El Gobierno Chino reaccionó bloqueando las páginas web de los diarios que divulgaron una investigación en la que se comprobaría que miembros de la élite del Partido Comunista (PC) mantenían cuentas secretas en paraísos fiscales. De esta forma, como sostiene El País de España, uno de los periódicos que junto a Le Monde y The Guardian, dio a conocer estos hechos: “la retórica de la lucha contra la corrupción, la promoción de una mayor transparencia y la intención de perseguir el enriquecimiento ilícito de las élites proclamadas por el presidente chino, Xi Jinping, desde que accedió al cargo en marzo de 2013, quedaron ayer en entredicho”.
Esta pues no parece ser la mejor respuesta al escándalo que sacude al PC chino, pero era de esperarse. De la misma manera actuó el gobierno cuando The New York Times y la agencia de noticias Bloomberg, publicaron informes similares en los que se detallaban las cuantiosas fortunas que acumulan parientes de algunos altos dirigentes chinos.
Las últimas investigaciones realizadas a partir de “una base de datos filtrada al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en sus siglas en inglés), demuestra que al menos 13 parientes de altos dirigentes activos, jubilados o fallecidos —incluidos los hijos de los ex primeros ministros Wen Jiabao y Li Peng—, así como 16 grandes empresarios y conglomerados estatales constituyeron empresas en refugios fiscales, principalmente en las Islas Vírgenes Británicas, con propósitos ´non sanctos´.
En suma, una gran corrupción en las altas esferas del Gobierno y el Partido Comunista Chino. Un hecho previsible, dado la escasa transparencia con la que se hacen las cosas en el gigante asiático. Los éxitos económicos son más que evidentes, pero estos no han venido acompañados aún, de una reforma que institucionalice y democratice al país.
El control sobre la economía y los negocios que realiza el partido único (comunista), facilita la corrupción. Los controles ciudadanos, no existen. No hay prensa, no hay instituciones judiciales independientes a las que recurrir, ni mucho menos entidades que fiscalicen la labor de los gobernantes. La rígida estratificación del Partido y el Estado (que funcionan casi como un mismo cuerpo), impide que se revelen este tipo de actos. La inexistencia de oposición lo mismo.
La democracia, como se sabe es mucho más que elecciones y partidos. Es más bien, un sistema que permite el control ciudadano sobre los gobernantes, a los cuales se les puede exigir responsabilidad y honestidad. En caso que de los gobernantes incumplan con esas reglas, no solo se los puede deponer, sino que incluso juzgar y castigar con todo el peso de la Ley. Estesistema, como es obvio, está completamente ausente en la China actual.
Al parecer, sin embargo, existe el convencimiento de que algo tiene que cambiarse al respecto. El uso de internet y otros mecanismos de información alternativos, han elevado “las quejas y sospechas sobre la riqueza de la nobleza roja están extendidas entre la población, pero los detalles sobre sus actividades, especialmente de quienes están en los niveles más altos del PC, permanecen ocultos”. Es por eso que el flamante presidente chino Xi Jinping ha declarado que la lucha contra la corrupción será crucial durante su mandato.
Aunque es difícil que haya modificaciones pronto, estos destapes pueden estar contribuyendo a una mayor institucionalización y se espera una democratización de los sistemas más cerrados y jerarquizados del mundo. De una u otra forma, los beneficios del libre mercado, estarían generando una presión para que el gigante asiático y mundial se democratice.