Aldo Mariátegui
Perú21, 8 de mayo del 2025
“¡El ‘electarado’ NO me podía decepcionar! Una reciente encuesta Ipsos arrojó que el 59% NO cree que Pedro Castillo intentó un golpe de Estado…”.
-¡El “electarado” NO me podía decepcionar! Una reciente encuesta Ipsos arrojó que el 59% NO cree que Pedro Castillo intentó un golpe de Estado… Otra anterior de Ipsos reveló que entre el 15% y 22% “votarían o podrían votar” por este fronterizo para senador (¡Y 13% en el sector A!) Esto del muy bajo coeficiente intelectual (IQ) promedio peruano de 81 puntos —a todo nivel— es un problema bastante serio… ¡Son más idiotas de lo que pensaba! ¡Socorro! ¡Viva el aeropuerto Jorge Chávez!
-Me sorprende que una historiadora de tantos pergaminos y trayectoria como Cecilia Bákula repita ese infantil cuento escolar de que la escuadra española que participó en el Combate de 2 de mayo de 1866 en El Callao pretendía de algún modo “reconquistar” al Perú (ver portal “Montonero”). Basta revisar a Basadre y a todas las fuentes disponibles en España para constatar que ese combate fue el desenlace de una serie de malentendidos y de malos manejos diplomáticos entre ambas naciones, desencuentros intoxicados por los hoy para nosotros absurdos y maximalistas conceptos del honor en la época. Es más, el gobierno español del militar Leopoldo O’Donnell actuó más bien como un elemento moderado, pues siempre envió instrucciones para tratar de evitar que las cosas escalen. Desgraciadamente, la distancia desde Europa y las torpes y arrogantes cabezas calientes de la flota española conspiraron contra sus propósitos.
También cabría alguna vez aclarar que la defensa peruana en El Callao fue exitosa en gran parte por el pésimo esquema de ataque dispuesto por almirante español Casto Méndez Núñez, que optó por un idiota y casi suicida ataque, partiendo en “V” y luego por un solo frente (norte) contra las defensas chalacas en lugar de dividir a su escuadra en dos flotas y que cada una bombardee a la península chalaca desde norte y sur, lo que hubiera comprometido seriamente a los defensores. Lo más curioso es que tanto Perú como España reclaman la victoria en esa miniguerra tonta, tan propia del siglo XIX.