Aldo Mariátegui
Perú21, 15 de mayo del 2025
“Fue cómico enterarse de la renuncia de este porfiado Adrianzén, que creía que frunciendo perennemente el ceño se le vería como un estadista sesudo y de carácter’’
La política peruana en general se asimila al esperpento (según el DRAE, género literario en el que se deforma sistemáticamente la realidad, recargando sus rasgos grotescos y absurdos, a la vez que se degradan los valores con un lenguaje cínico y jergal), lo sucedido ayer con el gabinete fue más bien un típico sainete (breve pieza burlesca, ridícula y tragicómica). Fue primero psicotrópico ver jurar a tres ministros cuando todo el mundo sabía que quien debía salir era el premier Adrianzén porque ya estaba “pedido” por el Congreso. Después ya fue cómico enterarse de la renuncia de este porfiado Adrianzén, que creía que frunciendo perennemente el ceño se le vería como un estadista sesudo y de carácter. Lo patético es que no ha salido nada mejor de este sainete. De lo que hemos visto a ambos, el discreto Arana no va a superar al mediocre Adrianzén como premier; será más de lo mismo en el mejor de los casos. Ha sido estúpido trasladar a ese inútil sideral de Pérez-Reyes —un ministro inservible que ni puentes podía hacer— desde Transportes al MEF para reemplazar a un Salardi que estaba resultando el mejor titular de Economía en lo que iba de este régimen (tampoco es que la tenía muy difícil con los tan opacos Contreras y Arista de predecesores, por no sumar a los mucho peores Francke y Burneo si nos vamos más atrás). Y colocar a un segundo acuñista en el gabinete —acompañando a su correligionario y tocayo Vázquez, que está en Salud— tan polémico como César Sandoval en Transportes no avizora tampoco una mejora en la gestión de esa cartera tan importante. Como bien escribió el satírico Larriva a comienzos de nuestra república, solo se han cambiado mocos por babas: Cuando de España las trabas / en Ayacucho rompimos, / otra cosa más no hicimos / que cambiar mocos por babas. / Nuestras provincias, esclavas / quedaron de otra nación. / Mudamos de condición, / pero sólo fue pasando / del poder de Don Fernando (nota: el rey español) / al poder de Don Simón (nota: Bolívar).