Por: Jorge Montoya Manrique
Expreso, 30 de abril de 2020
Se necesitan mecanismos extraordinarios, economía de guerra. Eso salvará vidas y no afiebrados discursos ni fotos publicitarias.
Edías.l coronavirus sigue avanzando cobrando más vidas todos los
El país está paralizado y siendo la mayoría de la población laboral informal, las medidas de apoyo económico que ha priorizado el gobierno no los alcanza, esto los ha llevado en muchos casos a no respetar el aislamiento social por tratar de conseguir recursos para sobrevivir o para migrar a sus pueblos de origen para encontrar el apoyo familiar. Ambas situaciones son previsibles y con posibilidades de manejarlas con menos daños colaterales que los ocasionados por la falta de atención y desorden, como es el incremento de contagios y su diseminación a lo largo del territorio.
Tenemos un gobierno sin capacidad de manejar esta crisis, confundido en su protagonismo mediático, transmitiendo información confusa, tratando de ocultar la realidad y trasladando sus responsabilidades a la población en general y dándoles a los gobiernos regionales y municipales tareas que no tienen la capacidad de hacerlas bien, multiplicando las posibilidades de corrupción. En vez de hacer un solo proceso de compras, ha generado 1,874 procesos llenos de errores y actos de corrupción.
El gobierno ha claudicado en su tarea fundamental de hacer frente a la pandemia con las herramientas legales que le brinda la Constitución y las Leyes, el Perú cuenta con ese marco legal. La seguridad nacional está en riesgo y se deben actuar con los mecanismos que la ley faculta y como la situación lo exige. Hay que entender que estamos hablando del mayor bien que tiene el país: todos nosotros.
En el país solo existe una organización preparada para asumir el control de una situación como la actual que es lo más parecido a un estado de guerra y esa es el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, con el EjÉrcito, Marina de Guerra y Fuerza Área, y como organismo de apoyo la PNP.
El Presidente debe activar el Sistema de Seguridad y Defensa Nacional, y desde ahí accionar para solucionar los problemas complejos que presenta esta emergencia. En su seno se pueden disponer las acciones necesarias para cubrir la brecha existente entre las disponibilidades y las necesidades existentes. Se puede efectuar la transferencia, la requisición, la intervención y las donaciones de los bienes que sean necesarios para mitigarla, así como ciberataques contra los generadores de pánico en las redes, nombramientos oficiales de los comandos Covid-19 regionales con funciones claras, contratar empresas privadas expertas en brindar alimentación a grandes grupos, entre otras.
Sin haber llegado al pico de la curva, el sistema de salud ya colapsó en su capacidad de atender a los infectados y disponer de los cadáveres, el tiempo que dicen haber comprado para mejorar el sistema ha sido mal empleado, no se cuenta con el material y locales necesarios para almacenar temporalmente los cadáveres, ni con el material de protección suficiente para el personal de salud, FFAA y PNP, por mencionar solo dos puntos. No se han dado medidas para flexibilizar el sistema de adquisiciones en consecuencia con la situación que vivimos. Los procesos siguen como si estuviésemos en condiciones normales, es decir lentos e ineficaces. Se necesitan mecanismos extraordinarios, economía de guerra. Eso salvará vidas y no afiebrados discursos ni fotos publicitarias.