Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 22 de setiembre de 2021
La lamentable muerte del magistrado del TC, Carlos Núñez Ramos, genera una delicada situación política interna en ese órgano, pues ya no se repetirán esas votaciones 4-3, donde el bloque de izquierda (Espinosa-Saldaña, Ledesma, Miranda y Ramos) se imponía siempre al bloque de derecha (Blume, Sardón y Ferrero), aunque últimamente tanto Ramos como Miranda estaban votando a veces con la derecha. De Ramos se puede afirmar que tenía mucho don de gentes en el trato corto y no poca “correa”, pues encajaba las críticas más feroces con bastante paciencia y sin picarse. Pero para siempre quedará en la memoria que durante mucho tiempo Espinosa-Saldaña le llevó de las narices en muchas votaciones y que su voto fue decisivo para validar ese evidente golpe de Estado que Vizcarra perpetró al cerrar el Congreso.
¡Es que todo fue tan vergonzoso ese día! Ver al entonces premier Salvador del Caviar zampándose en una votación congresal para llevar esa posición disparatada de que el pretender variar un proceso del Legislativo en sus trámites finales podía ser sometido a confianza, al finado comunista Dammert apretando disimulado el botón de Foronda, a Acción Popular traicionando los acuerdos en plena votación, a la Huilca pretendiendo una mañosa reconsideración extemporánea, a la gente de El Peruano no publicando el nombramiento del legítimamente elegido GOZ y a los militares prestándose de alcahuetes de Vizcarra con esa fotito. Y observar también a muchos tontos aplaudir ese golpe (que también varios medios andaban pidiendo desde sus portadas), esos mismos tontos –no uso una palabra más adecuada– que le cantaron después “Happy Birthday” a Vizcarra desde sus ventanas mientras éste les generaba una colosal mortalidad con su pésimo manejo de la epidemia y les arruinaba económicamente. Ramos Núñez volvió a defender hace poco ese voto oprobioso en su última entrevista.