“Es momento de que el político deje de priorizar su ideología y empiece a priorizar el país”.
Y, parece la de nunca acabar. Ya nada nos sorprende de este Estado, pero eso no significa que debería dejar de indignarnos.
Recientemente, un Proyecto de Ley que se está cocinando en el Parlamento tiene como objetivo la expropiación de las empresas. Pueden dibujarlo de diferentes maneras, ponerle otros nombres que lo harán ver más justo para algunos ojos, pero las personas que hemos pasado por distintas dictaduras sabemos reconocer las amenazas. Sabemos identificar al lobo cuando se disfraza de oveja.
Me refiero al proyecto de Ley que plantea quitar licencias a las empresas que tengan infracciones ambientales. Para ello, se esboza una modificatoria a la Ley General del Ambiente que permita quitarle las licencias a la empresa, ya sea minera, petrolera o de otro sector, si es que ha sido sancionada por incumplir una medida preventiva dictada por el OEFA en medio de una declaratoria ambiental, dándole a dicha entidad la oportunidad a tomar “medidas excepcionales” para continuar con la operación.
Tengo experiencia de más de 50 años en industrias extractivas. Conozco el sector y veo dónde está lo perverso. El proyecto de Ley le da poder absoluto al Estado para revocar licencias a fin de poder controlar las empresas. Así de simple. Si lo queremos dibujar en tres pasos sería: 1) organismo fiscalizador del Estado sanciona a empresa por incumplir una medida preventiva. 2) Sin la necesidad de llegar al Poder Judicial, la autoridad sancionadora del Estado revoca licencia y toma medidas excepcionales. 3) Bueno, ya sabemos la tres.
Lamentablemente, vemos cómo las acciones, los planes, las leyes que se vienen proponiendo están yendo no solo en la dirección contraria a la razón, sino que están mostrando una tendencia, cada vez más clara, de querer repetir las antiguas fórmulas políticas que hundieron al país en profundas recesiones económicas.
Lo que hoy sí nos falta son verdaderas políticas de Estado que protejan y promuevan la inversión privada, la cual es la que crea empleo digno y genera desarrollo social y económico, pero ese tipo de proyectos de Ley lamentablemente no vemos en el Congreso.
El presidente Castillo ha mencionado, en diferentes oportunidades, que el Perú promueve la inversión privada, sin embargo, este tipo de acciones contradicen su rumbo.
El Perú tiene todo para lograr ser un país próspero y facilitarles, a todos sus ciudadanos, las buenas oportunidades de desarrollo personal y colectivo que tanto requerimos para ser una sociedad realmente más justa y más equitativa.
Es momento de que el político deje de priorizar su ideología y empiece a priorizar el país, que para eso realmente los hemos elegido. ¿Es tan difícil hacerlo?
Por: Augusto Baertl, Presidente del Directorio de Agrícola Chapi
Gestión, 20 de Julio del 2022