Álvaro Rios Roca, Socio Director de Gas Energy Latin America.
Gestión, 9 de noviembre de 2017
Cono sur es Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y tangencialmente el Perú. Hace algo de más de dos dé- cadas, se construyó gran cantidad de infraestructura para integrar a la región con gas natural, energía eléctrica y que fluyan otros productos como GLP y derivados de petróleo, exceptuando el Perú.
Varios de estos gasoductos y lí- neas eléctricas están sub uti lizadas y generan oportunidades a futuro. Entrando en tema, en Chile y el Perú, las transacciones comerciales de energía dentro y fuera de los países las plasman el sector privado y las empresas estatales ENAP, Petroperú y Electroperú en un mercado abierto y competitivo.
Argentina y Brasil están implantando reformas es tructurales a sus marcos legales y regulatorios y privatizando una serie de activos en toda la cadena de la energía, de manera que sus empresas estatales YPF, Petrobras y Electrobras dejen de ser monopólicas y compitan abiertamente con el capital privado por los mercados.
Paraguay es un país eléctrico y con fuerte participación estatal a través de sus empresas ANDE y Petropar, que debe competir con el sector privado para abastecer combustibles en su mercado interno. En Uruguay, UTE es la empresa eléctrica y Ancap la de hidrocarburos, si bien controlan gran parte de la cadena de abastecimiento, deben también competir con empresas del sector privado.
En casi todos los países se están practicando precios internacionales de mercado (y algunos como Argentina están en camino a hacerlo) obviando subvenciones. Por lo tanto, las transacciones y compra venta de energía (gas natural, GLP, electricidad, derivados del petróleo, etcétera) se darán competitivamente dentro y fuera de los países, y donde las empresas estatales de energía tendrán también que acoplarse y tornarse competitivas. Los gobiernos serán meros facilitadores para que las transacciones entre países sean más fluidas.
Cuando escuchamos en los medios de comunicación que un ministro de Energía emprenderá negociaciones de compra venta de GLP/gas natural/energía eléctrica/etcétera con otro ministro de Energía, podemos deducir que es más una declaración política y los compromisos comerciales no se concretarán en dichos encuentros. Las empresas privadas y públicas en la cadena son y serán las responsables por las transacciones comerciales de los energéticos y no así los ministerios o los gobiernos de turno.
Las compras de energía eléctrica se consuman ahora por licitaciones programadas donde se debe competir con despacho económico o libremente con grandes usuarios o en el mercado spot. Los ministerios no compran ni comprarán energía eléctrica. El contrato Bolivia-Brasil concluye en 2 a 3 años. No podemos imaginarnos cómo podría el Ministerio de Energía de Brasil encarar negociaciones de precios, volúmenes, TOP, DOP, etcétera, con el Ministerio de Bolivia, cuanto paralelamente está en pleno proceso de atraer capitales bajo un régimen de competencia. Definitivamente, ya existe una nueva modalidad en las transacciones de energía en el cono sur.