Durante la última década, el PBI de África creció un promedio de 5.7% anual, una tasa superior a la alcanzada por Europa (2.5%) y Latinoamérica (3.3%), aunque aun inferior al ritmo alcanzado por los países del Asia (7.9%). Así, en el 2012, la cuarta parte de los países de África registró un crecimiento de 7% o más, evidenciando que esta es una de las regiones que mejor librada ha salido de la turbulencia económica global del periodo 2007-2013, al estar en el camino correcto para lograr alcanzar un PBI de de $2,6 billones antes de 2020.
Entre las claves del crecimiento económico de África se encuentra la favorable estructura demográfica que poseen. En la última década la población africana aumentó en 200 millones de personas, y actualmente ya supera los mil millones de habitantes. Las proyecciones indican que el aumento será mayor en los próximos años, con una media del 2.2% anual en el periodo 2010-2020. Asimismo, la ONU estima que el continente africano será responsable de más del 40% del crecimiento de la población mundial hasta el año 2030. A este ritmo, en el año 2050 la población de África será de 2.000 millones de habitantes, superando a la India (1.600 millones) y a China (1.400 millones). Para entonces, una de cada cinco personas en el mundo será africana. Pero además de contar con una enorme población, África tiene la media de edad más baja en el mundo. Mientras en Europa la edad promedio es de 40,1 años y en Asia de 29,2, en el continente africano esta cifra alcanza los 19,7 años, y más de la mitad de la población (500 millones de personas) tiene menos de 20 años. Con esta estructura demográfica, la población en edad de trabajar está creciendo con más rapidez que la del resto del mundo. En el año 2050 se espera que uno de cada cuatro trabajadores en el mundo sea africano.
Otro de los motores que ha impulsado el crecimiento es la alta demanda por recursos naturales de parte de los países asiáticos. África posee el 95% de las reservas mundiales de platino, el 90% de las reservas de cromita, así como la mitad del cobalto mundial y tasas similares en reservas de roca fosfática. En particular, esta región ha profundizado sus vínculos con China, aumentando el comercio 14 veces en los últimos 10 años. Las empresas chinas, a cambio de los minerales, madera y petróleo, exporta al África maquinaria, textiles, productos químicos, vehículos y productos electrónicos para satisfacer la demanda de una creciente clase media africana.
En efecto, en África se observa el fuerte ascenso de la clase media, estimándose que cerca de 150 millones de jóvenes africanos constituyen nueva clase media desde 1990, y antes de 2015 se habrán sumado otros 40 millones. La clase media africana supone actualmente el 34% de la población total (313 millones de personas), lo que implica que el bienestar no está beneficiando únicamente a unas élites. Este fenómeno ha alterado los patrones de consumo en el África, así en la última década el uso de internet creció en 2.500% comparado con un crecimiento global de cerca del 480%. Solo en Nigeria, el país más poblado de África, el número de usuarios de internet se disparó de 200.000 a 44 millones en el mismo periodo. En el caso de los teléfonos móviles, ha aumentado desde los 15 millones de usuarios en el año 2000 hasta los 500 millones en 2010, un espectacular aumento. En 2015 se espera que sean 800 millones los usuarios de telefonía móvil en África (muchos más que en Europa, por ejemplo). La importancia de este dato radica en que los teléfonos móviles no solo permiten a los africanos comunicarse, sino que también es un medio utilizado para realizar operaciones bancarias, además de ser para muchos el principal medio de acceso a internet y de actualización de la información.
No obstante, a pesar de este favorable panorama, el reto que tienen los países africanos (al igual que el Perú) radica en mejorar sustancialmente sus niveles educativos y sus instituciones, ya que The Economist advirtió que África no podría emular “el milagro asiático” debido a los bajos estándares que presenta en estos rubros. Además, hay problemas como la falta de estabilidad política, ya que sólo siete de más de 54 países tienen elecciones democráticas frecuentemente, lo cual no generaría la confianza suficiente para fomentar inversiones de largo plazo.
Perú no debe perder de vista que entre los diez países que más crecieron la última década, seis son africanos (los otros cuatro, asiáticos). La previsión para este 2013 es que prácticamente todos los países africanos crezcan a ritmos muy superiores a los de Occidente, y de acuerdo al FMI, diez de las veinte economías con mayor potencial de crecimiento hasta 2017 son del África. Ante estas perspectivas, vale la pena repensar nuestra estrategia de integración con esta emergente región para explotar el potencial que significará su mercado.