Aldo Mariátegui
Perú21, 19 de diciembre del 2025
“Ayer se conmemoraron 60 años del PPC. Una pena que hayan acabado tan disminuidos y con un velasquista como candidato…”.
-Muchos vicepresidentes hubieran sido mejores gobernantes que los presidentes de sus planchas. Mario Polar y Fernando Schwalb eran muchísimo más hábiles y realistas que Belaunde. ¡Entendían de economía y pisaban tierra! El anciano y sabio Luis Alberto Sánchez no hubiera hecho las colosales salvajadas de Alan 1. Rafael Larco Herrera y Luis Gallo Porras también eran personalidades superiores a Manuel Prado, aunque este les superase como político, pues con mucho en contra (pituco, sin partido fuerte, orador flojo, hijo de un acusado de traidor) fue dos veces presidente. Y el poeta José Gálvez hubiera toreado al APRA mucho mejor que el ingenuo Bustamante. Por lo menos tenía “la calle” que a Bustamante le faltaba.
-Ayer se conmemoraron 59 años del PPC. Una pena que hayan acabado tan disminuidos y con un velasquista como candidato. Satanizados como neoliberales y hasta ultraderechistas por mucho tiempo, nunca pasaron de ser unos tibios conservadores socialcristianos (Ghibellini los apodó genialmente como “la izquierda responsable”). Pero tuvieron como líder a un tigre como Bedoya, al que el siempre estúpido votante peruano le negó ser presidente en 1980 y 1985 o alcalde de Lima en 1986. El Perú hubiera sido otra cosa con Bedoya en Palacio en lugar del inútil Belaunde 2 o el orate Alan 1. Y estaba a años luz de Jorge del Castillo como alcalde.
-Si quieren analizar a dos típicos peruanos ya maduritos, traumados y llenos de complejos, asistan esta noche (7:30 p.m.) a la librería El Virrey al conversatorio entre los “intelectuales” Renato Cisneros y Jeremías Gamboa. Flor de exposición para un psiquiatra/sociólogo/antropólogo que intente entender la compleja, adolorida y atormentada alma nacional, pues tienen allí para oír problemas con la presencia del padre, el color del pellejo, el negacionismo de sentirse triunfador, la identidad, el clasismo, el pesimismo, el fujimorismo, etcétera. A ninguno de los dos le fue mal finalmente en la vida, pero no les faltará el tono gemebundo.






