Veamos algunas cifras que muestran cómo mejora el mundo.
Cada día:
- 250,000 personas salen de la pobreza extrema
- Unas 300,000 obtienen electricidad por primera vez
- 285,000 obtienen acceso al agua clara y tomable
Lamentablemente, las noticias suelen centrarse en los problemas del mundo: el miedo a Trump, el terrorismo, la crisis migratoria, las guerras y los accidentes. Pero no debemos perder la visión macro de lo que realmente está sucediendo en el mundo: Cada vez nos estamos convirtiendo en un mundo más próspero. Como dice el artículo compartido líneas abajo: “La verdad es que el mundo de hoy no es deprimente, sino inspirador”.
Fuente: quetengasungrandia.com
Y es que “Los periodistas y las organizaciones de ayuda necesitan destacar los conflictos, las enfermedades y el sufrimiento, pero también debemos reconocer el trasfondo del progreso. De lo contrario, la gente percibirá la pobreza global como irreparable y sencillamente se rendirán.”
Pero también debemos darnos un espacio para destacar lo bueno que viene sucediendo en el mundo, algo que en Lampadia solemos compartir con nuestros lectores.
La verdadera historia de los últimos 25 años trae sorprendentes mejoras en la salud, bienestar y el nivel de vida de todo el mundo, especialmente de las personas más pobres del mundo. Desde 1990, gracias a una reducción del 50% en las tasas de mortalidad infantil, han vivido 122 millones de niños que de otro modo habrían fallecido.
Sin embargo, no solemos ver estas cifras en el día a día. Más bien, vemos lo malo que sucede en el mundo y creemos que está empeorando, lo cual es completamente falso. Este fenómeno lo explicó el difunto Hans Rosling, profesor de estadísticas en Suecia y creador de “Gapminder”, en su video: Hans Rosling y Ola Rosling: Como no ser ignorantes del mundo, donde nos ilustran lo poco que los seres humanos sabemos de nuestra realidad. Para ello, hacen algunas preguntas a gente común, a profesores de universidades y a periodistas. En todos los casos se aprecia como nuestros prejuicios, mitos, o simple ignorancia, nos alejan de interpretar la realidad correctamente. (Este ejercicio es parte del “Ignorance Project” de Gapminder Foundation).
Otro inspirador historial de progreso que nos llena de optimismo se puede apreciar en la Carta Anual 2017de Melinda y Bill Gates. (Ver en Lampadia: El optimismo debe impulsarnos a una sociedad sin enfermedades), y es un recordatorio del enorme potencial de políticas e intervenciones bien hechas. Lo mismo se ve reflejado en este artículo del NYT que compartimos líneas abajo: “Ha habido un declive impresionante en la pobreza extrema, definida como menos de aproximadamente US$ 2 por persona por día, ajustado por la inflación. Durante la mayor parte de la historia, probablemente más del 90 % de la población mundial vivió en extrema pobreza, descendiendo a menos del 10 % hoy”.
Esperamos que este inspirador historial de progresos llene de convicción a nuestros lectores y podamos compensar y resistir el bombardeo de malas noticias y abiertas mentiras que nos rodean todos los días. Lampadia
Buenas noticias, a pesar de lo que hayas escuchado
John Brimah (derecha), tenía lepra cuando era niño y ahora supervisa el
Centro de Rehabilitación Leprosorio y de TB en Ganta, Liberia.
A la izquierda, Bindu Daddah, una enfermera, revisa las heridas del paciente
John Flomo. Monique Jaques para el New York Times
Por Nicholas Kristof
The New York Times
1 de Julio, 2017
Sugerido por Bill Gates
Traducido y glosado por Lampadia
Anímense: A pesar del pesimismo, el mundo realmente se está convirtiendo en un mejor lugar. De hecho, es probable que el 2017 sea el mejor año en la historia de la humanidad.
Para explicar por qué, permítanme comenzar con una historia. Estoy en mi viaje anual con un estudiante universitario ganador del premio ‘Gana un Viaje’. Este año es Aneri Pattani, un graduado recién formado de Northeastern University. Una de las personas que conocimos es John Brimah, quien se contagió de lepra cuando era un niño.
A la edad de 12 años, Brimah fue desterrado por su pueblo y obligado a vivir en una choza aislada. Una vez al día, su padre llevaba comida y agua a un punto a medio camino entre la aldea y la cabaña, y luego golpeaba un palo en el suelo para hacerle saber que estaba allí.
Durante un año y medio, vivió en completo aislamiento, incluso cuando su lepra empeoraba. Entonces un misionero de Ohio, Anthony Stevens, pasó por ahí. “Me oyó llorar y se acercó”, recordó Brimah. Stevens lo llevó a un centro de lepra donde recibió tratamiento y Brimah nunca más volvió a ver a su familia.
Pacientes con lepra en espera de tratamiento.
