Venezuela y Argentina lideran la ´nueva´ izquierda de América Latina con un desastroso manejo económico que los ha llevado a elevados déficit fiscales, inflaciones desbocadas y crisis cambiaria. Sus autoritarios gobiernos han llevado a estos países al borde del abismo. La cotización del dólar en el mercado negro en Venezuela llegó a 12 veces el cambio oficial, mientras que en Argentina al doble.
Argentina y Venezuela a pesar de tener importantes recursos naturales no supieron aprovechar boom de los precios de los commodities para apuntalar sus economías. Por el contrario, ambos registran hoy, las dos peores crisis económicas de América Latina: alta inflación, bajo crecimiento, y pérdida de valor de sus monedas. El enfoque ideológico de sus gobiernos y la rampante corrupción, han destrozado sus economías e instituciones.
Ambos establecieron el control de cambios, que ahora llega a su fin. Venezuela mantiene un tipo de cambio fijo, mientras que en Argentina, el gobierno interviene en el mercado para defender al peso. Todo ello a pesar de elevadas inflaciones (56%´oficial´ en Venezuela y 28% en Argentina).
La brecha existente entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, o negro, es abismal en Venezuela. La BBC reportó que el 24 de enero último, mientras que el tipo de cambio oficial era de 6.3 bolívares por dólar, en el mercado negro se cotizaba a 75 bolívares, casi 12 veces más.Todo ello en un contexto en el que las reservas internacionales caían de US$ 28 mil millones en diciembre 2013 a US$20 mil millones en enero de este año, a pesar de contar con exportaciones de productos petrolíferos por US$ 85 mil millones.
El gobierno venezolano impuso restricciones a la salida de capitales. A pesar de estos esfuerzos, la presión del mercado obligó al gobierno a devaluar parcialmente su moneda. Recientemente se ha creado un tipo de cambio adicional (coexisten dos tipos de cambio oficiales) para sectores “no prioritarios” de 11.3 bolívares por dólar, 6.3 para el base, en comparación a los 75 del mercado negro.
Por su parte, el gobierno argentino perdió la batalla y devaluó su moneda. Las reservas internacionales cayeron rápidamente de US$ 50 mil millones a US$ 29 mil millones (entre noviembre de 2013 y enero de 2014), provocando que el 23 de enero pasado, el Banco Central de Reserva de Argentina suspendiera su intervención en el mercado. El peso perdía el 17% de su valor, ubicando el tipo de cambio oficial en 8.0 pesos por dólar, la mayor caída en doce años. Pero todavía por debajo del precio en el mercado negro cercano a los 12.5 pesos por dólar (registrado el martes último).
La historia de los tipos de cambio fijos en América Latina es muy mala. Esta política requiere que losbancoscentrales posean reservas internacionales altas para hacer creíble la sostenibilidad del sistema. El esquema depende del ingreso de divisas, principalmente de la balanza comercial. Por lo tanto, la caída en los precios internacionales de las exportaciones,de la producción, o la fuga de capitales, significa una reducción de las reservas internacionales, y el riesgo devaluatorio.
En estos países se acusa a los “acaparadores” de ser los responsables de la inflación. En Venezuela se creó una línea gratuita para denuncias. En Argentina se intentó congelar los precios en los supermercados, una receta que siempretrae mercado negro y escasez.
La inflación en ambos países se debe principalmente a la mala situación fiscal y la falta de independencia del Banco Central. Esta combinación hace que el Gobierno se financie a través de la emisión inorgánica de dinero, con la maquinita. Así es que la agencia calificadora de riesgo, Moody’s y Goldman Sachs pronostican el desplome de del peso argentino para este año, entre 50% y 55%, respectivamente.
Ambos presidentes herederos, la Kirchner y Maduro, ha acusado a los empresarios nacionales, las empresas extranjeras, los bancos y los fondos de inversión de ser los responsables de los problemas de la economía. Cuando los gobiernos recurren a esta táctica, se debe a que su propia mano negra ha perdido el control de la economía.
Estos países poseen envidiables recursos naturales y potencialidades, por muchos años lideraron el ranking de ingresos per cápita de la región, sin embargo, sus malos manejos económicos los apartaron de la senda del desarrollo. El guión de esta novela ya se conocía desde hace varios años, y todos sabíamos que no tendría un final feliz. Lampadia