Richard Webb, Economista
Nací el 8 de julio de 1937 en Bellavista, Callao. Soy hincha del Sport Boys y mi deporte favorito desde hace quince años es la bicicleta. He realizado rallies en Totoritas. No tengo un libro favorito porque siento que muchos han influido fuertemente en mi vida, aunque lo que más me gusta leer es humor e historia, sobre todo temas relacionados a la vida colectiva de la gente. Una constante en mi vida han sido las manzanas y mi hobby favorito es el ajedrez. Mi mayor virtud creo que es la curiosidad, que ha sido siempre mi motor. Mi mayor defecto ha sido, como muchos, tener un cerebro muy limitado, soy lento para entender y me olvido. Es una frustración permanente.
Desde hace cuatro años se dedica a investigar y descubrir la economía rural del Perú. “La población rural se achica, y se achica primero con la migración a las ciudades, pero además porque ha empezado a haber una migración importante a los pequeños pueblos. Y los pequeños pueblos se están volviendo una nueva forma de vida rural”, cuenta Webb.
— ¿La desigualdad podría ser una de las razones de la migración?
La gente no emigra por desigualdad, migra por pobreza. La gente no está pensando “él está allí y yo acá, eso no me gusta”. Eso de la desigualdad es un tema más intelectual que de la gente. Y es una veta política. Los políticos la usan. Mucho más que la envidia es el deseo de salir adelante de uno mismo lo que impulsa la migración.
— ¿Y se están abriendo cada vez más posibilidad de desarrollo en las zonas rurales?
Hace cien años, el 80% de la economía rural era agrícola, hoy día es solo el 50% de la economía rural. El otro 50% es un poco de todo. Esa ha sido una importante transformación. La mitad de su ingreso ahora proviene de actividades como el transporte u otros oficios como carpintería, construcción, etcétera.
— ¿Cuál es su lugar favorito de nuestro país?
Me encanta la sierra. Me encanta Puno. No hay lugar en la sierra al que no vaya y no me enamore.
— Usted es doctor en Economía por Harvard. ¿Cómo descubrió que la economía era lo suyo?
Mi vida está llena de cosas accidentales, y esa fue una. Cuando terminé el colegio, quería ir a la universidad. En esa época no era tan estándar, la gran mayoría de mis compañeros de colegio no fueron. Yo tenía una inclinación más intelectual. Yo quería estudiar Filosofía, y mi padre se negó y me insistió en la carrera de auditor. En su tiempo ser auditor era muy respetado. Hablamos con un amigo de mi padre que nos contó que se podía ser auditor con tres años de Economía y tres de práctica en la materia. Entonces empecé con la Economía y me interesó tanto que nunca llegué a ser auditor.
— Usted es amigo de PPK desde hace muchos años…
Yo trabajaba en la oficina de estudios económicos del BCR en el año 63 y me dijeron que iba a venir a trabajar este señor Kuczynski que había estado laborando en el Banco Mundial. Y allí es que lo conocí. Incluso se instaló en un departamento en El Olivar, y yo también vivía por allí. El edificio de él era moderno, el mío era un cuartucho dentro de una casa. Pero en esos años nadie tenía teléfono y debido a que mi cuartucho era parte de una casa que siempre había tenido teléfono, él venía de vez en cuando a utilizarlo.
— ¿Cuáles fueron sus mayores retos en el BCR?
Fueron diferentes momentos y retos. La primera vez que entré al BCR mi reto era crear una verdadera oficina de estudios económicos y así es que empezamos un esfuerzo grande de formar y reclutar economistas. El segundo, cuando entré a la presidencia en el año 80, fue la estabilización. El Perú tenía una inflación de 70% al año, y el país recién salía de una etapa de tremendos problemas. Todo el manejo de la economía había que hacerlo en el contexto de un gobierno que no tenía mayoría en el Congreso, un cuadro político tremendamente movido.
— El reto era también la enorme influencia política en la economía…
Era el entorno. El BCR desde ese año funcionaba con una nueva constitución que le daba autonomía. Entonces el gobierno no podía remover a los directores del BCR como sí había podido hacer antes. Eso nos daba un grado de independencia que fue una novedad en el Perú. Pero igual el cuadro político influía, porque eso de la independencia nadie lo entendía, era una idea foránea.
— ¿Quiénes son los economistas jóvenes que formó en el BCR?
Bueno de esa época, ya están todos jubilados [risas]. Gente como la economista Rosa Valdivieso, hermana de Lucho Valdivieso, Iván Rivera creo que estuvo brevemente, Roberto Abusada. Con Roberto, yo salía y él entraba al curso, y después trabajó ayudándome en la universidad. Igual pasó con Pepe Valderrama, que fue mi alumno en la universidad.
— ¿Cuál es la gran investigación que aún tiene pendiente?
Me encantaría escribir una historia económica del Perú del siglo XX. Ese sería un sueño, porque de historiador no tengo nada. He escrito dos, una del Banco Mundial y otra de las microfinanzas en el Perú. Pero sería un esfuerzo enorme y no sé si ya tendría la capacidad para eso.