Por: Alfonso Bustamante Canny
Perú21, 10 de noviembre de 2021
Hace pocos días me invitaron como orador a una conferencia de fondos de pensiones de Asia y Norteamérica. El evento se desarrolló en California, con un formato híbrido. Tan solo el 30% de los participantes lo hizo en forma presencial y yo fui uno de ellos.
La invitación que recibí, seguramente se debió a que dentro de una de las empresas del grupo económico al que pertenezco participa un fondo de pensiones norteamericano que es miembro del gremio empresarial que organiza el evento, o tal vez porque cuando me tocó presidir el Consejo Empresarial de la Alianza del Pacífico, invité al presidente de dicho gremio de pensiones a la cumbre empresarial en Lima. Lo hice con la intención de atraer su atención hacia este lado del continente.
De cualquier forma, ahí me encontraba sentado en medio de quienes administraban los fondos de jubilación de más del 50% de la población mundial. Yo, por supuesto, me sentía como un pez fuera del agua, como un impostor. Cada orador que me antecedió administraba un portafolio de inversiones que superaba el billón de dólares, es decir, cinco veces mayor que el PBI peruano.
Después de mi disertación, promoviendo las inversiones energéticas, agrícolas y mineras en la región, con especial énfasis en el Perú, vinieron las preguntas incómodas, pues el presidente Castillo había anunciado su intención de expropiar Camisea. Poniendo cara de palo y con más ilusión que esperanzas en mi respuesta, mencioné que la institucionalidad del Perú, forjada en los últimos 28 años, no permitiría tal aberración. Para respaldar mi respuesta invoqué los 22 tratados de libre comercio que el Perú tiene firmados con 35 países, mencionando que estos son ‘kriptonita’ contra el populismo.
Durante los dos días del programa, se habló de ASG (responsabilidad ambiental, social y de gobernanza) como requisito fundamental para hacer o mantener inversiones, lo que alinea los intereses del Estado (en teoría) con ciudadanos, inversionistas y operadores.
El mundo tiene hoy un exceso de liquidez, los inversionistas necesitan proyectos de inversión y el Perú necesita de inversiones para salir del subdesarrollo. No podemos darnos el lujo de perder cinco años de expansión económica mundial, con un súper ciclo de commodities, teniendo proyectos mineros y de irrigación detenidos por ideologías destructivas. No permitamos que se pierda la oportunidad de generar riqueza y bienestar para los peruanos. Hay tanto por hacer…