Para el sector exportador, durante los últimos años, los costos de transacción se redujeron parcialmente, a través de mejoras en las infraestructuras (carreteras, puentes, puertos y aeropuertos) que significaron una mejora en la competitividad, aun insuficiente. Pero ahora, mayores costos en seguridad vienen jugando en contra. Según ADEX, estos costos se incrementaron 5% en el último año. Entre el 2006 y 2013 el Perú mejoró en 73% la calidad de sus puertos, mientras que en el caso de la violencia y el crimen lo hizo solo en 25%, según las cifras que se recogen del Reporte Global de Competitividad que publica el World Economic Forum. Existe pues, una gran deuda, como parte de nuestra la agenda pendiente, sobre todo si nos comparamos con Chile con el cual aún se mantiene una brecha que no se ha venido cerrando a pesar de mejora económica del país.
En un escenario mundial competitivo cada centavo ahorrado puede hacer la diferencia, sobre todo en industrias con márgenes pequeños (debido entre otros factores a la competencia). Al igual que contar con un puerto que reduzca el tiempo de desembarque, ofrecer un buen servicio de seguridad ciudadana genera grandes beneficios a la sociedad.
Una de las actividades por las cuales el Estado goza del monopolio del uso de la fuerza es su obligación de brindar la seguridad interna y externa. Cuando este servicio es inadecuado, la economía debe destinar mayores recursos de los necesarios para cubrir las brechas de seguridad y ver de dinamizar el desarrollo de los negocios y la vida cotidiana. Hoy, las alternativas a la falta de seguridad pública son los serenazgos (cuyo costo es cargado luego a los vecinos vía arbitrios) y las empresas de seguridad privada, es decir se incrementan los costos de transacción de la economía y se pierde competitividad. Lampadia