Gobierno querrá gastar.
Sobre el impulso fiscal, debo reconocer que cuando hubo que apretar, se apretó; y cuando hubo que acelerar, se aceleró. Por ejemplo, en el 2023 y 2024 con la recesión, la postura fiscal fue expansiva. En cambio, este año, con los buenos precios y la economía que ya está creciendo, la postura fiscal es contractiva y fuerte. Por eso el déficit fiscal caería de 3.5% a 2.2% del PBI este año.
Es verdad, también, como dice el Consejo Fiscal, que hemos podido «tirar toda la basura debajo de la alfombra» porque hemos mantenido la deuda pública baja, en 32% del PBI, però nos hemos «comido los activos». La deuda neta está aumentando, hemos quemado activos públicos para no endeudarnos.
¿Qué tan preocupante debería ser que entre el 2022 y 2026, se tendría 6 puntos más de deuda neta?
Ese es el tema, eso es insostenible. Obviamente es insostenible porque pronto se van a cruzar (deuda neta y deuda bruta).
Entonces el próximo Gobierno va a tener que hacer esfuerzo para aumentar el espacio fiscal.
Como decía, se ha echado la «basura bajo la alfombra», pero ¿esto va a explotar si el otro Gobierno no hace nada?
Sí, correcto. Para tratar de ser justo y neutral, la política fiscal de este periodo ha sido anticíclica y enhorabuena; hemos logrado mantener la deuda bruta debajo de la meta. También es algo positivo. El mercado se ha dado cuenta. Si tú te fijas el bono peruano, o sea, el riesgo país está bajando. Parece insólito.
El tema es que la meta es dual. Está la meta del déficit fiscal y de la deuda. Sí, la meta de la deuda la ha cumplido y el mercado está pagando bien porque el riesgo país está incluso bajando en los últimos dos años. Entonces eso es bien por el MEF.
Lo malo del MEF ha sido su debilidad absoluta ante el Congreso por las exoneraciones. Su falta de fortaleza también se vio con los nuevos días feriados: Tenías que haberte opuesto.
En términos sencillos, ¿qué es lo que se tiene que hacer para que suceda?
Lo factible honestamente es reducir la evasión tributaria, que en Perú es grosera. La evasión de IGV y de renta. Eso es política y técnicamente mucho más fácil que tumbarse las exoneraciones. Las exoneraciones tienen pues mucho stakeholder detrás, como la del agro. En cambio, la evasión se la puede combatir. Nadie la va a defenderla.