Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 21 de julio de 2021
Bueno, sucedió lo que se veía venir: Salas Arenas del JNE se salió con su gusto de proclamar presidente a Castillo sin atender ningún reclamo y no cabe esperar más de los próximos cinco años que un purgatorio (con suerte, si es que no un larguísimo infierno a la cubana).
Me gustaría ser mínimamente optimista, pero no puedo: no hay nada que me haga serlo. Castillo es un hombre de formación demasiado básica (Humala es Einstein al lado) como para dirigir a un país y está rodeado de rojos, sinvergüenzas y caviares, además de que le acecha un ultra como Cerrón. El Congreso tiene mucho mejor gente que la porquería que se va (por lo menos puedes contar más de diez pensantes y eso es ya bastante), pero es muy posible que el bloque izquierdista capture la presidencia del Legislativo con el apoyo de esa malagua llamada Acción Popular. Por eso, lo más sabio frente a este próximo gobierno izquierdista es estar líquido con billetes verdes a buen recaudo. El dólar te defiende de la devaluación y la subida del costo de vida que esta depreciación del sol acarrea, además de que es un bien más fácil de poner fuera del alcance de las garras de los rojos.
Algo que sí es bueno de toda esta hecatombe es que la derecha está movilizada y ya parece haber entendido que no se les puede dejar el control de la calle, la cultura, la academia y el sentido común a la caviarada y la izquierda, además de que espero que ya dejen de mantener a los rojos y caviares, consumiendo todo lo que estos, que le odian, producen. Ya basta de estar financiando todo tipo de rojos, caviares y tibios con nuestros bolsillos.
Lo que sí va a ser un desastre total es que los rojos ocuparán ministerios como Educación y Salud. Castillo les va a rebajar toda exigencia de esfuerzo a los profesores y médicos públicos y les va a dar mil prebendas sindicaleras: la ociosidad y las sinecuras van a estar a la orden del día.