Hace unos días se publicó el Informe de Indicador Compuesto de Actividad Económica (ICAE), consolidado al 2015, elaborado por el Instituto Peruano de Economía (IPE). Muestra que la región que más creció en el segundo trimestre del 2015 fue Madre de Dios, al reportar un incremento de 25.1%, muy por encima del promedio nacional. Le siguen Apurímac y Junín, regiones que reportaron un crecimiento de 12.2% y 12.0%, respectivamente. La primera, fundamentalmente por la minería ilegal y las dos siguientes, por la minería moderna y formal.
La actividad económica de Madre de Dios se vio fuertemente impulsada por el incremento de la producción de oro (58.3%) y la producción agrícola (16.3%). Según el IPE, “la mayor producción de oro responde al incremento de la actividad minera informal, pese al esfuerzo del gobierno por formalizarla y erradicar las actividades ilegales”. El informe detalla que el crecimiento reportado responde a las “menores interdicciones a la minería ilegal en la región, que permitió la recuperación de la producción de oro (160.6%)”. Por otro lado, la mayor producción agrícola se explica por mayores cultivos de maíz amarillo duro (35.3%) y papaya (89.5%).
Recordemos que Madre de Dios fue la región que más cayó durante el 2014, al reportar un decrecimiento de 13.5%. “Cuando hay una fuerte actividad de interdicción, la producción de oro ilegal cae y eso también afecta la producción de oro de Madre de Dios”, explica Víctor Fuentes, economista del IPE.
El segundo mayor crecimiento del ICAE es de la región Apurímac, la cual experimentó un crecimiento de 12.2%. Esto se debió principalmente al fuerte incremento de la producción minera, impulsado por el inicio de la producción del proyecto Las Bambas (en diciembre) y por el inicio de operaciones del proyecto Anama (en marzo).
El proyecto Las Bambas cuenta con reservas minerales de 7,2 millones de toneladas de cobre. Se espera que produzca más de 2 millones de toneladas de cobre en concentrado en sus primeros cinco años. Se estima que la vida de Las Bambas será mayor a 20 años, dado que su potencial de exploración es considerable, y que solo el 10% de la propiedad otorgada en concesión se ha explorado hasta el momento. Ver en Lampadia: La encrucijada de Las Bambas es también la del Perú.
La tercera región con el mayor crecimiento fue Junín, con 12.0%. Este resultado también es consecuencia de un fuerte incremento de la producción minera (59.9%), ya que Toromocho se encuentra en su etapa de consolidación y la producción de cobre creció 139.3%. También hubo un incremento en el sector agrícola (7.9%), gracias a un mayor cultivo de café (30.0%) y cacao (23.7%).
En general, en 2015, las regiones que más crecieron fueron las mineras (5.7%). Cusco, por ejemplo, obtuvo un buen resultado de 7.5% gracias a la consolidación de las operaciones de la mina Constancia. En el caso de Arequipa, la región creció 2.9% por el inicio de operaciones de la ampliación de Cerro Verde. También Tacna obtuvo un resultado de 7.1% por una mayor producción minera (10.5%). Además, es importante notar que Moquegua creció 1.7%, especialmente gracias a una mayor actividad manufacturera impulsada por la refinación y fundición de cobre que se incrementaron en 6.9% y 4.2%, respectivamente.
Por otro lado, las regiones que menos crecieron fueron Huancavelica (-3.1%), su primer crecimiento negativo luego de 7 años, San Martín (-1.2%) y La libertad (-0.8). En el primer caso, se debe a una disminución de la producción minera (-6.5%) por la caída en la producción de cobre (-4.2%) y plata (-6.8%). En San Martin fue por la desaceleración de la actividad agrícola (1.8) y en La Libertad por una caída del sector agrícola, específicamente por menores cultivos de espárragos (4.5%) y páprika (65.0%).
El principal componente del crecimiento de la economía es la inversión privada, especialmente en minería. El Perú es un reconocido productor mundial de cobre, oro, plata y zinc. La minería genera normalmente el 60% de los ingresos por exportación, con solo el 7% del PBI. Para poder retomar nuestra competitividad y reanudar el alto crecimiento que nos consagró como ‘La estrella de América Latina’, se tienen que tomar medidas de inmediato.
Sin embargo, en los últimos años se ha fomentado una serie de mitos anti mineros (que contamina, que se gasta el agua, que exporta piedras, que no se puede hacer minería en las cabeceras de cuenca, etc.). Además, de facto y paulatinamente, se instaló un ambiente anti inversión privada mediante todo tipo de trabas burocráticas, permisos ambientales, culturales, que además del empoderamiento de las autoridades regionales y municipales con capacidades discrecionales absolutas (con el dinero del canon en sus manos, pensaron que no necesitaban al sector privado y actuaron como si los ciudadanos individuales y las empresas fueran sus enemigos). Todo esto, la parálisis de la inversión minera y sus efectos multiplicadores, terminaron desacelerando a una de las economías más dinámicas del mundo, nuestro Perú. Ver en Lampadia: Destrabemos la construcción de nuestro futuro.
Lamentablemente, desde el 2011 hemos parado el principal motor de la economía peruana, ya sea alentando mitos como “Agua sí, Oro no”, permitiendo los desbordes de los grupos anti mineros y multiplicando la normatividad que se ha convertido en una trampa imposible de superar. Así hemos perdido inversiones de más de US$ 22,000 millones en lo que va de este régimen. Ver en el siguiente cuadro los datos que presentó Julio Velarde, el Presidente del Banco Central de Reserva en Perumín sobre la tramitología minera:
Contamos con un sector que aporta un gran valor agregado a la economía, generando miles de millones de dólares de exportaciones. Pongamos en valor los recursos mineros que tenemos el privilegio de tener y actuemos en pro del desarrollo integral, duradero y sostenible. Lampadia