Gestión, 11 de marzo de 2019
El tema se torna pertinente para la economía peruana porque en lo que va de la década crece a ritmo decreciente, y en el último quinquenio está estancada alrededor de 3.5% promedio, con alzas y bajas; con un crecimiento potencial 50% menor que el de la década pasada. Esta situación puede quebrarse y tornar a un escenario positivo de ritmo creciente si se impulsa la estrategia en pro del aumento de la productividad que ha señalado el Ejecutivo. En esa dirección son muchas las reformas, políticas y acciones que deben ejecutarse, pero destacamos cinco reformas que pueden asegurar iniciar un incremento permanente de la productividad y, con base en ello, garantizar crecimiento alto de manera sostenida. Habrá voces que dirán no es el momento oportuno, por diversas razones, pero pregunto ¿cuándo lo es?
Empecemos con dos reformas en pro de la mejora del capital humano, indispensables para aumentar la productividad laboral y participar con confianza de la llamada cuarta revolución industrial. Nos referimos a la reforma de la educación y la salud. La primera, iniciada de cierta manera, pero que requiere ajuste para un enfoque moderno e integral y mayor celeridad, mientras la segunda aún espera su turno, pues es poco o nada lo que se ha realizado. Pari passu con estas reformas llevar adelante la correspondiente a innovación, ciencia y tecnología, precisamente los temas que marcan la pauta de la llamada revolución 4.0 y que permitirán incrementar la productividad empresarial.
Esto último nos lleva a las dos reformas restantes, la tributaria y laboral. La primera debe en especial revertir el incentivo perverso de fomentar en las empresas la tendencia a mantenerse como micro o pequeña e incluso a partir las medianas y aun algunas grandes para usufructuar de la actual política tributaria, a más de encontrar mayor atractivo en ser informales. Del universo empresarial, alrededor del 99% son mypes de muy baja productividad y en su mayoría (84%) en la informalidad. En cuanto al tema laboral, se conoce que tenemos una de las políticas laborales más rígidas a nivel mundial, con altos costos no laborales, que desestimulan la creación de empleo e incentivan contratos a plazo fijo, lo que explica que 74% de los trabajadores sean informales.
El camino es claro, pero requiere convicción y decisión de transitarlo, ser proactivos. No sobra precisar que además de la estrategia pro productividad, hay que mantener la estabilidad macro, perseverar con la institucionalidad (reforma del Estado) y potenciar las inversiones, en particular de infraestructura.