Monique Jaques para el New York Times
Brimah fue curado, recibió educación de misionero y se convirtió en enfermero. Ahora está a cargo del hospital de lepra en Ganta, en la frontera entre Liberia y Guinea. Cuida a hombres y mujeres a los que les faltan dedos de las manos, dedos de los pies y, a veces, pies completos, un duro recuerdo de por qué la lepra ha aterrorizado a la gente desde tiempos bíblicos.
Sin embargo, estamos derrotando a la lepra. En todo el mundo, los casos han caído un 97% desde 1985 y ahora es fácilmente tratable. Un plan global estableció el 2020 como un objetivo para que ningún niño se deforme por la lepra.
Los avances contra la lepra reflejan los mayores beneficios contra la pobreza y la enfermedad, que creo que pueden ser la tendencia más importante del mundo de hoy. Ciertamente es la mejor noticia que nadie conoce.
Tal vez el optimismo no se siente mucho. Estamos alarmados por el presidente Trump (o Nancy Pelosi), el terrorismo y el riesgo del aumento del nivel de los océanos, si es que antes no somos incinerados por las armas nucleares norcoreanas. Esas son buenas razones para preocuparse, pero recordemos que durante la mayor parte de la historia, los humanos se preocupaban por algo más elemental: ¿sobrevivirán mis hijos?
Desde 1990, se han salvado más de 100 millones de vidas de niños a través de vacunas y de una mejor nutrición y atención médica. Ya no mueren de malaria, diarrea o causas desagradables como tener los intestinos bloqueados por gusanos. (Esta es una buena columna de noticias, pero no dije que no sería un poco desagradable.)
“Ahora hay campañas de desparasitación, por lo que es mucho más raro que tengamos que hacer una cirugía por una obstrucción y veamos una gran masa de gusanos”, explicó Agatha Neufville, el director de enfermería en el Ganta United Methodist Hospital.
Nueve de cada 10 estadounidenses dicen en las encuestas que la pobreza global ha permanecido igual o ha empeorado. Corrijamos este equivocado record.
Ha habido un declive impresionante en la pobreza extrema, definida como un ingreso menor a aproximadamente US$ 2 por persona por día (ajustado por la inflación). Durante la mayor parte de la historia, probablemente más del 90 % de la población mundial vivió en extrema pobreza, hoy a descendido a menos del 10 %.
Cada día, otras 250,000 personas salen de la pobreza extrema, según cifras del Banco Mundial. Alrededor de 300,000 obtienen electricidad por primera vez. Unos 285,000 obtienen acceso al agua clara y tomable. Cuando yo era niño, la mayoría de los adultos eran analfabetos, pero ahora más del 85 % puede leer.
La planificación familiar lleva a los padres a tener menos bebés ya invertir más en cada uno. El número de muertes mundiales por guerra está muy por debajo de lo que fue entre los años cincuenta a noventa, y mucho menos el número por asesinatos entre los años treinta y cuarenta.
Aneri y yo estamos informando desde un país cuyo nombre, Liberia, evoca Ebola, la guerra civil y combatientes de guerra como el general Butt Naked. Eso se debe en parte a que los periodistas tenemos un sesgo hacia las malas noticias: cubrimos los aviones que se estrellan, no los aviones que despegan.
En Liberia, Aneri y yo vimos a niños faltar a la escuela o sufrir dolores atroces, pero la narrativa más grande es lo opuesto – menos muertes y más alfabetización.
Brimah en la parte trasera de una moto.
Monique Jaques para el New York Times
Los periodistas y las organizaciones de ayuda necesitan destacar los conflictos, las enfermedades y el sufrimiento, pero también debemos reconocer el trasfondo del progreso. De lo contrario, la gente percibirá la pobreza global como irreparable y sencillamente se rendirán.
La verdad es que el mundo de hoy no es deprimente, sino inspirador. Conocimos a un hombre llamado Fanha Konah, que había perdido todos los dedos de los pies y de la mano por la lepra, pero de alguna manera se las arregló para convertirse en un maestro tallador de madera: agarra un pedazo de madera entre sus rodillas, sostiene el cincel entre los muñones que quedan de sus manos y deja fluir el arte.
Konah refleja la tenacidad y la resiliencia de tantos sobrevivientes en los países más pobres del mundo, y las consecuencias serán enormes, ya que gozan de mejor salud y educación.
Aneri y yo también conocimos a un joven de 18 años que nunca había asistido a la escuela, pero de alguna manera había construido un asombroso ventilador eléctrico de tres pies de altura con restos de cartón. Tenía un pequeño motor, accionado por una batería, y funcionaba. Imaginen lo que pueden lograr cuando los niños como él son educados, ¡para sí mismos y para sus países!
Así que, por un nanosegundo hagamos una pausa en nuestro pesimismo, para celebrar por un mundo que en realidad está mejorando. La fuerza histórica más importante del mundo actual no es el presidente Trump, y no son terroristas. Más bien, son los impresionantes avances contra la pobreza extrema, el analfabetismo y la enfermedad; son todos aquellos niños de 12 años de edad que nunca tendrán lepra y, en cambio, van a la escuela. Lampadia