Jaime Spak
Para Lampadia
El pasado mes de noviembre, escribí un artículo sobre la labor de peruanos, que son un orgullo para nuestra sociedad.
Esta vez les comentare sobre otro peruano, que merece ser resaltado, por la extraordinaria labor que está realizando.
Poder sobreponerse a situaciones muy difíciles y luego de ello ayudar a la sociedad, merece todo nuestro respeto y orgullo.
Hace siete años, un joven lleno de vida sufrió una severa lesión cerebral, recibiendo una cobarde agresión por detrás, al intentar separar a dos personas que se peleaban.
Tuvo un traumatismo encéfalo craneano severo.
Estuvo en cuidados intensivos por tres semanas.
La secuela de esta agresión ha sido el parkinsonismo.
Es un síndrome neurológico con temblores, rigidez, falta de coordinación y lentitud de movimientos.
Debido a ello, habla lento, le cuesta pasar líquidos y tiene poca coordinación en el lado izquierdo, aunque el golpe fue en el lado derecho de la cabeza.
Después de un mes de su lesión, empezó el capítulo más difícil de su vida.
Si la mente ordenaba algo, enviaba la señal al cerebro, pero este no ejecutaba la acción.
Su cerebro no respondía, no podía hacer nada.
Tuvo que reaprender a hablar, caminar, comer y vestirse solo.
Para un niño, aprender todo esto es más sencillo, pues con la ayuda necesaria, el tamaño indicado, y cuerpo preparado lo puede lograr.
Para una persona muy alta (1.89 m) y con parkinsonismo, el camino se hizo cuesta arriba.
La manera como reaprendió de manera rápida y eficiente fue con la ayuda de expertos, que sabían cómo manejar sus limitaciones.
Sin embargo, al Perú aún no han llegado los avances médicos que requieren técnicas de última tecnología.
Siendo su caso complejo y con la ayuda invalorable de su familia, pues tuvo el privilegio de contar con un seguro internacional, ingreso a un programa de rehabilitación en Chicago (con la tecnología más avanzada) llamado Shirley Ryan Ability Lab.
Estuvo allí durante cinco largos meses y fue consciente de la impotencia que deben sentir muchas familias en Perú, que no tienen los recursos necesarios para poder ayudar a sus seres queridos.
Cuando volvió a Lima y se reencontró con su terapeuta física, le conto que deseaba crear una ONG que cubra el costo de las terapias para personas que han sufrido una lesión cerebral. También quería que estas personas se beneficiaran con métodos y artefactos innovadores.
Su idea empezó llamándose LC Perú (Lesión Cerebral), pero cada vez más iba tomando peso y mostrando resultados positivos el hecho de reaprender y rehabilitarse con la ayuda de expertos. Así nació Reaprende.
En octubre del 2018 empezó a ayudar a la primera paciente Fiorella Pantoja, e implementaron en Cerene (el centro de Reaprende) la primera grúa de techo de uso público en Perú (https://reaprende.org/avances-y-tecnologia/.)
Reaprende tiene como objetivo una reintegración funcional de los pacientes mediante terapias físicas, ocupacionales, cognitivas, de lenguaje y apoyo psicológico.
En el programa, que dura 6 meses, los pacientes reaprendan a realizar acciones básicas del día a día de manera independiente.
Luego lograr que tengan una vida social normal y al final, que vuelvan a trabajar o a estudiar.
En este corto periodo de tiempo han tenido casos de éxito, pacientes han vuelto a trabajar, y Fiorella (la primera paciente) ingreso a la universidad después de su lesión.
Personas que estuvieron meses o años sin una rehabilitación correcta, comienzan con un apoyo basado en su edad y en las limitaciones específicas de cada uno.
Estas personas empiezan a notar cambios positivos y sienten una gran motivación al ver que sí podrán mejorar.
Realmente están reaprendiendo mediante métodos y técnicas comprobadas, y poco a poco se van notando los cambios.
Empiezan a ser más independientes nuevamente, ya que se les enseñan a volver a hacer tareas básicas como cocinar o limpiar.
Esta extraordinaria persona de la cual todos los peruanos deberíamos de estar muy orgullosos se llama Alberto Cohen.
La dedicación y el amor que Alberto le pone a este programa demuestra una vez más que la iniciativa privada, es mucho más eficiente que el inexistente apoyo estatal.
Los programas de rehabilitación y de ayuda psicológica tienen un costo.
Para las personas afectadas, ser parte de Reaprende es gratuito; el programa existe gracias a donaciones.
Han crecido poco a poco, ayudando cada vez a más personas.
Actualmente ayudan a diez pacientes en simultáneo.
Para poder crecer y ayudar a más personas, se necesita ayuda económica.
Así nació el libro Reconocer.
Al igual que con Reaprende, este libro reta a la mente para encontrar los caminos necesarios para su rehabilitación.
Al igual que nuestro cuerpo, mientras la mente este más activa, mejor será nuestra salud mental.
El libro está a la venta y los ingresos son íntegramente para el programa.
Apoyemos a Alberto en esta extraordinaria labor ingresando a www.reaprende.org , a informes@reaprende.org o al 913-249-987 y sintámonos orgullosos de ayudar en esta noble labor. Lampadia