Por: Mg. Iván Castillo Plácido
Facebook, 20 de julio de 2020
Es grato dirigirme a usted para hacerle llegar mis saludos correspondientes, deseando que se encuentre bien de salud usted y su familia.
Yo, Iván Castillo Plácido, soy profesor de carrera y de vocación con más de 20 años de experiencia en el sector educativo, casado, y con mi esposa tenemos cuatro hijas: dos de ellas están en la educación inicial y las mayores en educación primaria. En la actualidad trabajo como profesor en un colegio privado y en una universidad a tiempo parcial.
Como tal, me dirijo a usted para manifestarle mi preocupación por la forma en que algunas autoridades vienen tratando a los colegios privados desde que se inició la cuarentena en nuestro país, ya que esto repercute significativamente no sólo en la calidad educativa, sino también en el presupuesto familiar de cada maestro en este sector de la educación peruana.
Muchos colegios privados han optado por brindar clases virtuales tras la cuarentena y ante ello, los primeros días de abril, debido al populismo mediático se presionó a las instituciones educativas privadas a realizar una nueva estructura de sus costos a fin de disminuir el cobro de las pensiones. Esto lo fundamentan diciendo que “los colegios no gastarán dinero para pagar auxiliares, electricidad, agua, mantenimiento de instalaciones”.
Sin embargo con este hecho, se ha ocasionado una discordia en la relación familia – colegio, y además quienes afirman esto, demuestran desconocer el manejo del presupuesto educativo. Se sabe que todo colegio tiene como egreso principal la planilla de sus profesores, llegando a ser aproximadamente el 70% del total de sus gastos anuales; a parte, tiene un 25% en gastos operativos relacionados también con su propio personal: capacitaciones, material pedagógico – tecnológico entre otros, por lo que el 5% de sus egresos (que es la diferencia), se refiere a los servicios básicos que se menciona de forma absurda que debe repercutir en la pensión.
Puedo afirmar que, luego del primer golpe dado por la cuarentena, y que los profesores tuvimos que cambiar radicalmente de modalidad y estrategias para que no se perjudique la labor educativa, con este populismo mediático se empezó a agudizar la crisis en los colegios privados. Muchos colegios tuvieron que bajar sus pensiones y por lo tanto el sueldo del personal docente se redujo considerablemente, afectando el presupuesto de sus familias.
Otro aspecto que quiero resaltar en esta crisis educativa, es la forma cómo se viene manipulando la Ley de los Centros Educativos Privados respecto al cobro de pensiones. Es cierto que esta coyuntura que estamos viviendo, afecta al presupuesto de los padres de familia. Sin embargo, antes de la crisis ya se abusaba de esta ley, puesto que la tasa de morosidad en los colegios privados era considerable alcanzando el 50% en los sectores C y D, y 30% en los sectores A y B. Ahora muchos colegios han superado el 70% de morosidad en estos últimos meses y también ha sido determinante para que algunos cierren, y en otros se reduzca el sueldo de sus profesores.
A esto se suma que, dada la crisis, otros colegios optaron por ampararse en la suspensión perfecta de labores, dada por el Presidente de la República en el Decreto de Urgencia Nº 038-2020 el pasado 20 de abril. De esta manera, muchos colegas al quedarse sin trabajo, viven en la actualidad en un estado de incertidumbre respecto a su presupuesto familiar.
Con todo ello señor congresista, sabemos que en la actualidad se han cerrado casi 2,000 colegios privados a nivel nacional. Si multiplicamos esta cantidad por 15 profesores en cada uno de ellos, podemos afirmar que en promedio son 30,000 profesores los que se han quedado en la calle. Invito a usted y a la comisión que preside, poder saber y comunicar al público en general, el número exacto de profesores que en la actualidad están sin trabajo no sólo por la coyuntura de la cuarentena, sino también porque nuestras autoridades no han dado el respaldo suficiente a los colegios privados que pertenecemos.
Por lo expuesto anteriormente, pido a usted observar y archivar los 10 proyectos de ley que tiene en su despacho y que va en contra de la educación privada, como por ejemplo el proyecto Nº 5743 que el congresista Carlos Fernando Mesía Ramírez está impulsando. Estos proyectos de ley que promueven el pago mínimo por el servicio educativo a los padres de familia, son una apología al despido masivo de docentes. Es menester de usted saber que, siempre hay un impacto negativo en la economía de los casi 200,000 profesores que trabajan en colegios privados, cada vez que alguna autoridad del estado interviene con una dosis de populismo según ellos “a defender el pago justo de un servicio”.
El pago de un servicio, no es tanto por la modalidad o estilo, ni mucho menos por el número de horas ofrecidas, sino por la calidad del mismo. Esto se aplica también a la educación. Por eso, los pocos profesores que aún podemos trabajar en colegios privados comparado con el total que éramos antes de la cuarentena, seguimos luchando por brindar una educación de calidad.
A pesar del cambio que hemos dado en esta modalidad virtual, para cada clase siempre hay un tiempo de preparación o planificación previa, en cada clase exponemos la intimidad de nuestro hogar a los ojos de nuestros alumnos y sus familias con tal de brindar una enseñanza eficaz, al final de cada clase siempre hay un tiempo de revisión de evaluaciones para observar el progreso y logro de nuestros alumnos. Por lo tanto, la modalidad ha cambiado, pero el trabajo sigue siendo el mismo. No permita usted, que otras leyes más sin un sentido objetivo y transparente, perjudiquen la noble labor docente, su presupuesto familiar y la educación privada que ayuda al estado a brindar un servicio de calidad a todos los peruanos.