Es indudable que la percepción de corrupción en el Perú es hoy una de las mayores preocupaciones de la población, debidamente sustentada en sólidos fundamentos de nuestra debilidad institucional y social.
Transparencia Internacional acaba de publicar su índice al respecto para el año pasado y por lo tanto es muy importante revisarlo y difundir sus implicancias sin hacer tergiversaciones ni falacias.
En el siguiente cuadro podemos apreciar la ubicación del Perú en el conjunto del continente americano. Como podemos apreciar, el Perú se ubica en el puesto 13 de 26 países de la región, con un puntaje de 36 en una escala de 0 a 100, donde 0 es el máximo de corrupción y 100 es lo más limpio.
En Lampadia, muy preocupados con este aspecto de nuestra vida ciudadana, hemos creado una biblioteca virtual o repositorio sobre: El Estado del Siglo XXI, en el que estamos creando y consolidando contenidos que nos ilustran adecuadamente sobre la naturaleza y contenido de las reformas institucionales que necesitamos priorizar a fin de superar esta gran falla institucional.
Líneas abajo compartimos el índice de Transparencia Internacional y analizamos sus componentes e implicancias. Pero tenemos que llamar la atención sobre esa vocación derrotista de nuestros medio que, o no informan debidamente los indicadores nacionales o que los distorsionan para crear angustia una suerte de auto-flagelamiento.
Por ejemplo: en el programa de Las 5 a las 7, de RPP, del pasado 27 de enero, los productores del programa le alcanzaron a su conductora, Patricia del Río información equívoca que la llevo a afirmar que según Transparencia Internacional “El Perú aparece entre los países más corruptos de América Latina (…) Venezuela es el peor, pero eso no es un consuelo”. Lo que es más, publicaron el mensaje erróneo en la leyenda del programa y la propalaron durante largos minutos. Ver la imagen:
Una emisora de ese nivel, con la gran audiencia que disfruta a nivel nacional, debe tener más cuidado con la calidad de la información que hace suya.
Como hemos mostrado más arriba, el Perú no figura entre los países más corruptos de la región. Estamos a media tabla. Eso, por supuesto no es un consuelo ni una negación de nuestras falencias. Veamos algo más de información:
El índice de Corrupción 2015 analiza la percepción de la corrupción en el sector público en 168 países. Se basa en las opiniones de expertos de corrupción en el sector público. Los países pueden obtener un puntaje más alto si mantienen un gobierno abierto donde el público confía en sus líderes, mientras que una puntuación baja es un signo de prevalentes sobornos, falta de castigo a la corrupción e instituciones públicas que no responden a las necesidades de los ciudadanos.
Dinamarca ocupó por segundo año consecutivo el primer puesto en el índice, mientras que Corea del Norte y Somalia tuvieron el peor desempeño, anotando tan sólo 8 puntos cada uno. Los países con los mejores puntajes comparten características fundamentales: altos niveles de la libertad de prensa; acceso a la información presupuestaria para que el público sepa de dónde viene el dinero y cómo se gasta; altos niveles de integridad entre las personas en el poder; que los poderes judiciales no diferencien entre ricos y pobres y que sean verdaderamente autónomos de las demás identidades del gobierno.
Los países con los peores puntajes en los últimos 4 años incluyen a Libia, Australia, Brasil, España y Turquía. Brasil es el país que más cayó en las Américas (siete puestos), principalmente por el escándalo de Petrobras, la cual ya ha llevado a la detención de más de 100 personas, entre políticos y ejecutivos de algunas de las empresas constructoras más grandes del país.
Por otro lado, Uruguay y Chile son vistos como los países menos corruptos de América Latina (puestos 21 y 23, respectivamente), aunque este último anotó tres puntos menos que en la última encuesta.
En el caso del Perú, obtuvo el puesto 36, que está a la mitad de la lista. Sin embargo, como se puede observar, hay mucho por mejorar. Específicamente en el ámbito político, los partidos políticos, el parlamento y el sistema judicial. Hemos caído dos puestos con respecto al año pasado (puesto 38) y debemos cambiar esa tendencia, volviéndonos más ‘limpios’.
Además, como afirma el informe, el 85% de las personas que participaron en la encuesta consideran que las medidas del gobierno para luchar contra la corrupción en el país son ineficaces y consideran que el nivel de corrupción ha aumentado en los últimos años.
Esperamos que las elecciones den inicio a una nueva gobernanza, más limpia y transparente, y que nos permita desarrollar todo nuestro potencial. Lampadia