El Perú: Una población trabajadora y aspirante, con un país pletórico de recursos, y una política vergonzosa. No sabe sintonizar la Naturaleza de su Población y la Riqueza de su País, con una Política que ha devenido en lastrante. Algunas ideas para motivarnos a la acción:
La economía
Desde abril pasado hemos visto un mejor ritmo de crecimiento de la economía que, además, llama la atención por manifestarse en muchas áreas, llevándonos a un crecimiento del orden de 4% del PBI. Mejor que en los últimos tiempos, pero largamente insuficiente en términos de nuestras necesidades y capacidades.
Algunas cifras: entre enero y mayo de este año, el país creció 4.8%. En abril, el crecimiento tuvo un fuerte repunte con una tasa de 7.8%, en mayo crecimos un 6.4% y, según el INEI, en junio apunta a 3.64%.
Ver en Lampadia: Un pulso de crecimiento de nuestra briosa economía
Selección de indicadores positivos publicados por el BCRP en su Resumen Informativo Semanal Nº 27, del 19 de julio pasado:
Otro resultado muy importante es el de la reducción del déficit fiscal, que ha sorprendido a tirios y troyanos:
Por su lado, según la Sunat, a junio 2018:
- Los ‘Ingresos Tributarios Netos del Gobierno Central’ (descontando devoluciones), tuvieron un crecimiento real de 26.4%
- La recaudación de ‘Tributos Internos’ creció en 17.2%
- Los ‘Tributos Aduaneros’ crecieron en 22.8%
- La recaudación del ‘Impuesto a la Renta’ aumentó en 18.5%
Según el MEF:
- La ‘Inversión Pública’ creció en 21.7% en junio
- La ‘Inversión Privada’, entre abril y junio, habría crecido más de 6%.
Es muy claro pues, que la economía está burbujeante, impulsada por nuestro potencial de crecimiento, que solo espera recuperar lo que podríamos llamar ‘el ritmo de confort de crecimiento’, aquel que nos permite reducir la pobreza en por lo menos dos puntos porcentuales por año y tener recursos para mejorar la educación, la salud y las infraestructuras.
¿Qué impide que recuperemos un ritmo de crecimiento de 6 o 7%?
Pues la enfermedad de nuestra política, la corrupción y la forma en que reaccionamos a ambas plagas.
La Política
Lamentablemente, la política, que no es una mala palabra, y que por lo tanto deberíamos referirnos a ella como la ‘politiquería’, no da pie con bola. Este es el espacio de nuestra clase dirigente, donde deben expresarse, los líderes políticos, académicos, empresariales, gremiales y mediáticos; pero que adolece de los dos posibles males de liderazgo, el de acción y el de omisión.
Como habrán comprendido, en el lado de la acción, muchas veces equivocada, están principalmente la mayoría de los líderes políticos y mediáticos, y por el lado de la omisión, buena parte de los dirigentes del resto de la sociedad civil.
Pareciera que, en el Perú, la política no es para administrar el bien común, sino para participar en una suerte de torneos medievales, de justas por el goce de la mismas, sin importar las consecuencias de las mismas. Como hemos explicado en Lampadia hace pocos días, en un año llamado de reconciliación, con una inauguración del mandato presidencial de Martín Vizcarra que comandó poner fin a la confrontación política, y con una población que durante el campeonato de fútbol, dio ejemplo de unión y armonía, en Rusia y en el Perú, las suicidas luchas políticas se agravan. Ver: Enderecemos el 2018.
La Corrupción
Cuando se hizo visible la corrupción del llamado Lava Jato, no supimos enfrentarla, y entre otras cosas fuimos el único país que paralizó su sector de construcción.
Ahora, al hacerse evidente la crónica corrupción del Sistema Judicial, no podemos desperdiciar la oportunidad de hacer una reforma integral que mejore cualitativamente la calidad de la justicia en el Perú.
En Lampadia propiciaremos, en los próximos dos meses un proceso de análisis y reflexión sobre los lineamientos de dicha reforma, e invitamos a que se compartan con nuestros seguidores, más de 600,000, las propuestas que las mejores mentes del país pongan al frente para ir a una reforma a fondo.
Prioridades
Mientras arreglamos el tema institucional, no perdamos de vista, como pretenden algunos despistados, dizque, politólogos, que no podemos descuidar ni un solo día el tema económico. Ver en Lampadia: No apuntemos a un crecimiento mediocre, donde invocábamos a desarrollar:
- Un plan de acción concertado entre el Ejecutivo y el Congreso
- Un programa de comunicación gobierno-ciudadanía sobre la situación, posibilidades de mejora y la necesidad de mantener la paz social y apoyo a los proyectos de inversión
- Un pacto tripartito: Ejecutivo-Congreso-Sistema Judicial (Fiscalía y Poder Judicial) para enfrentar con firmeza los conflictos político-sociales, que permita, por ejemplo, desarraigar de sus localidades a los violentistas que capture la policía y poder procesarlos en Lima.
Ahora, en el tema judicial, hay que enfrentarlo, igualmente, en armonía, pensando en el largo plazo, haciendo un propósito de responsabilidad funcional, y guardando, por algunos meses, los apetitos por las justas de poder juveniles. Lampadia