Francia es el destino turístico más popular del planeta. Cada año le da la bienvenida a unos 80 millones de visitantes (ver: Mapa del turismo mundial). Una cifra enorme, si se piensa que Francia no es un país muy grande, pero claro, está llena de encantos como su gastronomía (los mejores vinos y quesos), rica cultura, hermosas ciudades (entre las que descolla París) y museos de primer orden. Una combinación de atractivos irrefutable.
El Perú que recibe apenas 3.6 millones de turistas al año, tiene al igual que Francia, una gastronomía exuberante, una cultura envidiable, hermosas ciudades, biodiversidad, paisajes únicos y tesoros arqueológicos extraordinarios. Pero lamentablemente, no contamos con museos de primer nivel. No se debe menospreciar este tipo de atractivos.
Como se señaló en un reciente encuentro de Ibermuseos, recogiendo datos de la UNESCO “está surgiendo con creciente fuerza un tipo de turismo que busca la autenticidad y que está motivado por el deseo de conocer a otras personas y culturas en sus espacios naturales y sociales. Según datos de la Organización Mundial del Turismo (2008), el turismo cultural representó en 2006 alrededor del 42% de los viajes, lo que hace de este sector uno de los de mayor crecimiento del mundo”.
Y de hecho son los museos un vehículo indispensable para alcanzar este tipo de experiencias a los turistas ansiosos de este tipo de conocimientos.
El Louvre, el célebre museo francés (y habría que decir universal), es el más visitado del planeta. Según The Economist, el año pasado más de 9 millones de personas pagó € 12 (US$ 16) por persona para echarle un vistazo a la sonrisa enigmática de La Gioconda (Mona Lisa). Como señala la misma publicación británica, en pocos lugares uno puede experimentar lo mismo que en un concierto de Justin Bieber, cientos de personas pugnando por fotografiar o fotografiarse mientras la Mona Lisa muestra su imperturbable sonrisa detrás de un vidrio antibalas.
Un museo que amenaza el reinado del Louvre es el Museo Nacional de China. De acuerdo a The Economist: “La asistencia es cada vez mayor (…) y al ritmo actual, según algunos, podría superar el Louvre el próximo año como él (…) más visitado del mundo”.
Es decir, los museos le agregan valor a la llamada industria sin chimeneas. Y nuestro país parece no tener consciencia sobre esta realidad. El Perú no tiene un museo que esté a la altura de su cultura e historia. Para ser una civilización de casi cinco mil años, uno de los pocos países milenarios del planeta, no cuenta con un lugar en el que se muestre su extraordinario y largo pasado, así como las manifestaciones culturales que se han producido durante cinco milenios.
México, un país de una tradición similar, entendió la importancia de contar con un museo importante hace medio siglo. En 1964, fue inaugurado el edificio que alberga el Museo Nacional de Antropología. El edificio fue diseñado por el célebre arquitecto mexicano Pedro Ramírez Vázquez. Actualmente, es uno de los atractivos más reconocidos del capital mexicana y uno de los recintos culturales más interesantes del orbe.
Como política cultural y estatal, nuestro país se ha preocupado muy poco en el cuidado y desarrollo de museos. De hecho, a pesar de nuestro legado arqueológico, solo ocupamos el sexto lugar de Latinoamérica en número de museos, según el Instituto Latinoamericano de Museos (ILAM). Sorprende tener casi la mitad de estas instituciones que Colombia, Venezuela y varias decenas menos que ¡Cuba!
Como ha dicho recientemente la Ministra de Cultura, Diana Álvarez Calderón, se esperan realizar convenios entre el Ministerio, las Municipalidades y entidades privadas, para la conservación, puesta en valor y cuidado de centros arqueológicos. Otra solución que debiera estudiarse es la de Asociaciones Público Privadas (APP). Lampadia