Julio Favre, empresario, líder de opinión y ex-presidente de CONFIEP, analiza la evolución de los empresarios en las últimas décadas y su relación con el gobierno actual.
¿Ha cambiado la mentalidad de los empresarios en los últimos 20 años? ¿De qué manera?
La mentalidad de los empresarios definitivamente ha cambiado después del desastre de la seudo revolución velasquista. Creo que antes de esa revolución el empresario era mucho más mercantilista, más egoísta, no estaba acostumbrado a cumplir sus obligaciones con el estado. Hoy en día tú ves a un empresario – por lo menos los que son formales, los que están en gremios, en la CONFIEP – mucho más moderno, mucho más preocupado por el aspecto país, por el aspecto social, etc., si bien es cierto que todavía se tiene ante el público esa connotación de ser empresariado siempre pegado a los gobiernos.
¿Cómo evalúa usted la relación entre el gobierno actual y los empresarios?
Desde mi punto de vista creo que es bastante mala. Pareciera que el presidente Humala tuviese una suerte de rabia oculta contra el empresario. Si bien es cierto que está cumpliendo el programa económico de una forma obligado por la famosa hoja de ruta, a veces trasunta una posición que es absolutamente anacrónica. De lo poco que me alegré de su elección fue que, como él había sido militar y uno de los problemas más graves que tiene el Perú es el desorden social, la violencia que existe en todo ámbito – social, político y la delincuencia común- pensé que por lo menos en eso íbamos a tener un logro, u sin embargo lo peor que ha pasado en este gobierno es justamente eso: Hay desorden, no hay una mano firme. Cuando uno dice “mano dura”, otros dicen “añora el autoritarismo”. No, la democracia tiene que ser defendida con autoridad – no con autoritarismo -, con autoridad fuerte, y no existe.
El sector privado ya está en el siglo XXI, pero el estado sigue en los años 80’. ¿Cómo modernizamos el estado y la política?
Esa es una tarea que creo que – no lo digo ahora, sino desde hace 20 años, cuando fundamos Perú 2021 – el empresario, tal es el caso que algunos empresarios están haciendo esfuerzos individuales en esa lucha. Creo que el empresariado peruano tiene que liderar el país, tiene que alzar su voz, tiene que decir las cosas, y no quedarse callado esperando que estas fuerzas de izquierda, que son retrógradas, sigan avanzando y copando la opinión pública. Creo que tenemos que cambiar esto y de alguna forma presionar al gobierno para que se modernice. Ninguno de los gobiernos anteriores ha hecho un gran esfuerzo en ese sentido.
¿Por qué los empresarios no defienden públicamente sus puntos de vista?
Creo que es por temor. Te digo mi caso: Muchas veces critico al gobierno, pero no lo hago porque sea un anti-gobierno, soy peruano y punto: si un gobierno lo hace bien, lo aplaudo, sino, lo critico. No pertenezco a ningún partido político, pero sí es cierto que, a nivel empresarial, a mí me atacan permanentemente, a través de la SUNAT con resoluciones realmente descabelladas que no quiero ni contar, pero que son una cosa que nadie me puede creer cuando se la cuento. Y hace poco el Instituto Nacional de Cultura me quiso poner una multa de un millón de dólares porque puse un poco de greda encima de un camino pre-existente, y me dijeron que yo había estado huaqueando. Cuando llegué a la fiscalía le demostré más bien que había preservado mejor los huacos porque le había puesto greda encima. Como les gané ese juicio ahora dicen “ese camino ha propiciado que haya invasiones, muladares”, y me quieren poner otra multa y me demandan penalmente. Buscan pleito de cosas tan absurdas – que por supuesto las voy a ganar – pero perturban pues tengo que estar con los abogados. Entonces, me imagino que la mayor parte de los empresarios no quiere poner en peligro esto.
¿Cómo se puede hacer para romper la distancia entre los empresarios y el gobierno?
Como en el amor, tiene que haber dos partes que se quieran, porque si tú quieres una mujer, pero la mujer no te quiere a ti el amor es casi imposible, es unilateral. A mí me da la impresión de que tenemos que demostrarle al presidente Humala que los empresarios peruanos en conjunto son los que van a ayudarlo a gobernar mejor el país, a que nuestro país sea mejor. Él tiene un concepto del empresariado de Velasco, me da la impresión. Tiene miedo hasta de fotografiarse con los empresarios porque pensará que la izquierda, o seudo izquierda, lo va a criticar y le va a decir “ya se echó a los empresarios”. Creo que si el presidente cambia de actitud el estado empieza a seguirlo, porque es así, lamentablemente. Todo el estado piensa que tienen que jugar un rol de “chicos malos” contra el empresariado.