Por: César Campos Rodríguez
Expreso, 5 de Junio del 2022
Desde hoy hasta el próximo 13 de junio, la selección peruana de fútbol afrontará un periodo decisivo para su clasificación al mundial de Qatar. La ilusión nacional estará al tope a la espera de un resultado favorable.
Es por eso que cobra especial relevancia el dramático testimonio brindado por nuestra gloria deportiva Juan Carlos Oblitas –ahora director técnico de la selección– a la última edición de la revista Somos, donde narra en un pasaje cómo impactó en los jugadores una acción administrativa de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) durante la pasada campaña para las elecciones presidenciales.
“La misma mañana del partido de eliminatorias contra Colombia –narra Oblitas– la fiscalía (en realidad fue la Gerencia de Supervisión de Fondos Partidarios de la ONPE, a cargo de la abogada Margarita Díaz Picasso) les envió citaciones a los jugadores que publicaron videos en sus redes sociales apoyando una opción política. Querían que fueran a explicar si les habían pagado o no. Eso sí perturbó a los afectados y al grupo. ‘¿Cómo nos mandan esto justo hoy? ¿Yo cómo voy a cobrar por decir lo que pienso?’, me dijo uno de los muchachos. Hubo peruanos que llegaron a decir que gritarían los goles de Colombia. Y nos ganaron 3 a 0”.
Hasta la fecha, muy poco se había tratado a profundidad el punto luego que solo algunos le pusimos debida atención suponiendo un exceso recusable lo hecho por Díaz Picasso. En efecto, como en su oportunidad lo denunció el constitucionalista Natale Amprimo, esta funcionaria sobrepasó las atribuciones que le confería la Resolución Jefatural N° 001669-2021-JN/ONPE, el reglamento de Financiamiento y Supervisión de Fondos Partidarios. Este cuerpo normativo compuesto de 11 títulos, 12 capítulos, 155 artículos, 3 disposiciones complementarias y una disposición transitoria, tiene como eje de fiscalización los partidos y los candidatos.
Es decir, accionar contra un particular suponiendo que ha recibido un pago oculto por emitir su apoyo a un partido o a un candidato, no está contemplado en ninguna parte pues resultaría un disparate. Además, Díaz Picasso, con fino cálculo, solo envió las citaciones a los futbolistas que apoyaban a Keiko Fujimori pero ni siquiera un saludo a otras celebridades deportivas o farandulescas que se identificaban con Pedro Castillo (como Renato Tapia, con todo el derecho ciudadano que le asistía). Por supuesto, la prensa castillista exaltó la noticia de las cartas de Díaz Picasso a niveles estratosféricos logrando el propósito de fondo: generar la sospecha de pagos por lo bajo.
No es tarde para que el Congreso u otra instancia abra investigación a Piero Corvetto –titular de la ONPE– y a Díaz Picasso. Tamaña perversidad electoral no debe arrinconarse en la simple anécdota.
Ah, me olvidaba. Desde el 2 de marzo del presente año, Díaz Picasso es jefa del Gabinete de Asesoramiento del Despacho Ministerial de la cuestionada vicepresidenta Dina Boluarte en el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. ¿Qué cosas, no?